CONTACTO ACCIDENTAL CON JERINGA Aunque el contacto

Anuncio
CONTACTO ACCIDENTAL CON JERINGA
Aunque el contacto accidental con jeringa no sea un motivo frecuente de consulta en el Servicio de Urgencias de Pediatría, es un tema
que produce gran alarma social. Es importante una correcta actuación
en el momento de esa primera atención en Urgencias, así como la posterior coordinación con otros servicios para el seguimiento.
Cómo actuar
Las recomendaciones oficiales sobre cómo actuar cuando un niño
consulta por haber tenido contacto accidentalmente con una aguja o
jeringa son escasas y poco consensuadas. A pesar de ello podemos recomendar las siguientes pautas:
1. Si la herida sangra, permitir el sangrado.
Tabla I
≤ 12 años
> 12 años
Zidovudina
60 mg/m2/8 h vo (máx. 300 mg/dosis)
180-240 mg/m2/12 h vo (máx. 200 mg/dosis)
200 mg/8 h vo
300 mg/12 h vo
Lamivudina
150 mg/12 h vo
150 mg/12 h vo
Fármaco
2. Lavar la herida con agua y jabón y aplicar una solución antiséptica
3. Obtener serologías para VHC, VHB y VIH.
4. Valorar el riesgo de transmisión de infecciones: el riesgo de infección por VIH por pincharse accidentalmente con una jeringa fuera
del entorno laboral sanitario (jeringa hallada en la calle, playa, jardín, etc.) parece ser mínimo y hasta el momento no se ha confirmado ningún caso de adquisición de VIH por este mecanismo. El
riesgo de transmisión aumenta si hay sangre visible en la jeringa,
si el contacto con la misma se produce inmediatamente después su
uso y si la carga viral del usuario es elevada. La valoración del riesgo de transmisión se realiza de la siguiente manera:
• Riesgo apreciable (0,8-3%): pinchazo profundo o con abundante sangrado con una jeringuilla inmediatamente después de haber
sido usada. La profilaxis postexposición (PPE) en esta situación está recomendada.
• Riesgo bajo (0,05-0,8%): pinchazo superficial o con pequeño sangrado con una jeringuilla inmediatamente después de haber sido
usada. En este caso podría considerarse la PPE.
• Riesgo mínimo (0,01-0,05%): pinchazo accidental con pequeño
sangrado con una jeringuilla de procedencia desconocida. Es el
mecanismo más frecuente en Pediatría. En estos casos, la PPE
está desaconsejada por el mínimo riesgo de transmisión del VIH
y por los efectos secundarios que puede producir la terapia antirretroviral.
Si una vez valorado el riesgo consideramos que puede ser necesaria la PPE, se debe programar un seguimiento especializado. En el
mismo se realizará el control serológico y la PPE:
• VIH: la PPE debe realizarse en las 72 horas siguientes al contac-
to. Para ello se emplearán dos inhibidores de la transcriptasa inversa, la zidovudina (AZT) y la lamivudina (3TC). Ambos fármacos
son en general bien tolerados por los niños y están disponibles en
solución. Las dosis son las que se muestran en la tabla I.
Fórmula para el cálculo de la superficie corporal:
Altura (cm) x Peso (kg)
S.C. (m2) =
•
•
•
3.600
La triple terapia, añadiendo nelfinavir (inhibidor de la proteasa) a 2030 mg/kg/8 h, se aplicará únicamente en situaciones de alto riesgo.
Hepatitis B, hepatitis C y tétanos: actualmente, con la introducción
de la vacunación del VHB en el calendario de vacunas, los niños
están correctamente protegidos contra esta infección (los niños que
no hayan recibido aún todas las dosis, únicamente deberán completarla de acuerdo al calendario, sin tomar ninguna medida adicional). Únicamente los niños que por algún motivo no estén vacunados precisarán inmunoglobulina (0,06 ml/kg en deltoides o cara
anterolateral del muslo, con dosis máx. de 5 ml) y la primera dosis
de la vacunación (dosis distintas según el preparado comercial, a
administrar en lugar distinto a la Ig). Posteriormente deberán completar la vacunación.
Hepatitis C: no existe profilaxis disponible.
Tétanos: deberá actuarse en función del estado de vacunación (ver
capítulas Heridas)
BIBLIOGRAFÍA
1. Elorza Arizmendi JFJ, Tuset Ruiz C, León Sebastián P, Alvarez Angel V.
Punturas accidentales: Diez años de experiencia con nuestro protocolo. An
Esp Pediatr 1999;50(2):140-4.
2. Havens PL, American Academy of Pediatrics, Committee on Pediatric
AIDS. Postexposure prophylaxis in children and adolescents for nonoccupational exposure to human inmunodeficiency virus. Pediatrics 2003;
111(6Pt1):475-89.
3. Merchant RC. Nonoccupational HIV postexposure prophylaxis: a new role
for the emergency department. Ann Emerg Med 2000;36(4):366-75.
4. Babl FE, Cooper ER, Damon B, Louie T, Kharasch S, Harris JA. HIV postexposure prophylaxis for children and adolescents. Am J Emerg Med 2000;
18(3):282-7.
5. Babl FE, Cooper ER, Kastner B, Kharasch S. Prophylaxis against possible
human immunodeficiency virus exposure after nonoccupational needlestick injuries or sexual assaults in children and adolescents. Arch Pediatr
Adolesc Med 2001;155(6):680-2.
6. Almeda J, Casabona J, Simon B, Gerard M, Rey D, Puro V, Thomas T,
Euro-NONOPED Project group. Proposed recommendations for the management of HIV post-exposure prophylaxis after sexual, injecting drug or
other exposures in Europe.
7. Almeda J, Casabona J, Allepuz A, García-Alcaide F, del Romero J;
Grupo de Consenso Español sobre Profilaxis Postexposición No Ocupacional al VIH. Recomendaciones para la profilaxis no ocupacional al
VIH. Documento de consenso. Enferm Infecc Microbiol Clin 2002;20:
391-400.
8. Monpoux F, Berlioz M, Pradier C, Haas H, Boutte P. Accidents d’exposition au VIH chez l’enfant. Expérience du service d’admission d’urgence
du CHU de Nice. Arch Pediatr 2002;9(3):232-7.
9. Merchant RC, Keshavarz R. HIV postexposure prophylaxis practices by
US ED practitioners. Am J Emerg Med 2003;21(4):309-12.
Descargar