Los hermanos Monagas

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Caracas, 12 de octubre de 2000
Colegio San Agustín
I Cs. B
Asignatura: Historia Contemporánea
(José Tadeo y José Gregorio Monagas)
José Tadeo Monagas.
Nació el 28 de octubre de 1785 en Maturín. Sus padres fueron Francisco José Monagas y Perfecta Burgos
Villasana, lo bautizaron con el hombre de Judas Tadeo, sin embargo la costumbre de utilizar tan solo la inicial
del primer nombre para la identificación devino con el tiempo en José Tadeo, nombre con el cual se le conoce.
Desde un primer momento, sus padres se encargaron de proporcionarle una educación orientada hacia al
apego a la tierra y a las faenas del campo. Comienza su carrera militar Desempeñando el cargo de Alférez de
Caballería bajo las ordenes del Coronel Manuel Villapol, en el ejercito patriota del General Santiago Mariño y
recibió su bautismo de fuego en el combate de las Bocas del Pao en 1813. Se enfrenta, en Cachipo, a José
Tomás Boves (11 de septiembre). En 1814 participa en La Puerta (3 de febrero), tras la cual obtiene el grado
de Coronel (28 de mayo) en la sangrienta batalla librada en Aragua de Barcelona (17 de agosto), en la batalla
de Maturín (14 de octubre), en la batalla de Urica (5 de diciembre). En 1821 es ascendido por el Libertador al
grado de General de División. En 1822 obtiene el cargo de Gobernador Civil y Militar de Barcelona y
Comandante del Departamento del Orinoco, retirándose después a las faenas del campo. Se casó en 1823, con
Luisa Oriach Ladrón Guevara hija de Francisco José Oriach y de María Antonieta Ladrón de Guevara.
Después de un tiempo de la vida pacifica del campo, decide reintegrarse a los asuntos del Gobierno; Monagas
comienza un movimiento para la formación de un Estado de Oriente que estaría integrado por las provincias
de Cumaná, Margarita y Guayana. Este propugna la implantación de una confederación, para la cual invita a
las demás provincias de Venezuela así como a las de la antigua Gran Colombia que así lo quisieran a formar
parte de ella. Para que no existiera un movimiento separatista entre el Estado de Oriente y la Capitanía
General de Venezuela el Presidente José Antonio Paéz logra evitar que se lleve a cabo este intento separatista
negociando con los hermanos Monagas y logra convencerlos deponer las armas y someterse; después de este
intento José Tadeo Monagas se retira una vez más a la vida privada. En 1846, Monagas es postulado como
candidato a la Presidencia para el período 1847−1851 se vera asignado a este cargo por los sucesos del 24 de
enero de 1848 que culminan con el asalto al Congreso. Estos hechos consideraron la aclamación de Monagas,
quien logro someter al Congreso en poner su poder personal. Su estadía en la presidencia fue hasta 1851,
luego es electo su hermano José Gregorio (1851−1855). La voluntad de José Tadeo Monagas se pone de
manifiesto a lo largo de este nuevo período presidencial y se cristaliza con su reelección para el ejercicio de
las primera Magistratura en el nuevo período que iría desde (1855−1859; esta presidencia origino comentarios
y opiniones contradictorias, tanto así que se crearon rebeliones en todo el país. Ante el alzamiento promovido
desde Valencia por el General Julián Castro , Monagas renuncia a su cargo el 15 de marzo de 1858, se asila en
Francia después de seis años en el exilio retorna a Venezuela agrupa a los descontentos con el gobierno de
Juan Crisostomo Falcón, y ocupa a Caracas durante un reñido combate en junio de 1868, le toca dirigir la
llamada revolución azul a los 83 años de edad; el 27 de ese mes dicta un decreto reorganizando la
administración ejecutiva general y el 30 dicta un decreto declarando la constitución de 1864 vigente. Se
convocaron elecciones aunque quedo electo no logró ver culminar su proceso y murió a los pocos meses de
pulmonía. Sus restos reposan en el panteón desde el 17 de mayo de 1877 en Caracas. Su mejor frase fue en
marzo de 1847 cuando doña Carlota Blanco de Guzmán se arrodilla ante su presencia con el objeto de
implorar misericordia para el marido condenado a muerte responde Monagas: señora levántese usted, por dios,
y váyase persuadida de que yo no vine a este puesto a servir de instrumento a las pasiones de nadie
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