Los Hunos

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Índice
Introducción......pág. 2
Hunos....pág. 3
Llegada a Europa....pág. 5
Frontera de Roma....pág. 7
Atila y su rol unificador...pág. 9
Hunos antes y después de Atila..pág. 11
Conclusión......pág. 12
Bibliografía......pág. 13
Anexos....pág. 14
Introducción
Uno de los factores imprescindibles para la caída del imperio romano de occidente fueron las constantes
invasiones de los bárbaros, entendiéndose por éste toda tribu adversaria a Roma. En este acontecimiento los
Hunos jugaron un rol importantísimo, puesto a que ellos presionaron las tribus cercanas a Roma, para invadir
esta tan añorada ciudad, ya que en ese entonces era considerada como una de las ciudades con más riquezas en
todo Europa (con respecto a esto, los bárbaro creían que Roma estaba tapizada en oro y poseía diversos
tesoros.)
Los Hunos durante el paso de la historia son recordados como verdaderos tiranos de la época post decadencia
romana, ya que eran muy crueles con las personas, se ensañaban con todos los cristianos, quemando iglesias y
matándolos a su vez, sobretodo Atila, quien era el rey de los Hunos, y fue denominado por lo historiadores
como el azote de Dios.
En el presente trabajo la metodología utilizada es tomar distintas fuentes, tanto cibernética como bibliografía
de libros, para desarrollar el tema enfocándonos en la vida de los Hunos.
Los Hunos
Los Hunos era un pueblo muy violento y salvaje; era denominados así, puesto que utilizaban la violencia para
llegar al poder. Sin duda eran excelentes jinetes arqueros, veloces y decididos, de táctica impredecible,
además tenían una forma muy peculiar de vestirse, ya que mataban a las ratas para obtener sus pieles y poder
vestirse, además de comer la carne que les proporcionaban estos roedores; como otro punto sorprendente en
ellos era que cocinaban la carne al cabalgar, puesto que se sentaban encima del alimento y con el propio sudor
y calor que ellos proporcionaban al cabalgar se cocía la carne.
Es frecuente ver en libros o enciclopedias a los Hunos con tajos en el rostro, eso nos lleva a pensar que esas
heridas se ocasionaban el las diversas batallas que tenían, pero no es así, ya que se las efectuaban ellos
mismos para que así no le creciera la barba.
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Este pueblo se agrupaba en tribus y se radicaron en el Asia Central, lo que hoy en día es Rusia y Hungría.
Los Hunos fueron llamados bárbaros por los romanos a los que invadieron entre los siglos IV y V. Este pueblo
Bárbaro quería imponerse sobre Roma, ya que en ese entonces estaba en decadencia y además se creía que
estaba cubierta en oro y rodeado de tesoros, lo que llamaría la atención de cualquier pueblo, pues la riqueza
podría otorgarle más poder; en consecuencia de estos acontecimientos comenzaron las guerras violentas
contra Roma.
Los Bárbaro perseguían a los cristianos en ese entonces y seguían a su rey que se llamaba Atila, pero era
conocido como El azote de Dios, quién decía que donde pisaba su caballo no volvía a crecer la hierba.
Sociedad
Estos bárbaros pactaron con Roma en contra de los germanos de Europa Central y, hacia el 432, tenían un
caudillo principal, Rua o Rugila, a cuya muerte (434) le sucedieron sus sobrinos Bleda y Atila. Eran nómadas
y vivían en chozas temporales, aunque conocían la propiedad de la tierra y solían serpentear por zonas
concretas que estuvieran en su poder. Por su condición nómada, la vaca y la cacería tenían un papel más
importante en su economía que la agricultura. Las carencias en su dieta eran saciadas por medio del comercio
y de forma mucho más seguida, el pillaje en territorio extranjero. Las armas que empleaban en la guerra eran
la espada recta, la lanza y el arco compuesto, que solían utilizar desde el caballo. A esto contribuía el uso del
estribo, que tomaron de los chinos y que introdujeron más tarde en Persia y Europa.
Su religión
En cuanto a la religión no se sabe casi nada de ella, aparentemente tenían un tipo de "adoración al caballo (ya
que estos animales eran una figura casi "sagrada" para ellos en su cultura). Las fuentes romanas suelen
referirse a ellos como individuos subhumanos carentes de cualquier clase de dios y moral, sin creencia en otra
vida aparte de la terrenal, aunque se sabe que tenían algo parecido a chamanes o brujos en su tribu (que creían
en al existencia de abominaciones subterráneas infernales), especializados en la adivinación a partir del
examen de restos y huesos de animales.
Originalmente cremaban a sus muertos, aunque más adelante comenzaron a inhumarlos.
Su cultura
Por su origen se cree que la lengua de los hunos debió ser del tronco Uralo−altaico, el grupo al que pertenecen
lenguas como el turco o el mongol. La hipótesis de que su lengua fuera en realidad de la familia irania, basada
en las inscripciones de monedas halladas en tumbas hunas procedentes del actual Afganistán y algunas ex
repúblicas soviéticas ha sido rechazada hoy en día pues se ha demostrado que tales monedas sólo repetían el
mismo patrón que las persas de zonas limítrofes. Por otra parte, algunas fuentes chinas los relacionan con
pueblos siberianos como los samoyedos, pero esto tampoco casa con los datos aportados por la arqueología.
La llegada a Europa
Tras un lento pero inexorable avance desde que partieron de las lejanas tierras del Asia Central, los hunos
llegaron por fin a la frontera de Europa, por aquel entonces el río Don. En su camino fueron empujando a uno
y otro lado a las diferentes tribus que no aceptaban probablemente someterse, termino por dispersarse
marchando una gran parte de ellos al otro lado del Tanais, deteniendo su migración en el momento en que,
seguramente, se toparon en su camino con los todopoderosos godos, encerrándose así involuntariamente entre
estos y los hunos.
Parece ser que, en principio, los hunos no tenían intención de cruzar el caudaloso río que les separaba de la
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desconocida Europa. Según la historia transmitida se debió a la casualidad el hecho de que unos cazadores
hunos encontrasen un vado por el que poder atravesar a pie la laguna, posiblemente cerca de la
desembocadura del Don, en algún área pantanosa. Lo cierto es que es el momento en que los hunos pusieron
pie al otro lado del Tanais, una ola de destrucción se cuenta que barrió todo el espacio comprendido entre el
río y el territorio de los alanos. Estos resistieron fieramente, a decir de los clásicos, e hizo falta a los invasores
llevar tres duras guerras adelante hasta poder acabar sometiendo, por agotamiento, a esta indómita nación.
Domeñados los alanos, y sumados ahora a los hunos, quedaban frente a los poderosos ostrogodos.
Por aquellos días era el anciano Hermanerico el rey de esta nación. Bajo su gobierno el poder de los godos se
había extendido tanto que abarcaba una amplia extensión de territorio entre el Mar Báltico y el Mar Negro,
manteniendo sometidas a su poder un gran número de tribus eslavas y germanas. Era tal el terror que el rey
tenia tras al avance de los hunos que prefirió suicidarse antes de afrontar lo que el destino le deparaba, bien es
cierto que es sabido que el rey era ya anciano y, además, adolecía de una grave dolencia a causa de una herida
de guerra. El cansancio sin duda ya había hecho presa en él y no estaba precisamente como para dirigir una
guerra a muerte con tan fieros enemigos. Todo parece indicar que tras estos primeros impases, con fieros
combates contra los ejércitos alanos y, posteriormente, hunos, los ostrogodos optaron por ceder parte de su
soberanía y quedaron ligados a los hunos por algún tipo de vasallaje. Gran parte de los pueblos sobre los que
otrora se enseñoreaban ganaron así su libertad. Los hunos, tal y como sabremos después, permitían a los
pueblos sometidos a su autoridad actuar con casi plena autonomía local, y no se inmiscuían en las rencillas
territoriales entre los mismos salvo que estas evidentemente pudiesen amenazar o minar su superioridad o
dominio sobre ellos.
No duro mucho esta situación. Enseguida el sucesor de Hermanerico, Vitimiris, trato de retomar el control de
ciertas parcelas de poder e influencia que su pueblo acababa de perder. Sin embargo una guerra en contra de
Vitimiris provoco su muerte por el rey huno en el combate. Los ostrogodos, tras la muerte en combate de su
rey Vitimiris, se dividieron. Su heredero legítimo, Viderico, no tenia edad todavía para reinar, así que tomaron
las riendas del poder dos de los lideres ostrogodos más prestigiosos, Alateo y Safrax, que decidieron de
inmediato proceder a una retirada, una migración que llevase parte de su pueblo lejos de la línea de avance de
los temibles nómadas dejando atrás a los que voluntaria o involuntariamente no habían querido seguirles,
gente que en realidad suponía la mayor parte de la nación, que quedo así bajo el gobierno de Hunimundo, leal
servidor de los hunos.
Fue de esta manera como los ostrogodos de Alateo y Safrax llegaron, y atravesaron, la frontera de su reino, el
río Dniester, allí habitaba otra poderosa tribu germana, también goda, la de los visigodos. Atanarico, su rey, se
dispuso ahora a detener el avance de los hunos en la misma línea del río que los separaba de sus vecinos (el
Tyras). Reuniendo precipitadamente las fuerzas de que disponía más a mano, se dirigió entonces a la zona
procurando no encontrarse con sus congéneres ostrogodos, a los que mantuvo a una distancia prudencial. Se
preparo entonces Atanarico a defender los vados del río más conocidos mandando además a la otra orilla un
fuerte contingente de guerreros al mando de Munderico. El plan del rey era el de colocar a Munderico (situado
a unas 20 millas de él) entre los hunos y él mismo, necesitaba Atanarico ganar tiempo para así reunir el resto
de sus guerreros y marchar entonces a la batalla con más garantías.
Los hunos, que continuaban incansables su avance, siguiendo los pasos de los ostrogodos en retirada llegaron
pronto a la región del Dniester. Detectaron entonces las fuerzas de Munderico, pero no picaron el anzuelo que
se les tendía, pues las rodearon y evitaron llegando al río sin más complicaciones, atravesándolo luego a la
primera ocasión por un vado aprovechando tanto la protección de la oscuridad como la sorpresa de su avance.
A sabiendas de que la rapidez era su mayor ventaja, marcharon inmediatamente en busca del grueso de las
fuerzas visigodas. Atanarico fue sorprendido y perseguido por los invasores aunque puedo retroceder y
escapar gracias a que pudo internarse en un extenso y profundo bosque al que, los ahora frustrados nómadas,
no quisieron seguirle.
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Sin perdida de tiempo Atanarico resolvió retirarse hacia el sur y construir tras él, una línea fortificada, una
fuerte empalizada de madera a modo de improvisado limes que siguiese el curso del río Hierasus hasta su
encuentro con el Danubio.
La suerte quiso que los hunos, sobrecargados por el peso del gran botín que arrastraban, no pudiesen, pese a
que lo intentaron, llegar al río antes de que los visigodos pudiesen concluir la obra.
La frontera romana
La gran acumulación de refugiados que debía soportar el ahora reducido territorio controlado por Atanarico,
condujo a que, tanto la escasez de suministros, como el miedo a la amenaza huna, impulsasen a la mayor parte
de los visigodos y ostrogodos, (a los que no tardarían en seguir parte de los gépidos), a continuar su retirada,
cada uno por su lado, llegando así ante las fronteras del Imperio Romano anhelando no solo sus fértiles tierras
si no la defensa que en sí ofrecía el Danubio, y que, creían, les podría poner fuera del alcance de los temidos
nómadas. Atanarico mantuvo con los más fieles la resistencia, o quizás se comprometió a cubrir la retirada de
su pueblo, lo cierto es que se quedo defendiendo la línea del río Hierasus y desconocemos lo ocurrido hasta
que, más tarde, se encuentra tambiénél en la línea del Danubio deseando cruzar al lado romano y seguir así los
pasos de la mayor parte de su pueblo que se encuentra ya merodeando al otro lado del mismo. Al rey germano
le fue impedida la entrada en el Imperio, por lo que opto por huir con sus hombres a los Carpatos, en donde se
instalo en algún oscuro lugar, fortificado, oculto y a la espera de acontecimientos.
El avance de los hunos, tras la derrota y retirada de los visigodos, terminara por porvocar el "pánico" y hacer
volcar sobre la frontera romana a toda una serie de pueblos, desde los cuados a los gépidos, muchos de los
cuales deberán ser admitidos en sus fronteras ante la imposibilidad material de oponerse a su avance. Hay que
decir que en muchos aspectos este hecho, circunstancial, tenia también para cierta corriente de opinión
romana algunas ventajas tangibles de las que se podían aprovechar, pues al instalarlos como colonos militares
en amplias regiones de Moesia o Tracia contribuian a defender y trabajar las más que extensas, ricas y
desprotegidas provincias fronterizas.
De los romanos y sus problemas con los godos hablaremos ya en otro momento, pues mantendremos nuestros
ojos fijos en el devenir de los hunos, aunque lo cierto es que este contexto, la rebelión de los godos en
territorio romano, propicio seguramente que varios grupos de alanos y hunos pudiesen cruzar el Danubio y
merodear por las provinciar romanas de Moesia y Tracia. Algunos de estos militaran junto a los visigodos y
ostrogodos en la batalla de Adrianópolis, en la que Roma sufrirá una aplastante derrota a manos de los
germanos.
Pero en las estepas de Sarmatia, los ostrogodos que no habían emigrado trataban ahora de seguir adelante bajo
el protectorado de los hunos y del ya conocido rey Balamber. Tras la marcha del joven rey Viderico y los
cabecillas Alateo y Safrax, los ostrogodos que permanecían en Sarmatia fueron gobernados por Hunimundo.
Sin que sepamos bien el mecanismo que los movía, los hunos impulsaban hacia adelante a varios de los
pueblos a los que sometían. Es la hora de los ostrogodos, quienes impelidos a emigrar hacia occidente
avanzaron en dirección a la actual Transilvania, combatiendo con dureza con los gépidos que habitaban esas
tierras, y entrando en colisión también con los vándalos y otros pueblos menores que se asentaban por
aquellos parajes. Fue este movimiento migratorio, entre el 380 y el 400, el que termino por lanzar sobre la
frontera romana a un sin numero de pueblos, como los taifalos, los sarmatas, los gépidos, los cuados etc.
Durante el intervalo de tiempo que media entre los días de la gran migración de los godos (la huida de
visisgodos y parte de los ostrogodos, a partir del 376) y la aparición de Atila, más o menos en el 435, lo que
se sabe del pueblo huno es muy poco, pequeñas pinceladas que nos llevan a deducir que, pese a apoderarse de
todo el territorio entre el Volga y el Danubio hasta donde toca con los asentamientos cuados, los hunos,
debido a una crónica falta de unidad entre las diferentes tribus de la nación, se dedicaron tan solo a intervenir
y repartir sus alianzas entre casi todos los bandos contendientes a uno y otro lado del Danubio, es decir, entre
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bárbaros y romanos, combatiendo en todo momento en las filas de unos u otros con el único objeto de recibir
a cambio sustanciosas recompensas de todo tipo.
llega al final de estas décadas de silencio y confusión noticias del reinado del padre de Atila, Mundiuco,
sucedido probablemente por su hermano Octar y este poco después por el también hermano Rúas, o Rugila,
de quien se sabe que firmo con el Imperio Romano de Oriente un acuerdo para recibir un tributo anual.
En este entonces aparece Atila, quien cuando llega al trono debe compartir con su hermano Bleda el gobierno
de los hunos. Es Atila el que, como veremos, llegara por fin a unir bajo su dominio a todas y cada una de las
tribus de los hunos, pero esto lo dejaremos ya para el siguiente capítulo, en el que también analizaremos lo
acontecido tras la desaparición de este carismático líder, cuando los hunos se vieron enfrentados a la rebelión
de casi todos los pueblos sobre los que se enseñoreaban.
Atila y su rol unificador
La espada de Atila causó brutales derramamientos de sangre. Atila desciende de una familia gobernante de
los hunos, pueblo nómada de origen asiático que invadieron la Europa del Sureste hacia el 370 creando un
enorme imperio en los ochenta años siguientes.
Antes de nacer Atila, los hunos alcanzaron el río Danubio y pactaron con Roma en contra de los germanos de
Europa Central.
En el año 432, tenían un caudillo principal, su tío Rua o Rugila, a cuya muerte en el año 434 le sucedieron
Atila y su hermano Bleda, corregnantes que pactaron con el Imperio de Oriente la duplicación de los subsidios
pagados a Rugila.
Los ochos primeros años, Atila compartió el poder con su hermano Bleda pero en el año 442 el propio Atila,
con su espada, mató a su hermano para ejercer el gobierno en solitario.
La figura de Atila será una de las más famosas entre los pueblos invasores del siglo V. La violencia con que
actuaba daría lugar a las famosas frases "Bajo los cascos de su caballo nunca más crece la hierba". . y "No
hay más sangre derramada, que por la espada del rey Atila". Una de sus primeras iniciativas sería unificar
las diversas tribus de hunos bajo su mando, momento en el que decidió avanzar hacia Europa.
Entonces todas las regiones del norte fueron ocupadas a excepción de la península Escandinava. El éxito de
estas campañas motivó que Atila dirigiera sus pasos hacia occidente para invadir las Galias. La llegada de los
hunos a las regiones del norte del Imperio Romano motivó la reacción del emperador Valentiniano III quien
encargó al general Aecio la dirección de la resistencia. Aecio organizó a las tropas romanas, francas y
visigodas para derrotar a Atila en la batalla de los Campos Cataláunicos (451).
Atila fue vencido por primera y única vez, y hubo de retirarse. Aecio permitió a los hunos retirarse hasta el
Rin. Al año siguiente, parcialmente recuperado de su derrota, Atila dirigió sus tropas hacia Italia, atacando la
mayor parte de las ciudades hasta asentarse a las afueras de Roma sin que Aecio pudiera detenerlo, aunque la
hambruna y la peste los sacaron de Italia.
El nuevo emperador de Oriente, Marciano, interrumpió el pago de subsidios pactado por Teodosio II y cuando
en el año 453, Atila iba a atacarle murió en el viaje.
Los Hunos antes y después de Atila.
Los Hunos son pastores sin casas ni reyes, dirigidos por jefes de grupo (primates), aparentemente sin un
caudillo general aún en el s. IV. Excelentes jinetes arqueros, veloces y decididos, de táctica impredecible,
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extendieron el miedo por el Imperio. Pactaron con Roma en contra de los germanos de Europa Central y,
hacia el 432, tenían un caudillo principal, Rua o Rugila, a cuya muerte (434) le sucedieron sus sobrinos Bleda
y Atila (Átila), corregnantes que pactaron con el Imperio de Oriente en Margus (hoy Pozarevac) la
duplicación de los subsidios pagados a Rugirla.
Atila intentó ocupar Aurelianum (Orleans), pero los romano−godos se lo impidieron en el último momento.
La batalla se dio en campo abierto, en los Campos Cataláunicos (o, en otras fuentes, Mauriacos), de situación
desconocida. Teodorico murió, pero Atila, vencido por primera y única vez, hubo de retirarse. La retirada de
Atila y su muerte al año siguiente supusieron sendos reveses para la imagen de que gozaba Aecio ante
Valentiniano III, que sospechaba que su mejor general tenía aspiraciones al trono imperial. Aecio había
apostado desde el principio de la invasión de Italia por una solución militar a pesar de lo reducido de sus
fuerzas, pero Valentiniano III prefirió permanecer a la defensiva y resistir desde Roma; con la muerte de Atila
en 453 d.C., el emperador occidental pensó que la habilidad negociadora y militar de Aecio ya no lo eran tan
necesarias, ahora que había desaparecido el peligro de Atila... Por estas razones, y alentado por las habituales
intrigas palaciegas, en el año 454 d.C. Valentiniano III lo mandó llamar a Palacio y él mismo asesinó por
sorpresa a Aecio atravesándole con la espada imperial. Al año siguiente, dos antiguos oficiales de Aecio
asesinaron al emperador durante un desfiie, seguramente a instancias del influyente y rico senador romano
Petronio Máximo, que aspiraba al trono.
Conclusión
A medida que fuimos realizando este taller nos dimos cuenta que los Hunos fueron un pueblo sumamente
salvaje, en dos sentidos: lo cruel que eran con las demás personas, agrediéndolas sin medir las consecuencias,
en especial a los cristianos de la época y en su forma de ser, ya que tenía una concepción de que el ser salvaje
iba de la mano con la forma de vestir, actuar y aparentar, puesto que ellos se vestían con pieles de ratas
feroces, se realizaban tajos en el rostro, para que no le creciera la barba y no tenían hábitos de higiene.
Con respecto a su desplazamiento dentro de Europa, los Hunos eran temidos por los otros pueblos bárbaros,
porque se decía en aquella época que al pasar los Hunos por alguna ciudad, a ésta la destrozaban, la
aniquilaban y saqueaban todo lo que estaba a su alcance destruyendo vilmente el territorio.
A partir de la presión guerrera que los Hunos imponían a los pueblos cercanos a Roma, esto trajo como
consecuencia que se realizaban las invasiones violentas a Roma, llegando al punto máximo de su decadencia,
provocando la caída total de este imperio.
Bibliografía
• Enciclopedia juvenil océano tomo 3
Editorial océano
• Gran enciclopedia ilustrada la tercera
• Soluciones escolares
Nº 07 año 1997
• www.icarito.cl
• www.wikipedia.org
• www.satrapa1.com
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Anexos
Europa antes de la llegada de los Hunos
Line de defensa de Atanarico
(según Amiano)
2 − Línea de defensa de
Atanarico (según las fuentes
rumanas)
Hunos
Dirigidos por los hunos, varios pueblos sometidos a su dominio son empujados a abandonar sus
asentamientos, utilizados así como punta de lanza de sus avances hacia occidente. Los ostrogodos se
asientan ahora en Transilvania, mientras otros, como los esciros o carpos (en el año 381), se estrellan
contra la resistencia de los pueblos con que se topan, en este caso la frontera romana.
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