LEY QUE ESTABLECE PARÁMETROS Y GARANTÍAS PROCESALES PARA LA CONSIDERACIÓN PRIMORDIAL DEL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO: Importancia e implicancias La protección de la infancia constituye una prioridad para todos los Estados del mundo, todas las sociedades han asumido que los niños no solo representan el futuro del país sino además la mejor inversión para lograr un país desarrollado. Es por ello, que el principio de protección especial del niño se erige en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos como un principio fundamental que impone a la familia, la comunidad, la sociedad y al Estado, la obligación de asistir y proteger al niño. Este énfasis tuitivo obedece, de acuerdo al máximo intérprete de la Constitución1, a la situación de fragilidad, inmadurez o inexperiencia en que están los menores frente a los adultos. El reconocimiento de la infancia como un grupo diferente a las personas adultas, con características cognitivas y emocionales diferentes, genera la obligación de prever medidas adecuadas para garantizar el desarrollo integral y armónico, así como el bienestar físico, psíquico, moral, intelectual, espiritual y social. La Convención de los Derechos del Niño ha supuesto un cambio de paradigma, su aprobación implicó trascender a la idea del niño como un objeto de protección y asumir su condición de sujeto de derecho. El principio del interés superior del niño y el derecho del niño a que su opinión sea escuchada en cualquier decisión que le afecte, recogidos en los artículos 3 y 12 respectivamente, materializan esta nueva visión. En ese sentido, el Tribunal Constitucional ha reconocido en numerosas sentencias2 que el interés superior del niño es uno de los contenidos constitucionalmente protegidos por hallarse implícito en el artículo 4 de la Constitución “La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente (...)”. El Comité de los Derechos del Niño ha explicado que la plena aplicación del concepto de interés superior del niño3 exige adoptar un enfoque basado en los derechos, en el que colaboren todos los intervinientes, a fin de garantizar el disfrute pleno y efectivo de todos los derechos reconocidos por la Convención y el desarrollo holístico de los niños (desarrollo físico, mental, espiritual, moral, psicológico y social del niño), teniendo en cuenta que en la Convención no hay jerarquía de derechos, ningún derecho esta por encima de otro, todos responden al interés superior del niño por lo que ningún derecho debería verse perjudicado por una interpretación negativa o errónea del principio de interés superior del niño. Con la ratificación de la Convención, los Estados se obligan a garantizar que el interés superior del niño se integre en todo su ordenamiento jurídico y que se reconozca como un derecho del niño a que su interés superior sea una consideración primordial en cualquier decisión que le concierna. Esto es especialmente sensible en las instituciones que administran justicia, el Estado debe garantizar que su actuación se rija por los principios de protección especial del niño y del interés superior del niño, el Estado tiene la obligación de adoptar todas las medidas positivas que aseguren de manera rápida y eficaz la protección de los niños contra malos tratos y cualquier forma de violencia, incluso si eso supone, en última instancia, separarlo de las personas naturalmente llamadas a protegerlo. Pese a su corta edad muchos niños se ven involucrados en procesos judiciales de alimentos, filiación, divorcio, disposición de bienes, etc., otros participan de procesos 1 Cfr. Sentencia recaída en el expediente Nº 01817-2009-PHC/TC, párr.5. Expediente Nº 03744-2007-PHC/TC, expediente N° 02132-2008-PA/TC, expediente Nº 04058 2012-PA/TU, entre otros. 3 Observación general Nº 14 (2013) sobre el derecho del niño a que su interés superior sea una consideración primordial (artículo 3, párrafo 1). 2 penales ya sea en calidad de víctimas, testigos o imputados. En todos estos casos se deben compaginar muchos intereses: padres, Estado, interés público, intereses privados, etc. los que en base a una evaluación de la situación concreta permiten adoptar una decisión alineada al interés superior del niño. No hay dos casos iguales, a cada niño, conforme sus circunstancias, entorno, edad, género, le corresponderá una interpretación del interés superior del niño única. La Ley Nº 30466 Ley que establece parámetros y garantías procesales para la consideración primordial del interés superior del niño reconoce una serie de garantías procesales como el derecho a ser escuchado, a recibir una atención especializada, a un proceso célere, a contar con representación legal, a que las decisiones que se emitan sean argumentadas y tomen en cuenta el interés superior del niño y el impacto sobre sus derechos, y a mecanismos de revisión de las decisiones. La infancia es una etapa de evolución y desarrollo. Desde el razonamiento concreto, el niño puede dar respuestas “incoherentes” para la lógica adulta (desarrollo cognitivo) y ser vulnerable frente a la irrupción de emociones dolorosas y el desarrollo de mecanismos inconscientes para contrarrestar las ideas y los afectos penosos (desarrollo emocional), asimismo, los niños, en determinada etapa de desarrollo, priorizan por encima de cualquier otro factor la necesidad de evitar el castigo por lo que intentaran dar la respuesta “correcta” por encima de lo que realmente perciben (desarrollo moral)4. Estas características influirán en la forma de actuar de un niño, por lo que tomarlas en cuenta es fundamental para hacer que la experiencia de contacto con la administración de justicia sea lo menos perjudicial posible para el desarrollo armonioso de su personalidad, evitando que las prácticas o procedimientos conduzcan a la revictimización del niño. Los niños tienen derecho a ser escuchados y que estos puntos de vista sean considerados al momento de decidir sobre cuestiones que les afectan. El derecho a ser escuchado no se restringe a la edad, la opinión del niño debe ser escuchada en todos los casos. Evidentemente, la edad jugará un rol importante en la forma en que un niño exprese su opinión lo que no significa que su opinión no sirva, al contrario, implica que deben establecerse otros mecanismos diferentes a los convencionales, a fin de proteger la integridad del menor, que el niño comprenda plenamente y ejerza libremente su derecho a ser escuchado. Las instalaciones del sistema de administración de justicia no solo son ajenas al universo de los niños sino que además resultan intimidatorias para ellos. Ante este panorama, la especialización y la capacitación de los operadores de justicia es imprescindible, es necesaria la presencia de personal cualificado para escuchar y acompañar a los niños. La evaluación para determinar el interés superior del niño es un ejercicio que supone reconocer que el interés del niño no es necesariamente igual que el interés de sus padres o sus tutores, las actividades de capacitación en este sentido son fundamentales. La decisión final que adopten los órganos jurisdiccionales o administrativos, que afecte directa o indirectamente los intereses de uno o más niños debe ser fundamentada. Los argumentos no solo son de carácter jurídico, sino que además deben demostrar que el operador ha evaluado las consecuencias de su decisión en el ejercicio de los derechos del niño involucrado. Asimismo, es trascendental tomar en cuenta que la dilación en los procesos y procedimientos afecta el normal desarrollo de los niños, cualquier decisión que les afecte debe tomarse de la manera más célere posible. 4 Estas cuestiones sobre el desarrollo cognitivo, emocional y moral de los niños fueron planteados en el “Protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que afecten a niños, niñas y adolescentes” elaborado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación de los Estados Unidos Mexicanos. Respecto del derecho a contar con un defensor letrado, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos provee de asistencia legal gratuita cuando el niño o sus familiares así lo requieran. Este servicio es canalizado por la Dirección General de Defensa Pública y Acceso a la Justicia que cuenta con una Dirección de Asistencia Legal y Defensa de Víctimas brinda servicios de asistencia legal gratuita en materia de derecho de familia, civil y laboral a personas de escasos recursos económicos, así como servicios de defensa a víctimas que han sufrido la vulneración de sus derechos en cualquiera de sus formas. Asimismo, la Dirección de Defensa Penal provee de asesoría legal y patrocinio gratuito a las personas que no pueden pagar una defensa privada, incluidos los adolescentes infractores, para cuya atención se ha implementado un equipo especializado con presencia en los Centros de Diagnóstico y Rehabilitación Juvenil. La novísima Ley Nº 30466 Ley que establece parámetros y garantías procesales para la consideración primordial del interés superior del niño, constituye un valioso aporte para la protección de los derechos humanos de la infancia. Los niños, que han sufrido durante siglos la violencia de los adultos sin ser vistos ni oídos, tienen derecho a acceder a un sistema de justicia efectivo y célere, que defienda su interés superior y constituya un evento lo menos traumático posible. El hecho de plasmar esta obligación internacional en una norma con rango de ley representa el compromiso del Estado peruano con la protección de la niñez y la reforma del sistema de administración de justicia. El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos entiende que el acceso a la justicia es uno de los derechos instrumentales más importantes, pues de su exigibilidad y realización depende la posibilidad de que todos los demás derechos sean recurribles ante las instancias de administración de justicia. La edad no puede ser un argumento para justificar la limitación o la negación de acceso a la justicia o la vulneración de las garantías que establece el debido proceso, al contrario, la tierna edad de los niños, su inexperiencia, debilidad e inmadurez, constituyen el fundamento de la obligación de proveerles de atenciones y cuidados especiales.