fin, lo realmente interesante es el co.nce.pto de fitoclima, expresado por la misma vegetación natural, es decir, los diversos agro-fitoclimas de la Provincia, que en. fin de cuentas es lo aplicable y lo que le interesa al agrónomo o silvicultor. L a Provincia recibe lluvias suficientes para alejarla de la aridez, no obstante su temperatura media anual elevada, especialmente durante el estío, merma considerablemente la precipitación y no puede seguirse como único factor climático el de las lluvias recibidas (véanse más adelante los índices climáticos, pág. 32). Precipitaciones, por enema de los. 1.000 mm,, las recibe la provincia s. 1., en las serranías más elevadas o situadas en situaciones favorecidas, como en la comentada Sierra Tudia, Villuercas, San Mamede, Jerez de los Caballeros, etc., que precisamente coinciden con las zonas mesófitas indicadas, con «robles». Hacia el nqrte e interior de la Península, en algunas comarcas existen «robles» con menores prepicitaciones acuosas, pero debemos tener en cuenta, que siempre en tales zonas, la temperatura media anual es menor y compensa la menor precipitación ; además no olvidemos los resecantes vientos solanos, que pa'dece muestra región. L a zona occidental es la más afectada por las nieblas, y este factor debe ser tenido en cuenta para incrementar el de precipitación. L a s «encinas», «alcornoques», «pinos», como perennifolios, y los primeros derivados epiontológicamente de biotipos laurifolios (de bosques de nieblas), son buenos condensadores de nieblas, que las ceden al luelo. bajo la forma de fina lluvia nemorosa. L o s matorrales retienen las nieblas en menor proporción. Para deducir qué zonas son las más afectadas por las nieblas, basta mirar a los bosques de «encinas» o «alcornoques», y examinar sus ramas; la abundancia de vegetaciones epixylicas en sus ramas de liqúenes fruticulosos, de los géneros Usnea y Evernia, así como el mayor recubrimiento del tronco y ramas principales con musgos, expresan la intensidad y duración de las nieblas. En lo que respecta a los musgos, no olvidemos su condición hi~ grófita, y que las nieblas al condensarse, escurren por las ramas a los troncos principales y éstos se mantienen más constantemente húmedos, facilitando su desarrollo y reprodución. No obstante el nemoroso ambiente de los bosques, reciben más luz y por lo tanto calor, la parte del tronco expuesta a solana, mientras que la parte a umbría, permanecerá más húmeda y en ella se desarrollarán más densamente los musgos y liqúenes. Por lo mismo, cuando en un bosque deseemos orientarnos, debemos fijarnos en los troncos;, las partes con mayor densidad en epífitas epixylicas, siempre corresponderán a orientaciones en umbría y hacia el norte s. 1. Finalmente, cabe preguntarnos, si las zonas serranas reciben precipitaciones acuosas abundantes, oscilando sus cifras entre los. 600 y 1.000 mm. de media anual; ¿ por qué son en general xéricas y faltas de agua ? Porque la media anual de temperatura es bastante elevada, de 16,3° en las zonas bajas y de unos 13 a 14° en las serranías medias, que descuentan no poco