La Sentencia deniega la tutela solicitada fundamentándose en que

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Fundamentos:
La Sentencia deniega la tutela solicitada fundamentándose en que el salario es la retribución
que el trabajador recibe del empleador por la prestación de servicios que presta a favor suyo,
es la contraprestación económica a la prestación de servicios del trabajador, por ende es un
derecho fundamental que tiene toda persona trabajadora, cuyo pago periódico, completo y
oportuno es una obligación del patrono.
La finalidad que persigue dicho salario es retribuir o compensar el esfuerzo realizado por el
trabajador, con el fin de procurarle los medios económicos necesarios para una vida digna y
acorde con sus necesidades.
De acuerdo con lo establecido en el Convenio 100 de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), la remuneración comprende: 1) el salario o sueldo ordinario, básico o mínimo, y 2)
Cualquier otro emolumento en dinero o en especie pagados por el empleador, directa o
indirectamente, al trabajador, en concepto del empleo de este último; así, bien puede decirse
que un salario o un sueldo es también una retribución. La legislación boliviana, menciona a la
remuneración y al salario aparentemente como sinónimos, no obstante, aclara qué
componentes -como comisiones o participaciones- se incluyen en esa denominación e invisten
un carácter permanente, explicando la ley, que la remuneración o salario no debe ser menor al
mínimo.
Con los antecedentes expuestos, el fallo constitucional concluye que la norma jurídica,
promulgada en diciembre de 2011, antes del inicio de la gestión 2012, elimina bonos no
previstos por ley, por lo que las autoridades demandadas en cumplimiento de la ley no podían
realizar la cancelación de los bonos, por lo que, tal negativa de manera alguna presuntamente
vulneraría los derechos de los vocales, jueces, o del personal jurisdiccional o administrativo del
Órgano Judicial, a la dignidad humana, al salario equitativo y satisfactorio, y a la propiedad.
En ese orden, el fallo establece que la remuneración comprende el salario o sueldo básico o
mínimo que es el ordinario, más, cualquier otra remuneración extraordinaria no constituye el
núcleo esencial de la remuneración o salario pagados por el empleador; luego, estricto sensu,
remuneración no es lo mismo que salario o sueldo, ni éstos igual que bono.
Así, cuando la Constitución Política del Estado establece en su art. 46.I.1 que toda persona
tiene derecho: “Al trabajo digno, con seguridad industrial, higiene y salud ocupacional, sin
discriminación, y con remuneración o salario justo, equitativo y satisfactorio, que le asegure
para sí y su familia una existencia digna”, lo hace precisamente en el sentido que dicha
remuneración o salario justo, en su expresión de un mínimo que garantice lo expresado a
través de una remuneración que no sea menor al salario mínimo, y si es mayor, esa
remuneración ordinaria no sea afectada.
En ese marco, la Sentencia concluye que las ventajas económicas que pudieran favorecer a los
servidores públicos a título de bonos, bajo cualquier nombre, no pueden asimilarse de modo
alguno, a un sueldo o salario mínimo u ordinario, ni a aquellos bonos que el Estado finalmente,
reconoce mediante una norma.
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