Principios rectores en la remoción de jueces

Anuncio
Principios rectores en la
remoción de jueces
1
1
El presente documento fue elaborado en el marco del proyecto “Transparencia y democratización de los
poderes judiciales provinciales” (2006-2007).
1
PRINCIPIOS RECTORES EN LA DE REMOCIÓN DE MAGISTRADOS
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.................................................................................................................3
CAUSALES DE REMOCIÓN ..............................................................................................8
A.- Mal desempeño......................................................................................................8
Actividad política partidaria ................................................................................10
Ignorancia del derecho ........................................................................................11
Morosidad manifiesta, reiterada, irrazonable e injustificada .....................14
Inhabilidad física o psíquica.................................................................................15
B.- Comisión de Delito................................................................................................16
EL JUICIO DE REMOCIÓN..............................................................................................16
A.- Naturaleza jurídica ...............................................................................................16
B.- Proceso de remoción. .........................................................................................17
PRINCIPIOS Y CARACTERES QUE DEBEN ESTAR PRESENTES EN UN PROCESO
DE REMOCIÓN.................................................................................................................19
A.- Principio de celeridad.........................................................................................19
B.- Principio de Publicidad........................................................................................19
C.- Legitimación activa y patrocinio letrado .....................................................20
D.- Fundamentación ..................................................................................................21
E.- Independencia del órgano de juzgamiento................................................21
F.- Causales de revisibilidad.....................................................................................22
CONCLUSIÓN...................................................................................................................24
2
PRINCIPIOS RECTORES EN LA DE REMOCIÓN DE MAGISTRADOS
"Quien sabe que no tiene jueces no tiene por qué depositar
su fe en las normas ".
Carlos Cossio
La Política como Conciencia, 1957
INTRODUCCIÓN
El Poder Judicial a través de sus magistrados cumple dos roles institucionales de
gran relevancia en el ejercicio de su función jurisdiccional: por un lado tiene el
poder de resolver litigios entre los ciudadanos; por otro, tiene un poder autónomo
para controlar los actos que emanan del Poder Ejecutivo o del legislador. A
través de ese control el Poder Judicial se erige como garante de las libertades y
de los derechos de las personas frente a los excesos de los otros órganos del
Estado. Siempre examinando los actos de gobierno y las conductas de las
personas bajo las normas y valores constitucionales que fundan y limitan el poder
y las relaciones entre las mismas.
De todos los poderes del Estado, el judicial es el que está más directamente
relacionado con la protección efectiva de los derechos humanos y sus garantías.
La percepción de que es posible recurrir a ese poder a fin de reclamar el
cumplimiento de las promesas enunciadas en forma de objetivos en el
Preámbulo de la Constitución, constituye el primer paso en el afianzamiento de la
confianza pública en las instituciones.
Se advierte, que en manos de los magistrados se encuentran la universalidad de
las vicisitudes de la vida humana, en concreto sus sentencias influyen sobre la
vida, la salud, la libertad, la igualdad, el medio ambiente, la propiedad, la
educación, etc. En consecuencia, es inevitable soslayar que en el ejercicio de la
función jurisdiccional, en el instante que un magistrado determina el contenido
de lo justo (lo suyo de cada quien), no puede ser sometido a presiones externas
que fuercen una interpretación distinta
sobre el sistema de valores que se
encuentra plasmado en Constitución Nacional y en las leyes. Por esta razón, es
3
imprescindible fortalecer el Poder Judicial para que pueda cumplir con su
función, tan relevante para una sociedad democrática.
Como enseña Karl Lowenstein, los jueces son independientes sólo si están
sometidos a la ley y libres de cualquier influencia o presión exterior, provengan de
donde provengan, del gobierno, del Congreso, del electorado o de la opinión
pública.
Para lograr la independencia del Poder Judicial, nuestra Constitución ha
estructurado el sistema clásico de la llamada división de poderes, como
mecanismo de limitación del poder, con el fin de proteger a los hombres en sus
libertades y en sus derechos. Surge el valor del recíproco control institucional
propio de la división de poderes -"sistema de pesos y contrapesos"- cuya fuente
puede encontrarse en la Constitución de los Estados Unidos y en el régimen inglés
en el que aquél pudo inspirarse.
De modo que, la independencia del Poder Judicial debe preservarse en toda
circunstancia mediante el afianzamiento del principio de división de poderes, por
cuya vía se asegura que las decisiones de los órganos judiciales no sean objeto
de injerencia por parte de otros poderes del Estado.
“La independencia judicial es algo más que un derecho de los jueces y magistrados, es
un derecho de los ciudadanos; la independencia no es el privilegio de una casta, sino la
garantía del justiciable2 ”.
La división de poderes es el teorema fundamental del sistema republicano y,
asimismo, la más importante de las garantías que tienen los habitantes frente a los
abusos del poder. La independencia del Poder Judicial es la base primordial de
ese teorema fundamental. Sin un Poder Judicial independiente no hay República,
no hay Constitución ni derechos individuales, ni límite alguno al ejercicio del
poder. Son los jueces los defensores del hombre común frente a los crónicos
ataques de los detentadores del poder, que permanentemente tratan de limitar
Montero Aroca, Juan y Ortells Ramos, Manuel, Derecho jurisdiccional, 1.1, p. 210, Parte general, Ed. Bosch,
Barcelona, 1987
2
4
el espacio de la libertad. Y esto no es baladí, y por eso desde antiguo se lo ha
receptado como un principio liminar de las sociedades justas. En este sentido, la
Declaración reza: "Toda sociedad en la cual, la garantía de los derechos no esté
asegurada, ni la separación de poderes determinada, carece de Constitución"
(art. 16 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789).
Uno de los mecanismos esenciales para proteger la independencia del Poder
Judicial es el diseño e implementación de procedimientos de remoción de jueces
acordes con los más altos requerimientos de justicia, de modo que se eviten
remociones arbitrarias sujetas a criterios ajenos a la buena conducta que se les
exige a los magistrados. Por ello, debemos llamar la atención a los Principios
básicos relativos a la remoción de los magistrados.
El principio de independencia judicial adquiere suma relevancia y un matiz
específico cuando se habla de remoción o destitución de magistrados del Poder
Judicial. Se puede sostener que, el principio de independencia alimenta casi
totalmente el principio de inamovilidad, en las cuestiones de remoción de
magistrados.
Hamilton, en su obra "El Federalista", sostiene que: “…la inamovilidad de los
jueces es una barrera contra el despotismo del príncipe. Lo es también, en las
repúblicas contra la opresión que surge del ejercicio del poder, cuando éste es
ejercido sin controles, por los funcionarios políticos…”.- 3
Es por eso que, resulta necesario asegurar la independencia del Poder Judicial.
Siguiendo este criterio, la Constitución Nacional establece dos garantías básicas
Hamilton. FEDERALIST N 78 The Judiciary Department. McLEAN’S Edition, New York.
“According to the plan of the convention, all judges who may be appointed by the United States
are to hold their offices DURING GOOD BEHAVIOR; which is conformable to the most approved of
the State constitutions and among the rest, to that of this State. Its propriety having been drawn into
question by the adversaries of that plan, is no light symptom of the rage for objection, which
disorders their imaginations and judgments. The standard of good behavior for the continuance in
office of the judicial magistracy, is certainly one of the most valuable of the modern improvements in
the practice of government. In a monarchy it is an excellent barrier to the despotism of the prince; in
a republic it is a no less excellent barrier to the encroachments and oppressions of the representative
body. And it is the best expedient which can be devised in any government, to secure a steady,
upright, and impartial administration of the laws.”
3
5
para dicha independencia: la inamovilidad de los magistrados y la intangibilidad
de sus remuneraciones (art. 110 de la Constitución Nacional).La inamovilidad es una de las conquistas más notables de los pueblos libres, es “la
garantía” de independencia de los magistrados judiciales en el desempeño de
sus cargos, los pone a cubierto de coacciones extrañas, ya sea que, provengan
de otros poderes, o de personas que, gozando de las influencias judiciales,
pretendan ejercer presión sobre sus conciencias.
Podemos conceptuar el principio de inamovilidad como la seguridad que deben
tener los jueces de continuar en sus cargos mientras dure su buena conducta,
preservando la independencia de quien los designó.
La inamovilidad, no sólo protege al magistrado en su carácter de juez, sino
también protege el grado y la sede del tribunal que integra. Esto significa que, un
juez no puede ser removido de su cargo ni siquiera para ser ascendido, ni para
ser trasladado a otra jurisdicción, sin su consentimiento.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación sostuvo en el año 1989: "…que el
principio de inamovilidad de los jueces es requisito esencial para la preservación
de las instituciones republicanas..." 4 , y, luego, en 1999 dijo: "…La garantía de
inamovilidad vitalicia que para los jueces consagra el art. 110 Ver Texto , CN es
un principio de organización del poder, que hace a la forma republicana de
gobierno..." 5
4 "El principio de inamovilidad de los jueces es requisito esencial para la debida preservación de las
instituciones republicanas, razón por la cual resulta necesario interpretar en forma restrictiva las
disposiciones constitucionales que permiten la separación del cargo de aquellos magistrados
nombrados de conformidad con las leyes supremas en el ámbito provincial. Ello, más allá de las
facultades de los constituyente provinciales de instituir el procedimiento de remoción que, dentro
de los límites establecidos por la Constitución Nacional, estimen pertinente (disidencia del Dr.
Augusto César Belluscio)" (CSJN, 19/9/1989, "Leiva, Amelia Sesto de v. Provincia de Catamarca").
5 La garantía de inamovilidad vitalicia que para los jueces federales consagra el art. 110, CN, es un
principio de organización del poder, que hace a la forma republicana de gobierno, a la
separación de los clásicos tres departamentos del Estado y a la independencia del Poder Judicial.
(voto del Dr. Adolfo Roberto Vázquez)" (CSJN, 22/6/1999, "Iribarren, Casiano Rafael v. Provincia de
Santa Fe s/acción declarativa").
6
El deber de buena conducta, exigido a los jueces, implica una exigencia mayor
que los deberes que se imponen a los ciudadanos en general, encontrando
apoyatura en la delicada misión que desempeñan y en la cuota de poder que
detentan sobre la libertad, el patrimonio y el honor de los habitantes del país. Su
fundamento estriba en lograr la confianza de la ciudadanía en los magistrados
que conforman el Poder Judicial y deciden sobre sus derechos. Ahora bien, el
incumplimiento al deber de buena conducta, impone la aplicación de
sanciones, que con el objeto de mantener incólume la confianza depositada en
el Poder Judicial y su imagen pública. 6
El concepto clave, en el cual se centra el instituto de la remoción de los
magistrados es la BUENA CONDUCTA. Resulta extremadamente difícil definir tal
concepto propositivamente sin caer en una enumeración casi sempiterna de
adjetivos y conductas. La gran mayoría de las legislaciones y constituciones ha
optado por delimitar el contenido de lo que se debiera entender por “buena
conducta” en forma negativa, enumerando taxativamente las causales de
remoción.
Precisamente es fundamental, determinar las únicas causales de remoción por
las que se podría destituir a un magistrado, considerando que la inamovilidad no
reviste el carácter de axioma, sino por el contrario, perdura siempre que se
mantengan las condiciones de legalidad y legitimidad que fundaron el
nombramiento 7 .
Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial Integridad
Art. 53.- La integridad de la conducta del juez fuera del ámbito estricto de la actividad jurisdiccional
contribuye a una fundada confianza de los ciudadanos en la judicatura.
Art. 54.- El juez íntegro no debe comportarse de una manera que un observador razonable
considere gravemente atentatoria contra los valores y sentimientos predominantes en la sociedad
en la que presta su función.
Art. 55.- El juez debe ser consciente de que el ejercicio de la función jurisdiccional supone
exigencias que no rigen para el resto de los ciudadanos.
El Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial se puede consultar vía Internet en
http://www.poderjudicialcoahuila.gob.mx/pag/TSJ/areasaux/pdf/codigomodelo.pdf
Fecha de acceso 03 de junio de 2007.
6
LOS PRINCIPIOS BÁSICOS RELATIVOS A LA INDEPENDENCIA DE LA JUDICATURA adoptados por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en 1985, establece que los jueces sólo podrán ser
suspendidos o separados de sus cargos por incapacidad o comportamiento que los inhabilite para
seguir desempeñando sus funciones.
Principio 1. La independencia de la judicatura será garantizada por el Estado y proclamada por la
Constitución o la legislación del país. Todas las instituciones gubernamentales y de otra índole
respetarán y acatarán la independencia de la judicatura.
7
7
CAUSALES DE REMOCIÓN
A.- Mal desempeño
Es causal de remoción de los jueces, “el mal desempeño en sus funciones”,
desde la perspectiva estrictamente funcional. Se trata de una causal genérica e
indeterminada, relativa a la función jurisdiccional, que para conceptualizarla es
necesario realizar una enumeración amplia de conductas cuya extensión y
calidad irán mutando de acuerdo a la época histórica y los valores imperantes,
siempre respetando los valores supremos positivizados en la Constitución Nacional
relacionados con la funcionalidad del principio de independencia.
En otras palabras, los casos posibles son múltiples y deben evaluarse dentro de sus
circunstancias, a fin de calibrar el modo en que afectan la función judicial, el
servicio de justicia y la dignidad del poder judicial.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación sostiene: "La remoción por mal
desempeño procede cuando se acreditan graves actos de inconducta o que
afecten seriamente el ejercicio de la función...", dado que, la buena conducta se
presume como garantía. 8
Principio 2. Los jueces resolverán los asuntos que conozcan con imparcialidad, basándose en los
hechos y en consonancia con el derecho, sin restricción alguna y sin influencias, alicientes,
presiones, amenazas o intromisiones indebidas, sean directas o indirectas, de cualesquiera sectores
o por cualquier motivo.
Principio 17. Toda acusación o queja formulada contra un juez por su actuación judicial y
profesional se tramitará con prontitud e imparcialidad con arreglo al procedimiento pertinente. El
juez tendrá derecho a ser oído imparcialmente. En esa etapa inicial, el examen de la cuestión será
confidencial, a menos que el juez solicite lo contrario.
Proclamados por el Séptimo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del Delincuente, celebrado en Milán, Italia, y adoptados el 6 de septiembre de 1985.
Aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en sus resoluciones 40/32 del 29 de
noviembre de 1985 y 40/146 del 13 de diciembre de 1985
8 "Hay dos tipos de causales de destitución que deben diferenciarse: por un lado, las vinculadas al
`mal desempeño' o `mala conducta'; por otro, la comisión de delitos, ya sea en el ejercicio de
funciones o se trate de crímenes comunes. Ello resulta del texto del art. 45, tomado en su base de la
Constitución de Nueva Granada, que se apartó de sus antecedentes nacionales, americanos e
ingleses. Éste es también el criterio seguido por el art. 219 de la nueva Constitución de San Juan".
(CSJN, 29/12/1987, "Fiscal del Estado Dr. Luis Magín Suárez s/formula denuncia. Solicita jurado de
enjuiciamiento y sus acumulados /Juicio Político a los Miembros de la Corte de Justicia de San
Juan", Fallos, 310:2845).
8
Pero como se afirmó anteriormente, existe imposibilidad de conceptualizar “la
buena conducta” y, se optó por otorgarle un contenido residual (todo aquella
conducta que no esté expresada como causal de remoción), por lo tanto, no se
puede adoptar el mismo criterio de conceptualización al momento de discurrir
sobre el significado de la causal de mal desempeño, ya que, se entraría al igual
que en la cinta de Moebius, en una infinitud de idas y vueltas.
Siguiendo con esta línea se considera necesario que las normas establecidas en
el Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial 9 en el ejercicio de la función
judicial, fijen las pautas que determinen la responsabilidad de los jueces ante la
sociedad evitando de este modo el uso arbitrario de la facultad de remoción y el
trato desigual para los miembros del Poder Judicial.
Si bien el
Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial no tiene status
normativo en nuestro país, se ha optado por la elección de los principios de
desempeño laboral y personal expresados en él, por la autoridad que emerge de
haber sido aprobado por la XIII Cumbre Judicial de Iberoamérica 10 el 21 de junio
de 2006 como consecuencia de la construcción de los Poderes Judiciales
Iberoamericanos, por encima de las particularidades nacionales, de una realidad
que exhibe rasgos comunes desde los cuales es posible ir delineando políticas de
beneficio mutuo. Por lo tanto se propone su incorporación al ordenamiento
jurídico tanto del Estado Nacional como al de las Provincias, o su acatamiento
por la índole de su autoridad.
El incumplimiento de las pautas, que integran el contenido del Código de Ética,
debería ser lo suficientemente grave y, revelador de un intolerable apartamiento
de la misión confiada a los jueces, con daño al servicio de justicia y menoscabo
de la investidura; cumplidos estos extremos, se puede considerar configurada la
causal de remoción por “mal desempeño”, de otra forma, sólo se deben adoptar
correcciones disciplinarias. 11
El Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial se puede consultar vía Internet en
http://www.diariojudicial.com/nota.asp?IDNoticia%3d29837%23
9
10La
Cumbre está integrada por los presidentes de las 22 Cortes Supremas y los Consejos de la
Magistratura de Iberoamérica.
9
Se mencionan las pautas de conductas de mayor trascendencia del Código
Modelo Iberoamericano de Ética Judicial
Actividad política partidaria
ART. 4º.- La independencia judicial implica que al juez le está éticamente vedado
participar de cualquier manera en actividad política partidaria.
ART. 6º.- El juez tiene el derecho y el deber de denunciar cualquier intento de
perturbación de su independencia.
ART. 8º.- El juez debe ejercer con moderación y prudencia el poder que
acompaña al ejercicio de la función jurisdiccional.
En primer lugar, la participación de cualquier manera en actividad política
partidaria 12 , no debe entenderse como la imposibilidad de que el Magistrado
pueda expresar opiniones políticas relativas a la organización del Poder Judicial
como así también relacionadas a cualquier ámbito que involucre la vida de una
persona en sociedad.
En segundo lugar, al sostener la prohibición de participar en actividad política
partidaria, no se debe pasar por alto que se refiere a la actividad que
intrínsecamente desarrollan los partidos políticos. Sería erróneo deducir de este
enunciado que, a los magistrados no les está permitido la actividad política ni
que sus sentencias no tienen contenido político. Siguiendo a Carlos Ghersi: “La
política es la actividad del ciudadano "juez" cuando interviene en asuntos
públicos, con su opinión, con su voto o de cualquier otro modo "sentencia", y,
también, orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o
entidad en un asunto o campo determinado "caso concreto sometido a proceso
(…). Pero queremos incorporar al debate una cuestión que sistemáticamente se
ha soslayado en las expresiones y es la ideologización de los pronunciamientos
Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial. Art. 3º.- El juez, con sus actitudes y
comportamientos, debe poner de manifiesto que no recibe influencias -directas o indirectas- de
ningún otro poder público o privado, bien sea externo o interno al orden judicial.
Art. 51.- En el ámbito de su tribunal, el juez debe relacionarse con los funcionarios, auxiliares y
empleados, sin incurrir -o aparentar hacerlo- en favoritismo o cualquier tipo de conducta arbitraria.
12
10
(es decir, la sentencia como resultado de un proceso ideológico, no partidario,
sino con el sistema como tal).
Efectivamente, los jueces son parte del sistema político instaurado, por lo que, sus
sentencias, reflejan esa pertenencia y desde allí, se consolida y construye su
"poder". Ahora bien, dentro de esa construcción de poder están las tendencias
diferenciadas, así vemos cómo se defiende a un sector determinado V.g. bancos
o consumidores, etc., o consolida el propio poder, a partir de enfrentamientos
con los otros poderes del Estado, mediante los recursos de amparo,
inconstitucionalidad, etc.. El dilema es, ¿la obsecuencia hacia el gobierno o la
defensa del sistema? En suma, el Poder Judicial es una pieza esencial del sistema
que construye poder y en estas condiciones, su presencia es política e
ideológica, aun cuando en las formas se diga y se intente demostrar lo
contrario. 13
Ignorancia del derecho
ART. 18.- La obligación de motivar las decisiones se orienta a asegurar la
legitimidad del juez, el buen funcionamiento de un sistema de impugnaciones
procesales, el adecuado control del poder del que los jueces son titulares y, en
último término, la justicia de las resoluciones judiciales.
ART. 19.- Motivar supone expresar, de manera ordenada y clara, razones
jurídicamente válidas, aptas para justificar la decisión.
ART. 22.- El juez debe motivar sus decisiones tanto en materia de hechos como de
Derecho.
ART. 28.- La exigencia de conocimiento y de capacitación permanente de los
jueces tiene como fundamento el derecho de los justiciables y de la sociedad en
general a obtener un servicio de calidad en la administración de justicia.
ART. 29.- El juez bien formado es el que conoce el Derecho vigente y ha
desarrollado las capacidades técnicas y las actitudes éticas adecuadas para
aplicarlo correctamente.
Ghersi, Carlos Alberto - El rol y las funciones del Poder Judicial (análisis desde la jurisprudencia).
RDCO 2002-785
13
11
ART. 30.- La obligación de formación continuada de los jueces se extiende tanto
a las materias específicamente jurídicas como a los saberes y técnicas que
puedan favorecer el mejor cumplimiento de las funciones judiciales.
El incumplimiento de estas pautas de conductas se conoce tradicionalmente
como ignorancia del derecho. En primer lugar, se advierte que la situación tiene
que ser manifiesta, es decir, tiene que ser identificada a simple vista. Esto implica
que, está descartado el error (in procedendo o in iudicando), pues para ello,
están los recursos procesales. Pero, además, hay que tener mucho cuidado y
prudencia en lo que puede apreciarse como erróneo, con base en que dentro
de la ciencia del derecho todas las cuestiones son opinables. Por ende, no tiene
cabida la interpretación que hagan los jueces de las normas, aun cuando sean
opuestas a un criterio mayoritario. El hecho de que un juez no siga a una corriente
predominante no puede significar que ignora manifiestamente el derecho, sino,
tan sólo, que defiende -a veces con pasión- su propia posición; y está claro que
tiene derecho a hacerlo, porque es independiente. De no ser así, también podría
sostenerse que deberían ser sancionados -y hasta excluidos de la matrícula- los
abogados que le presentan al juez posiciones jurídicas diversas, cuando sólo una
debería ser la verdadera y acertada. Todo un absurdo y, sin duda, violatorio de la
garantía de defensa en juicio y de la independencia de criterio -que también les
asiste a los profesionales- en decidir cómo defender mejor los intereses de su
cliente.
Este manifiesto desconocimiento del derecho, en principio, debe ser reiterado,
pues nadie en rigor está exento hasta de incurrir en un error grosero, salvo que se
acredite mala fe -la que no se presume-, esto es, apartarse del derecho
notoriamente aplicable a sabiendas de lo que se está haciendo y sin brindar
explicaciones suficientes. Se advierte que tanto en un caso de estas
características como en la comisión de un delito en el ejercicio de la función se
está juzgando la conducta del juez más que el contenido de la sentencia. La
sentencia será una de las pruebas necesarias, pero en principio no puede ser la
única; debe estar acompañada de otras pruebas o, al menos, de suficientes
presunciones.
12
No debe ser incluida entre las causal genérica de mal desempeño, la
interpretación normativa hecha por los jueces en sus sentencias, ni el contenido
de las mismas. Los criterios y opiniones vertidos en las resoluciones y sentencias
judiciales
están
directamente
relacionados
con
la
independencia
e
imparcialidad en la función. Debe resguardarse a los magistrados de eventuales
presiones ante el riesgo de ser enjuiciados por las interpretaciones que efectúen,
siempre que las consideraciones vertidas en sus sentencias no constituyan delitos
o traduzcan ineptitud moral o intelectual que los inhabilite para el desempeño
del cargo. La plena libertad de deliberación y de decisión con que deben contar
los jueces resultaría afectada, si estuvieran expuestos al riesgo de ser removidos
por el solo hecho de que las consideraciones expuestas en sus sentencias sean
objetables.
En este sentido tampoco el error o mala praxis judicial constituye causal de
remoción de los magistrados judiciales (salvo el caso de desconocimiento
inexcusable del derecho), ya que, las equivocaciones de derecho están previstas
en el sistema judicial, que provee las vías recursivas para enmendarlo, fundadas
en la naturaleza falible del ser humano. La destitución de un magistrado con el
único fundamento en la desaprobación del criterio adoptado por aquél para
resolver una contienda judicial pone en tela de juicio quién es el intérprete final
de la Constitución Nacional. 14
Los jueces pueden equivocarse, ya que, en definitiva, se trata de una justicia
humana. Pero para ello los Códigos Procesales establecen remedios (vgr.,
apelaciones). Por otra parte, tampoco hay que soslayar que en muchas
ocasiones la ley es susceptible de diversas interpretaciones (quienes profundizan
la filosofía del derecho saben de las interminables discusiones en torno al modo
en el que los jueces deben interpretar la ley), pero lo que aquí interesa destacar
es que cualquiera sea la interpretación, ni aun la menos aceptable para el
común de la gente puede justificar la aplicación de una sanción ni, menos
todavía, la destitución del juez.
Tribunal: Corte Sup. Fecha: 16/08/2006. Partes: Boggiano, Antonio. De la disidencia de los Dres.
Prack y Müller.
14
13
El principio de la independencia del Poder Judicial, como se dijo anteriormente,
es uno de los pilares básicos de nuestra organización institucional. Su fin último es
lograr una administración de justicia imparcial, fin que no se realizaría si los jueces
carecieran de plena libertad de deliberación y de decisión en los casos
sometidos a su conocimiento. 15 Por otra parte, la interpretación jurídica constituye
siempre una decisión en la que, a veces, se elige uno de los términos posibles de
la alternativa, con mayor o menor acierto. La historia jurisprudencial muestra que,
en ocasiones, lo que para unos es insostenible error, para otros significa una línea
interpretativa novedosa, inscripta en el activismo judicial: claro ejemplo
constituye la discrepancia jurisprudencial relativa a si los jueces pueden o no
declarar la inconstitucionalidad de oficio de una ley.
También Bidart Campos entiende que cuando la conducta que se pretende
cuestionar es el pronunciamiento de un magistrado en el marco de un proceso,
la cuestión plantea un límite concreto: las sentencias judiciales son actos jurídicos
producto de la actividad de un órgano jurisdiccional cuya validez sólo puede ser
cuestionada, en su caso, ante un órgano del mismo fuero.
La amenaza de destitución por cualquier medio directo o indirecto, frente a
sentencias que no conforman a un determinado grupo, constituyen una
afectación al principio de inmovilidad y una seria lesión a la independencia del
Poder Judicial. El poder de enjuiciamiento no tiene competencia alguna para
revisar el contenido de las sentencias de los jueces.-
Morosidad manifiesta, reiterada, irrazonable e injustificada
ART. 42.- El juez institucionalmente responsable es el que, además de cumplir con
sus obligaciones específicas de carácter individual, asume un compromiso activo
en el buen funcionamiento de todo el sistema judicial.
ART. 47.- El juez debe estar dispuesto a promover y colaborar en todo lo que
signifique un mejor funcionamiento de la administración de justicia.
15
Tribunal: Corte Sup. Fecha: 1969. Partes: Arigós, Carlos R.
14
ART. 44.- El juez debe estar dispuesto a responder voluntariamente por sus
acciones y omisiones.
CAPÍTULO XII Diligencia
ART. 73.- La exigencia de diligencia está encaminada a evitar la injusticia que
comporta una decisión tardía.
ART. 74.- El juez debe procurar que los procesos a su cargo se resuelvan en un
plazo razonable.
ART. 75.- El juez debe evitar o, en todo caso, sancionar las actividades dilatorias o
de otro modo contrarias a la buena fe procesal de las partes.
ART. 76.- El juez debe procurar que los actos procesales se celebren con la
máxima puntualidad.
El incumplimiento a estos deberes, tradicionalmente se conoce como morosidad
manifiesta, reiterada, irrazonable e injustificada.
El magistrado tiene que estar dotado de la preparación técnica suficiente a
efectos de ejercer acertada y adecuadamente la función de juez (la idoneidad
técnico-jurídica).
Inhabilidad física o psíquica
La Inhabilidad física o psíquica sobrevinientes que obsten el ejercicio adecuado
de la actividad jurisdiccional asignada.
Sánchez Viamonte 16 entiende que la causal de mal desempeño comprende
incluso los actos en que no intervienen ni la voluntad ni la intención del
funcionario. Es una expresión de contenido objetivo que no requiere la
existencia de culpa o de falta, y abarca todo tipo de deficiencias, incluso la
Carlos Sánchez Viamonte, El presidente Ortiz y el Senado de la Nación. Edición de la Comisión de
Homenaje, Buenos Aires, 1941, p. 110.
16
15
incapacidad. Una enfermedad produce un mal desempeño objetivo en la
función jurisdiccional.
El juicio de remoción no pretende castigar al funcionario incurso en sus causales,
sino privarlo del poder que se le dio 17 .
B.- Comisión de Delito
Los delitos que pueden dar lugar al juicio político son tanto los delitos en el
ejercicio de sus funciones como los delitos tipificados en el Código penal, ya sean
dolosos o culposos. Los primeros son los cometidos a raíz del desempeño del
cargo, como, por ejemplo, cohecho, malversación de caudales públicos,
negociaciones incompatibles con el ejercicio de las funciones, exacciones
ilegales, prevaricato (por los jueces), entre otros. Tanto el "delito" en ejercicio de
las funciones como los delitos comunes, están sujetos al principio de que no hay
delito ni pena sin ley anterior. Vale decir que en esos casos debe existir una ley
penal incriminatoria que describa el delito y establezca concretamente la pena,
salvo para los delitos que ya están tipificados por la propia Constitución en los
arts. 15, 22, 29 y 119. 18
EL JUICIO DE REMOCIÓN
A.- Naturaleza jurídica
Socialmente no se vive con la creencia 19 de que los magistrados sean integrantes
de uno de los poderes del Estado y que ejerzan funciones de gobierno. La
relación entre Estado y los magistrados es de naturaleza institucional, los
17
Agustín de Vedia, Constitución argentina, Ed. Coni Hnos., 1907, p. 176.
18
Zarini, Helio Juan. Constitución Argentina. Comentada y concordada. Ed. Astrea, 1998, pág 236.
19
En el concepto de Ortega y Gasset.
16
magistrados en su función de administrar justicia realizan una tarea del gobierno y
por lo tanto política.
Se puede decir que, la naturaleza jurídica del juicio de remoción, siguiendo a
Ekmekdjian, no es de naturaleza política, en el sentido estricto del término, sino
que, se lo denomina así para diferenciarlo del juicio penal propiamente dicho.
El Dr. Carlos Fayt en una disidencia sostuvo: "En el sistema constitucional argentino
los jueces son órganos de representación popular elegidos por el pueblo de
modo indirecto..."
20 .
La naturaleza política de este tipo de juicios no se ve modificada por el cambio
de órgano que los lleve adelante (ya sea el Congreso de la Nación, la Legislatura
Provincial, un Jury de Enjuiciamiento o un cuerpo colegiado especial "y
constituido pluralmente por representantes de diversos orígenes") ya que siempre
será el tipo de responsabilidad juzgada, lo que marque la naturaleza del proceso.
Su singularidad no depende de la composición del órgano que lo tramita sino de
la índole de la responsabilidad que se valora.La naturaleza política del juicio de remoción no se confunde ni identifica con
criterios partidarios o ideológicos.
B.- Proceso de remoción.
Los Principios básicos relativos a la independencia de la judicatura adoptados
por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1985 establecen claramente
que los procedimientos de remoción de magistrados deben ajustarse al principio
del debido proceso.-
"En el sistema constitucional argentino los jueces son órganos de la representación popular,
elegidos por el pueblo de modo indirecto y en tercer grado, cuya función es la de controlar la
constitucionalidad de las leyes y velar por el pleno imperio de la Constitución Nacional" (disidencia
del Dr. Carlos S. Fayt) (CSJN, 1/7/1994, "Romero Feris, Antonio J. v. Estado Nacional - Poder Ejecutivo
Nacional s/ amparo").
20
17
Enseña el maestro Bidart Campos que el debido proceso —en inglés: "due
process of law"— significa que: a) ningún justiciable puede ser privado de un
derecho sin que se cumpla un procedimiento regular fijado por la ley, de no
haber ley razonable que establezca el procedimiento, ha de arbitrarlo el juez de
la causa; b) ese procedimiento no puede ser cualquiera, sino que tiene que ser el
"debido"; c) para que sea el "debido", tiene que dar suficiente oportunidad al
justiciable de participar con utilidad en el proceso; d) esa oportunidad requiere
tener noticia fehaciente (o conocimiento) del proceso y de cada uno de sus
actos y etapas, poder ofrecer y producir prueba, gozar de audiencia (ser oído).
En otras palabras, se inserta aquí la plenitud del derecho de defensa. De este
esquema se desprende que si hubiera que describir en síntesis la esencia del
debido proceso, habría de decirse que consiste en la ya aludida oportunidad o
posibilidad suficientes de participar (o tomar parte) con utilidad en el proceso. De
ahí que el debido proceso nos deje la idea de un proceso regular y razonable, y
de una tutela judicial eficaz. 21
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha interpretado, que del
juego armónico de los arts. 8 y 25 se establece por un lado la obligación de parte
de los Estados de prever el acceso a la justicia como postulado fundamental con
garantías de legalidad, independencia e imparcialidad dentro de un plazo
razonable y con las debidas protecciones; y por el otro, la obligación general de
proporcionar un recurso judicial eficaz frente a la violación de los derechos
fundamentales, incorporando el principio de la eficacia de los instrumentos o
mecanismos procesales.En los procesos de destitución de magistrados ciertos rasgos del debido proceso
se presentan con una mayor intensidad, en la medida que uno de los objetivos
principales que tiene la separación de los poderes públicos, es la garantía
precisamente de la independencia de los jueces; consecuentemente, la
autoridad a cargo de dichos procesos debe no sólo conducirse imparcialmente,
sino permitir el pleno ejercicio del derecho de defensa del imputado.
21
Bidart Campos, Germán. Manual de la Constitución Reformada. T II. Pág. 328.
18
PRINCIPIOS Y CARACTERES QUE DEBEN ESTAR PRESENTES EN UN
PROCESO DE REMOCIÓN
A.- Principio de celeridad
La demora injustificada de la resolución de los expedientes atenta contra la
independencia del poder judicial y contra la debida administración de justicia. Si
el juez denunciado es inocente, su expediente debe ser resuelto para que no se
vea perjudicado su nombre y para que los justiciables no duden del magistrado
que debe resolver su causa. Por otra parte si el juez denunciado es responsable
del hecho que se le imputa no debe seguir impartiendo justicia.Todo proceso debe tener un tiempo constitucional, ya que los tiempos
T
procesales, más que jurídicos, son tiempos de vida humana sometida a proceso,
y que deben ser respetados a rajatabla por la dignidad de la persona y de sus
derechos fundamentales (Ricardo Haro)
Se debe establecer un plazo de caducidad, que sea prudencial, si no se fallo
dictaminando sobre el juicio de remoción, la caducidad tendrá como efecto la
absolución tácita.
B.- Principio de Publicidad
Se aconseja para lograr la mayor publicidad y participación;
Amplia publicidad en cuanto a las instituciones y actores que intervienen
en los procesos de sanción, acusación y finalmente remoción de
magistrados
para
lograr
un
seguimiento
en
todas
las
etapas
(transparencia).Permitir acceso a la información relativa a los expedientes disciplinarios y
acusatorios
19
Crear un Registro Público de Denuncias contra jueces.
Publicación de todo el proceso en Internet, los expedientes que se
encuentran en trámite, quiénes son los responsables de impulsar el mismo y
en qué fecha se dio entrada
Crear una mesa de entradas para la atención al público.
Las audiencias en la que los magistrados realicen descargos deben ser
públicas.
C.- Legitimación activa y patrocinio letrado
La legitimación activa para efectuar las denuncias debe ser amplia. Esto es,
cualquier ciudadano puede hacerlo.
Los miembros de la sociedad tienen el derecho de realizar un control de las
autoridades públicas, especialmente en casos de errores en el cumplimiento de
sus funciones o de inidoneidad. Este principio conocido como el nombre de
accountability societal vertical está dirigido a reparar, impedir y/o sancionar
acciones y omisiones de funcionarios estatales tanto electos como no electos. 22
Por lo tanto, si una persona es testigo de algún hecho o le consta que algún
funcionario incurrió en alguna causal de destitución, se le deben facilitar los
mecanismos o pasos para que esa denuncia pueda ser investigada. Uno de ellos
Smulovitz y Peruzzotti, “La accountability societal es un mecanismo no electoral, pero vertical, de
control de autoridades políticas que descansa en las acciones de un múltiple conjunto de
asociaciones de ciudadanos y de movimientos y sobre los medios, acción que tiene como objetivo
el exponer los errores gubernamentales, trayendo nuevas cuestiones a la agenda pública, o de
activar el funcionamiento de agencias horizontales. Emplea herramientas institucionales y no
institucionales. La activación de demandas legales o reclamos ante agencias de control es un
ejemplo de recursos institucionales; las movilizaciones sociales y exposés ilustran algo de los no
institucionales, [cuya efectividad] se basa en sanciones simbólicas”. Citado por O”Donnell,
Guillermo. Accountability Horizontal. La institucionalización legal de la desconfianza política.
POSTData, Revista de Reflexión y análisis político, Nº 7, Buenos Aires, mayo de 2001, pp. 11 – 34.
22
20
es la posibilidad real de presentar la denuncia, sin necesidad de patrocinio
letrado.
D.- Fundamentación
La Resolución debe ser debidamente fundada y el voto de los miembros del
tribunal debe ser nominativo.
Debe tenerse presente, como enseña Carrió 23 , que: “la garantía del "debido
proceso" o del "derecho a la defensa en juicio" no se agota en el cumplimiento
de todos los principios, pautas o garantías formales que prevé la Constitución.
El debido proceso abarca también, la debida motivación de la sentencia; una
sentencia o decisión irrazonable es inconstitucional y por ello es que debe estar
sujeta al control de la judicatura; es que el debido proceso formal no puede
desentenderse del debido proceso sustantivo, que es el que preside el actuar de
toda autoridad pública 24 .
E.- Independencia del órgano de juzgamiento
La condición de permanente del Tribunal considerado como órgano, es no sólo
aconsejable, sino necesaria para respetar el esencial sistema republicano de la
división e independencia de poderes.
Debe tratar de respetarse el principio de paralelismo de las competencias, según
el cual el órgano que tiene competencia para emitir un acto o una norma, es el
que dispone de competencia "paralela" para dejarlos sin efecto. El órgano que
designa a los magistrados debe ser el mismo que tenga la facultad de
removerlos.
23
Carrió, Genaro, "Notas sobre lenguaje y derecho", Ed. Abeledo-Perrot, p. 289 y ss
Monterisi, Ricardo D. - Rosales Cuello, Ramiro- El debido proceso legal y la interpretación del art.
115 CN. A propósito del fallo de la Corte Suprema en el caso "Brusa”. JA 2004-II-511.
24
21
En el supuesto que el órgano de juzgamiento sea colectivo (cuya excepción no
es frecuente) es imperativo que él mismo esté integrado por miembros que
representan a los más diversos sectores de la sociedad cuyos intereses se
encuentren
más
cercanos
a
proteger
y
estructurar
un
Poder
Judicial
independiente y funcional. Este pluralismo no debe verse oscurecido por un
desequilibrio de poderes internos, ya sea por la existencia de votos con privilegios
o por la existencia de un número superior de representantes de un sector en
detrimento de los otros.
F.- Causales de revisibilidad
La decisión de destituir que pronuncia el Tribunal en el marco de un juicio de
remoción es irrevisable en lo sustancial, en sede judicial, salvo el caso de
manifiesta arbitrariedad (pj: ausencia de fundamentación) En cambio, lo
atinente a la observación de las garantías constitucionales del debido proceso
habilita su consideración judicial.
En la opinión de Linares Quintana: "Lo que escapa a la competencia del Poder
Judicial es exclusivamente la revisión del juicio de valor de sustancia política, pero
en manera alguna las proyecciones del acto político sobre los derechos
constitucionales, cuyo amparo es misión específica de los tribunales de justicia." 25
La Corte Suprema ha expresado:
“Si bien la Corte Suprema de Justicia de la Nación está facultada para revisar la
razonabilidad del decisorio recurrido en los términos del art. 28 CN., no puede
erigirse en un tribunal que evalúe el criterio de mérito, conveniencia, acierto o
desacierto de lo decidido –(Del voto del Dr. Leal de Ibarra)”. 26
Linares Quintana, Segundo V., "Derecho Constitucional e instituciones políticas", v. I, 1970, p. 632,
citado por De La Rua, Fernando, "Jurisdicción y Administración", p. 36, n. 6; citas extraídas de
Morello, Augusto M., "El recurso extraordinario”.
25
26
Tribunal: Corte Sup. Fecha: 16/08/2006. Partes: Boggiano, Antonio
22
“Las decisiones en materia de juicios políticos o enjuiciamiento de magistrados
configuran una cuestión justiciable sólo cuando se acredita la violación del
debido proceso legal. “ 27
“Siempre que órgano encargado de juzgar la remoción de un juez, haya
preservado la garantía de la defensa en juicio del magistrado enjuiciado y
respete las formas esenciales del proceso de remoción su decisión estará fuera
de la competencia de cualquier órgano del Poder Judicial de la Nación, que
carecerá de toda potestad para juzgar la calificación de conducta ventilada en
el juicio y que dio lugar a la acusación y a la remoción”. 28 Esta más arriba.En el caso Brusa los votos de Zaffaroni y Petracchi expresaron que "...más allá de
la finalidad perseguida por los convencionales constituyentes, es necesario
armonizar aquel precepto con las restantes cláusulas constitucionales y con las
normas internacionales a las que la reforma de 1994 ha conferido igual jerarquía
(art. 75 inc. 22 CN.) ...4) Que, en este sentido resulta de decisiva importancia el
art. 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos... Que dicho texto
ha sido interpretado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la
opinión consultiva OC. 9/1987 ...donde los Estados parte se obligan a suministrar
recursos judiciales efectivos a las víctimas de violación de los derechos humanos
(art. 25); recursos que deben ser sustanciados de conformidad con las reglas del
debido proceso legal (art. 8.1)... (casos `Velásquez Rodríguez', `Fiaren Garbi' y
`Solís Corrales' y `Godínez Cruz', excepciones preliminares, sents. del 26/6/1987,
párrs. 90 y 92, respectivamente), (OC. 9/1987, párr. 24).
Partes: Foro de Abogados de San Juan c/ juez del Juzgado de Paz del Departamento Judicial de
San Martín s/ . Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación. Fecha: 7/2/2006
27
28
Tribunal: Corte Sup. Fecha: 16/08/2006. Partes: Boggiano, Antonio
23
CONCLUSIÓN
En el transcurso del desarrollo de este documento, ha quedado al descubierto
que el proceso de remoción de magistrados debe realizarse con suma cautela,
con la atención puesto en los valores que fundan el sistema republicano y
democrático.
Cabe resaltar, que el proceso de remoción está íntimamente relacionado con el
procedimiento de selección de magistrados. Si en éste último se cumplen los
principios de transparencia, participación ciudadana y es la idoneidad el criterio
de selección, no será necesario acudir reiteradamente al proceso de remoción
para destituir a magistrados, a la vez que la función jurisdiccional será más
eficiente.
24
Descargar