Córdoba, 26 de octubre de dos mil once.

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Córdoba, 26 de octubre de dos mil once.
Y VISTOS: Los autos caratulados: "SANCHEZ, JUAN HECTOR - GOMEZ, NÉLIDA
MIRTA C/ HOSPITAL INFANTIL DE CORDOBA Y OTRO - ORDINARIO - DAÑOS
Y PERJ.- MALA PRAXIS - OTRAS CAUSAS DE REMISION" (Expte. N°
858121/36), venidos a los fines de resolver el conflicto negativo de competencia
surgido entre el titular del Juzgado de Primera Instancia y Primera Nominación en
lo Civil y Comercial, en el cual se ha iniciado el presente juicio y el titular del
Juzgado de Primera Instancia y Trigésimo Segunda Nominación en lo Civil y
Comercial, donde fue remitida la presente acción de daños y perjuicios.
Y CONSIDERANDO:
I.- Radicada la causa en este tribunal se dispuso correr traslado al Sr. Fiscal de
Cámaras Civiles, el que es evacuado a fs. 1116/1119, cuyos claros términos se
tienen por aquí reproducidos en honor a la brevedad.
II.- Análisis de la cuestión.
El conflicto de competencia se originó con el decreto de fecha 14/06/10 (fs. 1043),
mediante el cual el Sr. Juez del Juzgado de 1° Inst., y 1° Nom., (en adelante: 1° C.
y C.) se aparta de intervenir en las presentes actuaciones en virtud de lo dispuesto
por el art. 17, inc. 3° del C.P.C.C., en tanto que tiene "amistad manifiesta" con el Dr.
R. A. En consecuencia, dispone remitirla al Juzgado de 1° Inst. y 32° Nom. (en
adelante: 32° C. y C.).
Remitidos que fueran los presentes, el Sr. Juez del Juzgado de 32° C. y C., con
fecha 23/12/10, decide no avocarse, en virtud de considerar que no resulta de
aplicación el art. 17, inc. 3° del C.P.C.C. por cuanto el Dr. R. A. ha intervenido
únicamente al momento de comparecer a juicio la Municipalidad de Córdoba con
fecha 18/04/1991 y que ese fue el único acto procesal cumplido por el mencionado
letrado. Continúa explicando que el día 11 de mayo de 1992 toma participación el
Dr. A. P. V. L. en igual carácter y actuó en lo sucesivo. Que no obstante la
flexibilidad con la que deben ser analizadas las excusaciones de los magistrados
por una causal como la invocada, entiende que en el presente caso la imparcialidad
no puede verse afectada, ya que el referido "escollo" no existe en la actualidad.
Recibidos nuevamente los autos por el Juzgado de 1° C. y C., su titular, mediante
proveído de fecha 01/02/11 (fs. 1070) ratifica su postura por entender que aún
cuando la intervención del Dr. R. A. se haya limitado a comparecer y constituir
domicilio, le asiste el derecho a la regulación de honorarios, por lo cual ordena la
elevación de las presentes actuaciones.
Vueltos los autos al Juzgado de 32° C y C, su titular entiende que los argumentos
brindados no modifican la posición adoptada, en tanto que el Código Arancelario
tabula expresamente la regulación de honorarios correspondiente a un solo acto
procesal, por lo cual también dispone la intervención de la Alzada a fin de resolver
la cuestión de competencia.
De lo dicho se desprende que la cuestión a resolver gira en torno a determinar cuál
es el Tribunal que debe entender en la resolución de la presente causa.
Revisadas las constancias de autos, se observa que a fs. 13 comparece el Dr. R. A.
en su carácter de integrante de la Asesoría Letrada de la Municipalidad de
Córdoba, pide participación y constituye domicilio, lo que es proveído por el
Tribunal a fs. 14 vta. A fs. 55 y ss, comparece el Dr. V. L., también en
representación de la Municipalidad de Córdoba, constituye un nuevo domicilio
especial y contesta la demanda. Es importante señalar que todas las actuaciones
posteriores son llevadas a cabo por los Dres. A. V. L. y A. C., hasta el momento del
decreto de autos, en el cual el Juez del Juzgado de 1° Instancia y 1° Nominación,
Dr. Héctor Enrique Lucero se aparta conforme lo ya relatado. Ahora bien, aún sin
desconocer que efectivamente el Dr. R. A. compareció en el año 1991 a fin de
tomar participación en nombre de la demandada, no puede soslayarse que su
actuación se limitó de modo exclusivo a ese acto procesal, del que ya han
transcurrido veinte años. Tal como se ha reseñado, todo el proceso se desarrolló
con la participación de los Dres. V. L. y C. en nombre de la Municipalidad de
Córdoba.
Si bien es cierto que la causal invocada por el Dr. Lucero -amistad manifiestadenota su aptitud para afectar el ámbito de la subjetividad del juzgador, tanto la
doctrina como la jurisprudencia han resaltado la importancia de la flexibilidad en su
interpretación. Por ello, aún cuando es ajustado a la realidad que el Dr. R. A. tiene
derecho a la regulación de sus honorarios, tratándose de un solo acto procesal, ello
no ofrece dificultad alguna al juzgador, ya que se encuentra expresamente regulado
en el art. 36 de la ley 9459.
Por otra parte, debe destacarse que difícilmente, esa única actuación del Dr. R. A.
pueda afectar la subjetividad del juzgador, más aún tratándose de una actuación
que no ostenta características particulares, sino que se trata de una presentación
objetiva y formal.
Por lo expuesto, coincidimos con el Sr. Fiscal de Cámaras en que: "En una palabra,
la invocada amistad no se encuentra en juego en la presente causa pues, los
intereses de la Municipalidad de Córdoba, como codemandada en el presente
proceso, han sido íntegramente defendidos por un apoderado diferente al que
compareció en la primera oportunidad, y es cierto que la causa carece de
actualidad, y por ende de vigencia práctica".
En consecuencia, corresponde entonces que la presente causa se remita al
Juzgado de Primera Instancia y Primera Nominación en lo Civil y Comercial.
Por ello,SE RESUELVE: I) Atribuir competencia al Sr. Juez del Juzgado de Primera
Instancia y Primera Nominación en lo Civil y Comercial, donde debe continuar
tramitando el presente pleito. II) Oficiar al Sr. Juez de Primera Instancia y Trigésimo
Segunda Nominación a los fines de poner en su conocimiento lo aquí resuelto.
Protocolícese, hágase saber y bajen.
FDO.: SIMES - ZARZA - BUSTOS ARGAÑARAS
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