¿Cisnes blancos o negros?

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Editor del Norte Group
Semana del 15 al 22 Mayo, 2010
¿Cisnes blancos o negros?
Lucio Agustin Torres *
Las crisis son el resultado inevitable de una acumulación de riesgos y vulnerabilidades
macroeconómicos, financieros y de políticas: burbujas de activos financieros, asunción de riesgo
excesivo y apalancamiento, auges crediticios, relajación monetaria, falta de supervisión y regulación
apropiadas del sistema financiero, codicia e inversiones arriesgadas por parte de los bancos y otras
entidades financieras.
La Historia indica también que las crisis financieras suelen modificarse con el tiempo. Las crisis como las
que hemos padecido recientemente se debieron inicialmente a una deuda y un apalancamiento
excesivos entre los agentes del sector privado –familias, bancos y entidades financieras, empresas–, lo
que con el tiempo propició un reapalancamiento del sector público cuando el estímulo fiscal y la
socialización de las pérdidas privadas –programas de rescate– causaron un peligroso aumento de los
déficits presupuestarios y del volumen de la deuda pública.
Si bien semejantes estímulos físcales y rescates pueden haber sido necesarios para impedir que la gran
recesión se convirtiera en una nueva Gran Depresión, la acumulación de deuda pública, junto con la
privada, entraña un gran costo. Con el tiempo hay que reducir esos grandes déficits y deudas mediante
mayores impuestos y menos gasto y esa austeridad –necesaria para evitar una crisis financiera– suele
aminorar el ritmo de la recuperación económica a corto plazo. Si no se abordan los desequilibrios
fiscales mediante reducciones del gasto y aumentos de los ingresos, sólo quedan dos opciones: la
inflación para los países que se endeudan en su propia moneda y pueden monetizar sus déficits o la
quiebra para los países que se endeudan en una divisa extranjera o no pueden imprimir su propia
moneda.
Así, los acontecimientos recientes habidos en Grecia, Portugal, Irlanda, Italia y España son simplemente
la segunda fase de la reciente crisis financiera mundial. La socialización de las pérdidas privadas y la
laxitud fiscal encaminada a estimular las economías en recesión han propiciado una peligrosa
acumulación de déficits presupuestarios y deuda públicos. Así, pues, la reciente crisis financiera mundial
no ha acabado; al contrario, ha alcanzado una fase nueva y más peligrosa. ( 1 )
Las imágenes de Atenas que vimos ayer eran imágenes de guerra civil. No es exagerado afirmarlo:
incluso los enfrentamientos se cobraron víctimas (eran, por supuesto civiles, por supuesto también,
trabajadores). Columnas de humo de los incendios y de las bombas lacrimógenas de la policía, jóvenes
enmascarados hartos de no tener ningún futuro, ancianos indignados por la brutal rebaja de sus ya
exiguas pensiones, una población que apenas contiene su ira frente al latrocinio abierto de su propio
gobierno y de los mercados financieros. La vieja clase obrera fordista y el nuevo proletariado precario se
encontraban ayer en la calle protestando contra el plan de austeridad terrorista impuesto por el Fondo
Monetario Internacional y las instituciones europeas para evitar la bancarrota de Grecia. Contra las
medidas ultraliberales impuestas a un gobierno elegido con un programa socialdemócrata. El chantaje
es evidente: o se aceptan las medidas o el país entra en bancarrota y recesión con consecuencias
gravísimas e imprevisibles. La democracia deja así de existir y el país se encuentra sometido a un
protectorado económico. La guerra del capitalismo contra las poblaciones es una guerra no declarada,
pero no por ello menos despiadada. Se trata de imponer por todos los medios, pero sobre todo por los
financieros, la extracción de renta, la sustracción de riqueza en favor de quienes controlan el capital, la
privatización de lo común. La era del capitalismo productivo llegó a su término. En este momento la
producción corre a cargo de la inteligencia y de la cooperación colectiva. El capital tiene que procurar
ponerla a su servicio, como ya hiciera con los esclavos de las plantaciones o los trabajadores de las
fábricas. Para ello necesita otros medios adaptados a la nueva configuración del trabajador: un sistema
de extracción de riqueza social ágil y discreto, un sistema que pueda robar directamente la riqueza
socialmente producida y, al mismo tiempo, disimular el robo. Este sistema de extracción de riqueza y
expropiación de los comunes son los mercados financieros. Hoy ya es tarde para defender el capital
productivo: ambos términos son hoy contradictorios. Lo único que nos queda es, como en Grecia,
defendernos del capital en general, pues esa es la única manera de liberar espacio para los comunes,
para el comunismo. Sólo así podrán tener algún sentido la democracia y la libertad. A quienes todavía
sueñan con "refundar el capitalismo" hay que recordarles que el capitalismo se fundó mediante una
expropiación masiva de los trabajadores y que esa fundación vuelve a realizarse en cada crisis de la
misma manera, con idéntica violencia. ( 2 )
La globalización de la economía mundial impuesta en las últimas décadas por los países desarrollados y
que demanda en primer lugar la privatización indiscriminada en todos los sectores, ha hecho crecer el
número de pobres y, a la par, el núcleo de millonarios en el mundo.
Durante 2009, el año más grave de la crisis financiera, el número de multimillonarios pasó de 793 a
1.011, al tiempo que su fortuna conjunta aumentó un 50 %, desde 2,4 hasta 3,6 billones de dólares.
Mientras los ya tradicionales millonarios aumentaban en 2009 sus riquezas y otro reducido grupo
ascendía a esa escala social, la crisis impulsó el desempleo, provocó bancarrota masiva de granjeros, de
pequeñas y medianas empresas industriales, deterioró los salarios mínimos y disminuyó
considerablemente los gastos públicos en servicios sociales con el consecuente detrimento para la
mayoría de la población.
Las políticas de privatizaciones, y desregulación financiera esgrimidas por el Consenso de Washington e
implementadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han llevado a estas
situaciones.
Un reciente informe de las Naciones Unidas aseguró que la inseguridad económica que afecta al mundo
podría sumir en la pobreza a otros cien millones de personas. Un anterior documento del Banco Mundial
fijaba la cifra en 53 millones de personas, quienes quedarían atrapadas con ingresos por debajo de 1,25
dólares diarios y se sumarían a los 135 millones que en 2008 fueron empujadas a la pobreza por el
desempleo, los aumentos de precios en alimentos y combustibles, entre otras calamidades. ( 3 )
La ironía es; la existencia de fortunas de U$ 53,000,000,000 millones de dólares , ( mexicano - Slim )
mientras millones viven con 1,25 dólares diarios. Que les parece.
Director de Blogs Alternativos en la red *
Referencias
1-Regreso al abismo PAKATNAMU1 BLOG
2-Sadismo del Capital PAKATNAMU1 BLOG
3-Globalizacion mundial de ricos contra pobres PAKATNAMU1 BLOG
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