En 1907, por primera vez, se disputó la “Polla” en Maroñas

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En 1907, por primera vez, se disputó la “Polla” en Maroñas. Convocó entonces en un solo llamado
a potrillos y potrancas, por lo que se denominó “Polla de Productos”. Con estas condiciones se
disputó 7 veces, hasta que en 1914 se dividió en “Polla de Potrillos” y “Polla de Potrancas”. Un año
después aparecería entre las potrancas la crack Verona, que ganaría la “Polla” luego el “Jockey
Club” y finalmente el “Nacional” para consagrarse primera y única –hasta ahora- representante de
su sexo, dueña de la triple corona.
La “Polla” inicia ese camino largo y difícil hacia la triple corona, que no sólo requiere condiciones
corredoras sino también salud, suerte y mucho más. En las 97 ediciones que se llevan disputadas
de la “Polla de Potrillos” se han registrado infinidad de hechos dignos de resaltarse. Sólo por
destacar algunos, vale recordar la edición del 49 donde se registró la única puesta de la carrera
entres dos hermanos paternos, hijos de Latero: Leblón y Luzeiro, éste padre de Locoloco, que
también ganó la “Polla” iniciando su camino a la triple corona. El debut triunfal –caso único- de
Aurreko, que en enero obtendría el “Ramírez” en el tiempo récord de 3’3” los tres kilómetros,
distancia en la que ya no se corre y, todo hace suponer ,no se correrá nunca más en Maroñas. Del
hijo de Castigo descendían otros muchos, cuyos nombres están definitivamente en la más rica
historia de esta primer eslabón de la triple corona , tanto de potrillos como de potrancas: Antony
(68) y Anabella (71), por Aurreko; Mancera (70) y Evadido (67), por Eglaneko, éste por Aurreko;
Chaska (80), por Evadido; Monacilio (80), triple coronado, Quiqueño (85) y Ciclo (86), por Quigurí,
éste por Auguri (Aurreko). También es digno de destacarse el triplete consecutivo del stud y haras
“El Ranchero”, que se inició en el73 con Otoñal, luego Rey Sol y completó Legendario, los tres hijos
de Gabin y al cuidado de Raúl Prieto. Y no se puede pasar por alto la notable actuación de dos
profesionales de los más brillantes que han desfilado por Maroñas: Alberto Milia e Isaúl Rey. El
cuidador de Besares obtuvo 9 victorias en la “Polla de Potrillos” –la última Centaurus en el 89,
asociado con Ramón Peralta- y 7 en la de potrancas; Rey, por su parte, ganó 8 veces la de Potrillos
-7 de jockey y la restante de cuidador con Virazón en el 81- y 3 la de Potrancas.
Ganar la “Polla” no asegura el cetro del año, ni mucho menos. Tampoco el reconocimiento como
el mejor; pero le abre las mejores perspectivas para los nuevos desafíos para acceder al sitial de
honor, y le abre un lugar en la historia. Un ejemplo de las dificultades a superar se puede
encontrar en la generación que salió a la pista en el 90, muy probablemente, una de las más
parejas y de mayor nivel de las dos últimas décadas del siglo pasado. Irrumpieron en la arena
maroñense varios potrillos alojados en el stud de Marsiglia, que desde los primeros cotejos
empezaron a sacarse chispas por el liderazgo de la generación. Así fue que en el Criterium, paso
previo a la “Polla”, se destacó Mercenario, que con Piñeyro en sus cruces superó a Rimac,
quedando tercero Adyacente. Precisamente, las principales cartas de Marsiglia para la “Polla” eran
Mercenario y Adyacente, pero apareció Don Omar, otro hermoso y calidoso potrillo a su cuidado
que los superó sin apelación e inscribió su nombre en la selecta nómina de la carrera, brindándole
al consagrado entrenador la sexta victoria en este primer pase de la triple corona. Don Omar
descendía de Oak Dancer y Doña Mía, defendía las exitosas sedas del stud “El Sendero” y fue
conducido por Pedro Montenegro. Echó 1’35”2/5 la milla, realzando el valor de su conquista.
La victoria de Don Omar lo colocó al tope de la generación, pero dio amplio margen a opiniones y
pronósticos encontrados con la mira en el futuro. Y ese panorama no hizo más que profundizarse
cuando Sunshine, también del stud “El Sendero” y al cuidado de Marsiglia, con Iturriaga en su
conducción, ganó el Jockey Club, relegando a Adyacente al segundo puesto y a Mercenario al
tercero. El “Nacional” presentaba entonces una interrogante que hizo crecer mucho su interés:
cuál se consagraría crack del año y permitiría a Antonio Marsiglia ceñirse la “triple corona
personal”. Pero apareció Vicario, un defensor del stud “El Ranchero” que cuidaba Luis Belela y con
el que Mario González obtuvo el tercer “Nacional” de su carrera, que venía de ganar muy bien y
que contaba a esa altura con muchos partidarios que vaticinaban lo que, en definitiva, sucedió. No
fue sorpresa, pero dejó una incógnita que recién muchos meses después y por circunstancias no
previstas en ese momento, permitieron saber cuál de todos fue el mejor .
Este comentario de la excelente generación que salió a pistas en el 90 y que tuvo a Don Omar
como héroe de la “Polla”, merece algunas otras consideraciones. Mercenario fue el ganador del
“Ramírez” del 91; Don Omar, ese mismo año, fue segundo de Indio Latino en el Municipal; el
tordillo Sunshine cruzó el río y fue a probar suerte en los hipódromos argentinos; y Adyacente fue
trasladado a La Plata, se alojó en el stud de Jorge Marsiglia, y se constituyó en uno de los mejores
caballos de la historia radicados en la ciudad de las diagonales. Basta decir que corrió en total 45
carreras, obteniendo 25 primeros (2 en Maroñas), 12 segundos, 5 terceros y sólo 3 no placé. Era
hijo de Adriatic y Cote Rule, nacido en el Haras “El Arbolito” donde lo adquirió el stud “Alfa” cuyas
sedas lució en su primera campaña. Entre sus triunfos -16 clásicos- se cuenta el “Dardo Rocha”,
que sólo había ganado hasta entonces un representante de nuestro elevage:. Sol de Noche, que
fue el primer caballo extranjero en ganar la internacional platense.
Para cerrar otros dos datos para recordar: En ese año 90, Antonio Marsiglia ganó su 16ª estadística
–al año siguiente ganaría la 17ª última, previo a su partida a Buenos Aires- y obtendría 89 victorias
en la temporada estableciendo el récord en ese rubro, que hace pocos años superaría, por 1
victoria, Walter Báez.
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