personas con estilo personas con estilo diario en imágenes Cantante y actriz, admirada hasta la idolatría por toda persona con buen gusto, Jane Birkin se expone sin complejos una vez más en las fotos íntimas, familiares y divertidas pero sobre todo bellísimas como ella, de este nuevo libro sobre su amor apasionado y apasionante con el mítico músico parisino Serge Gainsbourg. Jane & Serge es el mejor título posible para este diario en imágenes de ambos. texto por JoSÉ MARTÍNEz FERR EIR A • Fotografía por TASCHEN 62 • SPEND IN www.spend-in.com www.spend-in.com SPEND IN • 63 personas con estilo personas con estilo E s imposible que exista una sola persona en el mundo que no ame con locura a Jane Birkin, si es que puede amarse sin locura. Para cubrirnos las espaldas diremos que al igual que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, el no conocer a la Birkin no es óbice para no adorarla. Mi amor por ella, igual de fou que otros amores que arrastro orgulloso, no acabará de morir cuando olvide La Chanson de Prévert sencillamente porque nunca podré olvidar esa canción, al igual que no se me borrará de la cabeza el Trompisón que recorre Ex Fan des Sixties, una de las tres o cuatro canciones que siempre canto con mi acento francés de becario de auxiliar de vuelo cuando regreso a casa tras un buen día. Es una de las canciones de mi vida, lo lleva siendo muchos años. En 1968 la vida timó a John Barry como a un principiante, le quitó de su lado a su segunda esposa, una veinteañera Birkin, y a cambio le puso en la librería del salón su segundo Oscar, esta vez por la estupenda El león en invierno; no se puede ser más loser. Tras el divorcio del compositor británico Jane se va a París y forma con el también músico Serge Gainsbourg una de las parejas más atractivas y admiradas del siglo veinte, quien mientras esperaba a Jane se entretenía en la capital francesa componiendo obra maestra tras obra maestra del pop, fumando sin parar y acostándose con toda la naturalidad del mundo con las mujeres más hermosas a ambas orillas del Sena, y si no se acostaba con ellas les hacía una canción con su guitarra de guerra, fuera cantante o no lo fuera, poco le importaba. La alineación de bellezones para las que compuso a lo largo de su vida suma más portadas de Elle que Casillas del Marca, Petula Clark, Françoise Hardy, France Gall, La fotogenia de Jane en sus años con Gainsbourg es prodigiosa, daría para mil artículos académicos, siempre con esos ojos gigantes mirando al objetivo de la cámara y esa pecas burbujeantes ocupando todo su rostro, enmarcadas por su cabello rojo y liso y su flequillo. Se pusiera lo que se pusiera siempre estaba bella, fascinante. Mi imagen favorita es esa foto en la que va de la mano de Serge, él abrigado con una gabardina todo despeinado y ella con una blusa negra totalmente transparente sólo con un minishort negro por debajo mientras un señor con bigote y americana de pana con un vago parecido a Gene Hackman en La conversación la mira como girando la cabeza, dándose cuenta que en todos los años de su vida nunca ha visto una cosa tan bonita como la espalda desnuda de Jane. Ese señor con bigote somos todos. Nunca nadie vestida de forma tan provocadora y vulgar estuvo tan elegante, tan atractiva como esta flacucha tan dada a quitarse la ropa a la mínima. Esta foto de Andrew Birkin está en el libro de Taschen junto con muchas otras de paseos de Jane y Serge, siempre tocándose, siempre abrazados, ya fuera comiendo una manzana en un mercadillo parisién o haciendo el bobo mientras ponían el árbol de Navidad para Charlotte, con ese amor que recorrió los años setenta sonando ronco como el motor del Ford Mustang que le escribió Serge a Jane, une photo d’Marilyn, un tube d’aspirine. La carrera musical de Jane Birkin está muy por encima de todas esas son en Bande à part, o Brigitte Bardot, que fue la primera intérprete de Je otras francesitas que cantan susurrando, únicamente la supera en tot’aime… moi non plus y a quien los años han convertido en irreconocible. das las líneas de juego esa monarca absoluta de la perfección, la clase, Eso por no hablar del plus que tiene Jane Birkin con su filmografía, quila elegancia, la belleza y el buen gusto que se llama Françoise Hardy, zá no tan repleta de genialidades como su discografía pero con un listay varios escalones más abajo ya se colocarían distintas damas de hodo de directores para los que ha actuado que en nada tiene que envidiar nor con sus mangas de farol como la no tan susurrante pero magnífica a la retahíla de monadas para las que compuso el bueno de Serge, alguMarie Laforet y su versión de Paint it Black, Anna Karina, de quien nas de las muescas en su revólver son Michelangelo Antonioni, Jean-Luc Godard, Jacques Rivette, Bertrand Tavernier, Alain Resnais o James Ivory. en realidad nos quedamos con su ménage à trois bailando el mádiCuando dentro de unos años algún sesudo doctorando realice tu tesis sobre las revistas de tendencias y estilo desde los años sesenta del siglo veinte hasta este preciso momento y más allá, que diría Buzz Lightyear, está bastante Jane Birkin y Serge claro que bajo el nombre de Jane Birkin aparecerán un montón de entradas, y eso sin contar las que aparezcan por causa del famoso bolso que Hermès Gainsbourg forman bautizó con su apellido en los años ochenta, ya que pocas personas ha habido una de las parejas más nunca con tanta clase para llevar su vida como esta afrancesada cantante y atractivas y admiradas actriz británica. Larga vida a Jane Birkin. del siglo veinte Dalida, Anna Karina, Brigitte Bardot, Vanessa Paradis, Catherine Deneuve, Isabelle Adjani o la no tan bella pero mitiquísima Juliette Gréco, para quien compuso esa maravilla llamada La Javanaise. Pero él ama a Jane y durante los doce años que permanecen uno al lado del otro, además de tener a su hija Charlotte, quien sigue la tradición familiar de ser un icono global de lo que le apetezca con solo esbozar una tenue sonrisa, le compone alguno de los discos clave del pop de los sesenta/setenta, pero sobre todo dos, Jane Birkin/Serge Gainsbourg, que contiene mil joyas pero siempre será recordado por tener nada más posar la aguja en el vinilo la archiconocida Je t’aime… moi non plus en la que los grititos de placer de Jane se vuelven con cada escucha más creíbles -si Gardel cada día canta mejor, Jane cada día gime mejor- y la Histoire de Melody Nelson, disco conceptual y autobiográfico sobre la seducción de una jovencita por parte de un cuarentón pasado de revoluciones. Serge es el mayor genio francés de la historia, no hay discusión posible, olvídense de Proust y de Napoleón. Y mientras Jane susurra las canciones que le compone el golfo de su chico, su hermano se dedica a retratarla con su cámara, a retratar su amor, sus juergas, sus momentos familiares, sus soledades. Esas fotografías del cineasta Andrew Birkin -que en los ochenta hizo una versión de la genial Sredni Vashtar que fue nominada al Oscar al mejor cortometrajeson las que acaba de publicar Taschen en uno de sus famosos coffee table books con el título de Jane & Serge en el que, además de las fotos de la pareja, fuera del libro se incluyen unos atracMientras Jane susurra tivos añadidos como un cuaderno, unas pegatinas, un patch con el logo las canciones que le del libro y unas cuantas postales suelcompone el golfo de su tas con imágenes sacadas del libro para poner en la carpeta del tuto; vamos, chico, su hermano se que Taschen recoge el testigo dejado dedica a retratarla en por la llorada Súper POP y eso es algo cualquier situación que nos alegra muchísimo. 64 • SPEND IN www.spend-in.com www.spend-in.com SPEND IN • 65