62 DIARIO 2 Diario de Navarra Martes, 7 de octubre de 2014 El investigador John O’Keefe, posando ayer en Londres. AFP El matrimonio formado por May-Britt y Edvard Moser, fotografiados en 2008. AFP El Nobel premia el hallazgo del GPS cerebral El trabajo de los galardonados explica el sistema por el cual los humanos pueden situarse en el espacio Dpa. Berlín Con frecuencia es un indicio temprano de Alzheimer: las personas afectadas se pierden y no encuentran el camino a su casa. Son las neuronas del sistema de navegación propio del cerebro las que en general mueren primero en los pacientes que sufren esta enfermedad. El sistema brinda mapas mentales para la orientación en el espacio físico. La forma en que esto ocurre fue descifrada por John O’Keefe, junto con el matrimonio May-Britt y Edvard Moser, quienes fueron galardonados ayer con el Nobel de Medicina 2014. A partir de estos conocimientos, los científicos esperan mejorar en el futuro el sentido de la orientación de pacientes con Alzheimer. El pionero en este ámbito fue John O’Keefe, quien descubrió en 1971 células de orientación en el hipocampo de ratas. Electrodos colocados en el cerebro mostraron que las neuronas emitían señales cuando el roedor se acercaba a un El ‘GPS’ del cerebro Células de posición. El cuadro muestra el campo en el que se mueve la rata. Las células de lugar, descubiertas por John O'Keefe, se activan cuando el animal llega a una localización concreta. Los puntos muestran la localización de la rata cuando la célula de lugar se activa. Diferentes células del hipocampo se activan en lugares distintos, formando así un 'mapa' interno del entorno. Las células de red, junto a otras células de la corteza entorrinal que reconocen la dirección de la cabeza del animal y los bordes del espacio, forman redes con las células de posición del hipocampo. Este circuito constituye el sistema de posicionamiento, el GPS del cerebro. Este sistema parece tener similares componentes tanto en el cerebro humano como en el de las ratas. punto . Para el investigador estaba claro que esto no podía ser el sistema de navegación completo. El diminuto hipocampo de la rata parecía demasiado pequeño. Los Moser se conocieron a comienzos de la década de 1980 en la Células de red. Las células de red están en la corteza entorrinal del cerebro. Una célula se activa cuando el animal llega a lugares concretos del area. Esas localizaciones 'celulares' se organizan en forma hexagonal y forman un sistema que nos permite situar en el espacio. Hipocampo Corteza entorrinal Universidad de Oslo y desde entonces realizan investigaciones juntos. En 1995 los Moser trabajaron durante algunos meses con O’Keefe en el University College en Londres y hallaron la prueba de que el hipocampo no realiza por sí mismo los cálculos de orientación necesarios. Más bien es una especie de monitor para la calculadora de navegación que se encuentra en el vecino córtex entorrinal. May-Britt y Edvard Moser colocaron electrodos en los cerebros tes presentan de forma precoz una pérdida de memoria. En animales como las ratas la memoria espacial es muy importante ya que le es imprescindible para localizar el alimento, su guarida etc., y son poco importantes otras formas de memoria declarativa. John O’Keefe y su alumno Dostrovsky descubrieron en 1971 en el hipocampo, neuronas piramidales que descargan en relación a una posición espacial concreta del animal en un laberinto. Estas células las denominaron “place cells” o células de posición. El disparo de las PC está modulado por ritmo (oscilación) del hipocampo denominado theta (4-8 Hz.), es decir, van a descargar en un momento específico de la fase de la oscilación theta. Este momento de la fa- se se va adelantando en ciclos sucesivos según el animal se acerca a la posición del laberinto específica para esa neurona. Este fenómeno se denomina precesión de fase y fue descrito también por O’Keefe. El matrimonio noruego MayBritt y Edvard Moser describieron que en la corteza entorrinal había neuronas que codificaban la posición del animal en el espacio, pero a diferencia de las células de posición descargan en distintas posiciones del espacio pero de forma ordenada y geométrica. Estas posiciones forman como una malla o red. Las células descargan en los vértices o nudos de la red. Estas neuronas las denominaron “grid cell” o células de red. Ambas células de red y posición son claves para que el animal memorice un mapa espacial y localice su posición Cinco matrimonios con Nobel Además de May-Britt y Edvard Moser, cuatro matrimonios han sido recompensados con una de estas preciadas distinciones. Pierre y Marie Curie (Francia) ganaron juntos el Nobel de Física en 1903. Marie Curie se convirtió entonces en la primera mujer premiada antes de atribuirse, en solitario, el Nobel de Química en 1911. Irene y Frederic Joliot-Curie lograron el Nobel de Química en 1935. Carl y Gerty Cori (Estados Unidos) recibieron el de Medicina en 1947. Gunnar Myrdal (Suecia) se llevó el Premio Nobel de Economía en 1974, mientras que su esposa, Alva Myrdal, obtuvo el de la Paz en 1982 de ratones y los dejaron caminar en una pista. Hicieron un descubrimiento que los asombró: determinadas neuronas se activaban sólo en puntos nodales virtuales distribuidos regularmente sobre la superficie. Estas “células en red” descubiertas en 2005 cubren el espacio con un patrón de triángulos virtuales, de manera similar a un sistema de coordinación. La memoria espacial Julio Artieda E L Instituto Karolinska de Estocolmo anunció ayer la concesión del premio Nobel de Medicina y Fisiología a tres conocidos neurocientificos. La importancia de sus estudios se debe a que sientan las bases de la forma de codificación de la información para ser almacenada en la memoria y en concreto en la memoria espacial. Se distin- guen varios tipos de memoria: memoria de trabajo (corto plazo), memoria procedimental y declarativa (largo plazo). La memoria declarativa es aquella por la que nosotros aprendemos una asignatura, recordamos la localización de una determinada calle en nuestra ciudad (memoria espacial) o los episodios de nuestra vida (memoria autobiográfica). Se conoce bien que para esta memoria declarativa es fundamental una estructura del cerebro que se llama el hipocampo. En el hipocampo converge la información procedente de otras áreas del cerebro (visual, auditiva, motora, lenguaje, etc.) a través de otra estructura vecina que es la corteza entorrinal. Ambas estructuras son las que primero degeneran en la enfermedad de Alzheimer, por ello estos pacien- dentro de el. Esto mismo se puede extrapolar a los seres humanos pero con mapas cognitivos mas complejos como puede ser nuestro mapa autobiográfico. En el laboratorio de Neurofisiología de Sistemas del CIMA de la Universidad de Navarra estamos investigando como los distintos ritmos y descargas de las células de posición en el hipocampo se alteran en la enfermedad de Alzheimer. Para ello registramos ratones transgénicos que padecen enfermedad de Alzheimer y analizando cómo se alteran la pérdida de la memoria espacial y estas neuronas en esta devastadora enfermedad. Julio Artieda es catedrático y director del Servicio de Neurofisiología de Clínica y CIMA. Universidad de Navarra.