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CNCIV - SALA D – 6/6/2011
Expte. N° 79.189/2008 - "C., V. M. y Otro c/ G. B., H. C. s/ Filiación
s/Ordinario"
En Buenos Aires, Capital de la República Argentina, a los 6 días del mes de junio de
dos mil once, reunidos en Acuerdo los señores jueces de la Excma. Cámara
Nacional de la Apelaciones en lo Civil, Sala "D", para conocer en los recursos
interpuestos en los autos caratulados "C., V. M. y otro c/ G. B., H. C. s/Filiación
s/Ordinario", el Tribunal estableció la siguiente cuestión a resolver:
¿Es ajustada a derecho la sentencia apelada?
Practicado el sorteo resultó que la votación debía efectuarse en el siguiente orden:
señores jueces de Cámara doctores Ana María Brilla de Serrat, Diego C. Sánchez y
Patricia Barbieri.//A la cuestión propuesta la doctora Ana María Brilla de Serrat, dijo:
I)) Mediante la presente causa la actora inició en representación de su hija menor, L.
C., juicio de reconocimiento de paternidad extramatrimonial e indemnización de
daño moral, atento la falta de reconocimiento voluntario, por la cantidad de cien mil
pesos, contra el Sr. H. C. G. B..Señala que a comienzos del año 2001 ejercía su profesión de contadora
compartiendo con un colega una oficina en la calle Lavalle de esta ciudad, pasando
ambos a laborar en otro lugar perteneciente a una empresa distribuidora que había
adquirido el inmueble anterior.En la nueva ubicación asevera haber conocido a los dueños de la sociedad Dismafar
S.R.L., entre ellos el demandado, con el que inició una relación sentimental que no
hicieron pública, y que era conocida solamente por algunos allegados, fruto de la
cual nació la niña L..Le endilga a su entonces pareja el haber intentado convencerla para interrumpir el
embarazo, accediendo finalmente a colaborar económicamente con su sostén, aún
antes del alumbramiento, lo que viene efectuando desde el séptimo mes de
gestación, abonando al momento del inicie la cantidad de un mil trescientos pesos
mensuales.Destaca que el demandado puso fin de inmediato a la relación y que una de sus
objeciones a tener más hijos era que uno de sus hijos matrimoniales de un año de
edad, a ese momento, era portador de una enfermedad genética. En pleno
conocimiento de ello, aceptó mantener reserva sobre su paternidad en la esperanza
que su hija sería reconocida y mantendría con ella una mínima relación paterno-filial,
acercamiento que no () ocurrió.En esas circunstancias, la actora señala que sólo contaba con el dinero mensual
prometido bajo la amenaza de suspender la cuota alimenticia si se lo molestaba al
demandado con reclamos de otro tipo.Relata que crió a su hija en soledad, y que se reunió con el padre de la misma a fines
de 2005, acercamiento que continuó a través de correos electrónicos y llamados
telefónicos, de donde surgió un compás de espera hasta tanto el accionado
solucionara sus conflictos matrimoniales, toda vez que le manifestó que estaba en
vías de divorciarse, arribándose sin novedades hasta el año 2007 cuando inició una
mediación sin resultados positivos quedando expedita la presente vía.Peticiona daño moral por omisión de reconocimiento voluntario que justiprecia en
cien milpesos ($ 100.000).II) El accionado, si bien rechaza el planteo en el responde y niega las aseveraciones
de la actora, reconoce que conoció a la misma en oportunidad que la misma
comenzara a desarrollar su actividad profesional en las oficinas de la empresa
Dismafar SRL, derivando de allí una relación sentimental que duró pocos meses, de
la que guarda un grato recuerdo frente una etapa difícil de su vida.Relata que era casado , padre de dos hijos que nacieron prematuros a los seis meses
de gestación con menos de un kilogramo de peso con los consiguientes trastornos
físicos y neurológicos que hasta hoy enfrentan los niños y sus padres. Esa situación
era conocida por la actora que le manifestó su deseo de ser madre y que no esperaba
nada de él porque sabía su situación, asumiendo una contribución alimentaria desde
el momento en que se le solicitara colaboración en ese sentido.En lo que al reconocimiento de paternidad, manifiesta expresamente su voluntad de
someterse a las pruebas pertinentes a los efectos de la confirmación científica de la
filiación que se le atribuye, lo que así se dispone en la primera audiencia llevada a
cabo el 10 de febrero de 2009 a fs.40, no desconociendo la procedencia del rubro
indemniza torio que avala el reclamo indemnizatorio, acerca del cual peticiona se
tenga en cuenta la totalidad de la prueba ofrecida, las circunstancias vividas por
ambas partes y las conductas desplegadas por las mismas.Más aún, el propio G. B. fue quien adjuntó a autos las conclusiones del estudio que
brindó un resultado positivo, con una probabilidad de paternidad superior al
99,99%, proveyéndose a continuación la prueba ofrecida.-
III) A fs.66 y vto. depone A. S., madrina de la menor objeto de la presente litis,
quien no conoce al demandado, acerca de cuya actitud tomó conocimiento por el
relato de su amiga V., esto es la actora.Respecto de la menor, afirma que sabe acerca de la existencia de su padre, del cual
vio fotos , relatando que está de viaje .La testigo A. afirma que tiene una amiga en común con la actora y que el
demandado es el padrino de una hija del primo de la deponente, quien se enteró por
sus comentarios de la paternidad atribuida a aquél. En relación a la niña L., asevera
que la misma busca siempre una identificación paterna y que sabe que tiene otros
hermanos. La testigo P., por su lado, conoce sus dichos por referencias de la propia
actora.Del informe de fs.78 se relata que los mellizos del demandado presentan uno una
falla neurológica y el otro una alteración de la columna vertebral.Finalmente, se dicta sentencia a fs.122/127, donde se pondera la intención del
accionado de someterse al examen de ADN al contestar la demanda y el
allanamiento a la procedencia del daño moral, lo que así se dispone, declarando que
la menor de autos es hija del demandado y cuantificando la indemmización de
acuerdo a las circunstancias del caso, no en la extensión pretendida, sino hasta
alcanzar la cantidad de treinta mil pesos. ($ 30.000), imponiéndose las costas al
demandado conforme el art.68 del ritual.IV) El decisorio en lo principal quedó consentido por las partes, pero apelan la
actora, y la defensora de Menores, en lo que atañe al monto resarcitorio otorgado,
por considerarlo exiguo, y el demandado por reputarlo elevado .Expresan agravios a
fs.145/248 la primera, mientras que el segundo efectúa lo propio a fs.151 y vto.En su memorial la Sra. C. introduce una cuestión claramente fuera del marco
cognoscitivo de los recursos, no propuesta a la magistrada de grado, cual es su
voluntad de que la menor sea inscripta con filiación paterna conservando el apellido
de la madre en primer término, y subsidiariamente se añada el del progenitor al de
origen.Nada manifiesta la contraria en su responde, mientras que el Fiscal de Cámara presta
su aquiescencia a que la menor sea conocida con el apellido C., agregando el del
padre en segundo lugar, mientras que la defensora ad-hoc se remite en general a los
fundamentos de la progenitora de la niña.V) En primer término habré de considerar la cuestión relacionada con el monto
indemnizatorio, que reputo adecuado en justicia de conformidad con las
particularidades del caso. Si bien es cierto que debió recurrirse al presente para
obtener el reconocimiento filiatorio de la menor, no lo es menos que existió un
compás de espera en alguna manera consensuado o consetido por las partes, que en
nada hace variar el menoscabo sufrido por aquélla.Tampoco se trata de una elusión recalcitrante del deber de reconocer a su hija, dada
la conducta desplegada claramente por el demandado en el responde, y en su clara
voluntad de someterse a las pruebas biológicas que avalaren su paternidad, amén de
la admisión de la pretensión resarcitoria por daño moral;;; no existió omisión sino
abono voluntario de alimentos en forma mensual aún desde meses antes del
nacimiento por lo que no puede suponerse que debía de haberse sometido a las
pruebas biológicas de paternidad con anterioridad al pleito.La asunción de una paternidad plena, con lo que ella conlleva, esto es crianza,
educación, acompañamiento y lazos afectivos, circula por otros carriles, y el daño
que se estaba produciendo que necesariamente si lo hubo, no fue producido
solamente por su actuar voluntario, dado que la inacción de la madre, que en modo
alguno señalo como objeto de crítica dadas las peculiaridades del caso, pudo haber
contribuído a dejar a su hija sin la posibilidad de afecto, cariño, etc.de una parte de
su familia de sangre, lo que evidentemente fue ponderado por la a-quo al decidir.Buena parte de su infancia la niña ha pasado sin la filiación correspondiente alejada
de su padre, sus dos medio-hermanos y el resto de su familia paterna, pero la
voluntad de realización del ADN quedó plasmada ya en octubre de 2008, a un mes
de iniciado el proceso y existen presunciones vehementes de que tanto la
progenitora como su transitoria pareja, ambos de buena fe, quizás sin apreciar el
daño que le hacían a su descendiente, mantuvieron de consuno ese "stato-quo", por
las razones que fueren.Sentado ello y a tenor de lo que surge de las circunstancias expuestas, en el sentido
que el propio accionado ha reconocido su paternidad sin cuestionamientos al igual
que la procedencia indemnizatoria por lo que va de suyo entonces que no queda
configurada una conducta antijurídica tal apta para avalar la suma de indemnización
pretendida. Si la actora padeció por la ausencia de su padre, o se vió privada de
gozar de los derechos filiales acordes con la paternidad biológica que le
corresponde, vbgr. no compartió ni con su papá ni con sus medio-hermanos el
estado de familia que le correspondía, ni usó su apellido, ello queda compensado
con el resarcimiento dispuesto.Guarda consonancia el monto admitido, por lo demás, con precedentes de esta
Cámara obrantes en la base de datos de cuantificación de daños, que fueran tenidos
en cuenta asimismo por esta Sala "D" en la causa N° 30.359/2007 s/Filiación,
originaria del Juzgado N° 106.-
Lo rescatable de este proceso, finalmente, es el acuerdo de las partes, con la
esperanza de anudar y recrear los lazos que los vinculan, a tenor de los primeros
pasos dados en justicia, al consentir realizarse el estudio pertinente y allí debe
sopesar la accionante que su padre no se ha negado como tal, y las inseguridades o
carencias que pudiere haber sentido a raíz de la conducta desplegada hasta entonces
se trata de cuestiones que hacen al aspecto espiritual que no pueden hallar
compulsivo cobijo.De todo lo expuesto considero atinado en la especie confirmar lo decidido por la
magistrada de grado en este punto, en el sentido que el padre declarado tal deberá
resarcir a su hija L. con la cantidad y del modo dispuesto por la a - quo.Resta considerar, la queja de la actora vinculada con la identificación de la menor,
que como ya se anticipara resulta cuestión ajena al recurso, al no haber sido
sometida a consideración del magistrado interviniente. Si bien el Ministerio Fiscal no
se opone a que la niña continúe llevando el apellido materno en primer lugar,
seguido del de su padre, de conformidad a la excepción prevista en el art.5° de la ley
18.248 modificado por la ley 26.618, se trata de una cuestión de hecho no abonada
en la instancia pertinente, sin dejar de sopesarse que se trata de una menor impúber
y que la publicidad del ámbito de conocimiento se limita a la actividad escolar,
mientras que a medida que transcurra el tiempo la proyección será mayor.Atento ello, y lo dispuesto como norma general por la citada normativa, soy de
opinión que debe mantenerse lo decidido, sin perjuicio de la posibilidad de
adicionarse el apellido de la madre conforme las prescripciones del art.4° , voluntad
que podrá ejercer privadamente o ponerse en conocimiento de la autoridad de
registro conjuntamente con la orden judicial relativa a la filiación admitida, por
razones de conveniencia, si así lo considerare la intervención pertinente.En orden a todo lo expuesto doy mi voto para que se confirme la sentencia
recurrida, en todo lo que fuera materia de apelación y agravio con costas de Alzada
en el orden causado de conformidad con lo que prescribe el art.68 última parte del
ritual conforme la desestimatoria de ambos recursos.I) Confirmar la sentencia apelada, en todo lo que fuera objeto de agravio y
apelación.II) Imponer las costas de Alzada en el orden causado.III) Regular los honorarios de los profesionales intervinientes por su tarea en esta
instancia.-
Los señores jueces de Cámara doctores Diego C. Sánchez y Patricia Barbieri, por
análogas razones a las aducidas por la señora juez de cámara doctora Ana María
Brilla de Serrat, votaron en el mismo sentido a la cuestión propuesta.//Con lo que terminó el acto. FIRMADO: Ana Maria Brilla de Serrat - Diego C.
Sanchez - Patricia Barbieri
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