Revista No. 25

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Ensayos
Universidad de San Carlos
de Guatemala
Dr. Estuardo Gálvez
Rector
Dr. Carlos Guillermo Alvarado Cerezo
Secretario General
Licda. Luz Arminda Barrios
Jefa de la División de
Publicidad e Información
Rafael Gutiérrez Esquivel
Director de Revista USAC
Comité Editorial
Luz Arminda Barrios
Roberto Ganddini Gudiel
Raúl Monterroso
Rafael Gutiérrez Esquivel
Intrusos: de asaltos y epifanías
Mariano González /7
La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
Omar Lucas Monteflores/14
Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente: el caso de
Marco Antonio Flores
Eduardo Villalobos/37
Letras
Relato
Renato Buezo /49
Poemas
Ruth Piedrasanta /53
Versión electrónica
Jaime Cabrera Letona
Colaboradores
Juan B. Juárez/José Mejía/Dina Posada/
Anabella Paiz/Miguel Ángel Barrios/
Luis Díaz/ Edelberto Torres-Rivas/
Moisés Barrios/ Javier Payeras
Ilustración de portada,
separadores e ilustraciones interiores
Andrea Mármol
Diseño
Rafael Gutiérrez Esquivel
Hugo Rafael
Diagramación
Hugo Rafael
Julio - Septiembre/ Número 25 / 2012
Correspondencia y canje
Universidad de San Carlos de Guatemala
Ciudad Universitaria, zona 12
Ciudad Guatemala
Teléfono: (502) 24767215
Correo electrónico:
[email protected]
URL
http://revista.usac.edu.gt/
Debate
Hacia una justificación del filosofar no europeo
Selvin Itzep /65
Arte
La mujer y la experiencia artística
Luisa González Reiche /71
Comentarios
Ni hermosa ni maldita. Narrativa guatemalteca actual
Genaro Elías /81
ndrea Mármol explora la frase del teórico francés Nicolas
Bourriaud: «El arte es un estado de encuentro, un elemento de
lo social y fundador de diálogo» e invita a varios artistas locales
a exponer sus ideas en una reunión aparentemente casual. Así
los artistas buscan justificar su creación y evidenciar sus
capacidades creativas a través de discursos por momentos incomprensibles,
dándole a la frase de Bourriaud una connotación casi irónica.
Esta reflexión acerca del arte actual y la creación corresponde a una
búsqueda interior a la vez que a una búsqueda de identidad; pero no una
identidad femenina ni cultural sino artística. El cuestionarse el medio y sus
fuentes debe ser una tarea natural, si no obligatoria, de todo artista. Sus
influjos son la suma de descubrimientos y momentos de identificación. Las
ideas son la suma de ideas y experiencias filtradas a través de la historia del
arte y sus revelaciones. Es a partir de ello que el artista encuentra un lenguaje,
que amplía su vocabulario y aprende a comunicarse; una tarea cada vez más
difícil en el mundo actual. «Es como decir que antes estábamos más lejos,
pero nos comunicábamos más y mejor, y ahora hay que esconder el mensaje
detrás de tantas cosas, que llegamos a construir una obra de arte en el intento
de comunicarnos». Es reconocible, dentro de las influencias de Andrea Mármol
la obra de Luis Camnitzer, artista conceptual latinoamericano con quien la
artista realizara una pasantía.
Las obras de Mármol nos muestran formas de creación y nos hacen
cuestionarnos papeles, posturas, contextos y discursos para mostrarnos
imágenes, poseedoras todas de un gran sentido estético, llenas de significado
y abiertas a múltiples interpretaciones. Esa multiplicidad de significados es
también lo que hace que su obra vaya más allá del panfleto y la etiqueta,
propia del arte local.
Luisa González Reiche
Ensayos
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE
SAN CARLOS DE GUATEMALA
Roberto Díaz Castillo
5 de febrero 2013
Hacer revistas fue, en mi caso, una suerte de vocación. Con Antonio Fernández
Izaguirre, mi primera experiencia. Se llamó El Derecho porque ambos cursábamos
la carrera de leyes y nos auspiciaba la Asociación de Estudiantes de igual nombre.
A pesar de llamarse así, su contenido fue predominantemente literario. Pronto
llegaron las demás: Cuadernos Universitarios, Arte y Literatura, Lanzas y Letras,
Alero, Estudios, Tradiciones de Guatemala, La Tradición Popular, en cuyas páginas
vive y palpita mi generación. No aludiré a ellas, de las que tanto he hablado, sino
a Universidad de San Carlos, animada por el Rector Carlos Martínez Durán, que
con Augusto Cazali convertimos en anuario académico.
Dirigida por Rafael Gutiérrez, poeta y prosista de fino sentir y escribir, Revista
de la Universidad de San Carlos de Guatemala es hoy ejemplo de repertorio de letras
5
y artes. Con esmero y buen gusto la mantiene su director. Priman en sus páginas
profesionalidad y exigencia. Precedida de una portada que sugiere el protagonismo
gráfico del ilustrador, se abre con una sección dedicada a él y prosigue con el habitual
contenido de esta clase de publicaciones: ensayo, poesía, crítica, temas sociopolíticos,
reseña de libros, comentarios de índole diversa.
Saludo este éxito de su director y su grupo de colaboradores que con ojo y manos
minuciosos aportan a nuestra cultura una obra perdurable, con sello propio, digna
de encomio.
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Intrusos: de asaltos y epifanías
Mariano González
Para Ana María
La disonancia que en el dolor se adueña de nosotros, nos habla de nuestra involuntaria adscripción en un más
allá del propio deseo, de la autosuficiencia y lo sabido. El ser relativamente homogéneo en el que hasta entonces
creíamos consistir, cede, retrocede. Es el fin del imperio del Único. S. Kovadloff.
El hombre, para expresarlo de alguna manera, es un animal que, después de haberse frotado los ojos,
contempla admirado a su alrededor porque se apercibe del otro, ya que tiene ante él un mundo que le ha sido
dado como un regalo inexplicable. Es el descubrimiento de la existencia del mundo que permite la entrada en
escena de lo que es propiamente humano: lenguaje, cultura, técnica, arte, ciencia y religión, pero también
alegría y dolor, amor y odio. F. Buytendijk.
intempestivamente para anunciarnos una
buena nueva, la amistad o el amor.
Plantearlo así, describe efectivamente
el asalto de la alteridad en tanto que otra,
que nos viene de fuera y ante la cual no
podemos sino re-accionar pues nos descoloca y des-centra, nos saca de la comodidad
o la indiferencia frente a lo que sucede
Estas reflexiones quieren explorar,
brevemente, algunas ideas relativas a ciertas
experiencias de la alteridad: de aquella
alteridad que nos sorprende y nos invade.
Que nos asalta como un ladrón en la noche,
nos interrumpe como una mala noticia o una
maldición, pero que también podría ser la
experiencia de una epifanía que entra
7
Mariano González: Intrusos: de asaltos y epifanías
alrededor nuestro y nos transporta al
desmoronamiento del mundo o la apertura
y alegría de aquello bueno que no fue
esperado (al menos en el momento y la forma
concreta que adopta tal intrusión).
El sujeto no pide ni intuye estos
acontecimientos que suponen una ruptura
imprevista, un antes y después en su vida.
Puede intentar rechazarlas o hacerse cargo,
pero eso es ya un segundo momento, no el
primero. Su hacerse cargo o reaccionar es
posterior. La irrupción viene a transformar
al sujeto. Otra vez: a sacarlo de su lugar. De
sí. De la fortaleza aparente en el que se
encuentra en las situaciones normales, del
ser tranquilo e incuestionado propietario de
su lugar bajo el sol.
Es la experiencia que le sitúa ante el
mundo como alguien que va de paso, sin ser
dueño definitivamente de nada, ni siquiera
(contrario a una sensibilidad claramente
deudora de la modernidad y, especialmente,
del liberalismo) de sí mismo.
Dado que no es un tema habitual y
seguro no es parte de esa extendida (y
peligrosa) sensibilidad que coloca al yo como
soberano, se deben aclarar algunas cosas.
En primer lugar, característico de la alteridad
8
Mariano González: Intrusos: de asaltos y epifanías
sujeto que lleva a cabo la acción del verbo.
Sino más bien como frágil, inestable,
contradictorio, sin que «gane nunca».
Lo que aquí se quiere hacer es poner el
acento y la balanza del lado del padecimiento.
Pues como ya se advirtió, estamos en un
momento en que se ha centrado la atención
en la actividad del sujeto humano, lo que
deriva en una visión que condena la
ineficiencia y el fracaso económico como
pecados, acusa al pobre o inexitoso (sin
comprender el contexto que les hace posible),
e ignora el precio humano del progreso.
Se ha dejado de lado una visión que
puede advertir la constitución pasiva y
gratuita del sujeto, que en este momento
debe resaltarse para poder terminar un cuadro
de suyo complejo. Poéticamente lo expresa
así M. Bajtín:
es que nos sorprende, nos toma de improviso,
lo cual rompe con la experiencia habitual o
cotidiana, del mundo apacible o rutinario de
todos los días. Aunque puede aparecer en
cualquier momento («porque cada segundo
era la pequeña puerta por la que podía entrar
el Mesías» dirá W. Benjamin en sus Tesis
sobre el concepto de la historia), lo que se
advierte en la experiencia del mundo
cotidiano es un estado de indiferencia o
cierto acomodamiento que impide dicha
interpelación. Pues se ve, en efecto, que el
otro no siempre interpela o produce la
conmoción del asalto de la alteridad.
Si nos guiáramos por la teoría económica
neoclásica, el otro resulta un competidor
sobre el que se debe prevalecer o, en una
perspectiva más azucarada (e hipócrita), el
colaborador. En todo caso, competencia,
impedimento o medio para lograr fines
acordados previamente en función de la
racionalidad instrumental.
Esto significa que en la cotidianidad del
mundo moderno, existe mucha dificultad
para asumir la interpelación del otro y dar
cuenta de la novedad que representa (pero
que puede tomar la forma de amenaza o
apertura). Hay una real «fobia a la alteridad»
que se esconde en la indiferencia o la
incapacidad de asombro que parece permear
el momento actual. Por ejemplo, la extendida
indiferencia ante el escándalo de la pobreza
y el hambre tan extendida.
Una segunda idea que también revela
un aspecto que está profundamente olvidado
por la ideología y la sensibilidad moderna
(de la que somos herederos), es que el
acontecimiento de la irrupción del otro hace
manifiesta la constitución pasiva del sujeto.
Claro que esta constitución pasiva se
puede entender de varias formas. No es lo
mismo considerar al sujeto desde
perspectivas estructuralistas como la de L.
Althusser o J. Lacan, que desde las
perspectivas de la alteridad como la de M.
Bajtín o E. Levinas, por ejemplo. En todo
caso, como lo plantea A. Touraine, no se
puede seguir considerando al sujeto como
el sujeto de la modernidad, más o menos, el
Todo lo que se refiere a mi persona,
comenzando por mi nombre, llega a mí
por boca de otros (la madre), con su
entonación, dentro de su tono emocional
y volitivo. Al principio tomo conciencia
de mí mismo a través de los otros: de
ellos obtengo palabras, formas, tonalidad
para la formación de una noción
primordial acerca de mí mismo.
Elementos de infantilismo en la
autoconciencia que permanecen a veces
hasta el final de la vida (la percepción
y concepción de sí mismo, de su cuerpo,
rostro, del pasado en tonos de cariño).
Como el cuerpo se forma inicialmente
en el seno (cuerpo) materno, así la
conciencia del ser humano despierta
inmersa en la conciencia ajena. (Bajtin,
M. 2001; 161-2).
Desde su inicio, el hombre está colocado
ante el mundo y sin pedirlo, como huésped
gratuito, de forma tal que su acción es
siempre, cuando se le mira bien, una
respuesta a una situación previa. Esto no
excluye la novedad que puede originar; más
bien la «coloca»dentro de un contexto en el
cual existe.
Viene al mundo: un mundo preexistente
y que le acoge. Más que «ser-arrojado-al-
9
Mariano González: Intrusos: de asaltos y epifanías
Pues de lo que se habla es de
figuras que irrumpen como
intrusos.
Para evitar posibles
malentendidos, hay que
aclarar que no se está
hablando de un «encuentro».
Es posible que dicho
encuentro se produzca
posteriormente, de distintas
formas. El punto del cual se
parte es la intrusión (violenta
incluso) o la epifanía
(visitación que sorprende). De
nuevo, es algo que
esencialmente se padece en un primer
momento. Por lo tanto, en ese primer
momento que es central, no se está en
condiciones de encontrarse con lo que
mundo» como lo expresara Heidegger, la
experiencia primaria es la de ser depositado
en una cuna, acogido desde el inicio de su
existencia. (ver Duch, L. y Mélich, J. 2009).
Esto sin duda plantea una
derivación importante respecto
al agradecimiento o
desagradecimiento que puede
tenerse frente a las figuras que
nos vienen de afuera. De nuevo:
no se las pide. Se las recibe, sin
que puedan preverse. No se sabe
ni se puede saber si supondrán
algo que se puede recibir con
alegría, afecto y agradecimiento
o provocarán su contrario, dolor,
sufrimiento, repulsa. Aunque
exista cierto control en la
modulación de las respuestas que
pasa también por la relativa
libertad y responsabilidad que se
tiene, recibir sufrimientos y
alegrías está más allá del control
del sujeto. Es algo que se le
escapa y le sorprende: como
asalto o epifanía.
En tercer lugar, las figuras
de intrusos son precisamente eso:
figuras, imágenes. Tienen cierto
contorno. Por ello, aunque desde
hace bastante tiempo la
«antropomorfización» tiene mal
cartel en el pensamiento, aquí se
utilizarán bastante impunemente.
10
Mariano González: Intrusos: de asaltos y epifanías
acontece. Lo que acontece rebasa las
posibilidades del sujeto en tanto que es
imprevisto. Se puede reaccionar, pero no se
puede estar preparado para cuando algo o
alguien aparece intempestivamente. Después,
podría ocurrir, que se dé un encuentro, pero
no es lo primero.
Visto desde esta perspectiva, se puede
hablar de una estructura de la experiencia
de la intrusión: la aparición intempestiva, la
demanda que hagamos algo que no
necesariamente queremos, la transformación
que sufre el sujeto: ha cambiado: se ha
enriquecido o se ha deteriorado. Pero ya no
es el mismo, el que solía ser previo a esta
intrusión.
¿Qué figuras de asalto o epifanía se
pueden encontrar? Hay muchas, pero aquí
se señalan dos que resultan significativas:
la del dolor y la del amor. Una figura
intermedia que comparte la imprevisibilidad
esencial de las figuras intrusas es la memoria
en tanto recordación (y no como trabajo de
memoria, como distingue P. Ricoeur).
También lo señala Mélich: «La memoria nos
asalta en el instante más insospechado. A
menudo aparece como un acontecimiento.
Algún acontecimiento presente nos remite
a un pasado que quizá había quedado
olvidado y que de pronto se convierte en
actual».(2005: 99). Como se advierte, estas
figuras se refieren, en última instancia, a lo
que se ha llamado con esa sabiduría del
lenguaje natural, «afecciones». No es
necesario reflexionar demasiado para poder
dar cuenta que estas afecciones son pasiones,
emociones, sentimientos.
De aquí, un pequeño rodeo por esta
dirección. Al caracterizar los sentimientos,
C. Castilla del Pino propone que éstos son
«una provocación de un tipo particular que
los objetos suscitan en el sujeto cuando éste
entra en relación con ellos».(2002: 12).
Cumplen funciones importantes como la
vinculación del sujeto con los objetos, la
expresión de estados del sujeto (son
sintomáticos y también signalépticos, es
decir, que funcionan como señales) y
contribuyen a la valoración y organización
axiológica de la realidad.
Sin embargo, sobre estas condiciones
básicas de los sentimientos, quisiera subrayar
ese carácter de ser provocados por los
objetos. Los objetos (aquello que es
perceptible de manera distinta en la realidad,
según definición propuesta del mismo autor),
«despiertan» los sentimientos, de acuerdo a
una arquitectura emocional del sujeto que
le viene de la historia.
Entonces, por partida doble, los
sentimientos son provocadores de ciertas
reacciones del sujeto. En primer lugar, porque
las experiencias que ha tenido el sujeto, que
son por definición, experiencias con la
realidad ante la cual se encuentra, han forjado
una forma particular de vinculación con los
objetos y, en segundo lugar, porque cada
objeto concreto despierta efectivamente
ciertas reacciones sobre el sujeto. Esto se
advierte en el nivel de reacciones físicas.
Considérese las reacciones que provocan
objetos temidos, odiados o amados. O más
elementalmente, las reacciones de la risa y
el llanto.
«Observadas las cosas con mayor
atención, puede afirmarse que reír y
llorar son reacciones delante de unos
límites contra los que choca nuestra
conducta. Se trata siempre de reacciones
muy peculiares que revelan que, de
alguna manera, ante unos determinados
hechos, tal vez imprevisibles a priori,
hemos perdido el dominio de nosotros
mismos, de tal manera que, entonces,
«la relación del hombre con su cuerpo
se desorganiza». (Mélich, J. 2002: 71).
Evidentemente, esta descripción es
parcial. Hay una objeción importante en
torno a que los objetos «puramente»
provocan: en ellos también proyectamos
aspectos propios. La realidad también es
subjetivamente organizada de acuerdo a
preferencias y contrapreferencias.
Para precisar, más que decir que todo
sentimiento se produce a partir del objeto
11
Mariano González: Intrusos: de asaltos y epifanías
que le persiguen o el dolor que otros le
infligen de manera extrema son formas en
las que el dolor se manifiesta. ¿Qué colocar
como ejemplo primero? Desde tiempo atrás,
la imagen de la inocencia y la vulnerabilidad
la dan los niños. Pero también la pérdida de
madres o padres. Lo que nos lleva al
problema de la teodicea: ¿cómo conciliar
esto con Dios?
De hecho, además de ser una figura
intrusa, el problema del dolor también nos
plantea un profundo dilema ético. La masa
de sufrimiento humano pasado y actual es
de tal extensión y profundidad que es también
humanamente imposible contestar ante ello.
Entre dicho dolor y el «anhelo de justicia»
hay un desequilibrio tan profundo que la
ética (y la legalidad) no pueden aportar una
respuesta adecuada.
Una variante interesante de esta intrusión
es la del odio, figura compleja. En tanto que
la pasión es, como dice Castilla del Pino,
una pasión inútil porque su fin es el de
«desaparecer» al objeto (destruirlo), pero en
tanto que se experimenta, mantiene una fuerte
vinculación con él, lo que resulta paradójico.
Sin embargo, también el odio, es «fruto de
la interacción, una respuesta ante, o frente,
un otro» (Blesa, T. en Castilla del Pino, 2002:
57). El odio es, al final de cuentas,
coimplicación con el otro, algo que no se
elige, lo que es crucial para considerarlo
como una figura de la intrusión.
Hay, por otra parte, intrusos que sin ser
esperados, apareciendo a la medianoche o
en otro momento absurdo, como cuando
estamos expuestos en el desierto,
inmerecidamente, se reciben con sorpresa y
gratitud. El amor es uno de esos intrusos que
pueden visitar, de improviso, al sujeto.
Enamorarse de alguien es algo que sale
al paso, que no se planifica y que puede
llevar a la bendición o a la ruina. Como lo
plantea O. Paz, el amor, más que una cuestión
de felicidad o infelicidad, puede verse como
una cuestión de intensidad que, pese a
algunas formulaciones psicoanalíticas
unilateralmente insistentes sobre el
narcisismo, tiene que ver con el deseo del
(lo cual es una reducción), la
experiencia es resultado del
encuentro o intrusión del objeto,
con su exterioridad intempestiva,
y el sujeto, con su historia de
experiencias previas. En ese
encuentro, el objeto aparece a veces
de forma intempestiva, de tal
manera que «saca» al sujeto de su
aislamiento y lo hace rehén o
huésped (sin desearlo) del que viene
a su encuentro.
El dolor es la experiencia
que muestra mejor el asalto de los
intrusos en la vida. Como lo pone
en evidencia el epígrafe de esta
sección, independientemente de su
origen, el dolor es la irrupción de
la «presencia de algo extraño» en
nuestra vida. Algo que aparece sin
que lo queramos. Esta súbita
aparición nos convierte en otros: ya
no somos lo que éramos antes de
la irrupción de esta alteridad, de
este «Intruso» como lo llama
Kovadloff. Que horroriza, golpea
y, en definitiva destrona al sujeto
en su ficticia soberanía:
«Arraigado en un hondo trastorno
corporal o provocado por un intenso
desequilibrio psíquico, alentado por
un amor perdido o una muerte
inesperada, el dolor connota siempre
lo mismo. Su intensidad denuncia
en nosotros la presencia de algo
extraño». (Kovadloff, S. en
Mardones, J. & Mate, R. 2003).
En el caso del dolor, las
imágenes abundan. Sólo se necesita
levantar la vista. ¿A cuál darle
relevancia? ¿Qué criterio se puede
dar para decir que este sufrimiento
es mayor que el otro? ¿Será la
sensación de quien lo siente? ¿El
punto que origina el dolor o donde
se expresa?
El dolor físico o psicológico
que siente el sujeto, los fantasmas
12
Mariano González: Intrusos: de asaltos y epifanías
Esta experiencia también transforma al
sujeto que es «visitado». Aunque la rutina
termine por imponerse, lo característico de
estas experiencias de alteridad (que son las
experiencias verdaderas, son la verdad de
las experiencias) es que dejan al sujeto como
otro, lo transforman.
otro, por tanto, con el otro que nos «visita»
en la experiencia, intensa, del amor, de la
visita del otro/a amado/a.
No es que se elija enamorarse.
Normalmente cuando se «elije» querer a
alguien es porque ya ese alguien despertó
algo. Y si el amor también puede verse como
necesidad, ésta no es una que se «llena» de
forma automática. Al contrario, existen varias
características sobre la relación
paradigmática del deseo. Pero una sobre la
que se quiere llamar la atención es que
resulta una apertura a la alteridad. Si logra
ser más que dependencia o fusión
indiscriminada, escape de soledades y otras
posibilidades semejantes, la visitación llama
a una respuesta favorable: a abrir la puerta,
dar cobijo. Permitir la apertura.
«Cuando alguien padece una
experiencia, si de verdad es una
experiencia, y no un experimento,
padece una salida de sí mismo, hacia el
otro, o hacia sí mismo como otro, ante
otro, frente a otro. Y en este salir de uno
mismo hay una trans-formación. La
experiencia nos forma y nos
transforma». (Mèlich, J. 2005: 79-80).
En este caso, de una bendita intrusa, bendito
intruso, que acudió sin pedirlo.
Bibliografía
Duch, L. & Mèlich, J. (2009) Ambigüedades del amor.
Antropología de la vida cotidiana 2/2. Madrid, Editorial
Trotta, S.A.
Mardones, J. & Mate, R. Eds. (2003) La ética ante las
víctimas. Barcelona, Anthropos.
Mate, R. (2006) Medianoche en la historia. Comentarios a
las tesis de Walter Benjamin “Sobre el concepto de historia”.
Madrid, Editorial Trotta, S.A.
Mèlich, J. (2002) Filosofía de la finitud. Barcelona, Empresa
Editorial Herder, S.A.
Paz, O. (2001) La llama doble. Amor y erotismo. Barcelona,
Editorial Seix Barral, S.A.
Bajtín, M. (2000). Yo también soy (fragmentos sobre el otro).
Trad. Tatiana Bubnova. México, D.F. Editorial Taurus.
Barcena, F. et. al. (2004) La autoridad del sufrimiento.
Silencio de Dios y preguntas del hombre. Barcelona,
Anthropos Editorial.
Castilla del Pino, C. (2002) El odio. Barcelona, Tusquets
Editores.
Domínguez, C. (2001) Los registros del deseo. Del afecto,
el amor y otras pasiones. Bilbao, Editorial Desclée De
Brouwer, S.A. 2ª edición.
Duch, L. (2002) Antropología de la vida cotidiana.
Simbolismo y salud. Madrid, Editorial Trotta, S.A.
13
Omar Lucas Monteflores
Introducción a la herejía de la edad de la razón
Parece mojigato e ingenuo negar que mi intención al escribir la novela era excitar las peores inclinaciones de mis lectores.
Mi saludable herencia de pecado original se exterioriza en el libro y disfruto violando y destruyendo por poderes. Es la
cobardía innata del novelista, que delega en personajes imaginarios los pecados que él tiene la prudencia de no cometer.
Anthony Burgess.
esta ha gozado del honor de ser discutida
desde simples tertulias bohemias, hasta
estudios científicos de carácter académico e
investigativo. Como cuenta el mismo
Burgess, que hasta estudiantes para
elaboración de tesis odramaturgos del mismo
teatro japonés N_, le han escrito para pedirle
colaboración en nuevas interpretaciones de
la novela. (Burgess, 2010:vii).
Cuando hablamos de la novela escrita,
no se puede separar de la versión fílmica, y
viceversa, ambas se complementan para darle
Con dicha afirmación debería entenderse
cualquier abordaje de análisis sobre La
Naranja mecánica, obra de arte de la
literatura y del cine. Pero sólo esto no es
justificación para escribir sobre LNM, una
obra de carácter atemporal, que da la apertura
temática para siempre escribir de ella. Y que
seguirá dando la oportunidad a diferentes
generaciones de jóvenes más, para que la
degusten y se sientan identificados con esa
esencia anti-social de la novela. Para ya más
de cuatro décadas de existencia de LNM,
14
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
letras y cintas filmográficas se pudo ver
atentada por la escisión conceptual entre
los padres de estas criaturas: Burgess y
Kubrick. Burgess, a pesar de que permitió
que le metieran mano a su retorcido mundo
de LNM, nunca estuvo de acuerdo con la
propuesta demencial de Kubrick. Como
hilaridad a una aventura misántropa, donde
una da vida a la inmensa creación de
personajes tan maravillosos como Alex hasta
llegar a las armoniosas creaciones audio
visuales de la película, la cual resulta
exponiendo algo indeleble para las
sociedades actuales. Toda esta armonía entre
15
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
La inconformidad del novelista, radica
no sólo en el acto en sí de la mutilación, sino
en que ese último capítulo brinda al lector
el carácter dinámico y cambiante de una
sociedad y de un individuo. Burgess lo
contempló desde su creación, como algo
significativo, que cuestionara y que se
pudiera cuestionar a sí misma
verdaderamente a nivel mundial, y que para
criterio de él, Kubrick, no lo hizo, por no
incluir el último capítulo en su versión. La
verdad es que ambos aportaron, pero veamos
en propias palabras del novelista su versión:
El capítulo veintiuno concede a la novela
una cualidad de ficción genuina, un arte
asentado sobre el principio de que los
seres humanos cambian. De hecho, no
tiene demasiado sentido escribir una
novela a menos que pueda mostrarse la
posibilidad de una transformación moral
o un aumento de sabiduría que opera en
el personaje o personajes principales.
Incluso los malos bestsellers muestran
a la gente cambiando. Cuando una obra
de ficción no consigue mostrar el cambio,
cuando sólo muestra el carácter humano
como algo rígido, pétreo, impenitente,
abandona el campo de la novela y entra
en la fábula o la alegoría. La Naranja
norteamericana o de Kubrick es una
fábula; la británica o mundial es una
novela. (Burgess, 2010:x).
Mostramos este párrafo textualmente
para que puedan captar la esencia de la
discrepancia por parte de Burgess, claro está
también que la obra de Kubrick, a pesar de
la limitante que pueda llegar a considerar el
novelista, es y sigue siendo un clásico del
cine mundial, por su propia concepción. El
reclamo de Burgess por ese famoso último
capítulo, es que nuestro querido Alex,
protagonista principal de la novela, logra un
cambio sustancial en su conformación social,
mientras que en la versión fílmica, se queda
en su condición inicial. Kubrick justificó
esta mutilación aduciendo que él sólo había
leído la versión de veinte capítulos, y fue
meses después del trabajo sobre el guión
mencionamos con anterioridad, ambas se
completan cuando se habla de ellas, pues es
difícil leer la novela y no ir concibiendo los
ámbitos y ambientes como los expuso
Kubrick en su película; pero también es
difícil ver la producción de Kubrick y no
tratar de ir adaptando las escenas faltantes
de las líneas de Burgess. Pero parece que la
gran diferencia conceptual entre ambos
autores radica en el final. Mientras que
Burgess realizó su novela con 21 capítulos,
la cual se publicó así para el resto del mundo,
exceptuando Estados Unidos; Kubrick, se
basó para su película en la versión
norteamericana la cual esta mutilada con ese
último capítulo.
16
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
fácil y deleitante deseo, pero a sabiendas de
la existencia necesaria del bien. Existe en
todo esto un actuar de lección moral. Pero
más allá de la aventura lingüística y moralista
del término que acuñó Burgess, estas palabras
forman parte de la vieja jerga londinense en
donde hacía referencia a lo extraño. «Ser
más raro que una naranja mecánica»,
entonces es para Burgess, en palabras
textuales concebir «…una moralidad
mecánica a un organismo vivo que rebosa
de jugo y dulzura.» (Burgess, 2010:xii).
Por otro lado, siendo ya un clásico LNM,
y una obra mimada dentro de la juventud,
esta ha llegado para alterar aún más la psique
del joven rebelde y contestatario, debido a
que dentro de la contracultura juvenil ha
formado parte de esas grandes expresiones
de arte. Esto se puede afirmar teniendo a
LNM como mercancía y como parte del
universo cultural simbólico juvenil. (Urteaga,
1998: 24). O sea se vuelve contracultural,
no por quien lo produce, sino por quien lo
consume. Es así que desde jóvenes graffiteros
hasta punks se han llegado a identificar con
ella dedicándole canciones como por ejemplo
los alemanes «Die Toten Hosen» con su
canción «Hier kommt Alex»; o los argentinos
«Mal Momento» con «La naranja no es
mecánica». Series animadas televisivas hacen
también constantes alusiones a LNM como
por ejemplo The Simpsons, cuando el infante
Bart, sale vestido para un Halloween como
un drugo, o la mascota, el can «El Ayudante
de Santa», en pleno plan Ludovico…, sólo
por mencionar algunos casos. Esto es un
claro ejemplo del carácter popular y divertido
que ha jugado LNM dentro de la juventud.
La jerga utilizada en la película es otro
elemento que está fuertemente entrelazado
con la juventud. El uso del léxico nadsat, es
una mezcla –de acuerdo a la mística de la
novela– de fragmentos de una vieja jerga,
con palabras gitanas, pero la mayoría con
raíces eslavas. Esto en la vida real, desde la
creación de LNM ha sido utilizado por
diferentes grupos de jóvenes y en diferentes
que leyó la versión con el capítulo veintiuno.
Pero además de eso, no parecía muy
convencido de ese último aporte. Miremos
también la versión del cineasta:
Estaba estupefacto por que no había
ninguna relación con el estilo satírico
del libro y pienso que es el editor quien
llegó a convencer a Burgess de terminar
sobre una nota de esperanza o algo por
el estilo. Honestamente, no podía creer
a mis ojos cuando leí el último capítulo.
Alex sale de prisión y regresa a casa.
Uno de los chicos se casa, el otro
desaparece y al final Alex toma la
decisión de volverse un adulto
responsable. (Ciment, 2001).
Para esta ocasión –a pesar de la
diferencia de los creadores–, trataremos de
olvidarnos de esas escisiones, y concebiremos
para ellas una sola, para que nos ayude a
enriquecer este ejercicio de reflexión y
análisis caótico.
Empecemos gozando esta obra,
comprendiendo varios factores a grandes
rasgos, como la violencia juvenil y la misma
en contra de ella. El mensaje de los
creadores, de que no hay destino escrito al
nacer, se logra entender en la novela como
que el albedrío es parte esencial del ser
humano, ya que si no, cae en el tedio
existencial del autómata conformista y
moralista. Y es aquí que parte la etimología
del nombre de la novela La Naranja
mecánica, claro esto como responsabilidad
única de Burgess. Además de poseer tintes
autobiográficos –por medio del personaje
intelectual F. Alexander, debido a que es el
escritor de una novela llamada La Naranja
mecánica, quien sufrió la violación de su
esposa al igual que la pareja de Burgess–.
Éste comenta que un individuo que solo trata
de actuar bien o solamente mal es una
Naranja mecánica, un juguete mecánico del
Dios o el Diablo. Representado en la sociedad
por el Estado, y en donde el individuo tiene
el deseo de inclinarse más por el mal, el más
17
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
momentos, como identificación de tribus
urbanas.
Otro de los impactos que logró tener la
obra, es por medio del soundtrack de la
película, mezcla de música clásica y
electrónica compuesta por Wendy Carlos
(Walter Carlos). Claro está que no se puede
concebir por aparte de la obra fílmica, sino
fuertemente atada a ella y volverla parte
esencial de la novela. Escuchar la sombría
canción «The Funeral of Queen Mary»,
rápido nos lleva al Bar Korova…; o la
amigable «The Thieving Magpie» en pleno
preámbulo de una batalla campal; o la
aguerrida y acelerada «William Tell
Overture» mostrando el clásico unodós
unodós de Alex con las druguitas. Como
diría el mismo Kubrick: «La elección de la
música va a la par con la estilización que
buscábamos.» (Ciment, 2001). En fin, es
parte esencial de la temática y ahora de la
obra en general.
Existen también posiciones que si bien
pueden ser bastante cuestionadas por sus
argumentos entrelíneas, no pierden cierto
interés en escudriñar y buscar acerca de ello.
Como por ejemplo existen algunas personas
que argumentan un embate semiótico en la
película sobre la temática masónica, pero
más allá de negarlo es de emocionarse y
meterse a indagar estas suposiciones que lo
único que harán es darle más vida a la obra.
En fin, es una obra que nos permite
analizarla, y para este caso por su noble
existencia de crítica y su constante cinismo
sobre ciertas aristas de la sociedad y su
distorsionada realidad. Lo que la hace –por
su forma de concebirla por parte del novelista
y cineasta– una obra clásica de la literatura
y de la filmografía mundial. Una obra que
merece discusión y análisis, tratando de
meterse en lo más profundo, analizándola
desde una plena identificación con la
situación y hasta el mismo uso del dialecto
urbano. Un clásico que lo merece y como
diría el doctor Brodsky, –médico tratante de
Alex– relacionado a la colectividad, que sabe
lo malo y que aún así lo adopta, una sociedad,
con una novela que es en todo, la herejía de
la edad de la razón.
SIPNOSIS de un profundo chumchum de
música de labios: brrrrrr.
«Vengan con papá, y escuchen como es
debido. Las trompetas de los ángeles y los
trombones del infierno.»
Alex, poniendo su música clásica antes de
gozar un poco del «buen unodós unodós»
[sexo].
Alex –Alexander Delarge– es un nadsat
que con otros tres drugos Pete, Georgie y
el Lerdo, forman una schaica, con un único
fin hedonista, el cual los lleva a practicar
hechos de ultraviolencia, sexo y «absurdos»
sociales. Tienen como punto de reunión, en
donde planifican sus actos el Bar lácteo
Korova, lugar en donde venden leche plus,
leche con algo más (venocentina, sintesiteina
y dencromina), (Kubrick, 1971) elementos
que hacen poder ver a Bogo o al Coro
Celestial de Ángeles y Santos en el zapato
izquierdo, además que después de quince
minutos, se ponen perfilocortantes y listos
para un poco de la vieja ultraviolencia.
Alex, quien en la obra es –Vuestro Humilde
Narrador– dirige asaltos a tiendas y golpizas
a diferentes personajes, como a un maestro
de escuela, indigentes, etc.
Esta hiperactividad irreverente los hace
demarcar territorios, los lleva a
enfrentamientos con otras pandillas, como
la narrada por Alex en contra de Billyboy y
sus drugos. Entre otras de sus fechorías se
encuentra que van a la casa de una pareja,
en la cual vive un intelectual crítico del
sistema social llamado F. Alexander, a quién
golpean, luego destruyen sus muebles y
violan a la esposa (quien posteriormente
muere). Este acto marcará la vida de Alex
posteriormente.
De regreso, ya de nuevo en el bar
Korova, inicia una diferencia de opinión
entre Alex y Lerdo, lo cual lleva a nuestro
Humilde Narrador a golpearlo, hecho que
no agrada en nada a Lerdo y así empieza
18
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
una ruptura en la pandilla. Al día siguiente
Alex se dedica a satisfacer sus deseos más
puros, consiguiendo y degustando la música
–entre otros virtuosos más– del glorioso
Ludwig Van Beethoven, además de
interrelacionarse con un par de druguitas.
Listo para la siguiente sesión con su pandilla,
Alex es abordado y cuestionado por sus
drugos sobre el liderazgo que aplica. Este
logra contenerlos por medio de tajantes
sentencias, pero no del todo. Para la siguiente
actividad que implicaba la ultraviolencia,
Alex es traicionado por sus drugos y es
arrestado por la policía, quienes al momento
de detenerlo le informan que este último
acto, acarreó la muerte de una señora. Por
lo mismo nuestro Humilde Narrador es
condenado.
Como dice Alex, «aquí empieza la parte
trágica y lloriquona de la historia…», nuestro
drugo es mandado a la staja, donde le toca
lidiar con todo tipo de criminales, y que por
mera situación de supervivencia es obligado
a asesinar a otro reo. Tratando de llevar bien
las cosas, se acerca bastante al chaplino quien
por ayudarle en las misas, este le permite
por momentos escuchar su gloriosa música.
Gracias a estas actividades Alex se entera
de un tratamiento que acorta la condena, y
que está en estado experimental por parte
de las autoridades de Gobierno, llamado
tratamiento Ludovico. Nuestro Humilde
Narrador, sin pensarlo se ofrece para ser
«corregido» con dicho tratamiento, ignorando
las consecuencias de este. De las
instalaciones de la staja, pasa a otras de
carácter clínico, en donde ya no es controlado
por los guardias, sino por doctores y
enfermeras. El tratamiento consistía en
ponerlo a videar películas con una camisa
de fuerza y la cabeza amarrada a un respaldo
lleno de alambres con tenazas en los
parpados. Esta películas poseían
ultraviolencia y le inyectaban «Exp./Serum
No. 114, 1500 I.U. in 10 Ml.», que le
provocaba nauseas, después de cada escena.
De acuerdo a palabras del dr. Brodsky, quien
le compartía a sus colegas expresaba que:
«…pronto la droga, hará que el sujeto
experimente una parálisis de muerte junto
a un profundo sentimiento de terror e
impotencia.» Pero lo peor para Alex fue
cuando logró videar que estas escenas iban
acompañadas del glorioso de Ludwig Van,
situación que lo llevó casi a la locura. Gritos
delirantes y tortuosos salieron de nuestro
Humilde Narrador, cuando se dio cuenta que
le ponían la Novena
Sinfonía y gritaba
alegando: «Usar así a
Ludwig Van… Él no le ha
hecho daño a nadie.
Beethoven sólo compuso
música… […] No es justo
si me siento enfermo al
oír al encantador,
encantador Ludwig
Van…» A los que los
doctores comentaron:
«Quizás éste sea el
elemento de castigo…».
19
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
Alex, –comentando– antes de practicar
un poco de ultraviolencia en contra de
Billyboy y su pandilla.
En la actualidad, la moralidad ha
corrompido el concepto del joven, del joven
libre y provocador ante los conceptos
cuadrados de la sociedad. Conceptos erróneos
que han generalizado a los jóvenes
constantemente, como decir que todo joven
rockero «…es satánico», que todo joven
artista graffitero «…es pandillero», etc. Pero
esta cruz la ha llevado desde el inicio de su
emancipación a mediados del siglo pasado,
cuando por primera vez decidieron tener su
propia opinión de la vida. Decidieron tener
su propia parafernalia, su propia música, su
propia actitud, en donde rompieron la
tradición por la razón y rebeldía. Han sido
desde ahí, los malos de las películas, de
quienes se pueden sacar «buenas lecciones»
de cambio, simplemente un buen momento
de arte y burla, como lo expresa Kubrick:
«Los malos son siempre más interesantes
que los buenos. El interés de los personajes
demoníacos, es que se puede más fácilmente
burlarse de ellos.» (Ciment, 2001)
Pero al analizar y criticar la existencia
rebelde del joven, hay que contextualizarlo
en todas sus vertientes sociales, no podemos
solamente condenarlo y aislarlo por las
falencias de una sociedad excluyente como
lo son las actuales. Para el caso de Alex, es
interesante ver su contexto social-familiar,
ya que este vive en proyectos populares con
escasa atención del Estado:
Yo vivía con mi pe y mi eme en las
casas del bloque municipal 18ª entre la
avenida Kingsley y la calle Wilson.
Llegué a la puerta de calle sin
inconveniente, aunque pasé al lado de
un joven malchico extendido, que gemía
y crichaba en la calzada, bien cortadito
por todas lados, y a la luz del farol vi
también manchas de sangre aquí y allá,
como firmas , oh hermanos míos, de los
juegos de la noche. (Burgess, 2010:33).
Alex quedó como quería el sistema
«curado», un individuo que rechazaba y lo
debilitaba la violencia. A su reinserción a la
sociedad, se encontró con el maestro que
agredió, con su ex drugo Lerdo y su eterno
rival Billyboy –estos dos juntos y aliados
como militsos–, quienes le cobraron factura
de sus anteriores actos. Fue a su casa, en
donde su pe y eme ya no le dieron abrigo,
fue al Bar Korova, y a la venta de discos y
ya no era lo mismo, por último llegó a la
casa de F. Alexander, sin que éste lo
identificara como el violador de su esposa.
El intelectual y escritor, siendo un enemigo
del Gobierno, dio cobijo a Alex,
identificándolo únicamente como producto
del proyecto loco del gobierno. Le dio cobijo
y sustento para tenerlo como arma de
destrucción en contra de la autoridad.
El desenlace de la obra tendrán que
abordarla en sus dos versiones para gozarla
de lleno, lo que les podemos adelantar es
que se toparán con letras retorcidas y
complacientes, escenas fálicas y llenas de
morbo (ya que Kubrick contemplaba, que el
arte erótico se convertiría en arte popular)
y música ecléctica la cual le darán ese extra
que tenía la leche del Korova. Una vestimenta
totalmente a la moda y/o futurista, que
vuelven a su cuerpo un campus de autonomía
y libertad, al vestirse a su gusto y no a la
aburrida forma adulta; además de mostrar
también un ámbito lleno de muebles
postmodernistas que rozan con lo delirante.
En fin, ya no narremos más la obra,
mejor digamos palabras de Alex: «Y por eso
un adiós de vuestro druguito. Y para todos
los demás en esta historia, un profundo
chumchum de música de labios: brrrrr. Y
pueden besarme los scharros. Pero vosotros,
oh hermanos míos, recordad alguna vez a
vuestro pequeño Alex que fue. Y toda esa
cala.»
JUVENTUD con moloco-plus-grande.
«A veces las pandillas se juntaban, formando
ejércitos malencos [pequeños] para la
guerra nocturna…»
En las escenas de la película nos
podemos dar una idea de ese lugar lúgubre,
20
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
logramos entender
la rebeldía e
independencia del
joven, que buscan
actividades de
alteridad,
diferentes al
dominio social, y
que los llevan a
definirse con
posiciones de subalternidad. (Urteaga,
1998:29). Este último concepto, por el lado
cultural, pero a nivel social-económico, da
una definición e identificación de clase.
Como parte de esa particular existencia
del joven, lo comprendemos como un
elemento necesitado de un espacio simbólico
en donde las expresiones de jóvenes
(principalmente) como sujetos históricos,
son escuchadas como una propuesta más de
vida. (Lucas, 2009:34). Es así que en la obra
podemos observar al Bar lácteo Korova, el
cual actúa primero como punto de reunión
de los jóvenes, así como lugar que los hace
experimentar sensaciones fuera de la realidad.
Tener un lugar simbólico como El Korova,
para la comunicación juvenil es de vital
importancia, porque es allí donde se
reproducen su patrones de vida, donde se da
el reconocimiento /identificación con «el
sucio, caótico y
olvidado de donde
venía nuestro Humilde
Narrador, en el cual,
como cualquier
asentamiento, favela o
cinturón de miseria, el
joven tiene como
actividad normal la
violencia. Todo esto da
como resultado que desde niños crecen con
la desigualdad económica y racial, que luego
se convierte en desigualdad cultural por
medio de una escuela que prepara a los
pobres para ser obreros sumisos o
delincuentes idiotas. (Urteaga, 1998:223).
Pero además de las escenas narradas, está
también lo que tratan de transmitir los medios
de comunicación, lo que quieren que la
juventud como parte del colectivo, entiendan
de la «realidad». Esa realidad que nos
muestra Alex al leer los matutinos, los cuales
incluyen ultraviolencia, huelgas, asaltos a
bancos y futbolistas que paralizan al mundo,
amenazando al mundo de no jugar el próximo
domingo si no hay mejoras de sueldo. Claro
y todo esto no es culpa del joven, de Alex y
sus drugos, esto es muestra de una sociedad
ya violenta y amenazadora sin la presencia
de los jóvenes. Con ejemplos como estos
21
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
puede verse como un acto de libertad por el
cual se apartan de la sociedad. Invertir
simbólicamente el poder y la autoridad de
los padres (la familia), los maestros (la
escuela), los curas (la Iglesia). Fumar
marihuana o meterse en otras drogas es,
además, invertir el poder político, y represivo
(Estado y aparatos policíacos), una
desobediencia en forma simbólica. Su avidez
de realizar esto también se explica del lado
biológico, en donde argumentan que el deseo
de alterar periódicamente la conciencia es
un impulso innato, normal, análogo al
hombre o al impulso sexual. Claro, esto hay
que verlo con detenido contexto para el caso
de consumo de droga de las sociedades
occidentales actuales. No podemos negar la
necesidad biológica e innata de la psique de
tener períodos de conciencia no-ordinaria.
(Furst, 1980:25). Necesitamos contemplar
la diferente valorización cultural con el uso
shamanico de las antiguas civilizaciones
(más prehispánicas), que con la occidentales
actuales, pero no por eso, nos hace dejar a
un lado el análisis y justificaciones de las
actuales.
Con este tema es importante no
generalizar el uso y consecuencias de la
misma, porque como ya mencionamos, tiene
diferentes matices de consumo, ya que para
algunos será la mera ratificación cultural de
su grupo, mientras para otros será el escape
temporal de una situación.
Otro elemento que se puede observar en
la obra, es el uso frecuente de la
ultraviolencia, claro, impartida por Alex y
sus drugos. Hechos como el ataque al maestro
de escuela, al indigente o el violento
encuentro contra la pandilla de Billyboy,
son actos comunes de esta cultura actual,
una violencia que contiene mucho de
resentimiento y reclamo de falta de
oportunidades a nivel social. Aplican
rápidamente una expresión misántropa, que
no es más que el reflejo de una sociedad así
de dividida, el caso de intolerancia hacia el
viejo indigente es muestra de ello:
Ésa es una vesche que nunca pude
aguantar. Nunca pude soportar la vista
otro» para definir el «nosotros». Transmitir
pues, (ideológicamente) las normas, valores
patrones de conducta. (Urteaga, 1998:29).
Así nos cuenta Alex de su lugar: «Casi todos
eran nadsats que tomaban leche y coca y
jugaban, pero también algunos más starrios,
tanto vecos como chinas (pero nunca de los
burgueses), que reían y goboraban en el
bar.» Vemos aquí como la identificación y
lo cultural va pasando a ser también parte
de la clase social, con anterioridad Alex ya
había mostrado cierto recelo de una posible
relación con los «burgueses». En uno de sus
comentarios, indica que por la poca presencia
policial en las calles, la noche lleva también
a la poca la presencia de burgueses, situación
que los llevó en ese momento a atacar al
maestro de escuela. Aquí también podemos
observar otro tipo de resentimiento, y fue
para este caso en contra del intelectualismo,
en contra del maestro, ya que previo al ser
asaltado y golpeado los drugos le preguntaron
sobre los libros que llevaba. Este les
respondió que eran de diferentes materias,
situación que ruborizó a los agresores por
su ignorancia, iniciando así la golpiza.
Volviendo al Bar Korova, éste ofrecía
además de la identificación ya tratada, de lo
comunitario afectivo sobre lo individual,
llamado proxemia, (Urteaga, 1998:65), les
daba otro tipo de experiencia y era la
psicoactiva. El Korova no poseía licencia
para vender alcohol, y no existiendo
prohibición para la venta de las vesches que
se acostumbraba a meter en el moloco, se
podía consumir con velocet, synthemesco o
drencrom. (Burgess, 2010:3). Como
cualquier colectivo que busca experiencias
extra sensoriales, los jóvenes pueden
consumir alteradores de conciencia por
diferentes motivos (Lucas, 2009:37), entre
los cuales podemos mencionar los botánicos
o lo cultural. No podemos dejar de analizar
este acto «inconsciente» de los jóvenes, sin
tratar de ponerlo en un plano de rebeldía
«consciente», debido a que existen sus
porqués, del consumo. La antropóloga
Maritza Urteaga nos comenta que el consumo
en ciertos grupos de jóvenes contraculturales
22
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
logrará recobrar los «valores y visiones» de
la juventud. Tal y como encuentra Alex un
artículo de prensa sobre la «Juventud
Moderna», en el cual iba mucha carga de
determinismo religioso, el cual indicaba:
«…que EL DIABLO ANDABA SUELTO, y
comenzaba a insinuarse en la carne joven
e inocente…». De esta manera organizar
bandas, faltar o reprobar en la escuela,
perpetuarse en la disco los fines de semana,
desinteresarse por su futuro, etc., sólo
constituyen «locuras» de juventud, que a
través de un aprendizaje de «acierto y error»
van acoplándose al orden social. (Zebadúa,
2002:13).
Pero LNM nos muestra también que la
maldad y la violencia tiene varios orígenes;
Alex, replantea un discurso que le da a su
asesor post correctivo P.R. Deltoid, quien
lo trata hacer reflexionar sobre el origen del
mal. Pero Alex responde que si no se han
planteado ni siquiera el origen de la bondad,
¿Por qué andarse metiendo con su negocio?
como llama a su actividad diaria. A pesar
de un cheloveco roñoso, tumbado,
eructando y borracho, fuera la que fuera
su edad, pero muy especialmente cuando
era de veras starrio como éste, Estaba
como aplastado contra la pared, tenía
los platis en un estado vergonzoso,
arrugados y en desorden, cubiertos de
cala y barro, de roña y alcohol. Bueno,
lo agarramos y le encajamos unos pocos
tolchocos joroschós. (Burgess, 2010:15).
Estas acciones han servido para que a
la juventud se le etiquete, a pesar de existir
un abanico de diferentes tipos de
organizaciones juveniles, y que ha dado a la
vez cabida a pensamientos retrógrados en
contra del joven. Como promulgar «leyes
en contra de pandillas», «mano dura», o
hasta análisis de tipo clínico que creen
encontrar en formulas fácticas la desviación
nihilista imperfecta de cierto tipos de jóvenes.
Habrá algunos que hasta llegan a abogar por
la reinstalación de la educación militar y
religiosa, ya que según ellos sólo así se
23
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
de todo el aparente desinterés social que
tiene Alex, éste le dedica algo de tiempo
para enterarse sobre el acontecer social por
medio del periódico.
Por aparte como ya mencionamos
brevemente el uso del léxico nadsat, es algo
necesario dentro de su tribu urbana, ya que
cualquier grupo juvenil contará con su propio
vocabulario nadsat, que es comprensible
sólo entre ellos. El objetivo es ahorrarse
explicaciones, comunicar experiencias
propias de la juventud que en el vocablo
adulto no se podría narrar en la coloquial
forma que ellos desean. Por último reforzar
y mantener la identidad del grupo, con
respecto a otros, y a la misma sociedad.
(Urteaga, 1998:65), En pocas palabras, es
el ejercicio de comunicación e identificación
con «el otro yo».
Otro aspecto importante en nuestro
Humilde Narrador y la juventud en general,
es la música, parte importante que posee
sobre la parte superestructural de los
diferentes colectivos nadsat, y su
repercusión en su actuar diario. Para Alex,
era de vital importancia después de una
jornada de ultraviolencia y moloco-plus,
darle una dosis de música a su cabeza antes
de que se le sellara el pasaporte en la frontera
del sueño y levantaran el schesto rayado
para dejarlo pasar. Y tenía mejores palabras
Alex para expresar el placer que provoca la
música:
Oh, era suntuoso, y la suntuosidad
hecha carne. Los trombones crujían
como láminas de oro bajo mi cama, y
detrás de mi golová las trompetas
lanzaban lenguas de plata, y al lado de
la puerta los timbales me asaltaban las
tripas y brotaban otra vez como un trueno
de caramelo. Oh era una maravilla de
maravillas. Y entonces, como una ave
de hilos entretejidos de más raro metal
celeste, o un vino de plata de flotaba en
una nave del espacio, perdida toda
gravedad, llegó el solo de violín
imponiéndose a las otras cuerdas, y alzó
como una jaula de seda alrededor de mi
cama. […] Mientras slusaba, los glasos
firmemente cerrados en el éxtasis que
era mejor que cualquier Bogo de
synthemesco, entreví maravillosas
imágenes. (Burgess, 2010:36).
Con estas palabras podemos comprender
lo que significaba la música para Alex, y
tener una idea de la importancia hacia él, al
igual que tenemos que proyectarnos hacia
lo colectivo y convertirlo también en un
festín para la juventud. Observemos que
Alex tiene lo mejor de su intelecto para
definir «su música», y que aún está por
encima de otras cosas buenas para él como
la misma leche-plus. Como mencionamos
con anterioridad, la música en el joven
adquiere el papel rebelde y satisfactorio, no
por quien lo produce, que para este caso
serían las casas disqueras, productores. Es
juvenil la música porque el joven la adopta
y la vuelve suya, y ésta le dirá –de acuerdo
a su pensamiento– lineamientos de
comportamiento, tal y como lo hizo con
nuestro Humilde Narrador: «La música
siempre me excitaba, oh hermanos míos,
haciéndome sentir como si fuera el propio
y viejo Bogo en persona, listo para descargar
rayos y centellas y tener a los vecos y las
ptitsas crichando en mi ja ja ja poder.»
(Burgess, 2010:36).
Es decir, esa identificación cultural
informal que brindan las bandas juveniles,
van de la mano con los patrones y mensajes
que no sólo son verbales, sino mucho más
que van desde la gesticulación hasta la misma
música. Alex mencionaba que la música que
no era suya era casi una ofensa, y expresaba
que era para él «…como pitear una suave y
perfumada bebida sin alcohol para niños en
vasos de oro muy bellos, trabajados y
costosos.» Es todo un universo en que se ve
envuelto el joven al identificarse con la
música, comprenderlo como el obús por
excelencia del joven; emblema de liberación
emocional, que lo amarra a una estética que
va desde su vestimenta particular, hasta lo
colectivo que incluye espectáculos, diseño
24
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
hostilidad de aquellos que la detestan
nace de su incapacidad para aceptar
aquello que son realmente, quizás por
su ingenuidad, de una falta de educación
psicológica o de una incapacidad
emocional para admitir este aspecto del
hombre. (Ciment, 2001).
y consumo de posters hasta programas
radiales y televisivos. (Agustín, 2004:133).
Podríamos decir entonces que la rebeldía,
tendrá como vocera a su música. Entender
esta interrelación música-consumidor-actos
que serán importantes todas vez se
comprenda el sentido de apropiación ya
mencionado. Pero la misma novela, nos lleva
a tener en cuenta que ese sentido de
apropiación puede ser roto por medio de las
leyes sociales, políticas y económicas de una
sociedad. Toda vez se establezca lo contrario
por lo que el joven ha vivido y podrá ser así,
ejemplo para grupos sociales, como los
religiosos, políticos y fanáticos de cualquier
índole, le llegan a poner barrera a las
diferentes expresiones musicales, y prohibirle
así al joven el deleite del sonido del cielo.
Esto lo observamos en la novela cuando usan
al glorioso Ludwig Van, como arma
reformatoria en contra de nuestro Humilde
Narrador.
A pesar de todos los atentados
transformatorios institucionales que sufrió
Alex, analizamos que el joven resistió porque
el cambio del que habla Burgess, llegó, pero
no como efecto de éste y aquel otro proyecto.
El tiempo y no las instituciones cambiaron
a Alex. Lo mismo es con los colectivos
contraculturales, ya que siempre estarán en
contra de un sistema que los condena. Si el
joven no acepta, entonces se le regaña, se le
desacredita, se le sataniza y se le reprime,
con una virulencia que varía según el nivel
de pobreza e indefensión. (Agustín,
2004:131). O también porque hay que buscar
la virtud del joven, que es la fortaleza de la
humanidad por excelencia, y que «…no
depende de la poca o mucha virtud del
conquistado, sino de la naturaleza de lo
conquistado.» (Maquiavelo, 1973: 37).
Por el hecho que Alex representa
nuestro inconsciente, en un nivel onírico
y simbólico donde la película nos llega
directamente. El inconsciente no tiene
consciencia. En su inconsciente, cada
uno de nosotros mata y viola. Aquellos
que gustan de la película encuentran esta
especie de identificación con él. La
Esto es la existencia de nuestro AntiHéroe, y sus hordas que lo rodean, y con el
empuje contracultural que posee el joven
rebelde, y claro para algunos, con un poco
de moloco plus-grande.
PODER con técnicas de condicionamiento
que debilita la voluntad del individuo.
«Muy bien muchachos, comenzaremos
demostrándole que también nosotros
conocemos la ley, pero que conocerla no es
suficiente.»
El jefe de los militsos [policías] poco antes
de golpear a Alex, ante el requerimiento
del joven drugo [amigo] de un abogado,
al estar detenido por asesinato.
Cuando nos referimos al poder, es necesario
comprender la esencia del término, más allá
de un simple y delimitado concepto. Entender
la existencia y funcionalidad del poder es
importante debido a que constantemente se
le confunde con un solo grupo dominante,
con una edificación y una expresión social.
El poder va más allá de una delimitación
teórica, ya que debería de entenderse como
aquel que no se posee, sino que se ejerce,
que no es una propiedad sino una estrategia,
algo que está en juego. (Lucas, 2011:22).
No tiene finalidad ni sentido, sino sólo
existencia, y que no tiene direccionalidad
predeterminada, ya que puede ir
horizontalmente así como verticalmente. Es
así que podríamos tratar de entender al poder
como producto de las relaciones sociales, ya
que solamente así y de acuerdo a sus
diferentes estrategias, el poder se ejerce. ¿Y
cuándo se puede palpar en lo empírico, en
el diario vivir? Pues como lo indica el filósofo
e historiador de las ideas, Michel Foucault:
25
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
a asistir a clases, y que de acuerdo a Alex
no era más que un templo estúpido e inútil.
El Estado como parte del poder por medio
de sus instituciones, para este caso, los
militsos y asesores postcorrectivos, etc. Este
último juega un papel importante como
representante de un poder disciplinario, y es
el hacerle conciencia, o ejercer su poder a
como dé lugar, para que Alex o gente
descarriada como él, entren en la dinámica
requerida por el sistema general.
Amenazando a nuestro Humilde Narrador,
que se aleje de su vida irreverente. «Pero te
lo advierto, pequeño Alex porque como
siempre soy tu buen amigo, el único miembro
de esta maltrecha y enfermiza comunidad
que desea salvarte de ti mismo.» (Burgess,
2010:40).
Pero hay que asimilar que no se trata
solamente de estar «fuera del poder» o «con
el poder», ya que este pasa por el infinito
sentido social de las relaciones. Observemos
como Alex forma parte del poder estatal,
como es el «mercado objetivo» por medio
de sus instituciones; pero a la vez, también
cuando advertimos que «el poder produce
lo real» (2007:11), o sea aprender a observar
lo cotidiano.
Así como lo observamos más
evidentemente en términos generales, en una
sociedad, cuando una clase social ostenta el
poder, sobre una mayoría desposeída,
también lo podemos ver en hechos
particulares, como la de un orador en un acto
público, o la sola existencia de un estudiante
universitario, en un conglomerado de escaso
nivel académico; o lugares hechos para la
sola expresión de dominación del poder
como las prisiones, escuelas, iglesias,
nosocomios y lugares militares. Todos, de
acuerdo a su dinámica particular e inmersos
en una sociedad, correspondientes a una
estrategia particular y social.
En LNM observamos todo ese tejido
social que construye el poder, en el poder
de Alex y sus drugos, sobre las personas que
resultan siendo víctimas de ellos, como
producto de su expresa fuerza juvenil y
demás ventajas sociales. La de la scolivola
sobre los jóvenes, y su constante invitación
26
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
pero éstas en vez de ser «reformatorias»
como las otras, están atiborradas e
incrementan su actitud ilegalista, para así
justificar el papel de aparatos disciplinarios
y controladores; justificar así la existencia
de policías y demás aparatos militares. Es
claro el ejemplo de LNM, y que participa
en ambos casos.
Las formas de resistencia e ilegalismo
del poder también tienen diferentes maneras
de expresión, una de ellas es la manifestada
por anarquistas quienes, en su propuesta de
transformación social, expresan la
eliminación de las diferentes formas de
dominación. La lucha contra el poder, más
allá de una posición anarquista, es una lucha
de cada individuo o grupo social, partiendo
de su posicionamiento en el proceso
productivo. Todo aquel que es víctima del
sistema y se siente ultrajado por el poder,
libra su propia lucha en contra de él; en
contra de elementos superestructurales como
la misma justicia penal, que no fue creada
por los productores directos, sino por los
dueños de los medios de producción quienes
son lo que mantienen el statu quo. Esa justicia
cuyo objetivo es dividir a la sociedad.
Planteamientos como los dados por Foucault,
son los entendidos por los anarquistas que
están en contra del cualquier sometimiento;
Foucault afirma que «…los procedimientos
del cualquier poder son sospechosos de
fascismo, igual como las masas son
sospechosas de serlo en sus deseos.» Es esta
pues la consigna anarquista ante el poder,
destrucción total, una lucha liderada por el
proletariado, más no integrada solamente
por ellos. (Lucas, 2011:22) Papel que ejecuta
perfectamente en LNM el intelectual F.
Alexander.
El ilegalismo de Alex recae en una
expresión juvenil rebelde, con características
nihilistas imperfectas, la cual detesta todas
las instituciones de control y administración
del poder. Toman también como suyos actos
que se caracterizan por el desprecio a la vida
así como todo aquello que lo rodea. Por
ejemplo el sexo, lo tienen como algo
cotidiano dentro de su ilegalismo, y están
adquiere otro papel sobre las relaciones de
poder familiares, con su pe y eme, o el papel
sexual, o productivo del conglomerado.
Diferentes papeles, pero todos alrededor del
poder, pero de diferentes poderes. Diferentes
castigos, diferentes prohibiciones, diferentes
papeles protagónicos. Foucault nos ayuda a
comprender la multiforme concepción del
poder explicándonos que:
No hay que plantearse un hecho primero
y masivo de dominación (una estructura
binaria con, por un lado, los dominantes
y por otro, los dominados), sino más
bien una producción multiforme de
relaciones de dominio que son
parcialmente integrables en estrategias
de conjunto; que las relaciones de poder
sirven, en efecto pero no porque estén
al servicio de un interés económico dado
como primitivo, sino porque pueden ser
utilizadas en sus estrategias; (Foucault,
2007:98).
Pero a toda esta compleja existencia del
poder, también se encuentran posiciones
contrarias, a un poder en específico, ya que
como indica Foucault, en «Donde hay poder,
hay resistencia». ¿Por qué? Sencillo, ya que
esta resistencia también forma parte de la
estrategia, un ilegalismo que forma parte del
mismo ejercicio del poder. Un claro ejemplo
de esto es la situación carcelaria a nivel
mundial en la actualidad, y que da gran
apertura de compresión para el caso de LNM.
Veamos, como el caso de un sujeto que viole
o se resista a las normas que establecen los
poderes, en un país industrializado, de primer
mundo o rico, será arrestado y enviado a una
prisión con una plena individualización de
poder. En ella se le tratará de hacer ver por
medio de, no solo policías, sino también
profesionales como médicos, psicólogos,
psiquiatras, sobre su ilegalismo, de haber
cuestionado o atentado en contra del ejercicio
del poder. Esto para que cuando ya haya
podido reflexionar sobre su acto, tenga una
exitosa reinserción. Pero en países del tercer
mundo, como los latinoamericanos, a los
transgresores también se les envía a prisión,
27
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
se pierde la individualización de la persona,
ya que no habrá más nombres y
características individuales, más que el
número de recluso. Todo esto ante un total
sometimiento de los presos ante los
carceleros, y esto lo podemos ver bien en el
ámbito y ambiente creado en la película,
desde el primer momento de filmación de
la cárcel Parkmoor. Es así que las primeras
palabras para Alex en la staja, son: «Y desde
ahora se dirigirá a los oficiales con el
apelativo señor […] Usted es ahora el
6655321, y es su deber memorizar ese
número.» (Kubrick, 1971). Es el despojo de
la persona ante otra que empieza su proceso
de redominación y sometimiento, quitándole
lo individual, y poniéndolo en una situación
colectiva. Le quitan sus pequeñas posiciones
individuales que llevaba en sus bolsillos y
que lo particularizaban en la sociedad:
chocolates, llaves, anillo, cigarrillos, lapicero,
peine, libreta, monedas, ropa y reloj; además
de su nombre, ya nunca dentro de la cárcel
será llamado nuevamente Alex. Ya sólo
habrá normas y gritos, en la staja, una de las
últimas expresiones de las sociedades
disciplinarias.
Luego de la reclusión, el poder emplea
diferentes formas o técnicas para debilitar
la individualidad del sujeto, para el caso de
nuestro Humilde Narrador, es sometido al
Plan Ludovico, el cual trata de «curar» al
individuo, por medio no sólo de disciplina
carcelaria, sino ver como caso clínico la
rebeldía. El fin del Plan Ludovico es hacer
«buenas» a las personas descarriadas,
volverlas óptimas para la sociedad, Ludovico
como técnica de dominación del poder. Un
plan pragmático que aunque en el mismo
sistema a muchos moralistas no les era de
su agrado. El chaplino de la cárcel era uno
de ellos: «El problema es saber si esta técnica
puede hacer realmente bueno a un hombre.
La bondad viene de adentro […] La bondad
es algo que uno elige. Cuando un hombre
no puede elegir, deja de ser hombre.»
(Burgess, 2010:86). En fin los resultados a
grandes rasgos del plan son la reinserción
del sujeto a la dinámica social, con la
concientes de la provocación al sistema que
implica dicho acto. Las violaciones realizadas
por su pandilla o la de Billyboy, no son actos
más que de agresión social, física, y que este
acto no provoca el impacto solo en lo sexual,
sino también como una agresión física en
general. Como nos indica el psiquiatra y
teórico David Cooper: «La violación no es
orgásmica. Es una especie de masturbación
rápida en el cuerpo del otro. No es sexual.
Es una lesión.» (Foucault, 2007:98).
Como ya hemos visto, este acto de
provocación rebelde hacia el poder, conlleva
su acto punitivo, y es el encarcelamiento que
demuestra la esencia del poder coercitivo,
la delimitación de la libertad ante su
espectáculo de dominación. Cuando
mencionamos los casos del proceso de
encarcelación tanto en países avanzados
como en los no avanzados, vemos muy claro
el caso de Alex. Diferentes instituciones
entran al escenario cuando se trata de hacerle
ver a un individuo sobre su acto de
ilegalismo, –tomando el caso de Alex, con
el caso de los países industrializados– debido
a que lo que tratan es hacerle ver su «pecado»
de provocar al poder. En el caso de LNM,
después de la captura de Alex, la primera
institución punitiva, es la judicial, y que
nuestro drugo se refiere así: «Después de un
juicio con jueces y jurados y con duras
palabras proferidas contra su amigo y
humilde narrador él fue sentenciado a 14
años… por asesinato…» (Kubrick, 1971).
Luego encuentra un discurso moralista
religioso de sometimiento, en donde los
hacen preguntarse si van a estar saliendo o
entrando a la staja, y condenándolos a que
si es así no se dan cuenta «del castigo divino
que aguarda a pecadores impenitentes en
este y el otro mundo.» (Kubrick, 1971) El
miedo pues, como un elemento coaccionador,
y el miedo, al infierno para el caso moralista
y religioso.
Luego ya en el «zoo humano» (como
llamaba nuestro Humilde Narrador a la staja)
se encuentra con otra técnica disciplinaria,
y es que si bien se individualiza el poder por
medio de diferentes técnicas controladoras,
28
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
aceptación de todo el entretejido de relaciones
del poder. Aceptar que este Plan existe
porque como mencionó el Ministro del
Interior: «El Gobierno no puede continuar
aplicando teorías penales pasadas de moda.»
(Kubrick, 1971).
Entonces, LNM nos muestra los
diferentes poderes que se expresan en la
sociedad, no solo un poder o «El Poder», ya
que comprendiendo que es producto de las
relaciones sociales, debemos admitir la
existencia de diferentes poderes y la lucha
contra ellos. Vemos como Alex le toca que
imponer sus normas disciplinarias dentro de
su pandilla; dentro de la cárcel, también se
da una lucha por poder, de existencia si se
quiere minimizarlo, pero al fin es lucha
también de poder. Citando a Foucault, es
obvio deducir que en el fondo no existe un
poder, sino varios poderes, diferentes formas
de dominación, de sujeción que operan
localmente; se trata de formas locales,
regionales de poder, todas heterogéneas que
deben de ser localizadas histórica y
geográficamente. (1999: 19).
Podemos observar como uno de los
tantos poderes se encuentra en el plano
superestructural, en donde el pensamiento,
la ideología llega a ser muy influyente sobre
el actuar del sujeto y su forma de
corresponder ante el poder. Chomsky nos
indica que el sujeto debe de ser reducido a
la pasividad, pero para que este se solidifique,
debe de estar muy fuerte el plano de las
creencias. (2009:38). Es aquí que vemos y
podemos interpretar el papel del chaplino y
su relación en Alex en la staja, es de los
primeros personajes en LNM, dentro de la
cárcel y dando un discurso condenatorio y
«reformatorio» ¿Qué tanta importancia tiene
un religioso en un proceso «reformatorio»
de la sociedad? Aparte del estigma que no
es racional, sino funcional en su papel
domesticador. Era de darle esa nueva
oportunidad al sujeto, quitándole sus pecados
cometidos y echándole la culpa a otro, no
hacerlo responsable de sus actos, mientras
esté dispuesto a cambiar.
Las religiones monoteístas, judías,
cristianas, mahometanas, entronizaron
la figura del Maligno, al que le dieron
nombre y características propias. Todas
las calamidades posibles eran producto
de sus malas artes, y el pecado se debía
a las tentaciones de Satanás, considerado
enemigo no sólo del ser humano, sino
del mismo Dios. (Martínez, 2009:101).
Vemos entonces que así como hay
poderes, hay diferentes técnicas disciplinarias
también, las cuales van con variedad de
mecanismos con los cuales se puede operar
la tecnología que ejerce los poderes o «el
poder» sobre la población. Y población
entendida como un grupo de seres vivos que
son atravesados, comandados, regidos, por
un proceso de leyes biológicas. Entender
este último concepto que nos da la apertura
a comprender al sujeto como máquina de
producir todo, de producir riquezas, de
producir bienes, de producir otros individuos,
etc. (Foucault, 1999:19). En LNM se da el
caso de abandono, del factor cohesionador
de la familia de Alex: Pe y eme, sumergidos
en un trabajo absorbente y que requiere de
atención, más de la tercera parte del día,
como todo trabajador en una sociedad
consumista.
Para terminar, no hay que dejar a un
lado ese sentimiento de libertad que está
inmerso en el ser humano, y que rechaza
cualquier forma de dominación y poderes,
es algo que esta innato en el sujeto. Lejos
también de dar por suficientemente estudiado
el tema del poder, notamos que «sólo
podemos esperar que el «instinto de libertad»
del que habla Bakunin sea verdaderamente
un elemento central de la constitución de la
naturaleza humana, que ya no será sumergido
y controlado por una doctrina autoritaria y
su desesperanza, por el poder y los estragos
que causa.» (Chomsky, 2009:33).
Comprendamos las palabras nuevamente
del gran filósofo del poder, Foucault, cuando
nos menciona que no se trata de construir
un sistema sino un instrumento; una lógica
29
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
propia a las relaciones de poder y a las luchas
que se comprometen alrededor de ellas;
(Foucault, 2007:101). Por lo mismo, el
intelectual antisistémico que le dio cobijo a
Alex, después de su salida de la staja, le
indicó que el gobierno estaba implantando
–variedad– de técnicas de condicionamiento
que debilitan la voluntad del individuo. Y
producto de ello era Alex y su paso por el
Plan Ludovico. (Burgess, 2010:164).
P.R. Deltoid, asesor postcorrectivo de
Alex, hablando a este sobre el delito.
SOCIEDAD PANÓPTICA que vende la
libertad por un poco de tranquilidad.
Todo indica que las sociedades actuales,
están dejando el acto punitivo público como
castigo, y se están volviendo más
controladoras, los poderes están dejando de
ser más severos y convirtiéndose en más
vigilantes. (Foucault, 1998: 100-101).
Pareciera que la novela de George Orwell
(1984) es profética, ya que el «Gran
Hermano», está en todas partes vigilándonos
y controlándonos, y muchas veces a petición
de la misma sociedad que clama por un poco
de seguridad. «EL GRAN HERMANO TE
VIGILA»:
En una supuesta sociedad policial,
el Estado ha conseguido el control total
sobre el individuo. No existe siquiera
un resquicio para la intimidad personal:
el sexo es un crimen, las emociones están
prohibidas, la adoración al sistema es la
condición para seguir vivo. La Policía
del Pensamiento se encargará de torturar
hasta la muerte a los conspiradores,
aunque para ello sea necesario acusar a
inocentes. (Orwell: 4).
«Entonces ándate con cuidado, eso es todo,
sí. Sabemos más de lo que crees, pequeño
Alex. […] ¿Qué les pasa a ustedes?
Estudiamos el problema, y venimos
estudiándolo durante casi un siglo, y no
hemos avanzado nada. Tienes un buen hogar,
padres buenos y cariñosos, y un cerebro no
del todo malo. ¿Qué demonio te carcome?»
Ser controlado sin que uno sepa de dónde
puede venir la observación es el modelo
panóptico que analizó Foucault, y es lo que
podemos ver actualmente en las sociedades;
en cualquier parte se encuentra uno con
cámaras de video y de las cuales el individuo
no sabe a dónde van las imágenes
transmitidas y qué se hace con ellas. Esto
con el supuesto de impedir los delitos, y
30
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
realizar una «investigación empírica» de un
supuesto y posible delito, en el cual se
basaran también en el pasado del individuo.
Esto lleva también implícito un control del
individuo que ya fue registrado y será
monitoreado, es agregarle un GPS lúdico,
figurado, pero con el aplomo necesario para
controlarlo. Veamos, con Alex, después del
paso por el Plan Ludovico, que lo «reformó»
y reinsertó a la sociedad, no le implantaron
un chip, o un GPS, físicamente; porque no
había necesidad, de acuerdo a sus métodos
y resultados, estos elementos controladores
iban inmersos en el proceso reformatorio y
sus técnicas. La técnica panóptica iba en
tener la certeza de que ya no iba a poder
romper las normas establecidas por los
poderes, y así fue, no llevó cámara atrás
Alex, pero ya no pudo ser quién fue, al
momento de salir de prisión, toda una técnica
controladora. No pudo practicar su unodós,
ni pudo practicar la ultra violencia y menos
poder gozar las experiencias extrasensoriales
del moloco plus ultra, fue convertido gracias
al panoptismo, un ser sometido y controlado,
sin necesidad del acto punitivo y ceremonial
de la justicia.
Y es que este sistema trata de vender al
control como «lo menos arbitrario posible»,
convencer de que es necesario una sociedad
vigilada, que es una necesidad ante un
conglomerado deplorable y carcomido por
las deformaciones de la convivencia social.
Tal es mensaje con carga placebo, que hasta
el carácter de ser controlado es exigido por
casi todo estrato social, cultural y político.
Veamos que en países latinoamericanos,
ahora ya existen áreas marginales,
«asentamientos» o «favelas», que cuentan
con garitas, talanqueras y seguridad privada
que resguardan los humildes conjuntos
habitacionales. El control se está volviendo
algo exigido y «necesario» para las
comunidades. Pero hay que tener la
capacidad de analizar que con el panoptismo
no sólo va la observación minuciosa, sino
también las consecuencias de ella, es que a
primer instancia, el control de fuerzas del
individuo/colectivo, y la docilidad de las
relaciones, que conllevan a las disciplinas,
que tanto exigen los poderes.
Uno de los ejemplos del control que
muestra LNM, es el referente de ese GPS
lúdico o conceptual que ostenta el poder, es
la situación post correctiva de Alex. Como
mencionamos, no necesitó de una vigilancia
estricta las 24 horas, para saber que si estaba
actuando bien y uno de los medios que
comunicaron eso fueron los medios escritos
y televisivos. Nos contaba Alex al respecto:
El resto del día anterior había sido muy
agotador con las entrevistas grabadas
para los telenoticiosos y las fotografías
flash flash flash y nuevas demostraciones
de cómo me repugnaba la ultraviolencia,
y toda esa basura calosa. (Burgess,
2010:135).
Nos muestra en este caso LNM, una de
las variantes del poder y sus sistemas de
control, ya que los medios informativos, con
el objetivo de transmitir el acontecimiento
social, revelan también los resultados de los
procesos institucionales, a la vez les sirve
para catalogar sus métodos. Es pues un
reporte del proceso para las instituciones
rectoras, y un «trifoliar» informativo para
los integrantes de la sociedad. Espacios
físicos, instituciones y medios informativos
(como para este caso), cumplen su papel
panóptico, de vigilar, jerarquizar y
recompensar, con el objetivo específico de
mantener un control, para organizar así una
nueva economía del tiempo de aprendizaje.
(Foucault, 1998: 151).
Lo interesante del caso es que toda
técnica de control, quienes la construyen son
elementos que conforman a ese
conglomerado que también es producto de
un control; porque aunque sean parte de la
instalación y mantenimiento del sistema,
ellos siguen siendo elementos productivos
del poder o sistema dominante.
A medida que el aparato de producción
se va haciendo más importante y más
complejo, a medida que aumentan el
31
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
Todo esto bajo una de sus herramientas
más simbólicas, la policía y demás fuerzas
de violencia. Bien lo decía Ambroce Bierce,
al indicar que esta estaba – la fuerza armada–
destinada a asegurar la protección al expolio.
(1998:119). Pero parece que todo grupo que
desea una sociedad controladora, tira al caño
toda tradición de libertad existente, con tal
de estar «seguros y controlados», porque
bien lo dijo el intelectual anti-sistema en
LNM, F. Alexander a nuestro Humilde
Narrador: «La gente común está dispuesta
a tolerarlo todo, sí. Es capaz de vender la
libertad por un poco de tranquilidad. Por
eso debemos aguijonearla, pincharla…».
Porque sino de lo contrario nos diría
Orwell, «EL GRAN HERMANO TE
VIGILA».
número de los obreros y la división del
trabajo, las tareas de control se hacen
más necesarias y más difíciles. Vigilar
pasa a ser entonces una función definida,
pero que debe formar parte integrante
del proceso de producción; (Foucault,
1998: 180).
Esta diversificación de los protagonistas
de quienes aplican el control y quienes son
el objeto a controlar, es visible cuando Alex,
sale de la staja y es confrontado por su
antiguo drugo Lerdo y su rival Billyboy,
estos como gendarmes. Estos fueron
absorbidos por el sistema, por el proceso
productivo económico, a quien no
importando su antepasado criminal,
rápidamente y sin cuestionamientos los hace
parte del él, como abanderados del control
social. El control junto al castigo, en personas
que abusan de ello, solo dará como resultado
actos punitivos arbitrarios, como cuando
Billyboy siendo policía castiga a Alex en:
venganza de su rivalizado pasado.
Un pequeño paseo por el campo,
desnudo en el invierno, pero solitario y
hermoso. No siempre conviene que los
luidos de la ciudad videen demasiado
los castigos sumarios. Las calles tienen
que mantenerse limpias, y de distintos
modos. (Burgess, 2010:153).
CASTIGO que hace que el hombre no
pueda elegir, que pierda su condición
humana.
«Un montón de condenados idiotas, todos
ustedes, vendiendo el derecho de
primogenitura, por un plato de lentejas. La
emoción del robo, de la violencia, las
tentaciones de una vida fácil, ¿valen la pena
cuando tenemos pruebas innegables, sí, sí,
pruebas incontrovertibles de que hay un
infierno?»
El chaplino [sacerdote] de la staja [cárcel],
dándole un sermón moralista a los plenios
[prisioneros] sobre el actuar de sus vidas.
Vemos entonces que dentro del
panoptismo adoptado, no sólo se trata de un
control individual simple, sino transformar
un esquema, que va desde la moral hasta la
economía, de forma colectiva, creando así
un modo de psique que promulgar, mantener
y defender; he la justificación de su
existencia. Pero sin caer en determinismos
económicos, es importante interpretar las
palabras de Foucault, al indicarnos que:
La vigilancia pasa a ser un operador
económico decisivo, en la medida en
que es a la vez una pieza interna en el
apartado de producción y un engranaje
especificado del poder disciplinario.
(Foucault, 1998: 180).
«En fin, a patadas, golpes y empujones me
llevaron a las celdas, allí me pusieron junto
a diez o doce plenios, muchos de ellos
borrachos.» Así inició nuestro Humilde
Narrador su odisea del castigo impuesto por
las autoridades. Observamos que a pesar de
que entra a la cárcel con lujo de fuerza por
parte de los militsos, el cuerpo en este tipo
de castigo ya no es el objetivo de la represión
penal nos diría el filósofo Foucault. El castigo
corporal no ya es el fin en sí mismo del
castigo, atrás quedaron aquellos tiempos en
32
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
tolchocado por guardias brutales y matones,
junto a criminales vonosos y degenerados,
algunos verdaderos pervertidos, muy
dispuestos a aprovecharse de un malchico
joven y rozagante como vuestro narrador.
Además, había que rabotar en el taller
haciendo cajas de cerillas, iteando iteando
iteando en el patio, decían que para hacer
ejercicio; y por la tarde algún veco starrio
de tipo profesoral nos hablaba sobre los
abejorros, o la Vía Láctea, o las Excelsas
Maravillas del Copo de Nieve, y esto último
me hacía smecar bastante, porque me
recordaba la tolchocada y Puro Vandalismo
que le aplicamos al veco de la salida de la
biblio pública en aquella noche invernal;
(Burgess, 2010:80)
Alex, está –aun en un sistema ya
desfasado de reclusión– siendo ya
«transformado», al utilizarlo en un oficio,
ya que solamente será útil, cuando cuerpo y
alma, sean productivos y sometidos. Y
mencionamos lo de un sistema desfasado,
porque cuando comentamos los dos tipos de
reclusión que existen, tanto en un país
tercermundista como uno del primer mundo;
y a la vez también el cambio de un castigo
penal corporal a uno de reclusión físico y
mental, esta transición no se hace de un solo
donde el suplicio iba con el fin de dejar una
lección a la sociedad; un espectáculo sobre
el cadalso, y en donde el cuerpo era el
principal actor. Se ha dejado a un lado el
arte de las sensaciones insoportables, por
una economía de los derechos suspendidos.
(Foucault, 1998: 18-19). Mencionamos
economía porque ya no se trata de
desaparecer únicamente al culpable, sino reutilizarlo, y volverlo útil dentro de un proceso
económico que será quien determinará en
última instancia la superestructura que dictará
esas nuevas normas.
La cárcel será la nueva expresión del
castigo, posterior al suplicio del cadalso, una
limitante física y mental para el condenado,
en la que la individualización del sujeto ya
no existe (solo en ciertos casos que
comentaremos adelante), todos son por igual
unos condenados, con el objetivo de
transformarlos. Una rutina interna que lleva
a hacer al condenado constantes actividades
que supuestamente los hacen replantearse
sus actos subvertores o vandálicos. Y es que
ante la ausencia de un verdugo y olvidando
el cuerpo como objeto de lección ante el
castigo, llegan a los condenados una legión
del profesionales en diferentes ramas de la
vida (médicos, psicólogos, militares, curas,
etc). Esto con el
objetivo de trabajar de
ahora en adelante con
el subconsciente del
preso, dominar y
redefinir el alma del
apresado, realizarle una
nueva visión de la
voluntad. Esto para
coadyuvar en la base
económica de una
sociedad. Veamos
como Alex nos lo
muestra:
No había sido
edificante, de veras que
no, verse metido dos
años en este grasño
agujero del infierno, el
zoo humano, pateado y
33
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
pero una homologación de sus
individualidades como persona. Vimos que
es despojado al momento de entrar a la staja,
de todo objeto o característica que lo haga
recordar su pasado, es un corte con su pasado
delictivo a la vez. Así lo comprendió Alex,
de manera que yendo o viniendo era él
siempre 6655321, ya no nuestro Humilde
drugito Alex. (Burgess, 2010:80). Lo único
que será individualizado por momentos será
su cuerpo en pleno espacio terapéutico o
reformatorio, pero siempre visto como bloque
al momento de la reclusión, junto con los
demás presos. En síntesis, se encuentra de
una u otra manera, inmerso en una nueva
realidad disciplinaria y transformadora.
Esta nueva realidad, en la parte
superestructural, es muy importante el papel
de la religión moralizante y condenatoria.
Como ya mencionamos es significativo que
la pasividad, sea el papel que promulgue
ausentismo de cambio social y esto solo va
implícito en el plano de las creencias. Y es
lo que vende la religión cuando hace uso de
su verborrea condenatoria a la purgación
eterna del inferno de los infieles. Abstención
social, y un rescate individual, de la persona
y su espíritu al infierno. «Que la Sagrada
Trinidad os guarde por siempre, y os haga
buenos, amén…« dijo el chaplino de la staja
a los reos. Bien dicen que cuando los
acuerdos sociales les niegan el poder
requerido para afirmar la obediencias, se
vuelve necesario utilizar «toda una nueva
técnica de control, y sobre todo a través de
la propaganda», a causa de la «ignorancia y
la superstición […] [de] las masas.»
(Chomsky, 2009:58).
Luego de analizar los elementos
coaccionadores, vemos el método, utilizado
en LNM, como ya hicimos mención, este
pasa del método limitador de la cárcel, al de
tratamiento por medio de especialistas o
profesionales, y que para este caso pasa de
ser un problema social a uno clínico. Será
un centro médico quien lo trata a Alex y
Foucault indica que un hospital
…no es simplemente el techo bajo el
que se cobija la miseria y la muerte
golpe. Han sido procesos, que ha llevado
tiempo y reformulaciones de estrategias de
poder. El escenario de reclusión
de Nuestro Humilde Narrador es, en ese
plano ya superado el castigo del acto punitivo
y circense del cuerpo sobre el cadalso y la
muerte como fin en todo un acto formal y
protocolario. O sea, los castigos se vuelven
escuela, más que una fiesta (Foucault, 1998:
115). Se encuentra ya en los actos de
delimitación como condena, pero aun sólo
en sus primeras formas: la reclusión
únicamente, bajo constante observancia y
que poco a poco va pasando al sistema
superior de transformación, la de la
individuación profesional del castigo.
Bueno, quiero que sepan que cuando
construyeron la celda la hicieron para
tres personas, y ahora éramos seis,
apretados como sardinas. Y así eran las
celdas de todas las prisiones en esa época,
mis hermanos, una vergüenza de cala,
pues no había lugar para que un
cheloveco estirase las piernas. [..] Un
veco starrio y lengua larga, comenzó a
crichar […] Exijo mis podridos derechos,
esto es el colmo, es una maldita
imposición, eso mismo es. Pero vino
uno de de los chasos y le dijo […] las
cosas serán siempre peores, nunca
mejores. (Burgess, 2010:88).
«La duración de la pena sólo tiene
sentido en relación con una corrección
posible y con una utilización económica de
los criminales corregidos.» (Foucault, 1998:
127). Esto se debe que el método de condena
así lo exige para tener presente el tiempo de
cambio necesario, en donde el cuerpo tenga
el suficiente tiempo para su manipulación,
y responda así a las directrices de «educación
y obediencia» dictadas por la sociedad. Fue
así que Alex sintió ese balde de agua fría al
momento de su condena, «Culpable», palabra
fuerte para un joven de 15 años, condenado
a catorce años por asesinato.
Dentro de la vida de Alex, como preso
entraría a una situación de individualización
del proceso reformatorio, de la disciplina,
34
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
Si miramos en la película la llegada de
Alex ha dicho Centro, las imágenes hablan
por sí solas, de un presidiario confinado en
un lugar lúgubre, impositivo y asfixiante;
pasa a uno en donde ya no es presidiario
sino un paciente y tratado como tal.
Alimentado y tratado por enfermeros,
ubicado en la sala para pacientes y
monitoreado por médicos, será su nueva
situación. Esto es pues parte del Plan
Ludovico. Un procedimiento pragmático que
llevaría un marco teórico médico, y dará al
paciente la oportunidad de reformarse por
medio de terapias audiovisuales y una que
otra droga; prácticamente una terapia de
shock, anti-violencia.
Para nuestro Humilde Narrador no era
más que algo que lo sacara rápidamente de
la staja y lo asegurara de no regresar, no
importando su nivel experimental. Para los
detractores como el chaplino, un método que
viola los principios de albedrío de la biblia
cristiana.
Para el otro tipo de detractor, el político
anti-sistémico F. Alexander, él lo analiza
como una herramienta más del gobierno y
demás instancias de dominación, una en la
cual el régimen o las diferentes instancias
de dominación tienen el control sobre el
individuo. Al saber F. Alexander de nuestro
Humilde Narrador, y lo que había vivido en
el perverso Plan Ludovico, expresó lo
siguiente, tanto de Alex, como de sus planes:
Te han convertido en algo que ya no es
una criatura humana. Ya no estás en
condiciones de elegir. Estás obligado a
tener una conducta que la sociedad
considera aceptable, y eres una maquinita
que sólo puede hacer el bien. Comprendo
claramente el asunto… todo ese juego
de los condicionamientos marginales.
La música y el acto sexual, la literatura
y el arte, ahora ya no son fuente de placer
sino de dolor. […] Siempre se exceden
[…] Pero la intención esencial es el
pecado real. El hombre que no puede
elegir ha perdido la condición humana.
[…] haremos que algunas personas
vengan a verte mañana. Creo que nos
serás útil, pobre muchacho. Me parece
que ayudarás al derrocamiento de este
gobierno que nos aplasta. Convertir a un
joven decente en un mecanismo de
relojería no es ciertamente un triunfo
para ningún gobierno, excepto si se siente
orgulloso de su propia capacidad de
represión. (Burgess, 2010:160-161).
Creemos que aquí el intelectual resume
todas las líneas anteriores descritas , guarda
la esencia de lo planteado, desde la
interpretación juvenil, hasta el pragmatismo
del sistema y sus diferentes métodos con
todo y resultados.
Pero a todo esto ya hemos visto las
posiciones que impugnan los procesos y
resultados de tan polémico sistema de
transformación social e individual, de las
sociedades actuales, pero para el caso de
LNM ¿Qué piensan quienes lo defienden,
quienes lo tratan de aplicar? ¿Cuáles son sus
justificaciones? El Ministro del Interior, es
el promotor de estas ideas de transformación
de avanzada, pero como toda nueva idea
encontró resistencia en el mismo bando, el
Director de la staja, era un elemento que no
compartía esas nuevas ideas. El argumentaba
que la regla para él eran «ojo por ojo», para
él al malo había que eliminarlo y no
transformarlo. Ante este tipo de pensamiento
el Ministro tuvo que luchar en las mismas
instancias de dominio, pero veamos sus
justificaciones del Plan Ludovico, de
transformación:
El Gobierno no puede continuar
aplicando teorías penales pasadas de moda.
Amontonamos a los criminales en una cárcel,
y vea lo que ocurre. Sólo se consigue
criminalidad concentrada, delitos en el mismo
lugar de castigo. Pronto necesitaremos todo
el espacio disponible en las cárceles, para
que los criminales políticos. […] El problema
de los delincuentes comunes como esta turba
repugnante […] puede resolverse mejor sobre
una base puramente curativa. Hay que
destruir el reflejo criminal. El plan puede
aplicarse en un año. Ya ven que para esta
gente el castigo no significa nada. Más aún,
parece que les agrada, y se matan unos a
otros. (Burgess, 2010:94-95).
En estas dos citas, podemos observar la
esencia de estas discusiones, de todo ese
bagaje teórico y empírico que hemos
35
Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder
recorrido, y el cual como resultado nos lleva
al objetivo de esto, la libertad, ese dulce
aroma dice Alex. Pero también
contemplamos que cuando no se llega a él
junto a la justicia y la felicidad, se opta
también al suicidio como acto únicamente
independiente de la reglamentación social.
Alex, intento el suicidio como único acto
que le brindara esa libertad tan ansiada y
rebuscada de diferentes formas. Ni la staja,
ni el Plan Ludovico, ni la religión le dieron
esa libertad que buscaba nuestro Humilde
Narrador, más bien encontró todo lo
contrario. Cuando abordó la biblia en busca
de libertad, nos dice lo siguiente
Pero lo único que encontré fueron cosas
acerca de castigar setenta veces y siete,
la historia de un montón de judíos que
se maldecían y chocaban unos a otros,
y todos eso me trajo náuseas otra vez.
(Burgess, 2010:94-147)
beneficio particular. Para el caso del Plan
Ludovico, es de esperarse que se mire como
una herramienta, una especie de venganza
social, por los actos cometidos fuera de la
ley. El no poder gozar de las anteriores
actividades, es una de ellas; o la persecución
de los ofendidos anteriormente, no pudiendo
Alex defenderse, podría verse como otro
acto de venganza social. O como se vuelve
también una herramienta (tanto por
detractores como afines al plan), algo de que
vanagloriarse y aprovecharse políticamente.
Pero sin el ánimo de echarles a perder la
novela, y como pasa en la actualidad, la
violencia sigue, a pesar de los muchos
proyectos que se emplean; la ultraviolencia
en el mundo de Alex, ya sea practicada por
él o no, sigue siendo pan diario, superando
la estadía de diferentes políticos en el
gobierno. Por lo mismo todo sujeto debe de
vivir el día a día, buscando un equilibrio en
donde pueda exigir control, castigo y justicia,
sin perder la libertad que tanto le ha costa
encontrarla, o sea nunca perdiendo su
condición humana.
Vemos por último cómo estas técnicas
disciplinarias y métodos de cambio social,
pueden ser utilizadas de diferentes maneras,
utilizar los resultados como un arma de
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36
Apuntes para derribar un mito
alrededor de un disidente: el
caso de Marco Antonio Flores
Eduardo Villalobos
Pareciera como que muchos de los que
acceden al «reconocimiento» lo hacen
jugando muy bien sus cartas en estos dos
principios y, por supuesto, en otros más:
cuidar la imagen, saber venderse, hacer los
contactos adecuados, etc. Y esto de alguna
manera se refleja en los referentes culturales
del mundo actual. Cuántas veces algunos
artistas gozan de una fama inusitada entre
sus contemporáneos y son olvidados décadas
después. Y cuántas otras hay verdaderos
referentes que permanecen en la sombra –y
esto hay que decirlo, debido en parte a sus
escasas «habilidades sociales» – y son
redescubiertos muchos años después como
puntos de quiebre de una tradición.
Con demasiada frecuencia la biografía de
un artista sobrepasa a su propia obra. De
Van Gogh, por ejemplo, se recuerda más el
incidente de su oreja mutilada que el nombre
de muchos de sus cuadros emblemáticos.
Casi todo el mundo sabe que Beethoven se
quedó sordo, pero ¿cuántos podrían
reconocer su octava sinfonía? Es más famosa
la magdalena de Combray que la elaborada
prosa de esa enorme saga narrativa que se
llama En busca del tiempo perdido. Son más
famosos los cafés de París que las novelas
que se escribieron en ellos.
Pareciera como si el prestigio estuviera
determinado por dos principios básicos del
ser social: el morbo y el exhibicionismo.
37
Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente
ironía y sarcasmo que
no deja santo parado,
apestado tanto por la
izquierda (que vio en
Los compañeros una
traición al movimiento
armado en Guatemala)
como por la derecha
(que lo acusó siempre
de comunista y
desestabilizador),
exiliado dos veces en
un México al que
aprendió a amar y del
que nunca quiso
separarse, Marco
Antonio Flores se ganó
por esta y muchas
otras razones la
animadversión de
muchos de sus
contemporáneos. Y su fama llegó a los que
vinieron después.
En innumerables ocasiones he escuchado
opiniones de intelectuales y escritores
alrededor de la obra y la figura de Marco
Antonio Flores. Pienso que en muchos casos
esas opiniones provienen de una secreta
animadversión, en otros de una honesta visión
El caso de Marco
Antonio Flores parece
corresponder al de
esos artistas que, a
pesar de su manifiesto
desprecio por el
gregarismo, por su
disidencia frontal en
relación con los
valores de sus
contemporáneos, no
acceden a esa «fama»
de la que gozan
quienes son más
complacientes con los
círculos que se
generan siempre
alrededor de los
espacios de poder de
la cultura. Y, sin
embargo, tal vez por
eso mismo, nunca pasan desapercibidos.
Convocan a un grupo, acaso reducido pero
consistente, de seguidores, de lectores fieles,
de admiradores que se encargan de colocar
siempre sobre la mesa las cualidades del
artista.
Conocido como «el bolo», con
reputación de pendenciero y una fama de
38
Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente
si no negra, digamos
que por lo menos
oscura. Lo hago con el
único fin de verlas
desde otra perspectiva,
en este caso la mía,
igual de subjetiva y
arbitraria, pero de
manera ulterior una
que intenta ser
diferente.
crítica. El problema es
que no toda la gente,
incluso en los círculos
de la cultura, genera
pensamiento. Son unos
pocos los que se
atreven a generar
opiniones y los otros
repiten como loritos
esas ideas que con el
tiempo terminan
convirtiéndose en
clichés, casi dogmas
que la tradición consagra y de los cuales es
difícil salir. O si no miren a los profesores
de literatura en las secundarias: siguen
diciendo que la mejor novela de Miguel
Ángel Asturias es El señor presidente y que
la más grande novela en lengua española del
siglo pasado fue Cien años de soledad.
Así que quisiera reproducir acá ciertas
ideas acerca de la obra de Flores que se
repiten mucho y le han creado una leyenda,
La obra de MAF se
centra en un solo tema, además ya
agotado: la lucha armada
Ciertamente, el conflicto armado interno
trasvasa las obras más conocidas de Flores.
De hecho, su obra narrativa más ambiciosa:
La trilogía de la violencia, que incluye Los
compañeros, Los muchachos de antes y Las
batallas perdidas, tiene como escenario la
lucha armada y sus personajes viven
39
Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente
podría haber tenido otro trasfondo, otro
escenario, otra ambientación, y hubiera
funcionado igual.
Las batallas perdidas es en el fondo, y
con esto corro el riesgo de que me crucifique
la casi inexistente crítica de este país, una
historia de amor. De un amor condenado al
fracaso, como en cualquier relato romántico
o cortesano o realista. Es una intensa alegoría
sobre las circunstancias del mundo que
acaban con la pasión y el deseo. Y todo
escrito desde la memoria, desde una pared
en blanco llena de fotografías. Igual que con
Los muchachos de antes, la circunstancia
podría haber sido otra en lugar de la guerra
y el relato hubiera funcionado igual.
Así que Flores escribe desde la
perspectiva de su tiempo histórico, por
supuesto, pero sus obsesiones vitales van
más allá de la lucha armada. Obviamente,
esta es también uno de sus demonios
escriturales, algo que lo marcó
profundamente como ser humano y como
inmersos en ella. Pero un lector avisado no
dejará pasar por alto ciertos detalles que
rebasan ese tema y esa circunstancia. Porque
más allá de ese trasfondo hay episodios que
alcanzan una dimensión completamente
distinta, como el personaje que está
rompiendo con su madre, con el pasado y la
memoria en Los compañeros, como el niño
que vive entre el asombro y la culpa en esa
misma novela, como los amigos borrachos
que recorren la ciudad ahí mismo.
La introducción de Los muchachos de
antes nos presenta, en una parodia del
lenguaje del Siglo de Oro, a una fauna
variopinta que atiborra cada noche un lugar
del centro histórico de la ciudad en que
transcurre el relato: el Fu Lu Sho. Al final,
la parodia rebasa el lenguaje y establece una
picaresca que termina sabiendo a tristeza y
desolación a lo largo de la novela. En
realidad, es el relato del fracaso de una
generación. En este caso insertada en un
proceso revolucionario, pero la historia
40
Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente
poesía temas, formas y estructuras que hasta
él fueron inéditas en la tradición local. Pero
también una voz llena de ternura y de fuego
devastador. Luego de la intensa asimilación
de los caminos expresivos que inauguró
César Vallejo, su maestro, transitó por la
experimentación formal de La derrota, un
libro de 1972 que puede leerse de maneras
múltiples. A principios de los años ochenta
escritor, pero también hay temas que son
universales, comunes a la gran tradición
literaria, y que logra insertar en su discurso
narrativo de manera contundente y profunda.
El bolo es buen narrador, pero un poeta
menor
Que me perdonen los entendidos, pero
Marco Antonio Flores insertó en nuestra
41
Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente
poesía guatemalteca del siglo XX.
Y luego moldeó su propia voz en busca
de una expresión depurada, que rozara la
cotidianidad, la melancolía y la memoria
recobrada, en sus últimos libros. Persistencia
de la memoria es un conjunto desolador y
espléndido. Elaborado con una sencillez
apabullante, logra transportar a sus lectores
a una experiencia vital que los reconforta
construyó una enorme alegoría sobre el
conflicto social guatemalteco en Crónica
de los años de fuego, un libro en el que
utiliza la polifonía, diversas voces que se
contraponen y se funden al mismo tiempo,
para construir un canto en el que caben
registros coloquiales, tonos enciclopédicos
e imágenes sorprendentes. Fue uno de los
esfuerzos poéticos más ambiciosos de la
42
Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente
La estación del crepúsculo es, tal vez,
su testamento vital llevado al registro poético.
Un libro breve, en donde roza una poesía
más conceptual, a tono con las tendencias
de otros poetas mucho más jóvenes que él.
Ahí se hace más evidente una vocación de
décadas que alcanzó momentos realmente
altos, imágenes memorables, demonio,
vértigo y vacío.
Pienso que acaso la saña con que ha sido
con su propio pasado. Por lo menos eso me
pasa a mí. Pero esto lo consigue con una
aparente transgresión al género —aunque,
hay que decirlo, bastante común en poetas
anteriores aunque de otras tradiciones, como
Apollinaire o Pavese—; es decir, muchos
de los poemas son también relatos, cuentan
una historia que, con la poesía, logra
encontrar posibilidades expresivas distintas
a las de la narrativa.
43
Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente
atacado Flores como poeta se deba a que
publicó una antología crítica de la poesía
guatemalteca del siglo XX y dejó fuera de
su selección a buena parte del canon. Pero,
entendámoslo bien, ninguna antología es
total y todas obedecen a criterios muy
subjetivos, aunque se nos presenten como
artilugios críticos y objetivos, aderezados
con una aparente aura de método y ciencia.
El lenguaje del bolo es vulgar, solo putadas
e indecencias hay en su obra
Ciertamente, el lector de la obra de Flores
no encontrará precisamente flores
perfumadas. Hay un trabajo con el lenguaje
y con la realidad hecha lenguaje. Por lo tanto,
sus personajes no pueden hablar de una
manera artificiosa o solemne. Hablan como
tienen que hablar. Y el lenguaje guatemalteco,
como nuestra sociedad y como nosotros, es
sumamente agresivo y violento. Flores no
se lo inventa, solamente construye un reflejo.
Pero lo que hay que decir al respecto es
que Flores hace literatura con ese lenguaje,
aparentemente vulgar, y lo transforma por
medio de su oído poético, incluso en sus
novelas. Porque las ráfagas de putazos se
hilvanan en un ritmo interior que devela una
arquitectura basada en las palabras. Sus
putazos no son gratuitos, no sólo responden
a la necesidad de retratar el mundo, sino que
estructuran momentos, estancias,
contrapuntos plenos de musicalidad y
sentido. Forman parte del andamiaje
narrativo y poético de sus textos. He allí el
trabajo de un escritor como Flores, dotar de
una dimensión estética las voces del mundo.
Y en esto, este escritor igual que Asturias
antes que él, es un maestro.
La obra de MAF no es ficción sino puro
chisme
Acá no quisiera abundar demasiado,
puesto que la afirmación se cae por su propio
peso. Ya la tradición norteamericana, por
ejemplo, nos ha dado excelentes y abundantes
modelos acerca de cómo la realidad llevada
44
Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente
a la literatura se convierte en una ficción. Es
evidente que, por mucho que un escritor parta
de la realidad y quiera ser fiel a ella, las
decisiones que toma para contarla: el punto
de vista, las elisiones temporales, el lenguaje
y muchas licencias que se toma al plantear
la estructura del relato, conllevan la creación
de un mundo que ya no es el mundo sino un
universo que actúa con leyes propias, en este
caso las de la ficción literaria.
La obra de Flores es una deliberada y
consistente elaboración narrativa. En su
última novela, Viaje hacia la noche, que más
de alguno podrá leer como un libro de
memorias, el personaje que adivinamos como
El bolo elige una manera de morir en un
lejano pueblo del Reino Unido. Lo que
presenciamos ahí es una alegoría, una
elaborada metáfora. No diremos acerca de
qué, para no arruinar las sesudas
elucubraciones que nuestros escasos críticos
puedan hacer.
El bolo es un ser despreciable, insolente,
que cae mal
Acá tampoco abundaremos. Diremos
simplemente que sí, que seguramente MAF
ha sido insolente y despreciable, sobre todo
con aquellos a los que durante su vida ha
desenmascarado como falsos, mediocres y
oportunistas. Porque jamás tuvo pelos en la
lengua. Porque siempre intentó vivir lejos
de los mecanismos del poder. Y eso se refleja
mucho en sus artículos periodísticos, algunos
de los cuales aparecen en el libro Pan pa´mi
matate.
No diré que fue intachable o que fue un
santo. No diré tampoco si tuvo o no la razón
porque no conozco a tanta gente. Y porque
no participo de batallas que no son mías.
Pero lo que veo es una actitud que confrontó
los valores dominantes y la autocomplacencia
tan común en este país. Eso le valió muchos
enemigos, muchas críticas, demasiadas
descalificaciones.
Pero un escritor debiera ser juzgado por
su trabajo, simplemente. Puesto que su
objetivo no es ser un mártir o un líder o un
45
Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente
modelo a seguir. Su objetivo es generar una
obra que le diga algo a la gente. Y en el caso
de Flores, creo que esa misión se cumplió
sobradamente. Ahora, a sus 75 años, debiera
ser el tiempo de los homenajes. Pero su
leyenda de caer mal cuajó. Así que el silencio
impera. Genios menores han tenido más
pompa. Pero no creo que esto importe. Los
homenajes vendrás después, cuando las
generaciones de otros siglos descubran su
legado, su espejo, su inercia y sus ojos
convertidos en palabras. Y no quede rastro
de su leyenda negra, la de su vida. Entonces,
muchos de los que ahora lo niegan vivirán
en el implacable olvido.
¿Que como estoy tan seguro? Bueno,
tal vez yo, con este artículo, lo único que
intenté fue, no sé si con fortuna o con mala
suerte, hacer literatura.
46
Letras
Relato de Renato Buezo
Chalchuapa
I
Luego de la congregación en Quetzaltenango, a mi padre le empezaron a surgir ideas
de que lo estaban vigilando. Corría el año 1872, uno antes de que Barrios llegara a la
presidencia donde fue necesario una reunión de urgencia con las logias de Occidente,
la cual se disfrazó con tintes de asamblea anual para evitar sospechas. Sin embargo, la
persecución había iniciado. Barrios era el comandante general en esa ciudad, y fue él
quien empezó con la suspensión de garantías para los grupos sociales que tenían criterios
distintos al suyo. Varios masones quezaltecos se trasladaron a Oriente. La casa de mis
padres albergó a uno de ellos que decía ser pariente lejano de García Granados, el
entonces presidente, quien entró junto con Barrios por México, y un pequeño ejército
armado con ayuda de don Benito Juárez, hasta lograr la victoria el 30 de junio de 1871.
Las sospechas de mi padre no tardaron en salir a la luz. Un año después expulsaron a
los jesuitas de Cuilapa, y se prohibieron las reuniones de todo tipo. Había en el ejército
de Jalapa unos hombres que usaban pañuelos en el rostro, quienes azotaban a la gente
que se detenía en las calles a comentar los sucesos del día.
El día que uno de ellos le cortó el pómulo a mi hijo, decidí que sería parte de la
lucha; todo yo, completo, hasta el más insignificante suspiro de mi alma. Éramos varios
pueblos los que estábamos en contra de las medidas de Barrios, y de esas ideas absurdas
de formar una sola república. El caudillo pretendía expandir su poder, nada más. Empezó
a comprar intereses, los representantes de otros países hicieron negociaciones desesperadas
con él, decisiones en vano. La logia de Oriente manifestó en unos pasquines que
49
Relato de Renato Buezo
repartieron en los mercados y en las misas, los vejámenes del tirano que iban sobrepasando
todo lo vivido. Dos días después aparecieron fusilados el familiar de García Granados,
y un ex teniente que por un tiro perdió la mitad de la pierna derecha en la batalla de la
Laguna Seca, un mes antes de que García y Barrios se consagraran revolucionarios
triunfadores entre proclamas y vítores de la capital guatemalteca. Esa tarde visité la
casa de mis padres. Mi madre, en particular, lucía desmejorada; una mezcla de confusión
y desesperanza hacían de su rostro una pintura oscura, un anuncio de muerte. Me dijo
cuando estábamos por sentarnos, pasándome los platos, que le preocupaba mi padre.
Aunque él escuchó, se hizo el desentendido. Al cruzarse nuestras miradas negó el
sentimiento de mi madre, pero yo vi un vacío, la lejanía, la ausencia que ya era él en
nuestras vidas. Dos días después lo encontré en su silla de mimbre, donde solía leer los
periódicos, con una cuchillada en el costado, la misma mirada de la otra noche, y un
olor desagradable que empezaba a invadir la casa.
II
Recién habíamos ganado la batalla del Coco. Comandados por el coronel Girón nos
hicimos de un prestigio colosal. Gozábamos de una buena reputación, de modo que si
somatábamos las botas en el suelo, nos volteaban a ver desde cualquier lado.
Después de la muerte de mi padre decidí enrolarme en el Ejército, sólo allí tendría
la esperanza de completar el plan, por eso erré todos los tiros en la batalla, por eso llevé
a la discusión mis opiniones fundamentándolas, hasta que el Coronel me nombró
Consejero Segundo de la cuadrilla de Estrategia e Inteligencia Militar.
Siempre me repetía para no desesperar, que poco a poco acabaríamos con esa locura,
lo hacía en silencio frente al espejo, la mirada puesta sobre la mirada de azogue, la que
me hablaba. Una vez, con el uniforme de diario, entró el Coronel sin llamar a la puerta.
Qué hace, Teniente, preguntó. Le dije que infundiéndome valor, dejando que todo se
acumulara en el pecho. Me ordenó que continuara. Siga, Teniente, dijo, porque será
usted quien dispare. Le hice ver que era un mal tirador, no podían descargar en mí
tamaña responsabilidad para la única oportunidad, pero ya estaba decidido, de modo
que de allí en adelante practiqué todas las tardes de ese mes con botellas atrás de la
buhardilla. Era un montículo alto que empataba con el último nivel del edificio, por eso
preparé todo allí, para no cruzarme con el resto en el polígono, y porque en la buhardilla,
debajo de ese techo envejecido, sólo había cosas en desuso. Mejoré tanto que lograba,
en casi todos los tiros, arrancarles el cuello sin derramar el líquido. En ese período tan
corto mi formación militar desarrolló en mí el terror al ojo crítico de mis superiores,
y al ojo esperanzador de mis iguales. Pedí autorización para mover el camastro y mis
cosas a la buhardilla, allí me alojé. Todas las noches asomaba a la ventana debajo del
vértice que unía las dos aguas, imaginando aquel momento donde disparaba el tiro
certero. Aquellos momentos, los disparos, los cambios de posición, las botellas explotadas,
los regaños del instructor, la huella de mi aliento en la ventana, se convertirían en la
muerte de él: impetuoso, sagaz, inquisitivo, obstinado, desequilibrado por el poder,
tirano, el que humilló a mi hijo, el asesino de mi padre.
50
Relato de Renato Buezo
III
Nunca había estado en el Salvador. Ahora lo conocía de tarde, y todo hacía parecer que
continuábamos en nuestras montañas. No me parecía extraño trepar por la ladera de
una vereda escarpada. Desde allí divisamos el mar, escondidos entre los matorrales
identificamos Casa Blanca, el siguiente objetivo. La batalla había iniciado por lo menos
tres días atrás repartida en varios frentes. Debíamos tomar Chalchuapa, cortar las
comunicaciones con la capital y Santa Ana. En ese momento, cuando todo caminaba
bien, procedimos a complicar la situación. Ya lo llevábamos hilvanado en papel, sin
embargo las cosas no salían como tal, de modo que decidimos protestar suspendiendo
el avance hacía Casa Blanca. El único objetivo era atraer a Barrios, y no discutir con
él los desmanes cometidos durante la mal llamada Pacificación de Oriente. Dicen que
tomó la decisión de atender personalmente el problema diciendo que solo él arreglaría
aquello. Yo debía vigilar a Cruz y Hall, compañeros que estaban en contra de la proclama.
La sorpresa fue enorme, Barrios anunció que sería él quien dirigiría al ejército de Jalapa,
nuestra división, hacia Casa Blanca. Nos vimos las caras, estallamos en jubilo, le
agradecimos con vítores y alabanzas. Nos había facilitado todo. Vi a los compañeros
moverse, hablarse o dirigirse miradas. De pronto Salazar llega hacía a mí y en tanto yo
terminó de hacerle el servicio a mi rifle, me da las indicaciones del lugar. Era complicado
y peligroso, no como él lo describió. Desde allá arriba veíamos con claridad la callecita
ancha por donde terminó de llegar la columna. Eran una fila enorme, un desfile
himenóptero con armas al hombro que se alargaba desproporcionadamente en las
sombras. Parecían extender el tiempo, arrastrar los pasos, darse a la tarea de complicar
lo enrevesado. Empecé a sudar, a sentir una fusilería en el pecho, quise hablar y no
pude. Cuando desaparecieron antes de entrar a la vereda, tuve un respiro, imaginé que
tendrían uno o dos planes alternos, y que antes de aquello se verían forzados a usarlos.
Pensé que iniciaría la batalla entre los adeptos y los enemigos del General, con el cuerpo
de éste en el centro. Me acosté un rato boca arriba, el cielo era inmenso, no lo invadían
nimbos ni aves. Un cielo infinito para mí solo, para mí y mis deseos de huir. Es hora,
me dijo el compañero. Al darme la vuelta los vi llegar a la parte más alta de la vereda.
Desde algún lado empezó la batalla. Tuvieron que tirarse al suelo confundidos,
luego se restablecieron. Divisamos a la columna salvadoreña parapetados en unos
montículos de rocas en la ladera de enfrente. El Coronel Osorio corrió a lo largo de la
columna, en el trayecto iba dando una orden que no alcanzamos escuchar. Cerca de
Barrios cayó herido. Lo revisaron e inmediatamente, mientras atendían a nuestro Coronel,
Barrios le dijo algo a Hall tomándolo del hombro, señalando hacia atrás de la columna
y luego al frente. Hall continuó la marcha del Coronel Osorio.
Estaba confundido no sabía que sucedía. Los tiros mermaban y luego daban inicio.
Cuando se acrecentaron, dejándome sordo, me acomodé en la orilla, apunté a Barrios
imaginándolo como una botella de cuello corto, entonces disparé, y después del tiro,
entre el eco de la detonación, lo vi caer del caballo. Cuando desapareció creí que no
había acertado, que de esa manera tan lenta, abrazado al cuello del animal, bajaba para
cubrirse y no para buscar la posición última. Mi compañero al darse cuenta me palmeó
el hombro. Reinsertémonos, me dijo. El tiro le había entrado por la parte superior del
51
Relato de Renato Buezo
hombro derecho, burlando el peto y el espaldar. Rompió la cabeza del húmero. Cruzó
de lado a lado el tórax. Rompió la aorta, desprendió el corazón y salió por el intersticio
inferior de las costillas a romper una caja de municiones que llevaba Cruz en las alforjas
de su caballo.
IV
El general Justo Rufino Barrios había muerto heroicamente junto a sus hombres
dirigiendo la batalla de Chalchuapa. Eso dijimos una y otra vez hasta que terminamos
por creerlo. No vengué la humillación de mi hijo ni la muerte de mi padre, le di vida
a un mito. ¿Es que así nacen los héroes?
52
Poemas de Ruth Piedrasanta
Cotidianamente
Este ser habitual que soy
que toma café por las mañanas mientras
trabaja
que se empeña en buscar el rostro de la gente,
la verdad y cuanta cosa absurda
y bella hay
este ser que se enfrenta a la vida
con el dolor más grande
con la mejor ilusión puesta
con la tibieza de su morena piel
se cansa
se enfurece y pierde fuerza
se enfurece y reanima
se pone máscaras
se envalentona
sale a la calle
grita
pide justicia,
discute
cuida a sus hijos
se desvela
53
Poemas de Ruth Piedrasanta
hace el amor
se calla la boca
Este ser que a veces escribe (porque lo cree necesario)
llora quedamente
para que nadie lo note.
Adagio París 95
ii.
La geografía de los continentes se cruza
(con su sabor y vicios)
viaja a través de los mundos privados
(alguien puede ser el país que le vió nacer
y hacerse gente)
Inmigrantes es el nombre que reciben,
cuando pronuncian su nombre y apellidos,
en esas circunstancias viven casi eternamente,
pagando al mismo tiempo una purga y
una abultada cuenta por decir las cosas que dijeron,
por pensar, por hacer,
sin la autorización debida
Para gentes así (y para otros, quizá)
la vida adquiere
cierto tono de nostalgia,
de lo que se perdió,
de lo que se va a perder.
El transitar impone reglas severas.
Presente es la única conjugación permitida.
Pasado, la génesis de la diáspora
y Futuro sólo un espacio irreal, impreciso,
pero idea fija, al fin.
Un mundo así, con esa itinerancia
suele ser frágil, tiene que serlo para poder flotar,
y navegar
adentrarse y poder salir de la mar,
54
Poemas de Ruth Piedrasanta
cuando llegue el regreso.
Hay quienes se pierden en el viaje,
quienes se quedan en otro lado y olvidan o no,
hay quienes se quedan fríos y
descansan bajo una lápida
El tiempo pasa en todas partes.
Desacuerdos
Yo me enchincho
enfurezco con ciertas gentes
me enojo
saco la ira
que puedo contener muchas veces
la vacío
fuera de mí
También, como toda niña
(que sigo insistiendo en ser)
hago rabietas y caprichos a deshoras
Otras veces me opongo,
me rebelo
por convicción
y con cuanto provecho
Cómo no
El silencio empaña las miradas
Mudas las bocas permanecen
las palabras no salen ni dulces ni amargas
Sólo silencio trepa, baja, transpira
Todo pasó
Lo sabes vos y los demás
Las lenguas están secas
Casi nadie habla
Silentes y desahuciados
Vos y los demás
Como si la palabra ya no valiera nada
55
Poemas de Ruth Piedrasanta
Resuello
Innumerables amantes se agitan
sin resuello
han buscado en sus cuerpos
con afán
lo que no podrían conseguir
de otro modo
y lo saben
con la prístina sabiduría
del instinto:
La vida se esconde
en el bajovientre
Percatada
Y a todo esto me percato:
el amor no es una danza para solitarios,
un forzado ejercicio de reserva en compañía
ni un opaco diálogo,
ininteligible para ambos
puede ser más.
Lo he sentido así
no obstante el descrédito
la falta de pruebas
un lecho huérfano y varado
No dejo de creer:
un acto de fe obliga
Desazón
La inquietud mece sus hilos
complaciente
la lluvia se empieza a deslizar en los tejidos
fría y continua
es casi imperceptible pero tiemblo
mientras camino
trato de impedir su paso por mi cuerpo,
sin huir apresuro el paso.
56
Poemas de Ruth Piedrasanta
No pude prever algo así
me protejo como puedo
pues eres la fina lluvia
que se desploma íntegra sobre mí
No intentas ahogarme
sólo robas mi calor ávidamente
te vas posesionando lento
de mis prendas mi piel
desciendes y prosigues hasta cubrirme
por completo
Me es difícil mantener
una tibia dulzura
una voz apacible
desordenas mis cabellos
la conciencia se debate
las dudas se precipitan
se unen
a las gotas
y empapada
distingo a lo lejos
la luz de casa,
su cobijo.
Olor de hombre me ha impregnado.
Un amoroso olor
bordándome la piel,
viajero por los vedados territorios
hasta ahora.
Las manos transitan libres
pero sobre todo ansiosas
los momentos apremian
el deseo se nutre de sí
se vuelca en más y más
explotando frenético
haciéndonos girar
reconciliados con el mundo
en busca de un nosotros
confundidos los cuerpos
se revuelven
57
Poemas de Ruth Piedrasanta
se revuelcan
se retuercen y convulsan
El ímpetu de los cuerpos vivos se evidencia
a J.C.
Hoy casi no estoy
apenas existo
quedo apacible guardo silencio
y me hundo
desciendo
al lugar fuera del ojo
me sumo en el silencio
como en una herida
pausadamente abierta
insospechada y avariciosamente abierta
con pústulas
y las maceraciones de un amor caído
venido a menos.
Cierto:
una pasión mía cayó hasta el piso
nada dije
se hizo añicos como barro malcocido
y me callé viéndolo desfigurarse
Ya qué decir si estoy a medias
entregada al oficio de irme un poco
de no estar aquí del todo
de casi ni existir
y hallándome tan triste
como aullar de lobo.
58
Debate
Selvin Itzep
hombre por el hecho de ser hombre hace
filosofía, arte, ciencia, y además está
consciente de ello.
Sin embargo, ya hace mucho que se
viene preguntando sobre la posibilidad de
existencia de la filosofía en los distintos
pueblos. Además aunque no se dudara de
esta posibilidad, el hombre que realiza esta
actividad, es decir el hombre que filosofa,
cae en la necesidad de justificarse todas estas
actividades ante sí mismo, por razones del
pensar mismo, por razones puramente
intelectuales. Por esta razón se escriben estas
líneas, para buscar un camino que justifique
esta actividad que denominamos filosofar y
que se diferencia del meramente pensar.
Porque pensamos cómo arreglar una mesa,
Me gustaría empezar esta disertación
indicando que hay actividades que no
necesitan justificarse en ningún lugar del
planeta. Pienso en actividades que cada ser
humano tiene como vitales tales como el
respirar, el alimentarse, el hablar, entre otras.
Pero también hay actividades de otra
índole que el ser humano realiza y que
tampoco necesitan de justificación. Estas
actividades son por ejemplo, el arte, los
deportes, las ciencias por ejemplo.
Justificarse quiere decir aquí dar las razones
de su existencia ante uno mismo y ante los
demás hombres y demás pueblos. El pensar
y el filosofar se incluye dentro de estas
actividades porque son actividades que
competen al hombre como tal. Es decir el
61
Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo
actividad y su producto, el filosofar y su
resultado, es lo que se ha llamado filosofía.
Hay que hacer notar que es más esencial
a la filosofía esa actividad, ese preguntarse
y ese tratar de dar respuesta, ese indagar y
buscar la verdad que los contenidos mismos.
Un ejemplo radical lo tenemos con la filosofía
platónica en sus primeros textos. En ellos no
hay respuestas concretas y sin embargo nadie
duda que sean libros filosóficos. Por ello
afirmo nuevamente, que el filosofar mismo
es lo más importante de la filosofía. El que
filosofa hace filosofía y los contenidos de
ese pensar no son lo más importante.
Esa es la razón de que muchos filósofos
se presentan lúcidos a la hora de plantearse
los problemas, al momento de analizar las
soluciones dadas a los problemas filosóficos,
al momento de la crítica y luego con sus
propias soluciones sugeridas ya no actúan de
la misma manera. Cesa toda crítica.
De tal manera, se puede decir que todo
ser humano que se pregunta por la totalidad
pensamos cómo tener más ganancias en los
negocios, pensamos qué comer hoy, pensamos
qué experimento es el ideal para cada caso
en las ciencias, y no le llamamos a estas
actividades filosofar. El filosofar supera el
meramente pensar. Ni siquiera cuando se
hace ciencia, se denomina filosofar. Cuando
el hombre que hace ciencia rebasa a la ciencia
misma entonces entra a filosofar,
precisamente cuando se pregunta por la
totalidad, por el sentido de lo existente.
Ciertamente la ciencia es necesaria para
filosofar, para partir de conocimientos mucho
más seguros, pero también para ello se debe
considerar otros campos distintos a las
ciencias.
El filosofar es una actividad del
pensamiento que quiere dar razón del
universo, de la totalidad de las cosas, de la
esencia de los entes, del destino de los
hombres. El filosofar, como toda actividad,
produce algo y ese algo son las respuestas
que se dan a las interrogantes esenciales. La
62
Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo
como Descartes, Husserl por ejemplo. Sino
que el filosofar lleva el sello de la cultura
en que se vive. Pero como dijimos, filosofar
es cuestionarse sobre la totalidad dada, sobre
las estructuras de nuestro vivir, sobre las
estructuras de nuestros saberes. Y sin
embargo las soluciones ofrecidas
necesariamente están condicionadas por tales
estructuras.
Por otro lado quienes filosofan
necesariamente son los individuos concretos,
que cuestionándose con otros individuos
crean ese orden de subjetividades que le da
mayor riqueza tanto a la actividad como a
las soluciones ofrecidas.
Precisamente, por este hecho de que
cuando se filosofa se crean contenidos, esto
es un nuevo sistema de verdades, sistema de
soluciones; éstas llevan el inminente peligro
de querer establecerse como una nueva
cosmovisión. Cito en este caso a Ignacio
Ellacuría cuando afirma que «La filosofía,
por su propia naturaleza propendería a
convertirse en ideología y tendería a
convertirse en una aparente racionalización
del mundo, por la verdad de las cosas, no
importando en qué lugar del planeta se
encuentre hace filosofía.
Pero se dice que la filosofía es europea,
que nació en Europa allá en la vieja Grecia,
y que por lo tanto no puede haber filosofía
genuinamente en otras partes del planeta, y
que la filosofía siempre debe llevar el sello
europeo.
Antes de dar respuesta a estos
cuestionamientos pensemos más en esta
actividad que llamamos filosofar, y
percatémonos que cuando Tales se preguntó
por el principio de todas las cosas no partía
de la nada, sino más bien hacía filosofía
desde su contexto, desde su situación
histórica.
Eso quiere decir que Tales, como todos
los griegos, vivían dentro de cosmovisiones
existentes, partían de una totalidad dada, y
esto es de una cultura específica.
Precisamente filosofar es poner en entre
dicho las cosmovisiones propias, sabiendo
que no se puede partir de cero, como han
querido muchos filósofos, filósofos tales
63
Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo
elemento esencial, tanto en las preguntas
como en las soluciones o conjunto de ideas
producidas.
Los sistemas filosóficos o más bien dicho
las soluciones dadas por un filósofo o por
una generación de filósofos dan cuenta de
esa actividad que hubo, de ese filosofar. Las
cosmogonías o cosmologías existentes en la
época de Tales no nos dicen o no nos
muestran rotundamente que haya habido
filosofía, aunque sí nos dice que los hombres
que construyeron tales sistemas sintieron esa
necesidad de explicar su mundo. No sabemos
si filosofaron porque no tenemos los textos
donde se afirme la actividad misma.
Los sistemas filosóficos no son filosofía
esencialmente por sí mismos sino porque
son producto del filosofar de un Platón, de
un Aristóteles, de un Kant, por ejemplo.
Por ello pretender que algo sea filosofía
porque se cite o se utilice parte de los
contenidos de un filósofo es caer en el
dogmatismo. Se cita a un filósofo cuando se
cree que en el filosofar presente, en los
problemas de hoy, pueden dar una luz. En
otras palabras, una filosofía de época distante
de subjetividades interesadas». Es decir a
convertirse en la nueva «verdad», que
querrían petrificarse, cosa que el ser humano
evita filosofando nuevamente.
Esa es la razón que es sumamente
necesaria apuntar nuevamente que la filosofía
es esencialmente filosofar. Filosofar de un
sujeto que necesita, por lo mismo,
intercambiar tanto las interrogantes como
las soluciones dadas a otros sujetos, para
que estas sean objeto de críticas.
Pongamos en claro lo que hemos dicho
hasta ahora.
Primero, la filosofía es esencialmente
una actividad del pensar llamada filosofar.
Segundo, las soluciones ofrecidas, es
decir los sistemas filosóficos no son lo más
importante sino más bien éstas deben sufrir
nuevamente la crítica de la filosofía.
Tercero, quien hace filosofía parte de un
mundo, de una cultura, cuyo sistema de
verdades pone a prueba.
Cuarto, poner a prueba no quiere decir
independizarse totalmente de ese mundo
sino más bien ese conjunto de ideas de las
cuales partimos es necesario y constituye un
64
Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo
se objetiva por medio del arte, de la ciencia,
de la religión, etc. Estas objetivaciones con
sus diferenciaciones que se hacen al
momento de expresarse cada pueblo, más
que ser un problema representa una riqueza
para la humanidad; representan un sinfín de
soluciones, un sinfín de creatividades, y que
a mi parecer esta forma diferente de ser no
puede ser borrado o anulado tal como se ha
pretendido desde culturas ajenas (invasoras).
Digo nuevamente que no se debe querer
borrar tales diferencias sino dejar que cada
pueblo se innove por él mismo, desde sus
condiciones propias.
Estas diferencias producen cosas
distintas aun cuando estas culturas estén en
contacto unas con otras. Pienso por ejemplo
en esos pueblos tales como los alemanes,
franceses, hindúes y otros. Han vivido en
contacto y sin embargo se puede percibir las
diferencias de cada uno de ellos. Cuando un
pueblo no ha tenido el más mínimo contacto,
tal como es el caso de nuestros pueblos antes
de la venida de Cristóbal Colón, las
soluciones dadas tanto de uno como de otro
lado eran para ambos insospechadas.
vuelve a ser filosofía cuando se utiliza dentro
de un filosofar presente.
NECESIDAD DE UN FILOSOFAR NO
EUROPEO
Cabalmente, porque todos los pueblos
tienen una cosmovisión, un sistema de
verdades, de valores distintos, se debe a que
cada pueblo es distinto. Distinto aquí no
quiere decir totalmente opuesto o diferente
sino que tiene ciertos matices que los hacen
únicos. Esto no se debe a que esencialmente
sean otra clase de hombres, ni mucho menos.
Las necesidades esencialmente son las
mismas; lo que cambia son las formas de
ver tales cosas. Decimos entonces que cada
pueblo tiene su propio espíritu. Y las
diferencias se hacen patentes cuando ese
espíritu se objetiva. ( no se crea que este
espíritu sea algo abstracto, sino que es la
herencia de los antepasados y vivido por
individuos concretos que tienen el deber de
cuestionarlo y modificarlo para las nuevas
generaciones) ¿Cómo se objetiva ese
espíritu? Ya Hegel nos ha dicho cómo. Pues
65
Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo
alemana, y la estadounidense, por ejemplo.
Son distintos filosofares y por lo tanto los
sistemas de verdades son también distintos.
Nunca pueden ser estos sistemas particulares
la verdad absoluta, debido a la esencia misma
de la filosofía que es el cuestionarse sobre
estos mismos sistemas de verdad.
Por ello si es necesario que cada pueblo
muestre por ejemplo su arte, su religión,
porque esta diversidad misma representa una
riqueza para la humanidad, con mucha más
razón se necesita que en todos los pueblos
haya individuos que filosofen, que se
interroguen sobre los distintos sistemas de
Recordemos por ejemplo algunas de estas
ideas o productos de nuestra cultura: Las
obras arquitectónicas, el cultivo y consumo
del maíz, el sistema de numeración vigesimal,
el sistema de escritura, la astronomía, por
citar algunos, son cosas geniales. Esto no
quiere decir que sean superiores a las demás
culturas. Simplemente son una respuesta
distinta del hombre.
Lo mismo sucede con el pensar y el
filosofar. Todos sabemos que las preguntas
fundamentales de la filosofía son las mismas.
Y sin embargo notamos muy bien la
diferencia entre la filosofía inglesa, la
66
Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo
verdad, pero con mayor necesidad que se
interroguen sobre su propio sistema de
verdades, su propio sistema de valores porque
solo de esta manera se dinamiza a las
sociedades, y al mismo tiempo se ofrecen
soluciones que nos autoriza a entrar en un
dialogo con otras culturas. Aquí quiero
aclarar que no pienso que la interculturalidad
sea requisito para que haya filosofía. Los
griegos hicieron filosofía y no recuerdo que
llevaran a cabo diálogos interculturales. Lo
que sí creo es que luego de un diálogo
intercultural las conclusiones tendrían que
ser más ricas. La interculturalidad misma
puede ser sólo una utopía y la filosofía existe
realmente.
Hay que hacer notar que así como los
griegos actualmente no pueden decir que
hacen filosofía porque existen los libros de
Platón o los alemanes porque existió
Heidegger o Marx, tampoco en nuestros
pueblos se puede decir que existe filosofía
porque haya señas de ella en los libros como
El Popol Vuh u otros. Lo que sí se puede
decir es que hubo filosofía, que hubo uno o
varios individuos que filosofaron. Para que
hoy haya filosofía se necesita que individuos
concretos filosofen hoy.
El diccionario de Herder explicando el
concepto de cultura afirma que «el carácter
fundamentalmente simbólico de la
transmisión cultural humana, se realiza
esencialmente por medio del lenguaje. De
hecho la aparición del lenguaje fue el factor
decisivo que permitió la extraordinaria
complejidad de la cultura humana». Pienso
entonces que el espíritu de un pueblo se
sintetiza esencialmente en su idioma. El
lenguaje es el que más objetiva el espíritu
de los pueblos. Recordemos que Heidegger
afirmaba que «el lenguaje es la casa del ser».
Agreguemos tentativamente que el lenguaje
es la casa del espíritu de cada pueblo.
Por ello es necesario que para que una
filosofía exprese completamente y de manera
más radical el espíritu de un pueblo es que
las personas que allí filosofen lo lleven a
cabo en su idioma materno. Y a manera de
hipótesis, digo que lo que hizo que
67
Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo
del papel y la pólvora, el fuego, los
automóviles y la rueda, que si bien debieron
aparecer primero en algún lugar del planeta,
esto no significa que no se hayan innovado
y mejorado en otras partes.
Es más, que haya filosofías es una
necesidad no sólo para el hombre o pueblo
concreto sino que es una necesidad para la
humanidad, una necesidad entonces para el
europeo, aunque haya algunos que cierren
sus ojos hacia los demás pueblos. Porque
para nosotros es una necesidad y una urgencia
que el europeo siga haciendo filosofía, que
el chino también la haga. Para nosotros es
de suma urgencia que haya filósofos
africanos, filósofos palestinos, filósofos
guatemaltecos, filósofos quiches, filósofos
cakchiqueles, filósofos salvadoreños.
Se debe realizar este filosofar tal como
ha afirmado Abbagnano sobre lo dicho por
Pericles de él mismo y los filósofos
atenienses: «Nosotros amamos lo bello con
sencillez y filosofamos sin timidez». Hay
que filosofar sin timidez. Creo que sólo de
esta manera se puede esperar que haya una
mejor convivencia y tolerancia entre los
pueblos.
radicalmente se notara las diferencias entre
las distintas filosofías en Europa misma, es
cuando sus filósofos pensaron y escribieron
en sus idiomas nacionales. Lo que permitió
a Heidegger realizar esos análisis que parten
de los vocablos mismos, es porque los realiza
en el idioma alemán. En otro idioma ya no
hubiese podido encontrar esas mismas raíces
en las palabras. Así, cuando se dejó pensar
en latín y comenzaron los filósofos franceses
a filosofar en francés, los británicos en inglés,
los alemanes en alemán, es cuando adquieren
ese sello distintivo. Para probar ello se
necesitarían estudiar minuciosamente la
historia de la filosofía.
Por ello es que el título de esta ponencia
es «hacia una justificación» y no la
justificación misma. Justificar sería una
pretensión. Estoy consciente que se necesita
mucha más investigación para ello.
Termino afirmando que, según todo lo
dicho hasta aquí, que es necesario que se
filosofe en todos los pueblos de la tierra.
Que la filosofía, si bien se dice, tiene sus
inicios en Grecia, esto no significa que se
tenga una patente que prohíba a los demás
pueblos a hacerlo. Así como ha ocurrido con
los inventos, o descubrimientos, por ejemplo
68
Arte
La mujer y la experiencia
artística
Luisa González Reiche
deseo de mostrar una cara con la que todos,
o todas, nos podamos identificar sin caer en
cuenta que en el fondo y detrás, también,
poseemos una historia un tanto oscura, un
tanto dolorosa? ¿Una forma de ponernos
frente a los fantasmas de nuestra historia,
contexto y educación? ¿El papel de la mujer
en una sociedad deformada por la violencia,
de la cual somos cómplices y víctimas a la
vez? La dualidad de la mujer en su papel de
madre, educadora, ejemplo; en su papel de
esposa, amante, víctima de la historia
machista. Mármol habla en su serie
«Asesinas seriales» (2010) de la mujer, pero
no de un feminismo primitivo, tradicional.
Como escribe Griselda Pollock en
Inscripciones en lo femenino: «Nos coloca
Susan Atkins, miembro de la familia Manson,
tomó parte en el asesinato de 8 personas en
California en 1969 y fue sentenciada a cadena
perpetua, habiendo pasado 40 años en la
cárcel, hasta su muerte. Beverly Allitt asesinó
a cuatro niños y golpeó violentamente a otros
seis en el hospital donde trabajaba como
enfermera. Dorothea Puente asesinaba a los
huéspedes del asilo que manejaba para cobrar
sus seguros sociales.
Ninguna de estas historias puede ser
leída tal cual en los retratos de estas y otras
asesinas, realizados por Andrea Mármol
(Antigua Guatemala, 1988). Los retratos,
de hecho, nos muestran rostros de mujeres
aparentemente comunes, de una belleza
natural y sonrisas casuales. ¿Quizás con el
71
Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística
retrato, en el sentido del arte clásico, que
implica congelar para la posteridad el rostro
de una persona memorable –que a partir de
ahora será memorable–. Un Marat que pasa
de victimario a víctima, para convertirse en
héroe. Las asesinas seriales son las víctimas
y los héroes en un mundo contemporáneo,
son la representación de la mujer de hoy y
del ser humano de hoy, en su libertad, en su
poder y en su confusión permanente.
en una senda para imaginarnos fuera del
dimorfismo sexual. Es en este sentido como
la mujer puede actuar por y para sí misma,
(…) dispersando la identidad, inventando
más cuerpos y máscaras, volviendo híbridos
los géneros (…) rompiendo las normas fálicas
del género establecido, de la identidad
establecida, (...) de las fronteras establecidas.»
El acto de pintarlas implica, por otro
lado, una forma de homenaje. El crear un
72
Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística
la vulgaridad del pensamiento actual, la
existencia misma. Donde el recurso de la
memoria y el contexto local sirve para
reflexionar más allá de las fronteras culturales
de nuestro país.
En su video «Julia», realizado en 2011
como parte del proyecto Otros Páramos
(colectivo de artistas sobre el tema de la
mujer en Centroamérica), Mármol nos habla
Pero la obra de Andrea Mármol va más
allá de una obra «femenina» o «feminista».
La artista no forma parte de la segregación
artística común en los países en vías de
desarrollo, donde se espera que éste hable
de su condición específica en su sociedad,
cultura y género. Mármol explora temas
humanos, universales; la experiencia artística,
la superficialidad del mundo de consumo,
73
Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística
momentos de identificación. Las ideas son
la suma de ideas y experiencias filtradas a
través de la historia del arte y sus
revelaciones. Es a partir de ello que el artista
encuentra un lenguaje, que amplía su
vocabulario y aprende a comunicarse; una
tarea cada vez más difícil en el mundo actual.
«Es como decir que antes estábamos más
lejos, pero nos comunicábamos más y mejor,
y ahora hay que esconder el mensaje detrás
de tantas cosas, que llegamos a construir una
obra de arte en el intento de comunicarnos».
Es reconocible, dentro de las influencias de
Andrea Mármol la obra de Luis Camnitzer,
artista conceptual latinoamericano con quien
la artista realizara una pasantía.
Las obras de Mármol nos muestran
formas de creación y nos hacen cuestionarnos
papeles, posturas, contextos y discursos para
mostrarnos imágenes, poseedoras todas de
un gran sentido estético, llenas de significado
y abiertas a múltiples interpretaciones. Esa
multiplicidad de significados es también lo
que hace que su obra vaya más allá del
panfleto y la etiqueta, propia del arte local.
de mujeres locales y mujeres universales.
Julia, una amiga cercana de la artista, cuenta
su historia de manera metafórica. Muestra
sin tapujos su rostro adolorido y luego su
cabellera, que alguien acaricia, o arranca,
cuidadosamente. El cabello remanente en
esas manos, de ella o de cualquiera, se
convierte en una evidencia, como la historia,
como las huellas de la memoria. Los mismos
remanentes fueron representados en la obra
«Ri Kach’ / El chicle ». En ésta, la artista
realizó una intervención pública en las calles
del Centro Histórico, trazando con yeso
caminos y bifurcaciones que desembocan
en acumulaciones de polvo y suciedad.
LA REFLEXIÓN SOBRE LA EXPERIENCIA
ARTÍSTICA
Para las civilizaciones antiguas, la
creatividad era el genio que le susurraba al
artista las grandes ideas y colaboraba en la
creación de sus obras; una especie de
asistente divino que le brindaba a su trabajo
un aspecto único. En la actualidad, el artista
se caracteriza por una búsqueda casi obsesiva
por la innovación, donde la individualidad
y el discurso prevalecen y la responsabilidad
creativa se vuelve una obsesión. En su obra
«La Reunión» (2012), Andrea Mármol
explora la frase del teórico francés Nicolas
Bourriaud: «El arte es un estado de encuentro,
un elemento de lo social y fundador de
diálogo» e invita a varios artistas locales a
exponer sus ideas en una reunión
aparentemente casual. Así los artistas buscan
justificar su creación y evidenciar sus
capacidades creativas a través de discursos
por momentos incomprensibles, dándole a
la frase de Bourriaud una connotación casi
irónica.
Esta reflexión acerca del arte actual y
la creación corresponde a una búsqueda
interior a la vez que a una búsqueda de
identidad; pero no una identidad femenina
ni cultural sino artística. El cuestionarse el
medio y sus fuentes debe ser una tarea
natural, si no obligatoria, de todo artista. Sus
influjos son la suma de descubrimientos y
SER ARTISTA EN GUATEMALA
En un país como Guatemala, llámese
«en vías de desarrollo», llámese
«tercermundista», la función del arte parece
ser muchas veces contradictoria. Mientras
la influencia de un mundo globalizado y un
arte occidental heredero de siglos de
gestación y florecimiento nos llega a modo
de bombardeo, nuestra realidad responde a
necesidades, formación e historia muy
diferentes. Esa complejidad puede enriquecer
el trabajo artístico o banalizarlo. El artista
local se ve continuamente entre la necesidad
de estar a la «vanguardia» del arte global y
el comunicarse a partir de su propia realidad.
Este tema, sin embargo, no parece
representar conflicto en el trabajo de Andrea
Mármol, si bien lo hace en instituciones
locales y desde el punto de vista de algunos
críticos que pretenden mantener un arte local,
tradicionalista, casi folclórico. Su obra
«Pimp» no ha sido la primera obra de un
74
Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística
mujer como producto sexual
contemporánea), representa una enorme falta
no sólo por el acto de vetar la obra en sí:
«Peor aún, cuando la obra es producto del
pensamiento de una mujer, es una declaración
de libertad amenazante para los hombres y
para ellas mismas. Lo cual hasta parece
argumento de una novela de finca tropical:
joven artista censurada en una institución
cultural local, si bien una de las más recientes
y criticadas en las redes sociales y medios
culturales. En las palabras de la curadora
Rosina Cazali, la censura de una Britney
Spears no muy distinta en su erotismo que
la Venus de Botticelli (claro está, acorde al
imaginario colectivo y la percepción de la
75
Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística
comunicación propia de su tiempo, con
énfasis en ideas que nos afectan y que más
que asustarnos nos deben llevar a una
reflexión; esa es la intención de la ilusión
que le está permitida y a través de la cual
nos lleva más allá de la mera información.
Es precisamente en un contexto como
el nuestro, que el arte cumple todavía, en
el «patrón» margina a las emancipadas para
proteger la pureza de «sus» buenos salvajes».
El escritor portugués Fernando Pessoa
dijo: «En el arte no hay desilusión porque
la ilusión está admitida desde el principio».
En este sentido, la obra de la artista en
cuestión no representa sino una forma de
76
Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística
nuevas formas de pensamiento.
Recientemente cerró la especialización en
Planificación y Gestión del Desarrollo Local
avalado por el Centro Latinoamericano de
Estudios Locales de Córdoba, Argentina y
es co-fundadora del Proyecto Educativo
MarES (Mediación Artística Educación y
Desarrollo) en el cual «se pretende a través
de la mediación artística, generar y promover
diálogos incluyentes y participativos por
medio de diversos talleres impartidos en el
interior del país y en la capital, con la
finalidad de fortalecer el desarrollo integral
de la educación guatemalteca a través del
arte. Los ejes centrales se enfocan en la
investigación, reflexión y práctica de
metodologías educativas que proporcionen
herramientas de desarrollo y gestión de
espacios culturales que practiquen el arte
más allá de su disfrute, como un canal de
participación crítica constructiva».
En gran parte, nuestra sociedad aún no
reconoce el papel del arte y sus procesos
creativos como una de las principales virtudes
del ser humano o como un nivel elevado de
inteligencia. Estamos acostumbrados a pensar
en el arte como una forma de entretenimiento
o mera decoración que en su momento
también nos ayudó a aprender algo de
historia. ¿Pero por qué, entonces, a lo largo
de esa historia, el arte ha sido, más que
muchas otras formas de comunicación el
mejor reflejo de la mente humana y su
desarrollo? ¿Si sabemos que el arte está
relacionado a la creatividad y la creatividad
a la inteligencia, por qué aun no lo valoramos,
dándole el lugar que se merece?
gran parte, el papel no sólo de comunicador
y catalizador sino también de educador y,
considerando las necesidades de nuestra
sociedad, la censura va más allá de una
simple muestra de pudor o evidencia de la
permanencia de un pensamiento tradicional.
¿Pero, cómo consigue el artista local
sobrevivir en un ambiente heredero de la
visión colonial y militar? ¿De qué manera
conviven el arte y la estructura social nuestra?
¿Y sobre todo, cómo el arte y sus creadores
pueden hacerle llegar sus ideas y puntos de
vista al resto, sin tener que mantenerse en
un círculo diminuto, convirtiéndose en un
círculo más entre esa especie de universos
paralelos, cerrados y ajenos unos de los otros,
que conforman nuestra sociedad?
Andrea Mármol es una artista atrevida,
pero sobre todo curiosa. Curiosa del mundo
y su cotidianidad. A través de su arte se
escapa y se convierte en un ojo fijo que nos
sigue –nos analiza desde nuestra perspectiva
histórica y global–, nos hace reflexionar y
nos coloca en un lugar más humano; donde
los sentimientos, aflicciones y la realidad no
le pertenecen a una sola persona sino a un
colectivo; el colectivo humano. Su arte debe
tener ese acceso, como el arte en general, y
volverse de todos, para romper con esa
brecha entre la cultura y la rutina tan golpeada
de nuestro país.
ARTISTA Y EDUCADORA DEL ARTE
En un intento por llevar su arte y su
visión artística más allá, Andrea Mármol es
también educadora. Utiliza el arte como
herramienta para llegar a la gente y enseñar
77
Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística
Cuando trabajamos con arte, el
pensamiento reflexivo se despierta de forma
automática. Una obra de arte nos transporta,
nos eleva, nos hace olvidarnos de todo lo
que hay a nuestro alrededor, de las
preocupaciones, de la nimiedades que tan
seguido ocupan nuestras mentes. La obra de
arte nos cuestiona, nos lanza todo tipo de
interrogantes. Nos habla a través de símbolos
a los cuales no estamos tan acostumbrados,
es clara y también puede ser ambigua. Es
eso lo que nos pone a pensar.
Por medio del arte también nos
expresamos. Como sus símbolos no son tan
comunes para todos, nos reta a comunicarnos
de maneras distintas, a la vez que nos permite
expresar cosas que las palabras no pueden
–el arte no conoce los límites del lenguaje
ni de la cognición–. Con el arte somos libres;
la mente se siente libre.
Nuestra sociedad carece aún, entre otras
cosas, de esa libertad de pensamiento; en su
educación y en su cultura. Nuestra capacidad
de apreciación artística y el papel que el arte
juega en nuestro país nos recuerda nuestra
condición de país «en vías de desarrollo»
pero también nos reta a abrazarlo y
apropiarnos de una visión y una manera de
crecer y alimentar nuestro espíritu. Artistas
como Andrea Mármol, comprometidas con
su trabajo, nos recuerdan que podemos
hacerlo y nos empujan a ello.
78
Comentarios
Ni hermosa ni maldita:
Narrativa guatemalteca actual
Editorial Santillana, S.A.
Guatemala, 2012
páginas 181.
Comentario de
Genaro Elías
A mediados de los años noventa se
produjo en Guatemala una serie de
fenómenos que conformaron un panorama
complejo. Tanto, que a veces para
comprenderlo la gente lo reduce,
simplifica o bien resalta únicamente
algunos de sus rasgos generales: el cese
del conflicto armado, la irrupción de
nuevas formas de comunicación y de
relación con el mundo, la conformación
de un escenario social en que se abrieron
nuevos espacios y se comenzó una
polémica más abierta acerca del pasado
reciente, convulso y violento, del país.
Es la época en que algunos autores
de las generaciones anteriores comienzan
a regresar del exilio (Mario Monteforte
Toledo, Marco Antonio Flores…). Es el
tiempo en que se consolidan nuevas
estructuras de poder, tanto político como
económico en el país. Son los años de la
disolución de los sueños colectivos y de
la conformación de un sentido pragmático
y hedonista que define la actitud de una
nueva generación. Y es en medio de este
panorama que terminan de emerger ciertos
autores nacidos desde mediados de la
década de los años sesenta y comienzan
su andadura otros tantos nacidos ya en
los setenta. De manera sintomática son
escritores de posguerra, aunque sus
preocupaciones estéticas estén en
apariencia fuera del contexto del
enfrentamiento interno, a diferencia de
buena parte de los nombres que les
precedieron.
81
Agrupados en distintas plataformas
(como Editorial X o Mundo Bizarro),
reunidos alrededor de algunos talleres de
literatura, algunos más gregarios que otros,
irrumpen en la escena nacional con una
actitud artística de ruptura que se
manifiesta, entre otras cosas, en la
utilización de un lenguaje «menos
literario» y en una elección temática que
Genaro Elías: Ni hermosa ni maldita: Narrativa guatemalteca actual
cuestiona la moralidad y las buenas
costumbres. Esto no es nada nuevo, por
supuesto; cada generación, de manera
natural y saludable, rompe con las
anteriores, con sus valores y preceptos,
pero habría que hurgar un poco más en
las preocupaciones tanto de forma como
de fondo de estos autores para diseccionar
los rasgos que pueden, aunque sea de
manera incompleta, representarlos.
También habría que decir que incorporan
decididamente una fascinación por
estructuras y lenguajes extraliterarios
como los de la música o el cine, que
experimentan una falta de fe en cualquier
compromiso político o incluso estético,
que retoman la idea del placer y el exceso
como únicas fuerzas redentoras en
contraposición con un mundo que pesa
y asquea.
Esto tampoco es nada nuevo. Pero
jamás una generación literaria en
Guatemala había emprendido un esfuerzo
escritural enfocado en esos puntos de
partida; lo que quiero decir es que estos
preceptos nunca habían sido una piedra
angular sino tal vez un ruido de fondo
que acompañaba otras preocupaciones y
otras estéticas. Y esto en la sociedad
conservadora y provinciana que en el
fondo resulta ser este país, conforma
realmente una zona de quiebre.
Por supuesto que a estos escritores
también los definen otras circunstancias,
acaso más superficiales. Es la primera
generación que puede disponer de internet
para estructurar un discurso y difundirlo
sin depender de una editorial, de un
periódico, de una revista o de la academia.
Así, a partir de blogs y de redes sociales,
ven un panorama abierto que les permite
encontrar lectores, sobre todo de su misma
generación. Ahí elaboran discursos
híbridos, que complementan su obra o la
contravienen. Es también un grupo de
escritores consciente de la necesidad de
la autopromoción y de sus alcances.
Abandonan la idea romántica del escritor
que vive para su obra sin necesidad de
los demás. Un arma de doble filo, puesto
que los obliga a escribir pero también
puede quitarles profundidad y rigor.
He hablado de generación hasta acá
para referirme probablemente a dos
generaciones. Es prácticamente una
licencia que me tomo. Y su justificación
es simple: agrupar a los escritores, y en
general a los artistas, en un canasto es un
ejercicio reduccionista siempre (aunque
bastante común en la academia más
acartonada y formal), puesto que estamos
hablando de obras disímiles, de lenguajes
personales, de visiones y orígenes
distintos. Pero también sucede que existen
puntos de encuentro entre autores que
comparten un mismo espacio geográfico
o una temporalidad. Y de eso es posible
hablar acá. Y llevo la licencia aún más
lejos: incluiré también a los autores que
empiezan a publicar sus obras en estos
últimos años, ya sea porque no lo hicieron
o no pudieron hacerlo antes, aunque
compartan edad con los que emergieron
en los noventa, o porque su juventud es
tal (nacidos en los ochenta) que recién
empiezan a generar un trabajo que ya se
inserta en el escenario local.
Ni hermosa ni maldita (Alfaguara,
2012) busca hacer una radiografía de este
panorama, ya de por sí múltiple y plural.
Es decir, agrupar en una antología de
narrativa a algunos textos y autores que
suponen ciertos puntos reconocibles de
un mapa en constante expansión y
reelaboración. El primer problema de
construir una antología de este tipo radica
en que no es una visita a un canon, ya
más o menos establecido por la academia
y las instituciones, incluso los lectores,
y al que se puede tomar como punto de
partida para confirmarlo, enriquecerlo o
negarlo, según las intenciones de quien
antologa, sino que es una aproximación
arriesgada a un momento literario en plena
construcción. De alguna manera, y perdón
por el atrevimiento, es como probar la
sopa en el mismo momento en que se
está cocinando. Hay mucho acá de
intuición y de peligro, porque la cocinera
o cocinero apenas puede sospechar,
dependiendo de sus habilidades, cómo
va a saber el plato ya servido en la mesa.
En este sentido la antología corre
algunos riesgos pero también se salva de
muchos clichés. No pasa por la tiranía de
un gusto personal, único y de muchas
maneras despótico (incluidos algunos
prejuicios, amistades o intereses
particulares del antologador), algo que
sabemos de antemano cuando nos
acercamos a un producto de este tipo
(pero que podría atraer a algunos lectores
82
menos avisados), sino que se construye
a partir del consenso y los desacuerdos
de un consejo editorial. Porque, aunque
los aclamados doctores que suelen
construir antologías digan lo contrario,
ocurre con frecuencia que aquello que
esbozan en sus sesudos prólogos, si nos
damos cuenta, no concuerda con los textos
que leemos. Sencillamente no
encontramos en algunas partes de la
selección esa delicadeza o renovación
formal con que los etiqueta el antologador.
Nos pasa lo mismo que cuando oímos un
disco: hay canciones que nos gustan y
otras que preferimos no recordar. Y
entonces desconfiamos.
Así que Ni hermosa ni maldita asume
de manera deliberada, y desde su
concepción, una postura anticanónica pero
no por ello arbitraria o sin fundamento.
Porque lo que busca recoger son textos
que, en primera instancia, sean
representativos de la mayor cantidad de
zonas de esta nueva literatura que se está
escribiendo en el país. Y para eso se
conformó un equipo de selección que
también fuera lo más heterogéneo posible.
Ello permitió aglomerar a escritores que
tienen visiones estéticas o preocupaciones
formales que pueden llegar a ser
contrapuestas. Ello permitió incluir a
nombres muy visibles pero también a
otros que construyen su obra a la sombra
de algunos grupos (sí, hay que decirlo,
los nuevos escritores, igual que sus
predecesores, también han generado sus
roscas y se autocomplacen y promocionan
entre sí). Ello permitió que narradores
como Mardo Escobar, Godo de Medeiros
o Rodrigo Fuentes puedan estar en esta
selección. El caso del primero es
paradigmático puesto que, luego de un
pleito legal con un editor local, ha quedado
como un apestado, incluso para algunos
de los nombres con los que comparte
créditos en esta antología. El segundo y
el tercero son escritores brillantes que
generan de manera bastante solitaria, o
por lo menos no tan visible, obras que
podrían no corresponder a muchos de los
preceptos estéticos de los demás
antologados, y que incluso hemos
esbozado acá.
Al final, creo que el resultado es
contundente. Y que el conjunto se articula
de manera casi natural, con sus
Genaro Elías: Ni hermosa ni maldita: Narrativa guatemalteca actual
convergencias y contrapuntos, para
erigirse como el primer esfuerzo concreto,
y además proveniente de una editorial
establecida, de reunir este momento
preciso de nuestra historia literaria.
Hay textos verdaderamente
interesantes en esta reunión, voces que
dialogan entre sí: la visión aparentemente
apacible de una infancia que resulta
solitaria y cruda en «Frambuesas», de
Denise Phé-Funchal, parece concordar
en su intimidad con esa realidad de una
madre que adivinamos neurótica y
necesitada, y que descubre los secretos
de su hijo en «Esa oscura cajita del
placer», de Juan Pensamiento. La
fragmentación social, nuestra retorcida
estructuración del prestigio y la
discriminación, nuestra violencia siempre
a punto de estallar, emergen en “Los
jueces”, de Arnoldo Gálvez Suárez, tanto
como en «(V)ery (I)mportant (P)eople»,
de Javier Payeras, o «Un día en la vida
de Óscar», de Eduardo Juárez. La
demolición de las estructuras sociales,
un subterráneo sarcasmo, una mirada que
cuestiona las convenciones que permiten
el orden pero destruyen la individualidad
parecen atravesar «Paseo», de Byron
Quiñónez, «Sólo vine a ver a mi
hermanito», de Lorena Flores, «La
musa», de Leonel Juracán, y «Ascensor»,
de Maurice Echeverría. Hay textos que
sugieren más que decir, que se construyen
a partir de un minimalismo que alcanza
afortunadas cuotas expresivas en «Liberty
city», de Alejandro Torún, y «Tópicos»,
de Engler García.
Hay un evidente desenfado
lingüístico, una mirada ácida del mundo,
en «Morgan», de Francisco Alejandro
Méndez y en «El reloj de Dios», de
Estuardo Prado. Hay serios
cuestionamientos a la «vida normal», un
espejo que nos devuelve la aparente
tranquilidad de las buenas conciencias en
una imagen precisa pero demoledora en
«Paranoica city», de Mildred Hernández
y en «Aguinaldo», de Vania Vargas. Está
la creación de un mundo ficticio que es
una desoladora metáfora de la violencia
y la crueldad en «El tren a Boa Simao»,
de Godo de Medeiros. Están las prosas
fluidas de Julio Prado y Eddy Roma. Esta
esa visión distópica de Ángel López
Santizo.
Podría también decir que esta
antología recoge la que para mí es una
de las historias de amor más tiernas y
sórdidas de nuestra literatura
contemporánea: «Crazy horse», de Mardo
Escobar. Que incluye ese maravilloso
homenaje a muchos referentes de la
cultura popular y al descubrimiento del
mundo que se titula «Elegía de
adolescente roquero post-tecnoalternative-grunge ante la muerte de su
ídolo, es decir, su hermano mayor», de
Julio Calvo Drago. Que hay relatos
redondos como «La isla de Ubaldo», de
Rodrigo Fuentes. Que hay acercamientos
a otros conflictos, como «Mañana nunca
83
lo hablamos», de Eduardo Halfon, un
texto elaborado con oficio y madurez,
igual que «Imitando se entiende la gente»,
de Rafael Romero.
Pero esta es una opinión particular,
muy personal, que emito sobre estos
relatos y esta antología. Y lo hago desde
la perspectiva de un lector y no desde la
de alguien que participó en ella
activamente. Y el ejercicio ha sido
complejo pero, al menos para mí,
revelador. Como todas las antologías, Ni
hermosa ni maldita es parcial e
incompleta. Pero también es bastante
plural. Particularmente, me hicieron falta
algunos textos, y otros más podrían hasta
sobrarme. Pero creo que el conjunto
funciona y nos da una imagen bastante
nítida de nuestra más reciente literatura.
Podremos no estar acuerdo con algunos
nombres o con algunos textos. Pero, como
ocurre con la alineación de un equipo de
futbol, lo importante es el resultado, que
el equipo sea efectivo y genere un juego
ganador, y aquí estoy convencido de que
se logra.
Estoy también convencido de que
esta antología es importante, que hay
textos en ella que dicen mucho y que el
conjunto tiene mucho más que decir. Ya
hay universidades en Estados Unidos que
se han interesado en ella (y no porque se
le haya hecho publicidad institucional),
ya hay lectores que la comentan y la
recomiendan. Es el momento de su
recepción y del ejercicio crítico acerca
de sus textos. Pero tengo un problema
con ella, uno no muy grande, uno tal vez
feliz: cuando me piden que la defina solo
puedo pensar en una cartografía, en algo
parecido a un mapa de luz con puntos
oscuros que brillan. No sé por qué.
Imágenes:
Andrea Mármol Juárez
Portada y Separadores:
Nace en 1988 en La Antigua Guatemala.En
el 2008 inicia su formación académica en
pintura contemporánea y reflexión artística
contemporánea en Espira/ La Espora,
Managua, Nicaragua.
En 2009 participó en el mismo lugar en el
proyecto llamado La Forma Equivalente, y
de igual forma fue parte en el proyecto Ideas
para instalar con Luis Camnitzer, desarrollado
en el Centro de Formación de la Antigua
Guatemala.
Portada:
Dorothea Puente.
81 x 64 cms.
Óleo sobre tela.
Ensayos:
Susan Atkins.
1.8 x 1.58 mts.
Óleo sobre tela.
Letras:
Ri kach’ (el chicle).
Intervención en el espacio público.
Tiza.
Debate:
Karla Homolka.
20.0 x 14.0 cms.
Óleo sobre tela.
Arte:
Pintura Canícula.
Intervención en Cine Lux.
Hielo y pintura.
Comentarios:
Sin título.
En conjunto con Alberto Rodríguez.
Medidas variables.
Instalación offset.
Sobre los colaboradores:
Mariano González.
Guatemalteco. Psicólogo social, estudió en la Universidad de San
Carlos de Guatemala. Catedrático universitario. Investigador. Colabora
sobre temas de su especialidad en distintas publicaciones.
Omar Lucas Monteflores
Guatemalteco. Historiador. Editor y ensayista, ha publicado en
diversas revistas y periódicos nacionales.
Eduardo Villalobos
Guatemalteco. Cursó estudios de Periodismo en la Universidad de
San Carlos de Guatemala. Posee un Master en Edición por la
Universidad de Salamanca. Poeta y editor, ha colaborado para revistas
culturales y periódicos de su país. Ha publicado El ojo en la vela y
Lunas sucias.
Renato Buezo
Guatemalteco. Ingeniero, realizó estudios en la Universidad de San
Carlos de Guatemala. Pertenece a la generación más reciente de
narradores emergentes. Es, sin duda, una de las voces más sólidas
dentro de la narrativa guatemalteca actual.
Ruth Piedrasanta
Guatemalteca. Antropóloga, realizó estudios en Francia. Investigadora
activa, es asimismo una poeta en producción permamente.
Luisa González Reiche
Es Directora en Heurística, Arte y Educación,proyecto por el cual
busca crear una red de docentes e instituciones que compartan las
ideas de la educación constructivista. Realizadora de capacitaciones
docentes sobre nuevas metodologías de enseñanza, tales como
Enseñanza para la Comprensión, Pensamiento Visible y Culturas de
Pensamiento (desarrollados por el Proyecto Cero de la Universidad
de Harvard), para maestros y educadores de pre primaria, primaria,
nivel medio y diversificado, Asimismo es diseñadora y coordinadora
del programa Estudios Superiores en Fotografía y Gestión de
Proyectos Fotográficos y Docente de Teoría de la Imagen en La
Fototeca, Guatemala.
Realizó estudios en la Universidad Francisco Marroquín,en el Art
Institute of Philadelphia,y en GSE Harvard / Wide World Program.
Genaro Elías
Escritor y periodista, colabora para diversas publicaciones de carácter
alternativo e independiente.
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