mecanismos patogénicos y diagnóstico de la preeclampsia

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MECANISMOS PATOGÉNICOS Y
DIAGNÓSTICO DE LA
PREECLAMPSIA
CURSO DE FORMACIÓN CONTINUADA A
DISTANCIA 2010-2011
ACTUALIZACIONES EN EL
LABORATORIO CLÍNICO
Nº 1
I.S.S.N.- 1988-7477
Título: Actualizaciones en el Laboratorio Clínico
Editor: Asociación Española de Biopatología Médica
Maquetación: AEBM
Fecha de Distribución: noviembre de 2010
Mecanismos patogénicos y diagnóstico de
la preeclampsia
José Antonio Piqueras Argüello(1), Natalia Cisneros Gutiérrez del
Olmo(2).- (1) Facultativo Especialista de Área de Bioquímica Clínica.
(2) Residente de 3º año de Análisis Clínicos.
1 INTRODUCCIÓN.
2 FACTORES DE RIESGO.
 2.1 FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL EMBARAZO.
 2.2 FACTORES DE RIESGO ESPECÍFICOS MATERNOS.
3 PATOGENIA.
 3.1 ISQUEMIA PLACENTARIA.
 3.2 ALTERACIONES ENDOTELIALES.
4 FISIOPATOLOGÍA.
 4.1 ALTERACIONES FISIOPATOLÓGICAS PRIMARIAS.
 4.2 ALTERACIONES FISIOPATOLÓGICAS SECUNDARIAS.
4.2.1 ALTERACIONES CARDIOVASCULARES.
4.2.2 ALTERACIONES RENALES.
4.2.3 ALTERACIONES DE LA COAGULACIÓN.
4.2.4 REPERCUSIÓN FETAL
 4.3 ALTERACIONES FISIOPATOLÓGICAS TERCIARIAS.
5 DIAGNÓSTICO.
6 BIBLIOGRAFIA.
491
1. INTRODUCCIÓN
Podemos entender la preeclampsia como un transtorno multisistémico,
específico del embarazo y puerperio, y de causa no totalmente esclarecida en la
actualidad. La importancia de esta patología radica en su potencial gravedad, tanto
para el feto como para la madre. Incluso puede afectar a la gestante aun en
ausencia de feto, como ocurre en algunos casos de mola hidatiforme. Suele
producirse en la segunda mitad del embarazo, durante el parto o en el puerperio
inmediato (primeras 48 horas tras el parto). Tiene un inicio y una progresión
impredecibles, haciendo necesaria la inducción del parto y la eliminación del tejido
trofoblástico.
Podemos entender la preeclampsia como la presencia de hipertensión y
proteinuria después de las 20 semanas de gestación. Aunque no se conocen
completamente sus mecanismos patogénicos en el momento actual, parece
originarse por una disminución del riego sanguíneo debida a vasoconstricción y
activación endotelial. Al no haber una prueba diagnóstica, se caracteriza por un
conjunto de anomalías clínicas asociadas al embarazo, que suelen remitir tras el
parto.
Aunque existen variaciones entre las diferentes poblaciones, la incidencia mundial
de esta patología oscila entre un 5 y 7% de todos los embarazos, porcentaje que
aumenta considerablemente en poblaciones de alto riesgo (1). En Estados Unidos, la
preeclampsia se presenta en el 2,6 % de los nacimientos (2), aunque se han aportado
cifras menores para otros países, como Holanda, 1,05 % (2).
492
2. FACTORES DE RIESGO
Considerando conjuntamente la preeclampsia y la eclampsia,
ambas
constituyen la causa más frecuente de muerte materna durante el embarazo, incluso
en los países desarrollados. Además, es la principal causa de retraso del crecimiento
uterino en casos de fetos únicos y de inducción del parto. Por todo ello, es de suma
importancia conocer los factores de riesgo que se asocian con la preeclampsia, entre
los que podemos diferenciar los directamente relacionados con el embarazo, y los
dependientes únicamente de la madre.
2.1. FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL EMBARAZO
 Anomalías cromosómicas.
 Embarazo múltiple: en estos casos se produce un aumento del tejido
trofoblástico y como consecuencia, una disminución relativa de la perfusión
placentaria. En el embarazo gemelar el riesgo de padecer preeclampsia es 5
veces superior al de embarazos con feto único.
 Mola hidatiforme: es la única causa por la que se puede originar la
preeclampsia antes de la semana 20 del embarazo.
 Hidrops fetalis.
 Anomalías congénitas estructurales.
 Infección del tracto uterino.
 Embarazos resultantes de una inseminación artificial en la que haya donación
de ovocitos, en los que la madre biológica no aporta ninguna contribución
genética al feto.
493
2.2 FACTORES DE RIESGO ESPECÍFICOS MATERNOS
 Mujeres primigestas, ya que se ha observado que el 65-70% de las mujeres
con preeclampsia son primigestas. También se ha descrito un aumento del
riesgo cuando ha habido uno o más embarazos previos con preeclampsia. Las
mujeres primigestas de baja estatura y obesas presentan un riesgo adicional
de sufrir preeclampsia.
 Embarazo en los extremos de la edad reproductiva, es decir, mujeres mayores
de 35 años o menores de 20. El embarazo confiere “cierta protección” frente a
la preeclampsia, que parece perderse con el paso de los años, de forma que a
los diez años del parto el riesgo de sufrir preclampsia se iguala al de las
mujeres nulíparas.
 Historia familiar de preeclampsia.
 Estrés.
 Condiciones médicas específicas: hipertensión crónica, diabetes tipo I,
diabetes gestacional, trastorno autoinmune crónico, enfermedad renal,
enfermedades con tendencia protrombótica.
3. PATOGENIA
Las alteraciones patológicas más precoces observadas en la preeclampsia
aparecen en la circulación útero-placentaria, lo cual origina una isquemia placentaria
y es considerada como la alteración primaria de la enfermedad. Posteriormente, se
establecen las alteraciones secundarias, en las que la placenta isquémica secreta
varios factores circulantes, que lesionan las células endoteliales maternas causando
494
el cuadro clínico de la preeclampsia. Las alteraciones terciarias, únicamente ocurren
en casos de extrema gravedad.
3.1 ISQUEMIA PLACENTARIA
En esta hipótesis se plantea como causa principal la hipoxia o isquemia
placentaria debida a hipoperfusión trofoblástica. Durante la placentación, en el
embarazo normal, el trofoblasto penetra en la decidua e invade la pared de las
arterias espirales que riegan el espacio intervelloso, de tal forma que el endotelio y la
lámina elástica interna son sustituidas por células trofoblásticas. Como consecuencia
de este proceso las arterias espirales se transforman en arterias útero-placentarias,
cuyo diámetro en la zona de implantación aumenta de 4 a 6 veces en su segmento
decidual y en el tercio interno miometrial. Estos cambios son fundamentales para
incrementar el flujo sanguíneo útero-placentario en la segunda mitad del embarazo.
Por otra parte, los cambios morfológicos también tienen una importante repercusión
fisiológica, como es insensibilizar estas arterias a los agentes vasopresores. Sin
embargo, estos cambios no se producen en la preeclampsia, en la que las arterias
útero-placentarias tienen un diámetro 60 % inferior al que tienen en el embarazo
normal, y se mantiene la sensibilidad a sustancias vasopresoras. La causa parece
hallarse en una implantación anormal del trofoblasto debida a alteraciones
inmunológicas, aunque también se ha sugerido que podría deberse a procesos
microvasculares o a que la placenta sea excesivamente grande.
495
1ª Mitad del embarazo ................. PLACENTACION ALTERADA
2ª Mitad del embarazo .................ESTRÉS OXIDATIVO PLACENTARIO
Factores angiogénicos
Alteraciones funcionales
Restos del sincitiotrofoblasto + otros factores
Respuesta inflamatoria sistémica materna
PREECLAMPSIA
Figura 1. Esquema de las alteraciones fisiopatológicas que conducen a la preeclampsia.
Además, en la preeclampsia también se ha encontrado frecuentemente una
aterosis aguda, u oclusión total o parcial de las arterias espirales. Esta oclusión se
produce por acumulación de plaquetas, fibrina y células espumosas que forman
microagregados en la luz arterial, en lo que no parece ser más que una
manifestación de las lesiones endoteliales maternas. No obstante, se han propuesto
también mecanismos inmunológicos como causa de estas alteraciones.
Tanto los cambios estructurales de las arterias espirales como la aterosis son
hallazgos característicos, aunque no patognomónicos, dado que también han sido
descritas en casos de retraso del crecimiento fetal sin afectación materna. En
cualquier caso, la consecuencia de estos cambios, supone una reducción entre un 50
a 70 % del flujo sanguíneo placentario, lo que se traduce en una situación de
isquemia e hipoxia placentaria, y desencadena las alteraciones características de la
preeclampsia, con las manifestaciones ya conocidas en el feto y en la madre.
496
3.2. ALTERACIÓNES ENDOTELIALES
Las células endoteliales tapizan todos los vasos sanguíneos, siendo uno de los
tejidos más extensos del organismo. Realizan múltiples funciones, entre las que cabe
destacar el mantenimiento de la integridad vascular, impedir la adhesión plaquetaria,
regular el tono del músculo liso vascular subyacente y en determinados órganos,
desempeñan funciones especializadas, como la filtración glomerular en el riñón.
La disfunción de las células endoteliales parece ser el acontecimiento final en la
patogenia de la preeclampsia, y junto a otras alteraciones vasculares como la
vasoconstriccción, el aumento de la permeabilidad capilar y la agregación plaquetaria,
desencadenan el cuadro clínico de la preeclampsia.
La placenta isquémica libera factores antiangiogénicos como el sFlt-1(soluble
forms-like tyrosine kinase-1), que es una proteína endógena antiangiogénica
producida por la placenta y que actúa neutralizando moléculas proangiogénicas como
el VEGF (factor de crecimiento endotelial) y el PIGF (factor de crecimiento
placentario). El VEGF es una potente molécula mitógena y proangiogénica. El sFlt-1
se une al VEGF e impide así la unión del mismo a sus receptores (VEGFR-1 y VEGFR2), de forma que la ausencia de efecto del VEGF sobre las células endoteliales induce
497
una lesión subletal en las mismas (3,4,5). Este efecto del sFlt-1 ya ha sido observado
en los estadios preclínicos de pacientes con preeclampsia, en los que existe un
aumento de los niveles de sFlt-1 y descenso de los niveles libres de VEGF y PIGF.
El gen que codifica el sFtl-1 se ha localizado en el cromosoma 13, por lo que se
planteó la hipótesis de que en fetos afectos del síndrome de Pateau, (trisomía del
cromosoma 13), se deberían sintetizar mayores niveles de sFtl-1 que en sus
equivalentes disómicos. Esta hipótesis se ha visto respaldada por el hallazgo de que
la incidencia de preeclampsia en madres portadoras de fetos con trisomía 13 está
aumentada respecto a madres portadoras de otras trisomías o respecto a un grupo
control de embarazadas (3).
La lesión de las células endoteliales conlleva la pérdida de sus funciones
protectoras, derivando en situaciones patológicas:
 Aparición de edemas: debido a que se pierde la integridad de los
complejos de unión intercelular y la regulación en el transporte de
proteínas y líquidos, se favorece la extravasación de estos últimos al
espacio extravascular, con la consiguiente formación de edemas.
 Activación
de
las
plaquetas
circulantes:
se
liberan
sustancias
procoagulantes y vasoconstrictoras como TXA2, y serotonina; y de forma
concomitante se observa una deficiencia en la síntesis y/o actividad de
sustancias vasodilatadoras y anticoagulantes, particularmente PGI2 y
óxido nítrico. De esta forma, el aumento del cociente TXA2/PGI2 puede
ser la causa de la agregación plaquetaria. Además, el endotelio lesionado
sintetiza endotelina I, molécula con gran actividad vasoconstrictora, que
produce un vasoespasmo en la zona donde la función del endotelio se
498
encuentra alterada. Todo ello contribuye a la disminución del flujo
sanguíneo
placentario,
y
junto
con
la
formación
de
coágulos
intravasculares debidos a la agregación plaquetaria, y con la activación
local de la coagulación, se desencadena la trombosis de las arterias
espirales, y el infarto placentario que se produce en la preeclampsia (6).
No obstante, las manifestaciones clínicas de estos efectos son muy
variadas, ya que depende de la susceptibilidad del endotelio a la lesión
en cada paciente.
Por otro lado, como ya ha quedado constatado por numerosas
investigaciones, la hipoxia acaecida en el tejido trofoblástico origina un
estrés oxidativo en la placenta, con elevada formación de radicales
libres
que
no
pueden
ser
neutralizados
por
los
mecanismos
antioxidantes de las células endoteliales (7). De esta forma, se origina
un mecanismo en cascada, que por peroxidación lipídica, lesiona las
membranas celulares y conduce a la lisis celular. Como consecuencia, el
trofoblasto hipóxico libera a la circulación materna detritus celulares
con
actividades
proinflamatorias.
Aunque
estos
acontecimientos
también ocurren en el embarazo normal, los restos celulares hallados
en la circulación materna son mucho más abundantes en la
preeclampsia. Finalmente, todo este
proceso desencadena una
exacerbación de la respuesta inflamatoria materna, que contribuye al
agravamiento del cuadro clínico observado en la preeclampsia.
499
4. FISIOPATOLOGÍA
Podemos clasificar las alteraciones fisiopatológicas como primarias si se originan en
la placenta, o secundarias si se manifiestan en la madre o/y el feto. También
podemos considerar como alteraciones fisiopatológicas terciarias a aquellas que
ocurren en situaciones de extrema gravedad.
4.1 ALTERACIONES FISIOPATOLÓGÍCAS PRIMARIAS
En su origen, la preeclampsia es una enfermedad del tejido trofoblástico, por lo que
las lesiones características de esta fase son la placentación deficiente y la aterosis
aguda. Como ya hemos visto, éstas son características de la enfermedad, pero
también pueden darse en otras alteraciones placentarias. Sin embargo, se
manifiestan mucho antes de que la preeclampsia llegue a expresarse clínicamente.
4.2 ALTERACIONES FISIOPATOLÓGICAS SECUNDARIAS
Se originan por la repercusión de la patología placentaria, fundamentalmente de las
lesiones endoteliales y de la respuesta inflamatoria sistémica materna, sobre la
madre y sobre el feto, y podemos clasificarlas como:
4.2.1 ALTERACIONES CARDIOVASCULARES
Ya hemos visto como las mujeres con preeclampsia presentan una mayor reactividad
vascular a agentes vasoconstrictores que las mujeres con embarazos normales. Esto
parece deberse a cambios estructurales del endotelio, que además resulta agravado
por un desequilibrio entre sustancias vasoconstrictoras y vasodilatadoras ya
comentado, que en última instancia conduce al infarto placentario. Por otra parte, la
vasoconstricción generalizada que se produce causa un aumento de las resistencias
vasculares periféricas, dando lugar a la hipertensión característica de la preeclampsia.
500
Además, a diferencia de lo que ocurre en el embarazo normal, hay una disminución
del volumen plasmático, dando lugar a hemoconcentración. La explicación a este
hecho parece encontrarse en la hipoalbuminemia que acompaña a este trastorno, lo
que conlleva una disminución de la presión osmótica coloidal, y la extravasación de
líquido al espacio intersticial. De esta forma, se produce el edema característico de
las mujeres que sufren preeclampsia.
4.2.2 ALTERACIONES RENALES
La lesión anatomopatológica renal característica es la endoteliosis glomerular, en la
que las células endoteliales de los capilares glomerulares aumentan de tamaño, y
presentan inclusiones citoplasmáticas electrodensas que pueden ocluir el lumen de
los capilares. La causa de la endoteliosis parece encontrarse en la obstrucción
glomerular secundaria a la vasoconstricción ya comentada. La endoteliosis
glomerular, junto a la vasoconstricción y a los
fenómenos microtrombóticos
finalmente origina el fallo renal (7). Por otra parte, también se ha observado una
alteración en el sistema renina-angiotensina-aldosterona, de forma que la actividad
de la renina y los niveles de angiotensina se encuentran disminuidos, a diferencia de
lo que ocurre en el embarazo normal.
Todas estas alteraciones renales presentan como hallazgo significativo la aparición
de hiperuricemia debido a un aumento de la reabsorción y disminución de la
secreción tubular de ácido úrico. Por ello, la hiperuricemia constituye un hallazgo
precoz con utilidad diagnóstica en esta fase del cuadro. En cambio, la aparición de
proteinuria ya implica una lesión renal avanzada, detectándose unas tres semanas
después de la hiperuricemia, y sugiere un peor pronóstico de la enfermedad. Las
concentraciones de creatinina y urea permanecen inalteradas al comienzo del cuadro
501
clínico, pero en estadios posteriores se van elevando progresivamente. Incluso,
también se ha descrito hipernatremia e hipocalciuria en pacientes con preeclampsia.
4.2.3 ALTERACIONES DE LA COAGULACIÓN
La activación plaquetaria es un acontecimiento que ocurre de forma natural en la
gestación, pero que se produce en algunas ocasiones de forma excesiva en la
preeclampsia. Las alteraciones endoteliales ya descritas, favorecen la aparición de
moléculas de adhesión tanto endoteliales como plaquetarias, que estimulan los
procesos de adherencia plaquetarios. Una vez activada las plaquetas, liberan
serotonina y tromboxano de los gránulos densos, ambas con potentes efectos
vasoconstrictores. También se ha descrito en algunas ocasiones una trombocitopenia
progresiva. No obstante, estos hallazgos no se producen de forma habitual, por lo
que las alteraciones plaquetarias son un hallazgo inconstante en esta patología.
También se ha observado que en los casos de preeclampsia leve se produce una
activación de la cascada de la coagulación. Incluso, se han documentado cuadros de
coagulación intravascular diseminada (CID) en el 10% de los casos graves. El riesgo
para la paciente aumenta si la CID coexiste con afectación hepática o con
desprendimiento de placenta (7). Las alteraciones en los mecanismos de coagulación
se pueden detectar por descenso de la actividad de antitrombina III, y aumento de
los complejos trombina-antitrombina III (6)
4.2.4 REPERCUSIÓN FETAL
Los efectos que la preeclampsia ejerce sobre el feto se derivan de las alteraciones
circulatorias acaecidas en la placenta, es lo que constituye el síndrome fetal de la
preeclampsia. Como consecuencias del mismo, además de una elevada mortalidad
perinatal, se ha observado prematuridad, insuficiencia placentaria, desprendimiento
502
de placenta, y retraso del crecimiento fetal, es lo que constituye la causa de mayor
importancia en los casos de retraso del crecimiento en fetos únicos sin anomalías
congénitas.
4.3 ALTERACIONES FISIOPATOLÓGICAS TERCIARIAS
Sólo ocurre bajo determinadas circunstancias, en las que las alteraciones
fisiopatológicas llegan a ser de extremada gravedad para la madre y para el feto,
pudiendo poner en riesgo la vida de ambos. En estos casos podemos distinguir:
 Complicaciones cerebrales, como la eclampsia, en la que se
presentan crisis de convulsiones generalizadas que pueden abocar a un coma
y causar la muerte materna por hemorragia cerebral, ceguera cortical
transitoria, escotomas, hemorragias retinianas, desprendimiento de retina, o
edema cerebral.
 Alteraciones hepáticas como isquemia y edema hepatocelular,
pudiendo llegar a la necrosis hepática, y que se manifiestan con dolor
epigástrico o en hipocondrio derecho, vómitos y elevación de transaminasas
séricas. El grado extremo de lesión sería la rotura hepática con hemorragia o
infarto masivo hepático, aunque es muy infrecuente. Estas alteraciones
constituyen la complicación más peligrosa para la madre después de la
eclampsia.
 Dificultades respiratorias motivadas por el edema en la laringe o
en el pulmón como localizaciones más frecuentes.
503
 Afectación renal: insuficiencia renal aguda por necrosis tubular o
cortical, que se presenta como oligoanuria por disminución del filtrado
glomerular.
 Transtornos de la coagulación: se produce CID en muy pocos
casos, o síndrome HELLP (Hemolysis, Elevated Liver enzimas, Low contar
Platelet) cuando los trastornos de la coagulación caracterizados por hemólisis
se asocian a patología hepática y a trombopenia. Éste síndrome supone una
manifestación peligrosa del trastorno, con mal pronóstico materno y fetal.
 Necrosis y hemorragias generalizadas por todo el organismo,
sobre todo en cerebro, hígado y corazón.
 Complicaciones fetales, la más frecuente es la insuficiencia
placentaria, que en casos severos puede llegar a producir asfixia fetal e
incluso la muerte fetal intraútero. También se ha descrito con relativa
frecuencia desprendimiento prematuro de placenta.
5. DIAGNOSTICO
Para el diagnóstico de la preeclampsia deben darse fundamentalmente dos condiciones
de forma concomitante, hipertensión arterial y proteinuria.
Podemos definir la hipertensión en el contexto de la preeclampsia como una
presión sistólica de al menos 140 mm Hg, o diastólica de al menos 90 mm Hg desde la
semana vigésima de gestación en una mujer con tensión arterial normal previa al
embarazo. En casos de mujeres previamente hipertensas, se consideran significativos
los aumentos de al menos 30 mm Hg en la presión sistólica, o de al menos 15 mm Hg
504
en la diastólica. Por otra parte, se considera que hay proteinuria cuando se eliminan
más de 300 mg de proteínas en una orina de 24 horas.
Una vez definidas las condiciones para diagnosticar la preeclampsia, podemos
considerarla como severa cuando: la presión sistólica supera los 160 mm Hg o la
diastólica los 110 mm Hg en dos ocasiones en un intervalo de 6 horas en las que la
paciente ha permanecido en reposo; o bien, la proteinuria es ≥ a 5 gramos en orina de
24 horas, o alcanza tres cruces en una tira reactiva en dos muestras recogidas con
intervalo de al menos 4 horas entre ambas. En cambio, se produce hipertensión
gestacional cuando la elevación de la presión sanguínea a las 20 semanas de gestación
ocurre sin la presencia de proteinuria, y se normaliza algunas semanas después del
parto (8). Sin embargo, alrededor del 25 % de las mujeres con hipertensión gestacional
desarrollan proteinuria, evolucionando a la aparición de la preeclampsia (9).
Otros síntomas que acontecen en la preeclampsia severa son: oliguria, definida como
una diuresis inferior a 500 ml de orina en 24 horas; transtornos visuales o cerebrales,
edema pulmonar o cianosis, dolor epigástrico o en el hipocondrio derecho, alteraciones
de la función hepática, trompocitopenia, y retraso del crecimiento uterino.
Para algunos autores, el edema y el aumento de la tensión sanguínea por encima de la
basal de la mujer, ya no se consideran criterios diagnósticos.
Si la preeclampsia no se trata convenientemente, puede dar lugar a la eclampsia,
lo que ocurre en el 1 % de los casos (2), manifestándose por la aparición de
convulsiones en una mujer previamente diagnosticada de preeclampsia. En caso de
presentarse la preeclampsia en una mujer previamente hipertensa, esta se manifiesta
por proteinuria de nueva aparición o por un aumento de la misma si ya estaba presente
anteriormente, o por el desarrollo del síndrome HELLP.
505
Mujer embarazada con tensión > 140/90 mm Hg
Antes de la 20ª semana
No Prot*. o Prot. estable
Después de la 20ª semana
Nueva Prot. o aumento de Prot.
Proteinuria
No proteinuria
nueva HTA o aumento de la HTA
Hipertensión crónica
Preeclampsia o HTA crónica
Preeclampsia
HTA gestacional
Figura 1. Algoritmo de la hipertensión (HTA) en el embarazo. (* Proteinuria)
En cuanto al tratamiento, una acción a valorar es la inducción del parto. Las
indicaciones para la inducción del parto en casos de preeclampsia son:

FETALES:
1. Retraso severo del crecimiento intrauterino.
2. Signos de alarma en la vigilancia fetal.
3. Oligohidramnios.

MATERNAS:
1. Período gestacional de al menos 38 semanas.
2. Plaquetopenia inferior a 100.000 plaquetas por mm3.
3. Deterioro progresivo de la función hepática o renal.
4. Riesgo de desprendimiento de placenta.
5. Cefalea grave persistente o alteraciones visuales.
6. Dolor epigástrico intenso y persistente, náuseas o vómitos.
7. Eclampsia.
506
Además, como tratamiento sintomático puede utilizarse el sulfato de magnesio
para tratar las convulsiones, siendo el fármaco de elección sobre la fenitoína y el
diazepam (10). En cuanto a la hipertensión, la mayoría de los antihipertensivos están
contraindicados, usándose la hidralazina y el labetalol en casos graves.
Aunque la tensión arterial suele normalizarse después del parto, la hipertensión
puede mantenerse de 2 a 4 semanas tras el mismo. Además, debe aconsejarse sobre
futuros embarazos a las mujeres tras sufrir un episodio de preeclampsia, ya que se ha
observado que cuando esta patología se presenta en nulíparas antes de las 30 semanas
de embarazo, la recurrencia en embarazos posteriores llega al 40 % (11).
En cuanto a la prevención, se ha sugerido la terapia con dosis bajas de aspirina
(100 mg) y suplementos de calcio. Las dosis bajas de aspirina han demostrado un
descenso del riesgo en casos de anormalidades uterinas ecográficas en el segundo
trimestre (12). Sin embargo, los suplementos de calcio únicamente han mostrado leves
descensos de la tensión arterial en mujeres con alto riesgo de sufrir alteraciones del
embarazo, o en las que mantenían una baja ingesta de calcio. También se ha
investigado la administración de antioxidantes para prevenir la preeclampsia, y aunque
se han observado resultados favorables, en la actualidad no parece recomendable el
uso de antioxidantes con este fin.
507
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