El Contrato de Leasing 1. CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS. El CONTRATO DE LEASING es uno de los contratos atípicos más importantes que han surgido en la sociedad moderna al amparo del artículo 1.255 del Código Civil, en el cual se consagra la autonomía de la voluntad. Permite al empresario que lo utiliza conseguir para su empresa una serie de ventajas de tipo fiscal, de costes, de cuotas y sobretodo la final opción de compra. Se le conoce también como ARRENDAMIENTO FINANCIERO. Esta modalidad contractual nació en Estados Unidos, y se fue introduciendo en España a mediados de los años sesenta. El contrato de arrendamiento financiero (que es la modalidad de leasing más conocida y empleada), puede ser definido con carácter general, como aquel que tiene por objeto exclusivo la cesión del uso de bienes muebles e inmuebles, a cambio de una contraprestación consistente en el abono periódico de unas cuotas. Los bienes objeto de cesión deben ser destinados por el usuario únicamente a sus explotaciones agrícolas, pesqueras, industriales, comerciales, artesanales, de servicio o profesionales. Y sobretodo, incluye necesariamente una opción de compra a su término a favor del usuario. 2. PARTES QUE INTERVIENEN EN EL CONTRATO. 1. Cualquier entidad de crédito que se encuentre dentro del RD 1298/1986. Se ha de considerar que desde el 1 de enero de 1990, las operaciones de arrendamiento financiero pueden ser también asumidas por las entidades de crédito que cumplan las condiciones previstas en la normativa que regula este tipo de contratos. Los establecimientos de crédito que se hayan especializado en este mercado tendrán que incluir en sus estatutos la actividad negocial del arrendamiento financiero, conforme a los requisitos del RD 692/1996. Se ha de considerar que las entidades de crédito que trabajen en el mercado del arrendamiento financiero, si bien tienen como actividad principal la realización de operaciones de arrendamiento financiero, es posible que desarrollen con carácter complementario, las siguientes actividades, aunque al hacerlo, no podrán beneficiarse del régimen fiscal específicamente previsto para el &uot;leasing": actividades de mantenimiento y conservación de los bienes cedidos, concesión de financiación conectada a una operación de arrendamiento financiero, actual o futura, intermediación y gestión de operaciones de arrendamiento financiero, actividades de arrendamiento no financiero, que pueden complementar o no con una opción de compra, asesoramiento e informes comerciales. 2. En cuanto al cliente, es necesario que se traten de empresarios o profesionales que puedan destinar el bien de equipo cuyo uso se cede a explotaciones agrícolas, pesqueras, industriales, comerciales, artesanales, de servicio o profesionales. 3. FIGURAS CONTRACTUALES INCLUIDAS EN LA OPERACIÓN DE LEASING. El contrato de arrendamiento financiero puede estar compuesto de las siguientes figuras contractuales: A. B. C. Contrato de comisión. El futuro arrendatario encarga a la entidad de crédito que compre y se convierta en propietario de un bien de equipo. El encargo debe explicitar que su finalidad es exclusivamente la de que el bien a adquirir se destine a la operación de arrendamiento financiero. Contrato de compraventa. La entidad financiera negocia con el suministrador del bien de equipo y lo compra. Se convierte en propietario del mismo tan pronto como se reúnen los ordinarios requisitos de título y modo. Cesión "financiera" del uso. Éste es el centro de toda la figura contractual de "leasing". En el coexisten: 1. Una cesión del uso: No hay transmisión de la propiedad, sino solamente de una de las facultades (el uso) integrantes de la relación dominical. La ley exige que ese uso sea el propio de las explotaciones agrícolas, pesqueras, industriales, comerciales, artesanales, de servicio o profesionales. Esta obligación cierra la posibilidad de que en España, el contrato de arrendamiento financiero pueda convertirse en fuente de financiación de los consumidores y usuarios. 2. Una intención financiera contrastable de ambas partes contractuales. De ahí el nacimiento de intereses repercutidos por el arrendador financiero (que es arrendador y que es, también, financiador) a cargo del arrendatario financiero (que es cesionario del uso, y que es, también, financiado). D. Un contrato de opción de compra. Es elemental que las partes acepten, como negocio inseparable del previo y principal (cesión financiera de uso) un contrato de este tipo en el que: el cesionario del uso (el cliente bancario) es optante. Tiene la facultad (no la obligación) de exigir a la otra parte que le transmita la propiedad del bien. Esto puede ocurrir, por mandato legal, únicamente el día pactado del vencimiento de la operación. Por otro lado, la entidad de crédito es la aceptante de la opción y no puede negarse a transmitir la propiedad si su cliente ejecuta su facultad. E. Y por último, un segundo contrato de compraventa que sería ejecución del anterior. Ejecutada la opción, el cedente del uso se convierte en forzoso vendedor y el cesionario en comprador. Hay que aceptar por consiguiente que, verificados los dos requisitos de título y modo, el cliente bancario ha tomado la posición jurídica de propietario final del bien de equipo. 4. OBLIGACIONES DE LAS PARTES. Por lo que se refiere a la ENTIDAD DE CRÉDITO, existen las siguientes obligaciones: A. B. C. Entregar el bien de equipo. En la práctica, la entidad de crédito no llega a poseer físicamente el bien, ya que el proveedor lo entrega directamente al usuario. Por lo que resulta cuestionable como entonces resulta ser dueño si, aunque haya título (la compraventa al proveedor), no hay modo (la entrega de la posesión). Para evitar este posible defecto técnico, se establece en las cláusulas contractuales una estipulación que afirma que el usuario ha recibido físicamente el bien de equipo bajo dos títulos legitimadores: primero, como representante de su verdadero propietario, que es la entidad de crédito; y, segundo, como usuario del bien, según el contrato de arrendamiento celebrado. Ceder el uso pacífico del bien de equipo. Ha de ser una "posesión activa", en el sentido de que el bien de equipo se utiliza para satisfacer las necesidades de la explotación concreta de titularidad del cliente bancario Ceder las acciones del propietario contra el suministrador. Tal cesión es consecuencia obligatoria de la cesión contractual de los riesgos derivados de los vicios ocultos. Se dice que si la entidad de crédito incluye en la póliza contractual una cláusula por la cual queda exonerada de la responsabilidad de todo arrendador en materia de vicios de la cosa (pues él es el propietario), tal cláusula se ha de considerar abusiva si no se acompaña de la posibilidad de ejercitar acciones contra el proveedor. Y como esas acciones son también del propietario, ha de cedérselas al usuario. Por lo que se refiere a las OBLIGACIONES DEL USUARIO, nos encontramos con: A. Recibir el bien. En caso contrario incurre en mora produciéndose los efectos ordinarios de la morosidad en un contrato sinalagmático. B. Usar diligentemente el bien. Lo cual implica no solamente un deber general de actuación protectora de los intereses del propietario (artículo 1552 del Código Civil), sino una especial obligación de afectación de la cosa a las necesidades de la explotación de su negocio. C. Permitir la inspección. Obligación íntimamente relacionada con la anterior, y por cuya virtud la entidad de crédito queda facultada para inspeccionar el estado del bien de equipo, en ejercicio de su potestad dominical de protección preventiva. D. Pagar las cuotas periódicas pactadas. El financiador asume las consecuencias del incumplimiento por el usuario de las obligaciones de pagar las cuotas. La propiedad del bien constituye su garantía. Puede utilizar su derecho de propiedad para garantizar el reembolso del crédito concedido. E. Pagar la prima del seguro. Es también habitual que se concierte un seguro de cosas vinculado y cuya finalidad sea cubrir el riesgo que pueda recaer sobre el bien objeto del contrato. De ser así, hay que observar que el pago de la prima nacería directamente del contrato de seguro celebrado (si bien indirectamente del de arrendamiento financiero de que aquél trae causa). 5. OBJETO DEL CONTRATO. 1. El bien. La cosa cuyo uso se cede necesariamente ha de estar afecta a las explotaciones agrícolas, pesqueras, industriales, comerciales, artesanales, de servicio o profesionales. No existe impedimento alguno para el arrendamiento financiero 2. inmobiliario, siempre que el inmueble de que se trate sea un bien afecto a necesidades de la explotación. El precio. Al tratarse de un contrato financiero, hay que diferenciar entre "interés-suma" e "interés cuota" ( o tipo de interés). Los contratos de arrendamiento financiero suelen pactarse a tipos de interés superiores a los del préstamo ordinario. Es habitual la exigencia de una comisión de apertura. Las cuotas han de ser constantes o crecientes, pero nunca decrecientes, pues de serlo acelerarían en exceso la ventaja fiscal de la deducibilidad en los primeros períodos de la vida contractual. Así se desprende del artículo 128.4 de la Ley del Impuesto de Sociedades. Los tipos, comisiones y plazos originan la existencia de un TAE que no suele coincidir con el tipo de interés nominal anual. Para el cálculo del TAE existe una regla especial aplicable al arrendamiento financiero: se considera como efectivo recibido el importe del principal del crédito mas el valor residual del bien. El importe, en su caso, de las fianzas recibidas se tiene en cuenta como sustraendo, a fin de establecer el efectivo puesto a disposición del cliente. Es interesante analizar el valor de la opción de compra, pues si es relativamente insignificante, el contrato de arrendamiento financiero puede quedar desnaturalizado y convertirse en una mera operación de venta a plazos de bienes muebles (STS de 28 de mayo de 1990). Sin embargo, es el propio Tribunal Supremo el que declara que si el precio de opción de compra coincide con el valor residual de una mensualidad no supone que se esté realizando y encubriendo un contrato de venta a plazos (STS de 28 de noviembre de 1997). 3. La duración. El tiempo es libre. Sin embargo, la legislación fiscal establece unas limitaciones que son de obligatoria observancia para la consecución de los beneficios fiscales deseados. De esta manera, en el arrendamiento financiero mobiliario, el período mínimo de duración es de dos años, y en el arrendamiento financiero inmobiliario, el mínimo es de diez años. Sin embargo, para evitar prácticas abusivas, se pueden establecer otros plazos mínimos de duración de los mismos en función de las características de los distintos bienes que puedan constituir su objeto. 6. LEASING FINANCIERO, LEASING OPERATIVO Y LEASE BACK.. El leasing financiero es el típicamente existente en el ámbito bancario. En él actúa como entidad financiadora una entidad de crédito o un establecimiento financiero de crédito especializado en este mercado. Por otro lado, el leasing operativo, se considera el verdadero germen de este tipo de operaciones financieras. En él no existe la figura de la entidad de crédito, sino que el fabricante del bien de equipo cede directamente el uso a su cliente, el cual lo adquiere contra el pago del canon periódico pactado. El leasing operativo se trata de un negocio cerrado entre dos partes y concebido como distinto e independiente de cualquier intervención de tercero que aporta los recursos necesarios para llevarlo a efecto. Esta fórmula se utiliza mucho por empresas fabricantes de determinados bienes, en especial de locomoción, que fomentan con ella la comercialización de sus productos. Sin embargo, entre el leasing operativo y financiero existe una notable diferencia, consistente en que en el leasing financiero se produce la irrupción de un tercero, que ni es el propietario que desea vender ni el que desea utilizar y, en su caso, adquirir, y es concretamente este tercero el que protagoniza la complicada operación resultante y establece y asume las relaciones jurídicas y económicas que conspiran para la producción del resultado. El contrato de leasing financiero es irrevocable para el período inicial de arrendamiento, mientras que el contrato de leasing operativo puede ser rescindido antes de finalizar el plazo inicialmente acordado. La consideración de los riesgos para el proveedor o para la sociedad de leasing también presenta ciertas diferencias según se trate de una operación operativa o financiera. En el leasing financiero, la solvencia económica del futuro usuario-arrendatario es el elemento clave en la evaluación de riesgos, mientras que en el operativo, este análisis se basa en la vida útil del bien a arrendar. La sociedad de leasing, al término del período irrevocable, recupera el valor total de su inversión más un beneficio por la prestación del servicio financiero; en el leasing operativo, el proveedor-arrendador obtendrá un beneficio en función de las posibilidades de realquiler del material que se presenten y que depende de la duración económica del bien. Tradicionalmente, los plazos de los contratos de leasing financiero oscilan, por lo general, entre dos y cinco años para bienes mobiliarios mientras que los de leasing operativo difícilmente superan los tres años. El leasing operativo es fundamentalmente utilizado por las empresas multinacionales sobre un tipo de bienes estandarizados cuya propensión a que la tecnología del bien quede obsoleta es bastante alta. Por eso, esta fórmula debe contemplarse mas bien, como un medio de promoción de ventas para determinadas empresas y productos. Lease back. En esta modalidad faltaría el suministrador o proveedor. El propietario de un bien lo vende a la entidad de crédito, la cual simultáneamente le cede el uso contra el pago del correspondiente canon periódico. Es una fórmula en la cual el futuro arrendatario, un empresario o usuario, se desprende de un bien de su propiedad, vendiéndolo a una sociedad de leasing que, a su vez, se lo arrienda en régimen de leasing propiamente dicho. La ventaja financiera que se obtiene con esta operación es la conversión del inmovilizado en recursos disponibles, mediante la reducción del primero a cambio de aumento de los segundos. Son operaciones en las que el vendedor o proveedor del material y el usuario son una misma persona. Salvo en lo que se refiere al aspecto subjetivo del negocio jurídico, se documenta en contratos con los mismos pactos y cláusulas básicas que se contienen en los demás. La finalidad económica comúnmente perseguida por el usuario en este tipo de operaciones es la de obtener tesorería para atender a las necesidades de explotación del negocio o para atender a nuevas inversiones en activos. También se utiliza esta modalidad en operaciones sobre materiales de importación, cuando es el futuro usuario quien, por razones de licencias u otros trámites administrativos, ha importado a su propio nombre el bien en cuestión, y una vez en territorio nacional, lo vende a la entidad de arrendamiento financiero, que se lo cede en leasing. Resumiendo, se puede decir que esta operación se caracteriza por: o El precio pagado a la empresa propietaria es, frecuentemente, inferior al valor del bien en el mercado. Desde el punto de vista económico los contratos (de venta y arrendamiento) representan un contrato único complejo en el sentido de que la empresa no vendería si no estuviese segura de disfrutar del mismo bien en arrendamiento. o · El importe de los cánones se establece en función del precio pagado para la adquisición, de la duración del contrato de arrendamiento y de la modalidad de restitución. o · Los gastos de mantenimiento, seguro y gastos fiscales relativos a la propiedad de los bienes corresponden al vendedor arrendatario, que puede efectuar todas las modificaciones que considere oportunas. o · La empresa vendedora-arrendataria al final del contrato vuelve a ser propietaria del bien pagando un módico precio de rescate preestablecido desde el inicio del acuerdo; también, en algunos casos, con el pago del último plazo de los cánones, la empresa recupera automáticamente la propiedad del bien. o · Tratándose de una forma de financiación a largo plazo de importe relevante, se adapta, preferentemente, a las empresas industriales o de grandes dimensiones y, en particular, a aquellas de servicios. 7. EXTINCIÓN DEL CONTRATO. El contrato de arrendamiento financiero normalmente se extingue, en la fecha de vencimiento pactado, mediante el ejercicio de la opción de compra por parte del usuario, lo que le obliga al pago del valor residual y, verificado éste, le convierte en propietario del bien de equipo. Si el usuario excepcionalmente no ejercita la opción, aparecen dos alternativas: que se prorrogue el contrato por el período que las partes pacten; o que el cesionario devuelva a la entidad de crédito la posesión del bien. Ésta puede, a su vez, enajenarlo, o volver a cederlo en arrendamiento financiero.