Cultura Vitivinícola De virtudes y defectos El vino es como una obra de arte: hay que saber mostrarlo y entenderlo para disfrutarlo Por Mtra. Marisa Ramos Ante el creciente interés del público en general por los vinos, a menudo camareros y sommeliers experimentados se enfrentan a clientes, que aunque dicen conocer de caldos, discuten sobre la calidad del vino y en ocasiones incluso llegan a rechazar botellas, para impresionar a sus compañeros de mesa. Al fin y al cabo el sabor es una percepción subjetiva y muy individual; lo que me es agradable no necesariamente lo debe ser para otro. Y si bien los vinos clásicos con denominación de origen se distinguen por su consistencia en la calidad, son los vinos del nuevo mundo, aquellos orientados a la sociedad del “Low Cost”, los que pudieran llegar a presentar algunas discrepancias. Cada vez que se rechaza una botella, hay una pérdida económica y moral para el establecimiento. Por ello es importante saber manejar estas opiniones desfavorables y enmendar a través del servicio los inconvenientes, además de procurar que el cliente consuma la botella solicitada. Las recomendaciones para evitar esta penosa situación, son las siguientes: 1. Deberá cuidar del correcto almacenaje del vino. La cava deberá cumplir con las especificaciones de temperatura, luz y humedad ideales para la correcta conservación del mismo. 2. En la cava deberá señalar con claridad el tiempo adecuado de añejamiento. Hay vinos que deben consumirse al año de haber sido embotellados; otros a los tres años y algunos más pueden llegar a mejorar con la guarda. Posterior a la mejora inicia la etapa de declive, por lo que es importante conversar con la bodega o el proveedor sobre los tiempos óptimos de reposo para cada vino. Camino Real Polanco. Fototeca CITI Vinos Dulces Temperatura mínima 6 ºC Temperatura máxima 8 ºC Jerez Fino y Manzanilla 6 ºC 7 ºC Cava y Champagne brut 6 ºC 7 ºC Champagne rosé 7 ºC 11 ºC Vinos licorosos secos 5 ºC 8 ºC Blancos secos jóvenes 7 ºC 10 ºC Blancos secos de crianza 7 ºC 12 ºC Rosados y claretes 6 ºC 10 ºC Tintos jóvenes ligeros 10 ºC 12 ºC Tintos jóvenes con cuerpo 12 ºC 14 ºC Tintos con cuerpo reservas 15.5ºC 17 ºC Tintos viejos 17 ºC 18 ºC Oportos (según su edad) 12 ºC 16 ºC Madeiras 13 ºC 14 ºC Olorosos 14 ºC 17 ºC Amontillados 14 ºC 15 ºC Tipos de vino 30 Agosto Septiembre • A la Carta Fotógrafo: Enrique Escalona Si el comensal insiste en que el vino no es el correcto, deberemos revisar si el maridaje que ha elegido es el adecuado, para poder convencerlo en caso de que su elección no haya sido afortunada. 3. Siempre servir el vino a la temperatura recomendada. Hay que verificarla antes de servirlo, siempre en copas lavadas con detergentes neutros y bien secas. El famoso término chambrer, significa a temperatura ambiente, aspecto que puede variar si la botella se encuentra en el Caribe en verano, o en Monterrey en invierno. La tabla presenta los rangos óptimos de servicio para los vinos más populares. Si una vez servido el vino, el anfitrión (quien es el primero en degustarlo) no está de acuerdo con la calidad, se pueden tomar las siguientes acciones para corregirlo: • Para un vino con mucho alcohol se deberá descender la temperatura dos o tres grados, a fin de suavizar esta sensación y hacerlo más elegante. No dude en enfriar una botella de tinto en agua con hielo. • Si el comensal se queja de que el vino está acido, habrá que elevar la temperatura uno o dos grados; con eso se redondeará en boca. • Para vinos de aromas pobres, habrá que elevar la temperatura, ayudando así a que se desprenda los alcoholes volátiles y mejore su expresión en nariz. • Para un retrogusto amargo, es aconsejable controlarlo subiendo la temperatura lo que dará una sensación menos agresiva; lo mismo con los vinos tánicos y amargos. Este truco funciona gracias a que al elevar la temperatura se expresa mejor el contenido de alcohol equilibrando el conjunto. • Para espumeantes con poca burbuja, habrá que enfriarlos uno o dos grados más a fin de que se conserve mejor dicha burbuja. La regla en sí es sencilla: elevar la temperatura para resaltar cualidades escondidas, y enfriar si se quiere despistar alguna arista que desagrade al comensal. Si aún haciendo estas correcciones, el comensal insiste en que el vino no es el correcto, deberemos revisar si el maridaje que ha elegido es el adecuado, para poder convencerlo en caso de que su elección no haya sido afortunada; para ello se recomienda llevar a la mesa pan de sabor muy neutro y agua, a fin de aclara el paladar, y algún ingrediente sencillo que haga perfecta combinación con el vino en cuestión. Un correcto maridaje complementario puede hacer evidente la solución al problema. Pero recordemos que el vino es un placer y que la labor del restaurador es lograr que el comensal disfrute esta experiencia al máximo. Marisa Ramos Abascal es coordinadora académica posgrado de la Escuela de Administración Turística, Universidad Anáhuac. Licenciada en Relaciones Públicas; Maestra en Alta Gestión de Empresas Turísticas. Tiene un diplomado de la OMT en Gestión de Calidad Formación Turística, y de Cultura internacional, del Disney Institute. *Artículo revisado por Luis Cárdenas, consejero editorial. A la Carta • Agosto Septiembre 31