La Santísima Virgen María, ejemplo de amor, obediencia y entrega

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La Santísima Virgen María, ejemplo de amor, obediencia y entrega absoluta a la voluntad de Dios, solo el
humilde reconoce en Ella su amor por toda la humanidad, al entregar a su Único Hijo como Chivo expiatorio
de nuestras culpas.
Te amaremos, honraremos y Veneraremos por siempre Madre.
Lectura del libro de Isaías (7,10-14;8,10):
En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz: «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del
cielo.» Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar al Señor.» Entonces dijo Dios: «Escucha, casa de David:
¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:
Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-connosotros".» Palabra de Dios
Sal 39
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R/.
«Como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R/.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R/.
No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia
y tu lealtad ante la gran asamblea. R/.
Lectura de la carta a los Hebreos (10,4-10):
Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados. Por eso, cuando Cristo entró
en el mundo dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas
holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios, para
hacer tu voluntad."» Primero dice: «No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni victimas
expiatorias», que se ofrecen según la Ley. Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.» Niega lo
primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del
cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre. Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen
desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando
en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se
preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios.
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del
Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino
no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: «El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer
se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está
de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: «Aquí está la
esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel. Palabra del Señor
Oración y Meditación
Señor de la Divina Misericordia, gracias por concedernos el regalo de dejarnos una Madre protectora e
intercesora, al pie de la Santa Cruz, nos la has entregado como Madre a través de su Apóstol amado San Juan,
creemos firmemente que sin su FIAT (sí) a la voluntad de Dios Padre, no habría sido posible la redención de la
humanidad a través de su amado hijo Jesucristo, a quien lo entregó como chivo expiatorio de todos nuestros
pecados. Perdona Señor Jesús los maltratos y persecuciones que a través de la historia tú, Santísima Madre ha
sufrido de parte sus propios hijos y hermanos. Santísima Virgen María te amamos y agradecemos tu inmenso
amor por toda la humanidad. Amen.
Reflexión y Meditación
Hoy nuestra Santa Iglesia Católica celebra la Anunciación del Señor Jesucristo a la Santísima Virgen María a través
del Ángel San Gabriel. Como no amar y venerar a la Hija Predilecta de Dios, a la Madre Admirable de Dios hijo y
a la Esposa Fidelísima del Espíritu Santo, ninguna otra Creatura sobre la faz de la tierra ha recibido mayor honor,
honra y gracias de Dios que nuestra Madre Santísima María. Ella es la llena de Gracia entre todas las mujeres,
porque a través del Espíritu Santo fue concebido el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, quien vino al mundo
para salvarnos de la muerte eterna. Por eso La Santísima Virgen María, merece todo nuestro amor, veneración,
agradecimiento y respeto por todo lo que hizo y sigue haciendo para la salvación de nuestras almas.
No existe otra Creatura más grande y humilde después de nuestro Señor Jesucristo que su propia Madre María,
Ella lo llevó en su vientre Virginal, lo vio nacer, lo vio crecer, lo alimentó, lo protegió junto a San José de todos
los peligros que Él sufrió a causa de la persecución del maligno; ¿entonces como pensar que el amor hecho
hombre, que nos ama a todos y dio su vida para salvarnos, pueda rechazar y no amar a su propia Madre como
otros quieren hacer creer? La anunciación del Ángel a la Santísima Virgen María, lo dice todo: “No temas, María,
porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre
Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre
la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco
a varón?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra;
por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios”. Solo quienes están ciegos espiritualmente y no quieren
ver más allá de su raciocino humano, no pueden entender la misericordia de Dios con La Madre de nuestro
Redentor. A Ella la veneraremos, amaremos y agradeceremos por toda la eternidad y a su amado hijo Jesucristo
lo adoraremos y glorificaremos por los siglos de los siglos.
La Santísima Virgen María, es ejemplo de amor, de hija humilde y obediente a la voluntad de Dios, Ella a pesar
de su sufrimiento nunca desobedeció y aunque su corazón sangraba de dolor, todo se lo ofreció a Dios por la
redención de la humanidad por el amor tan grande que siempre ha tenido por nosotros. Amémosla e
invoquémosla como intercesora nuestra, porque las súplicas de Ella son suplicas de una Madre dolorosa y
amorosa ante los ojos de su amado hijo Jesús y así como Jesús no le desobedeció cuando le pidió convertir el
agua en vino en las Bodas de Caná para ayudar a los novios, tampoco le negará ningún favor que le pidamos a
través de sus ruegos maternales. Ella nos ama como amó a su amado hijo y espera de nosotros también nuestro
amor.
Propósito
Orar para reparar por todos los agravios que se cometen en contra del Inmaculado Corazón de la Santísima
Virgen María y por los sufrimientos que le ocasionamos a Jesucristo al ultrajar a su propia Madre.
Frase del día: El ser humilde nunca cuestiona los misterios de Dios, sino que los enaltece y trata de entenderlo.
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