Enfermedad coronaria Paracetamol aumenta la presión arterial en pacientes con enfermedad coronaria Isabella Sudano, MD*; Andreas J. Flammer, MD*; Daniel Périat, MD; Frank Enseleit, MD; Matthias Hermann, MD; Mathias Wolfrum, MD; Astrid Hirt, RN; Priska Kaiser, RN; David Hurlimann, MD; Michel Neidhart, PhD; Steffen Gay, MD; Johannes Holzmeister, MD; Juerg Nussberger, MD; Pavani Mocharla, MSc; Ulf Landmesser, MD; Sarah R. Haile, PhD; Roberto Corti, MD; Paul M. Vanhoutte, MD; Thomas F. Lüscher, MD; Georg Noll, MD; Frank Ruschitzka, MD Antecedentes—Dado que los fármacos antiinflamatorios no esteroideos tradicionales se asocian a un aumento del riesgo de eventos cardiovasculares agudos, las guías actuales recomiendan el empleo de paracetamol como analgésico de primera línea de elección, basándose en el supuesto de su mayor seguridad cardiovascular. Sin embargo, todavía no disponemos de datos de ensayos clínicos aleatorizados en los que se haya investigado de forma prospectiva la seguridad cardiovascular de paracetamol, sobre todo en pacientes con un riesgo cardiovascular elevado. El objetivo de este estudio fue, pues, evaluar la seguridad de paracetamol en pacientes con enfermedad coronaria. Métodos y resultados—Los 33 pacientes con enfermedad coronaria incluidos en este estudio aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo y de grupos cruzados recibieron paracetamol (1 g tres veces al día) como medicación añadida a su tratamiento cardiovascular estándar, a lo largo de 2 semanas. Se efectuaron determinaciones de la presión arterial ambulatoria, la frecuencia cardiaca, la vasodilatación dependiente e independiente del endotelio, la función plaquetaria, las células progenitoras endoteliales, los marcadores del sistema renina-angiotensina, la inflamación y el estrés oxidativo en situación basal y después de cada periodo de tratamiento. El tratamiento con paracetamol produjo un aumento significativo del valor medio de presión arterial ambulatoria sistólica (de 122,4 ± 11,9 a 125,3 ± 12,0 mmHg p = 0,02 en comparación con placebo) y diastólica (de 73,2 ± 6,9 a 75,4 ± 7,9 mmHg p = 0,02 en comparación con placebo). En cambio, no hubo modificaciones de la frecuencia cardiaca, la función endotelial, las células progenitoras endoteliales iniciales y la función plaquetaria. Conclusiones—Este estudio demuestra por primera vez que paracetamol induce un aumento significativo de la presión arterial ambulatoria en pacientes con enfermedad coronaria. Así pues, el uso de paracetamol debe evaluarse con la misma rigurosidad que el de los fármacos antiinflamatorios no esteroideos tradicionales y los inhibidores de la ciclooxigenasa-2, en especial en los pacientes con un riesgo cardiovascular elevado. Clinical Trial Registration—URL: http://www.clinicaltrials. gov. Identificador único: NCT00534651. (Traducido del inglés: Acetaminophen Increases Blood Pressure in Patients With Coronary Artery Disease. Circulation. 2010; 122:1789-1796.) Palabras clave: acetaminophen ■ blood pressure ■ coronary disease ■ endothelium L a Food and Drug Administration ha exigido la inclusión de un black-box warning (“advertencia de recuadro negro”) para los inhibidores selectivos de la ciclooxigenasa-2 (COX-2) y para los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) no selectivos, teniendo en cuenta el potencial de estos fármacos de aumentar los eventos cardiovasculares adversos1. Aunque hay centenares de millones de pacientes en todo el mundo que continúan necesitando un tratamiento para aliviar el dolor que les permita mantener una calidad de vida aceptable, la incertidumbre existente en cuanto a la seguridad cardiovascular de los AINE y los inhibidores de COX-2 comporta para los médicos y los pacientes la necesidad de tomar decisiones terapéuticas difíciles. Las guías actuales recomiendan el empleo de paracetamol como analgésico de primera línea de elección para el tratamiento del dolor crónico, a pesar de su potencia analgésica más débil, basándose en el supuesto Recibido el 16 de octubre de 2008; aceptado el 2 de septiembre de 2010. Cardiovascular Center, Cardiology (I.S., A.J.F., D.P., F.E., M.H., M.W., A.H., P.K., D.H., J.H., U.L., R.C., T.F.L., G.N., F.R.), Department of Rheumatology (M.N.), and Cardiovascular Research, Institute of Physiology (P.M.), University Hospital Zurich, Zúrich, Suiza; Department of Internal Medicine, Division of Angiology and Hypertension, University Hospital Lausanne, Lausanne, Suiza (J.N.); Institute for Social and Preventive Medicine, Biostatistics Unit (S.R.H.) y Center for Integrative Human Physiology (S.G., R.C., T.F.L., G.N., F.R.), University of Zurich, Zúrich, Suiza; y Department of Pharmacology y Pharmacy, University of Hong Kong, Hong Kong, China (P.M.V.). *Los Drs Sudano y Flammer contribuyeron por igual a la elaboración de este artículo. El editor invitado para este artículo fue Paolo Verdecchia, MD. Remitir la correspondencia a Frank Ruschitzka, MD, FRCP (Edin), Cardiovascular Center Cardiology University Hospital Zurich, Rämistrasse 100, CH-8091 Zúrich, Suiza. E-mail [email protected] © 2010 American Heart Association, Inc. Circulation se encuentra disponible en http://circ.ahajournals.org DOI:10.1161/CIRCULATIONAHA.110.956490 60 Sudano y cols. Paracetamol aumenta la presión arterial en pacientes con enfermedad coronaria 61 de su mayor seguridad cardiovascular, sobre todo en pacientes con un riesgo cardiovascular elevado o una enfermedad cardiovascular establecida1. Véase el editorial en pág. 56 Perspectiva Clínica en pág. 68 Paracetamol (denominado acetaminofeno en EEUU) es uno de los fármacos más comúnmente utilizados en todo el mundo, constituye uno de los principios activos principales de numerosas medicaciones para el resfriado y la gripe, y se emplea con frecuencia incluso en niños y mujeres embarazadas. Hasta ahora se ha considerado seguro cuando se toma a dosis terapéuticas1,2. Sin embargo, es de destacar que hay estudios esporádicos que han relacionado el empleo de paracetamol con una mayor incidencia de hipertensión3,4 o incluso con un aumento del riesgo de eventos cardiovasculares5. Tan solo existen unos pocos estudios de intervención en los que se ha evaluado el efecto de paracetamol sobre la hipertensión, y todos ellos se han realizado en pacientes hipertensos6,7 o en pacientes que presentaban hipertensión y artrosis8. Sin embargo, los resultados han sido poco consistentes. No obstante, la mayor parte de los datos sobre la seguridad cardiovascular de paracetamol proceden de estudios observacionales, que se consideran “generadores de hipótesis”, y hay muchos ejemplos de situaciones en las que estos resultados no han sido confirmados en los ensayos aleatorizados6–8. Hasta la fecha, no se ha realizado ningún estudio que haya evaluado el efecto de paracetamol sobre la presión arterial (PA) en pacientes con enfermedad coronaria (EC). Así pues, hemos evaluado prospectivamente la posible influencia de paracetamol en la PA ambulatoria (PAA) y la función vascular en pacientes con una EC establecida en los que los AINE tradicionales y los inhibidores de COX-2 están contraindicados y paracetamol constituye actualmente el tratamiento de elección. Métodos Población en estudio Los pacientes fueron reclutados en el Cardiovascular Center Cardiology, University Hospital Zurich, Zúrich, Suiza. Se incluyó en el estudio a pacientes con EC (documentada mediante coronariografía, técnicas de imagen radioisotópicas o prueba de estrés positiva) con tratamiento cardiovascular estable desde hacía al menos 1 mes y tenían de 18 a 80 años de edad y dieron su consentimiento informado por escrito. Los criterios de exclusión fueron los siguientes: infarto agudo de miocardio, angina inestable, ictus o intervención/ operación de revascularización coronaria en los 3 meses previos a la inclusión en el estudio; fracción de eyección ventricular izquierda < 50%; uso de otros analgésicos (se continuó el tratamiento antiagregante plaquetario con ácido acetilsalicílico 100 mg/d); dolor crónico; tabaquismo, abuso de alcohol o de otras drogas; PA no controlada a pesar de un tratamiento adecuado (> 160/100 mmHg); insuficiencia renal (creatinina sérica > 200 µmol/L); hepatopatía (alanina aminotransferasa o aspartato aminotransferasa > 100 UI); hepatitis aguda; hiperbilirrubinemia; tratamiento concomitante con anticoagu- lantes orales, fenobarbital, fenitoína, carbamazepina, ácido isonicotínico, cloranfenicol, clorzoxazona, zidovudina o salicilamida; uso a largo plazo de nitratos; diabetes mellitus insulinodependiente; anemia (hemoglobina < 10 g/dL); alergias conocidas a paracetamol; enfermedades inflamatorias sistémicas (por ejemplo, artritis reumatoide, enfermedad de Crohn); y participación en otro estudio en el mes anterior. No se autorizó el empleo de ningún otro fármaco aparte del tratamiento cardiovascular de base (en concreto, no se permitió el uso de fármacos antiinflamatorios o destinados al alivio del dolor) con objeto de asegurar la aplicación del diseño doble ciego. Dado que los pacientes incluidos en el estudio no tenían dolor y, por tanto, no iban a obtener un efecto beneficioso con el empleo del fármaco en estudio, el número de pacientes investigados tuvo que reducirse al número mínimo necesario determinado con el cálculo preliminar de la potencia estadística. Además, se optó por un diseño de “grupos cruzados” con objeto de limitar el número de pacientes a los que debía exponerse a un medicamento del que no iban a obtener un efecto beneficioso. Diseño y protocolo del estudio En este estudio prospectivo, aleatorizado, doble ciego, de grupos cruzados e iniciado por los investigadores, analizamos la influencia de paracetamol en la PAA y en la vasodilatación dependiente e independiente del endotelio en pacientes con una EC estable a los que se administraba un tratamiento estándar óptimo. Las variables de valoración secundarias evaluadas fueron la función plaquetaria, las células progenitoras endoteliales (CPE), los marcadores del sistema renina-angiotensina, la inflamación y el estrés oxidativo. Tras el examen de selección inicial y el reclutamiento para el estudio, los pacientes fueron asignados aleatoriamente a 2 grupos. Para la aleatorización, organizaciones externas (InterCorNet y Cantonal Pharmacy, ambos de Zúrich, Suiza), que se encargaron del enmascaramiento y etiquetado de los fármacos, proporcionaron una secuencia de asignación impredecible. En todo momento, se ocultó el procedimiento de asignación a todos los investigadores. Se aleatorizó a los pacientes al tratamiento con paracetamol 1 g tres veces al día, que es una dosis habitual para el alivio del dolor, o con un placebo de aspecto idéntico, durante un periodo de 2 semanas en la primera parte del estudio, o viceversa en la segunda parte. Entre la primera y la segunda parte del estudio se incluyó un periodo de lavado farmacológico de 2 semanas. En cada visita (basal y a las 2, 4 y 6 semanas), se efectuaron determinaciones de la PAA y la función endotelial, se extrajeron muestras de sangre, se obtuvo una muestra de orina de 24 horas, se evaluó el estado clínico y se registraron los acontecimientos adversos. También en cada visita se llevó a cabo un análisis de seguridad, que incluyó una determinación de los electrólitos y de la función hepática y renal, así como un recuento leucocitario y una determinación del número de hematíes. La prueba de embarazo en las mujeres con potencial fértil se realizó tan solo en la primera visita. Se indicó a los pacientes que no tomaran su medicación habitual por la mañana el día del examen (todos los exámenes y determinaciones se llevaron a cabo por la mañana). Se obtuvieron muestras de sangre y se determinó la dilatación mediada por flujo (DMF) 62 Circulation Abril, 2011 antes de que los pacientes tomaran su medicación. A continuación, los pacientes tomaron su medicación regular y el fármaco en estudio, antes de colocarles el dispositivo de registro de la PA ambulatoria de 24 horas. El fármaco en estudio y el placebo se prepararon en cápsulas idénticas con objeto de garantizar un aspecto uniforme de ambas formulaciones. El principio activo estudiado consistía en paracetamol puro y no contenía sodio, excepto por el 3% de solución con contenido de lactato sódico en la superficie de la cápsula. Según el fabricante, esta cantidad de sodio no es mensurable in vivo. El preparado de placebo contenía tan solo D-manitol. El protocolo del estudio fue aprobado por el Comité Ético del Cantón de Zúrich y por la Agencia Suiza de Productos Terapéuticos (Swissmedic). El estudio se registró en http://www.clinicaltrials.gov. (Identificador: NCT00534651). Análisis de laboratorio especiales Marcadores del estrés oxidativo Se determinaron los 8-isoprostanos en el plasma mediante un inmunoensayo enzimático de 8-isoprostano (Cayman Chemicals, Ann Arbor, Mich; CV intraensayo, 7,2%; CV interensayos, 15,5%). Prostaglandinas y tromboxano Se determinó la prostaglandina E2 en plasma y en orina mediante el kit monoclonal de inmunoensayo enzimático de prostaglandina E2 (Cayman Chemicals; CV intraensayo, 3,7%; CV interensayos, 11,6%). Se determinó el tromboxano B2 en plasma con el kit de inmunoensayo enzimático de tromboxano B2 (Cayman Chemicals; CV intraensayo, 19,9%; CV interensayo, 24,3%). Las determinaciones de la PAA se obtuvieron a lo largo de 24 horas, con el dispositivo Tracker NIBP 2 (Delmar, Delmar Reynolds Medical, Hertford, Reino Unido) antes y después de la fase de tratamiento activo, según lo indicado en las guías recientes9. Se indicó a los pacientes que mantuvieran el brazo quieto mientras se hinchaba el manguito y que evitaran un ejercicio físico excesivo durante la monitorización. Los dispositivos de registro se programaron para obtener lecturas cada 15 minutos durante el periodo diurno y cada 30 minutos durante la noche. Determinación de la actividad de renina en plasma y de la aldosterona La actividad de renina en plasma se determinó mediante el atrapamiento de la angiotensina I generada con el empleo de anticuerpos de alta afinidad y posterior radioinmunoensayo15. La determinación de la aldosterona se realizó mediante radioinmunoensayo directo con anticuerpos de alta afinidad producidos en conejos New Zealand White16. Para la aldosterona, los CV intraensayo e interensayos fueron del 5,3% y el 9,4%. Para la actividad de renina en plasma, los CV intraensayo e interensayos fueron del 5% y el 13%. Los resultados se normalizaron respecto a la excreción de sodio en 24 horas. Vasodilatación dependiente e independiente del endotelio CPE iniciales Determinación de la PAA La DMF se determinó según lo establecido en las guías actuales10,11 y tal como se ha descrito con anterioridad12. De forma resumida, se obtuvo una ecografía en modo B de la arteria humeral izquierda en un corte longitudinal entre 2 y 10 cm por encima del codo, mediante un transductor de haz lineal de 10 MHz de alta resolución y un aparato ecográfico de alta resolución (Siemens X300, Siemens Suiza AG, Zúrich, Suiza). Se obtuvo la señal de vídeo analógica con un sistema de procesamiento de vídeo que calculaba el diámetro de la arteria en tiempo real (FMD Studio13,14, un sistema de medición en tiempo real, Institute of Clinical Physiology, Pisa, Italia). La reproducibilidad del método ha sido demostrada recientemente13,14. Se tomó como tamaño basal del vaso la media de las determinaciones obtenidas durante el primer minuto. La DMF se calculó mediante el porcentaje máximo de aumento del diámetro por encima del valor basal. La dilatación independiente del endotelio se determinó tras la aplicación de nitroglicerina sublingual (0,4 mg, Nitrolingual Spray, Pohl-Boskamp, Hohenlockstedt, Alemania), mediante el registro continuo del diámetro arterial durante al menos 6 minutos. La respuesta a la nitroglicerina se calcula mediante el porcentaje máximo de aumento del tamaño vascular respecto a la situación basal. La media intraobservador de la diferencia absoluta en el diámetro basal fue de 0,13 ± 0,09 (I.S.) y de 0,11 ± 0,06 (P.K.), y la media de la diferencia absoluta en la DMF fue del 0,61 ± 0,19% (I.S.) y del 0,62 ± 0,46% (P.K.). El coeficiente de variación (CV) intraobservador de los operadores (definido de la siguiente forma: DE de las diferencias por pares/media global/√2x100) fue del 2,1% (I.S.) y del 6,2% (P.K.). Aislamiento y cultivo de las CPE iniciales a partir de sangre periférica Se obtuvieron muestras de sangre (8 mL) en tubos BD Vacutainer Cell Preparation Tubes (BD, Franklin Lakes, NJ) y se centrifugaron a 1.800 g durante 30 minutos a temperatura ambiente en el plazo de 1 a 2 horas. Se retiró la capa de plasma y se guardó a –80 °C; la capa leucoplaquetaria se transfirió a tubos de centrifugación estériles de 15 mL. Las células mononucleares se lavaron dos veces con PBS, primero con 15 mL y una centrifugación a 900 g durante 15 minutos y luego con 10 mL y una centrifugación a 900 g durante 10 minutos, y se sembraron en un Laboratory Tek Chamber Slide (BD) con recubrimiento de fibronectina, a una densidad de 8.000.000/mL en 20% FCS EGM-2. Al cabo de 3 días, se cambió el medio. Los cultivos se analizaron a los cinco días de la siembra. Cuantificación y caracterización de las CPE iniciales en los cultivos de 5 días Las CPE iniciales se cuantificaron según se ha descrito detalladamente en publicaciones anteriores17,18. De forma resumida, se retiró el medio con una pipeta y se añadió EGM-2 con 5 µg/mL de 1,1-dioctadecil-3,3,3-tetrametilindocarbocianina perclorato-lipoproteínas de baja densidad (DiI-LDL; Intracel, Frederick, MD). Las células se incubaron con DiI-LDL durante 1 hora a 37 °C. A continuación se lavaron con PBS y se fijaron con paraformaldehído al 4% en PBS durante 10 minutos a temperatura ambiente. Tras retirar el paraformaldehído, se lavaron las células una vez con PBS y se incubaron con 10 µg/mL de lectina aglutinina procedente de Ulex europaeus Sudano y cols. Paracetamol aumenta la presión arterial en pacientes con enfermedad coronaria 63 Figura 1. Diagrama de flujo del estudio. (Sigma-Aldrich, Buchs, Suiza), conjugada con FITC, durante 1 hora a temperatura ambiente. A continuación se lavaron dos veces y se cubrieron con medio para preparaciones con DAPI (1:1.000). Con el empleo de un microscopio de fluorescencia (Olympus, Hamburgo, Alemania), realizamos un recuento de las células con doble positividad para DiI-LDL/lectina en 3 campos visuales diferentes y las consideramos células CPE iniciales. El CV fue del 6,3% (10 cultivos de EPC realizados dos veces). Además, se determinó el número de células mononucleares con doble positividad para CD34/KDR mediante un análisis de clasificación celular activado por fluorescencia. Función plaquetaria dependiente de las fuerzas tangenciales de cizallamiento La función plaquetaria dependiente de las fuerzas tangenciales de cizallamiento se evaluó con un analizador de plaquetas según lo descrito anteriormente19. Análisis estadístico Las variables de valoración primarias fueron el cambio del valor medio de la PAA sistólica (PAS) y de la PAA diastólica (PAD) de 24 horas y el cambio de la DMF tras 2 semanas de tratamiento con paracetamol en comparación con placebo. Tras la evaluación de los 22 primeros pacientes, el análisis mostró una potencia estadística insuficiente para los resultados de las determinaciones de PA. En consecuencia, con los datos obtenidos hasta entonces (DE de la diferencia, 4,9 mmHg; diferencia mínima detectable en las medias, 2,5 mmHg), calculamos el tamaño muestral necesario (33 pacientes) para disponer de una potencia estadística del 81% y un nivel de significación de 0,05 (bilateral) en este estudio de grupos cruzados. El análisis se llevó a cabo con pruebas de U de Wilcoxon-Mann-Whitney (con objeto de tener en cuenta la posible falta de normalidad de las variables de valoración) utilizando los métodos comentados por Senn20. Así pues, consideramos 2 grupos de pacientes distintos: grupo 1, formado por pacientes que recibieron paracetamol seguido de placebo, y grupo 2, formado por pacientes que recibieron placebo seguido de paracetamol. Dentro de cada grupo, los datos se resumen mediante el examen de los cambios intrapaciente entre los periodos 1 y 2 (para ambos grupos, esto es el cambio correspondiente a un individuo respecto al valor basal durante el empleo de paracetamol menos el cambio respecto al valor basal durante el empleo de placebo). Estos valores de cambio sin emparejar se analizan luego en los grupos 1 y 2 con la prueba de suma de rango de Wilcoxon (prueba de U de Mann-Whitney), según lo propuesto por Hill y Armitage21 y lo comentado posteriormente por Senn20. El efecto de paracetamol se estima con la media de los valores de cambio medios específicos de los 2 grupos. El efecto del periodo se estima con el empleo de la diferencia de los valores de cambio medios específicos de los 2 grupos (dividida por 2). Se descartó el efecto de arrastre del tratamiento en el periodo anterior mediante el empleo de una prueba de Wilcoxon para datos no emparejados del cambio intrapaciente respecto al valor basal incluyendo tan solo el primer periodo de tratamiento. Dado que había 3 variables de valoración de interés primario, se utilizó la corrección de Bonferroni. Los resultados se presentan en forma de media ± DE o EEM según se describe. 64 Circulation Abril, 2011 Tabla 1. Parámetros clínicos antes y después del tratamiento con paracetamol, placebo y medicaciones concomitantes durante todo el estudio Basal para el periodo de tratamiento Paracetamol Basal para el periodo de control Placebo 4,68 2,54 4,71 2,15 Parámetros clínicos DMF, % NTG, % 4,73 2,30 4,53 2,22 13,9 6,0 13,4 5,1 13,7 5,2 14,0 7,0 PAS de 24 h, mmHg 122,4 11,9 125,3 12,0* 122,7 11,6 122,2 10,5 PAS diurna, mmHg 124,5 12,2 127,3 12,5* 125,2 12,2 124,2 10,7 PAS nocturna, mmHg 115,7 12,4 117,7 12,4 114,1 1094 114,7 12,4 PAD de 24 h, mmHg 73,2 6,9 75,4 7,9* 74,4 6,9 74,6 7,2 PAD diurna, mmHg 75,1 7,4 76,9 8,6* 76,2 7,7 76,1 7,7 PAD nocturna, mmHg 66,9 7,3 68,5 7,8 67,4 7,1 66,9,0 6,4 FC de 24 h, lpm 68,2 10,3 70,8 10,1* 68,7 9,7 67,9 8,1 FC diurna, lpm 69,8 10,5 72,4 9,8* 70,9 9,5 70,9 9,0 FC nocturna, lpm 62,1 8,4 64,6 10,2* 63,6 9,3 64,1 9,2 PAS en la consulta, mmHg 131,5 15,8 133,8 16,2 131,8 11,5 130,6 10,6 PAD en la consulta, mmHg 80,6 8,8 82,7 8,7 81,0 6,8 81,3 8,7 FC en la consulta, lpm 58,6 7,5 60,2 7,5 59,9 10,2 60,0 8,0 Peso corporal, kg 84,3 17,3 84,4 17,6 84,4 17,3 84,7 17,5 Medicación concomitante, n (%) Inhibidor de la ECA ARA-II Betabloqueante Calcioantagonista 21/33 (64) 7/33 (21) 17/33 (52) 6/33 (18) Ácido acetilsalicílico (100 mg) 31/33 (94) Clopidogrel 11/33 (33) Estatina 30/33 (91) Ezetimibe 2/33 (6) NTG indica nitroglicerina; FC, frecuencia cardiaca; ECA, enzima de conversión de la angiotensina; PAD, presión arterial diastólica; PAS, presión arterial sistólica; y ARA-II, antagonistas de receptores de angiotensina II. Los datos se presentan en forma de media ± DE. *Diferencia estadísticamente significativa (p<0,05), paracetamol en comparación con placebo. El análisis de la variable de valoración primaria se realizó con el lenguaje de programación R (R Development Core Team, 2009). El programa informático de análisis estadístico utilizado para evaluar las diferencias en las características clínicas fue SPSS 17 (SPSS Inc, Chicago, Ill). Se aceptó la significación estadística para un valor de p < 0,05. Resultados Población en estudio Se reclutó para el estudio a 37 pacientes; sin embargo, 4 pacientes retiraron su consentimiento informado por razones personales después de la primera visita (Figura 1). Así pues, se incluyó en el análisis a 33 pacientes (media de edad, 60,5 ± 8,5 años; 28 varones; índice de masa corporal, 27,8 ± 6,0 kg/m2). Las características clínicas y los datos de laboratorio basales se indican en las Tablas 1 y 2. Efectos de paracetamol sobre la PA de 24 horas Paracetamol (1 g tres veces al día) indujo un aumento significativo de la PAS (de 122,4 ± 11,9 a 125,3 ± 12,0 mmHg; p = 0,021 en comparación con placebo) y la PAD (de 73,2 ± 6,9 a 75,4 ± 7,9 mmHg; p = 0,024 en comparación con placebo), mientras que no hubo cambios tras el empleo de placebo (PAS, de 122,7 ± 11,6 a 122,2 ± 10,5 mmHg; PAD, de 74,4 ± 6,9 a 74,6 ± 7,2 mmHg; Figura 2 y Tabla 1). La frecuencia cardiaca en las determinaciones de 24 horas aumentó con el empleo de paracetamol (de 68,2 ± 10,2 a 70,8 ± 10,1 lpm) y no se modificó con placebo (de 68,7 ± 9,7 a 67,9 ± 8,1 lpm). La diferencia entre paracetamol y placebo no fue significativa (p = 0,22; Tabla 1). Se descartó un efecto del periodo en cuanto a la PAS, la PAD y la frecuencia cardiaca de 24 horas (p = 0,62, 0,59 y 0,32, respectivamente). Se descartó un efecto del arrastre del tratamiento anterior en cuanto a la PAS, la PAD y la frecuencia cardiaca de 24 horas (p = 0,67, 0,53 y 0,41, respectivamente). Efectos de paracetamol sobre la vasodilatación dependiente e independiente del endotelio Después de 2 semanas de tratamiento con paracetamol, no hubo ningún cambio de la DMF en comparación con placebo (de 4,73 ± 2,3% a 4,53 ± 2,22% y de 4,68 ± 2,54% a 4,71 ± 2,15%; p = 0,64; Tabla 1). La vasodilatación independiente del endotelio, evaluada con nitroglicerina, se mantuvo inal- Sudano y cols. Paracetamol aumenta la presión arterial en pacientes con enfermedad coronaria 65 Tabla 2. Valores de laboratorio antes y después del empleo de paracetamol y de placebo Basal para el periodo de tratamiento Paracetamol Basal para el periodo de control Placebo Hb, g/L 14,5 1,1 14,3 1,0 14,3 1,0 14,3 1,0 Ht, % 41,5 3,0 41,0 2,5 41,0 2,5 41,2 2,8 140,4 2,2 140,6 1,9 140,8 1,8 140,4 2,3 4,0 0,4 4,0 0,4 4,0 0,3 3,9 0,3 Sodio, mmol/L Potasio, mmol/L Creatinina, µmol/L 86,9 11,3 86,4 13,9 87,2 13,3 87,9 13,2 Glucosa, mmol/L 5,7 1,0 5,6 1,0 5,8 1,3 5,7 1,1 CT, mmol/L 4,3 0,8 4,5 0,9 4,3 0,8 4,4 1,0 C-HDL, mmol/L 1,4 0,4 1,3 0,4 1,3 0,4 1,3 0,4 C-LDL, mmol/L 2,3 0,6 2,4 0,8 2,4 0,7 2,5 0,8 1,4 0,7 1,7 0,9 1,3 0,6 1,3 0,6 ALT, U/L 29,9 8,04 35,1 12,4 28,8 17,0 31,3 10,6 AST, U/L 34,1 16,3 44,8 25,8 35,5 16,6 36,3 21 GGT, U/L 32,9 16,7 54,7 69,9* 37,2 23,2 33,5 17,4 TG, mmol/L PGE2 en plasma, ng/mL 45,1 18,2 45,3 18,2 47,1 19,8 45,6 21,5 PGE2 en orina, ng/24 h 404,2 418,1 396,9 358,7 396,4 292,8 395,0 361,5 34,2 21,4 32,1 24,3 33,2 23,9 34,1 23,9 1,5 1,8 1,5 1,5 1,4 1,3 3,6 6,1 TBXB2 en plasma, ng/mL hs-CRP, mg/L 8-isoprostanos en plasma, pg/mL PRA, ng • mL-1 • /h-1 Aldosterona, pg/mL 1,6 0,9 1,6 0,6 1,5 0,7 1,7 1,1 3,24 5,03 3,41 5,50 3,43 5,28 3,43 4,69 72,5 28,7 69,3 23,8 67,5 24,1 74,2 24,8 Sodio en orina, mmol/L 108,0 43,4 105,1 38,8 116,8 39,4 103,5 40,8 Adhesión plaquetaria, % 3,1 1,5 3,9 2,5 3,4 1,6 4,3 1,5 Hb indica hemoglobina; Ht, hematocrito; CT, colesterol total; C-HDL, colesterol de lipoproteínas de alta densidad; C-LDL, colesterol de lipoproteínas de baja densidad; TG, triglicéridos; ALT, alanina aminotransferasa; AST, aspartato aminotransferasa; GGT, γ-glutamiltransferasa; hs-CRP, proteína C reactiva de alta sensibilidad; PGE2, prostaglandina E2; TBXB2, tromboxano B2; y PRA, actividad de renina en plasma. Los datos se presentan en forma de media ± DE. *Diferencia estadísticamente significativa (p < 0,05), paracetamol en comparación con placebo. terada (de 13,9 ± 6,0% a 13,4 ± 5,1% con paracetamol y de 13,7 ± 5,2% a 14,0 ± 7,0% con placebo; p = 0,66; Tabla 1). Los diámetros basales (antes de paracetamol, 4,45 ± 0,65 mm; después de paracetamol, 4,46 ± 0,58 mm; antes de placebo, 4,36 ± 0,61 mm; y después de placebo, 4,35 ± 0,61 mm; p = 0,64) y los cambios porcentuales de la velocidad del flujo (antes de paracetamol, 196,2%; después de paracetamol, 193,1%; antes de placebo, 203,1%; y después de placebo, 201,5%; p = 0,92) fueron similares en los 2 grupos. Efecto de paracetamol sobre las CPE La proporción de CPE (porcentaje de doble positividad para CD34 y para CD309) se evaluó en 22 de los 33 pacientes y no presentó diferencias tras 2 semanas de tratamiento con paracetamol o con placebo (0,23% frente a 0,34%, respectivamente; p = 0,11). Efecto de paracetamol sobre la adhesión plaquetaria Dos semanas de tratamiento con paracetamol 1 g tres veces al día o con placebo no modificaron la adhesión plaquetaria de manera significativa (fracción de superficie, de 3,1 ± 1,5% a 3,9 ± 2,5% con paracetamol y de 3,4 ± 1,6% a 4,3 ± 1,5% con placebo; p = 0,34; Tabla 2). Figura 2. Diferencia de la media de presión arterial ambulatoria de 24 horas (Delta PA, mmHg) entre la situación basal y el tratamiento con paracetamol (columnas grises) y placebo (columnas claras). Los datos se presentan en forma de media ± EEM. Los asteriscos indican una diferencia estadísticamente significativa (p < 0,05) para paracetamol en comparación con placebo. Efecto de paracetamol sobre los parámetros de laboratorio Los parámetros de laboratorio antes y después del empleo de paracetamol y placebo se indican en la Tabla 2. No se observó ningún cambio significativo en parámetros de laboratorio, excepto por la γ-glutamiltransferasa en el grupo de tratamiento 66 Circulation Abril, 2011 activo. Un paciente presentó un aumento significativo de la γ-glutamiltransferasa durante el tratamiento con paracetamol sin ningún cambio de la alanina y la aspartato aminotransferasa; la γ-glutamiltransferasa se normalizó a las 2 semanas de finalizada la administración de paracetamol. Este paciente negó haber consumido alcohol durante el periodo de estudio. El participante fue incluido en el análisis de los datos. Discusión Este estudio pone de manifiesto por primera vez un aumento significativo de la PAA en los pacientes con EC tratados con paracetamol pero sin un efecto significativo sobre la función endotelial, las CPE o la función plaquetaria. Los AINE selectivos y no selectivos se asocian a un aumento del riesgo de eventos cardiovasculares22. Por consiguiente, las guías actuales sugieren evitar el empleo de AINE y de inhibidores de COX-2 en los pacientes con un riesgo cardiovascular elevado o una EC establecida1 y recomiendan el uso de paracetamol como analgésico de primera línea, sobre todo en los pacientes con un riesgo cardiovascular elevado. Sin embargo, los resultados del presente estudio ponen en duda el supuesto de la seguridad cardiovascular de paracetamol ya que constituyen la primera evidencia obtenida de forma prospectiva de que paracetamol aumenta la PA ambulatoria en pacientes con EC. Es importante destacar que el aumento observado en la PA de forma asociada el uso de paracetamol estuvo dentro del rango de los efectos hipertensivos de los AINE tradicionales, en especial diclofenaco e ibuprofeno3,23–30. Conviene señalar que estudios epidemiológicos como el de Forman y colaboradores3 han demostrado que los varones que tomaban paracetamol de 6 a 7 d/ sem, en comparación con los que no lo tomaban, presentaron un aumento del riesgo relativo de hipertensión incidente, en comparación con los que tomaban AINE. Además, en los estudios Nurses’ Health Study I y II, el riesgo relativo de hipertensión, con un ajuste multivariable, en las mujeres tratadas con paracetamol > 500 mg/d aumentó en casi 2 veces en comparación con las mujeres que no tomaban paracetamol25. Aunque la forma más rigurosa de investigar la asociación entre los analgésicos no narcóticos y la hipertensión sería un ensayo controlado y aleatorizado31, un ensayo de este tipo que asignara aleatoriamente a pacientes con dolor crónico el empleo de analgésicos en comparación con placebo es cuestionable desde el punto de vista ético y es improbable que se realice. Los estudios prospectivos controlados de paracetamol son escasos, y los resultados son poco consistentes6–8. De hecho, en un estudio se observó un aumento de 4 mmHg6 y en los 2 estudios restantes se observó una ausencia de cambios de la PA de forma asociada al uso de paracetamol en pacientes con hipertensión7,8. Es de destacar que estos estudios se llevaron a cabo en pacientes con hipertensión, y no en el grupo de pacientes de alto riesgo con una EC establecida en los que las guías actuales recomiendan el uso de paracetamol6–8. Dada la alta prevalencia del uso de paracetamol, la respuesta presora observada en nuestro estudio constituye un importante motivo de preocupación para la salud pública. De hecho, teniendo en cuenta el incremento continuo del riesgo de enfermedad cardiovascular y cerebrovascular que se ha demostrado en relación con el incremento de la PA, un aumento de PA asociado al empleo de paracetamol podría comportar un incremento adicional considerable del riesgo de infarto de miocardio e ictus en pacientes con un riesgo cardiovascular alto o, en especial, en pacientes con una enfermedad cardiovascular o cerebrovascular ya establecida32,33. Es importante señalar que puede tener que prescribirse una mayor terapia antihipertensiva para contrarrestar la elevación de la PA, con el consiguiente aumento de los costes34. Lo más probable es que los AINE induzcan un aumento de la PA mediante el bloqueo de la síntesis de prostaglandinas, que regulan el tono vascular y la excreción de sodio. Generalmente se considera que paracetamol es tan solo un inhibidor débil de la síntesis de prostaglandinas35,36. En realidad, y tal como era de prever en pacientes que reciben un tratamiento de base con ácido acetilsalicílico37, las concentraciones plasmáticas y urinarias de prostaciclina y de tromboxano se mantuvieron inalteradas, lo cual hace que sea improbable que el posible efecto de inhibición de la COX-2 explique por completo los efectos hipertensores de paracetamol en las condiciones del presente estudio. Aunque el grado relativo de inhibición de la COX-1 frente a la de la COX-2 tiene posibles consecuencias en cuanto a la seguridad farmacológica en pacientes tratados con AINE38, la inhibición concomitante de la COX-1 (y la reducción de la generación de tromboxano) con ácido acetilsalicílico podrían haber contrarrestado toda posible atenuación de la liberación de prostaciclinas inducida por la COX-2. Sin embargo, en las evaluaciones de la seguridad farmacológica, las diferencias teóricas no pueden utilizarse como sustitutos de los ensayos clínicos aleatorizados y bien diseñados en los que se valoren los resultados clínicos apropiados. Además, la función renal, la actividad de renina en plasma y la aldosterona en plasma se mantuvieron inalteradas y, por tanto, no pueden explicar los efectos hipertensores de paracetamol, en especial porque la mayoría de los pacientes estaban siendo tratados con inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina, antagonistas de receptores de angiotensina y betabloqueantes. Un hallazgo inesperado fue que el aumento de la PA inducido por paracetamol se acompañó de un ligero aumento paralelo de la frecuencia cardiaca en vez de la disminución esperada de ésta, a través de su efecto en los barorreceptores. A pesar de que, como tal, este aumento no fue significativo, esto sugiere un posible efecto central de paracetamol. Se ha propuesto un mecanismo de acción predominantemente central, a través de una inhibición de la COX-2 central o de una variante de la COX39,40. Tiene interés el hecho de que se haya descrito una splice variant de la COX-1, denominada COX-3, que es inhibida de forma selectiva por paracetamol y que está presente principalmente en el cerebro y en la médula espinal41. El efecto hipertensor de paracetamol observado en el presente estudio podría haberse producido a través de esta actividad de COX-3 central o de una inhibición de la COX-2 por el fármaco42 o mediante la activación indirecta de receptores cannabinoides CB(1)43. A diferencia de los efectos observados sobre la PA, el uso de paracetamol mostró tan solo una tendencia al empeoramiento de la función endotelial, que es un importante marcador sustitutivo (surrogate marker) de la homeostasis vascular. Es de destacar que cualquier posible deterioro de la función endotelial después del tratamiento con paracetamol puede explicarse por un efecto directo sobre el endotelio o por un Sudano y cols. Paracetamol aumenta la presión arterial en pacientes con enfermedad coronaria 67 efecto secundario a través del aumento de la PA. Sin embargo, si la función endotelial se viera afectada por un aumento de la PA, 2 semanas de tratamiento serían probablemente un periodo de tiempo demasiado breve para influir en la función endotelial. Además, un efecto nocivo de paracetamol podría haber sido contrarrestado y ocultado por el empleo concomitante de inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina y de estatinas, que son fármacos que se sabe que influyen de manera favorable en las CPE y en la función vascular12,44. A diferencia de lo observado con paracetamol, nosotros hemos demostrado que celecoxib es capaz de mejorar la función endotelial y de reducir la inflamación crónica de bajo grado y el estrés oxidativo en pacientes con EC45. Nuestro estudio tiene algunas limitaciones que es preciso tener en cuenta. En primer lugar, el estudio es relativamente pequeño. Esto podría explicar la ausencia de efecto de paracetamol sobre la DMF, en especial debido a que el periodo de tratamiento fue breve. Sin embargo, dado que los pacientes incluidos en este estudio no presentaban dolor y, por tanto, no podían obtener un efecto beneficioso del fármaco en estudio, el número de pacientes estudiados se limitó al mínimo necesario en función del cálculo del tamaño muestral. Aunque las cápsulas eran de aspecto y sabor idénticos, no se aplicó una prueba formal para demostrar la idoneidad del enmascaramiento de la medicación. Aunque pueda haber la posibilidad teórica de que los pacientes fueran capaces de determinar su grupo de tratamiento, esto parece relativamente improbable. Es importante señalar que, dado el diseño de grupos cruzados del estudio, todos los pacientes recibieron tanto placebo como paracetamol. Además, hubo un predominio de varones; por consiguiente, estos resultados pueden no ser necesariamente extrapolables a las mujeres o a otros pacientes, excepto los que tienen una EC y reciben un tratamiento farmacológico óptimo. Conclusiones Nuestro estudio demostró que paracetamol en las dosis utilizadas en la práctica clínica diaria puede aumentar la PA en los pacientes con EC y no tiene efecto alguno sobre la función vascular. Mientras no se haya aclarado la seguridad cardiovascular de paracetamol en ensayos clínicos controlados y aleatorizados, diseñados específicamente para evaluar la seguridad de este fármaco, el empleo de paracetamol deberá ser evaluado con la misma rigurosidad que todos los fármacos antiinflamatorios tradicionales, sobre todo en los pacientes con un riesgo cardiovascular elevado. Agradecimientos Deseamos dar las gracias a Rosy Hug por su contribución en la gestión operativa. Fuentes de financiación Este trabajo fue financiado con subvenciones institucionales (Swiss National Research Foundation (32000BO-105758), Center for Integrative Human Physiology de la University of Zurich. Ni el fabricante ni el organismo financiador participaron en el diseño del estudio ni en la obtención, análisis e interpretación de los datos; y no intervinieron tampoco en la decisión de presentar el artículo para publicación. Los Drs Gay y Neidhart contaron con la financiación de los Masterswitch FP6 y FP7 de la Comisión Europea, y del Institute of Arthritis Epalinges, Lausanne. Declaraciones de intereses Este estudio fue iniciado e impulsado por los investigadores. Los autores no declaran ningún conflicto de intereses real o potencial en relación con este estudio. Bibliografía 1. Antman EM, Bennett JS, Daugherty A, Furberg C, Roberts H, Taubert KA. Use of nonsteroidal antiinflammatory drugs: an update for clinicians: a scientific statement from the American Heart Association. Circulation. 2007;115:1634 –1642. 2. Heard KJ. Acetylcysteine for acetaminophen poisoning. N Engl J Med. 2008;359:285–292. 3. Forman JP, Rimm EB, Curhan GC. Frequency of analgesic use and risk of hypertension among men. Arch Intern Med. 2007;167:394 –399. 4. Montgomery B. Does paracetamol cause hypertension? BMJ. 2008;336: 1190 –1191. 5. Chan AT, Manson JE, Albert CM, Chae CU, Rexrode KM, Curhan GC, Rimm EB, Willett WC, Fuchs CS. 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En los pacientes con enfermedad coronaria, las guías actuales sugieren, pues, que se eviten estos fármacos y se recomienda en su lugar, el empleo de paracetamol como analgésico de primera línea. Sin embargo, los resultados de este estudio prospectivo aportan la primera evidencia de una elevación de la presión arterial en estos pacientes, y cuestionan por tanto el supuesto de la seguridad cardiovascular de paracetamol. Teniendo en cuenta el incremento continuo del riesgo de enfermedad cardiovascular y cerebrovascular que se ha demostrado en relación con el incremento de la presión arterial, un aumento asociado al empleo de paracetamol podría comportar un incremento adicional del riesgo de infarto de miocardio e ictus en pacientes con un riesgo cardiovascular alto o, en especial, en pacientes con una enfermedad cardiovascular ya establecida. Dado que el uso de paracetamol es frecuente, el aumento de presión arterial causado por este fármaco puede ser motivo de preocupación para la salud pública. Mientras no se haya aclarado la seguridad cardiovascular de paracetamol en ensayos clínicos controlados y aleatorizados, diseñados específicamente para evaluar la seguridad de este fármaco, el empleo de paracetamol deberá ser evaluado con la misma rigurosidad que todos los fármacos antiinflamatorios tradicionales, sobre todo en los pacientes con un riesgo cardiovascular elevado.