139 LA "POLIS" ¿ARTIFICIO O NATURALEZA? The "polis", artifice or nature? MARÍA L. LUKAC DE STIER Resumen La intención del presente trabajo es analizar la condición sociable del hombre. En otros términos, si el hombre busca por su naturaleza una vida común en la "polis", o si ésta resulta como producto artificial generado por conveniencia para superar un estado de inseguridad y temor producido por sus semejantes. El análisis se hace a la luz del modelo clásico, planteado por Aristóteles y Santo Tomás, y, por otra parte, tomando como paradigma de la modernidad el pensamiento de Thomas Hobbes. Abstract The intention of this work is to analyze the mankind sociable condition. In other words, whether mankind, according to its nature, is in search of a common life in the "polis", or this common life results as an artificial product originated in the terms of convenience in order to overcome an insecurity and fear state produced by its akin. The following analysis is in the light of the classical model established by Aristotle and Saint Thomas and, on the other hand, takes the thought of Thomas Hobbes as a paradigm of Modern Times. La ciudad como "polis", modelo formulado por los clásicos griegos, es la comunidad humana más perfecta donde se combinan, armoniosamente, el desarrollo de la persona como individuo y como animal político. Pero, fundamentalmente, es la evidencia de la sociabilidad natural del hombre. Cuando en el título de esta exposición nos preguntamos si es artificio o naturaleza, lo que estamos cuestionando, verdaderamente, es la condición sociable del hombre. En otros términos, si el hombre busca por su naturaleza una vida común en la "polis", o si ésta resulta como producto artificial generado por conveniencia para superar un estado de inseguridad y temor producido por sus semejantes. Durante la antigüedad clásica, y también en el Medioevo, no cabía tal cuestionamiento, pues la razón respetaba un orden natural teleológicamente MARÍA L. LUKAC DE STIER 140 dirigido a un fin perfectivo. Pero la modernidad con su rechazo de la teleología, su esquema mecanicista, su constructivismo epistemológico desembocó en el pacto, en el contrato, para explicar la "polis" como artificio que garantiza la paz y seguridad individual, sin aspirar a otra perfección que la de la preservación de la propia vida. 1 Si bien cronológicamente posterior, propongo analizar primero la postura artificiosa de la modernidad, en el pensamiento paradigmático de Thomas Hobbes, para volver luego a la posición clásica expresada a través de las doctrinas de Aristóteles y Tomás de Aquino, con el objeto de rescatar principios que el mundo contemporáneo posmoderno olvida frente a la sociedad globalizada, o como gusta llamar Marshal Mc Luhan la "aldea global". Es conocida la hipótesis lógica hobbesiana de un "estado de naturaleza" como un estado pre-social caracterizado como un estado de continua inseguridad y temor que hace la vida del hombre solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta . 2 La artificiosidad del sistema hobbesiano, el "constructum", aparece ya en esta misma noción de "estado de naturaleza", porque ésta no es una hipótesis histórica de Hobbes sino una hipótesis lógica, un modelo extraído del comportamiento de los hombres en una sociedad civilizada. Es una condición de antagonismo en que los hombres están o tienden a estar en todas las circunstancias, dentro y fuera de la sociedad civil, a causa de su naturaleza humana. En ella están las tres causas de la discordia que desencadenan la guerra de todos contra todos: la competencia, motivada 1 Ese constructivismo ha sido interpretado por G. Lukács como la continuidad de la filosofía moderna. Cfr. Geschichte und Klassenbewusstsein, Viena, 1922, p. 145: "el camino que conduce desde la duda metódica, del "cogito ergo sum" de Descartes hacia Hobbes, Spinoza y Leibnitz constituye un desarrollo rectilíneo, cuyo motivo determinante -que presenta formas variadas- es la concepción según la cual el objeto de conocimiento puede ser conocido por nosotros por el hecho de que es en la medida en que ha sido producido por nosotros". 2 Todas las citas de Hobbes están referidas a la edición Molesworth, The English works of Thomas Hobbes (E. W.) y Opera Philosophica Latina (O. L), London 1839-1845, 2 ed. 1966, Scientia Verlag. o Cfr. Leviathan, E.W.III, p. 113: "In such condition, there is no place for industry; because the fruit thereof is uncertain; and consequently no culture on the earth; no navigation, ñor use od the commodities that may be imported by sea; no commodius building; no instruments of moving, and removing, such things as require much forcé; no knowledge of the face of the earth; no account of time; no acts; no letter, no society; and which is worst of all, continual fear, and danger of violent death; and the life of man, solitary, poor, nasty, brutish and short". 141 LA "POLIS" ¿ARTIFICIO o NATURALEZA? por el afán de lucro; la desconfianza, motivada por el afán de seguridad y la gloria, motivada por el ansia de mantener la reputación . 3 Ahora bien, deseo advertir que Hobbes al referirse a la naturaleza humana, no asigna al término naturaleza el sentido tradicional de principio de actividad dirigido a un fin , pues como él niega las causas formal y final , la naturaleza queda reducida a un conjunto de fuerzas e impulsos materiales, mecánicamente considerados. 4 5 De los tres tratados políticos escritos por Hobbes, The Elements of Law Natural and Politic (manuscrito de 1640), De Cive (1642) y Leviathan (1651), sólo en el De Cive usa la expresión "estado de naturaleza" identificado con "estado de guerra de todos contra todos" . En las otras dos obras evita la expresión "estado de naturaleza" y lo reemplaza por "condición natural de la humanidad" , como condición de antagonismo y competencia que se da siempre en los hombres, y distinto del "estado de guerra" igual a condición que resulta cuando falta la sujeción a un poder común . 6 7 8 El estado de guerra de todos contra todos surge porque, según Hobbes, "Natura dedit omnia omnibus" , es decir, que todos los hombres tienen derecho a todo, lo que equivale a que nadie tiene derecho a nada, pues cada uno quiere lo que todos quieren. 9 En este derecho a todas las cosas, que el hombre tiene en estado de naturaleza, Hobbes funda la igualdad de los hombres, que es explicada por él como igualdad de poder, pero que muestra, también, como todos 3 Cfr. Leviathan, cap. 13, E.W.III, p.l 12: "In the nature of man, we find three principal causes of quarrel. First, competition; secondly, diffidence; thirdly, glory". 4 Cfr.Tomás de Aquino, In Phys. L. II, lect. I, 5: "natura nihil aliud est quam prncipium motus et quietis in eo in quo est primo et per se et non secundum accidens"; L. II, lect. XIV, 8: "natura nihil est aliud quam ratio cuiusdam artis, scilicet divinae, indita rebus, quae ipsae res moventur ad finem determinatum". 5 Cfr. De Corpore, E.W. I, p. 131: "The writers of metaphysics reckon up two other causes besides the efficient and material, namely, the essence, which some call the formal cause, and the end, or final cause, both which are nevertheless efficient causes". 6 Cfr. De Cive, E.W. II, p. 11: ..."it cannot be denied but that the natural state of men, before they entered into society, was a mere war, and that not simply, but a war of all men against all men". 7 Cfr. título del capítulo XIII del Leviathan: "Of the natural condition of mankind as concerning their felicity, and misery". 8 Cfr. E.W.III, p. 112-3: ..."during the time men live without a common power to keep them all in awe, they are in that condition which is called war". 9 Cfr. De Cive, cap. 1, 10. 142 MARÍA L. LUKAC DE STIER somos igualmente vulnerables. La igualdad no provoca unidad entre los hombres sino que los enfrenta. Esta idea es la que queda plasmada en la Epístola Dedicatoria del De Cive en la famosa expresión "homo homini lupus". La expresión que ha quedado como la más representativa de la filosofía de Hobbes entre los legos, expresa todo el egoísmo natural y la agresividad propia del hombre en su condición natural. Pero junto a ella aparece otra expresión menos citada, "homo homini Deus" , de la que pueden hacerse dos lecturas: la primera como emblema del hombre que se transforma en un Dios para el hombre en la figura del soberano, el Leviathan, "el dios mortal a quien todos debemos bajo el Dios inmortal toda nuestra paz y seguridad" . La segunda lectura tiene un tono más cínico: cada hombre individual es un Dios para sí mismo, porque la paz y la seguridad no es un Bien Común sino un bien individual perseguido por todos. 10 11 Todo este pesimismo antropológico, que puede en parte atribuirse a la teología calvinista que Hobbes recibió en el Magdalen Hall, no permite que en el estado natural haya cultura, ni artes ni letras, ni propiedad, ni industria, ni sociedad, y lo peor de todo es la existencia del continuo miedo al peligro de una muerte violenta. La propuesta de Hobbes es la necesidad de salir de esta condición que se da, en parte, mediante las pasiones y, en parte, mediante la r a z ó n . La pasión básica es el temor. Éste lleva al hombre a buscar la sociedad. No lo hace de modo natural, pues no está naturalmente inclinado a amar a su semejante sino a perjudicarlo; por eso no va espontáneamente a su encuentro, sino a la búsqueda de su interés: la autopreservación. Los hombres no se asocian por naturaleza sino por artificio, por medio de un pacto o convenio. El origen no radica en la naturaleza común de los hombres sino en el miedo común. 12 10 Cfr. E.W. n, ii: ' T o speak impartially, both sayings are very true : that man to man is a kind of G o d ; and that man to man is an arrant wolf". Cfr. Bobbio, T.Hobbes, Opere politiche 1, Turín, 1971, p. 58, nota 4: allí Bobbio considera a Plauto y a Símaco como los autores de los dos aforismos, y considera que éstos llegaron a Hobbes por vía de Bacon. Tricaud, en cambio, sugiere, que los toma de Erasmo; cfr.Tricaud, F., "Homo homini deus", "Homo homini lupus": recherches des sources des deux formules de Hobbes", A.A.V.V., HOBBESFORSCHUNGEN, Berlín, 1969, p. 61-70. Cfr. Sorgi, G., "At the Core of Hobbes" Thought", Hobbes Studies IX, 1996, Assen, p. 3-10. 11 Cfr. Leviathan, E.W. III, p. 158: "This is the generation of that great Leviathan, or rather, to speak more reverently, of that mortal god, to which we owe under the immortal God our peace and defence". 12 Cfr. Leviathan, E.W. III, p. 115-6: "And thus much for the ill condition, which man by mere nature is actually placed in; though with a possibility to come out of it, consisting partly in the passions, partly in his reason". 143 LA "POLIS" ¿ARTIFICIO o NATURALEZA? El hombre, por medio del pacto, transforma el miedo o temor mutuo de todos hacia todos en el temor de todos hacia uno. En el De Cive encontramos una expresión muy precisa referida al origen de la sociedad: "Debemos, por lo tanto, acordar que el origen de todas las sociedades grandes y perdurables no consistió en la mutua buena voluntad que los hombres tuvieron unos con otros, sino en el mutuo temor experimentado entre ellos" . 13 También en el Leviathan encontramos textos similares que asignan al temor el ser causa u origen de la sociedad. Leemos: "El miedo a la opresión dispone al hombre a anticiparse o a buscar ayuda en la sociedad, pues no hay otra vía por la que un hombre pueda asegurar su vida y su libertad" . 14 El mismo Hobbes se hace cargo de alguna posible objeción y así en una nota al texto del De Cive, asume que se objeta como improbable que los hombre hagan surgir del miedo la sociedad civil, pues si estaban tan aterrorizados no soportarían mirarse siquiera unos a otros. A raíz de esto, Hobbes aclara que su noción de temor (fear) va más allá del susto repentino, implicando una cierta previsión del mal futuro. Aclara también que él no concibe la huida como única propiedad del temor, sino también la desconfianza, la sospecha, la precaución para no tener que temer, etc.; todo esto se produce como consecuencia del temor en aquél que lo experimenta. También señala como causas del temor mutuo la igualdad natural entre los hombres y su mutua voluntad de hacerse daño, lo cual no nos permite esperar de los otros ni prometernos a nosotros mismos la mínima seguridad. Este es, precisamente, el punto. El estado de naturaleza no le da al hombre ningún tipo de seguridad, pues el estado de guerra de todos contra todos pone en duda incluso la mera supervivencia, no ya la calidad de vida. Se podría objetar que la concepción del estado de naturaleza como un estado de guerra permanente no es realista. Pero Hobbes entiende por estado de guerra no tanto el conflicto violento continuo, sino aquel estado en el que la tranquilidad es precaria y en el que la paz resulta posible únicamente por la amenaza continua de la guerra. Así lo expresa en el Leviathan: "de tal modo, la naturaleza de la guerra no consiste en la lucha actual, sino en la conocida disposición para la misma, durante todo el tiempo mientras no se asegure lo contrario " . 15 13 De Cive, E.W. II, p. 6. 14 E.W. III, p. 88. 15 E.W. III, p. 113. Cfr. lugares paralelos en Elements of Law I, 14, 2; De Cive I, 12. 144 MARÍA L. LUKAC DE STIER Goldsmith, un estudioso de Hobbes, interpreta este tema de la inseguridad y del temor, así como el mejor modo de resolver esta situación. Afirma que la seguridad es imposible en la medida en que los hombres tienen deseos contrapuestos no refrenados, y, especialmente, porque el grado de los deseos de otros hombres es impredecible. Cada hombre es roído por la ansiedad de lo futuro. Puede alcanzar la seguridad estando un paso delante de los demás, intentando conquistar o matar a otros antes de que ellos puedan hacer lo mismo. Pero ésta no es una solución satisfactoria ya que ningún hombre puede esperar tener éxito continuo en este tipo de intento. Para Goldsmith, siguiendo la nota aclaratoria del De Cive, la única solución es formar una sociedad, ya sea por la fuerza de la conquista o por el acuerdo mutuo . En esto reside el patrón de conducta humana que Hobbes quiere destacar. El hombre es un animal con deseos y temores. Desea la presencia de otros hombres pero la misma le resulta angustiante y peligrosa. Para satisfacer sus deseos y calmar sus temores debe encontrar una manera de vivir con los demás. "La sociedad es posible si los hombres pueden usar el deseo y el temor especialmente el temor- para crear una situación en que los hombres puedan estar bastante seguros unos con otros" . 16 17 Estas aseveraciones tienen su fundamento en los textos de Hobbes. Así, puede leerse en De Cive: "Pues todo hombre por necesidad natural desea lo que es bueno para él, no hay quien estime (considere bueno) una guerra de todos contra todos... Y también sucede que a través del temor mutuo pensamos que nos conviene salir de esta condición y obtener asociados; de tal modo que si deba haber guerra no deba ser contra todos los hombres, ni sin ayuda alguna". 18 Del texto transcripto se deduce que además de los deseos y del temor lo que motiva a buscar el pacto como solución es la razón como cálculo de lo conveniente. Es decir, al patrón de conducta humana constituida por deseos y temores hay que agregar la razón, no como potencia, sino como actividad o función previsora y calculadora. Esto se confirma en todas las obras políticas de Hobbes. Así leemos en el The Elements of Law: "la razón, por lo tanto, le dicta a todo hombre, por su propio bien, buscar la paz tanto cuanto se tenga la esperanza de obtenerla; y de fortalecerse a sí mismo con toda la ayuda que pueda procurarse para su propia defensa contra aquellos por los cuales esa paz no puede ser obtenida; y 16 Goldsmith, M, Thomas Hobbes o la política como ciencia, F.C.E., México, 1988, 17 ídem. 18 E.W. II, p. 12. p. 86-87. 145 LA "POLIS" ¿ARTIFICIO O NATURALEZA? 19 hacer todas las cosas que necesariamente conducen a e s o " . Del mismo modo se lee en el De Cive: "Pues cuando por naturaleza todos los hombres tienen derecho sobre todas las cosas, cada hombre tiene el derecho de gobernar sobre todo, tan antiguo como la naturaleza misma. Pero la razón por la que esto fue abolido entre los hombres no es otra que el miedo mutuo, como ya ha sido declarado antes en el cap. II; la razón, a saber, dictándoles que deben perseguir el derecho a la preservación de la humanidad" . 20 Hobbes desea dejar en claro que si bien las pasiones son las que llevan a los hombres a entrar en conflicto, son también ellas mismas las que los estimulan a buscar la salida del conflicto, salida que será calculada por la razón que determine lo conveniente en orden a los medios. De todos modos, es evidente la necesidad que tienen los hombres de asociarse para que su vida deje de ser "solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta" . 21 Por supuesto, esta asociación entre los hombres, como ya se ha dicho, no es algo natural para Hobbes, aunque éste reconoce que sí lo es para ciertos vivientes como las abejas y hormigas. Citando a Aristóteles, en el cap. 17 del Leviathan, afirma que tales creaturas irracionales son naturalmente sociables, pero explica los motivos por los que él no acepta de Aristóteles que el hombre sea un animal político por naturaleza. Enumera seis motivos por los que difieren los animales irracionales de los hombres. Primeramente, Hobbes hace notar que las creaturas irracionales carecen de pasiones que las lleven a la continua competencia y finalmente a la guerra. En segundo lugar, para las creaturas irracionales el bien común no difiere del bien privado o particular, y estando naturalmente inclinadas al bien privado logran al mismo tiempo el bien común, lo que no sucede entre los hombres. En tercer lugar, como su nombre lo indica carecen de razón por lo que no observan fallas en los demás y no piensan que cada una de ellas puede ser mejor que la otra, a diferencia de los hombres. En cuarto lugar, si bien producen ciertos sonidos para comunicarse, carecen de lenguaje lo que las preserva de las consecuencias nefastas de la retórica, usada por los hombres para hacer aparecer lo bueno como malo y lo malo como bueno; vale decir las creaturas irracionales son incapaces de engaño. En quinto lugar, como no pueden distinguir entre injuria y daño no se 19 The Elements of Law 1,14,14, edición de Ferdinand Tönnies, Barnes & Noble, New York, 1969. 20 E.W. n, p. 206-207. 21 Leviathan, E.W. III, p. 113. 146 MARÍA L. LUKAC DE STER ofenden con sus semejantes. Por último, el acuerdo (agreement) entre estas creaturas irracionales es natural, mientras que el acuerdo entre los hombres es artificial pues solamente puede darse mediante un pacto, y requiere de un poder común que, por el terror que infunde, ordene sus acciones para el beneficio de todos . 22 De lo expuesto podemos concluir que mientras la sociabilidad es natural entre los seres irracionales, la sociabilidad en el hombre sólo se logra por medio del pacto o convenio, que es artificial y responde al temor mutuo. Para Hobbes, ningún vínculo liga por naturaleza a los hombres. La persecución del bien es absolutamente individual y, a la vez, es fuente de antagonismo. Sin embargo, la razón, movida por las pasiones, calcula un modo artificial de compaginar los intereses de los individuos. Debido al antagonismo natural entre los hombres, todo orden es una creación de la voluntad humana; el orden social es producido por el consentimiento que, a su vez, está condicionado por la búsqueda del propio bien. El pacto se nos presenta como una conclusión del cálculo que la razón elabora sobre nuestro interés, que a su vez, se funda en nuestras pasiones. El propósito principal del pacto es acabar con las causas de la inseguridad. La causa principal de esa inseguridad es la ausencia de un poder común. La única forma de constituir un poder común es que todos los individuos consientan en renunciar al propio poder y en transferirlo a una sola persona, ya sea una persona física o una persona jurídica si se tratara de una asamblea, que tendrá todo el poder necesario para asegurar la paz. Este poder comprende el supremo poder económico o dominium y el supremo poder coactivo o imperium . Hobbes llama a este pacto "pacto de unión". En el De Cive leemos: "Esta sumisión de las voluntades de todos aquellos hombres a la voluntad de un hombre o un consejo, está hecha cuando cada uno de ellos se obliga a sí mismo por contrato con respecto a cada uno del resto a no resistir la voluntad de aquel hombre o consejo al cual él se ha sometido.... lo que es llamado unión" . 23 24 22 E.W. III, p. 156-157: "Lastly, the agreement of these creatures is natural; that of men, is by covenant only, which is artificial; and therefore it is no wonder if there be somewhat else required, besides covenant, to make their agreement constant and lasting; which is a common power, to keep them in awe, and to direct their actions to the common benefit". 23 Cfr. Leviathan XVI, 3, OL: "Exitum e conditione belli omnium contra omnes leges et pacta per se praestare non possunt...,verba sunt, non timentur, ideoque ad securitatem hominum per se sine armis inutilia sunt". E.W. III, p. 154: "covenants without the sword are but words, and of no strength to secure a man at all". 24 E.W. II, p. 68. 147 LA "POLIS" ¿ARTIFICIO O NATURALEZA? Previamente, en The Elements of Law, Hobbes había definido la unión en los siguientes términos: "Cuando muchas voluntades están envueltas o incluidas en la voluntad de uno o más, se consiente, entonces, que esa inclusión de muchas voluntades en una o más es llamada U N I Ó N " . 25 La modalidad del pacto de unión consiste en la trasferencia que los individuos realizan de su derecho natural a un hombre, o a un cuerpo de hombres, que por su lado no entran en el pacto. Leemos en De Cive, VI, 20; "Pues cada ciudadano pactando con su semejante, dice esto: Yo transfiero mi derecho sobre esta parte, con la condición que tú transfieras el tuyo del mismo modo, por cuyos medios ese derecho que cada hombre tenía antes para usar sus facultades para su propia ventaja, está ahora totalmente trasladado a otro cierto hombre o consejo para el beneficio común" . Comparemos con la formulación que aparece en Leviathan II, 17: "Yo autorizo y entrego mi derecho de gobernarme a mí mismo, a este hombre o a esta asamblea de hombres, con la condición que tú le entregues tu derecho, y autorices todas sus acciones de similar m o d o " . 26 27 Es evidente, en la comparación de los dos textos, que aparecen expresiones diferentes que, indudablemente, implican un cambio en el pensamiento político hobbesiano. Pero esto es tema para otra conferencia. Lo que deseo rescatar de ambos textos es la característica peculiar del "pacto de unión" y su diferencia tanto con el "pactum societatis" como con el "pactum subiectionis". A diferencia del "pactum societatis", el pacto de unión hobbesiano es un pacto de sumisión pues la obligación fundamental que contraen los individuos es la de obedecer todo aquello que ordene el detentador del poder. Pero a diferencia del "pactum subiectionis", en el que los contratantes son, por una parte, el populus en su conjunto, y por otro el soberano, el pacto hobbesiano es, como el "pactum societatis", un pacto en el que los contratantes son los individuos singulares vinculados entre sí, que se comprometen recíprocamente a someterse a un tercero no contratante. Precisamente, Hobbes usa la expresión multitudo (multitude) y no populus . Norberto Bobbio explica muy claramente esta cuestión: "Hobbes ha hecho del pacto único de unión un contrato de sociedad con respecto a los sujetos y de sumisión en cuanto al contenido" . De todos modos, el resultado es la constitución 28 29 25 The Elements of Law I, 12, 8. 26 E.W. II, p. 91. 27 E.W. III, p. 158. 28 Cfr. De Cive, E.W. II, p. 72, ver nota. 29 Cfr. Bobbio, N, "La teoría política de Hobbes", reimpresión en Thomas Hobbes, F.C.E., México, 1995, p. 51. 148 MARÍA L. LUKAC DE STIER de aquel poder común a través del cual se logra abandonar el estado de naturaleza para ingresar en el estado civil. Esta unión constituye la sociedad civil. Confróntese con el siguiente texto del De Cive: "Ahora bien, la unión hecha de este modo es llamada ciudad o sociedad civil, y también persona civil. Pues cuando hay una voluntad de todos los hombres, debe ser considerada como una persona... Una ciudad, por lo tanto, es una persona, cuya voluntad, por el pacto de muchos hombres, debe ser recibida como la voluntad de todos ellos; de tal modo que esta persona pueda usar todo el poder y las facultades de cada persona particular para el mantenimiento de la paz, y la defensa común" . 30 Creo que esta larga exposición del paradigma hobbesiano ha servido para mostrar la artificiosidad de la "polis", que tiene como único fºin la preservación de la vida de cada uno de los individuos que se someten a ella. Volvamos, ahora, a la posición clásica, en el modelo de Aristóteles y Tomás de Aquino, que para nosotros sigue siendo vigente por su realismo. Como filósofos realistas, que partimos de la misma experiencia sensible, pensemos en la posibilidad de una existencia individual humana desprovista de todo vínculo con otros congéneres. ¿Es acaso factible? Evidentemente no. Cada uno de nosotros, por el sólo hecho de existir, da cuenta de la unión real de otros dos individuos humanos: nuestros padres. Vale decir, que el nacimiento de cada uno de nosotros constituye de por sí un hecho social. Y el que hoy estemos reunidos en estas jornadas dedicadas al pensamiento del Doctor Común, es desde luego una demostración de sociabilidad, pero fundamentalmente supone un proceso social previo en cada uno de nosotros, a saber, la actualización de nuestras potencias intelectuales que no hubiera podido darse sin el aporte de otros, desde nuestros padres, pasando por los diversos profesores, hasta aquellos que han sido nuestros verdaderos maestros en la vida intelectual, y a quienes no nos hemos sometido por el temor!. Aristóteles y Santo Tomás que eran buenos observadores de la realidad, y no unos ideólogos utopistas, reconocen este dato de la realidad humana y lo fundan en la necesidad e indigencia del individuo, no en el temor mutuo. Así, Aristóteles en Ética Nicomaquea L V, 5 sostiene que "la necesidad une a los hombres, unión que se manifiesta inmediatamente en el intercambio recíproco" . Un texto similar encontramos en el C. Gentes 3, 128 cuando el aquinate sostiene que "el hombre es naturalmente animal social y necesita de muchos para alcanzar lo que uno solo 31 30 De Cive V, 9, E.W. II, p. 69. 31 Cfr.Aristóteles, Ética Nicomaquea, 1132 b 33-1133 a 5. 149 LA "POLIS" ¿ARTIFICIO O NATURALEZA? no puede". En el capítulo siguiente explicita aún más esta cuestión afirmando que "aquello por lo que algo es natural, exige que sea eso sin lo cual no puede darse, pues la naturaleza no falla en las cosas necesarias. Por lo tanto, es natural para el hombre que sea animal social, lo que es evidente porque un solo hombre no basta para todas las cosas que son necesarias para la vida humana " . 32 Años más tarde, al comentar la Política de Aristóteles, asume la distinción de éste respecto de diversos tipos de necesidades. La primera que expone es la de la generación como la primera comunidad de dos personas (macho y hembra) que no pueden ser el uno sin la otra . Esto al decir de Aristóteles "no acaece por razón de la elección sino como en los otros animales y plantas, que poseen un apetito natural de dejar en pos de sí a otro semejante a sí mismo " . No obstante, el mismo Aristóteles reconoce una distinción entre la unión que puede darse entre las bestias y la que se da entre los hombres, pues en la Ética Eudemia afirma que "el hombre es animal doméstico, y no se une como los otros animales, por un tiempo limitado con una hembra o un macho de ocasión, sino que en un sentido propio, el hombre no es solitario sino un animal que se asocia con aquellos con los que tiene un parentesco natural " . 33 34 35 También Santo Tomás distingue al hombre del resto de los animales, mostrándolo aún más indigente que éstos. Así pues en el De Regimine Principum afirma que "es natural al hombre ser animal social y político, que vive entre la muchedumbre, más que a todos los otros animales, lo que demuestra las necesidades naturales. Pues a los otros animales la naturaleza les preparó el mantenimiento, el vestido de sus pelos, la defensa por medio de dientes, cuernos y uñas, o al menos la velocidad para la fuga. El hombre, en cambio, no recibió nada de esto por parte de la naturaleza, pero en su lugar le fue dada la razón, para que mediante ella pudiese preparar todas estas cosas con el trabajo de sus manos; para lo cual un hombre solo no es suficiente. Porque un hombre por sí solo no puede atravesar la vida con suficiencia. Es por tanto natural al hombre vivir en sociedad" . 36 De la distinción que este texto muestra entre todos los otros animales y el hombre, a saber la razón, surge el segundo tipo de necesidad que señala Aristóteles en la Política, y Santo Tomás en el Comentario a la 32 Cfr. Suma Contra Gentiles, 3, 129. 33 lnPolit., L I , 11, n.17(Marietti). 34 Aristóteles, Política, I, 2 (1252a 27-30). 35 Aristóteles, Ética Eudemia, I V , 10 (1242a 22-25). 36 De Regimine Principum L I, c. 1. 150 MARÍA L. LUKAC DE STIER misma; esto es la necesidad de desarrollar y perfeccionar la razón. Después de haber afirmado la necesidad natural de la comunidad de dos personas en función de la generación, Aristóteles, argumentando que la naturaleza no sólo se propone la generación, sino también que las cosas generadas se salven, sostiene la necesidad de la comunidad doméstica, llamando a sus integrantes "homositios" (hombres de un solo manjar) porque comparten el mismo alimento, según un tal Charondas, o bien, "homokapnos" (hombre de un solo humo) porque se sientan alrededor del mismo fuego, según Epiménides . Santo Tomás comenta este pasaje diciendo que es natural que los hombres se asocien ayudándose entre sí, y por ello dice que "la casa o comunidad doméstica no es otra cosa que una comunidad constituida por su naturaleza para los actos que hay que realizar cotidianamente" , respondiendo así a las necesidades vitales que se presentan a diario. 37 38 Se agrega a la comunidad doméstica una tercera comunidad natural: el vicus (vecindad o barrio) que se forma por la unión de varias casas, pero que tiene por fin no las prácticas diarias sino la participación en actos exteriores no cotidianos , respondiendo así a las necesidades no cotidianas de la vecindad. 39 Finalmente, Aristóteles propone la comunidad perfecta, la polis, formada de muchos barrios (vici) que "nace de la necesidad de vivir y existe por causa de la necesidad de vivir bien " . El aquinate, comentando este párrafo aristotélico, afirma que la polis es una comunidad perfecta porque en ella se encuentra todo lo que basta para la vida humana, pero fundamentalmente porque permite que los hombres vivan bien, esto es, que ordenen sus vidas por la guía de leyes tendientes a la obtención de las virtudes . 40 41 En cuanto a que la polis es una comunidad natural, Aristóteles sostiene que toda polis es por naturaleza lo mismo que las primeras comunidades, pues el fin de ellas es la polis . Ampliando este concepto, Santo Tomás señala en su Comentario que "el fin de las cosas naturales es su naturaleza. Mas la polis es fin de las comunidades antes referidas, de las cuales se ha demostrado que son naturales, por lo tanto, la polis es natural" . 42 43 37 Aristóteles, Política, I, 2 (1252b 13-16). 38 In Polit., L I , 1.1, n. 26 ( Marietti). 39 In Polit., L . I , 1.1, n. 27 (Marietti). 40 Aristóteles, Política, I, 2 (1252b 27-30). 41 In Polit., L I , 1.1, n. 31 (Marietti). 42 Aristóteles, Política, I, 2 (1252b 30-32). 43 In Polit., L I , 1.1, n. 32 (Marietti). 151 LA "POLIS" ¿ARTIFICIO O NATURALEZA? Así llegamos al texto clave de este segundo capítulo del libro I de la Política, y la lección 1 del Comentario de Santo Tomás al mismo. Concluye Aristóteles: "De lo que antecede resulta manifiesto que la polis está entre lo que existe por naturaleza, y que el hombre es por naturaleza un animal político" . Comenta el Aquinate: "como la ciudad pertenece a aquellas cosas que son por naturaleza, y como no es sino la congregación de los hombres, se sigue que el hombre es un animal naturalmente civil " . 44 45 Hasta aquí, los textos de Aristóteles y Tomás de Aquino, no dejan lugar para duda alguna acerca de la sociabilidad natural del hombre, así como de la existencia natural de la polis. Sin embargo, desearía añadir dos últimos temas que contribuyen a esclarecer aún más la posición clásica: el papel y la importancia del lenguaje humano con referencia a la sociabilidad natural, y la prioridad natural de la ciudad con respecto al hombre singular. Con referencia al primer tema, el lenguaje, es importante comparar la visión aristotélica con la interpretación hobbesiana, ya expuesta, en la que se defiende la sociabilidad natural de los seres irracionales, precisamente, por carecer de lenguaje que los libra de la consecuencia nefasta de la retórica. Por el contrario, Aristóteles en la Política se refiere al lenguaje como elemento que muestra la superioridad del hombre con respecto a los demás animales, y en estrecha referencia a la sociabilidad humana, superior a la de cualquier animal que vive una vida gregaria . Explica allí, con gran acierto proveniente de su enorme poder de observación, que las voces animales sólo pueden comunicar mutuamente alegría o dolor, vale decir, las pasiones, emociones y necesidades del momento. Carecen de intencionalidad, no pueden hacer referencia al pasado, ni proyectarse al futuro. Santo Tomás comenta este texto de la Política señalando que "la locución es propia de los hombres porque a ellos les es propio, en comparación a los demás animales, que tengan conocimiento del bien y del mal, y también de lo justo e injusto, y de otras cosas que pueden dar a entenderse por medio del habla. Como al hombre le ha sido dada el habla por naturaleza, y ésta se ordena a que los hombres se asocien entre sí en lo útil y nocivo, en lo justo y lo injusto y otras cosas semejantes, se sigue, en virtud de que la naturaleza nada hace en vano, que los hombres se asocien en tales cosas " . Tam46 47 44 Aristóteles, Política, I, 2 (1253a 1-3). 45 ídem. n. 35. 46 Aristóteles, Política, I, 2 (1253a 7-10). 47 In Polit.,Ll, 1.1, n. 37 (Marietti). 152 MARÍA L. LUKAC DE STIER bién en el De Regimine Principum el aquinate había tratado este tema, después de mostrar que si las bestias conocen por instinto lo útil y lo nocivo para su especie, como la oveja conoce al lobo como enemigo, y otros animales distinguen las hierbas medicinales de las venenosas, "el hombre tiene conocimiento en común de las cosas que son para vivir, como quien por la razón puede de los principios universales bajar a los conocimientos necesarios para la vida humana". Esto implica que "no es posible que un hombre solo alcance por su razón todas las cosas, y así debe vivir entre otros para que unos se ayuden a otros, y se ocupen unos de inventar unas cosas y otros otras" . Para trasmitirse luego, mutuamente, lo inventado cuentan con algo que les es propio: el habla, "con lo cual pueden explicar sus conceptos totalmente" . En este último texto aparece implícita una capacidad exclusiva del hombre: la abstracción, capacidad que brota de su razón y le permite al hombre expresar conceptos: de útil y nocivo, de lo que se sigue también lo justo de lo injusto y, en términos generales, del bien y del mal, a través del lenguaje que se deriva como un proprium de su racionalidad. Pero, ciertamente, el lenguaje sólo tiene sentido en el diálogo, es decir, en un logos compartido, que constituye una evidencia de la sociabilidad natural humana. 48 49 Para finalizar, nos cuestionaremos acerca de la prioridad natural en la relación hombre-polis. ¿Pertenece al hombre singular, o bien, a la polis o ciudad? Aristóteles es muy claro en este asunto, en la Política, cuando afirma "primero es la polis que la casa y que cualquiera de nosotros, pues el todo necesariamente es por sí mismo" . Santo Tomás, en su Comentario aclara la cuestión mediante este argumento: "es necesario que el todo sea primero que la parte en el orden de la naturaleza y la perfección" . Unas líneas más adelante insiste en el mismo tema, indicando que es evidente que el todo es naturalmente primero que sus partes, aun cuando éstas sean primeras en el orden de la generación. Y compara la relación del hombre con la ciudad, con la de los miembros del hombre con él mismo. "...Como la mano o el pie no pueden ser sin el hombre, así tampoco uno de éstos puede bastarse totalmente a sí como para vivir separado de la ciudad... Resulta, pues, de todo esto, que la ciudad es primero por naturaleza que un hombre " . 50 51 52 48 49 De Regim., L I , c. 1. ídem. 50 Aristóteles, Política, I, 2 (1253a 19-20). 51 In Polit. LI, 1.1, n. 38 (Marietti). 52 In Polit., L I , 1.1, n. 39 (Marietti). 153 LA "POLIS" ¿ARTIFICIO O NATURALEZA? No se nos escapa la posible objeción. ¿ Cómo puede tener prioridad un todo relacional, como es la polis, sobre un todo sustancial, como es el hombre? La respuesta debe buscarse en el mismo texto tomista antes citado, donde Santo Tomás sostiene la primacía del todo, no en un orden genético, que él denomina allí orden de generación, sino en un orden de naturaleza y de perfección. Esto significa que el hombre tiene por naturaleza, como fin principal su perfección, que es a la vez un fin común a toda la especie. Como el hombre no agota su especie, las formas de esa perfección sobrepasan lo que puede alcanzar un individuo. La polis es, por lo tanto, como bien lo indica nuestro amigo el Prof. Widow, "un converger ordenado de las personas a su perfección común, y un complementarse ellas en la comunicación mutua de las diversas y multiformes participaciones particulares de esa perfección", o bien, la sociedad es "un todo potestativo, pues sus partes realizan de diversa forma la perfección que potencialmente radica en la naturaleza humana: es esta perfección el principio del orden social; si se prescinde de ella, no hay verdadera sociedad, y no hay por lo mismo nada que obligue a las partes respecto del todo " . 53 Cabe concluir que no siendo ninguno de nosotros un ente perfecto, y siendo nuestra naturaleza perfectible, la sociedad o la polis es el ámbito natural primero en el que hemos de buscar esa perfección, para plasmar nuestra naturaleza de acuerdo al fin que nos es inherente. No podemos dejar de comparar este significado perfectivo natural de la polis con el sentido artificioso único de medio para la autopreservación que representa la civitas en la modernidad, preservación, por otra parte, que en un "mundo globalizado" parece correr serio peligro. CURRICULUM VITAE: María L. Lukac de Stier es Profesora, Licenciada y Doctora en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires. Actualmente es investigadora del CONICET, Profesora Titular Ordinaria de Antropología Filosófica en la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas y en la Maestría de Ética Biomédica de la Universidad Católica Argentina. Asimismo es Profesora Titular de Introducción a la Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras (UCA). Es Secretaria de la Asociación de Estudios Hobbesianos, Tesorera de la Sociedad Tomista Argentina, miembro correspondiente de la Pontificia Accademia Pontificia Romana di S. Tommaso d'Aquino. Entre sus publicaciones se destacan Neomarxismo Yugoslavo, Aspectos doctrinarios (1981), Teorías filosóficas de la propiedad (1997), obra colectiva, El fundamento antropológico de la filosofía política y moral en Thomas Hobbes (1999), y más de cincuenta artículos de su especialidad en revistas filosóficas argentinas y extranjeras. Dirección postal: Carabobo 550 / 6 A- (1406) Buenos Aires-ARGENTINA, e-mail: mailto:[email protected] [email protected] o 53 Widow, Juan Antonio, El hombre animal político, Ed. Universitaria, Santiago de Chile, 1984, p. 25-26.