Ministerio de Relaciones Exteriores EXAMEN PERIÓDICO UNIVERSAL

REPUBLICA DE COLOMBIA
Ministerio de Relaciones Exteriores
EXAMEN PERIÓDICO UNIVERSAL
Consideraciones planteadas por la República Checa
(Párrafo 40, Informe del Grupo de Trabajo – Outcome- 15/12/08 A/HRC/WG.6/3/L.14)
1. What measures are planned to ensure and protect the independence of
the judiciary?
En Colombia, la Constitución Nacional asegura la independencia de la rama
judicial. Hay un importante esquema de frenos y contrapesos entre las ramas,
además de la certeza de que las medidas tomadas por cualquier agente estatal
serán siempre objeto de eventual revisión judicial. En este orden de ideas, la
“tensión” que se ha presenciado entre algunos miembros del ejecutivo y
algunos miembros de la rama judicial, es un hecho concreto propio de la
discusión abierta entre instituciones, que no pone en peligro la independencia
de los poderes.
A continuación, se revisan con mayor detalle las anteriores afirmaciones:
Marco General sobre la independencia judicial en Colombia
La Constitución Política de 1991 establece que Colombia es un Estado social
de derecho, organizado en forma de república unitaria, democrática,
participativa y pluralista, fundado en el respeto de la dignidad humana, en el
trabajo y la solidaridad de las personas que lo integran y en la prevalencia del
interés general. La Constitución es norma de normas.
En la actual estructura constitucional del Estado colombiano, son ramas del
poder público la legislativa, le ejecutiva y la judicial. Está consagrado que,
además de los órganos que integran estas ramas, existen otros, autónomos e
independientes, para el cumplimiento de las demás funciones del Estado. Y se
establece, así mismo, que los diferentes órganos del Estado tienen funciones
separadas pero colaboran armónicamente para la realización de sus fines.
En el tema específico relacionado con la rama judicial, la Constitución
colombiana tiene establecido que las decisiones de la Administración de
Justicia son independientes y su funcionamiento, concentrado y autónomo.
La Constitución establece, además, que los jueces en sus providencias sólo
están sometidos al imperio de la ley. Por último, que las decisiones de los
jueces son obligatorias.
Características del Estado colombiano y de la independencia judicial
En la Constitución están previstas las siguientes corporaciones judiciales así
como las herramientas de freno y contrapeso diseñadas para asegurar la
elección y funcionamiento independiente de las mismas:
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1.
Corte Constitucional.
A la Corte Constitucional, creada por la Constitución de 1991, se le confía la
guarda de la integridad y supremacía de la Constitución. Cumple, entre otras,
las funciones de decidir sobre las demandas de inconstitucionalidad que
promuevan los ciudadanos contra los actos reformatorios de la Constitución,
por vicios de procedimiento en su formación; sobre la constitucionalidad de la
convocatoria a un referendo o a una asamblea constituyente; sobre las
demandas de inconstitucionalidad que presenten los ciudadanos contra las
leyes, tanto por su contenido material como por vicios de procedimiento en su
formación; sobre las demandas de constitucionalidad que puede presentar
cualquier ciudadano contra los decretos con fuerza de ley dictados por el
Gobierno cuando ha sido habilitado por el legislador para ello; y sobre la
constitucionalidad de los decretos legislativos dictados durante estados de
excepción. Así mismo, es función de la Corte Constitucional revisar en última
instancias las decisiones judiciales por las cuales se tutelan los derechos
fundamentales.
Los magistrados de la Corte Constitucional son elegidos por el Senado de la
República, para períodos individuales de ocho años, de ternas que presentan el
Presidente de la República, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de
Estado (art. 239).
No pueden ser elegidos magistrados quienes durante el año anterior se hayan
desempeñado como ministro de despacho o como magistrado de la Corte
Suprema de Justicia o del Consejo de Estado (art. 240). El Gobierno no puede
conferir empleo a los magistrados de la Corte Constitucional durante el período
de ejercicio de sus funciones ni dentro del año siguiente a su retiro (art. 245).
No tienen señalada, en forma expresa, edad de retiro forzoso.
2.
Corte Suprema de Justicia.
La Corte Suprema de Justicia es el máximo tribunal de la jurisdicción ordinaria,
con atribuciones establecidas en la misma Constitución (arts. 234 y 235) y en la
ley. De acuerdo con la Constitución, actúa como tribunal de casación, juzga al
Presidente de la República y otros altos funcionarios del Estado. En el caso de
los miembros del Congreso, los investiga y los juzga.
Los magistrados son nombrados por la respectiva corporación, de listas
enviadas por el Consejo Superior de la Judicatura (art. 231). Su elección se
efectúa para períodos individuales de ocho años, no pueden ser reelegidos y
permanecen en el ejercicio de sus cargos mientras observen buena conducta,
tengan rendimiento satisfactorio y no hayan llegado a la edad de retiro forzoso
(art. 233), la cual fue fijada por ley anterior a 1991 en 65 años.
3.
Consejo de Estado.
El Consejo de Estado desempeña las funciones de Tribunal Supremo de lo
Contencioso Administrativo; conoce de acciones de nulidad por
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inconstitucionalidad de los decretos del Gobierno Nacional cuya competencia
no corresponde a la Corte Constitucional, actúa como cuerpo supremo
consultivo del Gobierno en asuntos de administración, y conoce de los casos
sobre pérdida de investidura de los congresistas (art. 237). La jurisdicción de lo
contencioso administrativo tiene atribuciones para suspender provisionalmente,
por los motivos y con los requisitos que establece la ley, los efectos de los
actos administrativos (art. 238)
Los Consejeros de Estado son nombrados por la respectiva corporación de
listas enviadas por el Consejo Superior de la Judicatura (art. 231). Su elección
se efectúa para períodos individuales de ocho años; no pueden ser reelegidos
y permanecen en el ejercicio de sus cargos mientras observen buena conducta,
tengan rendimiento satisfactorio y no hayan llegado a la edad de retiro forzoso
(art. 233), la cual fue fijada por ley anterior a 1991 en 65 años.
4.
Consejo Superior de la Judicatura.
El Consejo Superior de la Judicatura fue creado por la Constitución de 1991
con las funciones de administrar la carrera judicial; examinar la conducta y
sancionar las faltas de los funcionarios de la rama judicial y las de los
abogados en el ejercicio de su profesión; llevar el control de rendimiento de las
corporaciones y despachos judiciales; elaborar el presupuesto de la rama
judicial y, una vez aprobado, ejecutarlo; fijar la división del territorio para
efectos judiciales; crear, suprimir, fusionar y trasladar cargos en la
administración pública de justicia; y dictar los reglamentos necesarios para el
eficaz funcionamiento de la misma (art. 256 y 257). Es importante anotar que
muchas de las funciones que hoy tiene el Consejo Superior de la Judicatura
antes eran llevadas a cabo por el Ministerio de la Justicia y el Derecho. La
Constitución de 1991 quiso independizar estas funciones del Ejecutivo, dejando
en la propia Rama Judicial sus asuntos administrativos y disciplinarios.
El Consejo Superior de la Judicatura se divide en dos salas, una administrativa
y otra jurisdiccional disciplinaria (art. 254)
La Sala Administrativa está integrada por seis magistrados elegidos para un
período de ocho años, por la Corte Suprema de Justicia, por la Corte
Constitucional y por el Consejo de Estado. La Sala Jurisdiccional Disciplinaria
está integrada por siete magistrados elegidos para un período de ocho años
por el Congreso Nacional, de ternas enviadas por el Gobierno.
Conclusiones
Como puede observarse entonces, la Constitución colombiana está
comprometida con el principio de la independencia judicial. En efecto, la misma
Constitución se encarga de señalar cuáles son las funciones básicas de las
más altas corporaciones judiciales, como una manera de darle solidez y
permanencia en el tiempo a sus atribuciones. Asimismo, la Constitución
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también establece la forma de elección de sus magistrados, asegurando
intervenciones de las otras ramas del poder público o la total autonomía de la
misma rama para elegir a sus funcionarios.
Es importante adicionar que en los demás niveles de la administración de
justicia, los magistrados de tribunales y los jueces pertenecen a la carrera
judicial, ingresan a la misma por méritos, y permanecen en la misma mientras
cumplan con los requerimientos fijados por la ley para ello. Ni el Gobierno ni el
Congreso tienen facultad alguna para interferir en sus nombramientos o
remociones.
Además, los magistrados de las más altas corporaciones gozan de fuero, ante
el Congreso, en asuntos penales y disciplinarios. Si el Senado encuentra que
hay mérito para que sean juzgados penalmente, el juicio corresponde
adelantarlo a la Corte Suprema de Justicia. Los magistrados de los demás
tribunales gozan de fuero penal de juzgamiento ante la Corte Suprema de
Justicia, previa investigación y acusación del Fiscal General de la Nación.
En el campo disciplinario, los jueces y demás magistrados están sujetos a la
jurisdicción disciplinaria que ejerce el Consejo Superior de la Judicatura a
través de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria.
En breve, el esquema constitucional colombiano protege de manera rigurosa la
independencia de la rama judicial del poder público, a través de un balanceado
esquema de frenos y contrapesos y a través de la posibilidad de revisar
judicialmente, y con carácter obligatorio, cualquiera de las decisiones que
toman los agentes pertenecientes a las otras ramas del poder público o de los
organismos de control.
La tensión entre el ejecutivo y algunos jueces de la República es un hecho
político concreto, que no mina la independencia de la rama judicial.
El Señor Presidente de la República ha manifestado reiteradamente su
acatamiento y respeto por los fallos judiciales, advirtiendo el derecho que le
asiste a él, o a cualquier ciudadano, de controvertirlos. En el mismo sentido, el
Gobierno Nacional ha reiterado que siempre ha acatado y acatará los fallos de
los jueces, sin renunciar al derecho a controvertirlos por los canales
institucionales cuando desborden su ámbito de competencia.
Las instituciones colombianas son pues un ejemplo notable de funcionamiento
independiente, respetuoso y complementario entre ellas, y como en toda
democracia, las diferencias propias del pluralismo se debaten públicamente.
Pedir que las diferencias se oculten, o el unanimismo, es una pretensión ajena
a la democracia que en Colombia se quiere fortalecer.
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2. What specific measures are available to protect the rights of children of
detainees /prisoners?
Los niños hijos de detenidos cuentan con los derechos prevalentes de cualquier
niño en Colombia. La Constitución, los tratados internacionales y las leyes
(especialmente el Código de Infancia y Adolescencia), tutelan sus derechos y
aseguran su igualdad moral, la prevalencia de sus derechos frente a los de
todos los demás, y la necesidad de especial protección por parte del Estado.
Ahora bien, de manera específica, en relación con los niños cuyos padres estén
detenidos en centros de reclusión, existen normas legales especiales para ellos.
Veamos:
El código de procedimiento penal dispone que la detención preventiva en
establecimiento carcelario puede sustituirse por la del lugar de residencia
cuando (entre otras causales):
i) A la imputada o acusada le falten dos (2) meses o menos para el parto. Igual
derecho tendrá durante los seis (6) meses siguientes a la fecha del
nacimiento.
ii) Cuando el imputado o acusado sean madre o padre cabeza de familia de
hijo menor o que sufriere incapacidad permanente, siempre y cuando haya
estado bajo su cuidado.
El código penitenciario y carcelario, por su parte, establece que:
i) Cuando una reclusa esté embarazada, previa certificación médica, el
director del establecimiento de reclusión, tramitará con prontitud la solicitud
de suspensión de la detención preventiva o de la pena ante el funcionario
judicial competente.
ii) En caso de nacimientos en el establecimiento de reclusión, el director
informará a las autoridades competentes y a los parientes, para asegurar
desde el primer momento los derechos al nombre y a la atención en salud
del niño. Además, de ninguna manera en el registro de nacimiento figurará el
lugar donde éste ocurrió.
iii) La Dirección del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario permitirá la
permanencia en los establecimientos de reclusión a los hijos de las internas,
hasta la edad de tres años. La Corte Constitucional ha previsto que la
decisión sobre el ingreso y la permanencia del menor de edad en la cárcel es
en principio de los padres. En caso de desacuerdo decide el Juez de familia,
consultando el interés superior del menor.
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iv) El servicio social penitenciario y carcelario prestará atención especial a los
menores de edad hijos de reclusos que se encuentren en los centros de
reclusión.
v) Las reclusiones de mujeres cuentan con guardería.
En breve, existen disposiciones de orden legal especiales para el tratamiento de
la compleja situación de los niños hijos de reclusos. Esto no obsta, de cualquier
manera, para que estos niños cuenten con la totalidad de los derechos que el
Estado colombiano asegura a la generalidad de ellos.
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