Introducción - Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas

Anuncio
SISTEMAS MONETARIOS EN COSTA RICA (1502-2004)
Manuel B. Chacón Hidalgo
Introducción
En los sistemas monetarios que estuvieron vigentes hasta el siglo XIX, las monedas
tenían valor tanto por lo que representaban (valor nominal) como por el valor real
producto del metal con que estaban fabricadas (valor intrínseco), generalmente el oro y la
plata. Así, en diferentes épocas de la historia los individuos acumularon monedas por el
valor que tenían, por su contenido de oro o plata, el cual en algunas ocasiones era más
alto que el asignado y que estaba impreso en una de sus caras, al punto que en muchas
transacciones se optaba por pagar con pedazos de monedas que eran pesados para
determinar su valor en metal o estas eran vendidas al exterior por su contenido metálico.
Desde finales del siglo XIX y especialmente a partir del siglo XX, el encarecimiento de
estos metales y el aumento de la necesidad de moneda circulante para realizar
transacciones, provocó que se utilizaran billetes o papel moneda y metales más baratos
para producir monedas, tales como el cobre, el níquel, el aluminio y el acero, teniendo
como respaldo para las emisiones monetarias el oro, monedas fuertes respaldadas por este
metal, como la libra esterlina inglesa, el dólar de los Estados Unidos o el estado general
de la economía. Por esta razón, hoy en día el valor de las monedas es solo nominal,
fiduciario; es decir, su valor es estrictamente el que está dado por la impresión que la
moneda tiene, ya que el costo de producción y materiales de la misma (valor real) es más
bajo que el valor que se le ha concedido en una sociedad determinada.
Como complemento de la moneda como medio de cambio, a partir del siglo XIX se
generalizó el uso del billete. El billete o papel moneda apareció como una manera de
facilitar las transacciones comerciales, evitando el traslado de grandes y pesadas
cantidades de moneda metálica y como mecanismo para aumentar la masa monetaria
necesaria por el aumento de las transacciones económicas. Los individuos depositaban en
una especie de banco una determinada cantidad de dinero metálico y a cambio recibían
un papel en el que se certificaba la cantidad que se había depositado, con el cual
realizaban la compra de bienes.
1
Parece ser que el billete se originó en China, hacia el siglo IX de nuestra era, cuando el
Emperador Hiang-Tsung dispuso que el comercio y los acaudalados depositaran en el
tesoro todo el numerario de que dispusieran, entregándoles a cambio de los respectivos
depósitos unos papeles equivalentes al valor de ellos. Si bien este sistema fue abandonado
poco tiempo después, reaparición en el siglo X bajo el fundador de la dinastía de los
Sung.
En Europa la circulación de billetes se inició a mediados del siglo XII, en Venecia y
Génova. En estos lugares funcionaban bancos que entregaban, contra recibo de un
ingreso, unos certificados de depósito que circulaban como dinero y que acabaron por
transformarse en billetes que el portador podía cambiar, en esos bancos, por la cantidad
de moneda acuñada que certificaban estaba en depósito.
En este sentido, durante varios siglos y aún entrado el siglo XX el billete no era más que
un sustituto de la moneda metálica, un objeto que representaba su valor y que no tenía un
valor en sí mismo, ya que debía estar respaldado por moneda metálica depositada en un
banco, cuya circulación era legal, pero su aceptación voluntaria. En la actualidad los
billetes tienen igual poder liberatorio que las monedas y con ellos se puede realizar
cualquier tipo de compra de bienes o servicios, siendo su aceptación como medio de
cambio obligatoria
La economía contemporánea se basa en el intercambio de bienes y servicios, el cual se
facilita gracias a la utilización del dinero. De ahí que se define como una economía
monetaria.i En este contexto, el dinero se puede definir como todo aquello que es
aceptado como medio de pago, que en nuestro caso, pueden ser monedas metálicas,
billetes e incluso un cheque bancario o una tarjeta de débito. Sin embargo, los cheques y
las tarjetas de débito difieren de las monedas y billetes en que su aceptación a cambio de
bienes y servicios no es obligatoria.
El dinero tiene cuatro funciones básicasii :
a) como medio de pago: permite adquirir bienes y servicios y, como es aceptado
de manera general, tenemos la posibilidad de elegir lo que vamos a comprar.
b) como unidad de cuenta: sirve como denominador común para expresar el valor
de las cosas, es decir, para expresar su precio.
c) como patrón de pagos diferidos: permite que el valor presente de un artículo sea
proyectado hacia el futuro. Por ejemplo contratos de préstamo, de alquiler de
propiedades, contratos de salarios, etc., los cuales incluyen la fijación de precios
en el presente para ser aplicada en el futuro.
d) como acumulador de valor: el dinero permite almacenar riqueza, ya que una
persona puede retener dinero hasta que encuentre aquello que desea adquirir,
ahorrar con un propósito definido o para poder hacer frente a un imprevisto.
2
Contrariamente a lo que se cree, el dinero por sí mismo no proporciona riqueza. La
riqueza está dada por la acumulación de los activos reales, tales como casas de
habitación, maquinaria, propiedades y otros, que pueden ser adquiridos con el dinero
acumulado.
A partir de la década de 1870 la moneda metálica y el papel moneda se generalizaron
como medios de pago. En el momento en que el papel moneda se utilizó para realizar
pagos al exterior, se hace necesario contar con un mecanismo internacional para
uniformizar las transacciones y unas reglas de valoración de esas monedas. Así, se
desarrolló y puso en práctica el concepto de “Sistema Monetario Internacional (SMI)” el
cual se refiere a las instituciones por medio de las cuales se pagan las transacciones entre
distintos países y determina cómo se fijan los tipos de cambio, con el objetivo de procurar
la generación de liquidez monetaria necesaria para que las transacciones internacionales
se desarrollen en forma fluida. Este Sistema Monetario se caracteriza por estar
constituido por un conjunto de acuerdos, leyes, mecanismos bancarios, instituciones
monetarias internacionales, instrumentos financieros, entre otros, que regulan el tránsito
de los flujos monetarios entre países, sobre la base de reglas de juego debidamente
establecidas y aceptadas por todos los países que participan en el mismo.iii
A partir del establecimiento de los SMI la economía mundial está unida de una manera
que implica más allá de lo estrictamente comercial, ya que los problemas monetarios
mundiales se convierten en causa y efecto de las alteraciones sufridas en el nivel de la
actividad económica de cada uno de los países. Esto conlleva a que los gobiernos hayan
perdido independencia entre la toma de decisiones y el funcionamiento del sistemaiv, de
ahí la importancia de conocer su evolución para comprender la economía actual.
El bimetalismo (1502-1896)
El sistema monetario fraccionario (1502-1863)
La llegada de los españoles a lo que hoy llamamos América provocó cambios profundos
en ambas sociedades. En América se estableció, en casi todo el continente, un nuevo
ordenamiento territorial, político, económico, cultural y social. También se introdujo un
sistema monetario de origen europeo, que con el tiempo sufriría de algunas variaciones.
Durante más de trescientos años, España y América compartieron un mismo sistema
monetario y unas mismas monedas acuñadas tanto en el Viejo como en el Nuevo
continente. Aún después de independizadas las antiguas colonias americanas, sus
sistemas monetarios siguieron basándose en el heredado por España y muchos de los
nuevos estados adoptaron la denominación “peso” para sus nuevas monedas.
El sistema monetario español es considerado hoy como bimetálico compuesto, pues se
basaba en dos metales, el oro y la plata, para acuñar sus monedas, además de utilizar el
3
cobre para elaborar la moneda de vellón, de muy baja denominación. El oro y la plata
constituían dos de los recursos básicos del estado español; eran indispensables para
financiar las guerras y los únicos medios de pago internacional aceptados desde el siglo
XV. La moneda de vellón que tenía como denominación “marvedí”, vocablo de origen
árabe, era en la práctica la unidad de cuenta con la que se relacionaban los valores tanto
de oro como de plata.
El sistema monetario español que utilizó Costa Rica aún después de la independencia,
estaba basado en una unidad dividida en ocho partes. La moneda de oro era llamada
escudo adoptada como tal por Felipe II (1556-1598). Los múltiplos del escudo se
acuñaron con valores de ocho, cuatro, dos escudos, un escudo y medio escudo.
Posteriormente, con el reinado de Felipe III (1598-1621) se introdujo la onza de oro, que
valía ocho escudos de oro.
Sin embargo, la moneda más importante en América, y por ende en Costa Rica, era la de
plata, con el real como unidad práctica. Los reales más comunes eran: el real de a ocho o
“peso” (ocho reales), el real de a cuatro (cuatro reales) y el real de a dos (dos reales), un
real, el medio real y el cuarto de real.
El sistema se basaba en que las monedas de oro y de plata debían guardar entre sí una
relación exacta de valores; por ejemplo, en los orígenes del sistema el oro contenido en
una moneda de ocho escudos debía valer exactamente lo mismo que la plata contenida en
dieciséis monedas de plata de ocho reales. Sin embargo, el precio del oro aumentaba
constantemente por lo que fueron necesarios los ajustes para hacer equivaler a ambos
metales. En ocasiones se mantenían los valores de la plata y se modificaban los del oro,
en otras, se recurrió a hacer discretas bajas de la cantidad de metal precioso contenido en
las monedas.
Si bien, durante el período colonial en Costa Rica el comercio exterior tuvo poca
importancia en términos de su valor absoluto y la producción destinada a la exportación
ocupó un papel secundario, el comercio externo, con Panamá y Nicargua, era crucial para
abastecer a la población de ciertos bienes de consumo básicos, como telas, ropa, hierro,
vino y otros, que no se producían en el territorio. Esta provincia se integró al comercio
intercolonial desde finales del siglo XVI y principios del XVII, exportando a Panamá
víveres como bizcocho, grasa, cueros, maíz, trigo, ajos, culantro, gallinas y cerdos, entre
otros. Posteriormente participó mediante el cultivo de productos como el cacao, la crianza
y exportación de mulas (finales del siglo XVII en adelante) y especialmente el cultivo
del tabaco (finales del siglo XVIII), lo cual hizo posible el ingreso de la moneda a la
provincia, lo que facilitó el comercio interno, ya que este territorio no contaba con casa
de acuñación de moneda. A este ingreso de moneda también contribuyó el pago de
funcionarios de la corona española, incluyendo militares y de los representantes de la
Iglesia. Aún así, la escasez de moneda fue una de las principales características de la
economía colonial.
Proclamada la independencia, en 1821, una de las primeras preocupaciones de los
nacientes estados fue organizar su sistema monetario. Nuestro país continuó utilizando el
4
sistema y las monedas heredadas de la colonia, aunque se empezó a plantear la necesidad
de establecer una “Casa de Cuño” para la fabricación de moneda propia, lo cual fue
posible a partir de 1824 con el establecimiento de un cuño provisional en Alajuela. Allí se
fabricaron, en oro, las primeras monedas de Costa Rica a partir de 1825.
Este sistema monetario español, basado en el bimetalismo, fue reafirmado en 1824 con la
incorporación de Costa Rica a la República Federal. Así, con la ley de Moneda de las
Provincias Unidas del Centro de Américav y otras posteriores que emitió el Estado y la
República de Costa Rica, quedó establecido el sistema monetario que nos regiría por lo
menos hasta 1863.
El peso, al igual que en el período colonial, era una denominación generalizada para las
monedas de ocho reales, aunque este no existía de manera oficial pero era muy utilizado
como unidad de cuenta. Correspondió al Dr. José María Castro Madriz (1847-1849)
establecer la denominación oficial de “peso” en las monedas de plata, aunque
manteniendo su división en ocho partes o reales, sistema que se mantuvo hasta 1863
cuando se estableció el sistema decimal.
En los años posteriores a la Independencia Costa Rica experimentó una monetización
creciente producto del desarrollo minero, de aportes de capital de comerciantes y
empresarios extranjeros, que arribaron desde fines del siglo XVIII, y del despegue de la
agricultura cafetalera, especialmente después de la década de 1840, y la consiguiente
integración de Costa Rica al mercado mundial, hecho que fue crucial en este proceso.
Fue a través de los ingresos de exportación y del crédito que el café inyectó de manera
importante moneda a la economía costarricense. Las cosechas de café eran financiadas
por capitales provenientes del exterior. Casas consignatarias inglesas concedían
préstamos a los grandes productores y exportadores costarricenses quienes, a su vez,
prestaban a los pequeños y medianos productores del grano, comprometiéndose a
cancelar la deuda con sus cosechas de café. Generalmente estos préstamos se realizaban
en moneda metálica que ingresaba al país para cubrir los costos de producción de los
cafetales.
A la par de esta monetización de la economía, la moneda siguió siendo insuficiente,
debido a la capacidad limitada de la Casa de Moneda, la escasez de metal para la
acuñación y el aumento de la demanda de metálico, producto del auge de la economía
cafetalera y del consumo.
El precio de los artículos subió considerablemente a partir de los primeros años
posteriores a la independencia, hasta el inicio de la segunda mitad del siglo XIX. Por
ejemplo, “ la cajuela de maíz que se vendía en un real en 1836, se cotizaba en 1840 a 4
reales; 32 huevos valían en 1835 un real, por el que sólo se obtenía una docena en 1853;
la fanega de frijoles aumentó de 4 a 18 pesos entre 1835 y 1853; una mula que se
compraba entre 18 y 30 pesos en 1823, se tasaba de 70 a 100 pesos en 1852 (...); una
yunta de bueyes, que se adquiría en 70 pesos en 1857, se valoraba en 10 pesos en 1821.”
vi
5
Según el historiador Iván Molinavii esta sensible diferencia en los precios se debió a un
desarrollo y dinamización del mercado interno, producto de factores como una fuerte alza
demográfica; la monetización de la economía producto de la expansión del comercio
exterior, debido al auge cafetalero, que fortaleció el ingreso monetario de la familia
campesina y por ende fomentó el consumo; y a la dedicación de una parte importante de
la tierra al cultivo del café, lo que provocó que disminuyera el cultivo de los productos de
consumo básico y se desarrollara un comercio de víveres. Así, el aumento de la moneda
circulante, en el poder adquisitivo y la relativa escasez de los productos de consumo
básico provocaron un fenómeno de inflación o elevación de los precios de los mismos.
Este fenómeno de alza de precios se dio también en la tierra y la fuerza de trabajo
directamente relacionada con la economía cafetalera, lo que expresa una valorización de
estos bienes y servicios. La manzana de tierra en Hatillo pasó de 36 pesos en 1839 a 59
pesos en 1850; en Curridabat de 20 pesos en 1839 a 67 en 1848; y en cuanto a la mano
de obra se refiere, el salario mensual de un jornalero subió de 7 pesos en 1844 a 11 en
1849 y a 15 y 18 en 1856.viii
Entre 1825 y 1889, la Casa de Moneda no pudo suplir todo el circulante necesario para
hacerle frente al aumento en las transacciones de bienes y servicios, por lo que diversos
gobiernos se vieron en la necesidad de autorizar la circulación de moneda colonial y
extranjera de diferentes estados americanos independientes, con los que se comerciaba,
junto a la moneda propia, con el agravante de que muchas de estas no eran de muy buena
calidad, en cuanto a su contenido de oro o plata, o habían sido falsificadas; por eso se
ordenó en diferentes momentos que distintos tipos de monedas extranjeras fueran
reselladas antes de circular, y se prohibió la circulación de monedas no selladas y la
exportación de las selladas.
A este circulante se sumó el uso del papel moneda. En 1839 el Jefe de Estado, Braulio
Carrillo, autorizó la emisión de 30000 pesos en vales de 5 y 10 pesos para facilitar el
pago de una deuda interna que se había venido acumulando años atrás, producto de la
insuficiencia de ingresos para el pago de los empleados públicos. Estos vales se
entregarían a los acreedores y les servirían como efectivo para el pago de la cuarta parte
de los impuestos y del valor de las tierras baldías que adquiriesen.
Posteriormente se establecen bancos con potestad para la emisión de billetes, tales como
el Banco Nacional Costarricense (1858), el Banco Anglo Costarricense (1863), el Banco
Nacional de Costa Rica (1867), el Banco de la Unión (1877), el Banco Herediano (1879),
entre muchos otros, algunos de los cuales tendrán una vida muy efímera, pero cuya
existencia permitirá paulatinamente la consolidación del sistema bancario en Costa Rica
y de la utilización del papel moneda.
En 1884, el gobierno, por medio del Presidente de la República, Bernardo Soto, suscribió
un contrato con el Banco de la Uniónix, el cual fue refrendado por su administrador,
Gaspar Ortuño. Este contrato, llamado Soto-Ortuño, nombró al Banco como único emisor
y le permitía emitir billetes hasta por el duplo de su capital, con un encaje legal del 25%
6
constituido en barras de oro o plata; así, se convirtió en el Administrador Principal de
Rentas del Estado, entre otras actividades. A cambio, el Banco le mantuvo al gobierno un
crédito por 250.000 pesos y se encargó de retirar los billetes del Estado que aún
circulaban; el gobierno se comprometió a no emitir más. También fueron retirados los
billetes pertenecientes a los otros bancos.x Gracias a este contrato, el Banco de la Unión
se mantuvo como único emisor hasta la promulgación de la Ley de Bancos, en 1900.
El bimetalismo y el sistema decimal (1863-1896)
En la década de 1860 los diferentes gobernantes hicieron grandes esfuerzos para hacerle
frente a la deuda interna, cuyo monto había crecido producto de los gastos de la Campaña
Nacional contra los filibusteros en 1856-57, los cuales ascendieron a 1 millón de pesos,
aproximadamente. Esta deuda aumentaba con la emisión frecuente de certificados,
originada por la dificultad de pagar puntualmente a los empleados. Para solucionar este
problema, los certificados eran recibidos para el pago de impuestos y para la compra de
tierras al Estado, con lo cual se recogían y por ende se eliminaban. Además se dispuso
que los sueldos fuesen pagados en efectivo conforme las posibilidades del Estado.xi
En el año 1863 se produjo un decreto que vino a marcar un cambio importante en nuestro
sistema monetario: el establecimiento del sistema decimal. Conforme a este decreto, la
unidad monetaria sería el peso, tanto para el oro como para la plata, fraccionado en cien
partes, llamadas centavos, desapareciendo las denominaciones de reales, escudos y onzas.
Esta reforma permitió mejorar el sistema heredado de la Colonia y hacerlo menos
confuso. Este sistema de “pesos” y “reales”, heredado del período colonial, caló
profundo en la sociedad costarricense. Si bien el Colón se estableció como moneda en
1896, hoy en día en el lenguaje popular todavía se utiliza, como sinónimo, la palabra peso
y no hace muchos años era común escuchar a la gente hablando de reales para referirse a
fracciones del Colón. El “peso” estaba compuesto por ocho reales, pero con la reforma
de 1863 y el establecimiento del sistema decimal el “peso” pasó a estar formado por cien
centavos. Por tanto, un real era equivalente a 12.5 centavos o sea, a una octava parte de
“peso”. Así, 25 centavos serían el equivalente de dos reales, 50 centavos a 4 reales, 75
centavos a 6 reales y 1 peso a ocho reales. Con el establecimiento del “Colón” como
unidad monetaria en 1896 se mantuvo el sistema decimal pero los centavos cambiaron su
nombre por céntimos. De ahí que la relación que establecimos anteriormente entre reales
y centavos también es aplicable a los céntimos. Producto de lo anterior a la moneda de 50
céntimos se le denominaba como “cuatro”, haciendo referencia a su equivalencia de
cuatro reales. De manera similar, la palabra “peseta”, con que se denominó a las monedas
de 25 céntimos, tiene su origen en 1845. En este año fueron reselladas las pesetas
españolas, dada la escasez de moneda que existía, autorizándolas para que circularan
como piezas de dos reales y cuando se pasó al sistema decimal los dos reales se
“transformaron” en 25 céntimos.
7
En este período se acuñaron monedas de 1, 2, 5, 10 y 20 pesos en oro y de 5, 25, 10 y 5
centavos en plata. Además se emitieron monedas de 1 y ¼ de centavo en una aleación de
cobre y níquel, cuyo valor era sólo nominal.xii
La implantación del sistema decimal permitió a nuestro país modernizar la circulación
monetaria para facilitar el comercio exterior, ya que este sistema estaba generalizado en
la mayoría de los países de América y Europa.
En 1871 se promulgó una ley que establecía la acuñación del peso de oro
simultáneamente con el peso de plata. Esta ley confirmó el régimen bimetalista heredado
de la colonia y otorgó a la plata un valor monetario (nominal) superior al que le
correspondía por su contenido de plata (valor intrínseco).
Esta disposición coincidió con un gran aumento en la producción de plata en el mundo, y
la consecuente caída del valor de la plata a nivel internacional, hizo que nuestra moneda,
fabricada en ese material, se devaluara con relación a la moneda de oro. Por esta razón, la
moneda de oro empezó a desaparecer de la circulación ya que la gente prefirió atesorarla
o exportarla por su valor real (contenido de oro), quedando en circulación la moneda de
menor valor real, en este caso la de plata. Esta situación puso en evidencia el
funcionamiento de la “Ley de Gresham”, la cual establece que “cuando dos monedas son
iguales en su valor nominal, pero desiguales en su valor intrínseco, la de menor valor
tiende a permanecer en circulación y la otra a ser acumulada o exportada como metal
precioso”.xiii A partir del año 1876 se dejó de acuñar moneda de oro y sólo se continuó
fabricando la de plata.
La escasez de moneda continuó, al punto de que la Compañía del Ferrocarril y otras
empresas se vieron obligadas a emitir medallas de níquel y de cobre por valor nominal de
50, 25 10 y 5 centavos, para el pago de sus empleados, y el Estado autorizó la emisión de
billetes en diferentes denominaciones para facilitar la circulación monetaria,
convirtiéndose estos en el mayor componente de la masa monetaria.
La escasez de moneda, propia del siglo XIX, provocó también el surgimiento de una
especie de moneda privada llamada “boleto”, utilizada en la economía cafetalera para
realizar diversas transacciones de compra-venta y pago de salarios.xiv La palabra “boleto”
se deriva de boleta, especie de vale o contraseña. En Costa Rica, era fabricado con
diversos materiales (plata, latón, cobre y aluminio, entre otros) y se entregaba a los
cogedores de café por cada cajuela del grano que recolectaban.xv
Desde la década de 1840, cafetaleros grandes, medianos y pequeños acuñaron boletos de
diferente valor; medios reales y centavos fueron acuñados según el sistema monetario
vigente en cada momento. Otros boletos expresaban la cantidad en unidades de volumen,
tales como canastos, y eran entregados a los cogedores según la cantidad de café
recolectado; ellos los cambiaban por el dinero correspondiente, el día de pago. Algunos
eran aceptados en diferentes comercios o en los comisariatos, especie de pulperías que
pertenecían a los dueños de las haciendas que emitían los boletos. La utilización de estos
8
se consolidó en la segunda mitad del siglo XIX y su uso se extendió a diferentes zonas
del país hasta finales del siglo XX.
La Casa de la Moneda sólo acuñaba pequeñas cantidades de plata, dado el mal estado de
la maquinaria, por lo que se contrató la acuñación de ese metal a casas inglesas y se tuvo
que autorizar en 1889 la circulación de monedas colombianas debidamente reselladas.xvi
El “patrón oro” (1896-1914)
Antecedentes
Posterior a la independencia y durante la vigencia del sistema bimetálico, no hubo una
claridad en el establecimiento de tipos de cambio. Desde 1821 se dio un fenómeno
permanente de la fluctuación de la relación entre el oro y la plata como producto del flujo
y reflujo del primero al gobierno, por lo que la política monetaria inicial iba orientada a
mantener la relación proporcional entre ambos metales, y por ende entre las monedas.
Así, por ejemplo, en 1842 se estableció el valor de la onza de oro en diecisiete pesos.xvii
Tal y como se mencionó anteriormente, la escasez de numerario obligó a dar curso legal a
monedas de distintos países como Inglaterra, los Estados Unidos, Francia, España y otros
de Sur América. Por esta razón, la fijación de los primeros tipos de cambio se realizó en
la década de 1840 en con el objetivo de determinar la equivalencias de esas monedas con
respecto a las características de peso, ley (composición de la mezcla de metales) y
denominación de las emitidas por el estado costarricense, estableciendo el valor
proporcional que correspondía, tanto para el oro como para la plata, lo cual se conocía
como paridad.
Desde la década de 1840, se tiene información sobre la fijación de tipos de cambio en
Costa Rica, con respecto al lo que podríamos llamar monedas fuertes. Por ejemplo, en
1851, el cual el valor de monedas de oro de distintos países con respecto al peso
costarricense quedó fijado de la siguiente maneraxviii:
La libra esterlina o soberano inglés……………………………..5 pesos 2 reales
El águila norteamericana……………………………………….10 pesos 4 reales
Las piezas de oro francesas de 20 francos……………………… 4 pesos 2 reales
Las piezas de oro de 10 Gulden, Holandesas y Belgas…………..4 pesos 2 reales
El Luidor de Hannover…………………………………………...4 pesos 2 reales
El Fredericdor de Prusia………………………………………….4 pesos 2 reales
9
El establecimiento de estos tipos de cambio se llevó a cabo en el contexto de la firma de
una serie de tratados de paz, comercio, amistad y navegación con países como Gran
Bretaña, Francia, Estados Unidos, Países Bajos y Bélgica, entre otros.
En 1861 se estableció de nuevo el valor de distintas monedas de oroxix:
Las águilas norteamericanas………………………………………11 pesos
Las libras esterlinas…………………………………………………5 pesos 3 reales
Las piezas de 20 francos…………………………………………….4 pesos 2 reales
Las onzas fuertes…………………………………………………...17 pesos 4 reales
Es importante señalar que por ser este sistema de tipo bimetálico, en el cual el valor de la
moneda esta dado por su contenido de metal precioso, no existía el concepto de una
moneda utilizada como divisa, referencia o unidad de cambio o para pagos
internacionales, por lo que los tipos de cambio se fijaban para poder establecer la relación
de la moneda propia con las extranjeras para llevar acabo los intercambios comerciales.
En este sentido, especialmente la moneda de oro, fuera cual fuera su procedencia, tenía la
capacidad de ser utilizada para el pago de transacciones comerciales, de acuerdo con la
relación cambiaria establecida y acordada. La relación de los tipos de cambio era
establecido sobre la base del valor dado a la onza de oro de 21 quilates, de manera que en
un principio existía una paridad que era proporcional. Sin embargo, esta paridad empieza
a desaparecer en la década de 1860, al reconocerse un premio de un 5% a la moneda
inglesaxx; esto posiblemente por la importancia de dicho país y su moneda en el volumen
de las transacciones comerciales mundiales.
En 1863, se introdujo en Costa Rica el sistema monetario decimal, siempre bimetálico, y
el peso como unidad monetaria tanto para el oro como para la plata y se abandonó el
sistema fraccionario, con lo cual la emisión monetaria se asimilaba a la de muchos otros
países. En 1871 se fijó un nuevo tipo de cambio de las monedas de oro importadas o que
se importaran, con base en la ley y peso de la que circulaba en ese momento en la
República, quedando de la siguiente formaxxi:
Piezas de oro Norte-Americanas ($ 20)……………………………….22.50 pesos
Piezas de oro Inglesas (L 1 esterlina)…………………………………...5.45 pesos
Piezas de oro Francesas…………………………………………………4.35 pesos
Piezas de oro del Perú (20 soles)………………………………………21.70 pesos
Piezas de oro de Nueva Granada (10 pesos)…………………………..10.85 pesos
Piezas de oro Onzas Españolas (17 pesos)…………………………….17.65 pesos
Piezas de oro en onzas fuertes, peso legítimo………………………….17.65 pesos
Como hemos visto, la circulación monetaria presentó problemas mientras estuvo vigente
el patrón bimetalista, sobre todo en las últimas tres décadas del siglo XIX. Se produjo
inestabilidad y pérdida de valor de la plata y de la relación proporcional de esta con
respecto al oro; así, por tener mayor valor real como metal, la moneda de oro fue
atesorada o exportada como metal precioso y dejó de circular.
10
La desaparición del oro obligó al uso exclusivo de la plata como patrón monetario,
aunque se consideraba que este metal no era el más conveniente para sustentar un sistema
monetario, debido a la inestabilidad de su valor en los mercados internacionales, mientras
que el oro sí era estable.
Tales circunstancias no fueron exclusivas de nuestro país. En Perú, el establecimiento del
sistema decimal y del sol como unidad monetaria, en 1863, consolidó el sistema
bimetalista al fijar la siguiente relación: un sol de oro equivalía a 20 soles de plata. En
1872, la caída del precio de la plata a nivel internacional obligó a suprimir el valor legal
del sol de oro, cuyo precio fue determinado en adelante por el mercado, lo que a la postre
provocó un aumento de ese precio. Al romperse la relación proporcional de ambos
metales en el sistema bimetalista, el oro tendió a desaparecer de la circulación y ello
convirtió al sol de plata en la moneda más importante, de modo que el sistema se
transformó en monometalista.
En la década de 1860, los bancos peruanos emitieron billetes con características de notas
bancarias o títulos al portador, en representación de una cantidad de plata o como
instrumentos de crédito a cargo de los depósitos en plata. Al principio se emitían billetes
de altas denominaciones, que se utilizaban para las grandes transacciones, pero a partir de
1872 comenzaron a emitirse billetes de pequeñas denominaciones, y así pasaron de ser
instrumentos de crédito a ser medios de pago usados también en las pequeñas
transacciones. Las crisis monetarias iniciadas en 1873, obligaron a emitir las primeras
regulaciones bancarias y generaron la exportación de moneda para cancelar deudas de
casas comerciales peruanas con otras del exterior. La falta de moneda metálica para
respaldar los billetes en circulación, obligó a los bancos a suspender la convertibilidad de
estos; al gobierno no le quedó otra opción que dar curso forzoso a los billetes bancarios,
los cuales antes eran de curso legal pero de aceptación voluntaria.xxii
En el país desde 1863, con la creación del Banco Anglo Costarricense y posteriormente
con otras instituciones con capacidad de emisión de billetes, se introdujo paulatinamente
el papel moneda, el cual llegaría a convertirse a finales del siglo XIX, en el circulante
mayoritario. Su circulación era legal pero su aceptación voluntaria, por lo que la única
moneda con pleno poder liberatorio siguió siendo la metálica y el valor de los billetes
solo representativo de la misma.
Para 1896 Costa Rica se hallaba bajo el régimen de emisión única de billetes, asignada al
Banco de Costa Rica. Estos se habían convertido en el circulante monetario mayoritario,
pues la plata solo se usaba en las transacciones de bajo monto; además, se utilizaban
monedas nacionales y extranjeras de plata de denominaciones similares, pero de
diferentes pesos y leyes (contenido de plata), lo cual hacía el sistema algo confuso.xxiii
Como se explicó anteriormente, las monedas valían por su cantidad y calidad de metal
precioso, de modo que al hallarse en circulación monedas de igual denominación pero
diferente calidad, los individuos procuraban utilizar las de baja calidad para hacer sus
pagos y guardar las de mayor contenido de plata.
11
Aunque la pérdida del valor de la plata con respecto al oro se inició desde 1872, la caída
se aceleró entre 1892 y 1894. Esta situación llevó al Gobierno de Rafael Yglesias a
establecer en 1896 el “patrón oro”, para lo cual fue necesario adoptar diversas
medidas,xxiv como parte de la reforma monetaria:
a. Se estableció como unidad monetaria el colón, dividido en cien céntimos y con
un valor de 0,46 centavos de oro. El oro fue la base de este sistema monetario.
b. Se prohibió acuñar moneda de plata nacional, actividad que se reinició en 1902.
c. Se declararon fuera de curso legal las monedas extranjeras de plata y se
prohibió la importación de estas.
d. Se estableció que solo el Estado, por sí o por contrataciones con compañías
particulares, podía acuñar moneda nacional.
e. Se eliminó el monopolio de emisión que tenía el Banco de Costa Rica.
El patrón oro era un sistema internacional de pagos en el que las monedas de los países
participantes debían estar respaldadas por oro; su valor era fijado en términos de ese
metal (paridad). El oro cumplía la función de unidad de cuenta internacional, respecto de
la cual se establecían las tasas de cambio entre las monedas de los distintos países.xxv
Bajo este sistema, los bancos estaban obligados a cambiar el oro por moneda, y
viceversa, según el valor fijado a esta en relación con el oro. El oro era la única moneda
de absoluto poder liberatorio, de manera que la plata debía reducirse al carácter de
moneda fiduciaria. Nadie estaba obligado a recibir más de diez colones en moneda de
plata.
Así, si alguien tenía que hacer un pago al exterior podía hacerlo de dos formas: 1)
adquirir la moneda extranjera en el mercado cambiario; y 2) adquirir oro mediante la
moneda nacional y enviarlo al exterior donde se intercambiaba por la respectiva moneda,
según su paridad o precio.xxvi
Para que esto funcionara era requisito indispensable que las autoridades monetarias
compraran y vendieran oro en forma ilimitada a ese precio y que los residentes del país
estuvieran facultados para exportar e importar libremente ese metal.xxvii
La salida de oro al exterior producía una contracción en la circulación monetaria
proporcional a la pérdida de reservas. El caso contrario, es decir, el ingreso de oro tenía
un efecto inflacionario (aumento de precios, salarios, gastos e importaciones)xxviii. En
estas circunstancias era importante mantener una balanza comercial favorable, es decir,
exportar más de lo que se importaba ya que esto favorecía el ingreso de oro.
Este mecanismo y las reglas de juego que le servían de fundamento, no surgían de
ningún acuerdo o convenio escrito por parte de los países participante sino de la
disposición a ajustarse a las normas y de adoptar las acciones que exigían su
funcionamiento. Sin embargo, detrás del funcionamiento del sistema estaba el Imperio
Británico, potencia económica y política de la época que dominaba los aspectos
económicos financieros mundiales. Gran Bretaña tenía un especial en el comercio
internacional, dado que dependía de éste en gran medida para proveerse de los bienes
12
alimenticios y materias primas para su propio desarrollo. El patrón oro y su control, así
como la utilización de la libra esterlina como moneda de referencia, la cual se usó como
base para la definición de los tipos de cambio por parte de los países participantes en el
sistema, le permitieron a Gran Bretaña contar con la liquidez necesaria para realizar las
transacciones internacionales de bienes y evitar al sistema la utilización directa del oro
con el consiguiente ahorro por el pago de fletes que su transporte significaba. “En
principio, este sistema funcionaba bastante bien al ser muy simple y no presentar
problemas en su mecánica. Desde el punto de vista económico, tenía una ventaja
fundamental: 'la constancia en el valor de las monedas”.xxix
En Costa Rica, para implementar el “patrón oro” fue necesario contar con una decidida
voluntad política y establecer condiciones propicias que permitieran atraer al país y
retener en él las reservas mínimas de oro; en este proceso resultó fundamental la
expansión de la capacidad exportadora, principal mecanismo para procurarse una
adecuada disponibilidad de oro. En este sentido, la medida recibió un fuerte impulso por
la recuperación de las exportaciones de 1900 en adelante, que aumentaron de entre US$ 4
a 5 millones por año en el período 1892 a 1899, a entre US$6 y 10 millones en el
período1900 a 1910. Para poner en práctica el sistema del “patrón oro”, el gobierno se
comprometió a acuñar entre 1896 y 1902 las monedas de oro necesarias para respaldar las
emisiones monetarias.
Implementación de la reforma monetaria (1897-1914)
La implementación de la reforma monetaria de 1896 y del patrón oro tuvo un proceso de
transición comprendido entre 1897 y 1900. En este, fue necesario adoptar una serie de
medidas para introducir el sistema fiduciario y crear el respaldo en oro necesario para la
emisión monetaria. Uno de los primeros pasos fue la emisión de moneda de oro de
acuerdo con las características establecidas en la Reforma y con la nueva denominación
en “colones”; el otro, comunicar al público el cambio en el sistema monetario.
El Banco de Costa Rica debió renunciar al monopolio de emisión y al derecho de pagar
los billetes a su voluntad en oro o en plata. Para ello, el gobierno consideró necesario que
para implementar la reforma necesitaría cuatro millones de colones de oro en el
transcurso de cuatro años. Sin embargo, a pesar de que dicha suma se completó en 1902,
ya desde 1900, con 2 500 000 colones depositados el gobierno estableció la circulación
del oro.xxx
Según Tomás Soley “el contrato celebrado con el Banco disponía que por cada entrega
de moneda de oro hecha por el Gobierno al Banco se emitiría igual suma de certificados
y el Banco retiraría de sus propios billetes un valor igual al 90 % del oro así depositado.
De ese modo no habría diferencia sensible en el nivel de circulante”xxxi
13
Las emisiones de monedas de oro se iniciaron en 1897 y entre este año y 1900 se
acuñaron monedas de 20, 10, 5 y 2 colones. En el año 1899, el gobierno depositó en el
Banco de 1.500.000 colones, en la moneda de oro recién acuñada, y se emitieron
certificados de oro por ese mismo valor en billetes de 5, 1, 25 y 50 colones. En abril de
1900 se dispuso que a partir de julio de ese año se cambiasen por oro los cerificados
emitidos y que el lo sucesivo todas las obligaciones se rigiesen por la nueva moneda.
Aquellas que se habían establecido cuando el peso era la unidad monetaria guardarían la
relación de un colón de oro por cada peso de plata.xxxii
Ante estas reformas, el Gobierno de don Rafael Iglesias, a través de la Secretaría de
Instrucción Pública, elaboró, en 1900, una pequeña publicación dirigida a las escuelas
para explicar el nuevo sistema monetario, del cual extraemos lo siguiente:
“La unidad monetaria de nuestro país se denomina Colón, y se compone de 778
miligramos de oro de nueve décimos de fineza, lo que quiere decir que de las nueve
décimas partes del peso de los 778 miligramos es oro puro, y el décimo restante lo
constituye la liga, o sea el metal ordinario con el cual se ha amalgamado el oro para
darle la consistencia y el valor requeridos (…).
La ley (…) establece que la acuñación se haga en piezas de 2, de 5, de 10 y de
20 Colones: tales piezas son los múltiplos de la unidad monetaria.
Como esa ley divide el Colón en cien partes llamadas céntimos y dispone se
representen en monedas de plata de 50, 25, 10 y 5 céntimos, tales monedas constituyen
los submúltiplos del Colón, y representan, respectivamente, ½, ¼, 1/10 y 1/20 de aquél,
así como las de oro representan 2, 5, 10 y 20 Colones. Es de advertir que la citada ley no
autoriza la acuñación de monedas de oro ni de plata de un Colón.
No hay obligación de recibir la moneda de plata, en cantidad mayor de diez
Colones. La parte que de esa suma exceda en el valor de cada pago, puede exigirse que
esté representada en Colones de oro.
La razón del límite señalado a la plata en cuanto á los pagos, proviene de que
aquel metal, cuando está acuñado, representa un valor que excede en mucho al que tiene
como mercancía; mientras que el valor del oro es casi el mismo esté o no amonedado.
Esa diferencia en el valor de la plata, que la sujeta a fluctuaciones constantes, es la que
ha obligado á limitarle el poder liberatorio, es decir, la cantidad en que puede entrar en
los pagos mayores de diez Colones.”xxxiii
Con la Reforma de 1896, al colón, que vino a reemplazar al peso, se le dio poco menos
de la mitad del valor que tuvo el peso en 1871 y 6.5 céntimos más de lo que en realidad
valía al momento de la Reforma.xxxiv
A partir de 1902 empezaron a circular monedas de plata en submúltiplos del colón.
En cuanto al papel moneda, con la Ley de Bancos de 1900, cualquier banco que tuviera
un capital de un millón de colones en moneda de oro nacional, podía emitir billetes; así el
Banco de Costa Rica dejó de ser el único emisor. El total de billetes emitidos no podía
exceder el 75% del capital efectivo del banco, sin incluir las reservas, y el encaje en oro
acuñado debía ser igual al 40% de sus billetes en circulación.xxxv Los billetes solo se iban
14
a emitir en denominaciones de 5, 10, 25, 100 y 500 colones (esta última nunca se emitió)
y eran de curso legal pero de aceptación voluntaria; además, la falta de pago del billete al
presentarlo en el banco emisor, implicaba la quiebra de este.xxxvi
La Ley de Bancos de 1900 fue reformada en 1902. Esta reforma amplió al oro extranjero
la facultad de servir como respaldo y constituir capital efectivo, de modo que se facultó el
pago de billetes tanto en oro extranjero como en moneda nacional. En ese mismo año, un
decreto autorizó la emisión de certificados de plata de uno y dos colones, los cuales
tenían como respaldo moneda nacional de plata y eran pagaderos al presentarlos, en
monedas de 25 y 50 céntimos.xxxvii Estas emisiones de billetes plata se mantuvieron hasta
1921, aunque en 1931 se realizaron de nuevo.
Según los artículos 33 y 34 de la Ley General de Bancos, el público no estaba obligado a
recibir los billetes; aunque estos eran de curso legal, su aceptación era voluntaria y los
bancos debían cambiarlos por oro al ser presentados, ya que la falta de pago -por
cualquier motivo- llevaba al banco a la quiebra.xxxviii Con estas regulaciones, durante los
primeros catorce años del siglo XX circularon billetes de los bancos existentes: el de
Costa Rica, el Anglo Costarricense, el Mercantil y el Comercial.xxxix
En términos de la paridad de nuestra moneda, para 1885 el Gobierno reconocía un premio
del 130 % sobre el oro inglés, el cual alcanzó su valor relativo más alto en 1899, un
281%, para mantenerse en un 209% entre 1905 y 1906.xl Este aumento posiblemente se
debió a una mayor demanda debido a la escasez de oro que se produjo en nuestra
economía a partir de la década de 1870, tema ya tratado con anterioridad. Así, no es de
extrañar que el premio más alto se haya dado en 1899, cuando el Gobierno estaba en
pleno proceso de acuñar la moneda de oro necesaria para implementar la reforma.
Conforme se acercaba el proceso de implementación de la Reforma y el cambio de
certificados por oro (mediados de 1900), el premio sobre el oro fue bajando. Así, en
enero de 1900 la libra esterlina valía 12.70 colones, en mayo 11.17 colones y en junio
10.60 colones, apenas 0.15 céntimos por encima de la paridad legal de 10.45 colones.xli
Según Marcos López el sistema del patrón-oro clásico adolecía de una serie de
problemas:
”Beneficiaba a los países poseedores de oro, que son los que en un principio podían
emitir dinero en cantidades abundantes. Estimulaba el desequilibrio inicial entre países
que tenían oro y los que no lo tenían; aunque con el tiempo el sistema tendió a ajustarse
al ir adquiriendo dicho metal estos últimos países.xlii
En teoría, la cantidad de dinero en circulación estaba limitada por la cantidad de oro que
respaldaba las emisiones monetarias; es decir, la cantidad de dinero era igual al valor del
oro que representaba. “En un principio el sistema funcionaba, la masa monetaria (M) era
suficiente para pagar las transacciones internacionales que se realizaban, pero a medida
que el comercio y las economías nacionales se fueron desarrollando, M se volvió
insuficiente para hacer frente a los cobros y pagos derivados de dichas transacciones. La
15
falta de liquidez provocaba un aumento de la deflación y de los desequilibrios que
afectaban a cada economía nacional.”xliii
Esta dificultada de aumentar la cantidad de medios de pago en circulación a través del
aumento del oro llevó a utilizar una moneda fuerte respaldada por oro y una economía
fuerte. Así, los países bajo el sistema del patrón oro, incluyendo a Costa Rica, utilizaron
esta moneda como medio internacional de pago, evolucionando el sistema hacia otro
denominado sistema de patrón de cambios-oro, conocido también como patrón-oroesterlina. Es claro que la mayor demanda de la libra esterlina llevó al Banco de Inglaterra
a aumentar sus emisiones de billetes en una cantidad mayor que los depósitos en oro que
poseía. El oro seguía siendo la unidad de referencia y dado que no todos los billetes
ingleses estaban respaldados por oro, esta variación en sistema se basaba en la confianza
que existía en la economía británica. A principios del siglo XX la mayor parte del
comercio internacional se realizaba a través de Inglaterra, con el consiguiente pago de las
transacciones de compra y venta en moneda inglesa. La acumulación de libras esterlinas
representó también la posibilidad de obtener atractivas tasas de interés.xliv
El Banco Internacional y la suspensión del “patrón oro” (1914-1922)
La Primera Guerra Mundial, iniciada en 1914, provocó una crisis ante la posibilidad del
cierre de los mercados europeos para nuestros productos. Esta incertidumbre generó una
contracción de las importaciones y la paralización de las actividades crediticias internas y
externas; de hecho, el 37% de las importaciones de Costa Rica y el 50% de las
exportaciones se realizaban con Europa en 1914. Los bancos sufrieron una demanda
extraordinaria de conversión de billetes por oro, ante la inminente caída de las reservas de
ese metal y la suspensión de la convertibilidad. La fuerte caída del comercio externo de
importaciones, el cual se redujo de US$ 7.5 millones en 1914 a US$ 3.8 millones en
1915, redujo igualmente los impuestos de aduanas, lo cual afectó los ingresos fiscales del
Estado y por ende las reservas de oro; el sistema cambiario también se vio afectado, más
aún con la decisión de los exportadores de café de dejar en los Estados Unidos, el
principal mercado durante la guerra, el producto de las ventas. xlv
En este contexto, durante el Gobierno de Alfredo González Flores se creó el Banco
Internacional de Costa Rica (octubre de 1914), con base en dos razones principales: la
primera, la negativa de los bancos particulares a prestarle dos millones de colones al
gobierno para suplir sus necesidades fiscales, sensiblemente disminuidas por la crisis
internacional, y la necesidad de cumplir las erogaciones del presupuesto nacional; y la
segunda, el convencimiento de que el Estado debería llegar a colaborar en las funciones
crediticias, sobre todo en actividades agrícolas diferentes del cultivo del café. xlvi
El Estado no tenía el metal necesario (oro) ni las libras esterlinas para respaldar las
emisiones de billetes del nuevo banco, por lo que, en setiembre de 1914, un mes antes de
fundar el Banco Internacional, se acordó suspender la convertibilidad de los billetes (el
cambio de estos por el oro que los respaldaba), medida que se hizo extensiva a todos los
16
bancos existentes; así, el gobierno estableció una moratoria en favor de los bancos,
suspendió la obligación de cambiar los billetes por oro y le dio a este papel pleno poder
liberatorio por su valor nominal.
Esta moratoria se complementó con la prohibición de exportar oro y plata, tanto en
monedas como en barras, excepto el metal extraído de las minas nacionales.xlvii La
suspensión de la convertibilidad de los billetes suspendió el régimen del “patrón oro,” lo
cual debió de generar en el público un clima de inestabilidad y desconfianza, pues había
confiado en los bancos al depositar oro a cambio de billetes que ya no podía transformar
de nuevo en oro.
El descontento de los bancos privados no se hizo esperar, pues el gobierno había
establecido las condiciones necesarias para crear el Banco Internacional en igualdad de
condiciones que los bancos fundados al amparo de la Ley de Bancos de 1900, los cuales
debían tener un capital base en oro, mientras que el capital del Banco Internacional estaba
constituido por cuatro millones de colones, dos millones cubiertos con bonos del Tesoro
emitidos previamente (del 6% de interés) y el resto cubierto con otros títulos valores del
Estado.
Así, la suspensión de la convertibilidad, además de evitar la salida de oro del país, ponía
en igualdad de condiciones los billetes del Banco Internacional, cubiertos con bonos y
títulos del Estado, y los billetes de los bancos privados, que sí estaban respaldados por
oro; por otra parte, la ley señalaba la obligación de aceptar los billetes del Banco
Internacional para pagar cualquier deuda, y mientras durara la inconvertibilidad no podía
fundarse ningún otro banco.
La suspensión de la convertibilidad de los billetes los puso, por primera vez en su
historia, en igualdad de condiciones que la moneda metálica, pues se obligaba al Estado a
aceptarlos en todas las transacciones de bienes y servicios, es decir, su curso era legal y
forzoso, pues anteriormente su uso era legal pero su aceptación voluntaria. La
consolidación definitiva como billete con pleno poder liberatorio fue producto de un
proceso de ajustes desarrollado durante la década de 1920 y, especialmente, la década de
1930.
El “gold-exchange standard”, la Caja de Conversión y el respaldo
basado en el dólar de los Estados Unidos de Norteamérica. (1922-1929)
El Estado fue el que más sufrió las consecuencias de la Guerra Mundial, pues al
disminuir el comercio importador se redujeron abruptamente los ingresos: de 5.5 millones
de colones en 1913 pasaron a 1.1 millones en 1918; además, debió enfrentar una abultada
deuda interna y externa, adquirida en tiempos de prosperidad, pero que no podía atender
en las circunstancias de la crisis fiscal de ese período. A pesar de esta situación de
emergencia, el sector exportador continuó disfrutando de una relativa estabilidad, y logró
17
colocar el café en el exterior durante la guerra, lo que le permitió entrar en un período de
expansión, a partir de 1918. xlviii
República de Costa Rica
Comercio Internacional
Años
Cambio: Colones a 215 %
4 por $1-00
4 por $1-00
1913
1914
1915
1916
1917
1918
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
Importaciones
¢18.677.652,00
16,240,170.00
9,631,790.00
14,201,990.00
12,032,775.00
8,032,306.00
16,167,718.00
38,599,373.00
19,737,208.00
17,941,040.00
21,039,568.00
48,012,068.00
55,283,776.00
Exportaciones
¢22.196.921,00
23,358,598.00
21,444,261.00
23,916,498.00
24,477,776.00
20,696,503.00
38,169,537.00
26,793,557.00
25,556,949.00
30,582,314.00
27,591,360.00
66,260,931.00
65,664,382.00
Fuente: Soley Güell, Tomás. Historia Monetaria de Costa Rica. San José, Costa Rica: 1926, p. 282
Debido a la situación fiscal, monetaria y cambiaria de esa época, aumentaron los precios
de artículos nacionales y extranjeros, lo cual resultó más evidente por el acelerado
proceso de devaluación que sufrió el colón: en 1914 la devaluación alcanzó el 13%; en
18
1915 cerca del 30%, y en 1916 casi un 70%.xlix El aumento de los billetes inconvertibles,
unido a la prohibición de exportar oro, provocó una violenta alza en los tipos de cambio
con respecto al exterior. Así por ejemplo, la relación del colón con el oro inglés pasó de
209% en 1915 a 360 % en setiembre de 1916.l En tales circunstancias, la circulación
monetaria quedó constituida principalmente por billetes y moneda de plata de baja
denominación (fraccionaria); de hecho, en 1915 y 1916 no se acuñó moneda. Aunque en
1917 sí se acuñó moneda, se le rebajó la cantidad de plata a las monedas de 50 y 10
centavos: de 900 milésimas pasó a 500 milésimas de fino, y se acuñaron monedas de 10 y
5 centavos en un material llamado latón, cuyo costo es bajo. Gran parte de la moneda de
plata servía para respaldar emisiones de billetes de gobierno, de modo que también
escaseó la moneda de baja denominación, problema solventado al emitir el Banco
Internacional billetes fraccionarios de 25 y 50 céntimos, y el Estado de 50 céntimos.
Promedio anual del tipo de cambio del colón con respecto al dólar
según años 1915-1944
Año
1915
1916
1917
1918
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
1930
1931
1932
1933
1934
19
Promedio
2.57
2.55
3.76
4.46
4.07
3.33
4.43
4.35
4.52
4.05
4.00
4.00
4.00
4.00
4.00
4.00
4.00
4.00
4.55
4.25
1935
1936
1937
1938
1939
1940
1941
1942
1943
1944
5.92
6.13
5.61
5.61
5.61
5.61
5.61
5.61
5.61
5.61
Fuentes:
Soley Güell, Tomás. Historia Monetaria de Costa Rica. San José, Costa Rica: 1926, p. 285
1925-1926, Dirección General de Estadística, Anuario Estadístico 1926, p. 4
1927-1928, DGE, Anuario Estadístico 1928, p. 25.
1929-1930, DGE, Anuario Estadístico 1930, p. 17.
1931-1932, DGE, Anuario Estadístico 1932, p. 13.
1933, DGE, Anuario Estadístico 1933, p. 15.
1934, DGE, Anuario Estadístico 1934, p. 27.
1935-1947, DGE, Informe de la DGE, 1947, p. 131.
Promedio anual del tipo de cam bio del colón con respecto al dólar según años
1915-1944
7.00
Tipo de cambio en colones
6.00
5.00
4.00
Serie1
3.00
2.00
1.00
0.00
1910
1915
1920
1925
1930
Años
Fuentes:
20
1935
1940
1945
1950
Soley Güell, Tomás. Historia Monetaria de Costa Rica. San José, Costa Rica: 1926, p. 285
1925-1926, Dirección General de Estadística, Anuario Estadístico 1926, p. 4
1927-1928, DGE, Anuario Estadístico 1928, p. 25.
1929-1930, DGE, Anuario Estadístico 1930, p. 17.
1931-1932, DGE, Anuario Estadístico 1932, p. 13.
1933, DGE, Anuario Estadístico 1933, p. 15.
1934, DGE, Anuario Estadístico 1934, p. 27.
1935-1947, DGE, Informe de la DGE, 1947, p. 131.
A inicios de la década de 1920, la circulación monetaria era desastrosa. Tomás Soley
Güell describe muy bien lo que ocurría, al señalar que la circulación monetaria estaba
“(…) en un estado tan caótico como el que tuvo en los primeros años de la
independencia. Si entonces corrieron, en el mercado, monedas de distinta ley, diferente
peso de variado valor y de toda nacionalidad, ahora circulaba una balumba de billetes
de distinto instituto emisor, entre ellos de un banco fallido [el Comercial], de diferente
respaldo, de varia representación metálica: unos expresaban su condición de
representantes de la moneda de oro; otros decían ser sustitutos de la moneda de plata, de
900 o de 500 milésimos, según la fecha de emisión. El mismo Gobierno establecía dos
clases de moneda de igual denominación; cobrando unos derechos en colones oro y
otros en colones comerciales.”li
Ante una circulación monetaria tan confusa, constituida básicamente por papel moneda,
fue necesario efectuar una reforma que la ordenara y, sobre todo, que concentrara la
facultad de emisión en un solo ente, pues en un sistema de pluralidad de bancos de
emisión, el fracaso de uno repercutía en los demás, provocaba la pérdida de confianza en
todos los billetes, y originaba demandas de reembolsolii y crisis monetarias, tal y como
sucedió al quebrar el Banco Comercial de Costa Rica, en 1915.
Uno de los puntos fundamentales en este proceso de ordenamiento de las emisiones de
papel moneda, fue la eliminación de la pluralidad de emisores y la concentración de la
potestad de emisión en un solo ente. Así, en junio de 1920 se creó un Consejo de
Hacienda Pública para que arreglara la situación monetaria del país y adoptara las
medidas convenientes, pues el 31 de marzo de 1921 vencía la moratoria concedida a los
bancos para convertir los billetes.
Como resultado de los informes presentados por este Consejo, en 1921 el Congreso
estableció el fin de la inconvertibilidad de los billetes para los bancos particulares,
mientras que los del Banco Internacional continuaban sirviendo para pagar obligaciones
en colones; si alguien se negaba a recibirlos, se declaraba una moratoria a favor del
deudor por el tiempo que durara la inconvertibilidad de esos billetes; además, se eliminó
la prohibición establecida en 1914 de exportar oro y plata en monedas o barrasliii, y se
estableció el libre comercio de esos metales.liv
En 1922 el Congreso conoció y aprobó el proyecto para unificar las emisiones de las
distintas clases de billetes. Se designó al Banco Internacional de Costa Rica como único
facultado para emitir moneda y se le autorizó para ampliar su emisión, a fin de iniciar el
21
proceso de sustitución de los billetes del antiguo Banco Comercial y los del gobierno
respaldados por plata.lv
El patrón oro fue suspendido por la mayoría de los países en 1914, con la idea de
retornarlo una vez finalizada la guerra. A principios de la década de 1920 se intentó
restablecerlo, pero los países tuvieron que hacer ajustes en el valor de su moneda con
respecto al oro, debido a las circunstancias económicas que generaron la guerra y la
postguerra y a la disminución de las reservas de oro, cuya proporción con la oferta
monetaria estaba por debajo de los niveles compatibles con la convertibilidad. En el caso
de Costa Rica, el Banco Internacional -banco emisor- no disponía del oro necesario para
pagar sus billetes y, a pesar de que se estableció un impuesto sobre la renta para saldar la
deuda del Banco, este mecanismo tardó más de diez años en proporcionar los recursos
necesarios para respaldar tales emisiones. Mientras tanto, el tipo de cambio seguía
teniendo oscilaciones violentas, de cincuenta o cien puntos, como venía ocurriendo desde
1916.
Para solucionar esta situación, el Gobierno decidió establecer la Caja de Conversión,
organismo encargado de regular la circulación monetaria sobre los principios del “goldexchange standard”. Según la ley que reguló su funcionamiento, nadie que no fuera la
Caja de Conversión podría emitir moneda y esta solo emitiría contra la entrega de oro o
de giros, sobre el exterior, a un tipo de cambio fijo del 400% con respecto al dólar de los
Estados Unidos de Norteamérica. Sus billetes serían pagaderos, a su presentación, en oro
o en giros, al mismo tipo de cambio.
Como habíamos señalado anteriormente, dada la escasez de oro, el respaldo para las
emisiones monetarias se había ampliado, utilizando también como reserva moneda de
países que estaba debidamente respaldada por oro o por una economía fuerte, es decir,
que conservaba la convertibilidad, utilizándose a nivel internacional la libra esterlina de
Inglaterra. Tales monedas convertibles, llamadas “divisas clave” y un este sistema se le
llamó el “patrón oro cambios”lvi,
Sin embargo, después de la II Guerra Mundial, Inglaterra quedó muy debilitada
financieramente, perdiendo la influencia y el poder anterior al no poder suministrar parte
de los bienes y servicios base de su comercio internacional por lo que muchos países
optaron por buscar otros países suplidores. Así, el comercio internacional inició un
cambio de dirección, con el cual la libra esterlina empezó a perder su importancia como
unidad de cuenta internacional y se fue debilitando. El puesto de Inglaterra fue ocupado
por los Estados Unidos, aunque con otras características ya que la economía
norteamericana dependía sólo marginalmente del comercio exterior, mientras que los
restantes países dependían de este. lvii Su moneda, el dólar, cada vez más fuerte, empezó
a ser utilizada como unidad de cuenta y medio de pago de las transacciones
internacionales.
El patrón oro nunca se pudo restablecer, a pesar de varios intentos, y para el caso de
Costa Rica, a partir de la década de 1920 se empezó a utilizar el dólar de los Estados
Unidos como unidad de cuenta y de respaldo de las emisiones monetarias, es decir, como
22
“divisa clave”. El tipo de cambio de colón con respecto al dólar fue fijado en 400 %, con
lo que el colón quedó valorizado en unos cincuenta puntos más, por lo que fue necesario
reducir la cantidad de circulante, reemplazando billetes inconvertibles, por billetes
convertibles de la Caja, respaldados con el producto de la pequeña renta de impuestos al
banano. Este sistema de emisión se adoptó bajo el supuesto de que el buen precio de los
productos de exportación de Costa Rica se mantendría, supuesto que resultaba bastante
frágil para una economía agroexportadora dependiente de los precios y las circunstancias
de los mercados internacionales.
Para continuar con el proceso de sanear la circulación monetaria, en 1923 se autorizó la
contramarca de las monedas nacionales de plata por el doble de su valorlviiicon la
finalidad de retirar del mercado una suma desproporcionada de billetes de 1 y 2 colones,
respaldados por plata, los cuales no gozaban de mucha aceptación para adquirir artículos
de cierto valor. Por otro lado, se deterioraban rápidamente y su valor de reposición era
elevado, en comparación con su valor nominal.lix
La Caja de Conversión emitió billetes en denominaciones de 2, 5, 10, 20, 50 y 100
colones, equivalentes, respectivamente, a 0.50, 1.25, 2.50, 5, 12.50 y 25 dólares. Por tal
razón, entre 1922 y 1929, los billetes contenían la siguiente leyenda:
“BANCO INTERNACIONAL DE COSTA RICA
CAJA DE CONVERSIÓN
LA CAJA DE CONVERSIÓN PAGARÁ AL PORTADOR LA SUMA DE
¢…….
COLONES
EN MONEDA DE ORO ACUÑADA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA O EN
LETRAS DE CAMBIO A LA VISTA SOBRE NUEVA YORK. A OPCIÓN DEL
ADMINISTRADOR A RAZÓN DE UN DÓLAR POR CADA CUATRO COLONES
La Caja fue creada como una sección del Banco Internacional, pero trabajó en forma
independiente; la emisión quedó encargada exclusivamente a este organismo. En este
sentido, ni el Gobierno ni el Banco Internacional podían realizar emisiones y este último
solo estaba autorizado para reponer billetes en mal estado de sus propias emisiones en
circulación.
En el período 1922-1928, aumentaron las importaciones y las exportaciones, la deuda
general del Estado disminuyó en alrededor de un 25% y la población del país alcanzó el
medio millón de habitantes. En este contexto, la Caja mantuvo el mismo tipo de cambio
entre 1924 y 1929; durante ese período demostró su eficiencia, basada en un sistema que
era, en alguna forma, una reminiscencia del patrón oro, pero al que, al igual que este, la
modificación de la situación comercial con el exterior le traería la liquidación. Mucho se
23
ha discutido sobre el “auge” que vivió nuestro país en este período. Alfredo González
Flores y otros autores consideran dicho auge como de tipo artificial, producto de las
transacciones comerciales y crediticias y de los dos empréstitos contratados con los
Estados Unidos por 8 y 4 millones de dólares en 1924 y 1928, respectivamente. Dicha
situación provocaría un proceso inflacionario y un ambiente ficticio de bienestar;
llegando esos autores a la conclusión de que para Costa Rica la crisis mundial de 1929
fue, en sus orígenes, esencialmente monetaria.lx En este sentido, José Luis Vega señala
que esta no es la única causa de la crisis, sino que hay que sumarle los factores externos
en el ámbito de la circulación y la estructura del mercado agrícola mundial.lxi
La crisis de 1929 y la búsqueda de una oferta monetaria ajustada a las
necesidades de la economía (1929-1949)
El cierre de la Caja de Conversión
En 1929 estalló la crisis mundial afectaba de manera importante el comercio
internacional. Sus efectos se hicieron sentir en Costa Rica, con la consecuente caída del
valor de las exportaciones de café y banano, la contracción de las importacioneslxii y la
disminución de los préstamos. Entre 1929 y 1932, el valor de las exportaciones cayó de
18 a 8 millones de dólares y el de las importaciones pasó de 20 a 5 millones de dólares.
Además, los embarques de banano descendieron de 6 a 3 millones de racimos, entre
1929 y 1935. Esta crisis del sector exportador condujo también a una caída importante
del ingreso por los impuestos de aduana, vitales para las finanzas del Estado. Este quiso
generar rentas con nuevos tributos, pero no lo logró.lxiii
Tal situación provocó la disminución en los ingresos estatales y un déficit fiscal
constante, especialmente entre 1929 y 1936, circunstancia que trajo consigo nuevas
emisiones de billetes inconvertibles, que provocaron el debilitamiento de nuestra moneda
y profundas fisuras en el mecanismo de la Caja de Conversión. La renta que la Caja
percibía por concepto de las exportaciones de banano ya no fue utilizada para reducir la
cantidad de billetes inconvertibles, sino que se usó para aumentar el circulante; no
obstante, el problema no era la falta de moneda, pues esta era suficiente para las
transacciones comerciales que se realizabanlxiv, sino atender las erogaciones del
Gobierno, cuyos ingresos se habían reducido drásticamente por la crisis fiscal. La
devaluación del colón respecto del dólar no se hizo esperar y los supuestos en los que se
sustentaba el funcionamiento de la Caja de Conversión se vieron alterados, con la
consiguiente imposibilidad de continuar con su labor, por lo que se procedió a su
liquidación, a finales de 1931. Mediante leyes especiales emitidas por el Congreso, el
Banco Internacional de Costa Rica asumió la facultad de emisión con el criterio único de
llenar las necesidades fiscales.lxv
24
Para mediados de la década de 1930, el Banco Internacional, fundado en 1914, había
adquirido una serie de funciones de manera poco estructurada. En este contexto,
conforme a la Ley N° 38 del 5 de noviembre de 1931, el Banco Internacional se vio en la
obligación de emitir billetes respaldados por moneda de plata resellada en 1923, que ya
tenía en sus arcas. Así, combinaba funciones de único banco emisor con otras de banco
comercial, Junta de Control de Exportaciones, beneficiador y exportador de café, entre
otras. A pesar de ostentar, desde 1922, la facultad única de emisión y el control sobre el
tipo de cambio, el país todavía no contaba con una circulación monetaria sana, puesto que
las emisiones se habían venido realizando sin considerar sus efectos sobre la actividad
económica, el nivel de precios, las necesidades reales de crédito ni los medios de pago.
Esto evidenciaba falta de claridad en el establecimiento de una política monetaria y de
los instrumentos para aplicarla.
El cambio en la utilización de metales preciosos para acuñar monedas a metales de bajo
costo y alta durabilidad se produjo en 1935, al acuñarse las monedas de cupro-níquel ya
mencionadas, lo cual, unido al cierre de la Caja de Conversión y la suspensión del
sistema de respaldo de las emisiones de billetes sobre la base del dólar (1930) abrió las
puertas para que los billetes que se emitieran tuvieran plena capacidad como moneda, y
no en razón de su posibilidad de ser convertidos en oro, plata o moneda extranjera
debidamente respaldada por oro. A partir de ese momento, podemos hablar de la
consolidación del uso del papel moneda en Costa Rica. Al respecto Rodrigo Facio
señala:
“...al abandonarse el sistema metálico y adoptarse el de papel-moneda, dentro del cual
la unidad monetaria se halla totalmente desligada de todo peso metálico, sí se plantea en
forma directa el problema de determinar el valor, interno e internacional, de la moneda;
porque ese valor ya no podrá resultar de una ley metálica, ahora inexistente”lxvi
La reforma de 1936 y el Banco Nacional
La crisis enfrentada en la primera mitad de la década de 1930 dejó como lección que se
requería la intervención del Estado para mantener la salud de la economía capitalista,
contrario a lo que establecía la ideología liberal imperante en Costa Rica desde la
segunda mitad del siglo XIX, según la cual “dejadas libres las fuerzas del mercado, una
economía capitalista basada en las exportaciones agrícolas conduciría a la civilización
y a la prosperidad para todos”lxvii
Por las razones anteriores, en 1936 se llevó a cabo una reforma bancaria, en la cual el
Banco Internacional de Costa Rica se reorganizó con el nombre de Banco Nacional de
Costa Rica y fue estructurado en tres departamentos: el Emisor, el Comercial y el
Hipotecario; al primero de ellos se le dieron todas las atribuciones y funciones que
caracterizaban a la banca central. Los departamentos serían coordinados por una Junta
Directiva, pero el funcionamiento de estos era totalmente independiente, ya que contaban
25
con capital y contabilidad propios, excepto en lo referente a las ganancias y pérdidas que
debían hacerse en conjunto.lxviii
La reforma de 1936 consistía, básicamente, en implementar una moneda administrada y
emitida por el Departamento Emisor, el cual controlaría, además, su oferta, adecuándola
a las necesidades de país. Con esta reforma, se formalizó el sistema de papel moneda
desligado de patrones metálicos, en consecuencia, la determinación de los tipos de
cambio le fue asignada a una Comisión de Cambios del Departamento Emisorlxix.
El Banco Nacional inició sus emisiones de billetes en 1936, con fórmulas del Banco
Internacional reselladas con la leyenda “Banco Nacional de Costa Rica”. A partir de
1939, el Banco Nacional emitió billetes con fórmulas propias y, a diferencia de los
emitidos por el Banco Internacional, los del Banco Nacional, por primera vez, dejaron de
incluir la promesa de pago, ya fuera en moneda acuñada o en monedas extranjeras
respaldadas por oro. Esto se debió a que las necesidades de moneda para las
transacciones comerciales demandaban no solo uniformidad sino también flexibilidad en
la emisión de billetes.
La economía y el respaldo de la emisión monetaria
La Caja de Conversión había demostrado que la estricta emisión de billetes contra
reservas de oro o de moneda extranjera debidamente respaldada por orolxx, funcionaba en
las condiciones de una balanza comercial favorable, pero que las situaciones de crisis
internacionales afectaban el intercambio comercial y, por ende, la emisión monetaria,
debido al carácter dependiente de nuestra economía. Por tanto, el sistema monetario y la
circulación no eran suficientemente elásticos para ampliarse o contraerse según el
aumento o la disminución del volumen de las transacciones comerciales, sin afectar el
valor de nuestra moneda. En cuanto a las características y el funcionamiento de nuestro
sistema monetario y del papel moneda, el economista Tomás Soley escribió, en 1940, lo
siguiente:
“Nuestro sistema monetario ha quedado reducido al papel moneda, virtualmente
desligado del oro, puesto que los billetes no son canjeables por éste ni por ningún metal.
Con buena lógica, puesto que se ajusta a la realidad, los billetes han dejado de ostentar
la falsa promesa (mantenida antes, aun en tiempos de inconvertibilidad) de que serán
canjeados por oro. Los billetes sólo pueden cambiarse por sí mismos, por mercaderías,
por títulos de crédito, por propiedades. El problema consiste en mantener su valor en
una relación constante con el precio de los artículos. Dicho más claramente: en
asegurarles una función dominante de medio de cambio entre los diferentes bienes.
serían así siempre una medida inalterable de los precios, un denominador exacto de los
valores. La Caja de Conversión demostró durante siete años, cómo podía mantenerse
una relación fija de nuestra moneda con el oro sin que dicho metal entrase en la
circulación. El desideratum, para el nuevo sistema, sería que pudiese mantener ese
equilibrio no ya con el oro (dólar) sino con los artículos, salarios y jornales. En la
actualidad mantiene la relación fija con el oro como lo hiciera la Caja de Conversión,
26
pero sus billetes tendrán que seguir la fluctuación de los precios que a ese metal fije el
sistema estadounidense. No obstante ese pero, y en espera de que llegue a lograrse la
relación con los bienes, nuestro sistema puede calificarse como acertado, puesto que es
capaz de sustraernos a las fluctuaciones del cambio sobre el Exterior. Esto es lo más
que habíamos conseguido con el Patrón de oro y con la Caja de Conversión.
Para conservar esa fijeza y preparar el camino que nos lleve a conseguir la de
los precios, sólo se requiere que el Banco Emisor sepa mantener en circulación el dinero
que requiera el mercado, en tiempos prósperos y adversos, de manera que ni el exceso ni
el defecto de los signos monetarios provoque o acentúe las fluctuaciones de los precios”.
lxxi
Las décadas de 1930 y 1940 fueron de crisis profunda. Si bien a fines de la década de
1930 la economía costarricense mostraba signos de recuperación, esta fue interrumpida
por el estallido de la Segunda Guerra Mundial y resultaron afectadas las exportaciones
costarricenses por el cierre de mercados como Gran Bretaña y Alemania. Esto implicó la
necesidad de reorientar el comercio exterior hacia los Estados Unidos, aceptando precios
más bajos para el café y sin poder colocar allí toda la producción de banano.lxxii La
balanza de pagos también se afectó, lo cual ocasionó graves problemas fiscales y
monetarios, al afectar los impuestos a la importación y, por ende, el régimen tributario y
presupuestario de la nación.lxxiii
En el campo económico, político y social, durante la década de 1940 se producía un
nuevo alineamiento de las fuerzas sociales y la magnitud de la crisis exigía la
diversificación económica y de la estructura social.lxxiv
El tratado Bretton Woods (1945) y la vuelta a un sistema monetario basado en el
patrón oro-dólar
En 1945, en el ámbito mundial tuvo lugar una reforma del sistema monetario
internacional, producto de las conferencias de Bretton Woods, lo cual sentó las bases para
un nuevo ordenamiento, basado en el patrón oro-dólar, así como para la creación del
Fondo Monetario Internacional y del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento,
conocido como Banco Mundial. El objetivo de este sistema era promover la expansión
del comercio internacional, sobre la base de un sistema de tipos de cambio fijos
determinados por los países, bajo la vigilancia del Fondo Monetario Internacional;
asimismo, regular el intercambio entre las naciones después de un período de caos
cambiario. Las monedas nacionales estaban ligadas al oro, por el establecimiento de su
valor en relación con ese metal; sin embargo, en la práctica, las reservas estaban
constituidas por dólares de los Estados Unidos de América.lxxv
A diferencia del patrón oro, este nuevo sistema monetario fue un acto voluntario,
jurídicamente organizado, con la finalidad de ordenar las relaciones monetarias entre los
distintos países participantes, en el cual los gobiernos actúan en estrecha relación con el
Fondo Monetario para logar el equilibrio de las relaciones monetarias entre sus
27
participantes, a diferencia del “patrón oro” en el cual dicho equilibrio se obtenía dejando
funcionar el mecanismo libremente, es decir, sin ingerencia de tipo político. En el sistema
de Bretton Woods, además de la participación de la acción del estado de los países
miembros para lograr los objetivos propuestos en el Acuerdo, participó un país como
Estados Unidos que desempeñó un papel similar al que jugó Inglaterra con el patrón
oro.lxxvi “Como moneda clave o de reserva se fijó la paridad del dólar solamente en oro,
inicialmente en $ 35 por onza de oro. Estados Unidos era el único país obligado a
mantener la convertibilidad de su moneda en oro (poseía entonces los dos tercios de las
reservas mundiales oficiales en oro), mientras que el resto de los países tenían que fijar
la paridad de su moneda con respecto al dólar.”lxxvii
El sistema inicialmente funcionó debido a que después de la Segunda Guerra Mundial los
Estados Unidos pudo suministrar casi todo lo que necesitaban los demás países, con lo
cual el dólar se convirtió en la unidad de cambio internacional necesaria para las
transacciones comerciales; y, además, a que a fines de la década de 1940 Estado Unidos
poseía el 60 % del oro existente en el mundo, lo cual proporcionaba un fuerte respaldo a
su moneda.lxxviii
Costa Rica inició su participación en el nuevo sistema monetario internacional en 1946;
la determinación de los tipos de cambio recayó en la Asamblea Legislativa, según la ley
de moneda emitida en 1947. Si bien esto representó volver, de manera indirecta, a los
sistemas de respaldo en metálico, se abandonaron los rígidos lineamientos de lo que se
concebía como “emisiones orgánicas”, entendidas como emisiones monetarias realizadas
solo para financiar transacciones reales de bienes producidos en la economía. lxxix Si bien,
durante ese período, el Banco Nacional comenzó a desarrollar, por medio de su
Departamento emisor, una política monetaria acorde con el requerimiento de las
transacciones comerciales, dicho departamento no gozaba aún de la independencia
necesaria para llevar a cabo políticas de emisión y circulación, sobre todo porque, al
estar conectado con un banco comercial, sus intereses podían entrar en conflicto;
además, por esa misma dependencia, carecía de la autoridad legal indispensable para
cumplir debidamente con las funciones características de la banca central.
La creación del Banco Central y el abandono paulatino del sistema
monetario basado en el sistema oro-dólar (1950-2004)
La Guerra Civil de 1948 y la Constitución Política de 1949 consolidaron, un nuevo
modelo de Estado de tipo interventor, el cual va a asumir un papel fundamental en el
desarrollo económico, social y cultural del país.
Después de la Guerra Civil de 1948, los socialdemócratas tomaron el poder e impulsaron
un amplio conjunto de reformas, con lo cual se produjo el acceso al poder de nuevos
sectores sociales. La estrategia de desarrollo contemplaba nuevas funciones del Estado,
orientadas a implantar un modelo donde la industria sustituiría, paulatinamente, a la
agroexportación como eje de la economía. No obstante, también se diversificaron las
28
actividades agropecuarias y se promovió la diversificación hacia actividades nuevas, así
como el desarrollo tecnológico de las tradicionales. lxxx
Se promovió la ganadería de carne, que venía transformándose, apoyada en una ley de
fomento desde 1932), lo mismo que el cultivo de la caña de azúcar, el café y el banano.
Se amplió la infraestructura, se desarrollaron políticas de mayor proteccionismo
económico hacia la producción nacional y los procesos de nacionalización bancaria, en
procura de fortalecer el crédito para los proyectos de diversificación económica y el
desarrollo industrial, todo lo cual llevó al crecimiento del aparato estatal, poniendo
presión sobre los gastos públicos, que aumentaron de ¢ 127 millones en 1950 a ¢ 376
millones en 1960 y a ¢ 975 millones en 1970 (colones corrientes).
En ese contexto, se funda, en 1950, el Banco Central de Costa Ricalxxxi, sobre la base del
Departamento Emisor del Banco Nacional, como organismo rector y promotor del
desarrollo ordenado de la economía costarricense, de la política monetaria, crediticia y
cambiaria, único autorizado para emitir monedas y billetes, así como para determinar las
denominaciones de ellos que estime pertinentes, a fin de satisfacer las necesidades reales
de circulante que requiere la economía del país.
El Banco Central inició sus emisiones de papel moneda en 1950, utilizando,
provisionalmente, las antiguas fórmulas del Banco Nacional, habilitadas por medio de un
sello con el nombre del banco y la leyenda “serie provisional”. A partir de 1951, el
Banco Central empezó a emitir billetes con fórmulas propias e inició sus acuñaciones de
moneda metálica.
Siguiendo el esquema del tratado de Bretton Woods, en las décadas de 1950 y 1960, el
Banco Central de Costa Rica mantuvo reservas de oro y de dólares. Como muchos otros
bancos centrales compró oro extraído en el país, aunque no solo compró oro en pepita,
sino también en forma de objetos precolombinos que llegaron a conformar una de las
mejores colecciones de este tipo del mundo.
A finales de los años cincuenta y en el transcurso de la década de los sesenta la variación
en la dirección del comercio internacional, el cual se diversificó al participar más países
dentro de la oferta de bienes y servicios, así como también el alto costo de obtener oro y
mantenerlo en reserva, las fuertes fluctuaciones en los tipos de cambio de algunas
monedas europeas y una balanza comercial deficitaria de los Estados Unidos que puso en
circulación una gran cantidad de dólares que provocó un proceso inflacionario mundial,
entre otros, hicieron que en 1971 se produjera la ruptura del sistema monetario surgido en
Bretton Woods, cuando el presidente Nixon de los Estados Unidos abandonó
formalmente la relación entre el dólar y el oro, “Estados Unidos ya no convertía
automáticamente dólares en otras monedas o en oro a $ 35 la onza; ya no fijaba una
paridad oficial del dólar y defendía este tipo de cambio a toda costa… En el año 1973, se
eliminaron los tipos de cambios fijos y se pasó a la flotación libre del valor de las
monedas y en enero de 1976 fue abolido el precio oficial del oro, lo que fue equivalente a
la desaparición del valor oficial del dólar y, por tanto, su consideración como unidad de
cuenta, con lo que el sistema quedó destruido.”lxxxii
29
El sistema monetario y la emisión basada en el respaldo por los valores
representativos de las fuerzas económicas
El patrón monetario se basó en el concepto de que el nivel general de precios no debe
alterarse por causas monetarias; por tanto, las emisiones se realizaban contra
información proveniente de la agricultura, el comercio, la industria y los transportes, de
manera que la moneda fuera un instrumento de relación; por ello, si se producía una
variación en los precios esta se debía a causas diferentes de la cantidad de moneda en
circulación.lxxxiii En tales circunstancias, en teoría, la emisión monetaria quedaba
perfectamente respalda por estos valores representativos de las fuerzas económicas, que
habían generado un producto, cuyo contra valor podía encontrarse en las emisiones.lxxxiv
El papel de las reservas metálicas y de las monetarias internacionales en la
actualidad
En el pasado, las reservas internacionales de moneda habían servido como medio para
regular la masa monetaria, al establecerse que la emisión monetaria debía guardar cierta
relación con esas reservas. Ese concepto fue variando desde la década de 1930 al
considerarse que la moneda vale por lo que con ella puede comprarse. En este sentido, el
papel de las reservas monetarias internacionales ha cambiado y su función actual es servir
de respaldo para mantener el tipo de cambio y la convertibilidad de la moneda nacional,
sobre, todo en momentos en que los intercambios comerciales del país con el exterior le
sean desfavorables y se presente, como consecuencia, un déficit de la balanza de pagos de
carácter transitorio. En estas circunstancias, contar con cierto nivel de reservas
internacionales permite sostener el tipo de cambio mientras se recupera la economía.lxxxv
NOTAS
i
Al respecto cfr.: García Soto, Ronald. Introducción a la teoría monetaria. San José,
Costa Rica: Editorial Universidad Estatal a Distancia, 1991.
ii
Ibid, pp. 16-18
iii
Al respecto cfr: López, Marcos. La evolución de los sistemas monetarios nos ayuda a
entender la actual Economía Mundial.
http://www.stockssite.com/notas/monetario.html
iv
Ídem
30
v
La Ley de Moneda de 1824 establecía que toda la moneda de oro y plata que se
acuñase sería del peso y ley que le designaba el gobierno español aunque se prohibió
acuñar monedas con signos o emblemas relativos a la monarquía española.
vi
Molina Jiménez, Iván. Costa Rica (1800-1850). El legado colonial y la génesis del
capitalismo. San José, Costa Rica: Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1991, pp.
205-206.
vii
Ibid, p. 205
viii
Ibid, p. 206
En abril de 1877 nació el Banco de la Unión, constituido por ricos hacendados y
hombres de negocios. Inició sus operaciones con un capital inicial de $ 500.000 pesos,
aportados por Francisco Peralta, Gaspar Ortuño, José Ramón Rojas Troyo, Rafael
Barroeta, Aniceto Esquivel, Alejo Jiménez, Braulio Morales y Francisco Echeverría. Al
parecer su nombre fue puesto por ellos para representar la unión de sus capitales y su
amistad. En 1884 se suscribió un contrato con el gobierno, conocido como Soto-Ortuño,
el cual le dio al Banco la facultad de emisión única hasta 1887, prorrogable a 1900. El 4
de noviembre de 1890, la Junta Directiva del Banco acordó aplicar la cláusula que le
permitía cambiar de nombre y pasó a llamarse Banco de Costa Rica, el cual se mantiene
hasta la actualidad.
ix
x
Gil Pacheco, Rufino. Op. cit., pp. 77-78.
xi
Soley Güell, Tomás. Historia económica y hacendaria de Costa Rica. San José, Costa
Rica: Editorial Costa Rica, 1975, p. 43.
xii
Gurdián, Raúl. Contribución al estudio de las monedas de Costa Rica. San José, Costa
Rica: 1958, p. 29.
xiii
Mac Leod, Murdo. Historia socioeconómica de la América Central española: 15201720. Guatemala: Editorial Piedra Santa, 1980, pp. 240.
xiv
Rojas Solano, Héctor. Los boletos y su función social y económica. San José, Costa
Rica: Oficina del Café, s.f, p. 9.
xv
Meléndez Chaverri, Carlos. Guión Museo de Numismática. San José, Costa Rica:
Banco Central de Costa Rica, 1990 (inédito) p. 56.
xvi
xvii
Gurdián, Raúl, op. cit., p. 33
Laporte Soto, Gilbert. Tipos de cambio extranjeros durante la vigencia del patrón
bimetalista. En: Revista de la Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica,
diciembre de 1952, p. 76.
xviii
Ibid, pp. 81-82.
31
xix
Ibid, p. 89.
xx
Ibid, p. 90.
xxi
Ibid, p. 94.
xxii
Cfr. Alfageme, Augusta y otros. De la moneda de plata al papel moneda. Perú: 18791930. Lima, Perú: Banco Central de Reserva del Perú y Agencia Internacional para el
Desarrollo, 1992, pp. 21-28.
xxiii
Tomás Soley. Historia monetaria de Costa Rica. San José, Costa Rica: Imprenta
Nacional, 1926, pp. 81-83.
xxiv
Araya Pochet, Carlos. Historia económica de Costa Rica (1821-1971). San José,
Costa Rica: Editorial Fernández Arce, 1982, p. 74.
xxv
Daremblum, Jaime. Del cacao al colón: el desarrollo de la moneda y la banca en
Costa Rica. San José, Costa Rica: Centro de Investigación y Adiestramiento PolíticoAdministrativo, 1977, p. 24.
xxvi
Ibid, p. 24
xxvii
Idem
xxviii
Para una explicación más detallada sobre el “Patrón oro” se puede consultar:
Daremblum, Jaime. Del cacao al Colón: el desarrollo de la moneda y la banca en Costa
Rica. San José, Costa Rica: Centro de Investigación y Adiestramiento PolíticoAdministrativo, 1977, pp. 24-43
xxix
Al respecto cfr: López, Marcos. La evolución de los sistemas monetarios nos ayuda
a entender la actual Economía Mundial. Op. Cit.
http://www.stockssite.com/notas/monetario.html
Soley, Tomás. Historia monetaria de Costa Rica. Op. Cit., pp. 94-95.
xxx
xxxi
Ibid, p.95.
xxxii
Soley, Tomás. Historia monetaria de Costa Rica. Op. Cit., p. 90.
xxxiii
Secretaría de Instrucción Pública. La moneda nacional de oro. San José, Costa Rica:
Tipografía Nacional, 1900, pp. 3-5.
xxxiv
xxxv
Soley, Tomás. Historia monetaria de Costa Rica. Op. Cit., pp. 94.
En 1902 la Ley fue reformada y aumentó al 50 % el encaje respecto de los billetes en
circulación.
32
xxxvi
Soley, Tomás. Historia monetaria de Costa Rica. Op. Cit., p. 89.
xxxvii
Ibid, p. 91.
xxxviii
Gil, Rufino. Op. cit., p. 99.
xxxix
El Banco de Costa Rica y el Banco Anglo fueron fundados en la segunda mitad del
siglo XIX. El Banco Comercial de Costa Rica fue fundado el 27 de mayo de 1905,
durante la Administración de Rafael Yglesias, por Emilio Challe Loubet y Thomas Scott.
Era de carácter privado y tenía facultades para emitir billetes de curso voluntario y
conversión forzosa. Gozó de gran prestigio durante nueve años, pero graves errores de su
gerencia provocaron su quiebra en 1915; quedaron en circulación más de un millón de
colones de sus billetes, los cuales fueron garantizados por el Gobierno para evitar un caos
financiero y la desconfianza del público en los billetes de los otros bancos. Por su parte,
el Banco Mercantil de Costa Rica fue fundado el 13 de junio de 1908. Su promotora fue
la firma comercial Bennet, Rojas y Fernández, cuyos socios eran Jaime G. Bennet, Jaime
Rojas Bennet y Juan Fernández Morúa. Sus primeras emisiones aparecieron en junio de
1910 y se suspendieron en 1917, aunque los billetes circularon hasta 1922, cuando el
gobierno prohibió las emisiones de los bancos privados. En 1917 y 1918, las acciones de
este Banco pasaron a manos del “Mercantile Bank of America”, un consorcio de bancos
internacionales; debido a problemas económicos, este consorcio vendió sus acciones al
Royal Bank of Canada, en 1925.
xl
Soley, Tomás. Historia monetaria de Costa Rica. Op. Cit., p. 94.
xli
Ibid, p.95.
xlii
Al respecto cfr: López, Marcos. La evolución de los sistemas monetarios nos ayuda a
entender la actual Economía Mundial. Op. Cit.
xliii
Ídem
xliv
Al respecto confróntese: López, Marcos. El sistema de patrón de cambios oro.
http://www.stockssite.com/notas/monetario2.html
xlv
Daremblum, Jaime. Op. cit., p. 45.
xlvi
Hernández, Carlos. Banca Central. San José, Costa Rica: Editorial Universidad
Estatal a Distancia, 1991, pp. 17-18.
xlvii
33
Daremblum, Jaime, Op. cit., p. 48.
xlviii
Vega Carballo, José Luis. Vega Carballo, José Luis. Hacia una interpretación del
desarrollo costarricense: ensayo sociológico. San José, Costa Rica: Editorial Porvenir,
1986, pp. 288-290.
xlix
Facio, Rodrigo. La moneda y la banca central en Costa Rica. San José, Costa Rica:
Editorial Costa Rica, 1973, pp. 178-179.
l
Soley Güell, Tomás. Compendio de historia económica y hacendaria de Costa Rica. Op.
cit., p. 73.
li
Soley, Tomás. Historia monetaria de Costa Rica. Op. cit., p.174. Los paréntesis son
nuestros.
lii
Se debe tener en cuenta que en este período los billetes estaban respaldados por metales
como el oro y la plata, por tanto su valor era de tipo representativo del dinero depositado.
liii
La exportación de oro producido en el país fue de US$ 0. 7 millones en 1914, y subió a
un promedio de cerca de US$ 1 millón entre 1916 y 1920, mientras que en 1921 y 1922
bajó a sólo US$ 0.4 millones.
liv
Soley, Tomás. Historia monetaria de Costa Rica. Op. cit., pp. 176-177.
lv
Ibid, p.178.
lvi
Daremblum, Jaime. Op. cit., p.57.
lvii
Marcos López. El sistema de patrón de cambios oro. Op. Cit.
lviii
En 1923 se autorizó contramarcar por el doble de su valor, las monedas nacionales de
plata acuñadas desde la segunda mitad del siglo XIX hasta 1918, por lo cual las de
veinticinco céntimos se contramarcaron con cincuenta céntimos y las de cincuenta con
un colón. Por el otro lado se les grabó el año "1923". Esta fue la primera vez que circuló
una moneda metálica con la denominación de un colón.
lix
Soley Güell, Tomás. Compendio de historia económica y hacendaria de Costa Rica.
Op. cit., p. 90.
lx
Cfr. Cañas Escalante, Alberto. Alfredo González Flores: su pensamiento. San José,
Costa Rica: Editorial Costa Rica, 1980, p.189 y siguientes.
lxi
Según Vega Carballo, sí hubo una estimulación artificial de la economía, la cual
siempre estuvo regulada por la bonanza ficticia del sector agroexportador y por los
empréstitos del exterior, así como por la ilusión de que se estaba en un período de
crecimiento autogenerado por el desarrollo de las fuerzas productivas nacionales, sin
tomar en cuenta los efectos de las posibles variaciones de los mercados internacionales.
Cfr. Vega Carballo, José Luis. Op. cit., pp.298-304.
34
lxii
Pérez, Héctor. Breve Historia Contemporánea de Costa Rica. Op. cit., pp. 112-114.
lxiii
Molina, Iván y Steven Palmer. Costa Rica 1930-1996: historia de una sociedad. San
José, Costa Rica: Editorial Porvenir, S.A., 1997, p. 9.
lxiv
En la década de 1920, la circulación monetaria se había complementado con el
aumento en el uso de otros medios de pago, tales como cheques y letras, entre otros, y
con una amplia circulación de dólares de los Estados Unidos de América.
lxv
Gil, Rufino. Ciento cinco años de vida bancaria en Costa Rica: algunos hechos
sobresalientes de nuestra economía. San José: 1958, pp. 182-183.
lxvi
Facio, Rodrigo. Op. cit., p. 291.
lxvii
Molina, Iván y Steven Palmer, Op. cit., p. 9.
lxviii
Hernández, Carlos. Op. cit., p.19.
lxix
Delgado, Félix. La política monetaria en Costa Rica: 50 años del Banco Central. San
José, Costa Rica: BCCR, 2000, p. 86.
lxx
El colón se vinculó al dólar por ser el principal mercado del comercio externo de Costa
Rica a partir finales del siglo XIX en importaciones, supliendo entre 45% y 75% de estas
hasta 1940. Sin embargo, debido a que en el comercio de exportación Inglaterra y
Alemania fueron los principales mercados de exportación de café hasta 1940, se mantenía
un vínculo fuerte en lo monetario con la Libra esterlina.
lxxi
Soley Güell, Tomás. Compendio de historia económica y hacendaria de Costa Rica.
Op. cit., p. 130.
lxxii
Molina, Iván y Steven Palmer, Op. cit., p. 10.
lxxiii
Vega Carballo, José Luis. Op. Cit., p.316.
lxxiv
Rodríguez, Carlos. Tierra de Labriegos. Los campesinos en Costa Rica desde 1950.
San José, Costa Rica: FLACSO, 1993, p. 24.
lxxv
Delgado, Félix. Op. cit., pp. 81-82.
lxxvi
Marcos López. El sistema de patrón de cambios oro. Op. Cit.
lxxvii
Ídem
lxxviii
Ídem
35
lxxix
Delgado, Félix. Op. cit., pp. 83-87.
lxxx
Rodríguez, Carlos. Loc. cit.
lxxxi
Según Félix Delgado “...debería reafirmarse que la banca central en el país no
comienza en febrero de 1950, con la fundación del Banco Central de Costa Rica. Más
bien deben situarse sus inicios en la reforma bancaria de 1936 y en la creación del
Departamento Emisor, dentro de la estructura del Banco Nacional de Costa Rica, como
un ente con la mayoría de las responsabilidades de la banca central.” Cfr. Delgado,
Félix. Op. cit., p. 95.
lxxxii
Marcos López. El sistema de patrón de cambios oro. Op. Cit.
lxxxiii
Gil, Rufino. Op. cit., p. 359.
lxxxiv
Ibid, p. 193.
lxxxv
Las transacciones comerciales de Costa Rica con el exterior se realizan por lo
general en dólares, de modo que un desequilibrio en la balanza comercial, provocado por
una baja de precios de nuestro productos en los mercados internacionales, o una
disminución de nuestras exportaciones en relación con nuestras importaciones, genera
menores ingresos de divisas y escasez de estas para realizar pagos en el extranjero. De ahí
la necesidad de que el país cuente con reservas para atender de manera temporal dichas
obligaciones, mientras se aplican las medidas correctivas que la economía requiere. Para
profundizar en este tema, confróntese: García Soto, Ronald, Op. Cit., pp. 71-74.
36
Descargar