Ácido linoleico conjugado: interés actual en nutrición humana

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REVISIÓN
Ácido linoleico conjugado: interés actual
en nutrición humana
145.550
Ana María Haroa, Reyes Artachob y Carmen Cabrera-Viqueb
a
Unidad de Nutrición Animal. Estación Experimental del Zaidín-CSIC. Granada.
Departamento de Nutrición y Bromatología. Facultad de Farmacia. Granada. España.
b
El término ácido linoleico conjugado (ALC) incluye una serie de isómeros posicionales y geométricos del ácido linoleico. Las principales
fuentes naturales son la carne de animales rumiantes, la leche y los
derivados lácteos. Además, existe en el mercado una amplia gama de
alimentos que han sido enriquecidos en ALC (manipulación de la dieta del animal, adición de ALC procedente de otras fuentes naturales
como el aceite de cártamo). La diferencia estriba en que, mientras el
principal isómero presente de forma natural en los alimentos es el
cis-9,trans-11, las preparaciones comerciales contienen cantidades
similares de los isómeros cis-9,trans-11 y trans-10,cis-12. Aunque el
ALC es un componente minoritario en la dieta, en la actualidad ha
despertado gran interés y ha promovido una intensa investigación
acompañada de un boom publicitario debido a sus potenciales efectos
sobre la salud: modificación de la composición corporal con reducción de la masa grasa, propiedades antiaterogénicas, hipolipemiantes,
antidiabetogénicas e inmunomoduladoras, entre otras. Estos efectos
se han observado principalmente en modelos animales y cultivos celulares. Los estudios en humanos son escasos e incluso, a veces, contradictorios. En esta revisión se profundiza en los trabajos de investigación más recientes sobre el interés nutricional del ALC. De la
amplia revisión realizada se deduce la necesidad de estudios adicionales en humanos que permitan obtener datos sobre las cantidades
óptimas de ingesta, así como sobre los efectos tanto a corto como a
largo plazo, y posibles efectos secundarios de cada isómero individual
del ALC con el fin de determinar su seguridad y eficacia.
Palabras clave: Ácido linoleico conjugado. Efectos saludables.
Enriquecimiento de alimentos. Alimentos funcionales.
El término ácido linoleico conjugado (ALC) incluye una serie
de isómeros posicionales (7,9; 8,10; 9,11; 10,12 y 11,13) y
geométricos (cis o trans) del ácido linoleico (C18:2 serie n-6)
(fig. 1). Las principales fuentes naturales son la carne de
animales rumiantes, la leche y los derivados lácteos, si bien
hoy día existe en el mercado una amplia gama de alimentos
enriquecidos en ALC. Los 2 isómeros mayoritarios que se
encuentran de forma natural en los alimentos y que tienen
actividad biológica son el cis-9,trans-11 y el trans-10,cis-12.
El ALC se conoce desde los primeros estudios de Pariza et
al1 en la Universidad de Winsconsin-Madison, de EE.UU.
(década de los ochenta), que al investigar ciertos componentes carcinogénicos en carne de ternera a la parrilla descubrieron que algunos ácidos grasos derivados del ácido
linoleico presentaban propiedades anticancerígenas. Estudios posteriores, principalmente en modelos animales y con
cultivos celulares, han puesto de manifiesto otros efectos
Ácido linoleico
(cis-9,cis-12 C18:2)
Linoleic conjugated acid: current interest in human nutrition
Conjugated linoleic acid (CLA) is a group of positional and geometric
isomers of linoleic acid. The major dietary sources of CLA are meat
from rumiants and dairy products. There are also foods enriched in
CLA (by modification animal feed or addition of commercial CLA from
cartamo oil). However, the major isomer of CLA in natural food is
cis-9,trans-11 and commercial CLA contains approximately equal
amounts of cis-9,trans-11 and trans-10,cis-12 isomers. Although CLA
is minor component of the diet, at present CLA has provoked intense
scientific research accompanied by an advertising boom. This is due
to the potential health effects demonstrated in animal and cell culture experiments including effects on body composition, specially a reduction in body fat mass and anticarcinogenic, antidiabetogenic and
immune modulating effects. The results obtained in human volunteers are limited and even sometimes contradictory. This review focuses
on recently studies in humans. To draw conclusions on CLA’s potential interest as a functional ingredient, additional studies are needed
to clearly define optimal level of CLA intake, short and long term effects and side effects of each individual CLA isomer in order to determine its safety and efficacy.
Key words: Linoleic conjugated acid. Health effects. Food enrichment.
Functional food.
Correspondencia: Dra. C. Cabrera-Vique.
Departamento de Nutrición y Bromatología. Facultad de Farmacia.
Campus Universitario de Cartuja. 18012 Granada. España.
Correo electrónico: [email protected]
Recibido el 30-11-2005; aceptado para su publicación el 25-1-1006.
508
Med Clin (Barc). 2006;127(13):508-15
Ácido ruménico
(Isómero cis-9,trans-11 ALC)
Isómero trans-10,cis-12 ALC
Fig. 1. Estructura química del ácido linoleico y de los 2 principales isómeros
del ácido linoleico conjugado (ALC).
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HARO AM ET AL. ÁCIDO LINOLEICO CONJUGADO: INTERÉS ACTUAL EN NUTRICIÓN HUMANA
beneficiosos, como son una modificación de la composición
corporal con reducción de la grasa corporal, propiedades
antiaterogénicas, efecto hipolipemiante, disminución de la
resistencia a la insulina y acción sobre el sistema inmunitario, entre otras. Sin embargo, los estudios efectuados en humanos son escasos e incluso muchas veces contradictorios.
En la actualidad los alimentos enriquecidos en ALC están
sometidos a un boom publicitario y han despertado gran interés en el consumidor, sobre todo por los efectos que publicitan de disminuir la obesidad y el sobrepeso; sin embargo, aunque existe una intensa investigación sobre los
efectos saludables del ALC, consideramos que la información que reciben los profesionales de la salud, y por supuesto los consumidores, puede resultar escasa o al menos
poco concisa. Esta revisión pretende profundizar en los trabajos de investigación más recientes sobre el tema, así
como evaluar el potencial interés del ALC dentro del grupo
de alimentos funcionales.
Dieta del animal (grasas)
Ácido linoleico
cis-9,cis-12 C18:2
Ácido linoleico
cis-9,cis-12 C18:2
Ácido ruménico
cis-9,trans-11 C18:2
Ácido ruménico
cis-9,trans-11 C18:2
∆-9 desaturasa
Ácido vacénico
trans-11 C18:1
Ácido vacénico
trans-11 C18:1
Ácido esteárico
C18:0
Ácido esteárico
C18:0
∆-9 desaturasa
Origen y presencia del ácido linoleico conjugado
en los alimentos
El ALC se origina en el rumen del estómago de los animales
rumiantes por la acción de microorganismos anaerobios
(Butyrivibrio fibrisolvens, entre ellos), que son capaces de
hidrogenar los ácidos grasos poliinsaturados. De esta forma
el ácido linoleico presente en los pastos naturales se transforma en el sistema digestivo del rumiante en ALC. En primer lugar, en la panza se forma, a partir del ácido linoleico,
el isómero cis-9,trans-11, denominado ácido ruménico
(AR). El AR es el isómero cuantitativamente más importante
en la grasa láctea y en la carne de los rumiantes (supone un
90% del total de isómeros), y es al que actualmente se le
atribuye una mayor importancia fisiológica. A partir del AR,
por hidrogenación se forma el isómero trans-11 C18:1, denominado ácido vacénico (AV), que es el principal ácido
graso monoinsaturado trans presente en grasa animal, carne, leche y derivados lácteos. Se puede decir que éste es
un primer paso para la formación de ácidos grasos trans.
Estudios recientes indican que, al igual que ocurre en los
animales rumiantes, en el organismo humano (principalmente en la glándula mamaria) el AV puede convertirse en
AR por acción de la enzima ∆-9 desaturasa. Esta conversión
contribuye a aumentar la cantidad de AR disponible en el
organismo, por lo que la ingesta dietética de AV debe tenerse en cuenta a la hora de predecir el estado de AR2. En la
figura 2 se esquematizan las principales rutas biosintéticas
del ALC3.
La concentración de ALC en la carne depende en gran medida del contenido en grasa intramuscular, ya que se localiza preferentemente en los triglicéridos de los adipocitos. En
la tabla 1 se recogen datos sobre el contenido natural de
ALC en la fracción lipídica de algunos alimentos de consumo frecuente4-8. Por supuesto, los alimentos ricos en ALC
serán alimentos ricos en grasa, que al ser de procedencia
animal será fundamentalmente grasa saturada. Gómez-Candela9 apunta que con alimentos suplementados en ALC se
podrían obtener sus beneficios sin ingerir grandes cantidades de grasa animal.
Factores que influyen en el contenido de ácido linoleico
conjugado de los alimentos
Los principales factores que condicionan la mayor o menor
presencia de ALC están relacionados con las características
fisiológicas o genéticas propias del animal, con el tipo de alimentación que recibe y con factores tecnológicos asociados
Ácido oleico
cis-9 C18:1
Fig. 2. Principales rutas biosintéticas del ácido linoleico. (Adaptada de Bauman et al3).
a los procesos de elaboración y/o conservación de los alimentos. En cuanto al factor especie, Zlatanos et al10 señalan
un contenido de ALC relativamente superior en quesos procedentes de leche de oveja y/o cabra que en los procedentes
de leche de vaca. Por ejemplo, indican que el contenido en
queso feta puede alcanzar 1,9 g/100 g de grasa. Otros factores que parecen influir en el contenido de ALC en la grasa
láctea son la raza y el estado de lactación del animal. Parece
demostrado que las vacas de la raza Holstein producen leche con mayor cantidad de ALC y que el número de lactaTABLA 1
Contenido de ácido linoleico conjugado (ALC)
en la fracción lipídica de algunos alimentos
Alimento
Leche
Lechea
Lecheb
Yogur
Yogur
Queso colby
Queso mozarella
Queso cheddara
Queso cheddarb
Queso en porcionese
Helados
Mantequilla
Mantequilla (invierno)
Mantequilla (primavera)
Mantequilla (verano)
Leche condensada
Salmón
Yema de huevo
Carne de buey
Cordero
Carne de pollo
Carne de cerdo
Aceite de girasol
Contenido de ALC
(mg/g de grasa)
Estudio
5,5 ± 0,30
5,2c
16,3c
4,8 ± 0,26
2,8-4,8
6,1 ± 0,14
4,9 ± 0,20
4,7c
14,7c
7,5-7,9
3,6 ± 0,10
6,1 ± 0,21
4,5
5,8
8,0
7,0 ± 0,29
0,3
0,6
4,3
5,8
0,9
0,6
0,4
Parodi4
Khanal et al5
Khanal et al5
Parodi4
Rainer y Heiss6
Parodi4
Parodi4
Khanal et al5
Khanal et al5
Luna et al7
Parodi4
Parodi4
Ledoux et al8
Ledoux et al8
Ledoux et al8
Parodi4
Rainer y Heiss6
Rainer y Heiss6
Rainer y Heiss6
Rainer y Heiss6
Rainer y Heiss6
Rainer y Heiss6
Rainer y Heiss6
Se indica la desviación estándar entre paréntesis. aLeche procedente de animales alimentados con alfalfa, ensilado de maíz y concentrado de pienso. bLeche procedente de animales alimentados con pastos naturales. cDato referido al total de ácidos grasos expresados como metilésteres. dAnimales alimentados con concentrado de cereales adicionado
con aceite de colza. eContenido en ácido ruménico > 80% del total; contenido en isómeros trans < 10% del total.
Med Clin (Barc). 2006;127(13):508-15
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HARO AM ET AL. ÁCIDO LINOLEICO CONJUGADO: INTERÉS ACTUAL EN NUTRICIÓN HUMANA
ciones influye positivamente11. En general, el tipo de alimentación del animal puede ejercer una notable influencia sobre
la composición en ácidos grasos de la leche. Las concentraciones de ALC están relacionadas de forma directa con la
cantidad de pasto fresco que consume el animal, al parecer
porque aumentan los valores de ácido linoleico, utilizado
como sustrato lipídico para la formación de AV en el rumen y
su posterior conversión en ALC en la glándula mamaria (fig.
2)12. Por ejemplo, la leche de vaca entera contiene 3,9 mg
de ALC por gramo de grasa en invierno, mientras que en verano puede aumentar su contenido hasta 22,7 mg de ALC
por gramo de grasa13. Innocente et al14 observan un incremento de ALC (concretamente del isómero cis-9,trans-11)
en quesos procedentes de leche producida por vacas alimentadas con pastos de montaña, respecto a los de leche
de vacas alimentadas con ensilados y grano. Ledoux et al8
encuentran valores más elevados en mantequilla de regiones
de montaña y zonas con extensas praderas. Algunos animales responden mejor que otros a modificaciones en la alimentación, lo que hace suponer que la mayor o menor producción de ALC depende también, en cierta medida, de la
actividad de la enzima ∆-9 desaturasa. En cambio, otros autores como Khanal et al5 indican que el aumento de la actividad de la enzima se manifiesta únicamente frente a dietas
que proporcionan incrementos notables de AV.
Estrategias para incrementar el contenido de ácido linoleico
conjugado en los alimentos
Un aspecto importante relacionado con la influencia de la
alimentación del animal sobre el contenido de ALC en los alimentos, que ha propiciado una intensa investigación en la
actualidad, es la posibilidad de modificar intencionadamente
su alimentación. Se ha observado que la suplementación
con aceites vegetales ricos en ácido linoleico y α-linolénico
(aceites de soja, algodón, girasol, lino, cártamo, colza) produce un aumento del contenido de ALC en la leche. Asimismo, se ha comprobado que estos efectos son más notables
cuanto más rico es el suplemento en ácido linoleico, caso de
los aceites de girasol y soja15. Parece que la suplementación
con ácido linoleico favorece la formación de ALC mediante 2
vías: biohidrogenación en el rumen y desaturación del AV en
la glándula mamaria. El ácido α-linolénico únicamente contribuye a elevar las concentraciones de AR por vía endógena
a partir del AV producido previamente por biohidrogenación
en el rumen. Un aspecto importante a tener en cuenta es la
forma de administración de estos aceites. Cuando estos suplementos se incorporan de forma protegida, como sales de
calcio o mediante el empleo de semillas intactas, los incrementos de ALC en la leche son menos significativos que
cuando estos aceites se añaden de forma libre o las semillas
se someten a procesos de molienda, extrusión, micronización o tratamiento térmico previo; de esta manera se favorece la acción de los microorganismos encargados de llevar a
cabo la biohidrogenación, ya que se facilita su acceso a los
sustratos lipídicos2,16,17. La incorporación de aceites de origen marino o algas marinas a la dieta del animal como alimentos ricos en ácidos grasos de la serie n-3 incrementa
hasta 6 veces el contenido en ALC de la leche16-18.
No se conoce con exactitud el mecanismo de acción mediante el cual estos suplementos lipídicos aumentan los
contenidos de ALC en la leche. Mientras algunos autores
señalan que los ácidos grasos de la serie n-3 podrían dificultar la biohidrogenación completa de otros ácidos grasos
poliinsaturados (sobre todo ácido linoleico) por inhibición
del crecimiento de bacterias responsables de la hidrogenación del AV o enzimas que intervienen en este proceso, es-
510
Med Clin (Barc). 2006;127(13):508-15
tudios más recientes19 indican que la adición a la dieta de
aceites de pescado, junto con alimentos ricos en ácido linoleico, aumenta el contenido de AR como consecuencia de
la inhibición de la hidrogenación del AV en el rumen y su
posterior conversión en ácido esteárico. Parece demostrado
que la adición de ácidos grasos procedentes de animales
marinos es más efectiva que la adición de ácidos grasos a
través de plantas oleaginosas, pues aumentan de forma importante los contenidos de ALC; no obstante, conviene mantener la cautela, puesto que el empleo de aceites de pescado está estrechamente relacionado con una disminución de
la producción láctea y del contenido graso total de la leche,
además de ser ácidos grasos más susceptibles a la oxidación. Ryhanen et al20 investigan la producción de leche y
productos lácteos enriquecidos con ALC suplementando la
alimentación de las vacas con un concentrado de cereales y
aceite de colza; observan un incremento del contenido de
ALC y una disminución de los ácidos grasos saturados. Estos autores también señalan que el proceso de obtención de
mantequilla y queso Edam no produce modificaciones en
las concentraciones de ALC respecto a la leche utilizada
como materia prima. A modo de ejemplo, en la tabla 2 se
resumen los efectos que la manipulación de la dieta del animal tiene sobre el contenido de ALC en la leche.
Estas estrategias para aumentar la cantidad de ALC en alimentos que ya lo contienen (aunque sea en bajas concentraciones), e incluso en otros que carecen de él, se han extendido a diversos productos y es posible encontrar en el
mercado leche, carne de diversas especies animales, huevos, zumos de fruta, aceites y margarinas enriquecidos en
ALC. Se investiga la posibilidad de incrementar el contenido
de ALC en carne de cordero, de ternera e incluso de cerdo
mediante la adición de soja a la dieta del animal21, o la incorporación de aceite de pescado enriquecido en ALC22. Se
está ensayando la posibilidad de aumentar las concentraciones de ALC en huevos mediante la suplementación del pienso de las gallinas directamente con ALC o bien con aceite de
pescado23, vitamina E24 o con aceite de girasol rico en oleico25; la finalidad es obtener huevos bajo la categoría de «alimentos funcionales». Walker et al26 señalan que una ingesta
elevada de ácidos grasos poliinsaturados por parte del animal se asocia a un incremento de las concentraciones de
ácidos grasos insaturados en la grasa láctea y, en particular,
de ALC. A pesar de la intensa investigación desarrollada en
este campo, los resultados obtenidos hasta la actualidad son
algo contradictorios, e incluso algunos autores indican que
estas intervenciones nutricionales en la dieta del animal pueden llevar asociados ciertos efectos indeseables. Así, Gatlin
et al27 puntualizan que las estrategias dirigidas a suplementar los alimentos con ALC pueden acompañarse de un incremento de la grasa saturada. En este mismo sentido, Aydin y
TABLA 2
Efectos de la manipulación de la dieta animal sobre
las concentraciones de ácido linoleico conjugado (ALC)
en la leche
Alimentación del animal
Consumo de pasto
Frondosidad y frescura del pasto
Pasto o pienso + soja
Pienso + aceite de pescado
Pienso + aceites vetetales (algodón, colza, lino, girasol,
oliva, cártamo)
Pienso + grasas animales
Pasto o pienso + algas
Pienso + ALC
Tratamiento de semillas o grano (calentamiento, extrusión)
Efecto
+++
++
艐
+
(?)
艐
+++
+
+
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HARO AM ET AL. ÁCIDO LINOLEICO CONJUGADO: INTERÉS ACTUAL EN NUTRICIÓN HUMANA
Cook24 señalan que un enriquecimiento de los huevos con
ALC puede llevar asociado un aumento en la relación ácidos
grasos saturados/monoinsaturados.
En cuanto a la posible influencia del tratamiento tecnológico,
parece que los cambios ocasionados sobre las concentraciones de ALC en productos lácteos no son relevantes. La mayoría de los expertos coinciden en la importancia del contenido inicial de la leche cruda2,20. Gnadig et al28 indican que
el proceso de obtención del queso emmental no influye en el
contenido de ALC ni en su composición isomérica. No obstante, una de las propuestas más interesantes para potenciar
el contenido de ALC en productos lácteos fermentados se
basa en la posibilidad de emplear durante su elaboración cepas de cultivos iniciadores, o starters, seleccionadas por su
alta capacidad para convertir distintos ácidos grasos poliinsaturados en ALC. En este sentido, se experimenta in vitro
con diferentes microorganismos habitualmente empleados
en fermentaciones lácticas como Propionibacterium freudenreichii y Lactobacillus acidophilus, capaces de utilizar
ácido linoleico como sustrato y producir incrementos notables en el contenido final de ALC29.
Por otra parte, en el mercado también se encuentra una amplia gama de productos (sobre todo derivados lácteos y zumos de fruta) ricos en ALC, pero con la peculiaridad de que
en este caso el ALC añadido ha sido obtenido industrialmente
a partir de fuentes naturales de ácido linoleico, como son los
aceites de cártamo o alazor y de girasol. Estos productos pueden contribuir a incrementar de forma notable la ingesta dietética de ALC. Es preciso subrayar que en este caso el ALC
suele contener generalmente mezclas 1:1 de los 2 principales
isómeros con actividad biológica, es decir, cis-9,trans-11 y
trans-10,cis-1230. En concreto, uno de los preparados de ALC
más conocido y utilizado, Tonalin®, contiene un 39% del isómero cis-9,trans-11; aproximadamente un 41% del trans10,cis-12; un 5% de otros isómeros, entre los que destacan
el cis-9,cis-11 y el cis-10,trans-12, junto a un 0,5% de ácido
linoleico, un 5,5% de ácido oleico y un 4% de otros ácidos
grasos no identificados9,31. Este hecho es importante, puesto
que, como se ha comentado antes, en los alimentos el isómero cis-9,trans-11 supone un 90% aproximadamente31,32.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es cómo puede
afectar un incremento de ALC a las características organolépticas y a la aceptabilidad del producto final. En este sentido, Khanal et al5 señalan, tras realizar estudios con paneles
sensoriales, que la aceptabilidad de la leche y quesos enriquecidos en ALC es similar a la de los productos con valores normales. Este dato presenta bastante relevancia, ya
que la última palabra sobre el valor y la posición comercial
de estos productos la tiene el consumidor.
Aporte de ácido linoleico conjugado a través de la dieta
Es difícil cuantificar la ingesta total de ALC a través de la dieta, puesto que no hay datos suficientes sobre el contenido
de los isómeros en los alimentos y los factores que lo condicionan. La ingesta media en EE.UU. se ha estimado entre 52
y 137 mg/día, mientras en Inglaterra y Australia los valores
son bastante superiores, de 600-800 mg/día y 1.500 mg/día,
respectivamente33. Datos también más elevados son los referidos por Gómez-Candela9, que estima la ingesta media en
las dietas occidentales en torno a 1,5-2 g/día, aunque resalta
oscilaciones entre 0,3 y 2,6 g/día; además, menciona que
los cambios ocurridos en los últimos 30 años en cuanto a los
hábitos alimentarios y a la producción de alimentos han hecho que se consuma un 80% menos de ALC en la dieta actual española. Como suplemento se aconsejan consumos de
hasta 3 g/día, que es una dosis similar a la utilizada en la
mayor parte de los estudios científicos efectuados9. Ritzenthaler et al34, que determinan la ingesta total de ALC mediante el método de dieta duplicada, obtienen un valor medio de
212 ± 14 mg/día en varones adultos (n = 46) y de 151 ± 14
mg/día en mujeres adultas (n = 47). Estos autores indican
que aproximadamente un 60% de la ingesta total de ALC
procede del consumo de productos lácteos y un 37% de derivados cárnicos; el AR supone más del 90% de la ingesta
total. Freeman et al35 estiman la ingesta de AR en 323
mg/día en jóvenes (n = 57; edad entre 22 y 36 años) al utilizar un método de registro de alimentos durante 7 días. Estos
autores señalan que las concentraciones de AR en triglicéridos y en fosfolípidos plasmáticos podrían considerarse biomarcadores de la ingesta de AR a corto y medio plazo, respectivamente. Conviene señalar que estos datos sobre la
ingesta diaria de ALC resultan inferiores a la ingesta necesaria para manifestar alguno de los efectos beneficiosos atribuidos a este ácido graso y que varía entre 0,7 y 6,8 g/día36.
La mayoría de los estudios realizados tanto en animales de
experimentación como en humanos alcanzan estos valores
de ingesta diaria tan elevados a través de un notable consumo de alimentos enriquecidos, principalmente leche y derivados lácteos. También es preciso resaltar que la mayoría de
los estudios realizados en humanos han utilizado una mezcla
1:1 de los isómeros cis-9,trans-11 y trans-10,cis-12.
Los estudios toxicológicos con cultivos celulares, con animales de experimentación y con humanos efectuados hasta la
fecha no refieren que el ALC pueda tener efectos secundarios perjudiciales para la salud a las dosis administradas.
Tampoco se ha descrito, de momento, ninguna interacción
con medicamentos ni un posible agravamiento de enfermedades preexistentes37. Los efectos secundarios descritos sólo
contemplan la aparición ocasional de diarrea y halitosis38. No
obstante, la mayoría son ensayos de corta duración (entre 3
y 24 meses)9,38, de modo que es necesario realizar estudios
a largo plazo con el fin de confirmar sin ningún tipo de dudas su inocuidad para el ser humano y estimar las ingestas
adecuadas y seguras. En la figura 3 se resumen los posibles
aportes de ALC en la dieta, al margen del empleo de suplementos específicos, cuyo consumo aún no está muy extendido en nuestro país, pero sí en otros como EE.UU.
Efectos fisiológicos y mecanismos de acción
del ácido linoleico conjugado
En la actualidad muchos trabajos publicados califican al ALC
de «regulador metabólico» y describen diversas propiedades
nutricionales y fisiológicas para sus distintos isómeros. Los
mecanismos de acción del ALC no se conocen aún con
exactitud, pero se han planteado varias hipótesis relacionadas con sus efectos sobre el metabolismo de eicosanoides,
con la expresión génica o con el incremento de la actividad
lipolítica de los adipocitos. Entre las propiedades atribuidas
al ALC destacan: reducción del peso corporal, efecto antiaterogénico, hipocolesterolémico e inmunoestimulante, así
como propiedades anticarcinogénicas, como detallaremos a
continuación. Se considera que algunos efectos pueden ser
específicos de determinados isómeros2,6. En la figura 3 se resumen los posibles efectos del ALC sobre el organismo humano que se detallan a continuación.
Efecto sobre la composición corporal y el metabolismo
energético
El ALC parece tener efectos antilipogénicos y lipolíticos en
una amplia variedad de especies animales, tanto rumiantes
como monogástricos39. Estudios realizados en ratones de
Med Clin (Barc). 2006;127(13):508-15
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HARO AM ET AL. ÁCIDO LINOLEICO CONJUGADO: INTERÉS ACTUAL EN NUTRICIÓN HUMANA
Contenido natural en
alimentos de origen animal
Modificación de dieta
animal
[] en carnes y lácteos
(rumiantes)
Alimentos
enriquecidos en
ALC
ALC
Aporte dieta
Reducción de
carcinogénesis
¿Posibles efectos sobre
el organismo humano?
(demostrado in vitro y animales
de experimentación)
Prevención de
arteriosclerosis
Prevención de
diabetes mellitus
corta edad han mostrado que reduce la grasa corporal, al
tiempo que incrementa el consumo energético y la masa
magra corporal40. Rahman et al41, al administrar a ratas una
dieta con un 5% de aceite de maíz suplementada con un
1% de ALC, observan una reducción del 44% del contenido
graso del tejido adiposo, respecto a un grupo control. Con el
fin de estudiar su efecto sobre el metabolismo corporal, West
et al42 administran a ratones obesos de la cepa AKR/J dietas
de alto contenido graso (un 45% de la energía total) y otras
de bajo contenido graso (un 15% de la energía total) suplementadas con un 1,2 o un 1% de ALC, respectivamente; al
cabo de 6 semanas aprecian una disminución de la ingesta
de energía y del depósito de grasa en el tejido adiposo, así
como un incremento de la velocidad metabólica y del cociente respiratorio, efectos que repercuten en una disminución significativa del peso de los animales. Los escasos estudios realizados en humanos no han aportado pruebas
concluyentes que permitan confirmar todos estos efectos; algunos indican que el efecto del ALC sobre la grasa corporal
parece depender del grado de adiposidad preexistente, sin
que se observen cambios significativos en el peso y el índice
de masa corporal en individuos no obesos. Los resultados
obtenidos tras la adición de ALC a la dieta en personas con
problemas de sobrepeso difieren en función de la dosis empleada y de la duración del tratamiento30,31,40,43 y parecen
afectar más a una reducción de la grasa corporal que al
peso total37. Smedman et al44 describen en varones mayores
una relación inversa entre la ingesta de grasa procedente de
la leche y la presencia de obesidad abdominal, lo que consideran podría ser una prueba indirecta del posible efecto metabólico del ALC. Estudios realizados en personas con sobrepeso u obesidad han demostrado que la ingesta diaria de
3,4 g de ALC ocasiona una reducción del diámetro abdominal, sin afectar a otros parámetros metabólicos como el recuento eritrocitario45,46. Las discrepancias en los resultados
pueden guardar relación con múltiples factores, como el tipo
de isómeros utilizados, la dosis, la situación previa de salud,
el control de la ingesta oral durante el período de estudio y,
sobre todo, la duración del tratamiento, ya que se observan
variaciones entre 4 semanas y 2 años. No están claros los
512
Med Clin (Barc). 2006;127(13):508-15
Proceso tecnológico
–Productos fermentados
–Selección de iniciadores
(starters)
Adición de ALC
(p. ej., Tonalin®)
Suplementos específicos
Inmunomodulación
Reducción de masa
grasa corporal
Fig. 3. Aporte y posibles efectos beneficiosos del ácido linoleico conjugado (ALC)
sobre el organismo humano.
posibles efectos beneficiosos sobre la composición corporal
en el caso de los deportistas47,48. Conviene recalcar que en la
mayoría de los estudios las dosis requeridas son difícilmente
alcanzables a través de la dieta habitual, y se han realizado
con suplementos de ALC. Gómez-Candela9, que recopila los
estudios controlados sobre el uso de suplementos de ALC en
humanos publicados hasta ese momento, extrae las siguientes conclusiones: a) algunos de estos estudios no documentan cambios significativos en la pérdida de peso o en la modificación de la composición corporal; b) otros estudios
señalan cambios en la masa libre de grasa, sobre todo con
ejercicio físico asociado, y c) la mayoría de los estudios
muestran, en individuos con peso normal, una disminución
significativa de la masa grasa corporal, aunque no coinciden
en las dosis administradas, duración del tratamiento y métodos de medida. En individuos con sobrepeso se observa una
disminución significativa de la masa grasa, que no se recupera tras la ingesta de dietas hipocalóricas o tras la utilización de placebo. En personas obesas, 3 de cada 4 estudios
documentan una disminución de la masa grasa corporal
(3,7-11%), siempre asociada a ejercicio físico. En presencia
de síndrome metabólico se observa una disminución de la
masa grasa abdominal, que no se acompaña, en cambio, de
una mejoría en otros parámetros clínicos.
Entre los mecanismos de acción del ALC que se apuntan
para explicar estos efectos, cabe citar los siguientes: disminución del número y tamaño de los adipocitos (que se traduce en un menor almacenamiento de grasa tras la ingesta),
aumento de la tasa de degradación de grasa en los adipocitos y/o bloqueo de ciertas enzimas49,50. El efecto lipolítico del
ALC se relaciona principalmente con el isómero trans-10,cis121, que presenta un importante efecto inhibidor de la lipoproteinlipasa, enzima responsable de la entrada de ácidos
grasos a los adipocitos, y un aumento de la actividad de la
carnitina-palmitoiltransferasa I, enzima que limita la entrada
de ácidos grasos de cadena larga al interior de la mitocondria para su posterior oxidación1. De esta manera se incrementaría la betaoxidación en el músculo esquelético favoreciendo la movilización del tejido adiposo, a la vez que se
preservan las reservas proteicas; así se podría explicar la re-
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ducción del peso corporal. La inhibición de la actividad de la
enzima lipoproteinlipasa también podría estar involucrada en
el efecto modulador del peso corporal que produce el ALC,
ya que disminuiría la biodisponibilidad de los ácidos grasos
hacia los tejidos extrahepáticos51. Riserus et al31 señalan que,
puesto que el isómero cis-9,trans-11 es el predominante en
la dieta y el que se incluye junto con el isómero trans-10,cis12 en productos dietéticos indicados para el adelgazamiento, es importante conocer con mayor profundidad sus posibles efectos metabólicos. Además, se ha comprobado que
tanto el isómero cis-9,trans-11 como el isómero trans-10,cis12 originan resistencia a la insulina en personas obesas. Según concluyen Tricon et al36, no se puede afirmar que una
mezcla de isómeros del ALC o de isómeros individuales esté
relacionada con modificaciones en la composición corporal
en individuos con un peso adecuado. Sin embargo, estudios
futuros podrán poner de manifiesto el papel del ALC en el
tratamiento de la obesidad y el sobrepeso, así como en la
prevención de la recuperación ponderal al finalizar una dieta, con una clara mejoría de la composición corporal, siempre en el contexto de una alimentación saludable y en programas de promoción de la actividad física.
Propiedades anticancerígenas
El ALC y los ácidos grasos poliinsaturados n-3 de cadena larga han mostrado, tanto in vivo como in vitro, capacidad anticancerígena, ya que ejercen un efecto directo sobre las distintas fases del desarrollo del tumor y/o actúan en el sistema
inmunitario del hospedador. Sin embargo, aunque es bien
conocido el hecho de que los ácidos grasos n-3 pueden modificar la respuesta inmunitaria, la actuación del ALC es aún
bastante desconocida52. Estudios en animales de experimentación y con cultivos celulares muestran que el ALC puede
eliminar o disminuir el desarrollo de tumores inducidos químicamente en la glándula mamaria, piel y colon, si bien los
posibles mecanismos específicos de inhibición de los distintos tumores son muy complejos53. Los isómeros del ALC pueden considerarse precursores de una nueva familia de ácidos
grasos poliinsaturados, que originan una serie de metabolitos
a partir de los mismos sistemas enzimáticos que las familias
de ácidos grasos n-3, n-6 y n-9; estos metabolitos se pueden
incorporar a la fracción lipídica del organismo y modificar la
formación de eicosanoides, lo que podría explicar sus actividades biológicas50. Pariza et al1 señalan que el isómero cis9,trans-11 es el más activo como agente anticancerígeno.
Maggiora et al54 plantean que el ALC podría considerarse un
componente de la dieta con actividad antineoplásica y con un
efecto negativo sobre la proliferación de células tumorales. Su
efecto en la prevención y el tratamiento del cáncer mamario
parece ser el más significativo y, al parecer, depende de la
dosis en las concentraciones estudiadas. Aunque estudios realizados en mujeres finlandesas posmenopáusicas han demostrado una relación negativa entre la ingesta de ALC (proveniente de leche y queso) y el desarrollo de cáncer
mamario55, las investigaciones de McCann et al56 indican que
la ingesta de ALC no está relacionada directamente con el
riesgo de padecer cáncer de mama en mujeres pre y posmenopáusicas y que, por lo tanto, el posible papel preventivo del
ALC sobre el cáncer de mama u otros tipos de cáncer en humanos actualmente no está probado.
Efecto antiaterogénico e hipolipemiante
Según recogen Wahle y Heys33, los resultados de estudios
de suplementación con una mezcla de isómeros del ALC, o
bien con isómeros individuales, sobre el desarrollo de placas de ateroma y sobre el perfil lipídico en diversas especies
animales (hámster, ratón y conejo) son contradictorios y no
aportan datos fehacientes acerca del papel del ALC sobre el
metabolismo lipídico. Sin embargo, es preciso destacar que
la mayoría de los estudios realizados indican que el posible
efecto beneficioso se observa cuando se utilizan dosis bastante bajas de ALC y cuando el isómero mayoritario empleado en la suplementación es el cis-9,trans-11. Estudios recientes apuntan a que este isómero actúa como ligando y
activador del receptor activado por proliferadores peroxisomales alfa (PPAR-α). Los PPAR (alfa, delta, beta, gamma)
están implicados en la expresión de genes específicos. En el
caso concreto del PPAR-α, codifica determinadas enzimas
que participan en el metabolismo lipídico57. Sin embargo, es
necesario estudiar en mayor profundidad los efectos de los
distintos isómeros del ALC sobre los lípidos hepáticos y el
metabolismo de las lipoproteínas58.
Los estudios realizados en humanos son también contradictorios, y resulta difícil extrapolar resultados. Tricon et al59
han puesto de manifiesto que los isómeros cis-9,trans-11 y
trans-10,cis-12 del ALC tienen un efecto opuesto sobre el
perfil lipídico en humanos con normopeso. La suplementación con el isómero trans-10,cis-12 origina un aumento en la relación entre colesterol unido a lipoproteínas de
baja densidad/alta densidad (cLDL/cHDL) y colesterol
total/cHDL, y por tanto podría manifestar efectos adversos
sobre los factores de riesgo cardiovascular, mientras que la
suplementación con el isómero cis-9,trans-11 se relaciona
con una disminución tanto del colesterol total como del
cLDL, por lo que podría tener efectos beneficiosos. Estos
autores no han observado ningún efecto sobre la composición corporal ni ninguna modificación sobre la resistencia a
la insulina de los isómeros estudiados.
Resistencia a la insulina
Estudios realizados en ratas Zucker prediabéticas obesas indican que el ALC podría tener un potencial interés terapéutico frente a la diabetes tipo 2, ya que normaliza la tolerancia a la glucosa y la hiperinsulinemia. Se ha demostrado
que, al igual que las tiazolidindionas (agentes sensibilizantes a la insulina), el ALC presenta una alta especificidad y
afinidad hacia el PPAR-γ. Sin embargo, el interés en humanos es hoy día cuestionable60. Estudios realizados por Belury61 en pacientes con diabetes tipo 2 indican que la suplementación de ALC (6 g/día) durante 8 semanas está
relacionada con una disminución significativa de la glucemia basal, del índice de masa corporal y del peso. Sin embargo, no observa efectos sobre las concentraciones de
insulina en ayunas, la hemoglobina glucosilada, los triglicéridos, el colesterol total y el cHDL. En individuos obesos con
un alto riesgo cardiovascular, Riserus et al31 han comprobado que la suplementación tanto del isómero trans-10,cis-9
como del isómero cis-9,trans-11 (3 g/día) se relaciona con
un aumento de resistencia a la insulina y con un aumento
de la peroxidación lipídica.
Acción sobre el sistema inmunitario
Estudios realizados en cultivos celulares y en modelos animales demuestran que el ALC actúa como modulador de la
función inmunitaria. En humanos, publicaciones recientes
señalan que los principales isómeros del ALC pueden modificar la producción de prostaglandinas, citocinas e inmunoglobulinas, si bien los posibles mecanismos de acción son
muy complejos y no bien conocidos62. Recientemente Nugent et al63 han señalado que la suplementación con los 2
principales isómeros del ALC ejerce un mínimo efecto sobre
los marcadores más relevantes de la función inmunitaria.
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Conclusiones
Es una realidad el interés que generan los alimentos funcionales en la actualidad, interés que muchas veces va unido a
amplias campañas publicitarias, pero no siempre de la suficiente información no sólo para los consumidores, sino también para los profesionales de la salud. El ALC parece ser
uno de estos casos; sus efectos beneficiosos sobre la salud
humana se han convertido en un tema muy actual, pero
con cierto desconocimiento sobre los estudios científicos al
respecto. La investigación desarrollada en animales de experimentación y cultivos celulares es intensa, con resultados muy prometedores; sin embargo, los estudios en humanos aún son escasos y, a veces, contradictorios. Esta
divergencia puede estar asociada a las características específicas de población estudiada (composición corporal, edad,
estilo de vida); además, las cantidades ingeridas y la duración de los estudios son muy variables y no siempre se especifican los principales isómeros ingeridos. Para obtener
conclusiones más fehacientes, es necesario tener en cuenta
estos factores y profundizar en los mecanismos de acción a
fin de establecer los posibles efectos adversos de determinados isómeros y fijar dosis efectivas, seguras y fáciles de
alcanzar en el marco de una alimentación equilibrada y
unos hábitos de vida saludables. Investigaciones futuras
pueden aportar información decisiva sobre el potencial del
ALC en alimentos funcionales.
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