3RA ICI D E . ÓN Año 8 BUENOS AIRES, JULIO DE 2006 Núm. 54 ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ La economía española dependía estrictamente de los metales preciosos extraídos de América. En Potosí, en el Alto Perú, se encontraba una de las minas que suministraba mayor cantidad de plata a la corona y parte del tesoro pasaba por el puerto de Buenos Aires. Dentro del plan de reformas implantadas por la dinastía borbónica, en 1776, se crea el Virreinato del Río de la Plata, con capital en Buenos Aires. La corona busca una mayor centralización y control de la administración del inmenso imperio colonial. La importancia estratégica y económica de la región del Río de la Plata queda reflejada en la preocupación española y en las ambiciones británicas. Antes de los ataques a las naves españolas en 1804, hubo una reunión en Londres, donde ○ ○ ○ ○ ¿POR QUÉ BUENOS AIRES? ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ La historia es memoria, presente y futuro del gabinete británico: España se ve obligada a participar en la guerra. Esta situación va a tener directas consecuencias en el Río de la Plata, cuya apropiación desde aproximadamente diez años atrás estaba en los planes británicos. ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ mantener su supremacía marítima mientras la Francia napoleónica busca consolidar su expansión territorial. Ambas se enfrentan en 1804 cuando, frente al puerto francés de Brest, una flota británica captura naves españolas provenientes del Río de la Plata, que trasladaban metales preciosos extraídos de América. En tiempos de economía mercantilista, la posesión de las minas productoras de gran parte del metálico circulante en Europa daba a España y a sus posesiones americanas un lugar fundamental y de trascendente control. Las agresiones inglesas sobre naves españolas consiguen el objetivo ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ siglo XIX Europa se ve convulsionada por la inminente guerra entre Francia y Gran Bretaña por el control de puntos estratégicos en el Mediterráneo, pero el motivo de fondo era dirimir cuál de las dos sería la potencia hegemónica en el continente. El conflicto desata un complejo sistema de alianzas donde la neutralidad no será tolerada. Puntualmente se buscaría forzar la participación de España, poseedora del mayor imperio colonial. Gran Bretaña intenta ○ En los primeros años del ○ “Son en efecto las dos incursiones llevadas adelante por fuerzas británicas en 1806 y 1807 las que introducen bruscamente al Río de la Plata en el conflicto mundial”. Halperín Donghi el primer ministro británico William Pitt, el primer lord del almirantazgo Henry Melville y el comodoro Home Popham analizaron estrategias a implementar en los territorios coloniales españoles. Popham había compartido proyectos con el venezolano Francisco Miranda, propulsor de la independencia, con respecto al apoyo británico en los planes de emancipación americana y la instalación de posesiones militares inglesas. El comodoro inglés elabora un informe acerca de la situación de las colonias, conocido como ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ALEXANDER GILLESPIE ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ comerciantes monopolistas y esto se relacionará con los preparativos para recuperar la ciudad. Se organizan planes, algunos extremadamente audaces como los de hacer del centro de la ciudad un campo minado, hasta otros, más razonables y posibles, como los de intentar reconquistar la capital con sus propios recursos. El capitán de fragata de origen francés, Santiago de Liniers, a las órdenes de la corona española, se dirige a Montevideo para organizar desde allí una expedición reconquistadora. En la campaña, el criollo Juan Martín de Pueyrredón reúne una fuerza de 1000 paisanos que enfrentan a una columna inglesa en Perdriel, pero son derrotados y obligados a dispersarse. En Montevideo, con la colaboración del gobernador de esa ciudad, Pascual Ruiz Huidobro, Liniers logra reunir un ejército de 550 soldados y 400 milicianos para reconquistar la ciudad de Buenos Aires. El 4 de agosto desembarcan en el Puerto de las Conchas (hoy Tigre), marchan hacia el centro de la ciudad, pasando por San Fue un Capitán del Ejército británico que llegó con la primera invasión inglesa al Río de la Plata en 1806. Durante la ocupación de la ciudad fue “Comisario de Prisioneros” y tomó contacto con intelectuales de la ciudad. Escribió un relato sobre la primera invasión en donde muestra las costumbres del Río de la Plata y recoge expresiones de la opinión pública en los momentos previos a la Revolución de Mayo. Sus observaciones se transformaron en fuentes de enorme valor acerca de los hechos de los que fue testigo y protagonista. Al producirse la Reconquista fue confinado a San Antonio de Areco y a Calamuchita, donde pudo recoger impresiones sobre las provincias que fueron volcados en su obra Buenos Aires y el interior. “A partir del 12 de agosto, podemos dar esa fecha como origen de su carácter militar, empezaron los criollos a conocer su propia importancia y su poder como pueblo, y aunque tengan pocos motivos para regocijarse por el triunfo sobre nada más que un regimiento efectivo, no obstante, el resultado les infundió una confianza general en sí mismos, un nuevo espíritu caballeresco entre todos y una consciencia de que eran no solamente iguales en valentía, sino superiores en número a esas legiones más regulares con que habían cooperado, y por las cuales hasta aquí habían sido mantenidos en sujeción tan largo tiempo”. Gillespie, Alexander, Buenos Aires y el Interior, Buenos Aires, El elefante blanco, 2000. ○ ○ Pedro de Arce se adelantó hasta Quilmes en un intento fracasado por detener a los ingleses. Al día siguiente las tropas británicas encabezadas por el Regimiento 71 de escoceses atacan en el Puente de Gálvez (hoy Puente Pueyrredón). El virrey Sobremonte abandona la ciudad sin ofrecer resistencia y se refugia en Luján. El 27 de junio las tropas de Beresford consiguen cruzar el Riachuelo, continúan su avance y logran apoderarse de Buenos Aires que capitula. Los británicos toman el fuerte e izan su bandera. Los 46 días de la ocupación británica de Buenos Aires se caracterizaron por la moderación. Los esfuerzos de Beresford se concentraron en lograr el apoyo de los sectores dominantes; mantiene en sus cargos a todos los funcionarios y declara que no estaba entre los intereses británicos favorecer la emancipación de los esclavos. Los cambios comienzan a darse luego de un mes de la ocupación: el 4 de agosto de 1806 es establecido el Libre Comercio. Al tomarse medidas que afectan a la actividad mercantil, se produce la reacción de los ○ Desde el 8 de junio de 1806 la flota británica se encontraba frente a las costas de la Banda Oriental. Recién el 25 de junio las tropas comandadas por Beresford cruzan el Río de la Plata y desembarcan en Quilmes con 1600 soldados de infantería. En Buenos Aires el virrey Sobremonte, que había movilizado a las milicias, se prepara con su escasa tropa veterana a resistir el ataque. Una fuerza de vanguardia comandada por el coronel ○ ○ ○ PRIMERA INVASIÓN. ASALTO A BUENOS AIRES Y RECONQUISTA (1806) ○ ○ importantes posesiones en la India y, sobre todo, para evitar que este punto caiga en manos francesas. En este contexto parte una expedición al África en la que viajan Popham y Beresford. No cuentan con instrucciones de Londres para llegar hasta el Río de la Plata. Popham piensa que en poco tiempo le llegará la orden de atacar Buenos Aires. Al embarcarse lleva consigo su “Memorial”. En Buenos Aires, el virrey Sobremonte se alarma ante la presencia de naves inglesas en Brasil y moviliza las tropas. Las fuerzas inglesas conquistan fácilmente el Cabo de Buena Esperanza en enero de 1806 y Home Popham queda a la espera de la autorización del ataque al Río de la Plata. “La invasión de Buenos Aires no fue planeada ni autorizada por el gobierno británico. Conducida por Sir Home Popham, fue más bien un desvío de una expedición reciente contra los holandeses en Ciudad del Cabo. Pero aunque Popham actuó sin órdenes, las noticias de su aventura fueron bien recibidas en Londres: el comercio y la industria británicos estaban padeciendo las consecuencias del control que Napoleón ejercía en casi toda Europa, lo que le impedía el acceso a los mercados europeos. La perspectiva del comercio en Hispanoamérica a través de Buenos Aires se presentaba como una alternativa necesaria, e inmediatamente se hicieron planes para consolidar el control enviando una segunda expedición”. (Rock, David, Argentina 1516-1987. Desde la colonización española hasta Raúl Alfonsín, Buenos Aires, Alianza, 1989). ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Carlos IV ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ “A partir de la creación del Virreinato del Río de la Plata, Buenos Aires, su capital, se convierte en escenario de grandes transformaciones. En franca competencia con la capital limeña, y movidos por un espíritu de progreso, los últimos virreyes procuran su embellecimiento, mejorar sus servicios y legitimar su estratégica posición de cara al mar para reafirmarla como centro comercial del Atlántico, situación que, por otra parte, supo aprovechar para burlar el monopolio y desarrollar el contrabando. Una ciudad dividida en cuadras, sin empedrado, y cruzada por riachos complicaba la vida del porteño los días de lluvia, una vida despojada de comodidades pero sin mayores sobresaltos, alterada cada tanto por alguna plaga de insectos, la coronación de algún monarca o las festividades religiosas. Había algunas pocas casas de altos, pertenecientes a las familias más acomodadas, que dejaban oír la música y los bailes de sus tertulias a través de sus ventanas. De los edificios públicos se destacaba el Cabildo. Rigiendo el ritmo de la ciudad, concentraba su mirada en la plaza Mayor, eje del bullicio y de la actividad política y comercial. Y asomando entre la chatura de las construcciones, las cúpulas de las iglesias, anunciaban al viajero el profundo espíritu religioso de su población. Como un buen síntoma de su crecimiento, al comenzar el siglo XIX Buenos Aires contaba con casi 40.000 almas, entre españoles y criollos, blancos, negros, indios y mulatos. Sin embargo, la llegada de los ingleses en 1806 pondrá en evidencia los conflictos internos de la ciudad, por un lado, el grupo de comerciantes españoles amparados por el monopolio vigente, y la ineptitud de la burocracia imperial para responder a una situación de crisis, por el otro, el surgimiento de un nuevo grupo de poder encabezado por los criollos que se disponen a organizar las milicias urbanas para su defensa”. Catálogo de la muestra documental Reconquista y Defensa de Buenos Aires 1806-1807, año 2001. ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ LA CIUDAD EN TIEMPOS DE LAS INVASIONES INGLESAS ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Gran Bretaña, a partir de la Revolución Industrial, se encontraba en pleno proceso de producción de manufacturas, para lo cual necesitaba mercados consumidores y productores de materias primas. Los planes de Popham no se concretaron en los tiempos que él había previsto, el devenir de la guerra europea aconsejó esperar. En esa situación llegan a él informes acerca de la debilidad defensiva de la colonia holandesa de Cabo de Buena Esperanza en el sur africano. Cuenta también con información confidencial que indica que se hallan desguarnecidos Montevideo y Buenos Aires y que con sólo 1000 soldados se pueden conquistar ambas ciudades. Viaja a Londres, manifiesta la necesidad de aprovechar la situación y recibe el apoyo de Pitt. Es decisiva la importancia estratégica que la apropiación del Cabo tiene para los intereses ingleses, con ○ el “Memorial de Popham”, en el que propone que una vez comenzada la guerra con Francia, se alentaría una serie de sublevaciones en puntos estratégicos de América, como Venezuela y Nueva Granada y, paralelamente, se produciría el desembarco de Popham en Buenos Aires. El proyecto británico incluía propiciar la declaración del Libre Comercio, puesto que ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Napoleón Núm. 54 ○ BUENOS AIRES, JULIO DE 2006 ○ P á g . 2 ○ ○ ○ la ciudad. Ante los dramáticos acontecimientos, el 1 de noviembre se reúne una Junta de Guerra en Buenos Aires, en la cual se le recrimina a Sobremonte su falta de autoridad y organización de la defensa. El virrey parte al interior y esto provoca una gran reacción del pueblo que exige presentar batalla. El 3 de febrero Santiago de Liniers se encuentra en Colonia y sin fuerzas suficientes se enfrenta al enemigo. Es vencido y el gobernador Ruiz Huidobro es tomado prisionero. En consecuencia, Liniers decide volver a Buenos Aires para organizar la defensa. El Cabildo de Buenos Aires ya estaba preparando la estrategia para combatir la inminente invasión. Entre sus funcionarios se destaca Martín de Álzaga, quien convoca a una Asamblea Extraordinaria con autoridades y los principales vecinos de la ciudad. Liniers y los jefes de los regimientos voluntarios también participan, la voluntad popular se manifiesta a través de panfletos, pidiendo la renuncia de Sobremonte y la proclamación de Liniers. A raíz de ello, el 10 de febrero Sobremonte es destituido y en los hechos la autoridad queda en manos de Liniers. El 10 de mayo llega al Río de la Plata Whitelocke, designado por la corona británica como Comandante en Jefe de todas ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ “EL ORGULLO DE BUENOS AIRES” ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ “El pueblo de Buenos Aires se enorgulleció mucho de (...) haber superado el mayor desafío de la historia de la ciudad. Frente a la amenaza británica, años de riña por los problemas del comercio cedieron ante la marea de un sentimiento patriótico rayano en la pasión de una cruzada religiosa.(...)Las invasiones británicas de 1806-1807 echaron por tierra la administración española. El ejército regular había sido derrotado por Popham y Beresford. El virrey había huido y poco después fue depuesto. La victoria había sido conseguida por Álzaga, el Cabildo y una milicia irregular ad hoc de 8000 hombres que había sido creada entre la derrota de Beresford y la llegada de Whitelocke. La milicia había sido formada por Santiago de Liniers, un marino francés empleado en la armada española, y estaba formada en gran medida por gente común dividida en regimientos separados de criollos, negros y españoles. En 1807, a la espera de la llegada de un sucesor permanente al deshonrado Sobremonte, Liniers se convirtió en virrey interino, y con su ejército, Álzaga y el Cabildo gobernaron Buenos Aires.” Rock, David, Argentina 1516-1987. Desde la colonización española hasta Raúl Alfonsín, Buenos Aires, Alianza, 1989, pp. 112-113. ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ mercados coloniales españoles es una aspiración del gabinete británico de Grenville, apoyada por los grupos comerciales. Europa se ve afectada por la política de expansión de Napoleón Bonaparte que incluye la idea de bloqueo continental, es por eso que hacia fines de 1806, Francia decreta el cierre de las costas europeas al comercio británico. Esto acelera los planes ingleses de invasión en búsqueda de mercados en América del Sur. Llegan al Río de la Plata dos expediciones enviadas desde Londres hacia América del Sur, comandadas por Samuel Auchmuty y Robert Craufurd. También llegan refuerzos desde el Cabo de Buena Esperanza que no estaban enterados de la derrota inglesa en Buenos Aires. Resuelven atacar, esta vez, Montevideo. La ciudad es cañoneada desde la costa el 28 de octubre de 1806, al día siguiente recalan en Maldonado y efectivos ingleses enfrentan a una pequeña fuerza española que es derrotada. Montevideo queda en manos inglesas. Ante la noticia, la población comienza a armarse. El gobernador Ruiz Huidobro lanza una proclama por las calles llamando a la movilización de hombres, mujeres y niños y se enfrenta a los británicos con su ejército de 3000 hombres que son derrotados. Esta acción permite que los ingleses sitien ○ Los móviles económicopolíticos que habían impulsado la primera incursión británica mantenían su vigencia, así como también la estrategia de ocupar puntos de importancia geopolítica. El dominio de los ○ ○ LA SEGUNDA INVASIÓN INGLESA AL RÍO DE LA PLATA ○ ○ ○ La ciudad que venció a los británicos no va a ser la misma. Sobremonte fue la víctima política de la primera invasión. Su accionar frente a las urgencias que fue, sin duda, demasiado lento, se suma a las críticas cosechadas por su gestión, generando un movimiento de opinión popular que se opondrá públicamente a la figura del virrey. Designado Liniers como capitán general, Sobremonte se va a Montevideo. Quedan como responsables de la defensa de la ciudad, el Cabildo, institución a la que los últimos hechos le habían otorgado mayor prestigio y Liniers, reconocido como jefe militar y héroe popular. La ciudad en la cual uno de los grupos más poderosos era la elite mercantil ve surgir un nuevo grupo social, con creciente reconocimiento y poder, que son los jefes de regimientos y milicias. Este proceso de progresiva militarización se advierte en el establecimiento de un servicio militar obligatorio para los vecinos entre 16 y 50 años, con ejercicios diarios. Las mutaciones en las bases del poder político y militar, así como la creación de canales de participación no sólo para peninsulares sino también y especialmente para criollos, son cambios que tendrán consecuencias decisivas en el desarrollo de los hechos posteriores. ○ ○ ENTRE LAS DOS INVASIONES Pág. 3 ○ ○ ○ ○ ○ ○ reconquistador, de gobernador interino, político y militar; y se excluyó del mando al marqués de Sobremonte al cual se le pasó oficio por el Ilustrísimo Cabildo en nombre de todo el pueblo suplicándole se retirara”. ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Desembarco de las tropas británicas (1806) ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Pablo Olivieri ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Regimiento de Caballería de Blandengues de la Patria; Húsares de Pueyrredón; Regimiento de Patricios; Cuerpo de Voluntarios Patriotas de La Unión; Tercios de Miñones; Compañía de Cazadores Correntinos; Tercio de Gallegos; Tercio de Vizcaínos; Compañía de Artillería de Indios, Pardos y Morenos; Tercio de Andaluces; Batallón de Naturales, Pardos y Morenos; Escuadrón de caballería de Carlos IV; Cuerpo de Arribeños; Escuadrón de Migueletes; Compañía de Cabos y Sargentos; Tercio de Montañeses o Cántabros de La Amistad; Tercer Escuadrón de Húsares o Húsares de Nuñez; Compañía de Granaderos de Infantería, de Fernando VII o Provinciales; Cuerpo de Morenos; Escuadrón de Quinteros y Labradores. Uniformes de la Patria. Comando en Jefe del Ejército, Reseña histórica y Orgánica del Ejército Argentino, Buenos Aires, Círculo Militar, 1972. ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ REGIMIENTOS Y MILICIAS QUE ACTUARON EN LAS INVASIONES INGLESAS ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Reconquista) y la de la Catedral (actual San Martín), obligando nuevamente a los británicos a retroceder. Liniers, comandando la carga final, ataca por las calles adyacentes a la Catedral. Así cubre las arterias norte y oeste hacia la Plaza, rodeando a los británicos. El ejército reconquistador desaloja a los ingleses de la Catedral, de todos los edificios vecinos a la Plaza y del Cabildo. En retirada, los invasores se repliegan a la azotea de la Recova y continúan el fuego. La plaza está ocupada por la caballería de voluntarios y una parte de la infantería se ubica bajo los arcos del Cabildo. El fuego continúa y el comandante don Juan Martín de Pueyrredón logra arrebatar una bandera del famoso Regimiento 71 de escoceses. La ciudad ha sido reconquistada por sus soldados, milicianos y la voluntad de sus habitantes. Liniers recibe a Beresford y le reconoce las heroicas acciones de su ejército. Finalmente el general inglés se rinde. Cuando el 14 de agosto se reúne el Cabildo Abierto, se plantea el problema de la soberanía popular, por la que para asegurar su defensa sólo el pueblo tiene autoridad para designar su gobierno. Dice Juan Manuel Beruti en sus Memorias que la reunión terminó con la “designación del señor Santiago de Liniers y Bremond, caballero de la orden de San Juan, Capitán de navío de la Real Armada, su ○ Isidro, y acampan en Chacarita y en los Corrales de Miserere. En su paso hacia el encuentro con las tropas británicas, cientos de voluntarios se incorporan a las fuerzas de la Reconquista y también se suman los paisanos de Pueyrredón. El 10 de agosto avanzan sobre El Retiro. Al día siguiente las fuerzas de Liniers enfrentan y derrotan a un destacamento inglés, lo que les permite avanzar sobre la Plaza Mayor, donde se encuentran atrincheradas las tropas de Beresford, y dominar los principales accesos y edificios que la rodean. El 12 de agosto las fuerzas de Liniers en una violenta lucha atacan el centro de la ciudad. Los británicos son forzados a encerrarse y buscar refugio en el Fuerte. El ejército miliciano contaba para ese momento con alrededor de 4000 hombres, no todos armados ni organizados. Bajo una intensa lluvia, los habitantes de la ciudad ayudan a trasladar armas y cañones. Mientras tanto, Beresford y sus hombres están bloqueados y sin comunicación con las fuerzas de apoyo en la campaña. Es entonces cuando los regimientos amparados por la neblina se deslizan por las calles, evitando el fuego inglés, e inician el ataque, llegando hasta muy cerca de la Plaza Mayor. Detrás de ellos avanza el resto de las milicias. La caballería de voluntarios seguida por parte de la infantería entra por las calles de La Merced (actual ○ BUENOS AIRES, JULIO DE 2006 ○ Núm. 54 ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Jefe de Gobierno Lic. Jorge Telerman Ministra de Cultura Arq. Silvia Fajre Subsecretaria de Patrimonio Cultural Arq. María de las Nieves Arias Incollá Publicación preparada por el ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ CRISIS DEL IMPERIO ESPAÑOL “ (...) Cabe preguntarse si la monarquía hispánica actúa como un Estado de cara al conjunto de los naturales de sus distintas coronas. Debemos tener en cuenta que la cuestión atañe a la operatividad de un Estado soberano (...). De lo que se trata es de averiguar si funciona un Estado único y soberano, en el doble sentido de la ausencia de disponibilidad de su definición territorial frente a voluntades disgregadoras o agresiones externas y del monopolio de producción de la ley positiva en un sistema jurídico sometido al imperio de la ley (...). La soberanía como conservación del Estado se nos presenta efectiva, mientras que la soberanía normativa hacia adentro no logra imponerse (...). Veamos, pues, por partes. Archivos judiciales (...): si bien el rey es el juez supremo, el derecho civil imperante y el arte de juzgar no están sometidos al capricho de su voluntad (...). Archivos militares y diplomáticos: es allí donde parece formarse la soberanía; allí se encuentran los indicios de una estatidad creciente; es el mundo de la conservación y reputación”. Guerra, François-Xavier, Los espacios públicos en Iberoamérica. Ambigüedades y problemas. Siglos XVIII y XIX, México, F.C.E., 1998, pp.33-36. 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Más allá de la victoria por las armas, las invasiones inglesas evidencian las profundas fallas del imperio español en cuanto a lo administrativo, institucional y militar. En 1808, ante el vacío de poder, Liniers será nombrado virrey del Río de la Plata. La reconquista y defensa fue responsabilidad y mérito de los habitantes de la ciudad y no de la corona española. Los criollos, como parte fundamental de las fuerzas que defienden la ciudad, se reconocen a sí mismos como grupo y a partir de los hechos toman conciencia de su potencial fuerza autónoma y de un profundo sentimiento de libertad. Pese a las operaciones de inteligencia inglesa, la actitud de los hispanoamericanos ante las invasiones indica que no tenían intenciones de cambiar un amo por otro. Dijo Mitre: “Fue esta una verdadera revolución, y la primera en que ensayó su fuerza el pueblo de Buenos Aires preparándose para otra no lejana y de género más sublime”. ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ DESPUÉS DE LAS INVASIONES ○ ○ ○ ○ ○ saluda la gloriosa victoria de Buenos Aires. ○ La situación llega a su punto culminante. Las columnas inglesas no pueden llegar a la Plaza porque son atacadas por el Regimiento de Patricios, comandados por Cornelio Saavedra, y los jefes ingleses se refugian en la iglesia de Santo Domingo. La carga de las milicias de la ciudad es incontenible. Los ingleses intentan resistir, pero son acribillados por el fuego de los milicianos quienes en la jornada del 5 de julio logran la victoria. El 7 de julio Whitelocke se rinde y en la capitulación se impone a los ingleses abandonar tanto Buenos Aires como Montevideo. Toda América ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ VICTORIA DE BUENOS AIRES ○ ○ ○ ○ ○ ○ calculaban era que las tropas de la ciudad habían crecido considerablemente en número y en volumen de fuego. La estrategia de las milicias fue atrincherarse en las azoteas y casas y lanzar sobre las columnas inglesas además de balas y granadas, armas caseras, piedras, ladrillos y frascos de fuego. Toda la ciudad se transformó en un campo de batalla con enorme cantidad de bajas. A pesar de ellas los ingleses siguen avanzando hacia sus objetivos, que al ocuparlos enarbolan sus banderas. Whitelocke estaba sin conexión directa con las tropas de ataque, recibe noticias de los triunfos en la ciudad y descuenta que en poco tiempo sabrá de la victoria final. ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Rendición de Beresford ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ En 1808 la nomenclatura oficial sufrió por primera vez una transformación total. En ese año desaparecieron todas las denominaciones anteriormente citadas, y las calles y las plazas recibieron los nombres de los héroes de la Reconquista y Defensa de Buenos Aires ante las invasiones inglesas. En el conocido como “Manifiesto de Berlanga”, militar e ingeniero español, se explican las razones para incorporar cada uno de estos nuevos nombres. Alberto Piñeiro, Barrios, calles y plazas de la ciudad de Buenos Aires. Origen y razón de sus nombres, Buenos Aires, IHCBA, 1997. ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ LOS PRIMEROS CAMBIOS EN LA NOMENCLATURA URBANA ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ final: “Vencer o morir” y avanzan aclamadas por el pueblo, que sale a las calles. Se enfrentan en Miserere y son derrotados y perseguidos hasta los suburbios de la ciudad que en ese entonces llegaban hasta la actual avenida Callao. Los ingleses no toman inmediatamente la ciudad ya que reciben la orden de replegarse en Miserere. La figura que va a tomar un importante protagonismo en estas horas de definición es la de Martín de Álzaga, alcalde de primer voto, quien convoca a reunir fuerzas y armas en la Plaza Mayor. Obstinadamente se niega a capitular diciendo que no son necesarios los generales y había que prepararse para defender “cada calle, cada casa y cada metro de terreno. La resistencia será así el resultado de la espontánea intervención en la lucha de todos los habitantes, sin distinción de clases, edades ni sexos” (Ibídem, p. 68). Liniers llega a la ciudad con 1000 soldados y acepta las medidas de Álzaga. La ciudad se arma, las tropas se instalan en las azoteas y en las calles y esperan el momento de la batalla. Finalmente comienza el 5 de julio con una carga cerrada de la artillería inglesa que avanza buscando ocupar los edificios cercanos a la Plaza. Curiosamente los ingleses tienen orden de entrar a la ciudad con sus armas descargadas. Esto será explicado posteriormente por Whitelocke en la Corte Marcial, quien alegó que no tenía sentido cargar sobre la gente que estaba escondida. El plan era llegar a la línea del río y después tomar puntos estratégicos: Plaza de Toros, Hospital de la Residencia y las iglesias de Las Catalinas, La Merced, Santo Domingo y San Francisco, para nuclearse en la Plaza Mayor y desde allí tomar la ciudad. Lo que los británicos no ○ El 28 de junio las tropas inglesas desembarcan en Ensenada sin encontrar oposición armada. Al día siguiente, en Buenos Aires, Liniers tiene las tropas preparadas y lanza la consigna ○ ○ ○ BUENOS AIRES Y LA DEFENSA (1807) ○ ○ ○ las fuerzas británicas en América del Sur y Gobernador de los territorios conquistados. La propaganda inglesa, que busca el apoyo de la población, se hace a través del periódico La Estrella del Sur publicado por Auchmuty con colaboración de Aniceto Padilla. En él invitan a entregarse a los nuevos amos, pero son pocos los que apoyan esta idea. Al respecto la opinión de Belgrano es: “tener el amo viejo, o ninguno”, pero esta no era la impresión que tenían los ingleses. Dirá Whitelocke posteriormente en su juicio: “A mi llegada esperaba encontrar una gran porción de los habitantes preparados a secundar nuestras miras; pero resultó ser un país completamente hostil, en el cual, ni por conciliación, ni por interés, nos era posible dar con un amigo que nos ayudase, aconsejase ni proporcionase los datos más insignificantes (...).” (Pérez Amuchástegui, A. J., Crónica Argentina, Buenos Aires, Codex, 1972, p. 59). ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Iglesia de Santo Domingo Núm. 54 ○ BUENOS AIRES, JULIO DE 2006 ○ P á g . 4 Avda. Córdoba 1556, 1er. piso (1055) Buenos Aires Tel: 54 11 4813-9370 / 5822 E-mail: [email protected] Directora General: Lic. Liliana Barela Jefa Depto. Investigación: Prof. Lidia González Investigación y textos: Laura Martino Susana Vega Edición: Rosa De Luca Marcela Barsamian Diseño: Fabio Ares Archivo: Biblioteca y Archivo Técnico del Instituto Histórico Testimonio de Manuel Belgrano acerca de la primera invasión inglesa “[…] no habiendo tropas veteranas ni milicias disciplinadas para oponer al enemigo, venció éste todos los pasos con la mayor facilidad […]. Confieso que me indigné […] todavía fue mayor mi incomodidad cuando vi entrar las tropas enemigas y su despreciable número para una población como la de Buenos Aires: esta idea no se apartó de mi imaginación, y poco faltó para que me hubiese hecho perder la cabeza: me era muy doloroso ver a mi patria bajo otra dominación, y sobre todo en tal estado de degradación que hubiese sido subyugada por una empresa aventurera, cual era la del bravo y honrado Beresford, cuyo valor admiro y admiré siempre en esta peligrosa empresa” Manuel Belgrano, Autobiografía a) ¿A qué causas atribuía Belgrano la ocupación de Buenos Aires por los ingleses? b) ¿A qué territorio creen que llamaba “patria” ¿Por qué? c) ¿Por qué creen que expresaba sentimientos de admiración hacia el jefe inglés? Fragmento de un artículo periodístico publicado en Londres después de la derrota de la segunda invasión. “El ataque, de acuerdo con el plan preestablecido, se llevó a cabo el 5 de julio, y los resultados fueron los previsibles. Las columnas se encontraron con una resistencia decidida. En cada calle, desde cada casa, la oposición fue tan resuelta y gallarda como se han dado pocos casos en la historia. La consecuencia fue que el plan de operaciones se frustró […]. El comandante en jefe parece haber estado en la más perfecta ignorancia tanto acerca de la naturaleza del país como sobre el monto y carácter de la resistencia que debía esperar. Con el propósito, suponemos, de evitar un encuentro molesto, desembarca a treinta millas del lugar donde debía operar, prosigue su marcha a través de un territorio lleno de pantanos, cortado por riachuelos, y finalmente, con ejército jadeante y exhausto, se asienta frente a una plaza fortificada enteramente, en la cual, según el tenor de su despacho, llovían sobre él metrallas desde todas las esquinas y, desde los techos de las casas, mosquetazos, granadas de mano, ladrillos y piedras. Bajo estas circunstancias, lo notable no es que no haya tenido éxito, sino que haya podido escapar de la dificultad en la que se hallaba envuelto, y obtener las condiciones favorables que le fueron concedidas. El general Whitelocke ha demostrado más talento como negociador que como comandante de una fuerza de operaciones. […] […] este ha sido un desgraciado asunto del principio al fin. Los intereses de la nación, así como su prestigio militar, han sido seriamente afectados. El plan original era malo y mala fue su ejecución. No hubo nada de honorable o digno en él; nada a la altura de los recursos o el prestigio de la nación. Fue una empresa sucia y sórdida. The Thimes, Londres, 14 de septiembre de 1807 a) ¿Cómo describe este artículo la resistencia de los habitantes de Buenos Aires? Subrayar los adjetivos que utiliza para calificarla. b) Analizar las causas a las que atribuye el fracaso inglés. c) ¿Cómo caracteriza al comandante Whitelocke? d) Explicar el sentido del último párrafo Martes 15 de enero de 2013 | 02:56 Detalles inesperados de las Invasiones Inglesas Opinión Por Rolando Hanglin | Para LA NACION Últimamente, se han conocido detalles inesperados de las Invasiones Inglesas. Sobre todo, gracias a las investigaciones realizadas en los propios archivos británicos por autores argentinos como Carlos Roberts y Rodolfo Terragno. El tema es vasto, lleno de conquistas y reconquistas, cambios de táctica, correos secretos, conspiraciones, movidas internacionales, fugas de película y batallas desiguales. No pretendemos agotarlo sino sólo rescatar algunas perlas en homenaje a la publicación del extraordinario libro de Bernardo Lozier Almazán: William Carr Beresford, gobernador de Buenos Aires. Básicamente, hubo dos invasiones inglesas. La primera en 1806, encabezada por el general Beresford y el almirante Home Riggs Popham. Esta operación tuvo éxito: a pesar de su reducida tropa (1.700 hombres), la ciudad fue tomada, se izó la bandera inglesa y Beresford se convirtió en gobernador, cargo que ejerció durante 46 días, desde el 27 de junio hasta el 12 de agosto. En uso de sus facultades por derecho de conquista (el mismo que tuvieran, antes, los españoles) recibió al obispo, prometió libertad de culto y respeto a las costumbres hispanas, requirió y obtuvo de numerosos personajes el juramento de obediencia y lealtad a Su Majestad Británica, y hasta elaboró un plan de rediseño de la ciudad con rotondas y plazoletas, saliendo de la tradicional concepción de la ciudad hispanoamericana en damero cuadriculado. Beresford cambió radicalmente el cuadro de tasas e impuestos a la importación, al tiempo que más de 100 barcos ingleses abarrotados de mercaderías arribaban al puerto de Buenos Aires. Fue el comienzo de una larga era de comercio británico, en Buenos Aires y Montevideo. Es interesante recorrer las conclusiones de los británicos cuando supieron que la expedición de Whitelocke, lejos de consolidar al gobierno de Beresford, había terminado en fracaso total Este gobierno dura apenas un mes y medio: luego se produce la Reconquista encabezada por Santiago de Liniers. Beresford es alojado, como oficial prisionero, en una casa de Luján, junto a su amigo el teniente coronel Dennis Pack. Al año siguiente (1807) se produce la segunda invasión, encabezada por John Whitelocke, mucho más importante desde el ángulo militar: 11.000 hombres, respaldados por 23 naves de guerra. Sin embargo, fracasa estrepitosamente. Al año siguiente se proyectaba una tercera invasión, la de 1808, con las tropas ya embarcadas en el puerto de Cork, cuando España se levanta en armas contra Napoleón (alzamiento del 2 de mayo, una guerra en la que actuaría José de San Martín como oficial español) y los ingleses optan por dirigir sus fuerzas hacia la Península, intentando vencer al enemigo principal (Francia-Napoléon) y convirtiéndose en aliados de España. Renuncian pues, de momento, a quitarle sus colonias a la corona española. Es interesante recorrer las conclusiones de los británicos cuando supieron que la expedición de Whitelocke, lejos de consolidar al gobierno de Beresford (que, entre tanto, ya había sido depuesto, pero claro. las noticias viajaban lentamente en 1807) había terminado en fracaso total. Nota de George Canning, titular del Foreign Office, a Lord Boringdon: "Esta expedición ha concluido y, si no fuera por las pérdidas que ha causado, le diría que, a mi juicio, es mejor así.¡Pero por favor, no comente mi opinión a nadie!" The Times, sábado 14 de septiembre de 1807, "Evacuation of South America": "El ataque sobre Buenos Aires ha fracasado y hace ya tiempo que no queda un solo soldado británico en la parte española de Sudamérica. Los detalles de este desastre, quizás el más grande que haya sufrido nuestro país en toda su historia, fueron publicados ayer en un número extraordinario. El comandante Whitelocke parece haber estado en la más perfecta ignorancia, tanto acerca del país invadido como sobre la resistencia que cabía esperar. Las columnas británicas se encontraron con una oposición decidida, en cada calle, desde cada casa.La actitud fue tan resuelta y gallarda como pocas veces se ha visto". Bell´s Weekly Messenger: "Nuestro orgullo nacional ha sido mancillado. Los mulatos españoles han aprendido a despreciarnos. Un ejército de efectivos suficientes, de alta disciplina y espíritu de lucha, ha sido dispersado por una turba sudamericana. Hemos sido burlados de la forma más vergonzosa". Sir Walter Scott: "Nuestros principales mercaderes industriales habían imaginado negocios ilimitados en el Río de la Plata. Resultó que las inmensas llanuras que rodean a Buenos Aires estaban pobladas por una suerte de cristianos salvajes llamados gauchos, cuyo principal moblaje consiste en cráneos de caballo, cuyo único alimento es carne cruda y agua, cuyo empleo es atrapar ganado salvaje. y cuya diversión máxima es cabalgar en caballos salvajes hasta reventarlos. Bien: los soldados ingleses descubrieron que estos hombres preferían su independencia nacional a los algodones y muselinas." (que pretendían vender los comerciantes ingleses, agregamos nosotros). Capitán Parker Carroll: "Este país está maduro y obstinadamente decidido a convertirse en una nación independiente". Cabe resaltar que los prisioneros de entonces, siendo oficiales, recibían sueldo y eran alojados en casas de familias respetables. Lord Castlereagh: "En adelante, Inglaterra debe favorecer la emancipación de estas colonias, para lo cual debemos presentarnos sólo en el rol de auxiliares o protectores. El interés principal de este asunto es quitar a nuestro enemigo (España) y abrir a nuestras manufacturas los mercados de ese gran continente". Por aquellos tiempos, circulaba en Inglaterra un folleto deWilliam Burke, titulado "South American Independence": allí se proponía la emancipación de Hispanoamérica, enviando fuerzas navales al Río de la Plata, Chile, Perú y México. Decía a su vez el general francés Dumouriez, refugiado en Gran Bretaña: "La revolución de Buenos Aires está escrita en el libro de los destinos". En la obra singular de Lozier Almazán se destacan algunas personalidades de perfil novelesco. Una de ellas es la de don Santiago de Liniers, el muy noble militar francés del Ancien Régime que sirvió a España hasta su muerte. Esta aconteció en 1810, cuando fue "arcabuceado" por conspirar contra la Primera Junta desde Alta Gracia, Córdoba. Liniers fue Conde de Buenos Aires. Otra personalidad inusual es la del comerciante español don Martín de Alzaga (héroe de la Reconquista junto a Liniers) que, al parecer, estaba al tanto de las conspiraciones de Saturnino Rodríguez Peña, Manuel Aniceto Padilla, Hipólito Vieytes y Juan José Castelli con el propio Beresford, para establecer la emancipación de Buenos Aires con el apoyo discreto de Gran Bretaña. En el caso de Beresford, prisionero en Luján durante meses, admiró un partido de "pato" y mostró a los criollos cómo los soldados ingleses jugaban al "cricket" En cuanto a William Carr Beresford, cabe agregar algunos apuntes: en el momento de constituirse en gobernador de Buenos Aires, tenía sólo 37 años. Era soltero y portaba un ojo de vidrio, obtenido durante un accidente de caza en Canadá. Era hijo natural de George de la Poer Beresford, marqués de Waterford, propietario del suntuoso palacio de Curraghmore. Su madre habría sido la señorita Luisa Carr. No está probado, pero es verosímil, dada la costumbre de las familias británicas, que atribuían al hijo, como segundo nombre, el apellido de la madre: Carr. En su momento, William solicitó y obtuvo el derecho a usar el apellido Beresford. Después tuvo la mala suerte de enamorarse de una prima hermana, cuya mano no le fue concedida. Manuel Belgrano hablaba de él como el "bravo y honorable Beresford". Se desempeñó largamente al servicio de SMB, no sólo en el Río de la Plata sino también en la India, España, Portugal, Canadá y Brasil. La fuga de Beresford, arreglada de antemano por medios misteriosos, con ayuda de Manuel Aniceto Padilla, Saturnino Rodríguez Peña y Guillermo Pío White, es un capítulo aparte en esta película de piratas. En un operativo sorpresa, cuando las autoridades de Buenos Aires intentaban sacarlo de su entretenida y muy sociable "prisión" en la Villa de Luján, para alojarlo en Catamarca, lejos del triángulo de las Invasiones Inglesas (Montevideo-Buenos Aires-Maldonado) el señor Beresford fue escamoteado de la galera. Lo escondieron en Buenos Aires, lo encaminaron de noche hasta las orillas de Quilmes y finalmente (casi muere ahogado) lo ayudaron a llegar, caminando con el agua al cuello, a una falúa que lo condujo a Montevideo. Y de allí, a Inglaterra. Cabe resaltar que los prisioneros de entonces, siendo oficiales, recibían sueldo y eran alojados en casas de familias respetables. Estaban juramentados para no levantar las armas contra la corona que los había vencido y, por lo demás, se los autorizaba a portar sus armas, participar de cacerías, fiestas y tertulias. En el caso de Beresford, prisionero en Luján durante meses, admiró un partido de "pato" y mostró a los criollos cómo los soldados ingleses jugaban al "cricket". Otros tiempos, otros códigos. Fuentes: • William Carr Beresford, gobernador de Buenos Aires. Bernardo Lozier Almazán, 2012. • Las invasiones inglesas, Carlos Roberts, 2000 .