Because the night belongs to lovers. Sabin Azua. Socio

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Because the night belongs to lovers. Sabin Azua. Socio Director de B+I Strategy. He puesto el título de esta canción de Bruce Springsteen (escrita con Patti Smith) al artículo de este mes como homenaje al único y auténtico “Boss” de la canción, tras haber tenido la enorme suerte de asistir al concierto que nos brindó en el estadio de Anoeta dentro de su gira mundial. Una actuación digna de un genio del espectáculo, pletórica de pasión, técnica, complicidad con la audiencia y fenomenalmente orquestada por todo el equipo que participa en la gira. He querido evocar este concierto y la trayectoria de Bruce, como un ejemplo de lo que son los modelos empresariales competitivos con capacidad de sostenibilidad a lo largo del tiempo, en base a una propuesta de valor diferencial, reconocible y evolucionada para atender las necesidades de los clientes (aficionados a la música), adaptándose permanentemente a cambios internos y externos con fortaleza. Cuando suena su música, cualquiera que sea el tipo de canción que cante, es perfectamente reconocible por los oyentes. Tiene una identidad propia que la hace única en el mundo musical. Ésta es una de las premisas de la competitividad: la unicidad del proyecto empresarial para aportar un valor diferencial frente a los competidores. Lo sorprendente es que esta personalidad propia se mantiene pese a que ha evolucionado fuertemente con los años, ha integrado otros estilos y tipos de música. ¿No es esto lo que pedimos a nuestras empresas en este mundo cambiante? Siempre me ha impactado la capacidad que despliegan cada noche de concierto Bruce y la E Street Band para generar una experiencia nueva e innovadora, mágica y personalizada. Sorprende, porque, la banda toca una y otra vez las mismas canciones a un público que las conoce y escucha con asiduidad, y a pesar de todo, consiguen que sintamos que es algo totalmente nuevo y que lo han diseñado, producido e interpretado de forma personalizada para nosotros. ¿Os imagináis que este hecho se reprodujera día a día en nuestro mundo empresarial? ¿Que fuésemos capaces de dar a nuestros clientes un producto con numerosos elementos estandarizados (es decir, que tuviésemos un mayor impacto en el control de los costes y en facilidad de producción), con una organización interna perfecta, en la que cada persona contribuya con pasión y conocimiento para aportar valor a nuestro producto/servicio, sirviendo una experiencia única y diferenciada frente a sus competidores? Me gustaría concluir invitando a nuestras organizaciones a que, al ritmo contagioso de “Born to run”, apliquen los conceptos: pasión, capacidad de adaptación, identidad propia, identificación de cambios en las necesidades y gustos de los clientes, personalización de la oferta, solidez en la ejecución, orquestación de la participación de las personas, etc. El resultado es algo memorable, algo que perdura, como la experiencia única que nos ha regalado, una vez más, el “Boss”. 
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