ANABEL MORIÑAS Cartagena de Indias 2008 PONENCIA: LA INCLUSIÓN EDUCATIVA: UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA Anabel Moriña La ponencia que paso a presentar va a girar en torno a dos partes. Por un lado presentaré unos materiales de formación que han sido diseñados, desarrollados y valorados para mejorar la respuesta a la diversidad desde el planteamiento de la educación inclusiva. Y por otro lado, me centraré en cómo desarrollar un apoyo que sea colaborativo e inclusivo. Comenzando por los materiales de formación “la escuela de la diversidad: una propuesta de formación para el profesorado”, diré en primer lugar que ésta se empieza gestar en el 96, en 1996 y parte de una investigación que estábamos realizando en la Universidad de Sevilla, relacionada con la atención a la diversidad, es decir, estábamos buscando buenas prácticas para responder a la diversidad. En ese proyecto de investigación surgen una serie de condiciones externas, condiciones de centro, condiciones de aula que caracterizan a los centros que desarrollan buenas prácticas. Estamos en el 96, en el 98 finaliza la investigación, salen esas condiciones, pero además también aparece la necesidad de formación en el propio centro, en el propio lugar de trabajo y lo que es la formación colaborativa. Pues a partir de ahí es cuando comienza un ciclo, un ciclo que se podría denominar interactivo, y comienzan a revisarse lo que eran las experiencias prácticas de educación inclusiva, ya por el 98 estamos hablando de que a nivel mundial había centros que estaban desarrollando prácticas inclusivas. También al mismo tiempo vamos haciendo búsquedas de lo que es la formación en colaboración, es la base ¿no? La colaboración estamos viendo que es básica y vital para desarrollar proyectos de educación inclusiva. Estamos realizando una propuesta de formación para trabajar en colaboración y un último aspecto sería ¿qué hay sobre formación en educación Inclusiva? Es decir, no partir de cero, sino primero ver si existe algún material parecido, para no elaborarlo, sino quizá adaptarlo o plantear una propuesta que no exista y la pregunta que nos hacíamos era: de lo que existe qué podemos aprender de esos materiales. Lo que encontramos son varios años que nos llevamos con la elaboración pero encontramos que proyectos de formación que trabajaran la educación inclusiva como la entendemos no existían básicamente, no existían proyectos que trabajaran globalmente la educación inclusiva. Sí hay materiales que incluye alguna de las condiciones, pero no de la forma global que planteamos que se tiene que trabajar la educación inclusiva. Entonces todo este proceso cíclico que termina en el 2008, pues comienza también un poco, es decir, si queremos trabajar la educación inclusiva la pregunta es cómo trabajarla. Si queremos trabajar la educación inclusiva quiénes tenemos que trabajarla, y ahí empezamos a revisar experiencias internacionales, experiencias nacionales, yo misma me empiezo a mover por distintos países que desarrollan proyectos de educación inclusiva para conocer de primera mano, pues qué condiciones son necesarias trabajar en los centros para llegar a la educación inclusiva y también cómo crear aulas inclusivas. Es decir, aulas y centros tienen que ir unidos para trabajar proyectos de educación inclusiva. Al final no voy a entrar en qué conexiones son necesarias para trabajar la educación inclusiva, porque lo voy a contar mañana, pero el producto final sería la propuesta de transformación que hacemos, la trabajamos a través de módulos, cuando empieza a trabajar en los centros, en una actuación piloto las mejoras que nos van diciendo, las fortalezas de las propuestas al final las incluimos en un ciclo formativo. Trabajamos la educación inclusiva desde distintos ámbitos. Hay un módulo que es descubrir la diversidad, celebrar las diferencias, y ahí lo que tratamos de abordar es el concepto y la práctica de la diversidad desde una perspectiva amplia y como una oportunidad y no como un problema. Entonces vamos a ir distinguiendo distintos ámbitos que son necesarios para celebrar, valorar la diversidad y aprender de la diversidad. Posteriormente hay un módulo formativo que está relacionado, es decir, todos los módulos tienen el mismo planteamiento, desde la conceptualización a la práctica. Y entendemos que no puede haber formación si no hay análisis de práctica y puesta en práctica de lo que se va viendo, de las propuestas y mejoras que vamos viendo. El módulo de apoyo trata sobre lo que vamos a hablar hoy precisamente aquí, que es cómo desarrollar un apoyo inclusivo, un apoyo colaborativo, un apoyo institucional, un apoyo curricular en su sentido amplio. Hay otro módulo que gira en torno a cómo desarrollar habilidades de formación en el profesorado y en concreto cómo desarrollar la colaboración en el profesorado. Hay otro módulo, que sería ya un módulo bastante amplio, y es la respuesta institucional a la diversidad desde la organización de centro a la implicación y participación de toda la unidad educativa del centro. Y aquí se trabaja cómo fomentar la participación de familia, el alumnado, voluntariado, de la comunidad social en la que hay distribución educativa, es la visión más amplia de la respuesta institucional a la diversidad. Y finalmente hay un módulo, ese módulo, diría yo el más amplio de toda la propuesta formativa, porque gira en torno al aula. Trabajar el aula implica trabajar en muchas dimensiones y aquí lo que planteamos es cómo crear un aula que se conciba como respuesta a la diversidad, a una comunidad social y una comunidad de aprendizaje, y planteamos todas las estructuras organizativas que debemos tener en cuenta, u organizativas didácticas para defender a la diversidad en este sentido amplio, una respuesta en la que tenga cabida todo el estudiante, es decir, estamos hablando de aulas que diversifiquen, aulas que personalicen el proceso de enseñanza y aprendizaje. La propuesta de formación pues parte de la inquietud del profesorado. Es una propuesta que va dirigida a centros que atraviesan por dificultades, centros que tienen inquietud por educar en la diversidad, pero que no saben cómo hacerlo. Es decir, estamos hablando de centros que no tienen aún las condiciones propicias para desarrollar proyectos de inclusión, centros en los que no ha habido proyectos de mejora o proyectos de innovación, en los que no hay experiencias en formación colaborativa, es decir vamos a aportar lo que es una formación de base para acompañar en los primeros pasos a aquellos centros que están atravesando por dificultades y que se plantean el reto de caminar hacia la educación inclusiva pero no saben cómo hacerlo. Es una primera toma de contacto, porque a partir de ahí vendrían otros proyectos. Es una formación pensada también para autoanalizar, autoevaluar las prácticas que se están dando lugar en los centros relacionados con la inclusión y a partir de esa autoevaluación priorizar temas y elaborar proyectos de mejora para los temas priorizados desde el colectivo docente. En esta propuesta de formación se contempla la diversidad como una condición enriquecedora y lo que se trata en definitiva es dar respuesta, una respuesta institucional, inclusiva para la diversidad. Es una propuesta de formación, porque conseguimos que la educación inclusiva no sea una respuesta, una transformación de un centro que se haga aisladamente o lo hagan los profesionales de apoyo. La educación inclusiva debe ser una responsabilidad de todos los integrantes, de todos los participantes en el proceso educativo, por lo tanto la formación no se concibe como un objetivo concreto, sino que se concibe desde la multidisciplinaridad de todos los participantes que están involucrados en la comunidad educativa. Cuando proponíamos la puesta en marcha de estos materiales en los centros, íbamos a los centros para negociar y para trabajar en la formación, lo que pedíamos es que hubiera representantes, si estamos en secundaria que todos los departamentos, el equipo directivo, los profesionales de apoyo, es decir buscábamos que hubiera diversidad de participantes también, y es una propuesta que se adapta perfectamente para trabajar en educación infantil a educación secundaria y la evaluación precisamente la hemos hecho con todas esas etapas educativas. La duración de la propuesta formativa, bueno la experiencia nos dice que es una propuesta un poco amplia, bueno tiene al final 47 actividades formativas, porque la estructuramos en módulos y cada módulo tiene actividades de formación. Las actividades de formación están pensadas para ser desarrolladas durante una hora o dos horas, es decir, cuando se reúnen los grupos de docentes para formarse, pues que no ocupe más de ese tiempo, sabemos que en la docencia contamos con poco tiempo, tenemos pocas estructuras de espacio y pocas estructuras de tiempo para trabajar, por lo tanto vamos a tratar de rentabilizar al máximo los espacios y los tiempos que tenemos para la formación y vamos a dedicar ese tiempo con esa actividad formativa a trabajar con un aspecto concreto de la educación inclusiva. Y una propuesta, pues para trabajar por módulos, al final seis módulos, y realmente la experiencia nos dice que lo que un centro educativo desarrolla a lo largo de un curso escolar son siete u ocho actividades de formación, teniendo en cuenta las etapas de evaluación, otras obligaciones que se tienen en los centros, al final suelen desarrollarse entre siete u ocho actividades de formación. Y la formación, hemos tenido un centro por ejemplo de secundaria, porque al final es una elección que hace cada centro, un centro a través de un análisis interno que se propone ver por dónde caminar o hacia dónde quieren formarse, y hay centros que han decidido trabajar sólo en aulas de secundaria y hay centros que han decidido primero tener una visión global de toda su institución a través de actividades de cada módulo y posteriormente trabajar, por ejemplo el apoyo, o trabajar el aula, o trabajar en la colaboración, es decir, van seleccionando y van dando una formación a la larga, pero desde la autoformación, es decir, la idea desde su conocimiento práctico, desde su experiencia y con la ayuda de estos materiales no necesiten a nadie externo, a nadie en calidad de asesor que vaya a darles cursos de formación, sino que van a ser procesos de autoformación en la propia institución educativa. La propuesta de formación está pensada para que se trabaje desde la colaboración y desde la colaboración sólo se puede trabajar, pues colaborando, en grupo, se crean distintas estructuras a lo largo de las sesiones de trabajo, hay estructuras en las que se trabaja por parejas, se trabaja en pequeños grupos, se trabaja en un gran grupo, es decir a lo largo de las dos horas de la sesión de formación se van estableciendo distintas dinámicas, la idea es que nos acostumbremos a trabajar con distintas personas y con distintos agrupamientos. Se va trabajando, todo esto y luego eso es visto en el impacto de la propuesta de formación que se traslada también a lo que son los grupos de profesorado a nivel de centro, cuando se realizan reuniones de todo el equipo docente de un centro. Y vamos a contar las actividades de formación que están relacionadas con todo lo que hemos visto de la educación inclusiva pero que se agrupan en distintos ámbitos, desde análisis de casos prácticos a diseño de actividades para poner en práctica, o lo que estructura de textos teóricos en temas de diversidad para la formación. Y una última idea que me gustaría plantear para estos materiales de formación pero para cualquier respuesta de formación es la coordinación rotativa, es decir, normalmente cuando nos agrupamos, nos agrupamos desde el centro, desde la base, es una única persona la que se encarga de coordinar. La experiencia que tengo en asesoramiento a centros y asesoramiento a lo que es la formación colaborativa, me dice que es más significativo y se responsabiliza más todo el mundo cuando de cada reunión formativa se responsabiliza una persona distinta, es decir, que el rol de coordinar en una reunión, que al final es dinamizar, tomar notas, exponer conclusiones, sea siempre rotativo y vaya pasando por todos los que integran el equipo. Yo me he encontrado con mucho rechazo cuando he hecho esta propuesta, hay determinadas personas en los grupos que no les gusta esta función de coordinación, pero realmente para implicarse, responsabilizarse en un proceso que al final es de todos en un proceso de formación es interesante e importante que se trabaje desde una coordinación que sea compartida. Brevemente hago esta presentación que ha durado, bueno ya habéis visto casi diez años en diseñar y desarrollar esta propuesta,. Después con las cuestiones de tiempo que tenemos en la exposición, me voy a dedicar a abordar y trabajar un poco uno de los módulos del proyecto formativo y que realmente es interesante tener en cuenta para tener una respuesta a la diversidad, y es lo que es el apoyo a la diversidad desde el planteamiento de la educación inclusiva. Desde la educación inclusiva planteamos que el apoyo sea una acción educativa más, de la que se responsabiliza todos los profesionales que participan en el proceso educativo. Y eso implica que no sea, que no tengamos la convicción de que sea exclusivamente el profesional de apoyo el que consideramos que está formado, está preparado para trabajar en temas de diversidad, el único responsable de atender a la diversidad, de atender a grupos con necesidades educativas especiales. Porque entendemos también que el apoyo no deber ir dirigido exclusivamente y únicamente a grupos con necesidades educativas especiales, sino que partimos de una concepción mucho más amplia en la que el apoyo debe ir también dirigido a todo el alumnado, al profesorado, a la familia, y en definitiva a toda la comunidad, es decir, desde la educación inclusiva cambia el foco de a quién va dirigido el apoyo, mucho más amplio, pero también quién se responsabiliza del apoyo. Y quién se responsabiliza del apoyo lo entendemos como una responsabilidad compartida, que deben realmente comprometerse todos los integrantes del proceso educativo. El gran reto que tenemos en la mayoría de los centros es el que teóricamente se conoce como un modelo de apoyo de gran amplitud, el gran reto que tenemos es cómo pasar de un modelo de apoyo terapéutico a un modelo de apoyo colaborativo de orden institucional. Sabemos que desde un modelo de apoyo terapéutico pues hay unos presupuestos de partida y los presupuestos de partida están marcados por el carácter experto de los profesionales que están implicados. La idea es que entendemos que hay unos profesionales que son expertos en atención a la diversidad que cuando un alumno presenta un problema, una necesidad educativa el problema es del alumno, es decir, decir que el problema es del alumno implica que no hay cambio en lo que es el centro o lo que es el curriculum, todo permanece igual. El alumno tiene un problema, por lo tanto, vamos a buscar un profesional que le dé respuesta, una respuesta que suele ser individual, vamos a sacarlo del aula y vamos a darle una respuesta específica y a veces curricular distinta en un aula de apoyo. Por lo tanto estamos hablando de apoyos parciales en la que determinados estudiantes durante alguna hora a la semana y muchas veces demasiadas horas a la semana salen de su aula de referencia, de su contexto ordinario y se dirigen a un aula de apoyo. Normalmente cuando se vuelve al aula ordinaria el estudiante suele hacer cosas muy distintas a lo que está haciendo el resto de compañeros, es decir estamos hablando de currículos paralelos otra vez, está haciendo cosas totalmente distintas. Desde esta perspectiva en cuanto a los profesores regulares hay poca implicación o poca responsabilidad en la respuesta al alumnado con necesidades educativas especiales, es decir llegan a decirme incluso, estos no son mis niños, son de los profesores de apoyo y tiene que ser la persona que me diga cómo tengo que trabajar, porque yo no sé, y como no sé no puedo hacer nada ni puedo cambiar nada en el aula, tiene que venir un especialista, tiene que venir un experto a que me cambie, a que me diga qué tengo que hacer, normalmente suelen ser fichitas, suelen ser metodologías que nos están demostrando que este tipo de modelo de apoyo se está desarrollando de manera efectiva, se está presentado.como un modelo inadecuado o insuficiente en lo que es una respuesta a la diversidad desde la inclusión. Estamos viendo procesos en los que a través de esta respuesta se está segregando, se está excluyendo a determinados estudiantes que tienen la etiqueta, es decir, estamos etiquetando con este tipo de práctica. Y realmente la situación que estamos viendo, la situación del punto de partida es muy compartido por todos los centros educativos: En muchos centros tenemos modelos de apoyos basados en el enfoque terapéutic y también nos encontramos unas condiciones de partida pues que facilitan un modelo de apoyo terapéutico y que no se cuestiona caminar hacia un modelo colaborativo curricular. Las condiciones de partida es que trabajamos en culturas organizativas muy individualistas, estamos muy acostumbrados a trabajar desde el individualismo, muchas veces la Administración Educativa nos dice que tenemos que colaborar, pero no nos dan ni los espacios ni los tiempos para que colaboremos, por lo tanto todo se reduce al final a procesos de enseñanza y aprendizaje individualistas. Cuando tenemos tiempo de reunirnos, normalmente los contactos, las reuniones que tenemos son muy burocráticas, muy administrativas y los propios prácticos lo dicen, nada pedagógicas, es decir, no se tratan temas realmente que inviten a buscar respuestas conjuntas a los temas que nos vamos encontrando en las aulas. Todo este proceso al final lo que genera es que el profesorado sienta que hay poca responsabilidad por su parte, una falta de implicación, porque la única solución que tienen es que venga un experto a contarles y decirles lo que tienen que hacer. Y finalmente también nos vamos a encontrar con la realidad de los profesionales que se dedican al apoyo y es que ellos se sienten insatisfechos, ellos lo verbalizan y dicen que ven que hay incoherencias entre los distintos agentes que se dedican al apoyo, apoyo externo y apoyo interno, que hay un aislamiento profesional. Dicen algunos profesores de apoyo del centro que sienten que no tienen una integridad con sus compañeros de centros, que se sienten totalmente aislados, hay algunos que dicen que “somos el cajón desastre, al que va a parar todo lo que los demás no quieren hacer”. Los orientadores externos que vienen a un centro algunas veces a la semana también se quejan un poco e indican el carácter experto desde el que trabajan, dicen que no es posible trabajar desde el proceso porque al final su trabajo se vincula exclusivamente a diagnosticar a niños, es un trabajo que lo ven como descontextualizado, evalúan al niño, pasan la prueba y deciden la respuesta que dan, pero no tienen más contacto con las instituciones ni con lo que es la propia organización de los centros. Os voy a poner un ejemplo de dos frases de profesionales de apoyo que hemos trabajado en grupo de trabajos con ellos. Había uno que decía “bueno te sueltan al niño y punto, sacan al niño de la clase y lo mandan a hablar con el tutor”, y tú antes de dirigir tu intervención tienes que centrarte en el niño, en sus problemas, en sus dificultades de aprendizaje, y tratar de solucionar así sin más”, decía. Con esta reflexión se está denunciando el aislamiento desde el que se trabaja y la respuesta que se está dando centrada en alumnos, centrado en el problema. Decía un miembro del equipo externo, dice: “tenemos el síndrome del orientador solitario, vamos a los centros, estudiamos a los niños, hacemos un informe y ahí suele acabar todo”. Aquí hay una crítica en cuanto a qué se interviene, no se trabaja con, se interviene al final sobre, y estamos trabajando desde el modelo de experto. Sabemos que ante un modelo de experto de asesoramiento lo que al final hacemos es generar dependencia. Se trabaja no desde la horizontalidad, sino desde la asimetría. Hay alguien que tiene el conocimiento y hay otra persona que no tienen el conocimiento y eso provoca, genera que tengamos mucha dependencia en los procesos de asesoramiento. Por lo tanto el gran reto debe ser cómo pasar de este apoyo terapéutico a un apoyo curricular, a un apoyo colaborativo a un apoyo institucional. Porque el eje de los procesos de apoyo inclusivo es el currículum común, es decir desde el apoyo inclusivo no quiere decir que no se trabaje individualmente con un estudiante con necesidades educativas. Implica que se trabaje desde el contexto, de la situación, antes de trabajar con un alumno individualmente, por lo tanto eso implica que el currículum se debe adaptar primero a nivel de centro, y sobre todo de aula, es decir, las aulas primarias tienen que enseñar para todos, no enseñar para un prototipo de alumnado, para lo que se llamano una única talla. Como dicen algunas personas, debemos entender que tenemos diversidad en las aulas y tenemos que adaptar esa diversidad para personalizar el proceso de enseñanza-aprendizaje. El eje está en el curriculum, en diversificar ese currículum, trabajemos individualmente con los estudiantes, trabajemos aula, trabajemos lo que trabajemos, pero el foco siempre tienen que ser el currículum, garantizar que todos los estudiantes reciban el currículum común, que es una obligación además que tenemos . Y desde el enfoque o el objetivo institucional partimos también de la idea de que hay que jugar un poco con la redefinición de roles, y los roles están establecidos, tenemos que cambiar las reglas del juego, no puede haber ese rol de experto y ese rol de dependiente, ese rol de apoyo y ese rol de profesor regular, sino que tenemos que cambiar los roles y entender que la respuesta a la diversidad desde un planteamiento inclusivo es responsabilizarse todos los profesionales del centro en la respuesta a la diversidad. Por ejemplo si un alumno o una alumna presenta una necesidad educativa o presenta cualquier otra necesidad, debo de plantearme en qué hemos fallado, es decir, hay un cambio de enfoque totalmente. Antes decíamos el problema lo tiene el alumno, es su problema, se hablaba incluso de un problema inherente, ahora el problema no lo tiene el alumno, el problema lo tenemos nosotros y somos nosotros los que tenemos que buscar soluciones a esas necesidades que están presentando. Por lo tanto supone que la institución se involucre en procesos de mejora y que las aulas tengan que cambiar, tenemos que cambiar la estructura organizativa, la estructura didáctica de las aulas, e ir más allá, es decir si estamos hablando de un apoyo colaborativo podemos dar grandes pasos. Hay enfoques intermedios entre el apoyo terapéutico y el apoyo colaborativo, institucional, podemos hablar de colaboramos, de que trabajamos colaborativamente, pero al final el apoyo se queda en un segmento concreto de la población que tenemos en nuestras escuelas, va dirigido exclusivamente a un alumno determinado. Damos un paso más si entendemos que el apoyo al final puede ser apoyo para todos. En cualquier momento podemos necesitar apoyo y claramente el profesorado es uno de los que más claramente necesita apoyo, las propias familias. Por tanto vamos a cambiar el eje y vamos a cambiar el foco de actuación, vamos a ver el apoyo como algo mucho más amplio, que no sea sólo el apoyo a los estudiantes con necesidades educativas especiales, porque si nos centramos en eso podremos estar hablando de apoyo colaborativo pero no estamos hablando de apoyo inclusivo, es decir, necesitamos replantearnos más cosas. Os voy a mostrar un ejemplo a través de esta figura de lo que supone plantearnos la respuesta a la diversidad como modelo de educación inclusiva. Partimos de que las dificultades de un estudiante indican que en la escuela tiene que cambiar algo y si entendemos esta perspectiva estamos hablando de organizaciones que aprenden y de organizaciones que tienen capacidad, que tienen autonomía y que tienen la independencia para resolver problemas colaborativamente. Estamos hablando de lo que son organizaciones de aprendizaje. El eje que utilizamos para trabajar la respuesta a la diversidad va a ser el currículum común, un currículum común que se trabaja también colaborativamente y que implica que replanteemos y revisemos qué estamos haciendo como organización, estaríamos hablando de organizaciones inclusivas y qué estamos haciendo en las aulas, ¿cuáles son los modelos de enseñanza y aprendizaje que tenemos en las aulas? ¿Enseñamos desde modelos de individualismo, desde un modelo competitivo? Normalmente nos vamos a encontrar esto en las aulas. ¿O enseñamos desde un modelo cooperativo que cambie su propia estructura de apoyo y forma?. ¿Qué estamos haciendo, en qué nos estamos moviendo, estamos trabajando? Y ¿qué tenemos qué hacer, qué tenemos que revisar para pasar a otro modelo de enseñanza- aprendizaje? Por lo tanto entendemos que el apoyo potencia todos los procesos de mejora de atención a la diversidad y el profesorado entiende eso como una responsabilidad propia y como una oportunidad. Es decir, en lugar de decir tengo tres alumnos con necesidades educativas especiales en el aula, tengo dos alumnos de este tipo, dos alumnos de otro, de busca esas categorías, pues vamos a partir del hecho de que haya esa diversidad en el aula va a suponer una mejora en el aula, porque va a incitar a que tengamos que introducir cambios, cambios que lo que buscan es dar respuesta a todo el alumnado y que todo alumno tenga cabida en cuanto a esos contextos de aula, en ese contexto de centro, es decir que el alumno no esté sólo físicamente sentado en un espacio o adelante o atrás de la clase, o todos en grupo y ese alumno al final de la clase haciendo una cosa totalmente distinta, sino que el alumno participe activamente de todos los procesos que se producen en el aula y participar activamente, ser uno más en el proceso de enseñanza- aprendizaje que tiene lugar en las aulas. Por lo tanto si queremos pasar de un modelo terapéutico a un modelo colaborativo, institucional tenemos que deconstruir lo que tenemos y construir algo nuevo. Y deconstruir es complicado en un proceso de educación inclusiva, es un proceso lento, implica pequeños pasos, pero dar pasos aunque sean pequeños. Y deconstruir los procesos de apoyo implica abandonar modelos terapéuticos, modelos parciales de apoyo, modelos desautorizantes que no dan autonomía ni a los centros ni a los sistemas de apoyo, y construir escuelas que se entiendan como una comunidad desde el punto de vista que sea un apoyo para todos y creando redes de apoyo no sólo institucionales, también interinstitucionales, locales, de comunidad. Os voy a dar aquí una definición de una compañera de mi Universidad,. ¿Qué es el apoyo colaborativo? Y es, en definitiva un apoyo que busca la adecuación de la enseñanza a necesidades en situaciones diversas, que se basa, es muy importante, en la igualdad de relación, es decir, entre todos, de la igualdad vamos a buscar definiciones de un problema, alternativas para solucionar ese problema, vamos a desarrollar esas ventajas alternativas y vamos a evaluarlas, y siempre desde la responsabilidad compartida de los distintos profesionales, es decir, para valorar y hablar de apoyos colaborativos implica en primer lugar un cambio en la concepción, es un cambio conceptual, que a veces es más difícil que los cambios prácticos. Es que los distintos profesionales de un centro entiendan que las respuestas a las posibles situaciones que nos está dando la diversidad implica una responsabilidad en conjunto, una responsabilidad compartida, y la responsabilidad compartida está relacionada con la colaboración, la colaboración se vive se entiende al final como una estrategia de aprendizaje, es una estrategia de apoyo, es una estrategia que yo diría que es el eje vertebrador de cualquier proyecto de educación inclusiva, pues sensible a los proyectos educativos, la base para cualquier iniciativa de cambio, para cualquier transformación es la colaboración y colaboración en todos los ámbitos, del profesorado, del alumnado de las familias, no sólo del profesorado sino de toda la comunidad educativa . Algunas de las características que ya os pueden sonar de la colaboración porque ya lo estoy diciendo, la colaboración está basada en lo que son relaciones horizontales, relaciones simétricas, no hay relaciones verticales, estamos todos por igual en la relaciones colaborativas. No hay colaboración si no hay voluntariedad, se basa en los compromisos libres de todos los participantes en el proceso de apoyo. Desde la colaboración se otorga un dinamismo activo a los participantes en los procesos de apoyo también. Valoramos y así se reconoce que haya profesionales con distintos conocimientos, es decir, se ve que es una oportunidad que existan profesionales de distintos ámbitos, de distintos conocimientos porque eso supone una complementariedad en los conocimientos. El apoyo siempre, desde esta perspectiva de apoyo colaborativo es importante, no va participando de presiones administrativas o burocráticas y va a partir más de necesidades de las personas que están involucradas en los procesos de apoyo, que son de las propias instituciones, los propios profesionales que están trabajando en los centros. Y al final lo que pretendemos con una apoyo colaborativo es buscar soluciones conjuntas a problemas que en definitiva son comunes, que todos compartimos en los centros educativos. Hay algunos modelos, ya tenemos experiencias de centros que desarrollan apoyo colaborativo y tenemos modelos organizativos y estrategias colaborativas en los centros. Tenemos desde apoyo que va dirigido a un alumno concreto, que en un momento determinado presenta una necesidad y que tengamos que darle una respuesta individual, a procesos de apoyo que estemos apoyando a las aulas, pues a través por ejemplo de la revisión de la organización de ese aula. Y tenemos también experiencias en las que un profesor de apoyo entra en un aula ordinaria, es decir son las experiencias de dos docentes en un aula. Yo conozco centros en los que han decidido que ningún niño o niña salga de su aula de referencia, de su aula regular, que no haya ningún niño que tenga que salir al aula de apoyo. Hay centros que están organizados de esa manera, pero esos centros además tienen que dar un paso más; estoy hablando de un caso concreto de un centro que este año lo han estructurado así, han estructurado dos docentes en un aula, el profesorado entra en el aula pero el profesional de apoyo a la integración, como lo llamamos en España, entra y trabaja exclusivamente con el alumnado con necesidades educativas especiales. Un paso más puede ser dejar ese docente en el aula pero trabajar con cualquier estudiante, porque al ser diferenciado todavía estamos hablando de un enfoque terapéutico, es decir clarificar colaborativamente para que cualquiera de los dos pueda trabajar con cualquier tipo de estudiante. Sería un paso más, pero ya el hecho de plantearme que ningún niño o niña salga de su aula ordinaria es un pequeño paso que estamos dando en este proceso que es la educación inclusiva. Puede haber también un apoyo al profesorado, pues no se cómo adaptar el aula a la diversidad. Pues vamos a trabajar conjuntamente, vamos a ver todos los días que sea más adecuado. Vamos a ver también el apoyo a las familias, formación, prevención, Formación para la familia, existen centros educativos donde se crean escuelas de padres, los padres también van a la escuela a formarse. Es decir existen distintas estructuras, distintos modos de organizar el apoyo que permiten plantearse la respuesta institucional, la respuesta inclusiva a la diversidad. Y desde el enfoque de la inclusión hablamos de apoyo curricular, apoyo colaborativo, entendido como un proceso desde el concepto, con necesidades de organizar o flexibilizar lo que se hace en las aulas, que los centros tengan autonomía para organizar sus centros, por ejemplo los espacios laborales, importante para organizar los apoyos, y también que las aulas de apoyo se abran, que sean aulas para todas las personas que están en las instituciones educativas, que no se conciban como espacios cerrados, aislados, sino que se abran esas aulas. Estamos hablando desde el modelo de la educación inclusiva en cuanto al apoyo con dos estructuras, es decir los apoyos formales tienen que existir. Muchas veces se critica al modelo de educación inclusiva que rechazamos todo lo que hay de especial, rechazar todo lo que había antes vinculado a especial, eso no es así. Es decir hablamos de que estos modelos tienen que existir, tienen que existir estructuras de apoyos en los centros, tal como están ahora, es decir, profesionales de apoyo externo y profesionales de apoyo interno. Es cierto que lo que se tienen que unificar es cómo se hace y a quién va dirigido, se tiene que cambiar el enfoque, pero esos sistemas de apoyos tienen que existir en los centros y tienen que existir o coexistir con estructuras informales de apoyo y eso tiene que decir que tenemos que optimizar todos los recursos que tenemos en un centro. Las estructuras informales sabemos qué son, son el alumnado, es decir vamos a potenciar las redes naturales de alumnos, y eso tiene distintas metodologías, tenemos desde el aprendizaje cooperativo, que es la ayuda mutua entre los estudiantes, es decir tenemos distintas estrategias que nos permiten optimizar el recurso del alumnado que nos puede dar mucho juego y sacar mucho partido a la ayuda mutua entre estudiantes. Pero también vamos a optimizar los recursos que tenemos en el centro, los recursos docentes y eso implica trabajar grupos entre profesionales de distintos centros, grupos entre escuelas, grupos de docentes del mismo centro, grupos de apoyo del profesorado, es decir podemos tener distintas estructuras informales en un centro, que estén desarrolladas y diseñadas por todos los profesionales que trabajan en una institución educativa y que se tienen que ver de manera complementaria a algo que son los procesos de apoyo formales, es decir, tienen que coexistir, tienen que convivir en la institución educativa tanto el apoyo formal como el apoyo informal. Os voy a presentar experiencias en las que yo directamente he trabajado para poner en marcha distintos planteamientos o acercamientos al apoyo colaborativo. Por espacio de tiempo me voy a ceñir a cuatro experiencias en las que directamente he tenido la oportunidad de participar. Y una de ellas el apoyo entre colegas significa dos docentes en un aula. Otra de ellas son los GAEP, que empiezan en el Reino Unido, luego vienen a España, Brasil también está trabajando los grupos de apoyo entre profesores. Vamos a hablar de los grupos de apoyo entre profesionales y los grupos de apoyo inter institucional. Voy viendo un poco, voy mencionando algunas veces los modelos más teóricos o desde la experiencia práctica para que veáis cómo se puede trabajar lo que es el apoyo a la diversidad en la inclusión. Un centro decidió trabajar lo que hemos llamado teóricamente apoyo entre colegas, y eso es que dos docentes dan una clase conjuntamente. En un centro de primaria y decidió que cuando el profesor regular se quedaba liberado determinadas horas porque entraba un especialista en el aula, ya fuera el profesor de educación física o el profesor de inglés, esas horas que quedaba liberado pues lo que hacía era entrar en el aula de otro compañero, solía entrar en las aulas en las que se estaba dando áreas instrumentales, se trabajaba sobre todo colaborativamente matemáticas y lengua. Entonces durante ese período dos docentes habían planificado, porque la planificación previa era necesaria, habían planificado y habían compartido una clase conjuntamente. Tenemos también el caso de profesores de apoyo que entran en el aula para compartir una lección, una clase con otro compañero. La base de dos docentes en un aula es lo que es la ayuda puntual, la colaboración, la igualdad de relaciones e implicarse colaborativamente en procesos de atención a la diversidad. El siguiente ejemplo es lo que se llama grupos de apoyo entre profesores, cuando un centro decide que tiene que crear un grupo de apoyo entre profesores implica que introduzcamos un proceso de formación en los centros, desde la propia institución se tiene que decidir que quieren que haya un grupo de apoyo entre profesores, se llaman GAEP y que va a ver tres personas determinadas de ese centro que van a formar ese grupo de apoyo entre profesores. Un grupo de apoyo de profesores está compuesto normalmente por un miembro del equipo directivo, puede ser un miembro del equipo directivo, puede que no, si no quiere nadie del equipo directivo pero sí alguien que cuente con más experiencia en el centro, un profesor o profesora que tenga menos experiencia docente, que sea joven que acabe de entrar en ese centro y siempre va a haber un profesorado de apoyo. La idea es que todos, todo el colectivo del centro se vea representado en ese equipo, por eso se crea esa estructura. Cuando se decide participar en los GAEP o grupos de apoyo entre profesores, empieza un proceso de formación, es decir hay formación desde el equipo de la universidad o desde los asesores de formación que empiezan a dar formación sobre todo en estrategias de colaboración y resolución de problemas colaborativamente. Una vez que ese profesorado que forma una GAEP está formado comienza en el centro educativo la fase de sensibilización o una campaña de publicidad es para informar al resto que ellos están ahí, que existe esa estructura y que están para trabajar con ellos y ayudarse mutuamente. Por lo tanto el apoyo de los grupos de apoyo para profesores se concibe como un apoyo para el profesorado, es del profesorado para el profesorado. La forma de trabajar un GAEP es a través de una reunión, en España lo estamos haciendo así, el profesorado algunas tardes a la semana tienen horas exclusivas, en esas horas exclusivas que las dedican a asuntos relacionado con su planificación, para reuniones o para otras cuestiones que no son las meramente académicas del día a día en las aulas, pues este grupo de apoyo entre profesores tiene un espacio concreto y un tiempo para reunirse. Suele ser en la sala común, en un espacio más pequeño, que haya una cercanía entre los participantes y los profesores de apoyo y se reúnen en torno a una hora u hora y media, pero las reuniones con las personas que reclaman apoyo suelen durar cuarenta y cinco minutos. Las estrategias de trabajo son básicamente la toma de decisiones, la resolución de problemas colaborativamente y todo lo que son estrategias de comunicación asertiva. Sabemos que para la colaboración es importante la comunicación, lo que son mensajes conductores, facilitadores de la comunicación, la escucha activa, es decir se trabaja un poco desde todo lo que son las estructuras de comunicación asertiva. Cuando hay una persona, vamos a imaginarnos lo que sería el ejemplo, que quiera que en nuestra organización haya un grupo de profesores, es decir nuestro plan queremos que haya un apoyo que esté dinamizado por un grupo de apoyo entre profesores. Hay una persona, al principio cuando empezamos a formar grupos de apoyo entre profesores en los centros hay un poco de falta de costumbre y cuesta trabajo que las personas acudan al grupo de apoyo entre profesores. Una vez que empieza la dinámica hay una persona o un grupo de personas que son demandantes de algún apoyo, pues pueden decir que tienen dificultades con un alumno concreto, o no saben qué hacer en el aula para evitar conflictos, o no saben cómo implicar a la familia en el aula, problemas diversos y van al grupo de apoyo entre profesores. Desde que esa persona entra en el grupo de apoyo entre profesores, es un miembro más del grupo. Es decir, no se establece el carácter de experto, no es el grupo de apoyo entre profesores los que van a dar las soluciones, sino que se van a crear soluciones colaborativamente. Por lo tanto hay una primera toma de contacto, después de esa toma de contacto se establece cómo van a ser esos procesos de búsqueda de soluciones a los problemas que tienen en común y la persona que va a reclamar ayuda expone cuál es su problema y entre todos definen el problema y van viendo cuáles son las posibles causas del problema, es decir entre todos van viendo y estudiando cuáles son las causas, de todas las causas que van viendo van priorizando cuáles son las causas que están más directamente relacionadas con el problema, porque esta priorización lo que permite es actuar. Es decir, hemos encontrado ocho causas a un problema, no vamos a actuar sobre todas, vamos a empezar por la que consideramos que es más prioritaria, y entre todos diseñan soluciones o planteamientos para acabar con el problema, están tomando decisiones sobre qué tienen que hacer en la práctica y ese profesor o profesora de departamento, cuando sale de la reunión del grupo de docentes se encuentra con un planteamiento de acción, un planteamiento de intervención de puesta en práctica de lo que el equipo de profesorado, esos cuatro miembros han decidido que tienen que hacer para solucionar el problema, y al mismo tiempo hay un seguimiento, es decir, pasado equis tiempo, una semana, cuatro semanas, nos vamos a reunir y vamos otra vez a abordar ese problema hasta que consideremos que está solucionado. Y esta es la dinámica que suele seguir un grupo de apoyo al profesorado, de nuevo basado siempre en colaboración, ayuda mutua y lo que es más importante, el foco no es el alumno exclusivamente con necesidades educativas especiales sino que es un foco de apoyo dirigido a toda la institución educativa. Existen otras experiencias, por ejemplo el apoyo interprofesional, hace unos años tuvimos un grupo de trabajo en los que se reunían miembros del apoyo interno, miembros del apoyo externo, profesorado de universidad relacionado con la atención a la diversidad, asesores de formación relacionado con la atención a la diversidad y que consistía en que periódicamente, en este caso nos reuníamos mensualmente, pues nos reuníamos para tratar de buscar respuestas, mejoras a distintas situaciones que nos estamos encontrando en la práctica. Podrían ser análisis de casos concretos, o buscar elaborar un material concreto para trabajar en las aulas, es decir, decir que lo que se valoraba era la complementariedad y las aportaciones que podíamos hacer cada uno desde nuestro ámbito de trabajo, se estaba valorando lo que era la diversidad de experiencias profesionales que estábamos llevando a estos grupos. Y la idea era un poco hablar del trabajo conjunto, pues valorar el problema desde nuevas visiones, al final la colaboración es importante, pues cuando trabajas con profesionales que no son de tu ámbito pues se ve el problema desde otra perspectiva. Esta experiencia la estuvimos trabajando un par de años y después precisamente a partir de esta experiencia de profesionales, los miembros del apoyo interno que estaban antes empezaron a trabajar esta experiencia, lo que habíamos comentado antes los grupos de apoyo entre profesorado los GAEPs, es decir, porque lo que allí se vio un poco era toda esa situación de aislamiento, de formación, que estamos viendo en la práctica y buscaban otra forma de trabajar, de organizar el apoyo. En este grupo fue la respuesta del grupo de apoyo de profesores, en otros grupos se pueden tomar otro tipo de opciones, en este centro se decidió esta y se comenzó el proceso de los GAEPs. Finalmente tenemos otro ejemplo como son los apoyos interescuela, los apoyos interescuela están también en el Reino Unido bastante consolidados, y los apoyos interescuela son distintas escuelas trabajando colaborativamente. Podemos encontrar desde redes de escuelas en la que se da un apoyo puntual. Imaginemos el tránsito, centros que decidan trabajar el tránsito de alumnado con necesidades educativas especiales de primaria a secundaria, tienen unos contactos puntuales para organizar ese tránsito. O podemos hablar de instituciones que se llaman, en el contexto anglosajón, federaciones de escuelas, que se reúnen periódicamente, tienen un tiempo establecido, pues cada 15 días, cada mes, se reúnen para trabajar distintos problemas que comparten, problemas que tienen que ver con las aulas, con el centro, con las familias, el tema que ellos decidan pero serán apoyos mutuos, cada vez distintas instituciones que están trabajando un tema común. Tenemos centros educativos que están en distintos pueblos que han decidido que quieren trabajar en las aulas con un modelo cooperativo, pues se han organizado en estructuras para que esos centros educativos se reúnan con un seguimiento presencial y virtual para apoyarse mutuamente en la puesta en marcha del apoyo colaborativo en las aulas. Ese también es otro ejemplo de apoyo colaborativo interescuela. ¿Qué consecuencias tenemos para el tema de los profesionales que están dedicados al tema de responder a la diversidad que hemos visto que tienen que ser todos los profesionales de la educación? Pues implica cuestionarse y replantearse bastantes cuestiones referidas a lo que es la formación inicial y la formación en servicio o la formación permanente. La única reflexión no es suficiente, es necesario reflexionar sobre la práctica pero no es suficiente, para abordar este modelo de apoyo en todo lo que implica la educación inclusiva debe ser una formación que sea reflexión, que sea acción, vamos a reflexionar sobre nuestra realidad, sobre nuestra práctica, vamos a ver qué podemos cambiar, qué vamos a cambiar, vamos a actuar y vamos a volver a reflexionar sobre lo que hemos hecho, es necesaria una evaluación, un seguimiento sobre lo que se ha ido haciendo, es decir estamos hablando de círculo de investigación, acción, reflexión, acción reflexión. Si planteamos que la respuesta a la diversidad es una respuesta compartida, tenemos que pensar que la formación debe ser para todos, es decir todos nos tenemos que formar en responder a la diversidad desde un planteamiento colaborativo, desde un planteamiento inclusivo, con un planteamiento amplio y la formación se tiene que revisar tanto en las estructuras iniciales en la formación inicial, magisterio, hasta la formación permanente, es decir se tienen que establecer canales para que esta formación llegue a todo el mundo. También la idea de la necesidad de formación de las personas que se están formando, que forman a los profesionales de la educación y cambiar un poco el ámbito, es decir que los formadores no sólo seamos profesionales de educación especial, o profesionales de atención a la diversidad, sino que los profesionales pertenezcan a distintos ámbitos, también te da más riqueza porque estamos viendo que se necesita una reestructuración organizativa para la reestructuración de aula, por lo tanto no puede ser sólo los profesionales de atención a la diversidad los que se dediquen a este tipo de formación. Y bueno, la necesidad un poco de que la formación parta de la escuela, tiene que partir de abajo. En la experiencia también, yo participo en muchos procesos de asesoramiento en formación, cuando hacemos formación externa el resultado en la práctica es mínimo. Tenemos en Sevilla centros de profesorado que se dedican a formación, pues hay un modelo de centro que está en Sevilla que tiene cien actividades de formación externa, formación en centros muy poca, y el impacto en la práctica es mínimo. Cuando va un profesor o profesora de un centro o de otro centro eso luego cómo se traslada al aula o al equipo docente, ni se traslada a la práctica. La experiencia nos dice que la formación tiene que partir de las necesidades del propio centro, desde la realidad de los centros, y desde los centros, y sólo así se puede hacer reflexión, acción, reflexión, si no a nivel individual es bastante complicado. Y voy a terminar la exposición con algunos retos o desafíos que suponen para todos los modelos de apoyo colaborativo e institucional. Muchas veces se ve el apoyo formal e informal como enemigos, como que nos quitamos las compotencias unos a otros, hay centros que lo viven de esa manera. Tenemos que ver el apoyo formal y el apoyo informal como dos formas de apoyo que son complementarias, y que tenemos que hacer compartir prácticas y compartir conocimientos. Ambas fórmulas, tal y como las hemos planteado, son posibles, es decir, ninguna de las dos niega a la otra, tenemos que tener procesos en los que coexistan y convivan ambos tipos de apoyo, y maximizar al máximo los procesos de apoyo formales y optimizar también los procesos de apoyo informales. Es muy importante que los prácticos de la educación, es decir, los maestros y las maestras den valor a su conocimiento práctico, a su conocimiento, ahí está también la base de la colaboración, porque muchas veces buscamos respuestas en lo externo, creemos que el conocimiento experto nos va a dar respuesta, es decir, el conocimiento experto es un curso externo, creemos que nos van a aportar mucho más que los propios conocimientos que tenemos nosotros y tienen que empezar a valorar su conocimiento práctico que es mucho y a tener confianza en sus conocimientos prácticos. Porque si trabajamos desde abajo, desde el aula, precisamente vamos a trabajar con el conocimiento práctico. También es necesario, y ya lo he ido dejando caer y he ido diciendo, que es necesario que reconsideremos la base del apoyo, si queremos estructurar el apoyo colaborativo, en la que colaboremos, en la que entendamos que la responsabilidad es compartida, pero que al final sea nueva una respuesta única y exclusivamente al alumnado con necesidades educativas especiales, habremos avanzado en algo, pero no habremos conseguido una respuesta inclusiva a la diversidad. Es decir, tenemos que replantearnos y reconsiderar el foco del apoyo en la diversidad de que sea un foco mucho más abierto, más amplio y precisamente por la .novedad, la innovación de este tipo de apoyo es necesario que valoremos realmente la efectividad de la colaboración, como un acto de fe, muchas veces pensamos que estamos colaborando y realmente no se produce colaboración, se puede producir cooperación, se puede producir coordinación, pero no colaboración. Entonces debemos empezar también paralelamente entre las instituciones que están previstas para hacer todos estos procesos a investigar y a evaluar realmente la efectividad de la colaboración. Y con esto finalizo lo que es la presentación de la propuesta de formación y del apoyo. PONENCIA: EDUCACIÓN INCLUSIVA. UN DESAFÍO PARA LOS SISTEMAS EDUCATIVOS Anabel Moriña Pues esta es mi última intervención en las Jornadas, porque cuando acabe me marcho para España. Deciros que ha sido un placer compartir estos días con todos vosotros y con todas vosotras, sinceramente. La idea un poco que me transmitían desde la organización para el día de hoy era abordar un poco lo que era la conceptualización de la educación inclusiva. La voy a plantear desde el punto de vista de los distintos sistemas educativos, de lo que supone el desafío de los sistemas educativos como respuesta inclusiva, como un movimiento que está ganando terreno en luchar contra la exclusión social. Desde este planteamiento y dependiendo del sistema educativo que estemos tratando podemos encontrar realidades distintas. Podemos encontrar aquellos sistemas educativos que tienen que luchar por definir lo que son inclusiones estructurales y eso implica garantizar la educación para todos los estudiantes, para todas las personas. Nos podemos encontrar también con sistemas educativos en que existan planteamientos paralelos, sistemas educativos paralelos y se debe luchar también por eliminar sistemas paralelos de educación. Pero también nos podemos encontrar sistemas educativos que conciban que sus procesos son inclusivos, pero que dentro de los propios centros educativos encontremos prácticas de integración escolar. Por lo tanto es un reto que actualmente se deben plantear en los sistemas educativos. El planteamiento que voy a hacer a lo largo de la ponencia gira en torno a cuatro apartados principales. Voy a presentar brevemente lo que supone la educación inclusiva, es decir qué es la educación inclusiva, y cómo podemos conceptualizarla. Posteriormente me centraré en cuáles son las condiciones organizativas y didácticas de los centros y aulas que responden a la inclusión porque desde ese marco debemos trabajar, es decir el propósito es desarrollar esas condiciones en la institución y debemos desarrollarlas en función de cómo lo van haciendo centros con una orientación inclusiva. A partir de ahí, surgen cuestiones pues sabemos el qué, sabemos qué tenemos que hacer, voy a tratar algunos planteamientos de cómo desarrollar actuaciones inclusivas. Y finalizaré la exposición con algunas ideas, algunas líneas, algunas direcciones que podemos seguir si decidimos que queremos caminar hacia la educación inclusiva. Comenzando por el concepto de educación inclusiva o cómo podemos entender el modelo de educación inclusiva, ciertos modelos de implicación escolar, yo lo resumiría en cuatro aspectos: La educación Inclusiva es un derecho humano, es el derecho que tiene cualquier persona a recibir una educación, pero no sólo eso, sino a recibir una educación con sus iguales considerándose esa persona como un miembro más de la organización. Por lo tanto estamos hablando de cuestiones de derechos humanos. También la educación inclusiva es una cuestión social, es decir, no puede ir por un lado la educación y por otro lado la sociedad, sino que van interconectados, y cuando estamos hablando de cuestión social, también estamos hablando de que el centro educativo tiene que abrirse al contexto social en el que está inmerso, tiene que haber relaciones en los comunidades sociales o los sistemas educativos con los centros educativos. También diría yo que la educación inclusiva es una forma de vivir, una forma de posicionarse ante la realidad, es apoyar al desconocido, valorar al desconocido y también diría que es una ideología, supone la educación inclusiva una ideología y desde el planteamiento del modelo de educación inclusiva es un camino importante para conseguir la equidad. Es decir, estamos hablando de educación inclusiva, de respuestas equitativas, que no es lo mismo sabemos que igualdad, es decir, la equidad supone un planteamiento que estamos ya trabajando en educación inclusiva, tener en cuenta todos los alumnos y ayudar al que más lo necesita. Desde el planteamiento de la educación inclusiva debemos apostar, debe ser un camino que nos obligue a elegir y además lo entendemos como un proceso. La idea de proceso en la educación inclusiva es necesario, porque desde este planteamiento vamos a definir centros inclusivos, vamos a decir centros que caminan hacia la inclusión, centros que caminan o que tienen una orientación inclusiva, pero no existen centros inclusivos, porque plantearte que tu centro es inclusivo es plantearte ya un estado, por lo tanto el estado te inmoviliza, llegar a un estado es que no avances, y la educación inclusiva realmente lo que plantea es que es un movimiento continuo, un movimiento en el que vamos introduciendo continuas mejoras, es decir, el centro perfecto es el centro imperfecto, el centro que se ve a sí mismo como imperfecto y que está continuamente buscando procesos o buscando respuestas para ir incrementando prácticas de inclusión. Y en un sistema, en un centro educativo no existe un espacio neutral, y en todos los espacios nos tenemos que posicionar y tenemos que tener claro hacia dónde nos dirigimos, si nos dirigimos hacia prácticas de inclusión, si somos conscientes de que a veces determinadas prácticas que desarrollamos en las aulas, en los centros, estamos buscando prácticas de inclusión, es decir, tenemos que ser conscientes de que en cualquier ámbito de la institución educativa implica que consideremos que no es un espacio neutral, y la idea de proceso viene de que hay que empezar a trabajar desde los procesos, desde la base, poco a poco, planteándonos pequeños retos, pero siempre teniendo la mirada a largo plazo. Y en todo esto hay muchas definiciones, muchos autores, muchos trabajos sobre educación inclusiva, yo os presento una definición de Tony Booth que hizo y viene a definir lo que comentaba anteriormente y este sería un punto de partida para contextualizar la educación inclusiva. Y es un proceso que consiste en responder a la diversidad de todo el alumnado extensible en nuestra organización educativa y satisfacer mediante una mayor participación activa, pertenencia, la presencia, la voz de todas las personas, los distintos elementos de una organización educativa, teniendo siempre como meta, como propósito, eliminar cualquier práctica, cualquier proceso de exclusión. Esa sería la definición que podría enmarcar conceptualmente el modelo, el movimiento de educación inclusiva. Y si entendemos que esta es la definición supone que se deriva una serie de implicaciones, implicaciones que tienen que ver con el hecho de que todas las personas tienen derecho a recibir una educación porque es justo en un sistema único y en su entorno. Estamos hablando de cuestiones de justicia también. Tiene también que ver que tenemos que buscar mecanismos que eliminen las barreras de la participación y el aprendizaje de los alumnos. Y a continuación voy a mostrar distintas reflexiones relacionadas con un estudio que hemos realizado recientemente en la Universidad de Sevilla. Es esta investigación buscábamos conocer cómo construyen la exclusión social jóvenes que han sufrido procesos de exclusión desde el punto de vista amplio, identificando barreras y ayudas en su trayectorias sociales. En concreto vamos a ver barreras que identificaban en sus trayectorias educativas. Y la idea que planteamos, y os voy a poner ahora algunos ejemplos, cuáles son estas barreras, qué tenemos que hacer para ir eliminando estas barreras. Por ejemplo los grupos que hemos trabajado en inclusión social han sido grupo de discapacidad, grupo de género, grupo de social y grupo cultural. Decía Sergio en su historia de vida “porque yo quería ser uno de ellos, pero ellos no me aceptaban, a veces no me dejaban, no me gustaban los niños que se reían de mí, porque ahí veía yo como que yo no era nadie, como que ese niño se está riendo de mí, se está riendo de mí, porque seguro que es más que yo, yo no soy nadie” y le preguntaba “¿cómo le demostrabas tú que querías ser parte de ellos? Pues yo me acercaba a jugar con ellos, intentaba hablar de animales y ellos hablaban de futbol, por ejemplo”. Aquí estamos hablando de un tipo de barrera que es la propia red social, los propios compañeros que además se ha presentado en el estudio que hemos terminado como una de las barreras más dolorosas porque el proceso de exclusión se vive como un proceso doloroso en las personas que han vivido la experiencia de exclusión. En este caso es el rechazo social que sienten de sus iguales, sus propios compañeros del aula, del centro educativo. Tengo más ejemplos como Sara que decía que “lo de los empollones tenía mucha guasa, porque la maestra decía que no se mezclaran con nosotros porque decía que se iban, porque no éramos buenas influencias para ellos,Una maestra se lo dijo delante de mí, es de un barrio de un pueblo de Sevilla, el barrio tiene mala fama, y otro que fue director del CEP le dijo que no se juntara con los niños, con los alumnos del N del tal colegio que sabían que era de tránsito, de un contexto más desfavorecido”. Y al final lo que estamos trabajando con esos estudiantes es cómo se construye la indentidad. Había otra reflexión, decía Ana, “era conocida por la dificultad de aprendizaje, por ese aspecto pero nada más. Le preguntamos ¿conocida por tus compañeros? Y por otras clases también, decía, ¿por Profesores? Todos los profesores conocían mi nombre y ya saben quién soy. ¿y eso cómo te hacía sentir? ¿Cómo me hacía sentir? Muchas veces había momentos, muchos, que deseaba ser normal, de alguna manera”. Aquí están denunciando barreras que tienen que ver con el aprendizaje, con la contextualización de la diversidad, en todo este planteamiento no se ve la diversidad como algo común, como un valor, como algo rico, sino que se está planteando la diversidad en relación a la construcción de un alumno tipo, desde un concepto de normalidad, todo el que no entra en este concepto de normalidad queda fuera del sistema educativo, de los procesos de apoyo. “Yo le pedí a la logopeda que me ayudase a redactar y resumir y ella me decía mira eso a mí no me corresponde a mí lo que lo que me corresponde son las fotocopias que te doy. A las clases de logopedia yo no les daba valor ninguno porque me daba texto de trabajo de vocabulario, de sinónimos y antónimos de esos y solamente me decía lo que estaba bien o lo que estaba mal, lo buscaba en el diccionario y lo ponía así, pero ella nada, prácticamente no sabía su significado”. También da mucho qué pensar esta reflexión en cuanto a los sistemas de apoyo. Y también en cuanto a las aulas ordinarias decía Sergio que “algunas veces me echaba cuenta el profesor, porque ellos explican una cosa a los veinte alumnos y yo estaba haciendo una cosa distinta que el profesor me mandaba, pues algunas veces me daba una vuelta, ¿qué Sergio cómo va eso, esto y lo otro?”. Aquí estamos viendo prácticas, estamos enseñando de forma muy general, todo el que no entra en ese patrón recibe un currículum totalmente distinto, no tiene nada que ver lo que estaba haciendo Sergio con lo que estaba haciendo el resto de sus compañeros y compañeras de aula. Y la última reflexión acerca del currículum se transmite en las aulas, que como yo no hacía las mismas cosas que ellos, pues eso que no, me daban cosas que no servían para nada, en una palabra, pues ellos también me echaban para un lado, me daban cosas que no servían para nada, me daban cosas, pues eso, eran tonterías, cosas fáciles de hacer, que no producían nada, que no me hacían pensar nada, eso, nada, y normalmente estaba siempre haciendo cosas distintas de los demás, siempre, siempre estaba haciendo cosas distintas y se cuestiona mucho el hecho, lo que supone ese proceso no de inclusión, de integración. Está físicamente pero no participa, y está pero no valorar lo que le está transmitiendo; por lo tanto esto es una realidad, esto son las voces muy importantes de personas que están sufriendo procesos de exclusión, es una denuncia, están diciendo algo y estamos viendo en nuestro sistema, en nuestro centro educativo qué está fallando y esta es la línea que tenemos que empezar a trabajar, esto no se puede dejar que pase en un centro educativo. Supone posicionarte y tener claro cuál va a ser esa posición, desde estos planteamientos la única respuesta, una posibilidad es la educación inclusiva, en la que realmente planteemos que haya una visibilidad de todos los estudiantes, es decir de la invisibilidad que tienen algunos de nuestros estudiantes a la visibilidad de todos los estudiantes. Todos forman parte de una comunidad, todos son valiosos, todos tienen el derecho de aprender y el derecho a sentirse partícipes de esos procesos educativos, no sentirse totalmente aparte. También podríamos estudiar porqué existe esa exclusión, es una forma de exclusión. También implica esta concepción teórica de la educación inclusiva entender y pasar de entender la diversidad como un problema, a veces nos lo planteamos sólo como negativo, la diversidad como un problema que tengo en una clase, quiero quitármelo, no se qué hacer. De la diversidad como un problema, y hablando de la educación inclusiva, estamos hablando de la diversidad como una riqueza, de la diversidad como una oportunidad, de la diversidad como un valor, que es posible a través de la diversidad mejorar los centros, mejorar las prácticas. Y por supuesto, ya lo veíamos ayer, esto no se puede hacer sólo, claramente esto no lo puede hacer un profesional de apoyo de un centro, esto implica pasar de la responsabilidad única de un profesional de apoyo a la profesional compartida de todos, de todo el profesorado que está implicado en ese proceso educativo. Por lo tanto estamos hablando de un cambio de roles, un cambio de formación también, es necesario que se replantee la formación de profesorado, que se trabaje la educación inclusiva en la formación del profesorado, que se replantee la formación permanente del profesorado y hablo de una formación permanente del profesorado en cuanto a lo que es la respuesta a la diversidad para una educación inclusiva, y la respuesta a la diversidad comienza en las propias aulas, ¿cómo diversificamos los ritmos, cómo adaptamos el aula a la diversidad, trabajamos sólo con el libro de texto, trabajamos con todos los niños por igual o vamos a entender que hay distintos ritmos, distintas características y tenemos que organizar nuestro proceso de enseñanza para esa diversidad que hay en el aula? Es decir implica una formación que vaya dirigida a esos aspectos. Teniendo siempre en cuenta que cuando estamos hablando de educación inclusiva siempre el eje, siempre vamos a planificar, vamos a organizar centros, teniendo como base el currículum común, va a ser un currículum común que se diversifica, que se personaliza, pero siempre vamos a tener como base ese currículum común que es fundamental que llegue a todo el alumnado, es también nuestra obligación, que ese currículum común llegue a todos los estudiantes. Y finalmente la educación inclusiva tiene como meta la calidad, la calidad en la educación para todos, quiero hacer aquí hincapié en un caso porque no todo el mundo concibe la calidad de la misma manera, hay sistemas de educación para los que la calidad es la eficiencia, y hay sistemas educativos para los que la calidad supone una selección, y si estamos seleccionando a los mejores estamos excluyendo a determinados estudiantes. Aquí en este contexto de educación inclusiva hablar de calidad implica hablar de equidad en educación, es decir estamos hablando de una propuesta equitativa en la educación, no seleccionando, no separando a los mejores de aquellos que no son considerados como útiles para este proceso de selección, para los ranking, hay sistemas educativos que tienen unos ranking extremadamente significativos. Estamos hablando de concepción de la calidad como la respuesta equitativa a todos los estudiantes. Para finalizar con la conceptualización de la educación inclusiva me gustaría hacer unas reflexiones en cuanto a lo que supone la educación inclusiva, es un movimiento mundial, es un movimiento contra-armónico, y el movimiento mundial que se está dando actualmente en todos los sistemas educativos. La lucha, la búsqueda, el replanteamiento de cómo transformar nuestros sistemas educativos, desde sistemas educativos más centrados en modelos de integración escolar a modelos educativos que quieren pasar a la educación inclusiva. Es un reto importante que tienen muchos sistemas educativos, pero queremos entenderlo, porque es un proceso, como un proceso gradual, es un movimiento joven, y es joven porque técnicamente tenemos trabajadores de no hace muchos años, y sabemos la Declaración de 1994, publicaciones de esas fechas hay muchas, no se ha llegado a publicar el cuanto al qué es la educación inclusiva, pero realmente la práctica, en cuanto a sistemas educativos que estamos hablando es un tema que se está trabajando de hace un par de años atrás. Actualmente es cuando se están cuestionando muchos sistemas educativos introducir el concepto de la educación inclusiva en la organización, y eso implica aceptar la diversidad en esto de la educación inclusiva. Es un movimiento joven que tenemos que dejarle tiempo para que vaya profundizándose en el modelo de la educación inclusiva. Es un modelo educativo que propone escuelas donde todo el mundo pueda participar, sea entendido como alguien valioso en ese centro educativo. Tomando la frase de los movimientos ecologistas es un proceso que implica pensar localmente, desde esta perspectiva porque pensamos que la educación inclusiva se debe empezar desde abajo, desde el desarrollo local, poco a poco aunque tengamos una gran meta, aunque tengamos una gran perspectiva. Muchas veces se dice que la educación inclusiva como una utopía, para ilustrar que la utopía lo que te permite es caminar, avanzar, pues precisamente ver esto como una gran meta, muchas cosas hay que hacer porque implica trabajar muchos aspectos, pero hay que empezar a actuar, actuar desde abajo, actuar poco a poco y actuar localmente. Y en ese sentido un camino que hay que recorrer siempre a largo plazo, con pequeñas metas, pasito a paso, poquito a poco y por supuesto volver a replantear la necesidad de implicación de todos en el proceso, es decir, debe implicarse no sólo el profesorado, también la familia, el alumnado, los sistemas políticos, es decir, debe ser una respuesta global de todos los participantes en organizaciones. Una vez visto el concepto, vamos a ver, porque claro nos tenemos que preguntar si esto es la educación inclusiva, la siguiente cuestión sería ¿existen centros que desarrollen prácticas inclusivas? Y si existen centros que desarrollen prácticas inclusivas ¿cómo son esos centros? ¿por qué esos centros caminan hacia la inclusión y otros centros no caminan hacia la inclusión? ¿cómo son organizativamente? ¿qué facilitadores tienen? ¿cómo son las aulas inclusivas? En este proceso a través de distintos estudios y proyectos que hicimos y búsquedas de experiencias, visitas a otros países otros centros educativos, pues al final el esquema al que llegamos es que en los centros podemos agrupar la educación inclusiva en tres ámbitos o existe una serie de facilitadores para educación inclusiva en tres ámbitos: desde conceptos externos, condiciones externas del centro, que los propios centros tienen muy poco que hacer ahí, pero que es interesante conocerlas, desde condiciones organizativas de los centros que hay, a nivel local, las condiciones que os voy a presentar serían válidas para autoanalizar un centro, en qué estado está cada una de esas condiciones y comenzar a caminar en esas condiciones y elegir una de ellas, tener como meta alguna de las que os voy a presentar. Y por último también si queremos hacer un aula inclusiva, ¿cómo podríamos hacer un aula inclusiva? ¿Cuáles son las características de un aula inclusiva? Comentando las condiciones externas, que voy a hacer referencia brevemente pues se veía que la mayoría de centros que tenían una educación inclusiva pues tenían unas características externas concretas pues por ejemplo la sociedad en que está un centro educativo, si es una sociedad inclusiva, una sociedad que valore todos los son los elementos de la inclusión va a ser un facilitador para desarrollar prácticas inclusivas. También si tenemos una política educativa apoyando estos procesos de educación inclusiva, que no nos esté poniendo barreras, que no nos esté cuestionando, que no nos esté evaluando todo lo contrario, pues si tengo una política educativa que favorece los procesos de inclusión actuará como una ayuda para mover a los centros a la acción a desarrollar prácticas inclusivas. También hemos visto que la zona geográfica donde está un centro educativo también es significativo para desarrollar prácticas de inclusión. Por ejemplo en Sevilla nos salió que en Sevilla capital las respuestas de mejora para la diversidad eran mínimas, se estaban dando respuestas al problema en zonas periféricas o en pueblos concretos, pero en la capital no aparecía prácticamente ninguna práctica. También hemos visto que estos centros educativos, llamados de educación inclusiva pues contaban con un apoyo del centro, un apoyo institucional, alguna figura externa que le había impulsado, le había ayudado en este proceso de educación inclusiva, podía ser algún asesor o asesora de formación, podía ser profesorado de Universidad, pero siempre había que contar con alguien externo y esto nos hace pensar que el apoyo de fuera, el apoyo pensando en un proceso, el asesoramiento de proceso, no el asesoramiento de contenido es muy valioso para iniciar y desarrollar procesos de educación inclusiva. También veíamos que en los procesos que desarrollaban prácticas de educación inclusiva había una colaboración inter-escuelas, institucional, es decir, distintos centros educativos se reunían con una asiduidad para plantear mejoras en el proceso educativo. Y por último os comento en un estudio que hizo en el Reino Unido aparecía la financiación como un elemento también importante de la educación inclusiva. Aquellos centros más innovadores, que contaban con respuestas de educación inclusiva también habían tenido apoyo financiero. Dicho esto no podemos tomar, por ejemplo cuando yo voy a un centro a trabajar un tema de educación inclusiva, esto hay que conocerlo y tenerlo en cuenta, el hecho de que tengamos estas condiciones a nuestro favor, no quiere decir que un centro educativo camine hacia la educación inclusiva, o el hecho de que las tengamos en contra tampoco supone que no podamos caminar, tenemos que conocerla, hay que visibilizarla y hay que denunciar determinadas cosas, pero no nos debe parar, porque hay veces que hay centros que están parados por cuestiones administrativas, se dice son tantas las barreras que nos ponen que no podemos hacer nada. Yo siempre digo, vamos a dejar esto a un lado y vamos a centrarnos en esto que está aquí, porque con esto sí podemos trabajar, este es el desarrollo de una organización educativa, y estas condiciones, después de muchas exploraciones e investigaciones, pues me quedo con estas nueve condiciones que son fundamentales para desarrollar proyectos de educación inclusiva. Y que nos planteemos desde la perspectiva que debemos ver nuestro centro en que condiciones se encuentra cada una de estas características y desde luego si queremos trabajar la educación inclusiva tendremos que priorizar algunas y comenzar a trabajar, la idea sería comenzar por una de ellas. Se veían los centros como una de educación inclusiva, todo lo que son fundamentos de cambio en los planteamientos, cómo entendían el cambio en el proceso en el que habría un primer punto de partida, es decir, la necesidad sentida de hacer algo, de mover nuestro centro hacia algún lugar, sentimos la necesidad y una vez que sentimos la necesidad comienzan distintas fases, comienzan el inicio del proyecto, lo vamos a practicar, luego hay un proceso de desarrollo en el que puede surgir conflicto, crisis, pero si esas crisis se afrontan hace que el proyecto vaya con más fuerza, hasta que se institucionaliza el proceso. Es decir, se veía la educación inclusiva como un proceso, un proceso inacabado que atraviesa varias etapas. Eso es una característica que aparecía en todos los centros, trabajamos la concepción de la diversidad porque a lo mejor en un claustro de cuarenta o sesenta profesores o profesoras ¿todo el mundo entendemos lo mismo por diversidad? NO , no todo el mundo entiendo lo mismo por diversidad, aquí preguntamos qué entendían por diversidad y habían llegado al consenso que la diversidad era un concepto muy amplio en el que tenía cabida cualquier persona, colectivo independientemente de su género, de su origen social, de su capacidad, de su estilo de aprendizaje, y eso suponía que dar respuesta a la diversidad era algo muy amplio, no era la respuesta exclusivamente al alumnado con necesidades educativas especiales, sino que era una respuesta a todo el alumnado, por lo tanto estábamos trabajando en un concepto de diversidad, en estos centros, muy amplio como un concepto que lo comprendían como una riqueza, como una oportunidad y como las diferencias humanas como lo común, como sociedad. También aparecía en esta institución habían organizado los sistemas de apoyo de acuerdo a un modelo colaborativo, curricular, institucional, y eso implicaba que cambiáramos el foco de apoyo, el apoyo no va dirigido al alumnado con necesidades educativas especiales exclusivamente, sino que va dirigido a toda la comunidad educativa y también cambiaba en estos centros quién se responsabilizaba de éste. Entendían en esas instituciones que el apoyo no debía ser responsabilidad única de una persona que se consideraba experta, de un profesional del apoyo, sino que concebían que tal y como estaba el foco, que era para toda la comunidad, todos los profesionales de esa institución deberían de responsabilizarse, deberían compartir, deberían colaborar en la respuesta a la diversidad. Por lo tanto estamos hablando de los distintos ámbitos pero en estos centros nos quedamos con una orientación colaborativa, institucional a la diversidad. Había también en los centros lo que llamamos el sentimiento de comunidad, esos lazos fuertes que unen a las comunidades, y sentirte que eres valorado, que eres un miembro más, que compartes valores, que compartes ideas, allí se veía en los centros que había sentimiento de comunidad, también en las aulas había ese sentimiento de comunidad. En los centros que desarrollaban y que desarrollan prácticas inclusivas veíamos cómo había una implicación de toda la comunidad educativa, y eso supone que los centros están abiertos a la comunidad, y había una implicación de las familias, las familias se estaban implicando en los proyectos que había en el centro, había voluntariado, participación de los actores sociales que estaban en esa zona, es decir en los centros con prácticas inclusivas hay una implicación de toda la comunidad educativa. Un factor que está apareciendo actualmente muy relacionado con los procesos de educación inclusiva, las últimas investigaciones van en esta línea, es el liderazgo, la importancia del liderazgo en los proyectos de educación inclusiva. El liderazgo, los liderazgos se ven como una forma de dinamizar, puede ser cualquier persona de la institución educativa que vaya dinamizando procesos de mejora. Vamos a pensar en un grupo de trabajo que se cree en un centro, con ocho o nueve personas, eso puede ser una forma de dinamizar la institución, pero siempre tenemos una estructura muy formal en los centros que son los equipos directivos. En los procesos de educación inclusiva los equipos directivos se han mostrado como claves para iniciar los procesos de mejora, los que han movido proyectos de mejora. Tenemos centros en los que se está desarrollando por ejemplo el apoyo dentro del aula y eso ha sido promovido por el equipo directivo, también conozco centros que han estado desarrollando aprendizaje cooperativo en las aulas, ha cambiado el equipo directivo y se han eliminado esas respuestas de mejora, es decir, han puesto obstáculos, han puesto barreras para desarrollar el proyecto de mejora, por lo tanto se plantea lo que llamamos estilo de liderazgo democrático, un equipo directivo que apoya los cambios, que valora al profesorado, que genera espacios para que el profesorado colabore y que mueve las instituciones educativas, se presenta como una condición imprescindible para el desarrollo de proyectos inclusivos. También la colaboración, también no, la colaboración es fundamental, ya he ido diciendo algunas de las claves de la colaboración, es decir la educación inclusiva no se puede hacer aisladamente, no se puede hacer en un aula, podemos estar hablando de un paso en ese aula de prácticas inclusivas, pero no un centro con orientación inclusiva. La educación inclusiva sólo se puede hacer y sólo es pensable desde la colaboración, desde colaboración entre el profesorado y entre todas las personas que pertenecen a esa comunidad educativa., es necesario que busquemos espacios temporales y parciales para realmente colaborar y hacer el trabajo desde la colaboración. Todo lo que viene ahora el resto de condiciones que caracteriza a un centro inclusivo está muy relacionado con los procesos de los propios docentes, la idea de que el profesorado es necesario en un centro que investiguen y reflexionen, y desde el modelo de que hay que reflexionar, pero no es suficiente con reflexionar sobre la práctica sino que hay que actuar, buscar mejoras, buscar y evaluar esas mejoras, volver a reflexionar sobre esas mejoras. Por tanto estamos hablando de una investigación, se valoran profesores críticos, profesores reflexivos, profesores que reflexionen colaborativamente y eso también supone en cuanto a formación del profesorado que tengamos que tener un reto, si estamos hablando de este tipo de prácticos desde la formación inicial tenemos que formarnos en esto, en este tipo de procesos, pero también en la formación permanente. En estas escuelas, en estos centros educativos que caminan hacia la educación inclusiva hemos visto que la formación que desarrolla es un formación de base, formación en un centro educativo, es una formación que se desarrolla desde la colaboración, por lo tanto implica que aunque exista formación externa las zonas en las que estaban estos centros habían apostado por una formación en la propia institución, por una formación en la escuela, porque precisamente esa es la formación que estamos viendo que transforma, que provoca cambios, una formación externa, una formación que desde nuestra experiencia provoca poco o limitadas actuaciones en la práctica diaria o limitada colaboración entre el profesorado del centro. Y estamos relacionando lo que es la formación con el desarrollo profesional del profesorado, pero también se veía esa formación colaborativa, esa formación de centro, ese desarrollo profesional provocaba también el desarrollo organizativo, el desarrollo institucional. Por lo tanto estas serían las condiciones que caracterizan a centros que desarrollan prácticas inclusivas y aquellos centros que estén inquietos, que quieran comenzar a trabajar en la educación inclusiva un punto de partida podría ser este, empezar a analizar estas condiciones en su centro y a partir de ahí vamos a priorizar, vamos a jerarquizar por dónde empezar, digamos el proyecto global pero vamos a ir trabajando localmente. En cuanto a las aulas, si podríamos imaginar un aula inclusiva, si yo aquí preguntara ¿cómo os imagináis un aula inclusiva? ¿cómo sería un aula inclusiva? Posiblemente saldrían muchas de estas condiciones y características. El aula que desarrolla prácticas inclusivas, el aula que hemos estudiado que desarrolla prácticas inclusivas, parte siempre el eje central del currículum, ese currículum que tenemos en el aula es para todo el mundo a través de distintas estrategias metodológicas vamos diversificando, vamos personalizando los procesos de enseñanza y aprendizaje, son aulas en las que se valora la diversidad en las que la forma de aprender frente a metodologías individualistas, en todas estas aulas el punto común es el aprendizaje cooperativo, entendiendo el aprendizaje cooperativo como el trabajo en equipo, no siempre que se trabaja el modelo cooperativo se tiene que trabajar en equipo, también se trabaja individual, la base está en la ayuda mutua que se prestan los estudiantes y además sabemos que en el aprendizaje cooperativo la finalidad no es sólo aprender los puntos que están propuestos para mí, en mi unidad didáctica o en mi plan de trabajo o en la metodología que estamos desarrollando, sino también en garantizar que los integrantes de mi equipo también consiguen sus objetivos, y para ello tengo que ofrecer ayuda a quien más lo necesite, tengo que conocer quién necesita más ayuda, y en estas aulas se veía que el proceso de enseñanza aprendizaje estaba organizado desde un modelo cooperativo. También se organizaba el modelo de enseñanza-aprendizaje de forma flexible. En cuando al profesorado, había muchos cambios en esas aulas, había una cosa importante y era que todo el profesorado tenía una expectativas altas para todos los estudiantes. Esto es importante en los procesos de aula, tener altas expectativas para todo el mundo, porque si tenemos altas expectativas para unos y para otros no, posiblemente para los que no las tenemos acabarán actuando desde esas expectativas que tenemos. También hay una cosa que compartían estas aulas y era lo positivo, muchas veces en los procesos de aula, en los procesos de enseñanza aprendizaje trabajamos desde lo negativo, correcciones siempre de lo que está mal, de lo negativo. Aquí había todo lo positivo, había alabanzas, cuando algo se hacía bien también se decía. Es decir había muchos mensajes positivos que se veían que al final favorecía todo lo que era el proceso de enseñanza-aprendizaje y también el clima del aula. Había lo que era el compañerismo pedagógico, participación colaborativa, este profesorado, muchas veces en los procesos de aula la planificación, sobre todo cuando trabajamos con libros de texto pues se olvidan un poco las planificaciones y la planificación de un aula, de un proceso de enseñanza aprendizaje es muy importante si queremos planificar para la diversidad, si no queremos planificar para la diversidad quizá no haga falta la planificación, pero si queremos planificar para la diversidad tenemos que tener en cuenta esto. En estas aulas se veía que el profesorado colaboraba, planificaba las aulas, trabajaba conjuntamente. También es importante el proceso de las familias en las aulas, familiares que trabajan en las aulas, apoyando el proceso de enseñanzaaprendizaje. Y existe también una evaluación más democrática, una valoración procesual, una evaluación basada en criterios, todo esto se veía en las aulas inclusivas. Y ahora me queda plantear una serie de cuestiones que vienen a resumir la trayectoria que hemos ido haciendo a lo largo de la mañana, cómo llegar a la educación inclusiva, cómo hacer de este cruce de carreteras para llegar a la idea de que en la educación inclusiva no hay una única forma de hacer educación inclusiva, es decir, que no hay una receta para los centros que hacen educación inclusiva y además hay distintos puntos de partida, lo importante es que sepamos cuál es el punto de partida de nuestra organización. Desde ese cruce que estamos aquí, podemos tomar distintos caminos, los caminos se van a construir desde nuestra senda, desde nuestra organización, desde nuestro concepto, por lo tanto van a ser caminos únicos e irrepetibles en nuestra organización. Va a ser la propia organización educativa la que tiene que decidir qué camino va a tomar, por lo tanto estamos hablando de puntos de partida, de puntos de acceso totalmente distintos, caminos o procesos distintos, al final es la realidad de la educación para todos y la pertinencia y la participación activa de todos los estudiantes, siempre vamos a tener esa meta a conseguir. Y la idea es siempre deconstruir lo que tenemos si son prácticas que caminan a la exclusión, para construir desde nuestra organización, desde nuestra senda, desde nuestro camino, siempre desde nuestra realidad. No pueden imponernos, no pueden decirnos cómo, desde la calidad de expertos no tienen que ir a los centros para decir cómo lo tenemos que hacer. Nosotros vamos a colaborar, vamos a entrar en el proceso, pero va a ser desde abajo hacia arriba. Y un buen ejemplo para caminar es el desarrollo local de proyectos inclusivos. Un buen ejemplo son los microcréditos que impulsó Mohamed Yunus, esa es la perspectiva, ese es el desarrollo local desde muy abajo, con nuestros propios recursos, desde nuestras propias necesidades y con todos los integrantes de nuestro centro. ¿Y cómo? No puede ser de otra manera, Juntos, deconstruyendo prácticas que llevan a la exclusión e incrementando procesos, ayudas que llevan a la inclusión, a la participación, a la pertenencia activa, es decir, juntos, colaborando, dialogando, buscando decisiones conjuntas, tomando decisiones, llevando a cabo cambios en concreto. ¿Cómo? Abriendo las fronteras de los centros, hay centros con muchas fronteras, hay aulas con muchas fronteras, hay profesorado que le da miedo que entre otro compañero, profesional de apoyo en su aula, hay veces que da miedo que se involucre la familia, que se involucren otros ambientes en los centros, pero la única manera es abriendo las fronteras, creando comunidades sociales y comunidades de aprendizaje. También construyendo aulas personalizadas para todos, aulas en las que se creen espacios, en las que todos se sientan reconocidos, no las que vimos que tienen determinados estudiantes que están marginados, los mantenemos ocupados en determinadas cosas para que se sientan activos, dentro del aula, pero que realmente no supone participar en todo el proceso de enseñanzaaprendizaje sino que realmente está haciendo cosas totalmente distintas. Tenemos que organizar aulas personalizadas y aulas que realmente se adapten a las distintas necesidades, de los distintos intereses de los participantes de los protagonistas de nuestra aula, que son los estudiantes. También apoyando, aquí tenemos unos compañeros de Sevilla trabajando desde el apoyo, trabajando conjuntamente, entendiendo que el apoyo deja al margen apoyo individual, que apoya el problema, que el apoyo es una mejora, es una respuesta que se debe dar entre todos. Y la única forma en que concibo la educación inclusiva es trazando caminos juntos, desde todas las organizaciones, desde todas las personas que estamos involucradas en la educación inclusiva. No podemos estar la universidad por un lado, a veces pasa, los centros por otro, la administración por otro, los cinco centros de una comunidad que no tienen ningún tipo de relación, tenemos que buscar el consenso, el trabajo conjunto, la colaboración entre todas las personas que estamos trabajando educación inclusiva , romper fronteras, trabajar en distintos países, pensando siempre que conjuntamente, trabajando desde estos caminos podemos construir práctica que caminen, que vayan más en educación inclusiva. Y os planteo una serie de condiciones a seguir, bueno esto son mis reflexiones en cuanto a por dónde empezar, qué camino seguir para trabajar la educación inclusiva y sirve de resumen de esta exposición: La educación inclusiva debe afrontarse con cambios locales, dando pequeños pasos siempre, mejor dar pequeños pasos que querer dar muchos y no dar ninguno; vayamos siempre con pequeños pasos. Es un proceso que se debe gestar en el tiempo, debemos tener paciencia, que no ocurre en un curso escolar, en dos tampoco, quizá en tres tampoco, en algún momento llegaremos a algo, hay que tener paciencia, no sabemos, depende de cada centro, depende de cada camino, depende de cada historia, pero es un proceso que se gesta en el tiempo. La formación que hay, la formación permanente, la formación en servicio, debe ser desde dentro desde las comunidades, desde el centro escolar, esa es la base y ahí tenemos experiencias muy exitosas. Yo la mayoría de centros que conozco la formación desde el centro garantiza que hay transformaciones de aula, transformaciones de apoyo, hay transformaciones cuando se hace desde el centro, porque normalmente la formación desde dentro, es formación, actuación, evaluación, formación, actuación, es decir es el proceso investigación-acción la formación desde dentro. Es necesario que antes de que empecemos a trabajar cualquier aspecto de educación inclusiva auto revisemos o autoevaluemos los procesos que se están dando relacionados con la inclusión en nuestros centros, es decir, ese es el punto de partida, nos tenemos que conocer a nosotros mismos, porque ese proceso se hace colaborativamente e implica poner en común muchos conceptos, muchos principios y muchas cuestiones prácticas, es necesaria esa fase de autoevaluación, que tampoco se tiene que llevar la fase de autoevaluación al centro que se lleva todos los años, no es necesario cada año, son necesarias ciertas sesiones en las que vayamos autoevaluando distintas características, distintas condiciones en nuestros centros. Debemos para trabajar, para desarrollar proyectos de educación inclusiva local es importante que entendamos la diversidad como ese concepto amplio, que la hagamos presente, que la hagamos visible y que la celebremos, que celebremos la diversidad para las aulas, que celebremos la diversidad en los centros, y que lo entendamos como una oportunidad para mejorar nuestros centros, nuestras prácticas y nosotros mismos como docentes. Que siempre entendamos que hay que planificar para todos, que todos entren en nuestras planificaciones, que no queden excluidos determinados estudiantes, por determinadas características que tengan, y siempre buscar procesos, buscar estrategias, para incluir procesos de participación. La participación de todos es necesaria, muchas veces debe de ser voluntaria, cuando los cambios son impuestos, cuando una organización decide trabajar hacia la inclusión pero a determinadas personas se le está imponiendo muchas veces puede provocar fracaso en los cambios, en las transformaciones. Debe ser el camino, la participación de todos es necesaria, pero deben estar convencidas y las debemos ir detrás de ellas para que aquellas personas que no estén convencidas las vayamos convenciendo, con las mejoras, con las prácticas que vamos viendo, pero no vamos a presionar, vamos a hacerlo de forma voluntaria. Y un último planteamiento que voy a comentar es que desde este planteamiento la colaboración debe ser el eje conductor de todo. La colaboración es lo que guía, lo que transforma, lo que hace posible ver transformaciones en los centros y en las aulas. Es la base, la colaboración entre el alumnado, colaboración entre el profesorado, la colaboración entre el profesorado y familia, la colaboración entre profesorado, familia y comunidad, instituciones dedicadas al tema de la diversidad, es decir, la colaboración es el eje, el hilo conductor en todos los procesos de educación inclusiva. Y con esto termino la exposición.