LA PRIMERA CARTA ORGANICA MUNICIPAL DE LA CIUDAD DE

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LA PRIMERA CARTA ORGANICA MUNICIPAL DE LA CIUDAD DE ESQUEL
Por Ricardo Tomás GEROSA LEWIS
(En base al artículo escrito para un libro dedicado al Centenario de Esquel, a cargo
de la Subsecretaría de Cultura de esta ciudad)
Después de “idas y venidas”, de postergaciones y de atrasos, la ciudad de
Esquel pudo sancionar su primera Carta Orgánica Municipal.
¿Cómo se gestó este proceso?. Si tuviésemos que buscar una fecha
inicial, podría decirse que éste comenzó cuando el Intendente Municipal, en oportunidad
de dejar inaugurado el período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante del año
2001, anunció oficialmente que adoptaría las medidas necesarias y encararía una
estrategia para llamar a una Convención Constituyente.
A partir de entonces, diversos fueron los actos realizados por los poderes
constituidos tendientes a cumplir con esta meta.
Así, el día 25 de junio de 2001, en una sesión histórica y en virtud de que
“todos los sectores sociales, políticos y económicos de nuestra comunidad han coincidido
que ha llegado el momento institucional de avanzar en la concreción de tal iniciativa” (tal
como lo expresaban sus considerandos) el órgano deliberativo de nuestra ciudad (que
según la Constitución Provincial es quien debe iniciar este proceso) sancionó la
ordenanza nº 107/01 por la cual convocaba a “una Convención Municipal Constituyente
para la redacción y sanción de la Carta Orgánica Municipal de la ciudad de Esquel…”.
Más allá de la imperfección técnica de la ordenanza citada (ya que al
Concejo Deliberante no le compete “convocar” a la Convención Constituyente –facultad
reservada por la Constitución Provincial al Intendente Municipal- sino que sólo debe
declarar la necesidad y conveniencia de dictar un estatuto de este tipo), es indudable que
ella también constituyó un paso fundamental en la evolución de este proceso.
Como consecuencia de lo expuesto, el gobierno municipal encabezó una
serie de “rondas de diálogo” con las fuerzas políticas de la ciudad y con las distintas
agrupaciones de cada partido tendientes a lograr que existiera una lista consensuada y
evitar que por este tema hubiesen elecciones internas (dado que ello podía “politizar” la
cuestión y restarle la trascendencia que merecía).
Sin embargo, la idea de una “lista única” por partido fracasó y, por
consiguiente, si bien en un primer momento se previó realizar tal elección en octubre de
ese año, la circunstancia apuntada, unida a la situación de crisis que atravesaba el país,
determinó que finalmente no se efectivizara el llamado para la elección de convencionales
en esa fecha.
Desde entonces, el tiempo fue pasando sin que existieran nuevas
novedades sobre la materia.
Recién en el año 2003 –y también en oportunidad del discurso de apertura
de las sesiones del Concejo Deliberante de Esquel- se le dio nuevamente trascendencia
al tema, ya que fue ahí cuando el intendente municipal anunció que ese año finalmente se
procedería a convocar a la convención constituyente municipal “en el convencimiento de
que es un anhelo comunitario”.
En virtud de ello, se sancionó la ordenanza municipal nº 115/03 mediante la
cual se convocaba a elecciones generales para cubrir “un cargo de intendente municipal,
10 cargos de concejales titulares y 6 suplentes y 10 cargos de Convencionales
Municipales Constituyentes y 6 suplentes por voto directo y representación proporcional,
para la redacción de la Carta Orgánica Municipal”.
Sin embargo, con posterioridad a ello los partidos políticos reconocidos
efectuaron una serie de objeciones relacionadas a la conveniencia de efectuar una
convocatoria simultánea que incluyera la elección de constituyentes conjuntamente con
otros cargos electivos, que determinaron que el Honorable Concejo Deliberante de Esquel
(mediante la ordenanza nº 150/03 de fecha 8 de setiembre de 2003) dejara sin efecto la
convocatoria para la elección de convencionales efectuada por ordenanza nº 150/03 y
fijara como nueva fecha para tal fin el día 30 de mayo de 2004.
Las normas reglamentarias para proceder a tal elección, empero, no fueron
dictadas en tiempo y forma, razón por la cual el Tribunal Electoral de Esquel, después de
analizar la situación, indicó que era imposible (por no poder cumplirse con los plazos
estipulados por la legislación respectiva) la realización de los comicios en la fecha
señalada.
Ello motivó –una vez más- la postergación de tal trascendente acto y la
sanción de una nueva ordenanza (nº 51/04), que fijó como nueva fecha “para los comicios
generales de Convencionales Municipales Constituyentes del ejido municipal de Esquel,
el 3 de octubre de 2004”.-
La elección de los convencionales constituyentes.
Mediante la Resolución nº 1569/2004 el Departamento Ejecutivo Municipal
de la ciudad de Esquel convocó a elecciones generales para la elección por el sistema de
representación proporcional D´Hont, de diez (10) convencionales municipales titulares, y
diez (10) suplentes.
A partir de entonces, todas las fuerzas políticas realizaron una intensa
campaña de información y concientización tendiente a captar el voto de la gente.
De acuerdo con datos aportados por el Tribunal Electoral, estaban en
condiciones de votar 20.553 electores (10.053 masculinos y 10.500 femeninos).
La elección se celebró en forma tranquila y sin inconvenientes.
El resultado final fue el siguiente: Partido Justicialista: 5.409 votos; Frente
Vecinal Esquel: 2.616 votos; Partido Acción Chubutense: 1.375 votos; Unión Cívica
Radical: 1.359 votos y Acción para una República de Iguales: 472 votos.
En virtud de ese resultado, el Partido Justicialista consagró seis
convencionales (Ricardo Tomás Gerosa Lewis, Roberto Ernesto Lewis, María Elena
Isabel Paggi, Ricardo Piegaro, Luis Arturo Arden y Norma E. Trucco); el Frente Vecinal
Esquel dos convencionales (Osvaldo A. Gonzalez Salinas y Roberto Miguel Raso), y el
PACH y la UCR un convencional cada uno (Gustavo A. Difiori y Laura Carpineti).
El funcionamiento de la Convención Constituyente.
El día 5 de noviembre de 2004 se realizó la primera reunión informal de la
Convención Constituyente Municipal, presidida por el convencional de mayor edad (Sr.
Luis Arturo Arden) y con la presencia de las autoridades de la ciudad y de un numeroso
público.
En la siguiente sesión se eligieron las autoridades definitivas del Cuerpo,
que quedó conformado de la siguiente manera: Presidente: Ricardo Gerosa Lewis.
Vicepresidente Primero: Luis Arturo Arden y Vicepresidente Segundo: Norma E. Trucco.
A partir de entonces, los convencionales trabajaron por un plazo de ocho
meses, todos los días sin excepción y en forma gratuita, para que Esquel pudiese tener
su propia Carta Orgánica.
Se creó, además, una Comisión de Participación Ciudadana (que no tuvo el
resultado esperado), que sesionaba los días sábados, donde se le explicaba a la gente
que concurría los diversos proyectos presentados para que dieran sus opiniones y
sugerencias.
Diversos sectores, por su parte, participaron activamente cuando se
trataron temas referidos a sus intereses.
Cabe señalar, al respecto, que más allá de las diferencias de criterio y de
las discusiones propias de los órganos colegiados, lo cierto es que la Convención trabajó
en un clima de profundo respeto y con un objetivo en común: tratar de sancionar la mejor
Carta Organica posible.
En el transcurso de los acontecimientos la convencional constituyente
Maria Elena Paggi presentó su renuncia al cargo y fue suplantada por la Sra. Sandra
Poletti, quien luego de unos pocos días debió renunciar por problemas laborales y fue
suplantada por el Dr. Raúl Chacón, quien culminó el mandato respectivo.
Finalmente, el día 13 de julio de 2005 se sancionó, en el Salón de Bellas
Artes de la Municipalidad de Esquel y ante un auditorio colmado, la ansiada Carta
Orgánica que, como ya lo destaqué, tiene el comprometido privilegio de ser la primera en
la historia de esta ciudad.
Y el día 15 de julio de 2005 ella fue presentada por el Presidente de la
Convención a la Honorable Legislatura del Chubut, para el control que exige la
Constitución Provincial.
La Carta Orgánica de Esquel.Tal como se señaló anteriormente, la Carta Orgánica de Esquel fue
sancionada el 13 de julio de 2005. Participaron en su redacción 10 Convencionales
Constituyentes que representaron a cuatro partidos políticos (PJ, UCR, FVE y PACH).
Ciento ochenta y tres artículos y veintiséis disposiciones transitorias
componen su articulado.
El trabajo de la Convención duró 8 meses y los convencionales trabajaron
gratuitamente, no recibiendo retribución alguna por su función. Los convencionales se
reunieron, durante ese tiempo, todos los días después de las 20 hs. Se dividieron en
comisiones a fin de hacer más eficiente el trabajo.
Lo más importante, empero, fue que el 91% de los artículos de la Carta
Orgánica se aprobaron por unanimidad, mientras que el 97% de ellos se aprobaron con el
voto de tres de los cuatros bloques presentes en la Convención Constituyente. O sea que
existió un importante consenso en la redacción de la Carta. Sólo un artículo (el sistema
electoral) fue aprobado exclusivamente con el voto de los convencionales del
Justicialismo. Pese a que tenía mayoría absoluta para imponer cualquier norma, el
oficialismo permitió la participación de las minorías e intentó alcanzar el consenso en
todos los temas. No sucedió lo que se dijo en un primer momento de que se trataría de
una Carta Justicialista.
Numerosos fueron los elogios que recibió este Estatuto Fundamental. Así,
por ejemplo, el ex ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Dr. Pedro J.
Frías la conceptualizó como “una Carta Orgánica muy lograda, en cuanto defiende la
autonomía, busca la participación de la sociedad y juega bien en las relaciones con el
gobierno provincial”.
En igual sentido, Daniel Sabsay, una eminencia en esta temática, indicó
que “la Carta Orgánica de Esquel exhibe una elevada apuesta a favor de la
transparencia”, siendo “un documento constitutivo cuyo contenido revela la voluntad de
dotar al municipio de un régimen político caracterizado por las notas más modernas del
constitucionalismo social, el que se combina con los institutos más avanzados de la
democracia participativa.
Inforum Patagonia, por su parte, dijo que se trataba de una de las Cartas
Orgánicas “más modernas del país”, lo que también señaló el propio Gobernador de la
Provincia Mario Das Neves y la Fundación Participación Ciudadana, de Ushuaia.
De igual manera, el jurista santafecino Marchiaro, quien ha escrito diversos
libros sobre Derecho Municipal, manifestó que ella “había logrado condensar lo mejor que
ha venido produciendo el municipio argentino”.
Sin embargo, el análisis más detallado de esta Carta fue el que realizó el
ex Ministro de Justicia y Derechos Humanos Dr. Jorge Vanossi, que dijo lo siguiente:
“La Carta Orgánica de Esquel posee numerosas cualidades dignas de
elogio… Lo primero que llama la atención es la sobriedad de su enumeración de
derechos (art. 7), alejada de los «catálogos de ilusiones» que es una frecuente tentación
de las constituciones provinciales y la cartas municipales. También que se incluyan no
sólo derechos sino también deberes (art. 10); que se otorgue un lugar destacado a lo
relacionado con la información (arts. 13 y 14); con el reconocimiento respetuoso pero no
recargado de los pueblos indígenas de la región (art. 41); la protección del derecho a la
salud desde la concepción (art. 43); del medio ambiente (arts. 49 á 58); la refirmación del
principio de legalidad en materia tributaria (art. 72) y el carácter republicano de la
terminante prohibición de gastos reservados (art. 77). No menos plausible es el
reconocimiento de la «banca del vecino» (art. 79). Es positivo que se prohiban
expresamente la propaganda oficial (art. 90) y las «inauguraciones» (art. 91) en tiempos
electorales, aunque lamento que en el primer caso sea sólo durante los 30 días anteriores
al comicio. También aplaudo que se obligue a reparar los daños producidos durante las
campañas proselitistas (art. 92). Es interesante el sistema electoral mixto, combinando el
de lista incompleta y el D’ Hont, y su agregado con las «tachas» (art. 107).
Particularmente gratificante me resulta el sistema de revocatoria automática del mandato
a los concejales que incurran en inasistencias que superen el 20% de las sesiones o de
las reuniones de comisión, y el descuento proporcional de la dieta por cada ausencia (art.
109), tema con el que siempre insisto por ser uno de los factores que ocasionan
desprestigio a la Democracia. La existencia de una Comisión de Receso (art. 115), la
clara diferenciación entre reforma y enmienda (arts. 93 y 98) y en especial la tajante
prohibición de que este último procedimiento se utilice para la reelección (art. 140), son
otros aspectos encomiables de esta Carta. Finalmente, creo que la Carta Orgánica hará
honor a la ciudad de Esquel, una de las más hermosas de la Patagonia, y que trae
siempre el recuerdo de su plebiscito del 30 de abril del año 1902, en la Escuela Nº 18 de
la Colonia «16 de Octubre», en el que se refirmó la soberanía argentina en la región».
La devolución y el rechazo de la Carta Orgánica por parte de la Legislatura
Provincial.-
No todos, empero, quedaron contentos con la Carta Orgánica de Esquel.
Los políticos tradicionales reaccionaron negativamente contra la misma, argumentando
que ella daba una inusitada participación y que tornaría ingobernable la ciudad a través
de un “asambleísmo” permanente.
Con estos argumentos y otros más errados, la Legislatura primero decidió
devolver y después directamente rechazar –sin respetar las mayorías necesarias para
hacerlo y excediendo sus facultades y atribuciones- la primera Carta Orgánica municipal
de la ciudad de Esquel.
Tales circunstancias motivaron –salvo en los sectores políticos y en
aquellos que tenían un evidente interés en su rechazo- un repudio absoluto por parte de
la población de Esquel, que de alguna manera vio afectada su autonomía, como así
también una crítica absoluta de las personas más versadas en esta temática.
Los medios de comunicación, inclusive, llegaron a decir que se trataba –ni
más ni menos- que de una vil maniobra de las “viejas estructuras” que se veían
comprometidas con los cambios que auspiciaba la Carta Orgánica.
Las apreciaciones más importantes, empero, fueron las expresadas por
Daniel Sabsay, quien señaló que “sería un pecado que se ampute parte de esta carta ya
que a nivel local es un ensayo interesantísimo de la democracia con mayúsculas ya que
crea responsabilidades no sólo para los gobernantes sino también para los gobernados…
Las viejas estructuras de la política le tienen miedo a estos cambios y esto pasa en todos
los niveles de gobierno… Hay una tendencia de las viejas estructuras políticas de
mantener un status quo y ver como una suerte de cucos aquellos nuevos modelos que
lejos de ser negativos pudieran ser riesgosos para mantener el poder en manos de los
burócratas de los partidos” (“Reconocidos constitucionalistas criticaron rechazo de
diputados a Carta Orgánica de Esquel”, Diario El Chubut, 4/6/06, Sección Esquel, pág. 1).
Sin ánimo de entrar en un debate estéril pero a fin de dar mi opinión al
respecto, quiero expresar –con relación a este tema- dos ideas-fuerza. Una, de tipo
personal, y es que con la sanción de este instrumento hubo un choque importante entre la
“vieja” y la “nueva” política, entre los que quieren cambiar el modelo existente y los que
pretenden seguir viviendo en él.
Y otra, que leí hace poco tiempo, que se refiere a los principios que nutren
esta Carta y que pueden sintetizarse así: “Con bastante frecuencia se invoca a la
eficiencia para justificar actitudes autoritarias en desmedro de la concepción que incluye a
la participación de los involucrados, aduciendo que los mecanismos de consulta
entorpecen la labor de la toma de decisión. El autoritarismo se sostiene basándose en
que el ejercicio de poder es absoluto y que sus ejecutores son autosuficientes, que no
necesitan ni siquiera conocer otras opiniones… Quien desvaloriza la riqueza de la
consulta y el debate previo a la toma de posición, muy posiblemente, intenta velar la
pobreza de los argumentos que sólo se pueden imponer circunstanciadamente a través
de los mecanismos propios del absolutismo y los obsecuentes. Calificar de utopía a la
participación de la ciudadanía es menoscabar a la condición humana en el
reconocimiento de su dignidad y de sus derechos como individuos plenos. Confundir la
falta de interés de muchos por involucrarse en los asuntos comunitarios con el valor de la
participación es, al menos, carecer de perspicacia para comprender las consecuencias de
las políticas paternalistas en el ejercicio del poder. Desalentar los esfuerzos por incentivar
a que la población exprese su opinión sobre los asuntos públicos es, en definitiva, buscar
consolidar sistemas cerrados y autócratas donde unos pocos deciden por todos…”.En Esquel diez convencionales de distintos partidos políticos y con diversa
ideología quisieron cambiar la historia. Los políticos tradicionales no los dejaron.-
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