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Aparato digestivo
31. Motilidad del tracto gastrointestinal
Fibras musculares lisas de la pared digestiva
Las fibras musculares lisas del aparato digestivo pertenecen a la variedad de músculo liso
unitario o visceral, el cual tiene la propiedad de disponer de uniones comunicantes (uniones gap)
entre las membranas celulares, permitiendo su funcionamiento como un sincitio.
Estas fibras tienen dos tipos de actividad eléctrica en su membrana
1. Actividad eléctrica basal u ondas lentas: Son ondas de despolarización y
repolarización que se producen con una frecuencia baja y que no dan lugar a fenómenos
contráctiles.
2. Potenciales en meseta y espigas: Son ondas de despolarización que alcanzan el
umbral y dan lugar a potenciales de acción, la estimulación simpática inhibe el desarrollo de
este tipo de respuestas, mientras que el parasimpático las estimula.
Funciones motoras digestivas
1. Transporte de los alimentos a un ritmo adecuado que permita su absorción
2. Fragmentación de los alimentos
3. Mezclado con las secreciones digestivas
4. Exposición de la mezcla resultante de alimentos y secreciones a la superficie de
absorción
Tipos de movimientos
En términos generales hay dos tipos de movimiento
a. Propulsión o peristaltismo
b. Mezcla, mediante movimientos peristálticos débiles y movimientos segmentarios
Masticación
Es un proceso voluntario que puede también llevarse a cabo de forma involuntaria o
automática en la cavidad oral, y que permite la fragmentación mecánica de los alimentos y su
mezcla con la saliva para formar pequeñas porciones de alimentos o bolos alimenticios.
Para llevar a cabo este proceso se utilizan los músculos de la masticación. Los responsables de
la función de corte (realizada por incisivos y caninos) son el músculo masetero y el temporal; y
para la función de molienda o trituración (realizada por premolares y molares) el temporal y los
pterigoideos.
El proceso involuntario está regulado por un conjunto de neuronas del tronco encefálico que se
denomina el centro de la masticación. Estas neuronas reciben información sensorial procedente
del interior de la cavidad oral; cuando está presente alimento en el interior de la misma y ejerce
presión contra las paredes se envía información sensorial hasta este centro. La respuesta eferente
de estas neuronas hasta los músculos de la masticación se realiza a través de los siguientes pares
craneales: V, VII, IX, X y XII.
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Deglución
Es el proceso mediante el cual el bolo alimenticio pasa desde la boca hasta el estómago a
través de las vías de comunicación faríngea y esofágica.
La faringe es un tubo de 12-14 cm de longitud con una musculatura circular y longitudinal en
sus paredes laterales y posterior. En su porción anterior se sitúan las aperturas de comunicación
con las fosas nasales, la boca y la laringe, siendo, por tanto una encrucijada importante para el
tránsito de alimentos y aire.
El esófago es un tubo de unos 25 cm de longitud con un epitelio estratificado plano y con una
musculatura que es estriada en su tercio superior, estriada y lisa en su tercio medio y lisa en su
tercio inferior. Dispone de dos esfínteres, uno superior o hipofaríngeo y uno inferior o
gastroesofágico tónicamente contraídos.
Como el esófago está situado en la cavidad torácica que tiene una presión negativa, y el
estómago en la cavidad abdominal que tiene una presión positiva; el esfínter inferior ve facilitada
su función evitándose el reflujo desde el interior estomacal al interior del esófago.
La deglución es un proceso reflejo complejo que se inicia voluntariamente y termina
involuntariamente. Está regulado por un grupo de neuronas o centro de la deglución situadas en
el bulbo raquídeo. Se describen en su desarrollo tres fases:
1. Fase bucal o voluntaria. Consistente en la proyección del bolo alimenticio hacia la
porción posterior de la cavidad oral. El contacto del bolo con las paredes de las coanas
estimula receptores que sinaptan con las neuronas del centro de la deglución activándolas y
dando lugar a la salida de eferencias que llegan a la musculatura faríngea, laríngea,
esofágica y respiratoria.
2. Fase faríngea. Es una fase involuntaria en la que participan de forma perfectamente
organizada 25 músculos. La secuencia de actividad de forma simplificada sería:
• Elevación de la lengua contra el paladar y empuje del bolo contra la pared faríngea.
• Contracción de la faringe cerrando la entrada a la cavidad nasal.
• Cierre de la epiglotis contra la traquea y contracción de la glotis
• Inhibición de la respiración (apnea de deglución), para evitar la entrada de alimento
al aparato respiratorio.
• Contracción peristáltica de los músculos de la faringe que empujan el bolo hacia el
esófago.
3. Fase esofágica. Fase involuntaria al igual que la anterior que es controlada por el
nervio vago. Como en la fase anterior la secuencia sería como sigue:
• Relajación del esfínter esofágico superior
• Contracción peristáltica o peristaltismo primario que empuja el alimento a lo largo
del esófago.
• Relajación del esfínter esofágico inferior para permitir la entrada de los alimentos al
estómago. Inmediatamente del paso del bolo el esfínter esofágico inferior se cierra para
impedir el reflujo desde el estómago al esófago.
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• Contracciones peristálticas o peristaltismo segundario, para arrastrar posibles restos
en el interior del esófago.
Motilidad gástrica
A nivel de la pared gástrica, en su capa muscular se diferencia una tercera capa de fibras
musculares lisas o capa oblicua que incrementa la capacidad contráctil de esta porción del aparato
digestivo.
a. Relajación receptiva o de llenado
El estómago vacío tiene un volumen de unos 50 mililitros, y en una comida normal
puede llegar a albergar unos 1500 mililitros. Para que no se produzca el consiguiente
incremento de presión en su interior, la musculatura gástrica se relaja, esta relajación se
produce por acción del centro de deglución, el cual antes de que el bolo alimenticio llegue al
interior estomacal produce una relajación de las fibras musculares lisas.
b. Ondas peristálticas. Son ondas de contracción que sirven principalmente para
mezclar el bolo alimenticio con las secreciones gástricas dando lugar a una solución
denominada quimo. Además la fuerza de estas contracciones colabora en la fragmentación
mecánica de los alimentos. Estas ondas contráctiles se originan en el cuerpo donde son
débiles, desplazándose hacia el antro donde van aumentando de fuerza. La frecuencia de
aparición es de unas 3/minuto y se desplazan a una velocidad de 1-2 cm/seg. la generación
de estas ondas se debe al complejo motor migratorio. A las 4 o 5 horas después de una
comida se producen contracciones cada dos horas que duran unos diez minutos son las
denominadas contracciones del hambre.
c. Vaciamiento. El vaciamiento del estómago está determinado por la fuerza de las
ondas peristálticas y el tono del esfínter pilórico. Normalmente el esfínter pilórico está
relajado y se produce su cierre al llegar la onda peristáltica, lo cual obliga a que la mayor
parte del contenido estomacal arrastrado por la onda peristáltica choque contra el píloro y
vuelva hacia atrás pasando tan sólo una pequeña fracción. Este proceso se inicia ya a los 2
o 3 minutos de la ingesta, produciéndose unas 3 eyecciones por minuto y un volumen
promedio de unos 5 mililitros por eyección.
Regulación de la motilidad gástrica
La motilidad gástrica está bajo el control del sistema nervioso entérico, el autonómico y las
hormonas gastrointestinales. La regulación se lleva a cabo mediante reflejos enterogástricos que
pueden ser cortos y largos, denominándose así por la distancia entre el estímulo y la repuesta.
El volumen de alimento ingerido y la composición físico-química del quimo determinan la
mayor o menor intensidad de la motilidad. Los factores más importantes son divididos en dos
grupos dependiendo de su punto de acción.
• Factores gástricos: la distensión de la pared gástrica aumenta la motilidad y la
velocidad de vaciamiento del estómago, igualmente la hormona gastrina secretada por el
estómago en presencia de alimento provoca la misma respuesta que el efecto mecánico.
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• Factores duodenales: la distensión del duodeno tiene un efecto inhibitorio sobre la
motilidad y el vaciamiento gástrico; igualmente hormonas intestinales como el péptido
inhibidor gástrico, la secretina o la colecistoqquinina-pancreocimina tienen efecto inhibidor.
Vómito
Expulsión forzada del contenido estomacal y duodenal.
Es un reflejo complejo coordinado por un grupo neuronal situado en el bulbo raquídeo
denominado centro del vómito.
Los estímulos que desencadenan esta respuesta pueden ser muy variados, si nos atenemos en
primer lugar a estímulos procedentes del aparato digestivo tendríamos: un aumento de la
distensión del estómago o del duodeno, la presencia de sustancias irritantes en la pared duodenal,
así como: un aumento de la presión intracraneal, mareo por rotación, o dolor intenso.
La respuesta que se desarrolla varía en intensidad, así la respuesta nauseosa o náusea, es la
de menor intensidad, y es el intento de eliminación de sustancias tóxicas. En esta respuesta se
produce un aumento de la sudoración, intensa salivación, aumento de la frecuencia cardiaca y la
arcada o contracción potente de la musculatura abdominal y torácica pero sin expulsión de
contenido.
Cuando la respuesta es más intensa la secuencia que tiene lugar es como sigue:
1. Gran inspiración, con objeto de al descender el diafragma incrementar la presión
intraabdominal.
2. Cierre de la glotis, para evitar la salida de aire y mantener dicha presión.
3. Elevación del paladar blando, para bloquear las fosas nasales y permitir la expulsión
a través de la cavidad oral.
4. Contracción de la musculatura torácica y abdominal con el fin de generar una
elevada presión que obligue al contenido digestivo a salir
5. Relajación del esfínter esofágico inferior.
Motilidad del intestino delgado
El tránsito del quimo a través del intestino delgado se desarrolla en un plazo temporal entre 4
y 6 horas. Este tiempo de recorrido, por el segmento más largo del tubo digestivo, permite en
primer lugar la mezcla del quimo con las secreciones pancreáticas, biliares e intestinales; y,
sobretodo, permite establecer un amplio contacto con la pared intestinal para realizar la absorción
de nutrientes.
Tipos de motilidad en el intestino delgado
1. Segmentación: se realiza por contracciones y relajaciones sucesivas y alternantes
de la musculatura circular del tubo digestivo. Los segmentos de contracción presentan una
longitud de 1 a 4 centímetros y el tiempo de cada contracción es de unos 5 segundos. El
número y frecuencia de segmentaciones es mayor a nivel duodenal y desciende en dirección
al ileon. La función más importante es el "amasado" que se produce entre el quimo y las
secreciones
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2. Ondas peristálticas o peristaltismo: son ondas de contracción precedidas por una
relajación que avanzan a lo largo del tubo recorriendo segmentos de una longitud media
entre 10 y 15 centímetros. Constituye un sistema de propulsión lento que permite el avance
del quimo y su contacto con las paredes. Existe una ley, "ley del intestino", mediante la cual
se marca la dirección de avance siempre del extremo proximal al distal.
3. Vaciamiento: las ondas peristálticas son responsables del avance y vaciamiento del
quimo o lo que resta del mismo en el intestino grueso. Con efecto opuesto o freno a este
avance se encuentra el esfínter íleocecal el cual en reposo se encuentra cerrado, retrasando
por un lado la salida y evitando por otro el reflujo. Las ondas peristálticas han de superar
una presión de 20 mm Hg para vencer la resistencia del esfínter y permitir el paso del
quimo.
Regulación de la motilidad del intestino delgado
Al igual que en la motilidad gástrica, aquí también existen reflejos que controlan el número,
frecuencia y fuerza de las ondas peristálticas. De entre los reflejos existentes se mencionarán los
más relevantes
a. Reflejo gastro-intestinal: la presencia de alimento en el estómago da lugar a un
incremento en la motilidad intestinal.
b. Reflejo intestino-intestinal: la presencia de quimo en el intestino aumenta la
motilidad intestinal.
c. Reflejo gastro-ileal: la presencia de alimento en el estómago incrementa la motilidad
sobretodo a nivel del íleon con objeto de facilitar su vaciamiento.
d. Sistema Parasimpático: un aumento de la estimulación parasimpática incrementa la
motilidad intestinal
Motilidad del intestino grueso
El tiempo empleado en recorrer este segmento del tubo digestivo es muy variable siendo por
término medio de unas 12 a 18 horas. El intestino grueso tiene la función de almacenar los restos
no absorbidos en el intestino delgado, así de los 1,5 litros que llegan a esta sección, la mitad será
absorbida y la otra mitad será almacenada. Otras funciones que se llevan a cabo son el balance
final de agua y sales que serán absorbidas, y la acción sobre los productos no asimilables de la
flora bacteriana dando lugar a productos del metabolismo bacteriano, como la vitamina K, que
serán absorbidos en esta parte.
La musculatura longitudinal del intestino grueso no es unas capa uniforme sino que forma tres
bandas a lo largo de la pared denominadas tenias coli, las dilataciones de la pared se denominan
haustros.
En la parte final del intestino grueso se encuentra el recto que dispone de pliegues
transversales, las válvulas rectales que ayudan a sostener el contenido fecal. Los últimos 3 o 4 cm.
forman el canal anal o ano donde la musculatura lisa circular forma el esfínter interno y
exteriormente hay un anillo de musculatura estriada, bajo control del sistema nervioso somático o
voluntario, el esfínter externo.
Tipos de motilidad en el intestino grueso
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1. Segmentación: son ondas tónicas de contracción que se desplazan adelante y atrás
(también denominadas ondas antiperistálticas). Se producen con una frecuencia de 3 o 4
por minuto y permiten un prolongado contacto con la mucosa del contenido intestinal.
2. Movimientos en masa: son fuertes ondas peristálticas que se producen unas 3 o 4
veces al día. Se originan en el extremo superior del colon ascendente y recorren un
segmento de unos 30 centímetros. La presión que se genera en estas contracciones es muy
elevada pudiendo alcanzarse los 100 mm Hg. La función básica de este tipo de motilidad es
el vaciado de la mayor parte del colon en sus porciones distales, colon sigmoide y recto. La
regulación de los movimientos en masa se desarrolla de manera refleja cuando penetra
alimento en el estómago, reflejo gastro-cólico, o en el duodeno, reflejo duodeno-cólico.
3. Vaciamiento: el recto normalmente está vacío, y sólo cuando se produce el
movimiento en masa el contenido intestinal alcanza el colon sigmoide y el recto, dando
lugar a la distensión de las paredes y al inicio del reflejo de la defecación o expulsión de
las heces al exterior. El estímulo mecánico de la distensión alcanza el sistema nervioso
central, a nivel de la médula sacra y del bulbo raquídeo llegando a zonas de corteza. A nivel
cortical puede producirse una respuesta de continencia inhibiendo o abortando el reflejo o
bien una respuesta de permiso al desarrollo del reflejo que pasa a estar comandado por los
centros inferiores mencionados. El desarrollo del reflejo establecerá la siguiente secuencia
de acontecimientos:
a. contracción peristáltica del final del colon y del recto
b. contracción de la musculatura del suelo de la pelvis
c. relajación de los esfínteres anales
d. además de los pasos previos, el reflejo suele ir acompañado de una fuerte
inspiración con objeto de aumentar la presión abdominal, el cierre de la glotis para
impedir la salida de aire y la contracción de la musculatura abdominal y torácica
dando lugar a un incremento en la presión intraabdominal (100 mm Hg) y de la
presión intratorácica que produce una disminución de la presión venosa y del retorno
venoso.
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