Yo fui a vida con Cacho1” Región 20 Distrito Lobería CEF 43. Correo electrónico: [email protected] Autores: Prof. Javier Martínez (Secretario) y Prof. Cecilia Corbellini (Inspectora). Subsecretaría de Educación Dirección de Educación Física 1 Yo fui a vida con cacho es el nombre de un grupo de FACEBOOK creado por ex alumnos que continúan intercambiándose sus experiencias de vida y fortaleciendo los vínculos en la actualidad. Constan en él anécdotas y fotos además de relatos personales Yo fui a vida con Cacho La narrativa procura relatar algunas de las experiencias realizadas en el distrito de Lobería, por el CEF N° 43, en sus propu estas de Vida en la Naturaleza desde su creación. Las mismas marcaron profundamente a sus alumnos, algunos de los cuales se desempeñan en la actualidad como docentes en el CEF, continuando con lo realizado por estos profesores pioneros de la actividad en nuestra ciudad. El relato intenta recuperar el modo en que las vivencias que protagonizaron los alumnos de los primeros 15 años del CEF 43 forjaron parte de su identidad como profesores actuales de la institución. Se trata de reconstruir las propuestas de enseñanza de Vida en la Naturaleza, especialmente, para documentarlas y resignificarlas como insumo en las instancias de reflexión y toma de consciencia sobre el impacto y orientación que generó en el proceso de formación de los actuales docentes. El CEF 43 de Lobería resulta una Institución modélica por el lugar que ocupa en su comunidad. Además de la valoración y el respeto por la calidad educativa sostenida, genera un punto de encuentro, un lugar por el que todos pasan en algún momento de la semana. En este marco, la calidez y afecto que tiñe las relaciones se manifiesta a través de la cita permanente de recuerdos y vivencias compartidas. La Educación Física significa en estos actores tanto lo común como lo propio. El CEF ocupa un espacio simbólico de acogida, de unión y el contexto específico donde tiene lugar la interacción. Se constituye en espacio material porque fue construido por sus propias manos, conseguidos los recursos con trabajo propio y desarrolladas las jornadas de edificación como experiencias de aprendizaje compartido en sí mismas. Es posible observar en el equipo de profesores actuales del CEF 43 la constitución de una comunidad educativa que funciona como grupo. El proyecto educativo es implícito y manifiesto en el compromiso con la institución, cuidado de su calidad educativa y prestigio social. La forma del proyecto de Vida en la Naturaleza se encuentra escrito, en el mismo es posible leer las actividades que se fueron realizando y su planificación. El desafío consiste en identificar los saberes enseñados durante las actividades de Vida en la Naturaleza desde el año 1983 en adelante de las cuales fueron alumnos la mayoría de los profesores que se desempeñan actualmente en la institución y que hoy se manifiestan en competencias profesionales de estos docentes. El CEF 43 se creó durante el año 1982. El Equipo Directivo rápidamente se conformó con el Director Hugo Rodríguez, el Regente Evelio “Cacho” Herrrera y la Secretaria Estrella Balod. En los relatos de los protagonistas se entrecruzan anécdotas sobre las tareas de construcción edilicia, los logros deportivos, viajes a encuentros, jornadas interminables en el parque y club de pesca. Una constante en todos los relatos es el reconocimiento mutuo en el rol que ocupaban: Un equipo docente emprendedor incansable, capaz de imaginar caminos tanto como generar y gestar a través de la propia presencia e intervención educativa la concreción de cada emprendimiento. Alumnos orgullosos y protagonistas que participaban de todas las propuestas posibles. Consultado el Profesor Herrera sobre las razones por las que enseñaba “Vida en la Naturaleza” explica que él había estudiado en el INEF de San Fernando, donde le enseñaron la actividad que le parecía muy importante por la integración que se logra en el grupo. La propuesta se inició los días sábados con canotaje en el lago. La clase duraba dos horas pero se quedaban todo el día en el parque, jugaban, armaban fogones u otra actividad. Durante la semana enseñaba los contenidos teóricos y el sábado los ponían en práctica. Fue creciendo la matrícula y se empezaron a planificar campamentos. Primero fueron campamentos de corta duración en Arenas Verdes, Río Quequén, Necochea. Más tarde fueron cuatro años a Sierra de la Ventana con acenso a la Sierra de la Ventana y a Tres Picos. Estos campamentos duraban cuatro días y entre todos planificaron un campamento de larga duración. En el año 1987 fueron a Bariloche 16 días a la Base del SAC (Servicio Argentino de Campamento), que está sobre el Lago Moreno y al pie del Cerro López. Durante el campamento se realizó un trecking hasta el Refugio López. El año siguiente hicieron un viaje de 28 días en el que visitaron: Madryn, Trelew y Rawson en 4 días, luego 20 días en Futalaufquen (a 50 km de Esquel), y volvieron pasando por El Bolsón y Bariloche. Pasaron un día en el CEF de Bariloche y llegaron a Lobería después de 28 días en total. Viajaron 80 personas en dos colectivos. En el ‘89 fueron a la Base de Nonthue en San Martin de los Andes en un viaje que duró 19 días. En el ‘90 fueron a Lago Puelo, 17 días. En el ‘91 fueron a Tucumán el 9 de julio (la base de Cochuna que esta al pie del Aconquija casi Catamarca), 15 días. Ese mismo año el grupo era muy grande entonces se dividió. Los más grandes planificaron un campamento en Nonthue, San Martín de los Andes del 15 de enero al 31 de enero y los más chicos a Lago Puelo del 4 de febrero al 19 de febrero. Al año siguiente (1992) fueron a la Base del Lago Mascardi. Al otro año (1993) a la Base de Lago Los Césares subiendo el Cerro Tronador. Al otro año (1994) a la Base del Lago Gutiérrez todas estas salidas, en Bariloche. En 1995 volvieron a los Césares y a Lago Puelo. En forma simultánea a lo relatado, en diciembre realizaban el descenso del Rio Quequén desde su nacimiento hasta Necochea en kayak y canoa con algún raid de esos con 20 a 25 personas y otros con más de 40. Todas las familias estaban en cada etapa donde armaban campamento, comían y seguían al otro día. Esto se hizo durante 12 años seguidos, después en algunos años lo hicieron en menos días y otras veces cada tres años. Los relatos sobre las actividades realizadas durante cada experiencia detallan grandes caminatas con enseñanzas técnicas y relacionadas a la contemplación, disfrute y cuidado de la naturaleza. Había situaciones de solución grupal, como uso de sogas para vadear ríos, preparación del equipo armados de vivacs, cocina. También se desarrollaban diferentes juegos donde investigaban sobre el impacto del hombre en su hábitat e invitaban a actores locales para el intercambio y/o aprendizaje según necesidades específicas (Guarda parques, baqueanos, guías, etc.). Merecen especial mención los relatos sobre situaciones en que la incertidumbre propia del medio en que se desarrolla la actividad se manifestaba en forma extrema demandando adecuaciones y resoluciones no previstas. Durante el Campamento de Lago Puelo cruzaron a Chile caminando. El baqueano debía llevarles a la noche las carpas y comida, pero no las llevó. Se arreglaron armando refugios y encontraron una familia alemana a quienes le compraron comida. En otra oportunidad el colectivo se rompió en plena Patagonia y debieron esperar otro micro que salió de Necochea y los llevó hasta Trelew. En cada anécdota aparecen situaciones divertidas y son valorizadas como “los mejores momentos”. Quien escucha se sorprende de la tranquilidad con que relata Cacho situaciones de tanta complejidad y la seguridad con que resolvieron dificultades que hoy se convirtieron en verdaderas experiencias de vida compartida. Los alumnos, hoy profesores, expresan que esos viajes los marcaron, que son amigos con la profundidad de sentimientos construidos en días enteros de trabajo comunitario, fogones, escaladas en las que sólo contaban, cuidaban y eran cuidados por sus compañeros. Los profesores y sus enseñanzas son referencia permanente de la propia imagen profesional. Aprendieron que las formas de comunicación y consideración definen el entorno en que vivimos y que el docente condiciona, cuida y sostiene con su intervención pedagógica esa posibilidad. Que el saber que da la seguridad y disponibilidad del docente para afrontar experiencias de enseñanza superadoras se construye en la propia práctica, cuando la misma se realiza con responsabilidad. Los recursos materiales eran juntados a lo largo del año. Tenían, además, la confianza creciente de las familias, la motivación de compartir y la valoración del resultado de su propio esfuerzo. Hoy se observa en el Desarrollo Institucional del CEF 43 la construcción iniciada y forjada por sus tres primeros conductores: Hugo, Cacho y Estrella, en el clima profesional de inquietud para la mejora cualitativa de las propuestas, en la participación masiva en cada encuentro, evento y/o proyecto de Educación Física, en el trabajo incansable de la mayoría de los docentes y en el compromiso educativo de la institución en su conjunto.