ENCUENTRO ECUMENICO ENTRE OBISPOS

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Augusto Salinas Fuenzalida,
Obispo de Linares (Chile),
Miembro del Secretariado para la Unión de los Cristianos
y del Departamento de Ecumenismo del CELAM.
ENCUENTRO ECUMENICO ENTRE OBISPOS CATOLICOS
y ANGLICANOS
E
L TRABAJO QUE DESARROLLA el Secretariado para la Unión de los Cristianos, con sede en Roma, va intensificándose cada día más, con resultados que podemos calificar
de positivos.
Los diversos grupos mixtos, correspondientes a las varias confesiones, ofrecen la oportunidad
de conversar con la mayor franqueza
y, sobre to-
do, de fraternizar.
Así ha ocurrido con los grupos de católicos y luteranos, católicos y metodistas,
católicos y viejos-católicos, católicos y calvinistas, católicos y ortodoxos, etc.
Dignas de especial mención estimamos las reuniones ecuménicas en algunas
regiones de Africa,
en donde las diversas jerarquías
han puesto el mayor interés
en los contactos con los protestantes.
ENCUENTROS DE MALTA Y VENECIA
De particular
interés han sido los Encuentros de Malta, en enero de 1968, y
de Venecia, en septiembre de 1970.
El Documento de Malta fue enviado al arzobispo de Canterbury, Primado de ia
Comunión Anglicana,
precedido de una carta del Emmo. Cardenal
Del Documento de Malta
Bea.
deseamos destacar aquí solamente
los siguient3s
párrafos:
"Comprobamos con grande gratitud
nuestra común fe en Dios Nuestro Padre,
en Nuestro Señor Jesucristo y en el Espíritu Santo; nue~tro común bautismo en la
única Iglesia de Dios, nuestra participación
de las mismas Sagradas
Escrituras, de
los Símbolos Apostólicos y Niceno, de la definición de Calcedonia y de la enseñanza
de los padres; nuestra herencia cristiana común de muchos siglos de tradiciones vivientes de liturgia,
teología, espiritualidad,
constitución de la Iglesia y misión".
ENCUENTRO ECUMENICO
ENTRE OBISPOS CATOLlCOS
y ANGLICANOS
59
"Quedan entre nosotros cuestiones teológicas y morales fundamentales que requieren la inmediato búsqueda común de respuestas que nos reconcilien. En esta b.Jsqueda común no podemos escapar al testimonio de nuestra historia, pero no podemos
resolver nuestras diferencias por mera reconsideración del pasado y juicio sobre éi.
Debemos esforzarnos por adelantar,
confiando en la fe, que se nos dará nueva luz
para conducirnos a nuestro fin".
El Encuentro de Venecia, por su parte, emitió cuatro documentos de estudio
sobre los siguientes temas: Iglesia y Autoridad;
Iglesia y Eucaristía; Iglesia y Ministe.
rio, y Relaciones entre Anglicanos y Católicos Romanos.
En el Documento de Malta (N9 8) se dice textualmente: "En toda región donde
cada comunión posee su jerarquia,
proponemos un encuentro anual común de toda
ella o de una considerable representación de la misma".
Respondiendo a esta determinación se han realizado en diversas naciones esos
encuentros.
EL ENCUENTRO EN BOGOTA
El de Bogotá, convocado por el Departamento de Ecumenismo del CELAM, se
desarrolló desde el martes 9 hasta el domingo 14 de febrero del presente año 1971.
A él concurrieron diez obispos anglicanos y diez católicos, todos de la América
latina. Además, el canónigo Bernard Pawley, de Inglaterra, que fue observador en el
Concilio Vaticano
11.
Las finalidades
del Encuentro fueron las ya recomendadas en los documentos
citados, pero, en particular,
como lo señaló el presidente del Departamento,
Msr.
Antonio Quarracino, "porque es útil y ejemplar que las jerarquías cristianas que coexisten en un mismo lugar y tienen los mismos problemas, se conozcan, traten y ayuden,
máxime cuando, como en el caso presente, hay la participación
del mismo bautismo y
la profesión del mismo credo".
Los temas tratados fueron los siguientes:
1.
Exposición del motivo del Encuentro: Mons. Quarracino
y Mons. David B. Reed,
obispo de la Iglesia Episcopal de Colombia.
2.
Estado actual de las relaciones entre anglicanos y católicos romanos:
l. A nivel
mundial: canónigo W. Purdy; 2. A nivel local: Mr. Doy, canónigo Pawley, Msr.
Guilly.
3.
El Anglicanismo
en la historia cristiana:
l. Hasta la Reforma: obispo
Flagg;
2. Después de la Reforma: obispo Abdulah.
4.
Misión de la Iglesia en América latina, con particular
anglicana:
5.
referencia a la presencia
Mons. Quarracino.
La autoridad,
el gobierno
Hodapp, católico.
y el magisterio:
obispo
Frey, anglicano,
y Mons.
60
6.
AUGUSTO
Ministerio y sucesión apostólica: Mons. Alba
SALINAS
FUENZALlDA
Palacios, católico; Mr. P. Doy, an-
glicano.
7.
La Biblia en la vida de la Iglesia: can. Pawley, anglicano;
8.
Los Sacramentos y la Eucaristía; liturgia
Santagada,
9.
católicos; Mons. Marshall,
P. Mejía, católico.
y textos comunes: Mons. Hodapp
y P.
anglicano.
Ecumenismo y sus obstáculos: matrimonios mixtos (Mons. Carter); cooperación
en
acción social y promoción humana; relación con Iglesias evangélicas; relaciones
entre obispos.
La exposición de estos diversos temas era seguida de una conversación, destinada a esclarecerlos y buscar la verdad común.
DEBATES Y CONVERSACIONES
Después de cada exposición se abría el debate, para que cada cual pudiera
expresar su modo de pensar o formular
sugerencias.
Esos momentos de debate o conversación fueron de sumo interés y demostraron
con gran claridad,
por una parte,
la completa
libertad
de que todos go-
zamos para decir todo nuestro pensamiento y, por otra, la unidad de espíritu que
nos juntaba en los mismos propósitos ecuménicos.
Una figura que emergió en esos debates fue la del canónigo inglés Pawley,
quien asistió al Concilio Vaticano
11 en calidad
de observador.
Imponente por su
mirada profunda y bondadosa, de pensador y de pastor, cada vez que usaba de la
palabra era escuchado con gran atención y respeto. Cuando, a propósito del matrimonio, apoyó
la Encíclica "Humanae
Vitae"
éste había cumplido con un deber ineludible
y al Papa Paulo VI, expresando
que
y lo había hecho valientemente,
fue
ovacionado.
Del secretario del encuentro, Mons. Jorge Mejía, se puede afirmar que fue el
alma de todas las sesiones, con su hondo espíritu ecuménico, con el conocimiento de
todos los participantes
y con el uso fácil de los varios idiomas allí empleados.
El
fue el propulsor de todas las iniciativas.
En las conversaciones se habló de la historia del anglicanismo y a ese mismo
respecto, del libro de oraciones, el "Prayer
Book". Estuvieron conformes varios de
nuestros hermanos anglicanos en que algunas de las disposiciones y oraciones contenidas en aquél ya no correspondían a lo profesado en la actualidad,
como, por ejem-
plo, las referentes a los difuntos, por cuyas almas ahora se elevan plegarias a Dios.
Más importantes fueron los conceptos sobre eclesiología que se emitieron. Sobre
este particular, el obispo Waughan pronunció una apología de la Iglesia católica, tan
bien fundamentada,
gado aplauso.
tan sincera y elocuente, que mereció un espontáneo y prolon-
ENCUENTRO ECUMENICO
y ANGLICANOS
EWRE OBISPOS CATOLlCOS
CEREMONIA
Aunque
nuestros
del
rito
maron
varios
hermanos
luterano;
L1TURGICAS
de los participantes
protestantes,
por
o en Ta:zé,
especialmente
nuestra
habíamos
ejemplo
del
asistido
a ceremonias
en Ginebra,
calvinista,
atención,
61
por
etc.,
también
estas
litúrgicas
en
de
un encuentro,
ceremonias
anglicanas
lla-
tan
con el rito
ca-
anglicano,
ce-
su semejanza
honda
tólico.
Primero,
remonia
fue
en Guayaquil,
que allí tenía
los cuales
la gran
semejanza
Luego,
iglesias
las afueras
y
por primera
en Bogotá.
de Ejercicios
de esa capital,
gran
ceremonia
Estábamos
de Cristo
para
obispos
católicos,
Quedamos
entre
asombrados
de
católica.
alojados
los veinte
Rey, hermosa
nuestras
un obispo
varios
Echeverría.
lo que nos permitía
facilidad
de
vez. Asistimos
de esa sede, Monseñor
después,
una
la consagraclon
con la correspondiente
en la Casa
midad
lugar
el arzobispo
en
una total
obispos
de ambas
y moderna
construcción,
dedícación,
una mayor
ceremonias,
a
las cuales
todos
en
inti-
concu-
rríamos.
No fue una intercomunión
acepción
genérica
y amplia:
mo Señor
y un mismo
Jesucristo.
Sentíamos
en el sentido
nos sentíamos
bautismo.
arder
Eramos
estricto
unidos
hermanos
en nuestros corazones
de la palabra,
por
una
misma
en la fe, que
la caridad
pero
sí en su
por
un mis-
fe,
nos juntábamos
en
que el mismo Señor trajo
a la tierra.
En esa
símbolo
disposición,
de los Apóstoles,
ría una fuerza
plena
católicos,
prohíbe
negar,
doctrinal
comprendemos
A este respecto,
VI y el arzobispo
que
de
"creo
nuestros
hermanos
en la Iglesia
el
mismo
católica",
adqui-
y nos estrechaba.
que
y sacramental.
uno sufre
Pero ambos,
nuestra
fidelidad
no se disipen
a
la
por
tanto
lo que falta
para
los anglicanos
verdad
las discrepancias
se dice en el Documento
de nuestro
cias, la cuestión
de aceptar
la plena
visible,
tianos
labios
que
una
como
los
profesamos
nos
que nos separan.
de Malta,
que firman
el Papa Paulo
de Canterbury:
consecusión
unidad
los
sin embargo,
ir más lejos, mientras
"La
de
que nos emocionaba
No es posible
comunión
escuchar
esa misma afirmación:
no hay problema
no podemos
sancionar
la comunión
eucarística,
fin está lejos de ser inminente.
alguna
medida
es planteada
de intercomunión
en todas
hoy día más urgente.
cambios
que
tocan
sin estar ciertos
partes.
sacramental
En el ánimo
No podemos
al corazón
En tales circunstan-
ignorarlo,
mismo de
de que tales cambios
aparte
de muchos
pero
la
igualmente
Iglesia,
serían
de
cris-
como
es
verdaderamente
cristianos".
No obstante,
cidencia
son un gran
Concretamente,
cada
día,
en varias
En cada
estas colaboraciones
vehículo
litúrgicas
de acercamiento
en nuestro
de las cuales
encuentro
puntos
de coin-
y de unión.
estaban
se celebraba
una de estas celebraciones
en que hay tantos
contempladas
la Eucaristía
se pronunciaba
bajo
ceremonias
el rito
la homilía
para
anglicano.
respectiva.
62
AUGUSTO
SALINAS
FUENZAlIDA
Nos parece oportuno referirnos aquí al problema de la validez de las ordenaciones de pastores y obispos anglicanos.
Por cierto, ellos no abrigan
dudas al respecto; al contrario, están ciertos de
esa validez, como expresamente nos lo dijeron en los debates. A ellos les parece que
el problema existe sólo para nosotros, los católicos.
El asunto mismo es digno de profundizarse, a la luz de los nuevos enfoques
de la teología y de la historia eclesiástica.
CONVIVENCIAS
Dentro del programa determinado para el encuentro se habían consultado diversas reuniones sociales, donde podríamos conversar en amable y franca
p~ática.
Ellas se realizaron con indudable éxito en varias formas: hubo reuniones a las
que concurrimos todos los obispos juntos y otras en hogares cristianos escogidos, en
las que participábamos
dos o tres obispos de ambas confesiones.
Que estas reuniones contribuyeron eficazmente a la mutua unión es un hecho
establecido, pues todos experimentamos la felicidad
de amarnos como hermanos en
un ambiente del todo común y normal. No era algo ficticio y convencional, sino espontáneo y franco.
Tuvieron especial relieve las dos reuniones en el hogar del obispo David B.
Reed. En su hermosa casa de un barrio
residencial, pudimos departir
íntimamente unidos por nuestra común fe en Jesucristo y por una caridad
sintiéndonos
humana y
divina.
RESULTADOS y CONCLUSIONES
Sin ánimo de interferir el envío de las conclusiones que el Departamento de
Ecumenismo del CELAM hará llegar a las respectivas Conferencias Episcopales, dentro de su finalidad
de servicio, deseamos aquí referirnos a los resultados del Encuen-
tro de Bogotá y a algunas de sus conclusiones.
Nos parece que los objetivos perseguidos, claramente expresados en los discursos de inauguración,
fueron olcanzados.
Monseñor Quarracino determinaba así esos objetivos:
"En primer lugar, el cor.ocimiento mutuo, porque, entre otros motivos, no es
posible vivir juntos, querer proclamar y trabajar
por el Reino de Cristo, en un clima
de mutua ignorancia;
"En segundo lugar, tratar
"En tercer lugar,
de descubrir y definir áreas de colaboración;
queremos examinar
lealmente
las dificultades
que se in-
terponen entre ambas confesiones cristianas;
"En cuarto lugar, pretendemos promover la conciencia ecuménica de nuestras
respectivas comunidades
y
de las otras Iglesias;
ENCUENTRO ECUMENICO
"Finalmente,
ENTRE OBISPOS CATOLlCOS
63
y ANGUCANOS
pensamos y deseamos que con todo ello podamos dar algún
paso concreto en orden a la realización
de la unidad cristiana,
querida
por el
Señor, deseada por todos nosotros y todavía entrevista como cercada en un marco
de profundo
misterio".
Por su parte, el obispo anglicano
Rvmo. David, como presidente del encuen-
tro, se expresó así:
"Muchas personas preguntan:
¿qué esperan de esta conferencia? En primer
término, les digo que es nuestro deseo que tratemos de terminar aquí con la enorme
ignorancia que existe entre nosotros y aumentar la confianza de unos en otros: así,
podremos descubrir con toda claridad
lo que nos une, que es Jesucristo".
Creemos que esos diversos objetivos y anhelos fueron en gran parte aleanzados.
Primeramente, reinó en todos los asistentes al encuentro una armonía admirable
y un afecto fraternal
que fue un verdadero
don de Dios. Todos nos sentimos reales
amigos.
Por lo mismo, existió la mós completa franqueza
para expresar así nuestras
comunes creencias como nuestras divergencias.
Quedó en claro que son mucho más numerosas e importantes las primeras y
que las segundas van en camino de solucionarse, aunque ello no puede obtenerse a
corto plazo.
Asimismo, coincidimos en la necesidad de mantenernos unidos, en diálogo frecuente, quizás permanente.
Lo más alentador es comprobar el mutuo anhelo de unión.
Son también dignas de destacarse algunas actitudes de nuestros hermanos anglicanos:
- El canónigo Pawley rindió un bellísimo homenaje al Papa Paulo VI y defendió la Encíclica "Humanae Vitae".
- El obispo Vaughan pronunció una apología
de la Iglesia católica que fue
ovacionada por la asamblea.
- Las ceremonias litúrgicas se distinguieron por la mutua unión de católicos y
anglicanos en una oración común.
"Dios ha de querer que nuestro trabajo contribuya de alguna manera al movimiento de convergencia que tiende a unir nuestras dos confesiones en el máximo
respeto de la individualidad
de cada uno" (Mons. Quarracino).
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