Discurso pronunciado por el Dr. Máximo Carvajal Contreras con motivo de la inauguración del V Congreso de AFEIDAL, celebrado en la Cuidad de Tunja, Colombia. Sean mis primeras palabras de agradecimiento a nuestros anfitriones la Dra. Teresita Cuervo Payeras y Dr. Osmar Correal, Presidente y Rector de la Universidad Uniboyacá por la organización de este evento. Impregnado del mas autentico espíritu Bolivariano, nos congregamos en la Hermana República de Colombia quienes tenemos la obligación y responsabilidad en América Latina de formar y forjar a los futuros – hombres y mujeres- que tendrán la enorme responsabilidad de custodiar los mas altos valores que encarna el Derecho: justicia, equidad, bien común, estado de derecho, desarrollo con justicia social y respeto a los derechos fundamentales y inalienables del ser humano como la libertad, la democracia y el orden jurídico. Llegamos a esta hermosa región, parte de la cultura prehispánica denominada Muisca, la que ocupa la zona de la altiplano de la cordillera oriental en una época posterior al año 600 de nuestra era. Pueblo agrícola pero también orfebre, nos dejó un rico legado metalúrgico que ha permitido conocer, a través de su iconografía la cosmogonía de estos pueblos americanos. Famosas son las obras metalúrgicas que los grandes orfebres elaboraron, basta recordar la famosa balsa de juncos que dio origen a la legendaria leyenda del Dorado, magistralmente narrada en 1636 por Juan Rodríguez Freyle. En la sociedad Muisca el oro estaba íntimamente ligado al culto religioso y a fines rogativos, teniendo una base popular y un lenguaje específico por ejemplo en las figuras humanas denominadas “tunjos” lo importante era su tosquedad e ingenuidad como forma de solicitar o agradecer un favor a los Dioses. Lo que hoy es Tunja en la Etapa precolombina fue Hunza, la vieja capital del imperio Zaque, Tunja la que en lengua chibcha su etimología significa “Varón Prudente”. Es para todos nosotros, motivo de orgullo realizar nuestro Congreso anual en una de las ciudades Novo hispanas más antiguas del nuevo mundo; Tunja la capital del Departamento de Boyacá. El 6 de agosto de 1539 marca un hito en la historia Americana, un joven capitán nacido en Málaga, España, funda esta cuidad en “el sitio del cercado de Quiminza, un conglomerado indígena que ejercía dominio sobre el pueblo Muisca” de origen Chibcha. Me refiero al fundador Gonzalo Suárez Rendón, justicia mayor de esta “muy noble y muy leal Ciudad” título con que la dotó el emperador Carlos I el 29 de marzo de 1546. Tunja, la bien amada por las artes y la arquitectura, la del mayor número de blasones en las portadas de las viejas mansiones en la América Hispánica, es hoy escenario de nuestro Congreso Latinoamericano. Tunja, la Cuidad noble y señorial, la del barroco, el Gótico Isabelino y arte mudejar. La que Bolívar llamó “Cuidad heroica, foco de patriotismo y taller de la libertad”. Doce Iglesias, seis Conventos y múltiples mansiones y edificios civiles muestran el pasado glorioso de este pueblo, cuna de una de las escuelas más prestigiadas durante el siglo XVI, XVII y XVII sobre temas de arte como son: retablos, ornamentación, imaginería pintura de caballete, orfebrería, música, escultura, literatura, todo lo que forma la llamada “Escuela Tunjana” y que rivalizaría con la de Cuzco, Puebla, Quito y Santa Fe. Todos los latinoamericanos sentimos con auténtico orgullo, como nuestra, la épica batalla del 7 de agosto de 1819, desarrollada en las cercanias de esta Cuidad. Batalla que permitió a las armas bolivianas cubrirse de gloria y lograr la ansiada independencia Colombiana. Batalla de Puente Boyacá escrita en letras de oro en los anales de la historia universal. Es éste, señoras, señores el explendoroso escenario que durante dos días enmarcará nuestro congreso. Donde discutiremos, deliberaremos y llegaremos a tomar acuerdos que se traducirán en logros para la enseñanza del derecho en el Continente Americano. Permítanme aprovechar el foro para hacer una reflexión y una advertencia. En nuestro papel de educadores del derecho, tenemos la obligación de transmitir nuestra tradición jurídica, la propia, la que hemos heredado de nuestros mayores; el sistema romano, germánico, español impregnado de elementos indianos, musulmanes y canónicos. Enseñar la doctrina de las institutas de Gayo el gran – pedagogo-. Señalar citas de Celso, quién no recuerda su definición de derecho como “el arte de lo bueno y de lo equitativo”. Conocer el pensamiento del príncipe del derecho: Papiniano. Saber las obras de compilación de Ulpiano y Julio Paulo, sus citas llenan la tercera y sexta parte del digesto, las sentencias de Paulo, son obras clásicas. Repasar la ley de citas del año 426 el jurado “jurado de difuntos” con el “jus publice respondendi” el “edicto perpetuom”, solo por mencionar unas cuantas. Analizar el Código Gregoriano y el Código Hermogeniano con las Constituciones más importantes. El Código Teodosiano; asimismo la monumental obra de Justiniano, a quien Dante en su “Divina Comedia” concede un lugar en el paraíso . Junto a él pondría a Triboniano, autor del “corpus luris civiles”. Como fuentes del Derecho Germanico, no podemos olvidar el breviario de Alarico del año 506; la Lex Burgundioum o ley de los Borgoñones; el Edicto de Teodorico del 510 de igual manera el Códice Euricianus del 470 de nuestra era; por último el fuero juzgo del rey visigodo Rocesvinto. Del Derecho Español es obligado el conocimiento de las siete partidas de Alfonso “X” bien llamado el sabio. Los fueros de Castilla, las capitulaciones de Santa Fe, la recopilación de las leyendas Indias. Del Derecho Musulmán su sistema basado en la religión se nutre de la costumbre y la predicación de Mahoma plasmada en el Corán y las Sunnah (conducta, dichos y actos) referidos por un “sabih” y recopilados por el “ahadit”. Además, el Idjma que es el dogma de la infabilidad, es la interpretación definitiva. El Quiyas o razonamiento analógico. Recordemos que la península Ibérica fue dominada, 800 años por los musulmanes. Como herencia del Derecho Canónico señalamos las compilaciones de Bucardo, Anselmo de Luca e Ivo de Chartres. El Decreto de graciano Los Decretales de Gregorio IX Liber Sextus Clementinas Se preguntaran ustedes por que esta relación histórica. La razón es de suma importancia. El derecho Latinoamericano sufre hoy una gran envestida por el sistema de derecho ingles o del Common Low. Dentro del neoliberalismo y la globalización existentes, las formas de colonización se han transformado. Ahora los países poderosos utilizan la tecnología, los sistemas computacionales, el ciber-espacio para introducir sus productos, lenguaje, inversiones, servicios y sistemas jurídicos. Si los latinoamericanos no defendemos nuestra cultura y forma de vida, esta será desplazada en breve, los pasos se han dado, la invasión a comenzado, las instituciones del derecho común empiezan a atener carta de naturalización en nuestros países. Esta es la advertencia que lanza desde esta alta tribuna del Palacio de Gobierno del Departamento de Boyacá, anfitrion de nuestro Congreso. Defendamos nuestro derecho, que viejo de siglos ha podido sentar las bases del desarrollo Latinoamericano. La frase de Radbruch, que hago mía, es aleccionadora “El sistema romano es la cultura humanista aplicada al Derecho; no queremos ser juristas rutinarios, sino juristas cultos”. Muchas gracias