LA CONDICIÓN MÁS BENEFICIOSA Y EL PRINCIPIO DE

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LA CONDICIÓN MÁS BENEFICIOSA
Y EL PRINCIPIO DE INESCINDIBILIDAD
Un debate inconcluso en la jurisprudencia laboral*
Yuliana Ocampo Marulanda**
Resumen: La condición más beneficiosa se
ha estructurado como una de las figuras más
polémicas en nuestro derecho laboral y de la seguridad social, pues en virtud de ella se permite
la aplicación de una norma derogada en lugar de
una vigente, siempre que resulte más favorable
al trabajador, afiliado o beneficiario.
Justamente, en el desarrollo de la condición
más beneficiosa, la jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral,
ha estatuido lo que aquí denominamos la subregla
del “doble requisito”.
U
na de las reglas inveteradas de nuestro
derecho es aquella que se refiere a la vigencia de
las normas, la cual dispone que las leyes rigen,
por regla general, de manera inmediata y hacia
el futuro. Ante tal panorama, la condición más
beneficiosa constituye un principio de novísima
En las líneas que a continuación se presentan
nos ocuparemos del estudio de dicha subregla,
así como de su relación con el principio de inescindibilidad que gobierna el derecho laboral, en
punto de analizar la operancia de la condición
más beneficiosa en la prestación de sobrevivencia,
en el tránsito legislativo de la Ley 797 de 2003
y la Ley 100 de 1993.
Palabras clave: Condición más beneficiosa,
principio de inescindibilidad, pensión de sobrevivientes, expectativas legítimas, Ley 100 de 1993
y Ley 797 de 2003.
aplicación, pues invierte dicha regla ancestral, al
permitir el uso de una norma derogada en lugar
de una vigente, en procura de los derechos del
trabajador.
Este principio, contenido en el artícu­lo 53
constitucional al referirse a la prohibición de
*
Una versión más corta de este artícu­lo fue publicado en la Revista Derecho al Debate Nº 2, octubre de 2015 a enero de 2016,
pp. 42-56.
**
Abogada litigante en asuntos laborales, de la seguridad social y administrativos. Egresada de la Universidad de Caldas, año
2014. Autora del libro la Responsabilidad del Estado Legislador frente a la expedición de normas inconstitucionales. Correo
Electrónico: [email protected]
105
Yuliana Ocampo Marulanda
desmejorar los derechos de los trabajadores1, ha
sido extendido al derecho de la seguridad social;
justamente, en este ámbito es en el que se ha
desarrollado en mayor medida, como pasaremos
a explicar.
Con el propósito de contextualizar al lector, debe aludirse a una de las problemáticas
más complejas que se ha presentado en nuestro
derecho en los últimos tiempos: la imposibilidad de un gran número de colombianos de acceder a las prerrogativas del sistema pensional,
en virtud de los frecuentes cambios normativos
existentes.
Así pues, y en punto de la delimi­tación del
obje­to de estudio que hemos realizado, resulta
pertinente retratar que en los últimos 25 años
hemos tenido tres normas que han regulado la
pensión de sobrevivientes en Colombia, con requisitos sustancialmente distintos.
“ARTÍCULO 25. PENSIÓN DE SOBREVIVIENTES POR MUERTE POR RIESGO
COMÚN. Cuando la muerte del asegurado
sea de origen no profesional, habrá derecho
a pensión de sobrevivientes en los siguientes
casos:
a) Cuando a la fecha del fallecimiento, el
asegurado haya reunido el número y densidad
de cotizaciones que se exigen para adquirir
el derecho a la pensión de invalidez por
riesgo común {(…) Haber cotizado para el
Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, ciento
cincuenta (150) semanas dentro de los seis
(6) años anteriores a la fecha del estado
de invalidez, o trescientas (300) semanas,
en cualquier época, con anterioridad al
estado de invalidez}.
1
106
Artícu­lo 53 C.P. La ley, los contratos, los acuerdos
y convenios de trabajo, no pueden menoscabar la
libertad, la dignidad humana ni los derechos de los
trabajadores.
b) Cuando el asegurado fallecido estuviere
disfrutando o tenga causado el derecho a
la pensión de invalidez o de vejez según el
presente Reglamento. (A.049/1990, Art. 25.
Negrillas propias)
Por su parte, la Ley 100 de 1993 estatuyó:
ARTÍCULO 46. Tendrán derecho a la pensión
de sobrevivientes:
1. Los miembros del grupo familiar del
pensionado por vejez, o invalidez por riesgo
común, que fallezca, y
2. Los miembros del grupo familiar del
afiliado que fallezca, siempre que este hubiere
cumplido alguno de los siguientes requisitos:
a. Que el afiliado se encuentre cotizando
al sistema y hubiere cotizado por lo menos
veintiséis (26) semanas al momento de la
muerte;
b. Que habiendo dejado de cotizar al
sistema, hubiere efectuado aportes durante por lo menos veintiséis (26) semanas
del año inmediatamente anterior al momento en que se produzca la muerte (…)
(L. 100/1993, art. 46. Negrillas propias)
Finalmente, la Ley 797 de 2003 contempló:
“ARTÍCULO 12. Tendrán derecho a la pensión de sobrevivientes:
1. Los miembros del grupo familiar del
pensionado por vejez o invalidez por riesgo
común que fallezca y,
2. Los miembros del grupo familiar del
afiliado al sistema que fallezca, siempre
y cuando este hubiere cotizado cincuenta
semanas dentro de los tres últimos años
LA CONDICIÓN MÁS BENEFICIOSA Y EL PRINCIPIO DE INESCINDIBILIDAD
inmediatamente anteriores al fallecimiento
(…) (L.797/2003, art. 12. Negrillas propias)2.
Ante la evidente divergencia de los requisitos contemplados en las normas transcritas y la
naturaleza de las situaciones pensionales que se
configuran en largos períodos temporales, surgieron diversas controversias relacionadas con
personas que alcanzarían la densidad de semanas
requeridas con la norma con la que empezaron
a cotizar al sistema, más no con la vigente al
momento de la verificación de los requisitos,
esto es, con la del momento de su fallecimiento.
Bajo dicho panorama, múltiples fueron las
demandas presentadas ante la jurisdicción ordinaria laboral solicitando la protección de las
expectativas legítimas de los afiliados que estaban
siendo desconocidas por la aplicación estricta de
la ley vigente al momento de la muerte.
Dicha situación fáctica, por demás reiterada
y no de poca monta, llevó a la Corte Suprema
de Justicia reconocer la existencia de la figura
de la condición más beneficiosa, a partir de la
cual permitió la aplicación del Acuerdo 049
de 1990 en lugar de la Ley 100 de 1993, por
resultar este más favorable y permitir la configuración de la pensión de sobreviviencia de la
reclamante, así:
“(…) por lo que ante tal realidad y en atención al postulado protector propio del derecho del trabajo y de la seguridad social, se
actualiza por excelencia en el caso obje­to
de estudio, el principio de la condición más
beneficiosa, contemplado en el artícu­l o 53
de la Constitución Política.
(…) En consecuencia, sería violatorio de
tal postulado y del principio constitucional
2
Debe aclararse que la norma en cita no corresponde
a su versión original sino a la que rige actualmente,
tras la declaratoria de inexequibildiad del requisito de
fidelidad al sistema realizado por la Honorable Corte
Constitucional de Colombia en Sentencia C-556 de
2009.
de la proporcionalidad, entender que dentro del nuevo régimen de la Ley 100 — que
redujo drásticamente el requisito de intensidad de semanas -, quedaron abolidas
las prerrogativas de los derechohabientes
originadas por afiliados que durante su
vincu­l ación como suje­tos activos de la seguridad social habían cumplido todas las
cotizaciones exigidas en el reglamento aplicable y antes de entrar a regir la nueva ley
se desafiliaron del sistema al considerar
fundadamente que por faltarles únicamente
el requisito del fallecimiento sus familiares
podrían reclamar la respectiva prestación
al momento de su deceso.
Así mismo, no escapa a la Sala que ante
una contradicción tan evidente, impone el
sentido común el imperio de una solución
cimentada en una interpretación y aplicación
sistemática de normas y en el espíritu de
las mismas, consultando los principios de
equidad y proporcionalidad. Y en tal orden
de ideas se apartaría de estos postulados la
decisión jurisdiccional que sin ningún análisis contextual aplicara al caso el artícu­l o
46 de la Ley 100 de 1993, y so pretexto de
haberse producido el deceso a los 3 meses
y 23 días de entrar en vigencia el nuevo
régimen de seguridad social y de no tener
cotizadas el causante 26 semanas en el año
anterior al fallecimiento, se negase a sus derechohabientes la pensión de sobrevivientes,
que edificó el afiliado durante más de 20
años, las que le daban derecho a causar no
solo pensión de sobrevivientes sino aun a
estructurar el requisito de aportes para la
pensión de vejez” 3 (cursivas propias).
Teniendo claro el contexto de la discusión y
el origen jurisprudencial de la condición más
3
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral. Sentencia Nº 9.758 del 13 de agosto de 1997.
Magistrado Ponente: José Roberto Herrera Vergara.
http://cortesuprema.gov.co junio 2013.
107
Yuliana Ocampo Marulanda
beneficiosa, resulta determinante comprender
la figura que aquí se expondrá para determinar
de manera adecuada sus alcances.
que amerita protección especial, la nueva
disposición legal debe inaplicarse para darle
efectos ultractivos a la precedente”6.
Desde ya debe anunciarse que ha sido poco
estudiada por la doctrina colombiana, por lo que
sus referencias son escazas. Sobre la definición
de la misma encontramos lo siguiente:
En simi­l ar sentido, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, ha definido la
misma en los siguientes términos:
“(…) la condición más beneficiosa {es} una
figura a partir de la cual se pueden aplicar
normas derogadas, en ocurrencia de una
sucesión o tránsito legislativo que afecta
los derechos y expectativas legítimas del
trabajador, cuando el intérprete considere
que sean más benéficas para este”4.
“El principio de la condición más beneficiosa
se aplica a supuestos de sucesión normativa
para mantener situaciones jurídicas no consolidadas de trabajadores a quienes, si bien no
han adquirido determinados derechos, se les
debe garantizar la protección de las mismas
con el obje­to de reducir el impacto social
del tránsito normativo en materia laboral”5.
“Según el maestro uruguayo Américo Plá, la
regla de la condición más beneficiosa “(...)
supone la existencia de una situación concreta anteriormente reconocida y determina
que ella debe ser respetada en la medida
que sea más favorable al trabajador que la
nueva norma que se ha de aplicar (…)”. En
otras palabras, cuando una norma entra en
vigencia y deroga la que inmediatamente la
antecede, respecto de cierto contingente de
trabajadores o afiliados a la seguridad social
108
4
Ocampo Marulanda, Yuliana y Morales Juan David.
La condición más beneficiosa en las pensiones de
invalidez y sobrevivientes: Interpretación y análisis de
su desarrollo y aplicación en el derecho colombiano.
Manizales. Universidad de Caldas. 2014, p. 20.
5
Jaramillo Jassir, Iván. Principios constitucionales y
legales del derecho del trabajo colombiano. Bogotá
D.C. Universidad del Rosario. 2010, p. 175.
“(…) principio de la “condición más beneficiosa”, que desde otra perspectiva se podría
estimar como una aplicación ultractiva
de una norma favorable reemplazada por
otra más gravosa que desmejoraría indudablemente la situación prestacional del
grupo familiar del afiliado o pensionado” 7
(negrillas propias).
Aceptando, en este punto, su definición y
origen jurisprudencial, debe indicarse que desde
el año 1997 y hasta la actualidad se reconoció
la posibilidad de inaplicar la Ley 100 de 1993 y
hacer uso del Acuerdo 049 de 1990 en torno a la
pensión de sobrevivencia. Por supuesto, esta fue
una posición que tardó muchos años en consolidarse y que generó multiplicidad de debates en
torno a la figura al interior de la Corte Suprema
de Justicia, Sala de Casación Laboral, sobre todo
por la ausencia de una consagración positiva clara
sobre la misma.
Sin embargo, tras la entrada en vigencia de
la Ley 797 de 2003, se presentó una nueva controversia en torno a la aplicación de la condición
más beneficiosa, pues haciendo uso del precedente
ya existente, diversos beneficiarios reclamantes
solicitaron se hiciera uso de la Ley 100 de 1993
6
Herrera Vergara, José Roberto. “Nuevos criterios de
interpretación jurídica laboral y de la seguridad social
en Colombia”. En Derecho del Trabajo y Derecho de la
Seguridad Social. Estudios en homenaje a la memoria
del profesor Rafael Caldera. Volumen I. Universidad
Católica Andrés Bello. Universitas Fundación, p. 97.
7
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral. Sentencia Nº 32.133 de 20 de febrero de 2008.
Magistrado Ponente: Elsy del Pilar Cuello Calderón.
http://cortesuprema.gov.co septiembre de 2013.
LA CONDICIÓN MÁS BENEFICIOSA Y EL PRINCIPIO DE INESCINDIBILIDAD
para regular la pensión de sobrevivencia reclamada, aun cuando el fallecimiento del causante
se hubiese producido en vigencia de la Ley 797
de 2003, en virtud a que la primera norma les
resultaba más favorable, mientras que la segunda
daba al traste con los derechos pensionales que
pretendían.
más beneficiosa, contemplado en el artícu­lo
53 de la Constitución Política.
e) El denominado “ principio de la condición
más beneficiosa”, no solo tendrá cabida en el
tránsito legislativo entre el Acuerdo 049 de
1990 y la Ley 100 de 1993, sino igualmente
frente al fenómeno de la sucesión normativa
de legislaciones ulteriores, como por ejemplo
Al respecto, la posición de la jurisprudencia
entre esta última y las Leyes 797 y 860 de
no fue pacífica en cuanto a la aceptación de la
2003, siempre y cuando, se insiste, la nueva
figura en el tránsito legislativo acaecido entre la
disposición estipule reLey 100 de 1993 y la
quisitos más gravosos
Ley 797 de 2003, toda
que los señalados en
vez que se consideró,
El denominado “ principio de la condición
la norma precedente,
en sus inicios, que no
más beneficiosa”, no solo tendrá cabida en
y además el titular del
existió un cambio de
el tránsito legislativo entre el Acuerdo 049
derecho o beneficiario
sistema como sí ocude
1990
y
la
Ley
100
de
1993,
sino
igualhaya reunido las exigenrrió con la entrada en
mente frente al fenómeno de la sucesión
cias de esta cuando la
vigencia de la Ley 100 y
normativa
de
legislaciones
ulteriores
nueva entró en vigencia.
que, en estricto sentido,
(…)” 8.
no podía determinarse
que la norma inicial
les resultaba más favorable a los beneficiarios,
En dicha sentencia, la Corte Suprema de Justicia
afiliados o pensionados.
estableció, además, el que se ha denominado el
“doble requisito” de la condición más beneficioSolo hasta el año 2012 se presentó un cambio
sa que aunque allí se establece para pensiones
en dicha teoría para aceptar la aplicación de
de invalidez, debe ser entendido también para
la Ley 100 de 1993 en lugar de la Ley 797 de
la prestación de sobrevivencia, dado que en la
2003, en punto de la pensión de sobrevivencia
sentencia reseñada se unificó la línea jurispruy en virtud del principio de la condición más
dencial de ambas prestaciones, teniendo como
beneficiosa. De cara a ello, podemos vislumbrar
única diferencia que en punto de la invalidez
las siguientes palabras:
se visualiza la Ley 860 de 2003 mientras que
en sobrevivencia se trata la Ley 797 del 2003.
“(…) d) Es dable concluir que no resulta
Veamos pues la consagración del mismo, así:
procedente jurídicamente, ni equitativo,
restarle eficacia a las cotizaciones anterio“Dando aplicación a la condición más beres al estado de invalidez, con las cuales el
neficiosa frente a la pensión de invalidez,
afiliado hubiera podido obtener la prestación
debe precisarse que para que el derecho a
pensional bajo los presupuestos de la norma
esta prestación se gobierne por el artícu­
modificada o derogada, de no haberse presentado ese cambio abrupto en la legislación.
En casos como el descrito, también debe
primar el postulado protector propio del
derecho del trabajo y de la seguridad social,
con la aplicación del principio de la condición
8
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
Sentencia Nº 38.674 de 25 de julio de 2012. Magistrado Ponente: Carlos Ernesto Molina y Luis Gabriel
Miranda Buelvas. http://cortesuprema.gov.co. Junio
2013.
109
Yuliana Ocampo Marulanda
lo 39 de la Ley 100 de 1993 en su versión
original, es necesario en primer lugar, que
para quienes hubieran dejado de cotizar al
sistema, cuenten con 26 semanas cotizadas
dentro del año inmediatamente anterior a
la fecha en que se produzca el estado de
invalidez y, en segundo término, es menester que también registren un mínimo de 26
semanas de aportes en el último año a la
entrada en vigencia del artícu­l o 1º de la Ley
860 de 2003, que comenzó a regir el 29 de
diciembre de 2003 según el Diario Oficial
No. 45.415”9 (cursivas y negrillas propias).
Así pues, el artícu­lo 46 de la Ley 100 de 1993
contempla dos supuestos normativos completamente distintos, que no fueron distinguidos a
cabalidad por la jurisprudencia aludida. El primero de ellos, contenido en el numeral segundo
literal a), que se refiere al requisito de los afiliados cotizantes, cuyo requisito de densidad es
de 26 semanas en cualquier tiempo al momento
de la muerte; el segundo, estatuido en el numeral
segundo literal b), que alude a 26 semanas en el
año anterior al fallecimiento cuando el afiliado
no era cotizante. Pertinente es observar la literalidad de la norma:
Desde ya debe anunciarse, que, en el rastreo
jurisprudencial realizado, no se encontró el
origen histórico de este doble requisito, ya que
en las primeras sentencias en las que se hizo
uso de condición más beneficiosa respecto al
tránsito legislativo existente entre la Ley 100
de 1993 y el Acuerdo 049 de 1990, no se determinó condicionamiento simi­lar a este. Según
lo indica la sentencia transcrita, la razón de ser
del mismo parece ser la necesidad de garantizar
que al emplear la norma derogada en lugar de
la vigente para regular una situación pensional,
realmente se protejan expectativas legítimas de
los asociados y no que, simplemente, ante la falta
de cumplimiento de requisitos pensionales con la
ley vigente, se haga uso de una norma derogada
para todos los colombianos, aun cuando sus expectativas no fueron lesionadas. Sobre ello, se
ahondará en líneas posteriores.
“(…) 2. Los miembros del grupo familiar
del afiliado que fallezca, siempre que este
hubiere cumplido alguno de los siguientes
requisitos:
Por otra parte, aunque la Corte Suprema de
Justicia, Sala de Casación Laboral, no hace una
diferenciación específica, debemos indicar que
en lo que a nosotros respecta, la regla anterior
no es absoluta y debe ser matizada teniendo en
cuenta los diversos supuestos normativos que se
consagran en la Ley 100 de 1993 en cuanto a la
pensión de sobrevivencia.
110
9Ibídem.
a) Que el afiliado se encuentre cotizando
al sistema y hubiere cotizado por lo menos
veintiséis (26) semanas al momento de la
muerte, y
b) Que habiendo dejado de cotizar al sistema, hubiere efectuado aportes durante por
lo menos veintiséis (26) semanas del año
inmediatamente anterior al momento en que
se produzca la muerte(…)”.
A partir de ello, resulta clave preguntarse
¿Cómo se satisface este doble requisito en punto
de los dos supuestos normativos expuestos?
Para quien hoy les escribe, la respuesta a esa
pregunta no puede ser otra que dicho doble requisito se satisface, en punto de dichos supuestos
normativos, de acuerdo a otro principio de altísima
relevancia en el derecho laboral, la inescindibilidad
o conglobamento, que implica que el fallador una
vez elegida la norma más favorable debe hacer
uso de ella en su integridad, sin fraccionarla o
tomar parte de varios postulados normativos.
Sobre el principio de inescindibilidad podemos
citar las siguientes definiciones:
LA CONDICIÓN MÁS BENEFICIOSA Y EL PRINCIPIO DE INESCINDIBILIDAD
“(…) Además, este principio genera la inescindibilidad o conglobamiento, es decir, no
se puede extraer de cada norma lo favorable y
armar un nuevo texto; solo se puede escoger
una norma y aplicarla en su integridad”10.
“El texto legal así escogido debe emplearse
respetando el principio de inescindibilidad o
conglobamento, es decir, aplicarse de manera
íntegra en su relación con la totalidad del
cuerpo normativo al que pertenece, sin que
sea admisible escisiones o fragmentaciones
tomando lo más favorable de las disposiciones en conflicto, o utilizando disposiciones
jurídicas contenidas en un régimen normativo
distinto al elegido”11.
En esta medida, teniendo por sentado que en
el numeral 2 del artícu­lo 46 de la Ley 100 de
1993 se encuentran dos normas distintas, el
juzgador de instancia solo podrá aplicar las
mismas de acuerdo al principio de conglobamento precitado, es decir, si aplica el literal
a) deberá hacerlo así en ambos requisitos
exigidos por la subregla jurisprudencial; en
igual sentido ocurrirá en el caso del literal b).
Para hacerlo más comprensible, me permi­to
aludir a la siguiente enunciación:
• Literal a)  afiliado cotizante
• 26 semanas en cualquier tiempo antes
de la muerte
• 26 semanas en cualquier tiempo antes
de la entrada en vigencia de la Ley 797
de 2003.
10
Barona, Ricardo. “Principios del derecho laboral en el
sistema jurídico colombiano” En Criterio jurídico
garantista 2,2. 2010, p. 253. Recuperado en http://
www.fuac.edu.co/recursos_web/documentos/derecho/
revista_criterio/articu­losgarantista2/16ricardobarona.pdf
11
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-832A
de 2013. Magistrado Ponente: Luis Ernesto Vargas.
www.corteconstitucional.gov.co agosto 2015.
• Literal b)  afiliado no cotizante
• 26 semanas en el año anterior al fallecimiento
• 26 semanas en el año anterior a la entrada
de vigencia de la Ley 797 de 2003.
Como puede verse, dicha interpretación de
la regla del doble requisito establecido por la
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia,
es la única que se acompasa con el inveterado
principio de inescindibilidad, razón por la cual
se insta a que los juzgadores de instancia lleven
a cabo la aplicación de aquel de esta manera
y no mezclando los literales, como en algunos
momentos se ha hecho, dado que se usa, sin distinción alguna, la regla de 26 semanas cotizadas
en el año anterior a la entrada en vigencia de la
Ley 797 de 2003.
Por lo que acabamos de exponerles, consideramos esta última interpretación errónea y
llamada a superarse, dado que lo que realizó
la Corte Suprema de Justicia, en la sentencia
donde se estatuyó el doble requisito, es apenas
una enunciación para un caso concreto y no una
generalización para todos los supuestos fácticos
que atañen a la condición más beneficiosa.
Por otra parte debe decirse que, hasta el momento, el debate que se presenta se encuentra
inconcluso al interior de la Corte Suprema de
Justicia, ya que no se ha presentado un caso con
los supuestos fácticos que permi­t an que la corporación realice el análisis correspondiente de
la figura, en vista de que en los últimos fallos se
demeritan las pretensiones de los demandantes
dado que solicitan la aplicación de la figura de la
condición más beneficiosa, en sobrevivencia, entre
la Ley 797 de 2003 y el Acuerdo 049 de 1990,
criterio totalmente superado por la jurisprudencia, al indicar que la condición más beneficiosa
solo procede frente a normas inmediatamente
anteriores, situación que evidentemente no se
cumple en el caso expuesto.
111
Yuliana Ocampo Marulanda
Se espera pues que este debate inconcluso
pronto sea asumido por la Corte Suprema de
Justicia y siente postura sobre el mismo, ya sea
acogiendo la propuesta que aquí se plantea o cualquier otra que proteja las expectativas legítimas
de los trabajadores y no termine por desfigurar,
aún más, la condición más beneficiosa.
de un determinado interregno cercano al
momento en que se produce la invalidez”13
(negrillas propias).
Sobre ello, debe indicarse -de manera muy
respetuosa— que no encontramos razón de ser de
dicha justificación, pues para la satisfacción de la
expectativa legítima que esgrime la Corte, bastará
Sobre esto último, la desfiguración de la concon que el afiliado haya cumplido la densidad de
dición más beneficiosa, ya habíamos advertido en
las 26 semanas con anterioridad a la entrada en
otro trabajo12 que el doble requisito estatuido por
vigencia de la Ley 797 de 2003, ya sea en cualquier
la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
tiempo (literal a) o en el último año (literal b),
lesiona por completo la naturaleza principalística
dado que de esa manera el individuo consideraba
de la misma. En primer
que había satisfecho el
lugar, por cuanto ha sido
requisito exigido por la
La condición más beneficiosa
reducida a una simple
norma con la que emregla en donde si los
pezó a cotizar, que es en
solo procede frente a normas
supuestos fácticos no
últimas, el motivo por
inmediatamente anteriores
se subsumen en la norel cual empezó a desama, no puede aplicarse
rrollarse la condición
la consecuencia jurídica. En segundo lugar, por
más beneficiosa. De esta manera, consideramos
cuanto se pierde la finalidad última de esta, la proque puede prescindirse cabalmente del requisito
tección de expectativas legítimas de afiliados que
de la densidad antes de la muerte y dejar solo el
no alcanzaron a dejar causado su derecho conforrequisito de la densidad antes de la entrada en
me a la normas vigentes, puesto que son mucho
vigencia de la Ley 797 de 2003, justamente, esa
más gravosos los requisitos actuales que los de la
es la naturaleza de la condición más beneficiosa.
norma actual, por lo que no se logra, en ninguna
Resta concluir entonces, que aunque no commedida, el acceso a la prestación de sobrevivencia.
partimos la existencia de dicho doble requisito
La justificación que otorga la Corte Suprema de
en la condición más beneficiosa, por las razones
Justicia respecto a la exigibilidad de dicho doble
suficientemente esbozadas, la aplicación del misrequisito, es la que a continuación se expone:
mo debe llevarse a cabo, en punto de la pensión
de sobrevivencia entre Ley 797 de 2003 y Ley
“Con lo anterior no se está haciendo más
100 de 1993, de acuerdo al principio de inescingravosa la situación para los afiliados que
dibilidad, mientras se mantenga el precedente
reclamen la aplicación del régimen jurídico
jurisprudencial ilustrado por la Corte Suprema
o legislación precedente, con base en aporde Justicia en el año 2012.
tes por 26 semanas, sino cumpliendo con el
imperativo legal que establece un mínimo de
Referencia final: Un caso concreto
aportes, que debe quedar satisfecho dentro
En el ejercicio profesional de quien escribe,
correspondió un caso en virtud del cual— habién12
112
Ocampo Marulanda, Yuliana y Morales Juan David.
La condición más beneficiosa en las pensiones de
invalidez y sobrevivientes: Interpretación y análisis de
su desarrollo y aplicación en el derecho colombiano.
Manizales. Universidad de Caldas. 2014.
13
De nuevo debe entenderse que lo dicho para invalidez
aplica para sobrevivencia.
LA CONDICIÓN MÁS BENEFICIOSA Y EL PRINCIPIO DE INESCINDIBILIDAD
dose acreditada la calidad de beneficiaria de la
reclamante— el causante al momento de su deceso
se encontraba cotizando al sistema y aportó 38
semanas en los últimos 3 años. Por supuesto, no
cumplió con el requisito de densidad contenido en
la Ley 797 de 2003, razón por la cual se solicitó
en el proceso el reconocimiento de la condición
más beneficiosa y la aplicación de la Ley 100 de
1993, en lugar de la norma vigente.
Sobre los detalles particu­lares del asunto, debemos indicar que el causante cotizó 38 semanas
en el último año anterior al fallecimiento, 602
semanas antes del 29 de enero de 2003, ninguna
en el año anterior a la entrada en vigencia de la
Ley 797 de 2003 y en total 814,57 semanas en
su vida laboral.
En primera y segunda instancia, la teoría que
se ha planteado en estas líneas fue acogida, a tal
punto que se concedió la prestación de sobrevivencia a la reclamante.
En punto de la primera instancia, el juzgador
hizo un análisis jurisprudencial de la condición
más beneficiosa en Colombia, como aquella figura estatuida para la protección de expectativas
legítimas en tránsitos legislativos. No obstante
ello, no se efectuó un estudio pormenorizado del
doble requisito establecido por la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia, ni se explicaron
las razones por las cuales el a quo se apartaba
de este precedente. La ratio decidendi de la
providencia fue, en esencia, la posibilidad de
hacer uso de la condición más beneficiosa, dado
que, el requerimiento realizado por la parte se
dio respecto a la aplicación de la norma inmediatamente anterior a la vigente y, por tanto, no
existía motivo alguno que impidiera hacer uso
del principio anunciado para que la Ley 100 de
1993 regulara la situación pensional controvertida, a pesar de que el fallecimiento se produjo
en vigencia de la Ley 797 de 2003.
Sobre ello, debe indicarse que aunque la línea
jurisprudencial sobre la condición más beneficiosa
y su aplicación respecto a normas inmediatamente anteriores se encuentra suficientemente
consolidada, no eran estos motivos por los cuales
debían atenderse las pretensiones incoadas en
la demanda, pues en ningún momento ello fue
obje­t o de discusión.
En lo que atañe al fallador de segunda instancia,
al igual que ha ocurrido al interior de la Corte
Suprema de Justicia, la decisión no realizó un
análisis profundo del doble requisito determinado
por la jurisprudencia citada, ni de su relación con
el principio de inescindibilidad, para desvirtuarlo
o acogerlo, pese a que fue planteado.
La teoría que parece abrazar el Tribunal es
aquella que compartimos plenamente, frente a la
configuración de las semanas antes de la entrada
en vigencia de la Ley 797 de 2003, es decir, que
prescinde del doble requisito para indicar que
el afiliado deberá cumplir la densidad de las 26
semanas en dicho tiempo y en ningún otro más.
Sin embargo, ello no se sustenta a cabalidad
para entender los argumentos de aplicación de
la condición más beneficiosa por parte de esta
corporación, ni las razones por las cuales se aleja
del precedente judicial pacífico que existe en
la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación
Laboral.
Así pues, de cara a todo lo anterior, es evidente que el debate en torno a la relación de los
principios de la condición más beneficiosa y la
inescindibilidad, tanto al interior de la máxima
corporación como de los distintos operadores
de justicia del Distrito Judicial de Manizales, se
encuentra inconcluso y a la espera de ser resuelto, ojalá pronto podamos reescribir este artícu­lo
con una decisión clara y contundente sobre el
tema.
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