Ensayos Universidad de San Carlos de Guatemala Dr. Estuardo Gálvez Rector Dr. Carlos Guillermo Alvarado Cerezo Secretario General Licda. Luz Arminda Barrios Jefa de la División de Publicidad e Información Rafael Gutiérrez Esquivel Director de Revista USAC Comité Editorial Luz Arminda Barrios Roberto Ganddini Gudiel Raúl Monterroso Rafael Gutiérrez Esquivel Intrusos: de asaltos y epifanías Mariano González /7 La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder Omar Lucas Monteflores/14 Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente: el caso de Marco Antonio Flores Eduardo Villalobos/37 Letras Relato Renato Buezo /49 Poemas Ruth Piedrasanta /53 Versión electrónica Jaime Cabrera Letona Colaboradores Juan B. Juárez/José Mejía/Dina Posada/ Anabella Paiz/Miguel Ángel Barrios/ Luis Díaz/ Edelberto Torres-Rivas/ Moisés Barrios/ Javier Payeras Ilustración de portada, separadores e ilustraciones interiores Andrea Mármol Diseño Rafael Gutiérrez Esquivel Hugo Rafael Diagramación Hugo Rafael Julio - Septiembre/ Número 25 / 2012 Correspondencia y canje Universidad de San Carlos de Guatemala Ciudad Universitaria, zona 12 Ciudad Guatemala Teléfono: (502) 24767215 Correo electrónico: [email protected] URL http://revista.usac.edu.gt/ Debate Hacia una justificación del filosofar no europeo Selvin Itzep /65 Arte La mujer y la experiencia artística Luisa González Reiche /71 Comentarios Ni hermosa ni maldita. Narrativa guatemalteca actual Genaro Elías /81 ndrea Mármol explora la frase del teórico francés Nicolas Bourriaud: «El arte es un estado de encuentro, un elemento de lo social y fundador de diálogo» e invita a varios artistas locales a exponer sus ideas en una reunión aparentemente casual. Así los artistas buscan justificar su creación y evidenciar sus capacidades creativas a través de discursos por momentos incomprensibles, dándole a la frase de Bourriaud una connotación casi irónica. Esta reflexión acerca del arte actual y la creación corresponde a una búsqueda interior a la vez que a una búsqueda de identidad; pero no una identidad femenina ni cultural sino artística. El cuestionarse el medio y sus fuentes debe ser una tarea natural, si no obligatoria, de todo artista. Sus influjos son la suma de descubrimientos y momentos de identificación. Las ideas son la suma de ideas y experiencias filtradas a través de la historia del arte y sus revelaciones. Es a partir de ello que el artista encuentra un lenguaje, que amplía su vocabulario y aprende a comunicarse; una tarea cada vez más difícil en el mundo actual. «Es como decir que antes estábamos más lejos, pero nos comunicábamos más y mejor, y ahora hay que esconder el mensaje detrás de tantas cosas, que llegamos a construir una obra de arte en el intento de comunicarnos». Es reconocible, dentro de las influencias de Andrea Mármol la obra de Luis Camnitzer, artista conceptual latinoamericano con quien la artista realizara una pasantía. Las obras de Mármol nos muestran formas de creación y nos hacen cuestionarnos papeles, posturas, contextos y discursos para mostrarnos imágenes, poseedoras todas de un gran sentido estético, llenas de significado y abiertas a múltiples interpretaciones. Esa multiplicidad de significados es también lo que hace que su obra vaya más allá del panfleto y la etiqueta, propia del arte local. Luisa González Reiche Ensayos REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA Roberto Díaz Castillo 5 de febrero 2013 Hacer revistas fue, en mi caso, una suerte de vocación. Con Antonio Fernández Izaguirre, mi primera experiencia. Se llamó El Derecho porque ambos cursábamos la carrera de leyes y nos auspiciaba la Asociación de Estudiantes de igual nombre. A pesar de llamarse así, su contenido fue predominantemente literario. Pronto llegaron las demás: Cuadernos Universitarios, Arte y Literatura, Lanzas y Letras, Alero, Estudios, Tradiciones de Guatemala, La Tradición Popular, en cuyas páginas vive y palpita mi generación. No aludiré a ellas, de las que tanto he hablado, sino a Universidad de San Carlos, animada por el Rector Carlos Martínez Durán, que con Augusto Cazali convertimos en anuario académico. Dirigida por Rafael Gutiérrez, poeta y prosista de fino sentir y escribir, Revista de la Universidad de San Carlos de Guatemala es hoy ejemplo de repertorio de letras 5 y artes. Con esmero y buen gusto la mantiene su director. Priman en sus páginas profesionalidad y exigencia. Precedida de una portada que sugiere el protagonismo gráfico del ilustrador, se abre con una sección dedicada a él y prosigue con el habitual contenido de esta clase de publicaciones: ensayo, poesía, crítica, temas sociopolíticos, reseña de libros, comentarios de índole diversa. Saludo este éxito de su director y su grupo de colaboradores que con ojo y manos minuciosos aportan a nuestra cultura una obra perdurable, con sello propio, digna de encomio. 6 Intrusos: de asaltos y epifanías Mariano González Para Ana María La disonancia que en el dolor se adueña de nosotros, nos habla de nuestra involuntaria adscripción en un más allá del propio deseo, de la autosuficiencia y lo sabido. El ser relativamente homogéneo en el que hasta entonces creíamos consistir, cede, retrocede. Es el fin del imperio del Único. S. Kovadloff. El hombre, para expresarlo de alguna manera, es un animal que, después de haberse frotado los ojos, contempla admirado a su alrededor porque se apercibe del otro, ya que tiene ante él un mundo que le ha sido dado como un regalo inexplicable. Es el descubrimiento de la existencia del mundo que permite la entrada en escena de lo que es propiamente humano: lenguaje, cultura, técnica, arte, ciencia y religión, pero también alegría y dolor, amor y odio. F. Buytendijk. intempestivamente para anunciarnos una buena nueva, la amistad o el amor. Plantearlo así, describe efectivamente el asalto de la alteridad en tanto que otra, que nos viene de fuera y ante la cual no podemos sino re-accionar pues nos descoloca y des-centra, nos saca de la comodidad o la indiferencia frente a lo que sucede Estas reflexiones quieren explorar, brevemente, algunas ideas relativas a ciertas experiencias de la alteridad: de aquella alteridad que nos sorprende y nos invade. Que nos asalta como un ladrón en la noche, nos interrumpe como una mala noticia o una maldición, pero que también podría ser la experiencia de una epifanía que entra 7 Mariano González: Intrusos: de asaltos y epifanías alrededor nuestro y nos transporta al desmoronamiento del mundo o la apertura y alegría de aquello bueno que no fue esperado (al menos en el momento y la forma concreta que adopta tal intrusión). El sujeto no pide ni intuye estos acontecimientos que suponen una ruptura imprevista, un antes y después en su vida. Puede intentar rechazarlas o hacerse cargo, pero eso es ya un segundo momento, no el primero. Su hacerse cargo o reaccionar es posterior. La irrupción viene a transformar al sujeto. Otra vez: a sacarlo de su lugar. De sí. De la fortaleza aparente en el que se encuentra en las situaciones normales, del ser tranquilo e incuestionado propietario de su lugar bajo el sol. Es la experiencia que le sitúa ante el mundo como alguien que va de paso, sin ser dueño definitivamente de nada, ni siquiera (contrario a una sensibilidad claramente deudora de la modernidad y, especialmente, del liberalismo) de sí mismo. Dado que no es un tema habitual y seguro no es parte de esa extendida (y peligrosa) sensibilidad que coloca al yo como soberano, se deben aclarar algunas cosas. En primer lugar, característico de la alteridad 8 Mariano González: Intrusos: de asaltos y epifanías sujeto que lleva a cabo la acción del verbo. Sino más bien como frágil, inestable, contradictorio, sin que «gane nunca». Lo que aquí se quiere hacer es poner el acento y la balanza del lado del padecimiento. Pues como ya se advirtió, estamos en un momento en que se ha centrado la atención en la actividad del sujeto humano, lo que deriva en una visión que condena la ineficiencia y el fracaso económico como pecados, acusa al pobre o inexitoso (sin comprender el contexto que les hace posible), e ignora el precio humano del progreso. Se ha dejado de lado una visión que puede advertir la constitución pasiva y gratuita del sujeto, que en este momento debe resaltarse para poder terminar un cuadro de suyo complejo. Poéticamente lo expresa así M. Bajtín: es que nos sorprende, nos toma de improviso, lo cual rompe con la experiencia habitual o cotidiana, del mundo apacible o rutinario de todos los días. Aunque puede aparecer en cualquier momento («porque cada segundo era la pequeña puerta por la que podía entrar el Mesías» dirá W. Benjamin en sus Tesis sobre el concepto de la historia), lo que se advierte en la experiencia del mundo cotidiano es un estado de indiferencia o cierto acomodamiento que impide dicha interpelación. Pues se ve, en efecto, que el otro no siempre interpela o produce la conmoción del asalto de la alteridad. Si nos guiáramos por la teoría económica neoclásica, el otro resulta un competidor sobre el que se debe prevalecer o, en una perspectiva más azucarada (e hipócrita), el colaborador. En todo caso, competencia, impedimento o medio para lograr fines acordados previamente en función de la racionalidad instrumental. Esto significa que en la cotidianidad del mundo moderno, existe mucha dificultad para asumir la interpelación del otro y dar cuenta de la novedad que representa (pero que puede tomar la forma de amenaza o apertura). Hay una real «fobia a la alteridad» que se esconde en la indiferencia o la incapacidad de asombro que parece permear el momento actual. Por ejemplo, la extendida indiferencia ante el escándalo de la pobreza y el hambre tan extendida. Una segunda idea que también revela un aspecto que está profundamente olvidado por la ideología y la sensibilidad moderna (de la que somos herederos), es que el acontecimiento de la irrupción del otro hace manifiesta la constitución pasiva del sujeto. Claro que esta constitución pasiva se puede entender de varias formas. No es lo mismo considerar al sujeto desde perspectivas estructuralistas como la de L. Althusser o J. Lacan, que desde las perspectivas de la alteridad como la de M. Bajtín o E. Levinas, por ejemplo. En todo caso, como lo plantea A. Touraine, no se puede seguir considerando al sujeto como el sujeto de la modernidad, más o menos, el Todo lo que se refiere a mi persona, comenzando por mi nombre, llega a mí por boca de otros (la madre), con su entonación, dentro de su tono emocional y volitivo. Al principio tomo conciencia de mí mismo a través de los otros: de ellos obtengo palabras, formas, tonalidad para la formación de una noción primordial acerca de mí mismo. Elementos de infantilismo en la autoconciencia que permanecen a veces hasta el final de la vida (la percepción y concepción de sí mismo, de su cuerpo, rostro, del pasado en tonos de cariño). Como el cuerpo se forma inicialmente en el seno (cuerpo) materno, así la conciencia del ser humano despierta inmersa en la conciencia ajena. (Bajtin, M. 2001; 161-2). Desde su inicio, el hombre está colocado ante el mundo y sin pedirlo, como huésped gratuito, de forma tal que su acción es siempre, cuando se le mira bien, una respuesta a una situación previa. Esto no excluye la novedad que puede originar; más bien la «coloca»dentro de un contexto en el cual existe. Viene al mundo: un mundo preexistente y que le acoge. Más que «ser-arrojado-al- 9 Mariano González: Intrusos: de asaltos y epifanías Pues de lo que se habla es de figuras que irrumpen como intrusos. Para evitar posibles malentendidos, hay que aclarar que no se está hablando de un «encuentro». Es posible que dicho encuentro se produzca posteriormente, de distintas formas. El punto del cual se parte es la intrusión (violenta incluso) o la epifanía (visitación que sorprende). De nuevo, es algo que esencialmente se padece en un primer momento. Por lo tanto, en ese primer momento que es central, no se está en condiciones de encontrarse con lo que mundo» como lo expresara Heidegger, la experiencia primaria es la de ser depositado en una cuna, acogido desde el inicio de su existencia. (ver Duch, L. y Mélich, J. 2009). Esto sin duda plantea una derivación importante respecto al agradecimiento o desagradecimiento que puede tenerse frente a las figuras que nos vienen de afuera. De nuevo: no se las pide. Se las recibe, sin que puedan preverse. No se sabe ni se puede saber si supondrán algo que se puede recibir con alegría, afecto y agradecimiento o provocarán su contrario, dolor, sufrimiento, repulsa. Aunque exista cierto control en la modulación de las respuestas que pasa también por la relativa libertad y responsabilidad que se tiene, recibir sufrimientos y alegrías está más allá del control del sujeto. Es algo que se le escapa y le sorprende: como asalto o epifanía. En tercer lugar, las figuras de intrusos son precisamente eso: figuras, imágenes. Tienen cierto contorno. Por ello, aunque desde hace bastante tiempo la «antropomorfización» tiene mal cartel en el pensamiento, aquí se utilizarán bastante impunemente. 10 Mariano González: Intrusos: de asaltos y epifanías acontece. Lo que acontece rebasa las posibilidades del sujeto en tanto que es imprevisto. Se puede reaccionar, pero no se puede estar preparado para cuando algo o alguien aparece intempestivamente. Después, podría ocurrir, que se dé un encuentro, pero no es lo primero. Visto desde esta perspectiva, se puede hablar de una estructura de la experiencia de la intrusión: la aparición intempestiva, la demanda que hagamos algo que no necesariamente queremos, la transformación que sufre el sujeto: ha cambiado: se ha enriquecido o se ha deteriorado. Pero ya no es el mismo, el que solía ser previo a esta intrusión. ¿Qué figuras de asalto o epifanía se pueden encontrar? Hay muchas, pero aquí se señalan dos que resultan significativas: la del dolor y la del amor. Una figura intermedia que comparte la imprevisibilidad esencial de las figuras intrusas es la memoria en tanto recordación (y no como trabajo de memoria, como distingue P. Ricoeur). También lo señala Mélich: «La memoria nos asalta en el instante más insospechado. A menudo aparece como un acontecimiento. Algún acontecimiento presente nos remite a un pasado que quizá había quedado olvidado y que de pronto se convierte en actual».(2005: 99). Como se advierte, estas figuras se refieren, en última instancia, a lo que se ha llamado con esa sabiduría del lenguaje natural, «afecciones». No es necesario reflexionar demasiado para poder dar cuenta que estas afecciones son pasiones, emociones, sentimientos. De aquí, un pequeño rodeo por esta dirección. Al caracterizar los sentimientos, C. Castilla del Pino propone que éstos son «una provocación de un tipo particular que los objetos suscitan en el sujeto cuando éste entra en relación con ellos».(2002: 12). Cumplen funciones importantes como la vinculación del sujeto con los objetos, la expresión de estados del sujeto (son sintomáticos y también signalépticos, es decir, que funcionan como señales) y contribuyen a la valoración y organización axiológica de la realidad. Sin embargo, sobre estas condiciones básicas de los sentimientos, quisiera subrayar ese carácter de ser provocados por los objetos. Los objetos (aquello que es perceptible de manera distinta en la realidad, según definición propuesta del mismo autor), «despiertan» los sentimientos, de acuerdo a una arquitectura emocional del sujeto que le viene de la historia. Entonces, por partida doble, los sentimientos son provocadores de ciertas reacciones del sujeto. En primer lugar, porque las experiencias que ha tenido el sujeto, que son por definición, experiencias con la realidad ante la cual se encuentra, han forjado una forma particular de vinculación con los objetos y, en segundo lugar, porque cada objeto concreto despierta efectivamente ciertas reacciones sobre el sujeto. Esto se advierte en el nivel de reacciones físicas. Considérese las reacciones que provocan objetos temidos, odiados o amados. O más elementalmente, las reacciones de la risa y el llanto. «Observadas las cosas con mayor atención, puede afirmarse que reír y llorar son reacciones delante de unos límites contra los que choca nuestra conducta. Se trata siempre de reacciones muy peculiares que revelan que, de alguna manera, ante unos determinados hechos, tal vez imprevisibles a priori, hemos perdido el dominio de nosotros mismos, de tal manera que, entonces, «la relación del hombre con su cuerpo se desorganiza». (Mélich, J. 2002: 71). Evidentemente, esta descripción es parcial. Hay una objeción importante en torno a que los objetos «puramente» provocan: en ellos también proyectamos aspectos propios. La realidad también es subjetivamente organizada de acuerdo a preferencias y contrapreferencias. Para precisar, más que decir que todo sentimiento se produce a partir del objeto 11 Mariano González: Intrusos: de asaltos y epifanías que le persiguen o el dolor que otros le infligen de manera extrema son formas en las que el dolor se manifiesta. ¿Qué colocar como ejemplo primero? Desde tiempo atrás, la imagen de la inocencia y la vulnerabilidad la dan los niños. Pero también la pérdida de madres o padres. Lo que nos lleva al problema de la teodicea: ¿cómo conciliar esto con Dios? De hecho, además de ser una figura intrusa, el problema del dolor también nos plantea un profundo dilema ético. La masa de sufrimiento humano pasado y actual es de tal extensión y profundidad que es también humanamente imposible contestar ante ello. Entre dicho dolor y el «anhelo de justicia» hay un desequilibrio tan profundo que la ética (y la legalidad) no pueden aportar una respuesta adecuada. Una variante interesante de esta intrusión es la del odio, figura compleja. En tanto que la pasión es, como dice Castilla del Pino, una pasión inútil porque su fin es el de «desaparecer» al objeto (destruirlo), pero en tanto que se experimenta, mantiene una fuerte vinculación con él, lo que resulta paradójico. Sin embargo, también el odio, es «fruto de la interacción, una respuesta ante, o frente, un otro» (Blesa, T. en Castilla del Pino, 2002: 57). El odio es, al final de cuentas, coimplicación con el otro, algo que no se elige, lo que es crucial para considerarlo como una figura de la intrusión. Hay, por otra parte, intrusos que sin ser esperados, apareciendo a la medianoche o en otro momento absurdo, como cuando estamos expuestos en el desierto, inmerecidamente, se reciben con sorpresa y gratitud. El amor es uno de esos intrusos que pueden visitar, de improviso, al sujeto. Enamorarse de alguien es algo que sale al paso, que no se planifica y que puede llevar a la bendición o a la ruina. Como lo plantea O. Paz, el amor, más que una cuestión de felicidad o infelicidad, puede verse como una cuestión de intensidad que, pese a algunas formulaciones psicoanalíticas unilateralmente insistentes sobre el narcisismo, tiene que ver con el deseo del (lo cual es una reducción), la experiencia es resultado del encuentro o intrusión del objeto, con su exterioridad intempestiva, y el sujeto, con su historia de experiencias previas. En ese encuentro, el objeto aparece a veces de forma intempestiva, de tal manera que «saca» al sujeto de su aislamiento y lo hace rehén o huésped (sin desearlo) del que viene a su encuentro. El dolor es la experiencia que muestra mejor el asalto de los intrusos en la vida. Como lo pone en evidencia el epígrafe de esta sección, independientemente de su origen, el dolor es la irrupción de la «presencia de algo extraño» en nuestra vida. Algo que aparece sin que lo queramos. Esta súbita aparición nos convierte en otros: ya no somos lo que éramos antes de la irrupción de esta alteridad, de este «Intruso» como lo llama Kovadloff. Que horroriza, golpea y, en definitiva destrona al sujeto en su ficticia soberanía: «Arraigado en un hondo trastorno corporal o provocado por un intenso desequilibrio psíquico, alentado por un amor perdido o una muerte inesperada, el dolor connota siempre lo mismo. Su intensidad denuncia en nosotros la presencia de algo extraño». (Kovadloff, S. en Mardones, J. & Mate, R. 2003). En el caso del dolor, las imágenes abundan. Sólo se necesita levantar la vista. ¿A cuál darle relevancia? ¿Qué criterio se puede dar para decir que este sufrimiento es mayor que el otro? ¿Será la sensación de quien lo siente? ¿El punto que origina el dolor o donde se expresa? El dolor físico o psicológico que siente el sujeto, los fantasmas 12 Mariano González: Intrusos: de asaltos y epifanías Esta experiencia también transforma al sujeto que es «visitado». Aunque la rutina termine por imponerse, lo característico de estas experiencias de alteridad (que son las experiencias verdaderas, son la verdad de las experiencias) es que dejan al sujeto como otro, lo transforman. otro, por tanto, con el otro que nos «visita» en la experiencia, intensa, del amor, de la visita del otro/a amado/a. No es que se elija enamorarse. Normalmente cuando se «elije» querer a alguien es porque ya ese alguien despertó algo. Y si el amor también puede verse como necesidad, ésta no es una que se «llena» de forma automática. Al contrario, existen varias características sobre la relación paradigmática del deseo. Pero una sobre la que se quiere llamar la atención es que resulta una apertura a la alteridad. Si logra ser más que dependencia o fusión indiscriminada, escape de soledades y otras posibilidades semejantes, la visitación llama a una respuesta favorable: a abrir la puerta, dar cobijo. Permitir la apertura. «Cuando alguien padece una experiencia, si de verdad es una experiencia, y no un experimento, padece una salida de sí mismo, hacia el otro, o hacia sí mismo como otro, ante otro, frente a otro. Y en este salir de uno mismo hay una trans-formación. La experiencia nos forma y nos transforma». (Mèlich, J. 2005: 79-80). En este caso, de una bendita intrusa, bendito intruso, que acudió sin pedirlo. Bibliografía Duch, L. & Mèlich, J. (2009) Ambigüedades del amor. Antropología de la vida cotidiana 2/2. Madrid, Editorial Trotta, S.A. Mardones, J. & Mate, R. Eds. (2003) La ética ante las víctimas. Barcelona, Anthropos. Mate, R. (2006) Medianoche en la historia. Comentarios a las tesis de Walter Benjamin “Sobre el concepto de historia”. Madrid, Editorial Trotta, S.A. Mèlich, J. (2002) Filosofía de la finitud. Barcelona, Empresa Editorial Herder, S.A. Paz, O. (2001) La llama doble. Amor y erotismo. Barcelona, Editorial Seix Barral, S.A. Bajtín, M. (2000). Yo también soy (fragmentos sobre el otro). Trad. Tatiana Bubnova. México, D.F. Editorial Taurus. Barcena, F. et. al. (2004) La autoridad del sufrimiento. Silencio de Dios y preguntas del hombre. Barcelona, Anthropos Editorial. Castilla del Pino, C. (2002) El odio. Barcelona, Tusquets Editores. Domínguez, C. (2001) Los registros del deseo. Del afecto, el amor y otras pasiones. Bilbao, Editorial Desclée De Brouwer, S.A. 2ª edición. Duch, L. (2002) Antropología de la vida cotidiana. Simbolismo y salud. Madrid, Editorial Trotta, S.A. 13 Omar Lucas Monteflores Introducción a la herejía de la edad de la razón Parece mojigato e ingenuo negar que mi intención al escribir la novela era excitar las peores inclinaciones de mis lectores. Mi saludable herencia de pecado original se exterioriza en el libro y disfruto violando y destruyendo por poderes. Es la cobardía innata del novelista, que delega en personajes imaginarios los pecados que él tiene la prudencia de no cometer. Anthony Burgess. esta ha gozado del honor de ser discutida desde simples tertulias bohemias, hasta estudios científicos de carácter académico e investigativo. Como cuenta el mismo Burgess, que hasta estudiantes para elaboración de tesis odramaturgos del mismo teatro japonés N_, le han escrito para pedirle colaboración en nuevas interpretaciones de la novela. (Burgess, 2010:vii). Cuando hablamos de la novela escrita, no se puede separar de la versión fílmica, y viceversa, ambas se complementan para darle Con dicha afirmación debería entenderse cualquier abordaje de análisis sobre La Naranja mecánica, obra de arte de la literatura y del cine. Pero sólo esto no es justificación para escribir sobre LNM, una obra de carácter atemporal, que da la apertura temática para siempre escribir de ella. Y que seguirá dando la oportunidad a diferentes generaciones de jóvenes más, para que la degusten y se sientan identificados con esa esencia anti-social de la novela. Para ya más de cuatro décadas de existencia de LNM, 14 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder letras y cintas filmográficas se pudo ver atentada por la escisión conceptual entre los padres de estas criaturas: Burgess y Kubrick. Burgess, a pesar de que permitió que le metieran mano a su retorcido mundo de LNM, nunca estuvo de acuerdo con la propuesta demencial de Kubrick. Como hilaridad a una aventura misántropa, donde una da vida a la inmensa creación de personajes tan maravillosos como Alex hasta llegar a las armoniosas creaciones audio visuales de la película, la cual resulta exponiendo algo indeleble para las sociedades actuales. Toda esta armonía entre 15 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder La inconformidad del novelista, radica no sólo en el acto en sí de la mutilación, sino en que ese último capítulo brinda al lector el carácter dinámico y cambiante de una sociedad y de un individuo. Burgess lo contempló desde su creación, como algo significativo, que cuestionara y que se pudiera cuestionar a sí misma verdaderamente a nivel mundial, y que para criterio de él, Kubrick, no lo hizo, por no incluir el último capítulo en su versión. La verdad es que ambos aportaron, pero veamos en propias palabras del novelista su versión: El capítulo veintiuno concede a la novela una cualidad de ficción genuina, un arte asentado sobre el principio de que los seres humanos cambian. De hecho, no tiene demasiado sentido escribir una novela a menos que pueda mostrarse la posibilidad de una transformación moral o un aumento de sabiduría que opera en el personaje o personajes principales. Incluso los malos bestsellers muestran a la gente cambiando. Cuando una obra de ficción no consigue mostrar el cambio, cuando sólo muestra el carácter humano como algo rígido, pétreo, impenitente, abandona el campo de la novela y entra en la fábula o la alegoría. La Naranja norteamericana o de Kubrick es una fábula; la británica o mundial es una novela. (Burgess, 2010:x). Mostramos este párrafo textualmente para que puedan captar la esencia de la discrepancia por parte de Burgess, claro está también que la obra de Kubrick, a pesar de la limitante que pueda llegar a considerar el novelista, es y sigue siendo un clásico del cine mundial, por su propia concepción. El reclamo de Burgess por ese famoso último capítulo, es que nuestro querido Alex, protagonista principal de la novela, logra un cambio sustancial en su conformación social, mientras que en la versión fílmica, se queda en su condición inicial. Kubrick justificó esta mutilación aduciendo que él sólo había leído la versión de veinte capítulos, y fue meses después del trabajo sobre el guión mencionamos con anterioridad, ambas se completan cuando se habla de ellas, pues es difícil leer la novela y no ir concibiendo los ámbitos y ambientes como los expuso Kubrick en su película; pero también es difícil ver la producción de Kubrick y no tratar de ir adaptando las escenas faltantes de las líneas de Burgess. Pero parece que la gran diferencia conceptual entre ambos autores radica en el final. Mientras que Burgess realizó su novela con 21 capítulos, la cual se publicó así para el resto del mundo, exceptuando Estados Unidos; Kubrick, se basó para su película en la versión norteamericana la cual esta mutilada con ese último capítulo. 16 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder fácil y deleitante deseo, pero a sabiendas de la existencia necesaria del bien. Existe en todo esto un actuar de lección moral. Pero más allá de la aventura lingüística y moralista del término que acuñó Burgess, estas palabras forman parte de la vieja jerga londinense en donde hacía referencia a lo extraño. «Ser más raro que una naranja mecánica», entonces es para Burgess, en palabras textuales concebir «…una moralidad mecánica a un organismo vivo que rebosa de jugo y dulzura.» (Burgess, 2010:xii). Por otro lado, siendo ya un clásico LNM, y una obra mimada dentro de la juventud, esta ha llegado para alterar aún más la psique del joven rebelde y contestatario, debido a que dentro de la contracultura juvenil ha formado parte de esas grandes expresiones de arte. Esto se puede afirmar teniendo a LNM como mercancía y como parte del universo cultural simbólico juvenil. (Urteaga, 1998: 24). O sea se vuelve contracultural, no por quien lo produce, sino por quien lo consume. Es así que desde jóvenes graffiteros hasta punks se han llegado a identificar con ella dedicándole canciones como por ejemplo los alemanes «Die Toten Hosen» con su canción «Hier kommt Alex»; o los argentinos «Mal Momento» con «La naranja no es mecánica». Series animadas televisivas hacen también constantes alusiones a LNM como por ejemplo The Simpsons, cuando el infante Bart, sale vestido para un Halloween como un drugo, o la mascota, el can «El Ayudante de Santa», en pleno plan Ludovico…, sólo por mencionar algunos casos. Esto es un claro ejemplo del carácter popular y divertido que ha jugado LNM dentro de la juventud. La jerga utilizada en la película es otro elemento que está fuertemente entrelazado con la juventud. El uso del léxico nadsat, es una mezcla –de acuerdo a la mística de la novela– de fragmentos de una vieja jerga, con palabras gitanas, pero la mayoría con raíces eslavas. Esto en la vida real, desde la creación de LNM ha sido utilizado por diferentes grupos de jóvenes y en diferentes que leyó la versión con el capítulo veintiuno. Pero además de eso, no parecía muy convencido de ese último aporte. Miremos también la versión del cineasta: Estaba estupefacto por que no había ninguna relación con el estilo satírico del libro y pienso que es el editor quien llegó a convencer a Burgess de terminar sobre una nota de esperanza o algo por el estilo. Honestamente, no podía creer a mis ojos cuando leí el último capítulo. Alex sale de prisión y regresa a casa. Uno de los chicos se casa, el otro desaparece y al final Alex toma la decisión de volverse un adulto responsable. (Ciment, 2001). Para esta ocasión –a pesar de la diferencia de los creadores–, trataremos de olvidarnos de esas escisiones, y concebiremos para ellas una sola, para que nos ayude a enriquecer este ejercicio de reflexión y análisis caótico. Empecemos gozando esta obra, comprendiendo varios factores a grandes rasgos, como la violencia juvenil y la misma en contra de ella. El mensaje de los creadores, de que no hay destino escrito al nacer, se logra entender en la novela como que el albedrío es parte esencial del ser humano, ya que si no, cae en el tedio existencial del autómata conformista y moralista. Y es aquí que parte la etimología del nombre de la novela La Naranja mecánica, claro esto como responsabilidad única de Burgess. Además de poseer tintes autobiográficos –por medio del personaje intelectual F. Alexander, debido a que es el escritor de una novela llamada La Naranja mecánica, quien sufrió la violación de su esposa al igual que la pareja de Burgess–. Éste comenta que un individuo que solo trata de actuar bien o solamente mal es una Naranja mecánica, un juguete mecánico del Dios o el Diablo. Representado en la sociedad por el Estado, y en donde el individuo tiene el deseo de inclinarse más por el mal, el más 17 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder momentos, como identificación de tribus urbanas. Otro de los impactos que logró tener la obra, es por medio del soundtrack de la película, mezcla de música clásica y electrónica compuesta por Wendy Carlos (Walter Carlos). Claro está que no se puede concebir por aparte de la obra fílmica, sino fuertemente atada a ella y volverla parte esencial de la novela. Escuchar la sombría canción «The Funeral of Queen Mary», rápido nos lleva al Bar Korova…; o la amigable «The Thieving Magpie» en pleno preámbulo de una batalla campal; o la aguerrida y acelerada «William Tell Overture» mostrando el clásico unodós unodós de Alex con las druguitas. Como diría el mismo Kubrick: «La elección de la música va a la par con la estilización que buscábamos.» (Ciment, 2001). En fin, es parte esencial de la temática y ahora de la obra en general. Existen también posiciones que si bien pueden ser bastante cuestionadas por sus argumentos entrelíneas, no pierden cierto interés en escudriñar y buscar acerca de ello. Como por ejemplo existen algunas personas que argumentan un embate semiótico en la película sobre la temática masónica, pero más allá de negarlo es de emocionarse y meterse a indagar estas suposiciones que lo único que harán es darle más vida a la obra. En fin, es una obra que nos permite analizarla, y para este caso por su noble existencia de crítica y su constante cinismo sobre ciertas aristas de la sociedad y su distorsionada realidad. Lo que la hace –por su forma de concebirla por parte del novelista y cineasta– una obra clásica de la literatura y de la filmografía mundial. Una obra que merece discusión y análisis, tratando de meterse en lo más profundo, analizándola desde una plena identificación con la situación y hasta el mismo uso del dialecto urbano. Un clásico que lo merece y como diría el doctor Brodsky, –médico tratante de Alex– relacionado a la colectividad, que sabe lo malo y que aún así lo adopta, una sociedad, con una novela que es en todo, la herejía de la edad de la razón. SIPNOSIS de un profundo chumchum de música de labios: brrrrrr. «Vengan con papá, y escuchen como es debido. Las trompetas de los ángeles y los trombones del infierno.» Alex, poniendo su música clásica antes de gozar un poco del «buen unodós unodós» [sexo]. Alex –Alexander Delarge– es un nadsat que con otros tres drugos Pete, Georgie y el Lerdo, forman una schaica, con un único fin hedonista, el cual los lleva a practicar hechos de ultraviolencia, sexo y «absurdos» sociales. Tienen como punto de reunión, en donde planifican sus actos el Bar lácteo Korova, lugar en donde venden leche plus, leche con algo más (venocentina, sintesiteina y dencromina), (Kubrick, 1971) elementos que hacen poder ver a Bogo o al Coro Celestial de Ángeles y Santos en el zapato izquierdo, además que después de quince minutos, se ponen perfilocortantes y listos para un poco de la vieja ultraviolencia. Alex, quien en la obra es –Vuestro Humilde Narrador– dirige asaltos a tiendas y golpizas a diferentes personajes, como a un maestro de escuela, indigentes, etc. Esta hiperactividad irreverente los hace demarcar territorios, los lleva a enfrentamientos con otras pandillas, como la narrada por Alex en contra de Billyboy y sus drugos. Entre otras de sus fechorías se encuentra que van a la casa de una pareja, en la cual vive un intelectual crítico del sistema social llamado F. Alexander, a quién golpean, luego destruyen sus muebles y violan a la esposa (quien posteriormente muere). Este acto marcará la vida de Alex posteriormente. De regreso, ya de nuevo en el bar Korova, inicia una diferencia de opinión entre Alex y Lerdo, lo cual lleva a nuestro Humilde Narrador a golpearlo, hecho que no agrada en nada a Lerdo y así empieza 18 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder una ruptura en la pandilla. Al día siguiente Alex se dedica a satisfacer sus deseos más puros, consiguiendo y degustando la música –entre otros virtuosos más– del glorioso Ludwig Van Beethoven, además de interrelacionarse con un par de druguitas. Listo para la siguiente sesión con su pandilla, Alex es abordado y cuestionado por sus drugos sobre el liderazgo que aplica. Este logra contenerlos por medio de tajantes sentencias, pero no del todo. Para la siguiente actividad que implicaba la ultraviolencia, Alex es traicionado por sus drugos y es arrestado por la policía, quienes al momento de detenerlo le informan que este último acto, acarreó la muerte de una señora. Por lo mismo nuestro Humilde Narrador es condenado. Como dice Alex, «aquí empieza la parte trágica y lloriquona de la historia…», nuestro drugo es mandado a la staja, donde le toca lidiar con todo tipo de criminales, y que por mera situación de supervivencia es obligado a asesinar a otro reo. Tratando de llevar bien las cosas, se acerca bastante al chaplino quien por ayudarle en las misas, este le permite por momentos escuchar su gloriosa música. Gracias a estas actividades Alex se entera de un tratamiento que acorta la condena, y que está en estado experimental por parte de las autoridades de Gobierno, llamado tratamiento Ludovico. Nuestro Humilde Narrador, sin pensarlo se ofrece para ser «corregido» con dicho tratamiento, ignorando las consecuencias de este. De las instalaciones de la staja, pasa a otras de carácter clínico, en donde ya no es controlado por los guardias, sino por doctores y enfermeras. El tratamiento consistía en ponerlo a videar películas con una camisa de fuerza y la cabeza amarrada a un respaldo lleno de alambres con tenazas en los parpados. Esta películas poseían ultraviolencia y le inyectaban «Exp./Serum No. 114, 1500 I.U. in 10 Ml.», que le provocaba nauseas, después de cada escena. De acuerdo a palabras del dr. Brodsky, quien le compartía a sus colegas expresaba que: «…pronto la droga, hará que el sujeto experimente una parálisis de muerte junto a un profundo sentimiento de terror e impotencia.» Pero lo peor para Alex fue cuando logró videar que estas escenas iban acompañadas del glorioso de Ludwig Van, situación que lo llevó casi a la locura. Gritos delirantes y tortuosos salieron de nuestro Humilde Narrador, cuando se dio cuenta que le ponían la Novena Sinfonía y gritaba alegando: «Usar así a Ludwig Van… Él no le ha hecho daño a nadie. Beethoven sólo compuso música… […] No es justo si me siento enfermo al oír al encantador, encantador Ludwig Van…» A los que los doctores comentaron: «Quizás éste sea el elemento de castigo…». 19 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder Alex, –comentando– antes de practicar un poco de ultraviolencia en contra de Billyboy y su pandilla. En la actualidad, la moralidad ha corrompido el concepto del joven, del joven libre y provocador ante los conceptos cuadrados de la sociedad. Conceptos erróneos que han generalizado a los jóvenes constantemente, como decir que todo joven rockero «…es satánico», que todo joven artista graffitero «…es pandillero», etc. Pero esta cruz la ha llevado desde el inicio de su emancipación a mediados del siglo pasado, cuando por primera vez decidieron tener su propia opinión de la vida. Decidieron tener su propia parafernalia, su propia música, su propia actitud, en donde rompieron la tradición por la razón y rebeldía. Han sido desde ahí, los malos de las películas, de quienes se pueden sacar «buenas lecciones» de cambio, simplemente un buen momento de arte y burla, como lo expresa Kubrick: «Los malos son siempre más interesantes que los buenos. El interés de los personajes demoníacos, es que se puede más fácilmente burlarse de ellos.» (Ciment, 2001) Pero al analizar y criticar la existencia rebelde del joven, hay que contextualizarlo en todas sus vertientes sociales, no podemos solamente condenarlo y aislarlo por las falencias de una sociedad excluyente como lo son las actuales. Para el caso de Alex, es interesante ver su contexto social-familiar, ya que este vive en proyectos populares con escasa atención del Estado: Yo vivía con mi pe y mi eme en las casas del bloque municipal 18ª entre la avenida Kingsley y la calle Wilson. Llegué a la puerta de calle sin inconveniente, aunque pasé al lado de un joven malchico extendido, que gemía y crichaba en la calzada, bien cortadito por todas lados, y a la luz del farol vi también manchas de sangre aquí y allá, como firmas , oh hermanos míos, de los juegos de la noche. (Burgess, 2010:33). Alex quedó como quería el sistema «curado», un individuo que rechazaba y lo debilitaba la violencia. A su reinserción a la sociedad, se encontró con el maestro que agredió, con su ex drugo Lerdo y su eterno rival Billyboy –estos dos juntos y aliados como militsos–, quienes le cobraron factura de sus anteriores actos. Fue a su casa, en donde su pe y eme ya no le dieron abrigo, fue al Bar Korova, y a la venta de discos y ya no era lo mismo, por último llegó a la casa de F. Alexander, sin que éste lo identificara como el violador de su esposa. El intelectual y escritor, siendo un enemigo del Gobierno, dio cobijo a Alex, identificándolo únicamente como producto del proyecto loco del gobierno. Le dio cobijo y sustento para tenerlo como arma de destrucción en contra de la autoridad. El desenlace de la obra tendrán que abordarla en sus dos versiones para gozarla de lleno, lo que les podemos adelantar es que se toparán con letras retorcidas y complacientes, escenas fálicas y llenas de morbo (ya que Kubrick contemplaba, que el arte erótico se convertiría en arte popular) y música ecléctica la cual le darán ese extra que tenía la leche del Korova. Una vestimenta totalmente a la moda y/o futurista, que vuelven a su cuerpo un campus de autonomía y libertad, al vestirse a su gusto y no a la aburrida forma adulta; además de mostrar también un ámbito lleno de muebles postmodernistas que rozan con lo delirante. En fin, ya no narremos más la obra, mejor digamos palabras de Alex: «Y por eso un adiós de vuestro druguito. Y para todos los demás en esta historia, un profundo chumchum de música de labios: brrrrr. Y pueden besarme los scharros. Pero vosotros, oh hermanos míos, recordad alguna vez a vuestro pequeño Alex que fue. Y toda esa cala.» JUVENTUD con moloco-plus-grande. «A veces las pandillas se juntaban, formando ejércitos malencos [pequeños] para la guerra nocturna…» En las escenas de la película nos podemos dar una idea de ese lugar lúgubre, 20 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder logramos entender la rebeldía e independencia del joven, que buscan actividades de alteridad, diferentes al dominio social, y que los llevan a definirse con posiciones de subalternidad. (Urteaga, 1998:29). Este último concepto, por el lado cultural, pero a nivel social-económico, da una definición e identificación de clase. Como parte de esa particular existencia del joven, lo comprendemos como un elemento necesitado de un espacio simbólico en donde las expresiones de jóvenes (principalmente) como sujetos históricos, son escuchadas como una propuesta más de vida. (Lucas, 2009:34). Es así que en la obra podemos observar al Bar lácteo Korova, el cual actúa primero como punto de reunión de los jóvenes, así como lugar que los hace experimentar sensaciones fuera de la realidad. Tener un lugar simbólico como El Korova, para la comunicación juvenil es de vital importancia, porque es allí donde se reproducen su patrones de vida, donde se da el reconocimiento /identificación con «el sucio, caótico y olvidado de donde venía nuestro Humilde Narrador, en el cual, como cualquier asentamiento, favela o cinturón de miseria, el joven tiene como actividad normal la violencia. Todo esto da como resultado que desde niños crecen con la desigualdad económica y racial, que luego se convierte en desigualdad cultural por medio de una escuela que prepara a los pobres para ser obreros sumisos o delincuentes idiotas. (Urteaga, 1998:223). Pero además de las escenas narradas, está también lo que tratan de transmitir los medios de comunicación, lo que quieren que la juventud como parte del colectivo, entiendan de la «realidad». Esa realidad que nos muestra Alex al leer los matutinos, los cuales incluyen ultraviolencia, huelgas, asaltos a bancos y futbolistas que paralizan al mundo, amenazando al mundo de no jugar el próximo domingo si no hay mejoras de sueldo. Claro y todo esto no es culpa del joven, de Alex y sus drugos, esto es muestra de una sociedad ya violenta y amenazadora sin la presencia de los jóvenes. Con ejemplos como estos 21 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder puede verse como un acto de libertad por el cual se apartan de la sociedad. Invertir simbólicamente el poder y la autoridad de los padres (la familia), los maestros (la escuela), los curas (la Iglesia). Fumar marihuana o meterse en otras drogas es, además, invertir el poder político, y represivo (Estado y aparatos policíacos), una desobediencia en forma simbólica. Su avidez de realizar esto también se explica del lado biológico, en donde argumentan que el deseo de alterar periódicamente la conciencia es un impulso innato, normal, análogo al hombre o al impulso sexual. Claro, esto hay que verlo con detenido contexto para el caso de consumo de droga de las sociedades occidentales actuales. No podemos negar la necesidad biológica e innata de la psique de tener períodos de conciencia no-ordinaria. (Furst, 1980:25). Necesitamos contemplar la diferente valorización cultural con el uso shamanico de las antiguas civilizaciones (más prehispánicas), que con la occidentales actuales, pero no por eso, nos hace dejar a un lado el análisis y justificaciones de las actuales. Con este tema es importante no generalizar el uso y consecuencias de la misma, porque como ya mencionamos, tiene diferentes matices de consumo, ya que para algunos será la mera ratificación cultural de su grupo, mientras para otros será el escape temporal de una situación. Otro elemento que se puede observar en la obra, es el uso frecuente de la ultraviolencia, claro, impartida por Alex y sus drugos. Hechos como el ataque al maestro de escuela, al indigente o el violento encuentro contra la pandilla de Billyboy, son actos comunes de esta cultura actual, una violencia que contiene mucho de resentimiento y reclamo de falta de oportunidades a nivel social. Aplican rápidamente una expresión misántropa, que no es más que el reflejo de una sociedad así de dividida, el caso de intolerancia hacia el viejo indigente es muestra de ello: Ésa es una vesche que nunca pude aguantar. Nunca pude soportar la vista otro» para definir el «nosotros». Transmitir pues, (ideológicamente) las normas, valores patrones de conducta. (Urteaga, 1998:29). Así nos cuenta Alex de su lugar: «Casi todos eran nadsats que tomaban leche y coca y jugaban, pero también algunos más starrios, tanto vecos como chinas (pero nunca de los burgueses), que reían y goboraban en el bar.» Vemos aquí como la identificación y lo cultural va pasando a ser también parte de la clase social, con anterioridad Alex ya había mostrado cierto recelo de una posible relación con los «burgueses». En uno de sus comentarios, indica que por la poca presencia policial en las calles, la noche lleva también a la poca la presencia de burgueses, situación que los llevó en ese momento a atacar al maestro de escuela. Aquí también podemos observar otro tipo de resentimiento, y fue para este caso en contra del intelectualismo, en contra del maestro, ya que previo al ser asaltado y golpeado los drugos le preguntaron sobre los libros que llevaba. Este les respondió que eran de diferentes materias, situación que ruborizó a los agresores por su ignorancia, iniciando así la golpiza. Volviendo al Bar Korova, éste ofrecía además de la identificación ya tratada, de lo comunitario afectivo sobre lo individual, llamado proxemia, (Urteaga, 1998:65), les daba otro tipo de experiencia y era la psicoactiva. El Korova no poseía licencia para vender alcohol, y no existiendo prohibición para la venta de las vesches que se acostumbraba a meter en el moloco, se podía consumir con velocet, synthemesco o drencrom. (Burgess, 2010:3). Como cualquier colectivo que busca experiencias extra sensoriales, los jóvenes pueden consumir alteradores de conciencia por diferentes motivos (Lucas, 2009:37), entre los cuales podemos mencionar los botánicos o lo cultural. No podemos dejar de analizar este acto «inconsciente» de los jóvenes, sin tratar de ponerlo en un plano de rebeldía «consciente», debido a que existen sus porqués, del consumo. La antropóloga Maritza Urteaga nos comenta que el consumo en ciertos grupos de jóvenes contraculturales 22 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder logrará recobrar los «valores y visiones» de la juventud. Tal y como encuentra Alex un artículo de prensa sobre la «Juventud Moderna», en el cual iba mucha carga de determinismo religioso, el cual indicaba: «…que EL DIABLO ANDABA SUELTO, y comenzaba a insinuarse en la carne joven e inocente…». De esta manera organizar bandas, faltar o reprobar en la escuela, perpetuarse en la disco los fines de semana, desinteresarse por su futuro, etc., sólo constituyen «locuras» de juventud, que a través de un aprendizaje de «acierto y error» van acoplándose al orden social. (Zebadúa, 2002:13). Pero LNM nos muestra también que la maldad y la violencia tiene varios orígenes; Alex, replantea un discurso que le da a su asesor post correctivo P.R. Deltoid, quien lo trata hacer reflexionar sobre el origen del mal. Pero Alex responde que si no se han planteado ni siquiera el origen de la bondad, ¿Por qué andarse metiendo con su negocio? como llama a su actividad diaria. A pesar de un cheloveco roñoso, tumbado, eructando y borracho, fuera la que fuera su edad, pero muy especialmente cuando era de veras starrio como éste, Estaba como aplastado contra la pared, tenía los platis en un estado vergonzoso, arrugados y en desorden, cubiertos de cala y barro, de roña y alcohol. Bueno, lo agarramos y le encajamos unos pocos tolchocos joroschós. (Burgess, 2010:15). Estas acciones han servido para que a la juventud se le etiquete, a pesar de existir un abanico de diferentes tipos de organizaciones juveniles, y que ha dado a la vez cabida a pensamientos retrógrados en contra del joven. Como promulgar «leyes en contra de pandillas», «mano dura», o hasta análisis de tipo clínico que creen encontrar en formulas fácticas la desviación nihilista imperfecta de cierto tipos de jóvenes. Habrá algunos que hasta llegan a abogar por la reinstalación de la educación militar y religiosa, ya que según ellos sólo así se 23 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder de todo el aparente desinterés social que tiene Alex, éste le dedica algo de tiempo para enterarse sobre el acontecer social por medio del periódico. Por aparte como ya mencionamos brevemente el uso del léxico nadsat, es algo necesario dentro de su tribu urbana, ya que cualquier grupo juvenil contará con su propio vocabulario nadsat, que es comprensible sólo entre ellos. El objetivo es ahorrarse explicaciones, comunicar experiencias propias de la juventud que en el vocablo adulto no se podría narrar en la coloquial forma que ellos desean. Por último reforzar y mantener la identidad del grupo, con respecto a otros, y a la misma sociedad. (Urteaga, 1998:65), En pocas palabras, es el ejercicio de comunicación e identificación con «el otro yo». Otro aspecto importante en nuestro Humilde Narrador y la juventud en general, es la música, parte importante que posee sobre la parte superestructural de los diferentes colectivos nadsat, y su repercusión en su actuar diario. Para Alex, era de vital importancia después de una jornada de ultraviolencia y moloco-plus, darle una dosis de música a su cabeza antes de que se le sellara el pasaporte en la frontera del sueño y levantaran el schesto rayado para dejarlo pasar. Y tenía mejores palabras Alex para expresar el placer que provoca la música: Oh, era suntuoso, y la suntuosidad hecha carne. Los trombones crujían como láminas de oro bajo mi cama, y detrás de mi golová las trompetas lanzaban lenguas de plata, y al lado de la puerta los timbales me asaltaban las tripas y brotaban otra vez como un trueno de caramelo. Oh era una maravilla de maravillas. Y entonces, como una ave de hilos entretejidos de más raro metal celeste, o un vino de plata de flotaba en una nave del espacio, perdida toda gravedad, llegó el solo de violín imponiéndose a las otras cuerdas, y alzó como una jaula de seda alrededor de mi cama. […] Mientras slusaba, los glasos firmemente cerrados en el éxtasis que era mejor que cualquier Bogo de synthemesco, entreví maravillosas imágenes. (Burgess, 2010:36). Con estas palabras podemos comprender lo que significaba la música para Alex, y tener una idea de la importancia hacia él, al igual que tenemos que proyectarnos hacia lo colectivo y convertirlo también en un festín para la juventud. Observemos que Alex tiene lo mejor de su intelecto para definir «su música», y que aún está por encima de otras cosas buenas para él como la misma leche-plus. Como mencionamos con anterioridad, la música en el joven adquiere el papel rebelde y satisfactorio, no por quien lo produce, que para este caso serían las casas disqueras, productores. Es juvenil la música porque el joven la adopta y la vuelve suya, y ésta le dirá –de acuerdo a su pensamiento– lineamientos de comportamiento, tal y como lo hizo con nuestro Humilde Narrador: «La música siempre me excitaba, oh hermanos míos, haciéndome sentir como si fuera el propio y viejo Bogo en persona, listo para descargar rayos y centellas y tener a los vecos y las ptitsas crichando en mi ja ja ja poder.» (Burgess, 2010:36). Es decir, esa identificación cultural informal que brindan las bandas juveniles, van de la mano con los patrones y mensajes que no sólo son verbales, sino mucho más que van desde la gesticulación hasta la misma música. Alex mencionaba que la música que no era suya era casi una ofensa, y expresaba que era para él «…como pitear una suave y perfumada bebida sin alcohol para niños en vasos de oro muy bellos, trabajados y costosos.» Es todo un universo en que se ve envuelto el joven al identificarse con la música, comprenderlo como el obús por excelencia del joven; emblema de liberación emocional, que lo amarra a una estética que va desde su vestimenta particular, hasta lo colectivo que incluye espectáculos, diseño 24 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder hostilidad de aquellos que la detestan nace de su incapacidad para aceptar aquello que son realmente, quizás por su ingenuidad, de una falta de educación psicológica o de una incapacidad emocional para admitir este aspecto del hombre. (Ciment, 2001). y consumo de posters hasta programas radiales y televisivos. (Agustín, 2004:133). Podríamos decir entonces que la rebeldía, tendrá como vocera a su música. Entender esta interrelación música-consumidor-actos que serán importantes todas vez se comprenda el sentido de apropiación ya mencionado. Pero la misma novela, nos lleva a tener en cuenta que ese sentido de apropiación puede ser roto por medio de las leyes sociales, políticas y económicas de una sociedad. Toda vez se establezca lo contrario por lo que el joven ha vivido y podrá ser así, ejemplo para grupos sociales, como los religiosos, políticos y fanáticos de cualquier índole, le llegan a poner barrera a las diferentes expresiones musicales, y prohibirle así al joven el deleite del sonido del cielo. Esto lo observamos en la novela cuando usan al glorioso Ludwig Van, como arma reformatoria en contra de nuestro Humilde Narrador. A pesar de todos los atentados transformatorios institucionales que sufrió Alex, analizamos que el joven resistió porque el cambio del que habla Burgess, llegó, pero no como efecto de éste y aquel otro proyecto. El tiempo y no las instituciones cambiaron a Alex. Lo mismo es con los colectivos contraculturales, ya que siempre estarán en contra de un sistema que los condena. Si el joven no acepta, entonces se le regaña, se le desacredita, se le sataniza y se le reprime, con una virulencia que varía según el nivel de pobreza e indefensión. (Agustín, 2004:131). O también porque hay que buscar la virtud del joven, que es la fortaleza de la humanidad por excelencia, y que «…no depende de la poca o mucha virtud del conquistado, sino de la naturaleza de lo conquistado.» (Maquiavelo, 1973: 37). Por el hecho que Alex representa nuestro inconsciente, en un nivel onírico y simbólico donde la película nos llega directamente. El inconsciente no tiene consciencia. En su inconsciente, cada uno de nosotros mata y viola. Aquellos que gustan de la película encuentran esta especie de identificación con él. La Esto es la existencia de nuestro AntiHéroe, y sus hordas que lo rodean, y con el empuje contracultural que posee el joven rebelde, y claro para algunos, con un poco de moloco plus-grande. PODER con técnicas de condicionamiento que debilita la voluntad del individuo. «Muy bien muchachos, comenzaremos demostrándole que también nosotros conocemos la ley, pero que conocerla no es suficiente.» El jefe de los militsos [policías] poco antes de golpear a Alex, ante el requerimiento del joven drugo [amigo] de un abogado, al estar detenido por asesinato. Cuando nos referimos al poder, es necesario comprender la esencia del término, más allá de un simple y delimitado concepto. Entender la existencia y funcionalidad del poder es importante debido a que constantemente se le confunde con un solo grupo dominante, con una edificación y una expresión social. El poder va más allá de una delimitación teórica, ya que debería de entenderse como aquel que no se posee, sino que se ejerce, que no es una propiedad sino una estrategia, algo que está en juego. (Lucas, 2011:22). No tiene finalidad ni sentido, sino sólo existencia, y que no tiene direccionalidad predeterminada, ya que puede ir horizontalmente así como verticalmente. Es así que podríamos tratar de entender al poder como producto de las relaciones sociales, ya que solamente así y de acuerdo a sus diferentes estrategias, el poder se ejerce. ¿Y cuándo se puede palpar en lo empírico, en el diario vivir? Pues como lo indica el filósofo e historiador de las ideas, Michel Foucault: 25 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder a asistir a clases, y que de acuerdo a Alex no era más que un templo estúpido e inútil. El Estado como parte del poder por medio de sus instituciones, para este caso, los militsos y asesores postcorrectivos, etc. Este último juega un papel importante como representante de un poder disciplinario, y es el hacerle conciencia, o ejercer su poder a como dé lugar, para que Alex o gente descarriada como él, entren en la dinámica requerida por el sistema general. Amenazando a nuestro Humilde Narrador, que se aleje de su vida irreverente. «Pero te lo advierto, pequeño Alex porque como siempre soy tu buen amigo, el único miembro de esta maltrecha y enfermiza comunidad que desea salvarte de ti mismo.» (Burgess, 2010:40). Pero hay que asimilar que no se trata solamente de estar «fuera del poder» o «con el poder», ya que este pasa por el infinito sentido social de las relaciones. Observemos como Alex forma parte del poder estatal, como es el «mercado objetivo» por medio de sus instituciones; pero a la vez, también cuando advertimos que «el poder produce lo real» (2007:11), o sea aprender a observar lo cotidiano. Así como lo observamos más evidentemente en términos generales, en una sociedad, cuando una clase social ostenta el poder, sobre una mayoría desposeída, también lo podemos ver en hechos particulares, como la de un orador en un acto público, o la sola existencia de un estudiante universitario, en un conglomerado de escaso nivel académico; o lugares hechos para la sola expresión de dominación del poder como las prisiones, escuelas, iglesias, nosocomios y lugares militares. Todos, de acuerdo a su dinámica particular e inmersos en una sociedad, correspondientes a una estrategia particular y social. En LNM observamos todo ese tejido social que construye el poder, en el poder de Alex y sus drugos, sobre las personas que resultan siendo víctimas de ellos, como producto de su expresa fuerza juvenil y demás ventajas sociales. La de la scolivola sobre los jóvenes, y su constante invitación 26 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder pero éstas en vez de ser «reformatorias» como las otras, están atiborradas e incrementan su actitud ilegalista, para así justificar el papel de aparatos disciplinarios y controladores; justificar así la existencia de policías y demás aparatos militares. Es claro el ejemplo de LNM, y que participa en ambos casos. Las formas de resistencia e ilegalismo del poder también tienen diferentes maneras de expresión, una de ellas es la manifestada por anarquistas quienes, en su propuesta de transformación social, expresan la eliminación de las diferentes formas de dominación. La lucha contra el poder, más allá de una posición anarquista, es una lucha de cada individuo o grupo social, partiendo de su posicionamiento en el proceso productivo. Todo aquel que es víctima del sistema y se siente ultrajado por el poder, libra su propia lucha en contra de él; en contra de elementos superestructurales como la misma justicia penal, que no fue creada por los productores directos, sino por los dueños de los medios de producción quienes son lo que mantienen el statu quo. Esa justicia cuyo objetivo es dividir a la sociedad. Planteamientos como los dados por Foucault, son los entendidos por los anarquistas que están en contra del cualquier sometimiento; Foucault afirma que «…los procedimientos del cualquier poder son sospechosos de fascismo, igual como las masas son sospechosas de serlo en sus deseos.» Es esta pues la consigna anarquista ante el poder, destrucción total, una lucha liderada por el proletariado, más no integrada solamente por ellos. (Lucas, 2011:22) Papel que ejecuta perfectamente en LNM el intelectual F. Alexander. El ilegalismo de Alex recae en una expresión juvenil rebelde, con características nihilistas imperfectas, la cual detesta todas las instituciones de control y administración del poder. Toman también como suyos actos que se caracterizan por el desprecio a la vida así como todo aquello que lo rodea. Por ejemplo el sexo, lo tienen como algo cotidiano dentro de su ilegalismo, y están adquiere otro papel sobre las relaciones de poder familiares, con su pe y eme, o el papel sexual, o productivo del conglomerado. Diferentes papeles, pero todos alrededor del poder, pero de diferentes poderes. Diferentes castigos, diferentes prohibiciones, diferentes papeles protagónicos. Foucault nos ayuda a comprender la multiforme concepción del poder explicándonos que: No hay que plantearse un hecho primero y masivo de dominación (una estructura binaria con, por un lado, los dominantes y por otro, los dominados), sino más bien una producción multiforme de relaciones de dominio que son parcialmente integrables en estrategias de conjunto; que las relaciones de poder sirven, en efecto pero no porque estén al servicio de un interés económico dado como primitivo, sino porque pueden ser utilizadas en sus estrategias; (Foucault, 2007:98). Pero a toda esta compleja existencia del poder, también se encuentran posiciones contrarias, a un poder en específico, ya que como indica Foucault, en «Donde hay poder, hay resistencia». ¿Por qué? Sencillo, ya que esta resistencia también forma parte de la estrategia, un ilegalismo que forma parte del mismo ejercicio del poder. Un claro ejemplo de esto es la situación carcelaria a nivel mundial en la actualidad, y que da gran apertura de compresión para el caso de LNM. Veamos, como el caso de un sujeto que viole o se resista a las normas que establecen los poderes, en un país industrializado, de primer mundo o rico, será arrestado y enviado a una prisión con una plena individualización de poder. En ella se le tratará de hacer ver por medio de, no solo policías, sino también profesionales como médicos, psicólogos, psiquiatras, sobre su ilegalismo, de haber cuestionado o atentado en contra del ejercicio del poder. Esto para que cuando ya haya podido reflexionar sobre su acto, tenga una exitosa reinserción. Pero en países del tercer mundo, como los latinoamericanos, a los transgresores también se les envía a prisión, 27 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder se pierde la individualización de la persona, ya que no habrá más nombres y características individuales, más que el número de recluso. Todo esto ante un total sometimiento de los presos ante los carceleros, y esto lo podemos ver bien en el ámbito y ambiente creado en la película, desde el primer momento de filmación de la cárcel Parkmoor. Es así que las primeras palabras para Alex en la staja, son: «Y desde ahora se dirigirá a los oficiales con el apelativo señor […] Usted es ahora el 6655321, y es su deber memorizar ese número.» (Kubrick, 1971). Es el despojo de la persona ante otra que empieza su proceso de redominación y sometimiento, quitándole lo individual, y poniéndolo en una situación colectiva. Le quitan sus pequeñas posiciones individuales que llevaba en sus bolsillos y que lo particularizaban en la sociedad: chocolates, llaves, anillo, cigarrillos, lapicero, peine, libreta, monedas, ropa y reloj; además de su nombre, ya nunca dentro de la cárcel será llamado nuevamente Alex. Ya sólo habrá normas y gritos, en la staja, una de las últimas expresiones de las sociedades disciplinarias. Luego de la reclusión, el poder emplea diferentes formas o técnicas para debilitar la individualidad del sujeto, para el caso de nuestro Humilde Narrador, es sometido al Plan Ludovico, el cual trata de «curar» al individuo, por medio no sólo de disciplina carcelaria, sino ver como caso clínico la rebeldía. El fin del Plan Ludovico es hacer «buenas» a las personas descarriadas, volverlas óptimas para la sociedad, Ludovico como técnica de dominación del poder. Un plan pragmático que aunque en el mismo sistema a muchos moralistas no les era de su agrado. El chaplino de la cárcel era uno de ellos: «El problema es saber si esta técnica puede hacer realmente bueno a un hombre. La bondad viene de adentro […] La bondad es algo que uno elige. Cuando un hombre no puede elegir, deja de ser hombre.» (Burgess, 2010:86). En fin los resultados a grandes rasgos del plan son la reinserción del sujeto a la dinámica social, con la concientes de la provocación al sistema que implica dicho acto. Las violaciones realizadas por su pandilla o la de Billyboy, no son actos más que de agresión social, física, y que este acto no provoca el impacto solo en lo sexual, sino también como una agresión física en general. Como nos indica el psiquiatra y teórico David Cooper: «La violación no es orgásmica. Es una especie de masturbación rápida en el cuerpo del otro. No es sexual. Es una lesión.» (Foucault, 2007:98). Como ya hemos visto, este acto de provocación rebelde hacia el poder, conlleva su acto punitivo, y es el encarcelamiento que demuestra la esencia del poder coercitivo, la delimitación de la libertad ante su espectáculo de dominación. Cuando mencionamos los casos del proceso de encarcelación tanto en países avanzados como en los no avanzados, vemos muy claro el caso de Alex. Diferentes instituciones entran al escenario cuando se trata de hacerle ver a un individuo sobre su acto de ilegalismo, –tomando el caso de Alex, con el caso de los países industrializados– debido a que lo que tratan es hacerle ver su «pecado» de provocar al poder. En el caso de LNM, después de la captura de Alex, la primera institución punitiva, es la judicial, y que nuestro drugo se refiere así: «Después de un juicio con jueces y jurados y con duras palabras proferidas contra su amigo y humilde narrador él fue sentenciado a 14 años… por asesinato…» (Kubrick, 1971). Luego encuentra un discurso moralista religioso de sometimiento, en donde los hacen preguntarse si van a estar saliendo o entrando a la staja, y condenándolos a que si es así no se dan cuenta «del castigo divino que aguarda a pecadores impenitentes en este y el otro mundo.» (Kubrick, 1971) El miedo pues, como un elemento coaccionador, y el miedo, al infierno para el caso moralista y religioso. Luego ya en el «zoo humano» (como llamaba nuestro Humilde Narrador a la staja) se encuentra con otra técnica disciplinaria, y es que si bien se individualiza el poder por medio de diferentes técnicas controladoras, 28 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder aceptación de todo el entretejido de relaciones del poder. Aceptar que este Plan existe porque como mencionó el Ministro del Interior: «El Gobierno no puede continuar aplicando teorías penales pasadas de moda.» (Kubrick, 1971). Entonces, LNM nos muestra los diferentes poderes que se expresan en la sociedad, no solo un poder o «El Poder», ya que comprendiendo que es producto de las relaciones sociales, debemos admitir la existencia de diferentes poderes y la lucha contra ellos. Vemos como Alex le toca que imponer sus normas disciplinarias dentro de su pandilla; dentro de la cárcel, también se da una lucha por poder, de existencia si se quiere minimizarlo, pero al fin es lucha también de poder. Citando a Foucault, es obvio deducir que en el fondo no existe un poder, sino varios poderes, diferentes formas de dominación, de sujeción que operan localmente; se trata de formas locales, regionales de poder, todas heterogéneas que deben de ser localizadas histórica y geográficamente. (1999: 19). Podemos observar como uno de los tantos poderes se encuentra en el plano superestructural, en donde el pensamiento, la ideología llega a ser muy influyente sobre el actuar del sujeto y su forma de corresponder ante el poder. Chomsky nos indica que el sujeto debe de ser reducido a la pasividad, pero para que este se solidifique, debe de estar muy fuerte el plano de las creencias. (2009:38). Es aquí que vemos y podemos interpretar el papel del chaplino y su relación en Alex en la staja, es de los primeros personajes en LNM, dentro de la cárcel y dando un discurso condenatorio y «reformatorio» ¿Qué tanta importancia tiene un religioso en un proceso «reformatorio» de la sociedad? Aparte del estigma que no es racional, sino funcional en su papel domesticador. Era de darle esa nueva oportunidad al sujeto, quitándole sus pecados cometidos y echándole la culpa a otro, no hacerlo responsable de sus actos, mientras esté dispuesto a cambiar. Las religiones monoteístas, judías, cristianas, mahometanas, entronizaron la figura del Maligno, al que le dieron nombre y características propias. Todas las calamidades posibles eran producto de sus malas artes, y el pecado se debía a las tentaciones de Satanás, considerado enemigo no sólo del ser humano, sino del mismo Dios. (Martínez, 2009:101). Vemos entonces que así como hay poderes, hay diferentes técnicas disciplinarias también, las cuales van con variedad de mecanismos con los cuales se puede operar la tecnología que ejerce los poderes o «el poder» sobre la población. Y población entendida como un grupo de seres vivos que son atravesados, comandados, regidos, por un proceso de leyes biológicas. Entender este último concepto que nos da la apertura a comprender al sujeto como máquina de producir todo, de producir riquezas, de producir bienes, de producir otros individuos, etc. (Foucault, 1999:19). En LNM se da el caso de abandono, del factor cohesionador de la familia de Alex: Pe y eme, sumergidos en un trabajo absorbente y que requiere de atención, más de la tercera parte del día, como todo trabajador en una sociedad consumista. Para terminar, no hay que dejar a un lado ese sentimiento de libertad que está inmerso en el ser humano, y que rechaza cualquier forma de dominación y poderes, es algo que esta innato en el sujeto. Lejos también de dar por suficientemente estudiado el tema del poder, notamos que «sólo podemos esperar que el «instinto de libertad» del que habla Bakunin sea verdaderamente un elemento central de la constitución de la naturaleza humana, que ya no será sumergido y controlado por una doctrina autoritaria y su desesperanza, por el poder y los estragos que causa.» (Chomsky, 2009:33). Comprendamos las palabras nuevamente del gran filósofo del poder, Foucault, cuando nos menciona que no se trata de construir un sistema sino un instrumento; una lógica 29 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder propia a las relaciones de poder y a las luchas que se comprometen alrededor de ellas; (Foucault, 2007:101). Por lo mismo, el intelectual antisistémico que le dio cobijo a Alex, después de su salida de la staja, le indicó que el gobierno estaba implantando –variedad– de técnicas de condicionamiento que debilitan la voluntad del individuo. Y producto de ello era Alex y su paso por el Plan Ludovico. (Burgess, 2010:164). P.R. Deltoid, asesor postcorrectivo de Alex, hablando a este sobre el delito. SOCIEDAD PANÓPTICA que vende la libertad por un poco de tranquilidad. Todo indica que las sociedades actuales, están dejando el acto punitivo público como castigo, y se están volviendo más controladoras, los poderes están dejando de ser más severos y convirtiéndose en más vigilantes. (Foucault, 1998: 100-101). Pareciera que la novela de George Orwell (1984) es profética, ya que el «Gran Hermano», está en todas partes vigilándonos y controlándonos, y muchas veces a petición de la misma sociedad que clama por un poco de seguridad. «EL GRAN HERMANO TE VIGILA»: En una supuesta sociedad policial, el Estado ha conseguido el control total sobre el individuo. No existe siquiera un resquicio para la intimidad personal: el sexo es un crimen, las emociones están prohibidas, la adoración al sistema es la condición para seguir vivo. La Policía del Pensamiento se encargará de torturar hasta la muerte a los conspiradores, aunque para ello sea necesario acusar a inocentes. (Orwell: 4). «Entonces ándate con cuidado, eso es todo, sí. Sabemos más de lo que crees, pequeño Alex. […] ¿Qué les pasa a ustedes? Estudiamos el problema, y venimos estudiándolo durante casi un siglo, y no hemos avanzado nada. Tienes un buen hogar, padres buenos y cariñosos, y un cerebro no del todo malo. ¿Qué demonio te carcome?» Ser controlado sin que uno sepa de dónde puede venir la observación es el modelo panóptico que analizó Foucault, y es lo que podemos ver actualmente en las sociedades; en cualquier parte se encuentra uno con cámaras de video y de las cuales el individuo no sabe a dónde van las imágenes transmitidas y qué se hace con ellas. Esto con el supuesto de impedir los delitos, y 30 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder realizar una «investigación empírica» de un supuesto y posible delito, en el cual se basaran también en el pasado del individuo. Esto lleva también implícito un control del individuo que ya fue registrado y será monitoreado, es agregarle un GPS lúdico, figurado, pero con el aplomo necesario para controlarlo. Veamos, con Alex, después del paso por el Plan Ludovico, que lo «reformó» y reinsertó a la sociedad, no le implantaron un chip, o un GPS, físicamente; porque no había necesidad, de acuerdo a sus métodos y resultados, estos elementos controladores iban inmersos en el proceso reformatorio y sus técnicas. La técnica panóptica iba en tener la certeza de que ya no iba a poder romper las normas establecidas por los poderes, y así fue, no llevó cámara atrás Alex, pero ya no pudo ser quién fue, al momento de salir de prisión, toda una técnica controladora. No pudo practicar su unodós, ni pudo practicar la ultra violencia y menos poder gozar las experiencias extrasensoriales del moloco plus ultra, fue convertido gracias al panoptismo, un ser sometido y controlado, sin necesidad del acto punitivo y ceremonial de la justicia. Y es que este sistema trata de vender al control como «lo menos arbitrario posible», convencer de que es necesario una sociedad vigilada, que es una necesidad ante un conglomerado deplorable y carcomido por las deformaciones de la convivencia social. Tal es mensaje con carga placebo, que hasta el carácter de ser controlado es exigido por casi todo estrato social, cultural y político. Veamos que en países latinoamericanos, ahora ya existen áreas marginales, «asentamientos» o «favelas», que cuentan con garitas, talanqueras y seguridad privada que resguardan los humildes conjuntos habitacionales. El control se está volviendo algo exigido y «necesario» para las comunidades. Pero hay que tener la capacidad de analizar que con el panoptismo no sólo va la observación minuciosa, sino también las consecuencias de ella, es que a primer instancia, el control de fuerzas del individuo/colectivo, y la docilidad de las relaciones, que conllevan a las disciplinas, que tanto exigen los poderes. Uno de los ejemplos del control que muestra LNM, es el referente de ese GPS lúdico o conceptual que ostenta el poder, es la situación post correctiva de Alex. Como mencionamos, no necesitó de una vigilancia estricta las 24 horas, para saber que si estaba actuando bien y uno de los medios que comunicaron eso fueron los medios escritos y televisivos. Nos contaba Alex al respecto: El resto del día anterior había sido muy agotador con las entrevistas grabadas para los telenoticiosos y las fotografías flash flash flash y nuevas demostraciones de cómo me repugnaba la ultraviolencia, y toda esa basura calosa. (Burgess, 2010:135). Nos muestra en este caso LNM, una de las variantes del poder y sus sistemas de control, ya que los medios informativos, con el objetivo de transmitir el acontecimiento social, revelan también los resultados de los procesos institucionales, a la vez les sirve para catalogar sus métodos. Es pues un reporte del proceso para las instituciones rectoras, y un «trifoliar» informativo para los integrantes de la sociedad. Espacios físicos, instituciones y medios informativos (como para este caso), cumplen su papel panóptico, de vigilar, jerarquizar y recompensar, con el objetivo específico de mantener un control, para organizar así una nueva economía del tiempo de aprendizaje. (Foucault, 1998: 151). Lo interesante del caso es que toda técnica de control, quienes la construyen son elementos que conforman a ese conglomerado que también es producto de un control; porque aunque sean parte de la instalación y mantenimiento del sistema, ellos siguen siendo elementos productivos del poder o sistema dominante. A medida que el aparato de producción se va haciendo más importante y más complejo, a medida que aumentan el 31 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder Todo esto bajo una de sus herramientas más simbólicas, la policía y demás fuerzas de violencia. Bien lo decía Ambroce Bierce, al indicar que esta estaba – la fuerza armada– destinada a asegurar la protección al expolio. (1998:119). Pero parece que todo grupo que desea una sociedad controladora, tira al caño toda tradición de libertad existente, con tal de estar «seguros y controlados», porque bien lo dijo el intelectual anti-sistema en LNM, F. Alexander a nuestro Humilde Narrador: «La gente común está dispuesta a tolerarlo todo, sí. Es capaz de vender la libertad por un poco de tranquilidad. Por eso debemos aguijonearla, pincharla…». Porque sino de lo contrario nos diría Orwell, «EL GRAN HERMANO TE VIGILA». número de los obreros y la división del trabajo, las tareas de control se hacen más necesarias y más difíciles. Vigilar pasa a ser entonces una función definida, pero que debe formar parte integrante del proceso de producción; (Foucault, 1998: 180). Esta diversificación de los protagonistas de quienes aplican el control y quienes son el objeto a controlar, es visible cuando Alex, sale de la staja y es confrontado por su antiguo drugo Lerdo y su rival Billyboy, estos como gendarmes. Estos fueron absorbidos por el sistema, por el proceso productivo económico, a quien no importando su antepasado criminal, rápidamente y sin cuestionamientos los hace parte del él, como abanderados del control social. El control junto al castigo, en personas que abusan de ello, solo dará como resultado actos punitivos arbitrarios, como cuando Billyboy siendo policía castiga a Alex en: venganza de su rivalizado pasado. Un pequeño paseo por el campo, desnudo en el invierno, pero solitario y hermoso. No siempre conviene que los luidos de la ciudad videen demasiado los castigos sumarios. Las calles tienen que mantenerse limpias, y de distintos modos. (Burgess, 2010:153). CASTIGO que hace que el hombre no pueda elegir, que pierda su condición humana. «Un montón de condenados idiotas, todos ustedes, vendiendo el derecho de primogenitura, por un plato de lentejas. La emoción del robo, de la violencia, las tentaciones de una vida fácil, ¿valen la pena cuando tenemos pruebas innegables, sí, sí, pruebas incontrovertibles de que hay un infierno?» El chaplino [sacerdote] de la staja [cárcel], dándole un sermón moralista a los plenios [prisioneros] sobre el actuar de sus vidas. Vemos entonces que dentro del panoptismo adoptado, no sólo se trata de un control individual simple, sino transformar un esquema, que va desde la moral hasta la economía, de forma colectiva, creando así un modo de psique que promulgar, mantener y defender; he la justificación de su existencia. Pero sin caer en determinismos económicos, es importante interpretar las palabras de Foucault, al indicarnos que: La vigilancia pasa a ser un operador económico decisivo, en la medida en que es a la vez una pieza interna en el apartado de producción y un engranaje especificado del poder disciplinario. (Foucault, 1998: 180). «En fin, a patadas, golpes y empujones me llevaron a las celdas, allí me pusieron junto a diez o doce plenios, muchos de ellos borrachos.» Así inició nuestro Humilde Narrador su odisea del castigo impuesto por las autoridades. Observamos que a pesar de que entra a la cárcel con lujo de fuerza por parte de los militsos, el cuerpo en este tipo de castigo ya no es el objetivo de la represión penal nos diría el filósofo Foucault. El castigo corporal no ya es el fin en sí mismo del castigo, atrás quedaron aquellos tiempos en 32 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder tolchocado por guardias brutales y matones, junto a criminales vonosos y degenerados, algunos verdaderos pervertidos, muy dispuestos a aprovecharse de un malchico joven y rozagante como vuestro narrador. Además, había que rabotar en el taller haciendo cajas de cerillas, iteando iteando iteando en el patio, decían que para hacer ejercicio; y por la tarde algún veco starrio de tipo profesoral nos hablaba sobre los abejorros, o la Vía Láctea, o las Excelsas Maravillas del Copo de Nieve, y esto último me hacía smecar bastante, porque me recordaba la tolchocada y Puro Vandalismo que le aplicamos al veco de la salida de la biblio pública en aquella noche invernal; (Burgess, 2010:80) Alex, está –aun en un sistema ya desfasado de reclusión– siendo ya «transformado», al utilizarlo en un oficio, ya que solamente será útil, cuando cuerpo y alma, sean productivos y sometidos. Y mencionamos lo de un sistema desfasado, porque cuando comentamos los dos tipos de reclusión que existen, tanto en un país tercermundista como uno del primer mundo; y a la vez también el cambio de un castigo penal corporal a uno de reclusión físico y mental, esta transición no se hace de un solo donde el suplicio iba con el fin de dejar una lección a la sociedad; un espectáculo sobre el cadalso, y en donde el cuerpo era el principal actor. Se ha dejado a un lado el arte de las sensaciones insoportables, por una economía de los derechos suspendidos. (Foucault, 1998: 18-19). Mencionamos economía porque ya no se trata de desaparecer únicamente al culpable, sino reutilizarlo, y volverlo útil dentro de un proceso económico que será quien determinará en última instancia la superestructura que dictará esas nuevas normas. La cárcel será la nueva expresión del castigo, posterior al suplicio del cadalso, una limitante física y mental para el condenado, en la que la individualización del sujeto ya no existe (solo en ciertos casos que comentaremos adelante), todos son por igual unos condenados, con el objetivo de transformarlos. Una rutina interna que lleva a hacer al condenado constantes actividades que supuestamente los hacen replantearse sus actos subvertores o vandálicos. Y es que ante la ausencia de un verdugo y olvidando el cuerpo como objeto de lección ante el castigo, llegan a los condenados una legión del profesionales en diferentes ramas de la vida (médicos, psicólogos, militares, curas, etc). Esto con el objetivo de trabajar de ahora en adelante con el subconsciente del preso, dominar y redefinir el alma del apresado, realizarle una nueva visión de la voluntad. Esto para coadyuvar en la base económica de una sociedad. Veamos como Alex nos lo muestra: No había sido edificante, de veras que no, verse metido dos años en este grasño agujero del infierno, el zoo humano, pateado y 33 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder pero una homologación de sus individualidades como persona. Vimos que es despojado al momento de entrar a la staja, de todo objeto o característica que lo haga recordar su pasado, es un corte con su pasado delictivo a la vez. Así lo comprendió Alex, de manera que yendo o viniendo era él siempre 6655321, ya no nuestro Humilde drugito Alex. (Burgess, 2010:80). Lo único que será individualizado por momentos será su cuerpo en pleno espacio terapéutico o reformatorio, pero siempre visto como bloque al momento de la reclusión, junto con los demás presos. En síntesis, se encuentra de una u otra manera, inmerso en una nueva realidad disciplinaria y transformadora. Esta nueva realidad, en la parte superestructural, es muy importante el papel de la religión moralizante y condenatoria. Como ya mencionamos es significativo que la pasividad, sea el papel que promulgue ausentismo de cambio social y esto solo va implícito en el plano de las creencias. Y es lo que vende la religión cuando hace uso de su verborrea condenatoria a la purgación eterna del inferno de los infieles. Abstención social, y un rescate individual, de la persona y su espíritu al infierno. «Que la Sagrada Trinidad os guarde por siempre, y os haga buenos, amén…« dijo el chaplino de la staja a los reos. Bien dicen que cuando los acuerdos sociales les niegan el poder requerido para afirmar la obediencias, se vuelve necesario utilizar «toda una nueva técnica de control, y sobre todo a través de la propaganda», a causa de la «ignorancia y la superstición […] [de] las masas.» (Chomsky, 2009:58). Luego de analizar los elementos coaccionadores, vemos el método, utilizado en LNM, como ya hicimos mención, este pasa del método limitador de la cárcel, al de tratamiento por medio de especialistas o profesionales, y que para este caso pasa de ser un problema social a uno clínico. Será un centro médico quien lo trata a Alex y Foucault indica que un hospital …no es simplemente el techo bajo el que se cobija la miseria y la muerte golpe. Han sido procesos, que ha llevado tiempo y reformulaciones de estrategias de poder. El escenario de reclusión de Nuestro Humilde Narrador es, en ese plano ya superado el castigo del acto punitivo y circense del cuerpo sobre el cadalso y la muerte como fin en todo un acto formal y protocolario. O sea, los castigos se vuelven escuela, más que una fiesta (Foucault, 1998: 115). Se encuentra ya en los actos de delimitación como condena, pero aun sólo en sus primeras formas: la reclusión únicamente, bajo constante observancia y que poco a poco va pasando al sistema superior de transformación, la de la individuación profesional del castigo. Bueno, quiero que sepan que cuando construyeron la celda la hicieron para tres personas, y ahora éramos seis, apretados como sardinas. Y así eran las celdas de todas las prisiones en esa época, mis hermanos, una vergüenza de cala, pues no había lugar para que un cheloveco estirase las piernas. [..] Un veco starrio y lengua larga, comenzó a crichar […] Exijo mis podridos derechos, esto es el colmo, es una maldita imposición, eso mismo es. Pero vino uno de de los chasos y le dijo […] las cosas serán siempre peores, nunca mejores. (Burgess, 2010:88). «La duración de la pena sólo tiene sentido en relación con una corrección posible y con una utilización económica de los criminales corregidos.» (Foucault, 1998: 127). Esto se debe que el método de condena así lo exige para tener presente el tiempo de cambio necesario, en donde el cuerpo tenga el suficiente tiempo para su manipulación, y responda así a las directrices de «educación y obediencia» dictadas por la sociedad. Fue así que Alex sintió ese balde de agua fría al momento de su condena, «Culpable», palabra fuerte para un joven de 15 años, condenado a catorce años por asesinato. Dentro de la vida de Alex, como preso entraría a una situación de individualización del proceso reformatorio, de la disciplina, 34 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder Si miramos en la película la llegada de Alex ha dicho Centro, las imágenes hablan por sí solas, de un presidiario confinado en un lugar lúgubre, impositivo y asfixiante; pasa a uno en donde ya no es presidiario sino un paciente y tratado como tal. Alimentado y tratado por enfermeros, ubicado en la sala para pacientes y monitoreado por médicos, será su nueva situación. Esto es pues parte del Plan Ludovico. Un procedimiento pragmático que llevaría un marco teórico médico, y dará al paciente la oportunidad de reformarse por medio de terapias audiovisuales y una que otra droga; prácticamente una terapia de shock, anti-violencia. Para nuestro Humilde Narrador no era más que algo que lo sacara rápidamente de la staja y lo asegurara de no regresar, no importando su nivel experimental. Para los detractores como el chaplino, un método que viola los principios de albedrío de la biblia cristiana. Para el otro tipo de detractor, el político anti-sistémico F. Alexander, él lo analiza como una herramienta más del gobierno y demás instancias de dominación, una en la cual el régimen o las diferentes instancias de dominación tienen el control sobre el individuo. Al saber F. Alexander de nuestro Humilde Narrador, y lo que había vivido en el perverso Plan Ludovico, expresó lo siguiente, tanto de Alex, como de sus planes: Te han convertido en algo que ya no es una criatura humana. Ya no estás en condiciones de elegir. Estás obligado a tener una conducta que la sociedad considera aceptable, y eres una maquinita que sólo puede hacer el bien. Comprendo claramente el asunto… todo ese juego de los condicionamientos marginales. La música y el acto sexual, la literatura y el arte, ahora ya no son fuente de placer sino de dolor. […] Siempre se exceden […] Pero la intención esencial es el pecado real. El hombre que no puede elegir ha perdido la condición humana. […] haremos que algunas personas vengan a verte mañana. Creo que nos serás útil, pobre muchacho. Me parece que ayudarás al derrocamiento de este gobierno que nos aplasta. Convertir a un joven decente en un mecanismo de relojería no es ciertamente un triunfo para ningún gobierno, excepto si se siente orgulloso de su propia capacidad de represión. (Burgess, 2010:160-161). Creemos que aquí el intelectual resume todas las líneas anteriores descritas , guarda la esencia de lo planteado, desde la interpretación juvenil, hasta el pragmatismo del sistema y sus diferentes métodos con todo y resultados. Pero a todo esto ya hemos visto las posiciones que impugnan los procesos y resultados de tan polémico sistema de transformación social e individual, de las sociedades actuales, pero para el caso de LNM ¿Qué piensan quienes lo defienden, quienes lo tratan de aplicar? ¿Cuáles son sus justificaciones? El Ministro del Interior, es el promotor de estas ideas de transformación de avanzada, pero como toda nueva idea encontró resistencia en el mismo bando, el Director de la staja, era un elemento que no compartía esas nuevas ideas. El argumentaba que la regla para él eran «ojo por ojo», para él al malo había que eliminarlo y no transformarlo. Ante este tipo de pensamiento el Ministro tuvo que luchar en las mismas instancias de dominio, pero veamos sus justificaciones del Plan Ludovico, de transformación: El Gobierno no puede continuar aplicando teorías penales pasadas de moda. Amontonamos a los criminales en una cárcel, y vea lo que ocurre. Sólo se consigue criminalidad concentrada, delitos en el mismo lugar de castigo. Pronto necesitaremos todo el espacio disponible en las cárceles, para que los criminales políticos. […] El problema de los delincuentes comunes como esta turba repugnante […] puede resolverse mejor sobre una base puramente curativa. Hay que destruir el reflejo criminal. El plan puede aplicarse en un año. Ya ven que para esta gente el castigo no significa nada. Más aún, parece que les agrada, y se matan unos a otros. (Burgess, 2010:94-95). En estas dos citas, podemos observar la esencia de estas discusiones, de todo ese bagaje teórico y empírico que hemos 35 Omar Lucas Monteflores: La Naranja mecánica y sus diálogos sobre el poder recorrido, y el cual como resultado nos lleva al objetivo de esto, la libertad, ese dulce aroma dice Alex. Pero también contemplamos que cuando no se llega a él junto a la justicia y la felicidad, se opta también al suicidio como acto únicamente independiente de la reglamentación social. Alex, intento el suicidio como único acto que le brindara esa libertad tan ansiada y rebuscada de diferentes formas. Ni la staja, ni el Plan Ludovico, ni la religión le dieron esa libertad que buscaba nuestro Humilde Narrador, más bien encontró todo lo contrario. Cuando abordó la biblia en busca de libertad, nos dice lo siguiente Pero lo único que encontré fueron cosas acerca de castigar setenta veces y siete, la historia de un montón de judíos que se maldecían y chocaban unos a otros, y todos eso me trajo náuseas otra vez. (Burgess, 2010:94-147) beneficio particular. Para el caso del Plan Ludovico, es de esperarse que se mire como una herramienta, una especie de venganza social, por los actos cometidos fuera de la ley. El no poder gozar de las anteriores actividades, es una de ellas; o la persecución de los ofendidos anteriormente, no pudiendo Alex defenderse, podría verse como otro acto de venganza social. O como se vuelve también una herramienta (tanto por detractores como afines al plan), algo de que vanagloriarse y aprovecharse políticamente. Pero sin el ánimo de echarles a perder la novela, y como pasa en la actualidad, la violencia sigue, a pesar de los muchos proyectos que se emplean; la ultraviolencia en el mundo de Alex, ya sea practicada por él o no, sigue siendo pan diario, superando la estadía de diferentes políticos en el gobierno. Por lo mismo todo sujeto debe de vivir el día a día, buscando un equilibrio en donde pueda exigir control, castigo y justicia, sin perder la libertad que tanto le ha costa encontrarla, o sea nunca perdiendo su condición humana. Vemos por último cómo estas técnicas disciplinarias y métodos de cambio social, pueden ser utilizadas de diferentes maneras, utilizar los resultados como un arma de Bibliográfia Agustín, José. (2004). La Contracultura en México. La historia y el significado de los rebeldes sin causa, los jipitecas, los punks y las bandas. (1ra. Ed). México. Debolsillo. Bierce, Ambrose. (1998). Diccionario del Diablo. Ediciones y Distribuciones Mateos. Madrid España. 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Instituto Veracruzano de la Cultura. 36 Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente: el caso de Marco Antonio Flores Eduardo Villalobos Pareciera como que muchos de los que acceden al «reconocimiento» lo hacen jugando muy bien sus cartas en estos dos principios y, por supuesto, en otros más: cuidar la imagen, saber venderse, hacer los contactos adecuados, etc. Y esto de alguna manera se refleja en los referentes culturales del mundo actual. Cuántas veces algunos artistas gozan de una fama inusitada entre sus contemporáneos y son olvidados décadas después. Y cuántas otras hay verdaderos referentes que permanecen en la sombra –y esto hay que decirlo, debido en parte a sus escasas «habilidades sociales» – y son redescubiertos muchos años después como puntos de quiebre de una tradición. Con demasiada frecuencia la biografía de un artista sobrepasa a su propia obra. De Van Gogh, por ejemplo, se recuerda más el incidente de su oreja mutilada que el nombre de muchos de sus cuadros emblemáticos. Casi todo el mundo sabe que Beethoven se quedó sordo, pero ¿cuántos podrían reconocer su octava sinfonía? Es más famosa la magdalena de Combray que la elaborada prosa de esa enorme saga narrativa que se llama En busca del tiempo perdido. Son más famosos los cafés de París que las novelas que se escribieron en ellos. Pareciera como si el prestigio estuviera determinado por dos principios básicos del ser social: el morbo y el exhibicionismo. 37 Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente ironía y sarcasmo que no deja santo parado, apestado tanto por la izquierda (que vio en Los compañeros una traición al movimiento armado en Guatemala) como por la derecha (que lo acusó siempre de comunista y desestabilizador), exiliado dos veces en un México al que aprendió a amar y del que nunca quiso separarse, Marco Antonio Flores se ganó por esta y muchas otras razones la animadversión de muchos de sus contemporáneos. Y su fama llegó a los que vinieron después. En innumerables ocasiones he escuchado opiniones de intelectuales y escritores alrededor de la obra y la figura de Marco Antonio Flores. Pienso que en muchos casos esas opiniones provienen de una secreta animadversión, en otros de una honesta visión El caso de Marco Antonio Flores parece corresponder al de esos artistas que, a pesar de su manifiesto desprecio por el gregarismo, por su disidencia frontal en relación con los valores de sus contemporáneos, no acceden a esa «fama» de la que gozan quienes son más complacientes con los círculos que se generan siempre alrededor de los espacios de poder de la cultura. Y, sin embargo, tal vez por eso mismo, nunca pasan desapercibidos. Convocan a un grupo, acaso reducido pero consistente, de seguidores, de lectores fieles, de admiradores que se encargan de colocar siempre sobre la mesa las cualidades del artista. Conocido como «el bolo», con reputación de pendenciero y una fama de 38 Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente si no negra, digamos que por lo menos oscura. Lo hago con el único fin de verlas desde otra perspectiva, en este caso la mía, igual de subjetiva y arbitraria, pero de manera ulterior una que intenta ser diferente. crítica. El problema es que no toda la gente, incluso en los círculos de la cultura, genera pensamiento. Son unos pocos los que se atreven a generar opiniones y los otros repiten como loritos esas ideas que con el tiempo terminan convirtiéndose en clichés, casi dogmas que la tradición consagra y de los cuales es difícil salir. O si no miren a los profesores de literatura en las secundarias: siguen diciendo que la mejor novela de Miguel Ángel Asturias es El señor presidente y que la más grande novela en lengua española del siglo pasado fue Cien años de soledad. Así que quisiera reproducir acá ciertas ideas acerca de la obra de Flores que se repiten mucho y le han creado una leyenda, La obra de MAF se centra en un solo tema, además ya agotado: la lucha armada Ciertamente, el conflicto armado interno trasvasa las obras más conocidas de Flores. De hecho, su obra narrativa más ambiciosa: La trilogía de la violencia, que incluye Los compañeros, Los muchachos de antes y Las batallas perdidas, tiene como escenario la lucha armada y sus personajes viven 39 Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente podría haber tenido otro trasfondo, otro escenario, otra ambientación, y hubiera funcionado igual. Las batallas perdidas es en el fondo, y con esto corro el riesgo de que me crucifique la casi inexistente crítica de este país, una historia de amor. De un amor condenado al fracaso, como en cualquier relato romántico o cortesano o realista. Es una intensa alegoría sobre las circunstancias del mundo que acaban con la pasión y el deseo. Y todo escrito desde la memoria, desde una pared en blanco llena de fotografías. Igual que con Los muchachos de antes, la circunstancia podría haber sido otra en lugar de la guerra y el relato hubiera funcionado igual. Así que Flores escribe desde la perspectiva de su tiempo histórico, por supuesto, pero sus obsesiones vitales van más allá de la lucha armada. Obviamente, esta es también uno de sus demonios escriturales, algo que lo marcó profundamente como ser humano y como inmersos en ella. Pero un lector avisado no dejará pasar por alto ciertos detalles que rebasan ese tema y esa circunstancia. Porque más allá de ese trasfondo hay episodios que alcanzan una dimensión completamente distinta, como el personaje que está rompiendo con su madre, con el pasado y la memoria en Los compañeros, como el niño que vive entre el asombro y la culpa en esa misma novela, como los amigos borrachos que recorren la ciudad ahí mismo. La introducción de Los muchachos de antes nos presenta, en una parodia del lenguaje del Siglo de Oro, a una fauna variopinta que atiborra cada noche un lugar del centro histórico de la ciudad en que transcurre el relato: el Fu Lu Sho. Al final, la parodia rebasa el lenguaje y establece una picaresca que termina sabiendo a tristeza y desolación a lo largo de la novela. En realidad, es el relato del fracaso de una generación. En este caso insertada en un proceso revolucionario, pero la historia 40 Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente poesía temas, formas y estructuras que hasta él fueron inéditas en la tradición local. Pero también una voz llena de ternura y de fuego devastador. Luego de la intensa asimilación de los caminos expresivos que inauguró César Vallejo, su maestro, transitó por la experimentación formal de La derrota, un libro de 1972 que puede leerse de maneras múltiples. A principios de los años ochenta escritor, pero también hay temas que son universales, comunes a la gran tradición literaria, y que logra insertar en su discurso narrativo de manera contundente y profunda. El bolo es buen narrador, pero un poeta menor Que me perdonen los entendidos, pero Marco Antonio Flores insertó en nuestra 41 Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente poesía guatemalteca del siglo XX. Y luego moldeó su propia voz en busca de una expresión depurada, que rozara la cotidianidad, la melancolía y la memoria recobrada, en sus últimos libros. Persistencia de la memoria es un conjunto desolador y espléndido. Elaborado con una sencillez apabullante, logra transportar a sus lectores a una experiencia vital que los reconforta construyó una enorme alegoría sobre el conflicto social guatemalteco en Crónica de los años de fuego, un libro en el que utiliza la polifonía, diversas voces que se contraponen y se funden al mismo tiempo, para construir un canto en el que caben registros coloquiales, tonos enciclopédicos e imágenes sorprendentes. Fue uno de los esfuerzos poéticos más ambiciosos de la 42 Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente La estación del crepúsculo es, tal vez, su testamento vital llevado al registro poético. Un libro breve, en donde roza una poesía más conceptual, a tono con las tendencias de otros poetas mucho más jóvenes que él. Ahí se hace más evidente una vocación de décadas que alcanzó momentos realmente altos, imágenes memorables, demonio, vértigo y vacío. Pienso que acaso la saña con que ha sido con su propio pasado. Por lo menos eso me pasa a mí. Pero esto lo consigue con una aparente transgresión al género —aunque, hay que decirlo, bastante común en poetas anteriores aunque de otras tradiciones, como Apollinaire o Pavese—; es decir, muchos de los poemas son también relatos, cuentan una historia que, con la poesía, logra encontrar posibilidades expresivas distintas a las de la narrativa. 43 Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente atacado Flores como poeta se deba a que publicó una antología crítica de la poesía guatemalteca del siglo XX y dejó fuera de su selección a buena parte del canon. Pero, entendámoslo bien, ninguna antología es total y todas obedecen a criterios muy subjetivos, aunque se nos presenten como artilugios críticos y objetivos, aderezados con una aparente aura de método y ciencia. El lenguaje del bolo es vulgar, solo putadas e indecencias hay en su obra Ciertamente, el lector de la obra de Flores no encontrará precisamente flores perfumadas. Hay un trabajo con el lenguaje y con la realidad hecha lenguaje. Por lo tanto, sus personajes no pueden hablar de una manera artificiosa o solemne. Hablan como tienen que hablar. Y el lenguaje guatemalteco, como nuestra sociedad y como nosotros, es sumamente agresivo y violento. Flores no se lo inventa, solamente construye un reflejo. Pero lo que hay que decir al respecto es que Flores hace literatura con ese lenguaje, aparentemente vulgar, y lo transforma por medio de su oído poético, incluso en sus novelas. Porque las ráfagas de putazos se hilvanan en un ritmo interior que devela una arquitectura basada en las palabras. Sus putazos no son gratuitos, no sólo responden a la necesidad de retratar el mundo, sino que estructuran momentos, estancias, contrapuntos plenos de musicalidad y sentido. Forman parte del andamiaje narrativo y poético de sus textos. He allí el trabajo de un escritor como Flores, dotar de una dimensión estética las voces del mundo. Y en esto, este escritor igual que Asturias antes que él, es un maestro. La obra de MAF no es ficción sino puro chisme Acá no quisiera abundar demasiado, puesto que la afirmación se cae por su propio peso. Ya la tradición norteamericana, por ejemplo, nos ha dado excelentes y abundantes modelos acerca de cómo la realidad llevada 44 Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente a la literatura se convierte en una ficción. Es evidente que, por mucho que un escritor parta de la realidad y quiera ser fiel a ella, las decisiones que toma para contarla: el punto de vista, las elisiones temporales, el lenguaje y muchas licencias que se toma al plantear la estructura del relato, conllevan la creación de un mundo que ya no es el mundo sino un universo que actúa con leyes propias, en este caso las de la ficción literaria. La obra de Flores es una deliberada y consistente elaboración narrativa. En su última novela, Viaje hacia la noche, que más de alguno podrá leer como un libro de memorias, el personaje que adivinamos como El bolo elige una manera de morir en un lejano pueblo del Reino Unido. Lo que presenciamos ahí es una alegoría, una elaborada metáfora. No diremos acerca de qué, para no arruinar las sesudas elucubraciones que nuestros escasos críticos puedan hacer. El bolo es un ser despreciable, insolente, que cae mal Acá tampoco abundaremos. Diremos simplemente que sí, que seguramente MAF ha sido insolente y despreciable, sobre todo con aquellos a los que durante su vida ha desenmascarado como falsos, mediocres y oportunistas. Porque jamás tuvo pelos en la lengua. Porque siempre intentó vivir lejos de los mecanismos del poder. Y eso se refleja mucho en sus artículos periodísticos, algunos de los cuales aparecen en el libro Pan pa´mi matate. No diré que fue intachable o que fue un santo. No diré tampoco si tuvo o no la razón porque no conozco a tanta gente. Y porque no participo de batallas que no son mías. Pero lo que veo es una actitud que confrontó los valores dominantes y la autocomplacencia tan común en este país. Eso le valió muchos enemigos, muchas críticas, demasiadas descalificaciones. Pero un escritor debiera ser juzgado por su trabajo, simplemente. Puesto que su objetivo no es ser un mártir o un líder o un 45 Eduardo Villalobos: Apuntes para derribar un mito alrededor de un disidente modelo a seguir. Su objetivo es generar una obra que le diga algo a la gente. Y en el caso de Flores, creo que esa misión se cumplió sobradamente. Ahora, a sus 75 años, debiera ser el tiempo de los homenajes. Pero su leyenda de caer mal cuajó. Así que el silencio impera. Genios menores han tenido más pompa. Pero no creo que esto importe. Los homenajes vendrás después, cuando las generaciones de otros siglos descubran su legado, su espejo, su inercia y sus ojos convertidos en palabras. Y no quede rastro de su leyenda negra, la de su vida. Entonces, muchos de los que ahora lo niegan vivirán en el implacable olvido. ¿Que como estoy tan seguro? Bueno, tal vez yo, con este artículo, lo único que intenté fue, no sé si con fortuna o con mala suerte, hacer literatura. 46 Letras Relato de Renato Buezo Chalchuapa I Luego de la congregación en Quetzaltenango, a mi padre le empezaron a surgir ideas de que lo estaban vigilando. Corría el año 1872, uno antes de que Barrios llegara a la presidencia donde fue necesario una reunión de urgencia con las logias de Occidente, la cual se disfrazó con tintes de asamblea anual para evitar sospechas. Sin embargo, la persecución había iniciado. Barrios era el comandante general en esa ciudad, y fue él quien empezó con la suspensión de garantías para los grupos sociales que tenían criterios distintos al suyo. Varios masones quezaltecos se trasladaron a Oriente. La casa de mis padres albergó a uno de ellos que decía ser pariente lejano de García Granados, el entonces presidente, quien entró junto con Barrios por México, y un pequeño ejército armado con ayuda de don Benito Juárez, hasta lograr la victoria el 30 de junio de 1871. Las sospechas de mi padre no tardaron en salir a la luz. Un año después expulsaron a los jesuitas de Cuilapa, y se prohibieron las reuniones de todo tipo. Había en el ejército de Jalapa unos hombres que usaban pañuelos en el rostro, quienes azotaban a la gente que se detenía en las calles a comentar los sucesos del día. El día que uno de ellos le cortó el pómulo a mi hijo, decidí que sería parte de la lucha; todo yo, completo, hasta el más insignificante suspiro de mi alma. Éramos varios pueblos los que estábamos en contra de las medidas de Barrios, y de esas ideas absurdas de formar una sola república. El caudillo pretendía expandir su poder, nada más. Empezó a comprar intereses, los representantes de otros países hicieron negociaciones desesperadas con él, decisiones en vano. La logia de Oriente manifestó en unos pasquines que 49 Relato de Renato Buezo repartieron en los mercados y en las misas, los vejámenes del tirano que iban sobrepasando todo lo vivido. Dos días después aparecieron fusilados el familiar de García Granados, y un ex teniente que por un tiro perdió la mitad de la pierna derecha en la batalla de la Laguna Seca, un mes antes de que García y Barrios se consagraran revolucionarios triunfadores entre proclamas y vítores de la capital guatemalteca. Esa tarde visité la casa de mis padres. Mi madre, en particular, lucía desmejorada; una mezcla de confusión y desesperanza hacían de su rostro una pintura oscura, un anuncio de muerte. Me dijo cuando estábamos por sentarnos, pasándome los platos, que le preocupaba mi padre. Aunque él escuchó, se hizo el desentendido. Al cruzarse nuestras miradas negó el sentimiento de mi madre, pero yo vi un vacío, la lejanía, la ausencia que ya era él en nuestras vidas. Dos días después lo encontré en su silla de mimbre, donde solía leer los periódicos, con una cuchillada en el costado, la misma mirada de la otra noche, y un olor desagradable que empezaba a invadir la casa. II Recién habíamos ganado la batalla del Coco. Comandados por el coronel Girón nos hicimos de un prestigio colosal. Gozábamos de una buena reputación, de modo que si somatábamos las botas en el suelo, nos volteaban a ver desde cualquier lado. Después de la muerte de mi padre decidí enrolarme en el Ejército, sólo allí tendría la esperanza de completar el plan, por eso erré todos los tiros en la batalla, por eso llevé a la discusión mis opiniones fundamentándolas, hasta que el Coronel me nombró Consejero Segundo de la cuadrilla de Estrategia e Inteligencia Militar. Siempre me repetía para no desesperar, que poco a poco acabaríamos con esa locura, lo hacía en silencio frente al espejo, la mirada puesta sobre la mirada de azogue, la que me hablaba. Una vez, con el uniforme de diario, entró el Coronel sin llamar a la puerta. Qué hace, Teniente, preguntó. Le dije que infundiéndome valor, dejando que todo se acumulara en el pecho. Me ordenó que continuara. Siga, Teniente, dijo, porque será usted quien dispare. Le hice ver que era un mal tirador, no podían descargar en mí tamaña responsabilidad para la única oportunidad, pero ya estaba decidido, de modo que de allí en adelante practiqué todas las tardes de ese mes con botellas atrás de la buhardilla. Era un montículo alto que empataba con el último nivel del edificio, por eso preparé todo allí, para no cruzarme con el resto en el polígono, y porque en la buhardilla, debajo de ese techo envejecido, sólo había cosas en desuso. Mejoré tanto que lograba, en casi todos los tiros, arrancarles el cuello sin derramar el líquido. En ese período tan corto mi formación militar desarrolló en mí el terror al ojo crítico de mis superiores, y al ojo esperanzador de mis iguales. Pedí autorización para mover el camastro y mis cosas a la buhardilla, allí me alojé. Todas las noches asomaba a la ventana debajo del vértice que unía las dos aguas, imaginando aquel momento donde disparaba el tiro certero. Aquellos momentos, los disparos, los cambios de posición, las botellas explotadas, los regaños del instructor, la huella de mi aliento en la ventana, se convertirían en la muerte de él: impetuoso, sagaz, inquisitivo, obstinado, desequilibrado por el poder, tirano, el que humilló a mi hijo, el asesino de mi padre. 50 Relato de Renato Buezo III Nunca había estado en el Salvador. Ahora lo conocía de tarde, y todo hacía parecer que continuábamos en nuestras montañas. No me parecía extraño trepar por la ladera de una vereda escarpada. Desde allí divisamos el mar, escondidos entre los matorrales identificamos Casa Blanca, el siguiente objetivo. La batalla había iniciado por lo menos tres días atrás repartida en varios frentes. Debíamos tomar Chalchuapa, cortar las comunicaciones con la capital y Santa Ana. En ese momento, cuando todo caminaba bien, procedimos a complicar la situación. Ya lo llevábamos hilvanado en papel, sin embargo las cosas no salían como tal, de modo que decidimos protestar suspendiendo el avance hacía Casa Blanca. El único objetivo era atraer a Barrios, y no discutir con él los desmanes cometidos durante la mal llamada Pacificación de Oriente. Dicen que tomó la decisión de atender personalmente el problema diciendo que solo él arreglaría aquello. Yo debía vigilar a Cruz y Hall, compañeros que estaban en contra de la proclama. La sorpresa fue enorme, Barrios anunció que sería él quien dirigiría al ejército de Jalapa, nuestra división, hacia Casa Blanca. Nos vimos las caras, estallamos en jubilo, le agradecimos con vítores y alabanzas. Nos había facilitado todo. Vi a los compañeros moverse, hablarse o dirigirse miradas. De pronto Salazar llega hacía a mí y en tanto yo terminó de hacerle el servicio a mi rifle, me da las indicaciones del lugar. Era complicado y peligroso, no como él lo describió. Desde allá arriba veíamos con claridad la callecita ancha por donde terminó de llegar la columna. Eran una fila enorme, un desfile himenóptero con armas al hombro que se alargaba desproporcionadamente en las sombras. Parecían extender el tiempo, arrastrar los pasos, darse a la tarea de complicar lo enrevesado. Empecé a sudar, a sentir una fusilería en el pecho, quise hablar y no pude. Cuando desaparecieron antes de entrar a la vereda, tuve un respiro, imaginé que tendrían uno o dos planes alternos, y que antes de aquello se verían forzados a usarlos. Pensé que iniciaría la batalla entre los adeptos y los enemigos del General, con el cuerpo de éste en el centro. Me acosté un rato boca arriba, el cielo era inmenso, no lo invadían nimbos ni aves. Un cielo infinito para mí solo, para mí y mis deseos de huir. Es hora, me dijo el compañero. Al darme la vuelta los vi llegar a la parte más alta de la vereda. Desde algún lado empezó la batalla. Tuvieron que tirarse al suelo confundidos, luego se restablecieron. Divisamos a la columna salvadoreña parapetados en unos montículos de rocas en la ladera de enfrente. El Coronel Osorio corrió a lo largo de la columna, en el trayecto iba dando una orden que no alcanzamos escuchar. Cerca de Barrios cayó herido. Lo revisaron e inmediatamente, mientras atendían a nuestro Coronel, Barrios le dijo algo a Hall tomándolo del hombro, señalando hacia atrás de la columna y luego al frente. Hall continuó la marcha del Coronel Osorio. Estaba confundido no sabía que sucedía. Los tiros mermaban y luego daban inicio. Cuando se acrecentaron, dejándome sordo, me acomodé en la orilla, apunté a Barrios imaginándolo como una botella de cuello corto, entonces disparé, y después del tiro, entre el eco de la detonación, lo vi caer del caballo. Cuando desapareció creí que no había acertado, que de esa manera tan lenta, abrazado al cuello del animal, bajaba para cubrirse y no para buscar la posición última. Mi compañero al darse cuenta me palmeó el hombro. Reinsertémonos, me dijo. El tiro le había entrado por la parte superior del 51 Relato de Renato Buezo hombro derecho, burlando el peto y el espaldar. Rompió la cabeza del húmero. Cruzó de lado a lado el tórax. Rompió la aorta, desprendió el corazón y salió por el intersticio inferior de las costillas a romper una caja de municiones que llevaba Cruz en las alforjas de su caballo. IV El general Justo Rufino Barrios había muerto heroicamente junto a sus hombres dirigiendo la batalla de Chalchuapa. Eso dijimos una y otra vez hasta que terminamos por creerlo. No vengué la humillación de mi hijo ni la muerte de mi padre, le di vida a un mito. ¿Es que así nacen los héroes? 52 Poemas de Ruth Piedrasanta Cotidianamente Este ser habitual que soy que toma café por las mañanas mientras trabaja que se empeña en buscar el rostro de la gente, la verdad y cuanta cosa absurda y bella hay este ser que se enfrenta a la vida con el dolor más grande con la mejor ilusión puesta con la tibieza de su morena piel se cansa se enfurece y pierde fuerza se enfurece y reanima se pone máscaras se envalentona sale a la calle grita pide justicia, discute cuida a sus hijos se desvela 53 Poemas de Ruth Piedrasanta hace el amor se calla la boca Este ser que a veces escribe (porque lo cree necesario) llora quedamente para que nadie lo note. Adagio París 95 ii. La geografía de los continentes se cruza (con su sabor y vicios) viaja a través de los mundos privados (alguien puede ser el país que le vió nacer y hacerse gente) Inmigrantes es el nombre que reciben, cuando pronuncian su nombre y apellidos, en esas circunstancias viven casi eternamente, pagando al mismo tiempo una purga y una abultada cuenta por decir las cosas que dijeron, por pensar, por hacer, sin la autorización debida Para gentes así (y para otros, quizá) la vida adquiere cierto tono de nostalgia, de lo que se perdió, de lo que se va a perder. El transitar impone reglas severas. Presente es la única conjugación permitida. Pasado, la génesis de la diáspora y Futuro sólo un espacio irreal, impreciso, pero idea fija, al fin. Un mundo así, con esa itinerancia suele ser frágil, tiene que serlo para poder flotar, y navegar adentrarse y poder salir de la mar, 54 Poemas de Ruth Piedrasanta cuando llegue el regreso. Hay quienes se pierden en el viaje, quienes se quedan en otro lado y olvidan o no, hay quienes se quedan fríos y descansan bajo una lápida El tiempo pasa en todas partes. Desacuerdos Yo me enchincho enfurezco con ciertas gentes me enojo saco la ira que puedo contener muchas veces la vacío fuera de mí También, como toda niña (que sigo insistiendo en ser) hago rabietas y caprichos a deshoras Otras veces me opongo, me rebelo por convicción y con cuanto provecho Cómo no El silencio empaña las miradas Mudas las bocas permanecen las palabras no salen ni dulces ni amargas Sólo silencio trepa, baja, transpira Todo pasó Lo sabes vos y los demás Las lenguas están secas Casi nadie habla Silentes y desahuciados Vos y los demás Como si la palabra ya no valiera nada 55 Poemas de Ruth Piedrasanta Resuello Innumerables amantes se agitan sin resuello han buscado en sus cuerpos con afán lo que no podrían conseguir de otro modo y lo saben con la prístina sabiduría del instinto: La vida se esconde en el bajovientre Percatada Y a todo esto me percato: el amor no es una danza para solitarios, un forzado ejercicio de reserva en compañía ni un opaco diálogo, ininteligible para ambos puede ser más. Lo he sentido así no obstante el descrédito la falta de pruebas un lecho huérfano y varado No dejo de creer: un acto de fe obliga Desazón La inquietud mece sus hilos complaciente la lluvia se empieza a deslizar en los tejidos fría y continua es casi imperceptible pero tiemblo mientras camino trato de impedir su paso por mi cuerpo, sin huir apresuro el paso. 56 Poemas de Ruth Piedrasanta No pude prever algo así me protejo como puedo pues eres la fina lluvia que se desploma íntegra sobre mí No intentas ahogarme sólo robas mi calor ávidamente te vas posesionando lento de mis prendas mi piel desciendes y prosigues hasta cubrirme por completo Me es difícil mantener una tibia dulzura una voz apacible desordenas mis cabellos la conciencia se debate las dudas se precipitan se unen a las gotas y empapada distingo a lo lejos la luz de casa, su cobijo. Olor de hombre me ha impregnado. Un amoroso olor bordándome la piel, viajero por los vedados territorios hasta ahora. Las manos transitan libres pero sobre todo ansiosas los momentos apremian el deseo se nutre de sí se vuelca en más y más explotando frenético haciéndonos girar reconciliados con el mundo en busca de un nosotros confundidos los cuerpos se revuelven 57 Poemas de Ruth Piedrasanta se revuelcan se retuercen y convulsan El ímpetu de los cuerpos vivos se evidencia a J.C. Hoy casi no estoy apenas existo quedo apacible guardo silencio y me hundo desciendo al lugar fuera del ojo me sumo en el silencio como en una herida pausadamente abierta insospechada y avariciosamente abierta con pústulas y las maceraciones de un amor caído venido a menos. Cierto: una pasión mía cayó hasta el piso nada dije se hizo añicos como barro malcocido y me callé viéndolo desfigurarse Ya qué decir si estoy a medias entregada al oficio de irme un poco de no estar aquí del todo de casi ni existir y hallándome tan triste como aullar de lobo. 58 Debate Selvin Itzep hombre por el hecho de ser hombre hace filosofía, arte, ciencia, y además está consciente de ello. Sin embargo, ya hace mucho que se viene preguntando sobre la posibilidad de existencia de la filosofía en los distintos pueblos. Además aunque no se dudara de esta posibilidad, el hombre que realiza esta actividad, es decir el hombre que filosofa, cae en la necesidad de justificarse todas estas actividades ante sí mismo, por razones del pensar mismo, por razones puramente intelectuales. Por esta razón se escriben estas líneas, para buscar un camino que justifique esta actividad que denominamos filosofar y que se diferencia del meramente pensar. Porque pensamos cómo arreglar una mesa, Me gustaría empezar esta disertación indicando que hay actividades que no necesitan justificarse en ningún lugar del planeta. Pienso en actividades que cada ser humano tiene como vitales tales como el respirar, el alimentarse, el hablar, entre otras. Pero también hay actividades de otra índole que el ser humano realiza y que tampoco necesitan de justificación. Estas actividades son por ejemplo, el arte, los deportes, las ciencias por ejemplo. Justificarse quiere decir aquí dar las razones de su existencia ante uno mismo y ante los demás hombres y demás pueblos. El pensar y el filosofar se incluye dentro de estas actividades porque son actividades que competen al hombre como tal. Es decir el 61 Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo actividad y su producto, el filosofar y su resultado, es lo que se ha llamado filosofía. Hay que hacer notar que es más esencial a la filosofía esa actividad, ese preguntarse y ese tratar de dar respuesta, ese indagar y buscar la verdad que los contenidos mismos. Un ejemplo radical lo tenemos con la filosofía platónica en sus primeros textos. En ellos no hay respuestas concretas y sin embargo nadie duda que sean libros filosóficos. Por ello afirmo nuevamente, que el filosofar mismo es lo más importante de la filosofía. El que filosofa hace filosofía y los contenidos de ese pensar no son lo más importante. Esa es la razón de que muchos filósofos se presentan lúcidos a la hora de plantearse los problemas, al momento de analizar las soluciones dadas a los problemas filosóficos, al momento de la crítica y luego con sus propias soluciones sugeridas ya no actúan de la misma manera. Cesa toda crítica. De tal manera, se puede decir que todo ser humano que se pregunta por la totalidad pensamos cómo tener más ganancias en los negocios, pensamos qué comer hoy, pensamos qué experimento es el ideal para cada caso en las ciencias, y no le llamamos a estas actividades filosofar. El filosofar supera el meramente pensar. Ni siquiera cuando se hace ciencia, se denomina filosofar. Cuando el hombre que hace ciencia rebasa a la ciencia misma entonces entra a filosofar, precisamente cuando se pregunta por la totalidad, por el sentido de lo existente. Ciertamente la ciencia es necesaria para filosofar, para partir de conocimientos mucho más seguros, pero también para ello se debe considerar otros campos distintos a las ciencias. El filosofar es una actividad del pensamiento que quiere dar razón del universo, de la totalidad de las cosas, de la esencia de los entes, del destino de los hombres. El filosofar, como toda actividad, produce algo y ese algo son las respuestas que se dan a las interrogantes esenciales. La 62 Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo como Descartes, Husserl por ejemplo. Sino que el filosofar lleva el sello de la cultura en que se vive. Pero como dijimos, filosofar es cuestionarse sobre la totalidad dada, sobre las estructuras de nuestro vivir, sobre las estructuras de nuestros saberes. Y sin embargo las soluciones ofrecidas necesariamente están condicionadas por tales estructuras. Por otro lado quienes filosofan necesariamente son los individuos concretos, que cuestionándose con otros individuos crean ese orden de subjetividades que le da mayor riqueza tanto a la actividad como a las soluciones ofrecidas. Precisamente, por este hecho de que cuando se filosofa se crean contenidos, esto es un nuevo sistema de verdades, sistema de soluciones; éstas llevan el inminente peligro de querer establecerse como una nueva cosmovisión. Cito en este caso a Ignacio Ellacuría cuando afirma que «La filosofía, por su propia naturaleza propendería a convertirse en ideología y tendería a convertirse en una aparente racionalización del mundo, por la verdad de las cosas, no importando en qué lugar del planeta se encuentre hace filosofía. Pero se dice que la filosofía es europea, que nació en Europa allá en la vieja Grecia, y que por lo tanto no puede haber filosofía genuinamente en otras partes del planeta, y que la filosofía siempre debe llevar el sello europeo. Antes de dar respuesta a estos cuestionamientos pensemos más en esta actividad que llamamos filosofar, y percatémonos que cuando Tales se preguntó por el principio de todas las cosas no partía de la nada, sino más bien hacía filosofía desde su contexto, desde su situación histórica. Eso quiere decir que Tales, como todos los griegos, vivían dentro de cosmovisiones existentes, partían de una totalidad dada, y esto es de una cultura específica. Precisamente filosofar es poner en entre dicho las cosmovisiones propias, sabiendo que no se puede partir de cero, como han querido muchos filósofos, filósofos tales 63 Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo elemento esencial, tanto en las preguntas como en las soluciones o conjunto de ideas producidas. Los sistemas filosóficos o más bien dicho las soluciones dadas por un filósofo o por una generación de filósofos dan cuenta de esa actividad que hubo, de ese filosofar. Las cosmogonías o cosmologías existentes en la época de Tales no nos dicen o no nos muestran rotundamente que haya habido filosofía, aunque sí nos dice que los hombres que construyeron tales sistemas sintieron esa necesidad de explicar su mundo. No sabemos si filosofaron porque no tenemos los textos donde se afirme la actividad misma. Los sistemas filosóficos no son filosofía esencialmente por sí mismos sino porque son producto del filosofar de un Platón, de un Aristóteles, de un Kant, por ejemplo. Por ello pretender que algo sea filosofía porque se cite o se utilice parte de los contenidos de un filósofo es caer en el dogmatismo. Se cita a un filósofo cuando se cree que en el filosofar presente, en los problemas de hoy, pueden dar una luz. En otras palabras, una filosofía de época distante de subjetividades interesadas». Es decir a convertirse en la nueva «verdad», que querrían petrificarse, cosa que el ser humano evita filosofando nuevamente. Esa es la razón que es sumamente necesaria apuntar nuevamente que la filosofía es esencialmente filosofar. Filosofar de un sujeto que necesita, por lo mismo, intercambiar tanto las interrogantes como las soluciones dadas a otros sujetos, para que estas sean objeto de críticas. Pongamos en claro lo que hemos dicho hasta ahora. Primero, la filosofía es esencialmente una actividad del pensar llamada filosofar. Segundo, las soluciones ofrecidas, es decir los sistemas filosóficos no son lo más importante sino más bien éstas deben sufrir nuevamente la crítica de la filosofía. Tercero, quien hace filosofía parte de un mundo, de una cultura, cuyo sistema de verdades pone a prueba. Cuarto, poner a prueba no quiere decir independizarse totalmente de ese mundo sino más bien ese conjunto de ideas de las cuales partimos es necesario y constituye un 64 Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo se objetiva por medio del arte, de la ciencia, de la religión, etc. Estas objetivaciones con sus diferenciaciones que se hacen al momento de expresarse cada pueblo, más que ser un problema representa una riqueza para la humanidad; representan un sinfín de soluciones, un sinfín de creatividades, y que a mi parecer esta forma diferente de ser no puede ser borrado o anulado tal como se ha pretendido desde culturas ajenas (invasoras). Digo nuevamente que no se debe querer borrar tales diferencias sino dejar que cada pueblo se innove por él mismo, desde sus condiciones propias. Estas diferencias producen cosas distintas aun cuando estas culturas estén en contacto unas con otras. Pienso por ejemplo en esos pueblos tales como los alemanes, franceses, hindúes y otros. Han vivido en contacto y sin embargo se puede percibir las diferencias de cada uno de ellos. Cuando un pueblo no ha tenido el más mínimo contacto, tal como es el caso de nuestros pueblos antes de la venida de Cristóbal Colón, las soluciones dadas tanto de uno como de otro lado eran para ambos insospechadas. vuelve a ser filosofía cuando se utiliza dentro de un filosofar presente. NECESIDAD DE UN FILOSOFAR NO EUROPEO Cabalmente, porque todos los pueblos tienen una cosmovisión, un sistema de verdades, de valores distintos, se debe a que cada pueblo es distinto. Distinto aquí no quiere decir totalmente opuesto o diferente sino que tiene ciertos matices que los hacen únicos. Esto no se debe a que esencialmente sean otra clase de hombres, ni mucho menos. Las necesidades esencialmente son las mismas; lo que cambia son las formas de ver tales cosas. Decimos entonces que cada pueblo tiene su propio espíritu. Y las diferencias se hacen patentes cuando ese espíritu se objetiva. ( no se crea que este espíritu sea algo abstracto, sino que es la herencia de los antepasados y vivido por individuos concretos que tienen el deber de cuestionarlo y modificarlo para las nuevas generaciones) ¿Cómo se objetiva ese espíritu? Ya Hegel nos ha dicho cómo. Pues 65 Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo alemana, y la estadounidense, por ejemplo. Son distintos filosofares y por lo tanto los sistemas de verdades son también distintos. Nunca pueden ser estos sistemas particulares la verdad absoluta, debido a la esencia misma de la filosofía que es el cuestionarse sobre estos mismos sistemas de verdad. Por ello si es necesario que cada pueblo muestre por ejemplo su arte, su religión, porque esta diversidad misma representa una riqueza para la humanidad, con mucha más razón se necesita que en todos los pueblos haya individuos que filosofen, que se interroguen sobre los distintos sistemas de Recordemos por ejemplo algunas de estas ideas o productos de nuestra cultura: Las obras arquitectónicas, el cultivo y consumo del maíz, el sistema de numeración vigesimal, el sistema de escritura, la astronomía, por citar algunos, son cosas geniales. Esto no quiere decir que sean superiores a las demás culturas. Simplemente son una respuesta distinta del hombre. Lo mismo sucede con el pensar y el filosofar. Todos sabemos que las preguntas fundamentales de la filosofía son las mismas. Y sin embargo notamos muy bien la diferencia entre la filosofía inglesa, la 66 Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo verdad, pero con mayor necesidad que se interroguen sobre su propio sistema de verdades, su propio sistema de valores porque solo de esta manera se dinamiza a las sociedades, y al mismo tiempo se ofrecen soluciones que nos autoriza a entrar en un dialogo con otras culturas. Aquí quiero aclarar que no pienso que la interculturalidad sea requisito para que haya filosofía. Los griegos hicieron filosofía y no recuerdo que llevaran a cabo diálogos interculturales. Lo que sí creo es que luego de un diálogo intercultural las conclusiones tendrían que ser más ricas. La interculturalidad misma puede ser sólo una utopía y la filosofía existe realmente. Hay que hacer notar que así como los griegos actualmente no pueden decir que hacen filosofía porque existen los libros de Platón o los alemanes porque existió Heidegger o Marx, tampoco en nuestros pueblos se puede decir que existe filosofía porque haya señas de ella en los libros como El Popol Vuh u otros. Lo que sí se puede decir es que hubo filosofía, que hubo uno o varios individuos que filosofaron. Para que hoy haya filosofía se necesita que individuos concretos filosofen hoy. El diccionario de Herder explicando el concepto de cultura afirma que «el carácter fundamentalmente simbólico de la transmisión cultural humana, se realiza esencialmente por medio del lenguaje. De hecho la aparición del lenguaje fue el factor decisivo que permitió la extraordinaria complejidad de la cultura humana». Pienso entonces que el espíritu de un pueblo se sintetiza esencialmente en su idioma. El lenguaje es el que más objetiva el espíritu de los pueblos. Recordemos que Heidegger afirmaba que «el lenguaje es la casa del ser». Agreguemos tentativamente que el lenguaje es la casa del espíritu de cada pueblo. Por ello es necesario que para que una filosofía exprese completamente y de manera más radical el espíritu de un pueblo es que las personas que allí filosofen lo lleven a cabo en su idioma materno. Y a manera de hipótesis, digo que lo que hizo que 67 Selvin Itzep: Hacia una justificación del filosofar no europeo del papel y la pólvora, el fuego, los automóviles y la rueda, que si bien debieron aparecer primero en algún lugar del planeta, esto no significa que no se hayan innovado y mejorado en otras partes. Es más, que haya filosofías es una necesidad no sólo para el hombre o pueblo concreto sino que es una necesidad para la humanidad, una necesidad entonces para el europeo, aunque haya algunos que cierren sus ojos hacia los demás pueblos. Porque para nosotros es una necesidad y una urgencia que el europeo siga haciendo filosofía, que el chino también la haga. Para nosotros es de suma urgencia que haya filósofos africanos, filósofos palestinos, filósofos guatemaltecos, filósofos quiches, filósofos cakchiqueles, filósofos salvadoreños. Se debe realizar este filosofar tal como ha afirmado Abbagnano sobre lo dicho por Pericles de él mismo y los filósofos atenienses: «Nosotros amamos lo bello con sencillez y filosofamos sin timidez». Hay que filosofar sin timidez. Creo que sólo de esta manera se puede esperar que haya una mejor convivencia y tolerancia entre los pueblos. radicalmente se notara las diferencias entre las distintas filosofías en Europa misma, es cuando sus filósofos pensaron y escribieron en sus idiomas nacionales. Lo que permitió a Heidegger realizar esos análisis que parten de los vocablos mismos, es porque los realiza en el idioma alemán. En otro idioma ya no hubiese podido encontrar esas mismas raíces en las palabras. Así, cuando se dejó pensar en latín y comenzaron los filósofos franceses a filosofar en francés, los británicos en inglés, los alemanes en alemán, es cuando adquieren ese sello distintivo. Para probar ello se necesitarían estudiar minuciosamente la historia de la filosofía. Por ello es que el título de esta ponencia es «hacia una justificación» y no la justificación misma. Justificar sería una pretensión. Estoy consciente que se necesita mucha más investigación para ello. Termino afirmando que, según todo lo dicho hasta aquí, que es necesario que se filosofe en todos los pueblos de la tierra. Que la filosofía, si bien se dice, tiene sus inicios en Grecia, esto no significa que se tenga una patente que prohíba a los demás pueblos a hacerlo. Así como ha ocurrido con los inventos, o descubrimientos, por ejemplo 68 Arte La mujer y la experiencia artística Luisa González Reiche deseo de mostrar una cara con la que todos, o todas, nos podamos identificar sin caer en cuenta que en el fondo y detrás, también, poseemos una historia un tanto oscura, un tanto dolorosa? ¿Una forma de ponernos frente a los fantasmas de nuestra historia, contexto y educación? ¿El papel de la mujer en una sociedad deformada por la violencia, de la cual somos cómplices y víctimas a la vez? La dualidad de la mujer en su papel de madre, educadora, ejemplo; en su papel de esposa, amante, víctima de la historia machista. Mármol habla en su serie «Asesinas seriales» (2010) de la mujer, pero no de un feminismo primitivo, tradicional. Como escribe Griselda Pollock en Inscripciones en lo femenino: «Nos coloca Susan Atkins, miembro de la familia Manson, tomó parte en el asesinato de 8 personas en California en 1969 y fue sentenciada a cadena perpetua, habiendo pasado 40 años en la cárcel, hasta su muerte. Beverly Allitt asesinó a cuatro niños y golpeó violentamente a otros seis en el hospital donde trabajaba como enfermera. Dorothea Puente asesinaba a los huéspedes del asilo que manejaba para cobrar sus seguros sociales. Ninguna de estas historias puede ser leída tal cual en los retratos de estas y otras asesinas, realizados por Andrea Mármol (Antigua Guatemala, 1988). Los retratos, de hecho, nos muestran rostros de mujeres aparentemente comunes, de una belleza natural y sonrisas casuales. ¿Quizás con el 71 Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística retrato, en el sentido del arte clásico, que implica congelar para la posteridad el rostro de una persona memorable –que a partir de ahora será memorable–. Un Marat que pasa de victimario a víctima, para convertirse en héroe. Las asesinas seriales son las víctimas y los héroes en un mundo contemporáneo, son la representación de la mujer de hoy y del ser humano de hoy, en su libertad, en su poder y en su confusión permanente. en una senda para imaginarnos fuera del dimorfismo sexual. Es en este sentido como la mujer puede actuar por y para sí misma, (…) dispersando la identidad, inventando más cuerpos y máscaras, volviendo híbridos los géneros (…) rompiendo las normas fálicas del género establecido, de la identidad establecida, (...) de las fronteras establecidas.» El acto de pintarlas implica, por otro lado, una forma de homenaje. El crear un 72 Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística la vulgaridad del pensamiento actual, la existencia misma. Donde el recurso de la memoria y el contexto local sirve para reflexionar más allá de las fronteras culturales de nuestro país. En su video «Julia», realizado en 2011 como parte del proyecto Otros Páramos (colectivo de artistas sobre el tema de la mujer en Centroamérica), Mármol nos habla Pero la obra de Andrea Mármol va más allá de una obra «femenina» o «feminista». La artista no forma parte de la segregación artística común en los países en vías de desarrollo, donde se espera que éste hable de su condición específica en su sociedad, cultura y género. Mármol explora temas humanos, universales; la experiencia artística, la superficialidad del mundo de consumo, 73 Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística momentos de identificación. Las ideas son la suma de ideas y experiencias filtradas a través de la historia del arte y sus revelaciones. Es a partir de ello que el artista encuentra un lenguaje, que amplía su vocabulario y aprende a comunicarse; una tarea cada vez más difícil en el mundo actual. «Es como decir que antes estábamos más lejos, pero nos comunicábamos más y mejor, y ahora hay que esconder el mensaje detrás de tantas cosas, que llegamos a construir una obra de arte en el intento de comunicarnos». Es reconocible, dentro de las influencias de Andrea Mármol la obra de Luis Camnitzer, artista conceptual latinoamericano con quien la artista realizara una pasantía. Las obras de Mármol nos muestran formas de creación y nos hacen cuestionarnos papeles, posturas, contextos y discursos para mostrarnos imágenes, poseedoras todas de un gran sentido estético, llenas de significado y abiertas a múltiples interpretaciones. Esa multiplicidad de significados es también lo que hace que su obra vaya más allá del panfleto y la etiqueta, propia del arte local. de mujeres locales y mujeres universales. Julia, una amiga cercana de la artista, cuenta su historia de manera metafórica. Muestra sin tapujos su rostro adolorido y luego su cabellera, que alguien acaricia, o arranca, cuidadosamente. El cabello remanente en esas manos, de ella o de cualquiera, se convierte en una evidencia, como la historia, como las huellas de la memoria. Los mismos remanentes fueron representados en la obra «Ri Kach’ / El chicle ». En ésta, la artista realizó una intervención pública en las calles del Centro Histórico, trazando con yeso caminos y bifurcaciones que desembocan en acumulaciones de polvo y suciedad. LA REFLEXIÓN SOBRE LA EXPERIENCIA ARTÍSTICA Para las civilizaciones antiguas, la creatividad era el genio que le susurraba al artista las grandes ideas y colaboraba en la creación de sus obras; una especie de asistente divino que le brindaba a su trabajo un aspecto único. En la actualidad, el artista se caracteriza por una búsqueda casi obsesiva por la innovación, donde la individualidad y el discurso prevalecen y la responsabilidad creativa se vuelve una obsesión. En su obra «La Reunión» (2012), Andrea Mármol explora la frase del teórico francés Nicolas Bourriaud: «El arte es un estado de encuentro, un elemento de lo social y fundador de diálogo» e invita a varios artistas locales a exponer sus ideas en una reunión aparentemente casual. Así los artistas buscan justificar su creación y evidenciar sus capacidades creativas a través de discursos por momentos incomprensibles, dándole a la frase de Bourriaud una connotación casi irónica. Esta reflexión acerca del arte actual y la creación corresponde a una búsqueda interior a la vez que a una búsqueda de identidad; pero no una identidad femenina ni cultural sino artística. El cuestionarse el medio y sus fuentes debe ser una tarea natural, si no obligatoria, de todo artista. Sus influjos son la suma de descubrimientos y SER ARTISTA EN GUATEMALA En un país como Guatemala, llámese «en vías de desarrollo», llámese «tercermundista», la función del arte parece ser muchas veces contradictoria. Mientras la influencia de un mundo globalizado y un arte occidental heredero de siglos de gestación y florecimiento nos llega a modo de bombardeo, nuestra realidad responde a necesidades, formación e historia muy diferentes. Esa complejidad puede enriquecer el trabajo artístico o banalizarlo. El artista local se ve continuamente entre la necesidad de estar a la «vanguardia» del arte global y el comunicarse a partir de su propia realidad. Este tema, sin embargo, no parece representar conflicto en el trabajo de Andrea Mármol, si bien lo hace en instituciones locales y desde el punto de vista de algunos críticos que pretenden mantener un arte local, tradicionalista, casi folclórico. Su obra «Pimp» no ha sido la primera obra de un 74 Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística mujer como producto sexual contemporánea), representa una enorme falta no sólo por el acto de vetar la obra en sí: «Peor aún, cuando la obra es producto del pensamiento de una mujer, es una declaración de libertad amenazante para los hombres y para ellas mismas. Lo cual hasta parece argumento de una novela de finca tropical: joven artista censurada en una institución cultural local, si bien una de las más recientes y criticadas en las redes sociales y medios culturales. En las palabras de la curadora Rosina Cazali, la censura de una Britney Spears no muy distinta en su erotismo que la Venus de Botticelli (claro está, acorde al imaginario colectivo y la percepción de la 75 Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística comunicación propia de su tiempo, con énfasis en ideas que nos afectan y que más que asustarnos nos deben llevar a una reflexión; esa es la intención de la ilusión que le está permitida y a través de la cual nos lleva más allá de la mera información. Es precisamente en un contexto como el nuestro, que el arte cumple todavía, en el «patrón» margina a las emancipadas para proteger la pureza de «sus» buenos salvajes». El escritor portugués Fernando Pessoa dijo: «En el arte no hay desilusión porque la ilusión está admitida desde el principio». En este sentido, la obra de la artista en cuestión no representa sino una forma de 76 Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística nuevas formas de pensamiento. Recientemente cerró la especialización en Planificación y Gestión del Desarrollo Local avalado por el Centro Latinoamericano de Estudios Locales de Córdoba, Argentina y es co-fundadora del Proyecto Educativo MarES (Mediación Artística Educación y Desarrollo) en el cual «se pretende a través de la mediación artística, generar y promover diálogos incluyentes y participativos por medio de diversos talleres impartidos en el interior del país y en la capital, con la finalidad de fortalecer el desarrollo integral de la educación guatemalteca a través del arte. Los ejes centrales se enfocan en la investigación, reflexión y práctica de metodologías educativas que proporcionen herramientas de desarrollo y gestión de espacios culturales que practiquen el arte más allá de su disfrute, como un canal de participación crítica constructiva». En gran parte, nuestra sociedad aún no reconoce el papel del arte y sus procesos creativos como una de las principales virtudes del ser humano o como un nivel elevado de inteligencia. Estamos acostumbrados a pensar en el arte como una forma de entretenimiento o mera decoración que en su momento también nos ayudó a aprender algo de historia. ¿Pero por qué, entonces, a lo largo de esa historia, el arte ha sido, más que muchas otras formas de comunicación el mejor reflejo de la mente humana y su desarrollo? ¿Si sabemos que el arte está relacionado a la creatividad y la creatividad a la inteligencia, por qué aun no lo valoramos, dándole el lugar que se merece? gran parte, el papel no sólo de comunicador y catalizador sino también de educador y, considerando las necesidades de nuestra sociedad, la censura va más allá de una simple muestra de pudor o evidencia de la permanencia de un pensamiento tradicional. ¿Pero, cómo consigue el artista local sobrevivir en un ambiente heredero de la visión colonial y militar? ¿De qué manera conviven el arte y la estructura social nuestra? ¿Y sobre todo, cómo el arte y sus creadores pueden hacerle llegar sus ideas y puntos de vista al resto, sin tener que mantenerse en un círculo diminuto, convirtiéndose en un círculo más entre esa especie de universos paralelos, cerrados y ajenos unos de los otros, que conforman nuestra sociedad? Andrea Mármol es una artista atrevida, pero sobre todo curiosa. Curiosa del mundo y su cotidianidad. A través de su arte se escapa y se convierte en un ojo fijo que nos sigue –nos analiza desde nuestra perspectiva histórica y global–, nos hace reflexionar y nos coloca en un lugar más humano; donde los sentimientos, aflicciones y la realidad no le pertenecen a una sola persona sino a un colectivo; el colectivo humano. Su arte debe tener ese acceso, como el arte en general, y volverse de todos, para romper con esa brecha entre la cultura y la rutina tan golpeada de nuestro país. ARTISTA Y EDUCADORA DEL ARTE En un intento por llevar su arte y su visión artística más allá, Andrea Mármol es también educadora. Utiliza el arte como herramienta para llegar a la gente y enseñar 77 Luisa González Reiche: La mujer y la experiencia artística Cuando trabajamos con arte, el pensamiento reflexivo se despierta de forma automática. Una obra de arte nos transporta, nos eleva, nos hace olvidarnos de todo lo que hay a nuestro alrededor, de las preocupaciones, de la nimiedades que tan seguido ocupan nuestras mentes. La obra de arte nos cuestiona, nos lanza todo tipo de interrogantes. Nos habla a través de símbolos a los cuales no estamos tan acostumbrados, es clara y también puede ser ambigua. Es eso lo que nos pone a pensar. Por medio del arte también nos expresamos. Como sus símbolos no son tan comunes para todos, nos reta a comunicarnos de maneras distintas, a la vez que nos permite expresar cosas que las palabras no pueden –el arte no conoce los límites del lenguaje ni de la cognición–. Con el arte somos libres; la mente se siente libre. Nuestra sociedad carece aún, entre otras cosas, de esa libertad de pensamiento; en su educación y en su cultura. Nuestra capacidad de apreciación artística y el papel que el arte juega en nuestro país nos recuerda nuestra condición de país «en vías de desarrollo» pero también nos reta a abrazarlo y apropiarnos de una visión y una manera de crecer y alimentar nuestro espíritu. Artistas como Andrea Mármol, comprometidas con su trabajo, nos recuerdan que podemos hacerlo y nos empujan a ello. 78 Comentarios Ni hermosa ni maldita: Narrativa guatemalteca actual Editorial Santillana, S.A. Guatemala, 2012 páginas 181. Comentario de Genaro Elías A mediados de los años noventa se produjo en Guatemala una serie de fenómenos que conformaron un panorama complejo. Tanto, que a veces para comprenderlo la gente lo reduce, simplifica o bien resalta únicamente algunos de sus rasgos generales: el cese del conflicto armado, la irrupción de nuevas formas de comunicación y de relación con el mundo, la conformación de un escenario social en que se abrieron nuevos espacios y se comenzó una polémica más abierta acerca del pasado reciente, convulso y violento, del país. Es la época en que algunos autores de las generaciones anteriores comienzan a regresar del exilio (Mario Monteforte Toledo, Marco Antonio Flores…). Es el tiempo en que se consolidan nuevas estructuras de poder, tanto político como económico en el país. Son los años de la disolución de los sueños colectivos y de la conformación de un sentido pragmático y hedonista que define la actitud de una nueva generación. Y es en medio de este panorama que terminan de emerger ciertos autores nacidos desde mediados de la década de los años sesenta y comienzan su andadura otros tantos nacidos ya en los setenta. De manera sintomática son escritores de posguerra, aunque sus preocupaciones estéticas estén en apariencia fuera del contexto del enfrentamiento interno, a diferencia de buena parte de los nombres que les precedieron. 81 Agrupados en distintas plataformas (como Editorial X o Mundo Bizarro), reunidos alrededor de algunos talleres de literatura, algunos más gregarios que otros, irrumpen en la escena nacional con una actitud artística de ruptura que se manifiesta, entre otras cosas, en la utilización de un lenguaje «menos literario» y en una elección temática que Genaro Elías: Ni hermosa ni maldita: Narrativa guatemalteca actual cuestiona la moralidad y las buenas costumbres. Esto no es nada nuevo, por supuesto; cada generación, de manera natural y saludable, rompe con las anteriores, con sus valores y preceptos, pero habría que hurgar un poco más en las preocupaciones tanto de forma como de fondo de estos autores para diseccionar los rasgos que pueden, aunque sea de manera incompleta, representarlos. También habría que decir que incorporan decididamente una fascinación por estructuras y lenguajes extraliterarios como los de la música o el cine, que experimentan una falta de fe en cualquier compromiso político o incluso estético, que retoman la idea del placer y el exceso como únicas fuerzas redentoras en contraposición con un mundo que pesa y asquea. Esto tampoco es nada nuevo. Pero jamás una generación literaria en Guatemala había emprendido un esfuerzo escritural enfocado en esos puntos de partida; lo que quiero decir es que estos preceptos nunca habían sido una piedra angular sino tal vez un ruido de fondo que acompañaba otras preocupaciones y otras estéticas. Y esto en la sociedad conservadora y provinciana que en el fondo resulta ser este país, conforma realmente una zona de quiebre. Por supuesto que a estos escritores también los definen otras circunstancias, acaso más superficiales. Es la primera generación que puede disponer de internet para estructurar un discurso y difundirlo sin depender de una editorial, de un periódico, de una revista o de la academia. Así, a partir de blogs y de redes sociales, ven un panorama abierto que les permite encontrar lectores, sobre todo de su misma generación. Ahí elaboran discursos híbridos, que complementan su obra o la contravienen. Es también un grupo de escritores consciente de la necesidad de la autopromoción y de sus alcances. Abandonan la idea romántica del escritor que vive para su obra sin necesidad de los demás. Un arma de doble filo, puesto que los obliga a escribir pero también puede quitarles profundidad y rigor. He hablado de generación hasta acá para referirme probablemente a dos generaciones. Es prácticamente una licencia que me tomo. Y su justificación es simple: agrupar a los escritores, y en general a los artistas, en un canasto es un ejercicio reduccionista siempre (aunque bastante común en la academia más acartonada y formal), puesto que estamos hablando de obras disímiles, de lenguajes personales, de visiones y orígenes distintos. Pero también sucede que existen puntos de encuentro entre autores que comparten un mismo espacio geográfico o una temporalidad. Y de eso es posible hablar acá. Y llevo la licencia aún más lejos: incluiré también a los autores que empiezan a publicar sus obras en estos últimos años, ya sea porque no lo hicieron o no pudieron hacerlo antes, aunque compartan edad con los que emergieron en los noventa, o porque su juventud es tal (nacidos en los ochenta) que recién empiezan a generar un trabajo que ya se inserta en el escenario local. Ni hermosa ni maldita (Alfaguara, 2012) busca hacer una radiografía de este panorama, ya de por sí múltiple y plural. Es decir, agrupar en una antología de narrativa a algunos textos y autores que suponen ciertos puntos reconocibles de un mapa en constante expansión y reelaboración. El primer problema de construir una antología de este tipo radica en que no es una visita a un canon, ya más o menos establecido por la academia y las instituciones, incluso los lectores, y al que se puede tomar como punto de partida para confirmarlo, enriquecerlo o negarlo, según las intenciones de quien antologa, sino que es una aproximación arriesgada a un momento literario en plena construcción. De alguna manera, y perdón por el atrevimiento, es como probar la sopa en el mismo momento en que se está cocinando. Hay mucho acá de intuición y de peligro, porque la cocinera o cocinero apenas puede sospechar, dependiendo de sus habilidades, cómo va a saber el plato ya servido en la mesa. En este sentido la antología corre algunos riesgos pero también se salva de muchos clichés. No pasa por la tiranía de un gusto personal, único y de muchas maneras despótico (incluidos algunos prejuicios, amistades o intereses particulares del antologador), algo que sabemos de antemano cuando nos acercamos a un producto de este tipo (pero que podría atraer a algunos lectores 82 menos avisados), sino que se construye a partir del consenso y los desacuerdos de un consejo editorial. Porque, aunque los aclamados doctores que suelen construir antologías digan lo contrario, ocurre con frecuencia que aquello que esbozan en sus sesudos prólogos, si nos damos cuenta, no concuerda con los textos que leemos. Sencillamente no encontramos en algunas partes de la selección esa delicadeza o renovación formal con que los etiqueta el antologador. Nos pasa lo mismo que cuando oímos un disco: hay canciones que nos gustan y otras que preferimos no recordar. Y entonces desconfiamos. Así que Ni hermosa ni maldita asume de manera deliberada, y desde su concepción, una postura anticanónica pero no por ello arbitraria o sin fundamento. Porque lo que busca recoger son textos que, en primera instancia, sean representativos de la mayor cantidad de zonas de esta nueva literatura que se está escribiendo en el país. Y para eso se conformó un equipo de selección que también fuera lo más heterogéneo posible. Ello permitió aglomerar a escritores que tienen visiones estéticas o preocupaciones formales que pueden llegar a ser contrapuestas. Ello permitió incluir a nombres muy visibles pero también a otros que construyen su obra a la sombra de algunos grupos (sí, hay que decirlo, los nuevos escritores, igual que sus predecesores, también han generado sus roscas y se autocomplacen y promocionan entre sí). Ello permitió que narradores como Mardo Escobar, Godo de Medeiros o Rodrigo Fuentes puedan estar en esta selección. El caso del primero es paradigmático puesto que, luego de un pleito legal con un editor local, ha quedado como un apestado, incluso para algunos de los nombres con los que comparte créditos en esta antología. El segundo y el tercero son escritores brillantes que generan de manera bastante solitaria, o por lo menos no tan visible, obras que podrían no corresponder a muchos de los preceptos estéticos de los demás antologados, y que incluso hemos esbozado acá. Al final, creo que el resultado es contundente. Y que el conjunto se articula de manera casi natural, con sus Genaro Elías: Ni hermosa ni maldita: Narrativa guatemalteca actual convergencias y contrapuntos, para erigirse como el primer esfuerzo concreto, y además proveniente de una editorial establecida, de reunir este momento preciso de nuestra historia literaria. Hay textos verdaderamente interesantes en esta reunión, voces que dialogan entre sí: la visión aparentemente apacible de una infancia que resulta solitaria y cruda en «Frambuesas», de Denise Phé-Funchal, parece concordar en su intimidad con esa realidad de una madre que adivinamos neurótica y necesitada, y que descubre los secretos de su hijo en «Esa oscura cajita del placer», de Juan Pensamiento. La fragmentación social, nuestra retorcida estructuración del prestigio y la discriminación, nuestra violencia siempre a punto de estallar, emergen en “Los jueces”, de Arnoldo Gálvez Suárez, tanto como en «(V)ery (I)mportant (P)eople», de Javier Payeras, o «Un día en la vida de Óscar», de Eduardo Juárez. La demolición de las estructuras sociales, un subterráneo sarcasmo, una mirada que cuestiona las convenciones que permiten el orden pero destruyen la individualidad parecen atravesar «Paseo», de Byron Quiñónez, «Sólo vine a ver a mi hermanito», de Lorena Flores, «La musa», de Leonel Juracán, y «Ascensor», de Maurice Echeverría. Hay textos que sugieren más que decir, que se construyen a partir de un minimalismo que alcanza afortunadas cuotas expresivas en «Liberty city», de Alejandro Torún, y «Tópicos», de Engler García. Hay un evidente desenfado lingüístico, una mirada ácida del mundo, en «Morgan», de Francisco Alejandro Méndez y en «El reloj de Dios», de Estuardo Prado. Hay serios cuestionamientos a la «vida normal», un espejo que nos devuelve la aparente tranquilidad de las buenas conciencias en una imagen precisa pero demoledora en «Paranoica city», de Mildred Hernández y en «Aguinaldo», de Vania Vargas. Está la creación de un mundo ficticio que es una desoladora metáfora de la violencia y la crueldad en «El tren a Boa Simao», de Godo de Medeiros. Están las prosas fluidas de Julio Prado y Eddy Roma. Esta esa visión distópica de Ángel López Santizo. Podría también decir que esta antología recoge la que para mí es una de las historias de amor más tiernas y sórdidas de nuestra literatura contemporánea: «Crazy horse», de Mardo Escobar. Que incluye ese maravilloso homenaje a muchos referentes de la cultura popular y al descubrimiento del mundo que se titula «Elegía de adolescente roquero post-tecnoalternative-grunge ante la muerte de su ídolo, es decir, su hermano mayor», de Julio Calvo Drago. Que hay relatos redondos como «La isla de Ubaldo», de Rodrigo Fuentes. Que hay acercamientos a otros conflictos, como «Mañana nunca 83 lo hablamos», de Eduardo Halfon, un texto elaborado con oficio y madurez, igual que «Imitando se entiende la gente», de Rafael Romero. Pero esta es una opinión particular, muy personal, que emito sobre estos relatos y esta antología. Y lo hago desde la perspectiva de un lector y no desde la de alguien que participó en ella activamente. Y el ejercicio ha sido complejo pero, al menos para mí, revelador. Como todas las antologías, Ni hermosa ni maldita es parcial e incompleta. Pero también es bastante plural. Particularmente, me hicieron falta algunos textos, y otros más podrían hasta sobrarme. Pero creo que el conjunto funciona y nos da una imagen bastante nítida de nuestra más reciente literatura. Podremos no estar acuerdo con algunos nombres o con algunos textos. Pero, como ocurre con la alineación de un equipo de futbol, lo importante es el resultado, que el equipo sea efectivo y genere un juego ganador, y aquí estoy convencido de que se logra. Estoy también convencido de que esta antología es importante, que hay textos en ella que dicen mucho y que el conjunto tiene mucho más que decir. Ya hay universidades en Estados Unidos que se han interesado en ella (y no porque se le haya hecho publicidad institucional), ya hay lectores que la comentan y la recomiendan. Es el momento de su recepción y del ejercicio crítico acerca de sus textos. Pero tengo un problema con ella, uno no muy grande, uno tal vez feliz: cuando me piden que la defina solo puedo pensar en una cartografía, en algo parecido a un mapa de luz con puntos oscuros que brillan. No sé por qué. Imágenes: Andrea Mármol Juárez Portada y Separadores: Nace en 1988 en La Antigua Guatemala.En el 2008 inicia su formación académica en pintura contemporánea y reflexión artística contemporánea en Espira/ La Espora, Managua, Nicaragua. En 2009 participó en el mismo lugar en el proyecto llamado La Forma Equivalente, y de igual forma fue parte en el proyecto Ideas para instalar con Luis Camnitzer, desarrollado en el Centro de Formación de la Antigua Guatemala. Portada: Dorothea Puente. 81 x 64 cms. Óleo sobre tela. Ensayos: Susan Atkins. 1.8 x 1.58 mts. Óleo sobre tela. Letras: Ri kach’ (el chicle). Intervención en el espacio público. Tiza. Debate: Karla Homolka. 20.0 x 14.0 cms. Óleo sobre tela. Arte: Pintura Canícula. Intervención en Cine Lux. Hielo y pintura. Comentarios: Sin título. En conjunto con Alberto Rodríguez. Medidas variables. Instalación offset. Sobre los colaboradores: Mariano González. Guatemalteco. Psicólogo social, estudió en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Catedrático universitario. Investigador. Colabora sobre temas de su especialidad en distintas publicaciones. Omar Lucas Monteflores Guatemalteco. Historiador. Editor y ensayista, ha publicado en diversas revistas y periódicos nacionales. Eduardo Villalobos Guatemalteco. Cursó estudios de Periodismo en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Posee un Master en Edición por la Universidad de Salamanca. Poeta y editor, ha colaborado para revistas culturales y periódicos de su país. Ha publicado El ojo en la vela y Lunas sucias. Renato Buezo Guatemalteco. Ingeniero, realizó estudios en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Pertenece a la generación más reciente de narradores emergentes. Es, sin duda, una de las voces más sólidas dentro de la narrativa guatemalteca actual. Ruth Piedrasanta Guatemalteca. Antropóloga, realizó estudios en Francia. Investigadora activa, es asimismo una poeta en producción permamente. Luisa González Reiche Es Directora en Heurística, Arte y Educación,proyecto por el cual busca crear una red de docentes e instituciones que compartan las ideas de la educación constructivista. Realizadora de capacitaciones docentes sobre nuevas metodologías de enseñanza, tales como Enseñanza para la Comprensión, Pensamiento Visible y Culturas de Pensamiento (desarrollados por el Proyecto Cero de la Universidad de Harvard), para maestros y educadores de pre primaria, primaria, nivel medio y diversificado, Asimismo es diseñadora y coordinadora del programa Estudios Superiores en Fotografía y Gestión de Proyectos Fotográficos y Docente de Teoría de la Imagen en La Fototeca, Guatemala. Realizó estudios en la Universidad Francisco Marroquín,en el Art Institute of Philadelphia,y en GSE Harvard / Wide World Program. Genaro Elías Escritor y periodista, colabora para diversas publicaciones de carácter alternativo e independiente.