No preguntes Por Qué?, sino Para Qué? Juan 9:1-12 Introducción: Luego de la confrontación del capítulo 8 entre la verdad (Jesucristo) y los defensores de la mentira (los religiosos judíos), el apóstol Juan nos relata como Jesús y sus discípulos saliendo del templo se encuentran con un mendigo ciego de nacimiento que había nacido y vivido en completa oscuridad y necesitado de la mano transformadora de quien se había declarado como la “luz del mundo”. Objetivo: Entender mediante este relato como debemos mirar las circunstancias difíciles que se presenten a nuestro alrededor, mirando siempre desde la perspectiva de Jesús, el rey soberano de nuestras vidas. 1. El objeto del relato. v 1 Jesús a pesar de estar a punto de ser apedreado en su salida del templo puso su mirada en un mendigo ciego que estaba necesitado de su ayuda. Jesús siempre está atento a quien está necesitado y esta consciente de su incapacidad. 2. La pregunta de los discípulos. v 2 Los discípulos al ver que Jesús se había fijado en este mendigo aprovechan la oportunidad para satisfacer una curiosidad que habían tenido siempre; el conocer la causa del defecto congénito de esta persona. En ese tiempo se atribuía una enfermedad a los pecados cometidos por la persona en vida; (Job 22:5-10), o incluso antes de nacer según la interpretación que daban de Gn. 25:22-26 y Sal. 58:3, o indirectamente como producto de un pecado de sus padres. Ex. 34:7. Pero el Señor se encargo de desvirtuar esta creencia en Ez. 18:20. No podemos mezclar las consecuencias naturales de una vida desordenada que genera una enfermedad o defecto transmitido genéticamente hacia un hijo, con tratar de generalizar que la causa de una enfermedad o desgracia en una persona sea una desviación espiritual (pecado) de la persona o de los padres. Los discípulos en esta pregunta buscaban el por qué? de esta desgracia. 3. La respuesta de Jesús. v 3 Jesús inmediatamente hace notar cual es Su perspectiva en cuanto a este caso manifestando que no se trata de buscar la causa de esta situación, sino de mirar el propósito por el cual se había permitido esta circunstancia. En este caso el propósito de esta situación era la manifestación de las obras de Dios en esta persona. No veamos el por qué de las situaciones sino el para qué de las mismas. No veas el problema temporal, sino la oportunidad eterna de gloria en medio de una circunstancia adversa. Esa es la diferencia entre una perspectiva terrenal y una espiritual. Por tanto si nuestro enfoque esta en lo eterno, entonces Rom. 8:28 se hace real en nuestras vidas. 4. La importancia de la oportunidad. v 4 En las versiones modernas se traduce como “tenemos que hacer” en lugar de “me es necesario hacer”, es decir que es un llamado urgente a ser oportunos en cumplir la voluntad de Dios en cada circunstancia, el tiempo apremia no podemos dejar para mañana lo que debemos hacer hoy. Ef. 5:15-17, Col. 4:5. La noche (la muerte) se acerca cuando será demasiado tarde para que la gente vea la luz y ya nadie podrá hacer nada. Es necesario compartir la Palabra entre tanto haya capacidad de arrepentimiento para acceder a la “luz de la vida”. 5. La declaración de poder. v 5 Jesús en 8:12 ya se había declarado como la luz del mundo y esta era la oportunidad para probarlo. Este mendigo ciego era el símbolo de un mundo sin luz, Jesús vino al mundo para disipar las tinieblas por medio de Su luz. Este es un mandato para todos los que hemos sido alumbrados por esta Luz. (Mt.5:1416, Fil. 2:15) 6. El milagro. v 6-7a Ha habido muchas interpretaciones a este procedimiento que la Palabra no nos aclara, se ha conjeturado acerca de las propiedades sanadoras de la saliva, o del lodo, o que era un recordatorio de nuestra debilidad y que nacimos de la tierra. Solo podemos interpretar que en medio de su necesidad el Señor pone un obstáculo mayor, creemos con el objetivo de probar una obediencia a toda prueba, base para una transformación radical. Luego de aplicado este extraño ungüento, Jesús le da las instrucciones para que este haga su efecto. Esta era una figura perfecta de cuál era la verdadera fuente de esta sanidad, lavarse con el agua del estanque de Siloe, es decir hacer referencia como en Ef. 5:26 al agua como la Palabra que purifica y Siloe como el Enviado, de manera que la fuente de esta sanidad es la Palabra de Jesús, el enviado del Padre. 7. La obediencia y su resultado. v 7 El resultado de esta obediencia fue su sanidad, salir de su mundo de tinieblas y obtener la luz para sus ojos. La única manera de experimentar la luz espiritual que nos da vida es obedecer las instrucciones de Jesús, lavándonos cada día en Su Palabra. 1:4. 8. El impacto generado. v 8-9a Es maravilloso el efecto de transformación en una persona que recibe la luz de la vida, la gente que conocía a este hombre y confirmaba que era un invalido que mendigaba, casi no lo reconocía. Porque había algo nuevo en el. La gente reconoce tu transformación? 9. El testimonio del beneficiario. v 9b-12 Este hombre que había recibido la vista, no dudo en ningún momento en dar testimonio de quién era y quien lo había sanado, expresando de manera sencilla y sincera el proceso de su sanidad. Así pasa con el milagro de una persona convertida genuinamente al Señor: Se ve el cambio efectuado pero no se ve la mano que lo efectuó.