Mª Jesús Calvo Til Universidad de Zaragoza Volver la mirada a los inicios En unos días en que todo se cuestiona, se replantea, y se intenta optimizar recursos, revisamos cómo fueron los comienzos de nuestra andadura en la formación reglada universitaria de nuestra profesión: Terapia Ocupacional. Repaso aquellos momentos iniciales, y revivo nuestras emociones y experiencias, y releo algunos ejercicios de evocación que ya han quedado impresos en el camino (Revista informativa de la APETO nº 41, enero 2007). Recuerdo la ilusión y el entusiasmo con que asumimos el reto de la formación de futuros compañeros, aprendiendo nuevas competencias para desempeñarnos en un rol de profesor que desconocíamos en cuanto a profundidad, de sus tareas y responsabilidades por un lado, y de las habilidades e instrumentos propios de la docencia. ¡Qué gran respeto generaba la Universidad en el pequeño grupo de terapeutas que colaboramos con el equipo de la entonces llamada Escuela de Enfermería y Fisioterapia!, y cómo tratábamos de darnos a conocer en esa gran institución de prestigio y conocimiento a la que íbamos a incorporarnos. Me viene a la memoria una de las reuniones en las que los profesionales defendíamos la presencia de talleres de tipo artesanal dentro de la formación (cestería, carpintería, dibujo y pintura…), explicando las razones por las que debía estar presente esa práctica en la disciplina, como parte de nuestra identidad, ante la cara algo sorprendida de nuestros interlocutores. Pero las dificultades que se nos iban presentando las vivimos como retos que debíamos superar para el reconocimiento y la divulgación de la Terapia Ocupacional en nuestro país; creíamos entonces y creemos ahora en el potencial que tiene una profesión que amamos, y nada se nos ponía por delante para repetir mil y una vez mas qué es Terapia Ocupacional, qué hacemos los terapeutas y qué podemos aportar a la sociedad. Y asumimos las tareas docentes propias de este nuevo rol, que si bien en un primer momento fue como complemento de nuestra tarea laboral principal (éramos profesores asociados a tiempo parcial), acabó siendo tarea exclusiva para algunos de nosotros. Aprendimos términos como Crédito y POD (Plan de Ordenación Docente). Desde el primer momento aprovechamos la oportunidad que se nos brindaba desde el ICE (Instituto de Ciencias de la Educación) de nuestra Universidad para formarnos y aún hoy acudimos a sus cursos para actualizarnos en metodología, lenguaje común y estrategias de enseñanza-aprendizaje. Así pues, vivimos esa esquizofrenia en nuestra identidad laboral como terapeuta/docente, manteniendo aún latente este sentimiento dual. Y cogimos el testigo que se nos pasaba de la responsabilidad de asociarse para fortalecer nuestra presencia en la comunidad, formando la Asociación Profesional de Terapeutas Ocupacionales de Aragón (APTOA), que con el tiempo pasó a ser el primer colegio profesional de Terapeutas Ocupacionales (COPTOA). En las ocasiones que hemos tenido oportunidad, se han organizado Jornadas Universitarias, Ciclos de conferencias, Sesiones magistrales dentro del Programa de Mª Jesús Calvo Til Universidad de Zaragoza Profesionales Externos a la Docencia Universitaria, invitando a participar en dichos eventos a cuantos profesionales de prestigio hemos podido encontrar. Igualmente, en numerosas ocasiones hemos asistido a reuniones nacionales (CNDEUTO) e internacionales (ENOTHE) representando a nuestro centro cuando se nos ha requerido, haciendo incluso visitas institucionales para fomentar el intercambio de alumnos en los programas europeos que los acogían (Erasmus). Así hemos seguido trabajando, procurando asentar lo mejor que podíamos las bases en la formación; y desde nuestro interés por ponernos al nivel de la terapia en el mundo, se diseñó como título propio de universidad el Curso de Especialización en el Modelo de Ocupación Humana de Gary Kielhofner, con el que teníamos la esperanza de aportar a los profesionales formación de la mas alta calidad y en sintonía con profesionales de distintos países para generar equipos de trabajo e investigación específicos dentro del campo de la Terapia Ocupacional. Lamentablemente, y por diversas razones, sólo pudieron llevarse a cabo tres ediciones de esta formación. Pero fueron suficientes para hacernos poner en marcha nuevos aprendizajes en gestión y organización de tipo burocrático, propios también del docente universitario. De manera intermitente, nos asaltan temas como grado de experimentalidad y área de conocimiento, como una especie de recidiva, que no se acaba de solucionar y que nos quita energía por lo recurrente. Y de nuevo las demandas del Espacio Europeo de Educación Superior, nos plantean nuevos desafíos con el diseño de la formación en grado, con los conceptos de créditos ECTS (sistema de transferencia de créditos europeos), modificaciones de normativas y un largo listado de cambios, no sólo en la forma, sino sobretodo en el fondo. Otra vez la Universidad de Zaragoza es pionera en impartir la formación de grado, pero en esta ocasión en paralelo con la Universidad de A Coruña. Este curso 2012-2013 saldrá nuestra 2ª promoción de graduados. Además este es el segundo año que la Universidad de Zaragoza ofrece el Curso de Adaptación al Grado en Terapia Ocupacional, para que los diplomados que lo deseen obtengan su título de graduado. Y en la actualidad, cada vez encontramos mas terapeutas cursando formación en tercer ciclo, concretamente en masteres oficiales, que dan acceso a la realización del doctorado, como nivel máximo de formación en la Universidad. Ese es el escalón que hasta hace poco nos parecía inalcanzable y que ahora puede ser la oportunidad de hacernos más visibles, con una identidad propia en la que nos reconocemos como profesionales entre nosotros, y también se nos reconoce en la sociedad. Pero con todo lo que se ha trabajado, la sensación es que el avance no ha sido directamente proporcional al esfuerzo. Estas circunstancias actuales nos lastran en el avance natural y lógico que tanto deseamos. Vemos que se echan a perder muchos recursos y trabajo invertido. Cada vez estamos retrocediendo un poco más. No sabemos dónde ni cuando pararemos, para desde ahí retomar el avance. Pero eso sí: llegado el momento, ese testigo que un día nos llegó continuará el avance de esta profesión en las manos de las personas que realmente conocen y aman la Terapia Ocupacional.