SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES

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220-63065, diciembre 16 de 2002
Ref. Restricciones a las facultades del Representante Legal
Me refiero a su Oficio No. 2296, radicado el pasado 2 de diciembre, a través del cual solicita el concepto de esta
Entidad en relación con los alcances de la autorización conferida por el máximo órgano social de una sociedad de
responsabilidad limitada al representante legal de la misma.
En primer lugar es pertinente poner de presente en el evento que la solicitud formulada tenga como objeto definir
aspectos sobre un trámite licitatorio, que la opinión de este Despacho no comporta un pronunciamiento particular y
concreto sobre el mismo, pues en los términos de la Constitución Política y la Ley 222 de 1995, excede el ámbito de
su competencia intervenir en asuntos relacionados con los contratos estatales que celebren bajo su exclusiva
responsabilidad otras entidades en desarrollo de su gestión, los que se regulan por la ley 80 de 1993.
Hecha esa precisión se observa que la hipótesis planteada parte del supuesto de una sociedad de responsabilidad
limitada cuyos estatutos establecen limitaciones a las facultades del represente legal para contratar por razón de la
cuantía y la junta de socios según consta en el acta respectiva, le ha otorgado autorización al mismo para presentar
ofertas a licitaciones públicas, convocatorias, contrataciones directas e invitaciones directas ante unas determinadas
entidades así como para celebrar sin límite de cuantía los actos y contratos que se deriven de dichos procesos.
Frente a esa situación se cuestiona si esa autorización constituye una reforma al contrato que deba ser registrada
como tal, o si por el contrario puede ser considerada como una autorización especifica no sujeta a registro.
A ese respecto ha de tenerse en cuenta que conforme al numeral 6º del artículo 110, en concordancia con el 196
del Código de Comercio, las restricciones o limitaciones de las facultades del representante legal, a más de las que
emanan de las actividades que constituyen el objeto social de la compañía, se imponen por las cláusulas del
contrato social inscrito en el registro mercantil, lo cual implica que son éstas las que determinan en cada caso la
extensión de las mismas y las condiciones a que se subordina su ejercicio, siendo absolutamente discrecional de las
partes señalar las restricciones en consideración bien sea a la naturaleza de los actos o contratos, a la cuantía de los
mismos, a la calidad de los contratantes o a cualquiera otra, siempre que consten de manera clara y expresa la
índole de las mismas y las condiciones para cada fin exigidas.
De ahí que salvo estipulación expresa en contrario, si las limitaciones impuestas solo consultan la cuantía de los
actos, sin contemplar ninguna otra condición, será potestativo del órgano social competente con el lleno de las
formalidades legales y estatutarias pertinentes, conferir la, o las autorizaciones a que haya lugar, para la
celebración de uno o más actos en particular que excedan esa cuantía, siempre que éstos sean clara y
expresamente determinados o determinables, lo que conlleva verificar rigurosamente en cada caso los términos de
la decisión adoptada por el respectivo órgano, de forma tal que si el propósito está especificado en la
correspondiente acta, no hay lugar al cumplimiento de ninguna otra formalidad, como la inscripción en el registro
mercantil.
A esta formalidad estaría sujeta sí, la determinación en virtud de la cual el máximo órgano social modifique las
cláusulas del contrato que contemplen las limitaciones existentes, ya sea suprimiéndolas o fijando condiciones
diferentes, en cuyo caso el carácter de la decisión no deriva de la mera interpretación que se efectúe del tenor de
las decisiones consignadas en el acta, sino de la clara y expresa manifestación de la voluntad del órgano social
adoptada en tal sentido dando cumplimiento a los requisitos que las reformas comportan, como el otorgamiento de
la escritura pública respectiva y su consiguiente inscripción. .
En los anteriores términos se ha dado respuesta a su solicitud, advirtiendo nuevamente que el concepto expresado
se sujeta a lo dispuesto en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.
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