El papel central de la Alimentación, el papel central de África El acceso a los alimentos y a una nutrición adecuada es un problema que cada día afecta a más personas en muchos países del mundo. Según estimaciones de la FAO, frente a una población global de 7 millardos de personas, las cantidades de alimentos producidas podrían bastar nada menos que para 11 millardos. A pesar de ello, más de un millardo sufre aún hambre crónica, mientras que 1,5 millardos de adultos padecen sobrepeso. A nivel global se estima que el 40% de la producción diaria de alimentos –que somete los recursos de la tierra a una creciente presión– es despilfarrada. Son los síntomas de un sistema productivo insalubre e inicuo, y son casi siempre los más pobres del mundo quienes pagan el más alto precio. Esto es particularmente evidente en África, donde la inseguridad alimentaria está dramáticamente extendida a pesar de la riqueza de recursos naturales y de la enorme extensión de tierras fértiles. Slow Food apoya activamente a las comunidades africanas y se propone mejorar esta situación a través del proyecto de los Mil Huertos en África, los proyectos de los Baluartes, los mercados de productores y la campaña contra el acaparamiento de tierras. En muchos de estos casos, estas comunidades luchan contra el hambre y por el derecho a la alimentación, y los proyectos Slow Food tienen el potencial de no sólo mejorar la calidad de su vida, sino de garantizar igualmente su supervivencia. Para hacer frente a tales desafíos, Slow Food y la FAO han firmado un acuerdo (2013) de colaboración respecto de los problemas del hambre y la seguridad alimentaria, así como la mejora del sistema mundial de alimentación y los medios de subsistencia de los pequeños agricultores. Mil huertos en África Comparado con la gravedad y complejidad de la crisis perenne que atenaza al continente africano, el acto de cultivar un huerto podría parecer un gesto más bien insignificante. Pero si los huertos son mil y, en torno a ellos, surgen redes de agricultores, agrónomos, estudiantes y cocineros en más de veinte países, estos proyectos breves pueden indicar el camino hacia un futuro sostenible, alerta respecto de las necesidades de las comunidades locales, desvinculado del diseño impuesto por las grandes instituciones financieras internacionales (que promueven cultivos destinados a la exportación en base a sistemas agrícolas con un uso masivo de fertilizantes químicos) y por inversores extranjeros (que acaparan las tierras más fértiles a cambio de una ínfima cantidad de dinero). Por esta razón, con ocasión del Terra Madre Day 2010 Slow Food anunció la intención de una recogida de fondos para la puesta en marcha de Mil huertos en África. En el plazo de tres años se han fundado mil huertos en 25 países africanos y ya se ha ultimado la recogida de fondos para financiarlos. Con este proyecto la red en África ha crecido, se ha reforzado y ha madurado. Durante estos años los coordinadores nacionales se han reunido en varias ocasiones para decidir qué y cómo cultivar. Y han propuesto soluciones adecuadas a todo tipo de contextos: desde los oasis marroquíes hasta las tierras áridas de Malí, desde las mesetas de Kenia hasta la foresta ugandesa. No se trata, en efecto, de crear huertos idénticos. Las comunidades producen sus propias semillas, cultivan los productos tradicionales (hortalizas, legumbres, frutas, hierbas aromáticas y medicinales), usan remedios naturales para fertilizar el terreno, para acabar con los insectos nocivos y las hierbas infestantes. Los mil huertos africanos implican a los jóvenes y se basan en el saber de los ancianos. Son aulas escolares al aire libre: para conocer y potenciar los alimentos locales; para compartir experiencias y conocimientos; para promover el alimento bueno, limpio y justo. Los Mil huertos africanos han sido un punto de partida para la red de Slow Food en África, que en los próximos años pondrá en marcha numerosas actividades: en primer lugar el relanzamiento del proyecto con el nuevo objetivo de 10.000 huertos en general, nuevos proyectos para salvaguardar la biodiversidad y nuevas iniciativas para conceder dignidad a la alimentación local y fortalecer las economías locales. Todas las novedades sobre el proyecto en: www.slowfoodfoundation.com