SUR

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SUR
Letra de Homero Manzi
Música de Aníbal Carmelo Troilo
Compuesto en 1947
José Gobello: Conversando tangos. Buenos Aires: A. Peña Lillo Editor,
1976.
Sur fue compuesto por Homero Manzi y Aníbal Troilo en 1948 y estrenado
ese año por Nelly Omar. Es una elegía; es decir, una composición en la
que se lamenta un acontecimiento desgraciado. En este caso, el
acontecimiento desgraciado es el paso del tiempo, que a unos nos pinta
de canas y a otros les lleva el pelo. El tiempo pasa, las cosas
cambian y, como la memoria tiene finos tamices que sólo dejan pasar
las cosas gratas, uno recuerda lo bueno del tiempo viejo, sólo lo
bueno, y llora porque el pasado pasó. Pero, si el pasado no hubiera
pasado, si sólo fuera presente, lo mismo lloraría uno por otro pasado
anterior. En Sur expresa Manzi la pesadumbre del barrio que ha
cambiado; la amargura del sueño que murió. Pero el barrio no ha sido
destruido como Itálica famosa; ha mejorado. El asfaltado borró de una
manotada —según la bella metáfora de Benjamín Tagle Lara— la vieja
barriada de Manzi, es verdad; pero por el asfalto se camina mejor que
por lo desparejo, aunque a otro personaje de este poeta le gustara lo
desparejo y no anduviera por la vereda. Desde un punto de vista
social, la actitud de Manzi es reaccionaria al preferir la esquina del
herrero a la esquina del taller mecánico; el barro y la pampa a la
urbanización. Desde ese punto de vista, Sur podría ser interpretado
como un canto a la economía pastoril, a la economía agroimportadora,
según se dice en las jergas políticas con que se embarulla a la buena
gente. Pero una letra de tango no debe ser juzgada como un alegato
social, sino como una composición poética. Los poetas del tango no son
ideólogos, sino sólo poetas. Poetas quisieron ser Contursi, Flores,
Discépolo, Manzi. Y tuvieron la suerte de llegar a serlo; por lo
menos, poetas del tango.
Sur es una elegía a Nueva Pompeya. Desde luego, la esquina de San Juan
y Boedo está más al norte que Nueva Pompeya, pero, para Manzi, Boedo y
Nueva Pompeya eran un solo barrio. Sur puede llamar a confusión cuando
nombra a San Juan y Boedo y en la estrofa siguiente rememora a la
esquina del herrero. En todos los barrios había entonces esquinas con
herreros, como hay ahora esquinas con talleres mecánicos; todos los
barrios suburbanos olían a barro y pampa. Pero la esquina memorada en
Sur es la de Centenera y Abraham Luppi, en Nueva Pompeya... Sur,
paredón y después... ¿Qué paredón? Cualquiera podría dar lo mismo. Ya
se sabe qué son los paredones y cuán estrechamente están relacionados
con el amor suburbano; pero este paredón ha de ser el de la curtiembre
de Luppi... Pompeya, y al llegar al terraplén... Desde Centenera al
sudoeste se veía el terraplén del ferrocarril oeste, del ramal tendido
entre Villa Luro e Ingeniero Briand. El terraplén, levantado contra
los desbordes del Riachuelo, se extendía desde la avenida Sáenz hasta
Villa Soldati...
¿Cuál es la época que canta Manzi? Quizá la de sus 15 años, la de
cuando escribía su primer vals:
Dame un beso, te dije ferviente,
y un beso de fuego pusiste en mi frente...(1).
Es decir, la de 1922 o 1923, cuando Nueva Pompeya era barro y pampa,
lagunales rellenos con tierra; cuando, de no ser por el terraplén,
habría podido divisarse hasta Chiclana, a través del descampado;
cuando se iba en break hasta Villa Soldati, a cinco centavos por
cabeza; cuando el codillo llenaba la pulpería La Blanqueada, en la
esquina de Roca y Sáenz.
González Castillo había sido el primero en cantar todo eso, sin
nostalgia alguna, porque lo cantó cuando era presente:
Un callejón de Pompeya
y un farolito
plateando el fango
y allí un malevo que fuma
y un organito
moliendo un tango... (2).
Ninguna de estas imágenes reaparece en Sur. La arena que la vida se
llevó parece haber1as arrastrado consigo. No dejaron ellas impronta
alguna en el alma de Manzi. Y Manzi no canta al barrio: canta a su
alma, canta a sus emociones, se canta a sí mismo. No canta a Nueva
Pompeya, sino a su juventud que transcurrió en ese barrio. Pompeya es
el decorado de la historia; el protagonista es Manzi.
1. ¿Por qué no me besas?, con música de Francisco Caso.
2. Sobre el pucho, letra de José González Castillo, música de
Sebastián Piana.
La Historia
La historia
íntimamente
como el que
del Tango Sur
de algunos de nuestros tangos más representativos está
ligada a recuerdos históricos que nos llenan de nostalgia,
cuenta la historia del Tango Sur.
"Desde la barranca de Boedo, hacia el Sur, se presentían Pompeya y
Puente Alsina, con sus portones y sus chimeneas y sus inundaciones; y
hacia el norte el último pedazo de Almagro, escenario de José
Bettinotti, el pequeño muchacho zapatero que inventó, vaya a saberse
cómo, la primera canción de Buenos Aires.
Y al otro lado, Cochabamba arriba, las calles anchas y los árboles
verdes, y hasta retazos de alfalfares y quintas misteriosas.
Y por San Juan, ganando rio, el San Cristóbal bravo, lleno de
mostradores y de escudos de comités, y de canchas de taba, y de
pedanas a cuchillo.
Y a los cuatro rumbos, casas sin salas y corredores profundos, y
huecos sembrados de vidrios y latas, y de hombres traídos por los
mares, y mujeres con pañuelos atados a la cabeza, y muchachos
argentinos que estaban fundando - sin saberlo - al hijo nuevo de la
patria vieja...Y tal vez este mismo cielo, esta misma mañana y las
estrellas de siempre, y el mismo calor de barrio, y un amor
parecido entre sus gentes sencillas.
Boedo era algo así como un paso pesado que diera Puente Alsina para
llegar al Centro, como también el tránsito obligado de la gente del
Centro cuando querían acercar el alma hasta El Riachuelo."
Así hablaba una tarde de 1947 Homero Manzi, según cuenta Francisco
García Giménez. En esos momentos hilvanaba su mente las estrofas de un
tango que se llamaría Sur.
No era un hijo de Buenos Aires el que con tal fervor hablaba de un
barrio porteño. Homero Manzi había nacido en Añatuya, provincia de
Santiago del Estero. Pero la vida del espíritu en vuelo, de la emoción
intima, nació varios años después - ya avecindado - en el barrio de
Pompeya. Fue profesor de escuela normal, profesión que abandonó por la
poesía, como abandonaría luego la carrera de Derecho cuando lo
expulsaron de la facultad por pertenecer a los rebeldes "estudiantes
de alpargatas" que en 1930 desfilaban por la calle Florida para
establecer claros distingos con otro "tipo de calzado" que gobernaba
de facto al país.
Las letras de las canciones populares y de los libretos de películas
con verdadera calidad le dieron renombre exitoso. A fines de 1947
Homero Manzi y Aníbal Carmelo Troilo daban los retoques finales
a su tango Sur.
Según cuenta García Giménez, ya entonces Manzi sospechaba que estaba
herido de muerte por la enfermedad y sus amigos también tenían la
terrible sospecha. A pesar de su angustioso estado de ánimo escribió
Sur, añorando la lozana mocedad en su barrio de adopción:
"San Juan y Boedo antiguo,
y todo el cielo,
Pompeya
y más allá la inundación..."
Caminando en un sueño de retorno hacia el arrabal que amó:
"Sur,
paredón y después,
Sur,
una luz de almacén..."
Despidiéndose del tiempo florido del idilio:
"Ya nunca
alumbraré con las estrellas
nuestra marcha sin querellas
por las calles de Pompeya"
Mas aún, despidiéndose de la vida definitivamente:
"Las calles
y las lunas suburbanas
y mi amor en tu ventana
todo ha muerto,
ya lo sé..."
En los días de carnaval de 1948 fue operado. Tres años más tarde,
cuando aun no había cumplido los 44 de edad la muerte le quebró la
ambición de hacer montones de cosas que estaban bullentes en su
pensamiento.
García Giménez finaliza diciendo que la desaparición de Manzi no fue
una muerte sin remedio, porque El se ha salvado del olvido...
Otra nota sobre el tango SUR.
Fue compuesto en 1948. Homero Manzi escribió primero los versos, y a
posteriori Aníbal Troilo le puso música. Una vez ensamblada la
primera parte, Manzi rehizo la segunda para adaptarla a la melodía
creada por Troilo. Como por ese entonces, el vocalista de la orquesta
era Edmundo Rivero siempre se dijo que había sido pensada
especialmente para él. ¡Vaya uno a saber! Pero lo cierto y que nadie
puede desmentir, es que la versión que ambos lograron (orquesta y
vocalista) tiene permanente vigencia. Horacio Salas escribe con
enorme acierto en El Tango , Una guía definitiva - Editorial Aguilar,
1996 - lo siguiente: "Gobello sostiene que el tango es "una elegía a
Nueva Pompeya, pero para Manzi, Boedo y Nueva Pompeya eran un solo
barrio ". Sin duda, pero al escribir los versos de Sur , Manzi
ejemplificaba no sólo el barrio concreto de su infancia o la ventana
del colegio Luppi desde donde veía el terraplén del ferrocarril, sino
un sur más integral casi metafísico, cercano a la idea de Sur de Jorge
Luis Borges, quien consideró en su libro El idioma de los argentinos
que el arrabal podía estar en cualquier parte, que era una idea y no
un sitio geográficamente delimitado. Sobre esta base y el aporte de
sus propios recuerdos, Manzi amplía la intención del poema al
describir un Sur mítico, irrecuperable y sin embargo compartido. Tal
vez por eso el tango se convirtió desde su estreno en uno de los temas
clásicos del repertorio de los más variados intérpretes". Pichuco lo
graba con la voz de Edmundo Rivero en discos Victor , en 1948 y
volvieron a hacerlo ocho años después, para el sello T.K ..
San Juan y Boedo antiguo y todo el cielo,
Pompeya y, más allá, la inundación,
tu melena de novia en el recuerdo,
y tu nombre flotando en el adiós...
La esquina del herrero, barro y pampa,
tu casa, tu vereda y el zanjón
y un perfume de yuyos y de alfalfa
que me llena de nuevo el corazón.
Sur... paredón y después...
Sur... una luz de almacén...
Ya nunca me veras como me vieras,
recostado en la vidriera
y esperándote,
ya nunca alumbraré con las estrellas
nuestra marcha sin querellas
por las noches de Pompeya.
Las calles y las lunas suburbanas
y mi amor en tu ventana
todo ha muerto, ya lo sé.
San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido,
Pompeya y, al llegar al terraplén,
tus veinte años temblando de cariño
bajo el beso que entonces te robé.
Nostalgia de las cosas que han pasado,
arena que la vida se llevo,
pesadumbre del barrio que ha cambiado
y amargura del sueño que murió.
Sur... paredón y después...
Sur... una luz de almacén...
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