EL VERDADERO ENEMIGO ESTÁ EN NUESTRO INTERIOR: Por Martín (Thupten Chophel) En numerosas ocasiones nos puede suceder que cuando vemos o pensamos en una persona, nos viene una energía muy fuerte a la mente, que nos lleva a solidificarla como un enemigo y el causante de nuestros problemas. De esta forma nos dedicamos a actuar con contundencia sobre esa persona, y en más de una ocasión el problema en vez de disminuir se agrava totalmente y el obstáculo se convierte en cada vez mayor. Esto es debido a que las emociones negativas que se nos manifiestan al ver o pensar en una persona, realmente pertenecen a nuestro interior y no a esa persona. Es un karma negativo que debemos superar. Dicen los científicos que en una situación de enfado, el 80 por ciento de lo negativo que vemos de la otra persona, son meras proyecciones nuestras y no se corresponden con la realidad. Por todo esto debemos aplicar antídotos cuando nuestra mente desarrolla todas estas proyecciones negativas equivocadas, también llamadas emociones aflictivas o engaños. Los antídotos que mejor funcionan en base a mi experiencia, es implicarse en actividades virtuosas que ya veníamos haciendo de antes, tanto en compañía de gente como en soledad. Otro antídoto es recordar instrucciones de adiestramiento mental que nos recuerdan que debemos practicar la paciencia o permanecer inmóviles como un tocón de madera. Esto tan sólo son ejemplos, y lo que tratamos con estos antídotos es no agravar más la situación y también ir superándola poco a poco, hasta que desaparezcan o se minimizen estas emociones negativas con esa persona. Es también importante mantener la percepción de que todos los seres poseemos la naturaleza de Buda y por tanto somos Budas en potencia. Lo cual nos acerca más a ellos y los podemos ver como hermanos y hermanas. Tal y como siempre digo, esta actitud de no dejarse llevar por las emociones aflictivas, como el odio y el apego, ante cualquier persona, no está reñido con a veces actuar con autoridad y firmeza, corrigiendo a alguien, pero siempre desde el respeto y buen corazón interior. En ocasiones el mayor favor que podemos hacer por alguien es decirle las cosas claras e incluso corregirle, pero insisto desde el respeto y buen corazón. En un mundo materialista y en el que se alimenta la desconfianza y en muchos casos la venganza, este planteamiento es revolucionario y muy muy efectivo. Es la única forma de llegar a tener una sociedad mejor, en armonía y equilibrada.