Estrenes 17 de març del 2011 Cinemes Imperial Sessions: 20.00 i 22.30 h Five minutes of Heaven (2009 - Cinco minutos de gloria), d'Oliver Hirschbiegel Sinopsi Lurgan, Irlanda del Nord, 1975. Alistair Little, de 16 anys, pertany a la UVF (Força Voluntària de lUlster) i està impacient per vessar sang. Ell i la seva quadrilla reben el vist-i-plau per matar James Griffin, un jove catòlic. Quan es perpetra el cop, Joe Griffin el germà de James que té 11 anys veu, horroritzat, com mor el seu germà. Trenta anys més tard, Joe Griffin i Alistair shan de trobar davant les càmeres per arribar a una reconciliació. Fitxa tècnica Direcció · · Oliver Hirschbiegel Producció · · Eoin OCallaghan Música · · · · · · · David Holmes i Leo Abrahams Fotografia · · · · Ruairi OBrien Muntatge · · · · · · · Hans Funck Durada · · · · · · · · · · 90 minuts Nacionalitat · · · Gran Bretanya i Irlanda Fitxa artística Alistair Little · · · Liam Neeson Joe Griffin · · · · James Nesbitt Vika · · · · · Anamaria Marinca Alistair de jove · · · Mark David Joe de jove · · · · Kevin ONeill Crítica Expiació: restauració, mitjançant una acció humana, de les relacions entre lhome i la divinitat, deteriorades pels mancaments humans. Redempció: alliberament per mitjà dun rescat de la condició de pecat, dinfelicitat, de sofriment i de mort. Perdó: el perdó és lacció de no exigir venjança o revenja davant un mal real o imaginari infligit per altres; és el contrari del ressentiment. El perdó pot estar motivat o no per les disculpes de laltre. Compassió: La compassió (del llatí compassio, derivat de compatir; cum (amb) i pati (patir): patir amb és un sentiment a través del qual hom comparteix el sofriment daltri. A diferència de la pietat o lempatia, la compassió implica sovint la voluntat dimplicar-se per tal dalleugerir la pena de laltre. Difícil repte el que aborda Oliver Hirschbiegel en aquesta pel·lícula: mostrar el dolor humà davant un fet que no pot comprendre. La víctima no pot comprendre per què ha mort el seu germà, i el botxí no pot comprendre per què lha matat. Cadascun dells emmascararà el dolor a la seva manera. Joe sent que tot allò de miserable i de patètic que hi ha en la seva existència té un únic culpable, aquell qui va escapçar el seu món a trets. Alistair raona i raona amb una lògica impecable, i ha esdevingut un predicador que ajuda altres persones que, com ell, busquen respostes. El director situa la història en el conflicte irlandès, per pur atzar, quasi diria. De fet, no fa una anàlisi política de la situació, no indaga les arrels del conflicte i no sesmerça a aprofundir en la solució que finalment sembla haver arribat ja fa uns anys. Segons el Police Service of Northern Ireland, de 1969 a 2003, hi va haver 36.923 tirotejos, 16.209 atemptats o intents datemptat amb bomba, i 2.225 incendis o intents dincendis provocats. Entre 1972 i 2003, 19.605 persones van ser acusades de presumptes delictes de terrorisme. El cost humà del conflicte és de 3.526 morts. Entre 1969 i 2001, segons Malcolm Sutton, 2.058 persones van ser abatudes pels grups paramilitars republicans 1.018 pels grups paramilitars lleialistes i 363 per les forces de seguretat britàniques. Tot aquest vessament de sang, tota aquesta sagnia de patiment, Hirschbiegel sho mira des de la ment de dues persones víctima i botxí que són tan diferents com iguals alhora, ni perdonen ni es perdonen. Alistair ens adverteix: No deixeu que els nois suneixin al grup, que suneixin al terror, quan hi ets, la ment es tanca del tot. No hi ha escletxa per al dubte, no hi ha més pensament que el pensament dictat pel líder, pels aplaudiments i per la necessitat de lacceptació del grup. Joe ha viscut trentatres anys de la seva vida creient-se culpable de la mort del seu germà: Per què ho vas permetre? Li retreu fins a la mort la seva mare, el sentencia: Tu lhas matat. En la fugida només es troben amb la ira, el patiment i el buit permanent. Joe viu animat per una ràbia que lempeny minut a minut, dia a dia, any a any, a viure una vida que no veu més enllà daquella nit en què res no va tornar a ser igual. Alistair és com un mort en vida, ni tan sols es pot mirar en el fals miratge de la venjança. Per això és ell qui busca el cos a cos, lenfrontament, al preu que sigui; per a ell, cap preu serà més elevat que el que està pagant en aquest moment. Daquest repte, Oliver Hirschbiegel sen surt prou bé, amb un guió ben estructurat que manté la tensió durant tot el metratge, i amb una posada en escena distant i que Toni Carné Estoy dispuesto a oír tu dolor y tu indignación La reconciliación entre la hija de un diputado tory y el militante del IRA que le asesinó: Jo Berry y Pat Magee. Nunca le diría a Jo perdóname, porque sé que no puedo deshacer el mal causado. Ella se animó para su primera cita pensando que él tendría más miedo al encuentro. Reconocen que la suya es una experiencia muy singular, pero se niegan a admitir que sea la única. En cualquier caso, es extraordinaria. Jo Berry es hija de sir Anthony Berry, miembro del Parlamento británico que fue asesinado junto a otras cuatro personas en 1984, durante el congreso que celebraba el Partido Conservador de Margaret Thatcher en el Gran Hotel de Brighton. Pat Magee era miembro de la célula del IRA que colocó la bomba. Ambos mantienen un contacto regular desde hace seis años, poco después de que Magee, que cumplía cadena perpetua por el atentado, fuese excarcelado tras los acuerdos de paz en el Ulster. La iniciativa fue de Jo Berry, una joven lectora de Gandhi a quien el impacto del asesinato de su padre situó en una encrucijada cuando tenía 27 años. Pensé que tenía dos opciones. Seguir la de la no violencia, que me salía del corazón, o la otra más normal. Opté sin dudar por la primera, explica Berry. Pero antes de llegar a la experiencia de su reconocimiento mutuo -hoy la relatarán en San Sebastián, como plato fuerte de las quintas Jornadas de No Violencia Activa que organiza la asociación vasca Bidea Helburu, defensora de la no violencia y el diálogo para la solución de conflictos-, Berry recorrió un largo camino C/ Dr. Crehueras, 24 baixos 08201 Sabadell, www.cineclubsabadell.org que le llevó a crear la organización Construyendo Puentes de Paz para tratar de extender proyectos de paz en distintas zonas del mundo en conflicto. Quería encontrar un punto positivo en la tragedia que me había ocurrido, rememora Berry. Por eso, un año después del asesinato de su padre, fue a Irlanda del Norte a escuchar historias de gentes de la comunidad republicana. Por ejemplo, lo que significa tener el Ejército británico en las calles, o experiencias en las prisiones. Empecé a comprender por qué se había matado a mi padre, y encontré que en Irlanda del Norte la gente tenía mucho deseo de oír mi historia, y en Inglaterra no tenían interés, explica. El encuentro con Pat Magee no fue casual, sino trabajado con insistencia desde personas cercanas a ambos. Jo Berry recuerda que, de todos modos, se produjo cuando ya estaba curado algo de su dolor y tenía la impresión de que podía sacar algo de sí. Por parte de Magee existía la preocupación de que pudieran enfrentarse, pero sus temores se disiparon cuando le aseguraron que Berry sólo quería hablar con él y conocer sus motivos. Aunque ahora no soy miembro del movimiento republicano, me considero republicano, y el que me encuentre con Jo y otras víctimas es una contribución al proceso de paz [de Irlanda], en el que hace falta una reconciliación, señala. ¿Y cómo fue el primer encuentro? Berry describe con detalle el estado de ánimo terrible con que cruzó en el ferry para ir a Irlanda. Y recuerda que se consoló pensando: Pat tendrá más miedo que yo de encontrarnos. La cita duró tres horas.La primera hora y media Pat tenía puesto su sombrero político, que yo conocía bien, relata Berry. Después de transcurrido ese tiempo de conversación, Pat Magee confesó a su interlocutora: No sé qué decir. Nunca he estado delante de alguien con la dignidad que tú tienes. Estoy dispuesto a oír tu dolor y tu indignación. Fue un momento impresionante, porque estábamos empezando otro viaje. Éramos dos seres humanos vulnerables compartiendo nuestras experiencias. Le conté muchas cosas de mi padre, que era un ser humano muy dispuesto a hablar, cosa que era para mí muy importante. ¿Y cuál fue la utilidad de esta experiencia? Berry lo explica así: Hoy me doy cuenta de que, si me hubiese tocado vivir en la piel de Pat, hubiese podido tener su propia experiencia. Pero sólo me di cuenta de eso al escucharle y al sentir empatía, un sentimiento que también he experimentado al hablar con ex militantes republicanos y constatar el mito que lleva dentro el definir a alguien como enemigo. Pat, por su parte, explica que el primer paso que hay que dar para entenderse es reconocer. Y valora, en este sentido, la importancia del testimonio de Berry cuando ésta afirma que ha llegado a darse cuenta de que, si estuviera en la misma piel y con la misma vida que otro, probablemente hubiera tomado las mismas opciones. Magee cree que es clave respetar la integridad y la posición del otro, porque no hay blanco y negro en los conflictos. En este punto Jo Berry interviene para precisar a Magee: Hay que respetar la actitud del otro, pero no aceptar la violencia. Yo he hablado con muchos hombres que han matado y coinciden en que lo han hecho porque se han sentido no escuchados. Yo intentaba crear más recursos, más capacidad de escuchar. Creo que la violencia nunca da resultados, que es muy fácil que una víctima sea un victimario, y así el círculo se pone a rodar. Me apasiona conocer las raíces del terrorismo y de la guerra. Así es como siento curación dentro de mí. Sin embargo, Pat Magee no abomina de la lucha armada, incluso delante de una víctima de ella. Y tampoco admite la contradicción que supone esto con el hecho de reconocer el mal que ha causado, algo que sí acepta. Cuando estás cara a cara con alguien a quien has dañado, se abre una nueva dimensión, y uno se da cuenta de la pérdida que ha causado y de que también ha perdido una parte de sí mismo y de su humanidad, asegura. Pero, a la vez, insiste en que cree que en circunstancias extremas la lucha armada está justificada. Nadie en su sano juicio elegiría la violencia como primera opción. ¿Quizás por eso no hablan de perdón en su discurso habitual? Jo Berry asegura que trata de evitar el uso de esta palabra por sus connotaciones cristianas. Me alejo de eso. Quiero hablar de experiencias humanas y no de experiencias cristianas, precisa. Por su parte, Magee lo explica así: Nunca he pedido perdón por mis acciones. Lo que pido es que se comprendan, pero no por mí. Si entendemos lo que provocó esos 30 años de violencia [en Irlanda del Norte], quizás puedan surgir otras opciones. He dicho lo siento, pero no es pedir perdón. Nunca le diría a Jo perdóname, porque me doy cuenta de que no puedo deshacer el mal causado. Eso sí, soy consciente de que mi humanidad ha descendido por haber destruido una vida humana. El País.es, 2006 Es demana puntualitat. Es demana als espectadors que desconnectin els telèfons mòbils i qualsevol altre aparell acústic abans de començar la projecció. Gràcies. sovint intenta reflectir lestat mental dels personatges. Excel·lent la interpretació de Liam Neeson, potser (no nestic segur) un pèl massa histriònica la de James Nesbitt. Tot i així, hi ha alguns elements que denoten una certa inseguretat del director: lespècie dalter ego de Joe en què es converteix la runner que lassisteix durant el rodatge televisiu, i la verbalització dels pensaments del mateix Joe en diversos passatges de la pel·lícula. En cinema, sempre és millor que les imatges i els diàlegs siguin prou poderosos com per no haver de recórrer a aquests artificis.