Quiero agradeceros a todos por vuestros ánimos. No

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Quiero agradeceros a todos por vuestros ánimos. No os voy a ocultar, sobre todos a aquellos que me conocéis bien el
disgusto que me lleve el sábado.
No valgo para fracasar en aquello que intento y ese día los hados no me acompañaron, tengo que reconocerlo.
Por el contrario ayer tuvimos más suerte y las cosas salieron bien. Aunque dice el dicho que un clavo quita a otro clavo,
en mi caso no es exactamente así y el disgusto del domingo continua, aunque no sería justo, ni con los demás ni
conmigo mismo, sino dijera que me puse contento por todos y por ende por mi mismo cuando las cosas salieron como
salieron.
Las cosas salieron bien aunque por un momento los hados nos hicieron otra mala pasada, pero fíjate esta vez los
resolvimos.
La mañana empezó con un trabajo singular, el de “chispas”. Quien me iba a decir a mi a que un día me iba a ir a la
montaña a pelar claves y poner enchufes a las 8:30 de la mañana y a más de 2000 m, en una montaña nevada (a mi
mujer no se lo cuento, que dice que me he vuelto loco y se divorcia).
Mientras yo hacia de chispas, la gente de la Universidad, al mando de Roberto montaba el enrejado de la salida. Era
gracioso hablar por la radio con ellos y escuchar en boca de Tito que no salían del alquiler de esquís. Yo escuchaba
eso, y mientras pelaba cables, pensaba: “joder estos no saben esquiar, ya veras la que se va a montar”.
Por suerte para ellos y para todos me equivoque y subieron bien, incluso Victor, que él ni se puso esquís. Todavía no
se como llego al puesto de meta, porque a esa hora estaba la pista bastante dura (imaginaros desde la cafetería hasta
la meta andando a las 9 de la mañana).
Después de hacer de chispas arriba, pues que mejor que hacer de chispas en meta, había que completar la tarea,
arriba y abajo. Abajo me encontré a Belén y a Cristina, que mucho mas diligentes que yo, ya habían montado la
llegada. Cuando lo vi, me dije yo quiero una. Tenían un arco de meta de los hinchadles. ¡Una chulada!
Finalmente montamos el equipo y curiosamente funciono y lo hizo a la PRIMERA. No me lo creía. No tuvimos ni error al
enchufar los cables (no seáis tan mal pensados, lo podíamos tener en la polaridad de estos). Todo funcionaba.
Ya me dije “algo va mal”, no puede funcionar todo a la primera y el otro día no funcionar nada, nunca.
Bueno los hados hicieron que no fuéramos capaces de poner en marcha el generador, pero también llego alguien (no
se quien) y lo puso en marcha. ¡Todo funcionaba!
El tema es que empezamos la carrera. Gracias a Dios que Javier tuvo la feliz idea de quedarse de Starter, porque en
ese momento se presento nuestro sino, LA RADIO. ¡Que sufrimiento! ¡Que horror!
Hay que hacer funcionar los cascos, me comprometo a ello. Hubo un momento, en que en la mesa del crono tenía 5
radios, ¡Que pollo! ¡Que martirio!, cuando no me oían, era yo el que no oía. Esto hay que solucionarlo, os lo prometo.
Bueno pues a pesar de las radios, completamos la 1ª manga, y en menos de 5 minutos teníamos listas y abríamos
periodo de reclamaciones. Todo en horario. Sacamos listas de 2ª manga, con tiempos invertidos y a por la segunda y
seguíamos en horario.
Tiramos a los tres abridores y todo perfecto, yo estaba en éxtasis. Claro tanta cosa bien no podía pasar, así que algo
paso, esta vez ya no al crono, como pude comprobar sino al software (me voy a volver en el mayor experto mundial del
crono, pero no en su uso sino en su reparación. Me ha pasado de todo).
Tuvimos un retraso, donde Javier, me presionaba. Me decía el “condenao”, “tienes 5 minutos”, parecía al de los
concursos de la tele.
Bueno tomamos las medidas oportunas (las que no tome el sábado) y lo solucionamos. Y como lo hicimos, que hubo
un momento que Javier se emociono y creí que iba a tirar a todos los corredores a la vez. Mantuvo durante bastante
tiempo tres corredores en pista y según me confeso estuvo en la incertidumbre de meter un cuarto en la pista. Yo
pensaba, “este tío se ha vuelto loco, la que se va a liar como se caiga alguno”, pero mira tú que suerte, solo uno se
salio del trazado.
Bueno era la suerte que el otro día nos había faltado. Solo tuvimos la desgracia de nuestra abridora Iciar, que quiso
conocer el estado de la nieve en la cara y se agacho mas de la cuenta. Pero ya me ha dicho su madre que de esta
sobrevive, para ponerse rastas y vestirse como la chica que conocimos.
Tan rápido fue, que sino recuperamos todo el retraso poco nos falto.
En ese frenesí de corredores en portillón, en pista en llegada y no se mas donde, había una chica, con pinta de
snowboarder, que se acercaba a donde yo estaba sentado. Me miraba, se quedaba quieta delante mí. Me preguntaba
cosas. Estuve a punto de mandarla a la mierda. Realmente lo que yo creía es que quería preguntarme el tiempo de
alguien, pero que en ese frenesí de radio no atrevía. Luego me entere que era estudiante de periodismo, debía ser la
corresponsal de guerra de su Universidad. Quería conocer lo del cronometraje para escribir la crónica de la carrera.
¡Salimos hasta en los periódicos! Vamos no quepo de orgullo.
Al fin acabo todo, o eso creía, porque como nos había fallado el PC, había que crear una lista provisional con los
tiempos de la 1ª y la 2ª manga, esta segunda basada en la cinta.
Había que verlo, Belén dictándome. La gente enfrente nuestro esperando su tiempo, y para colmo, las 5 radios que
habían dejado de funcionar durante el día, encima de la mesa emitiendo pitidos, voces, ect.
La situación era de locos, pero llego a empeorar y lo hizo cuando sentado en la silla y con Belén de pie dictándome,
procedieron a desmontarnos la caseta que nos protegía.
En mitad de esto me venia a la memoria la escena de la película de Parque Jurasico, cuando el señor esta sentado en
el retrete y el bicho arranca la caseta dejando al hombre allí sentado, desprotegido de todo.
Mientras que me dictaba, Roland decía “cuidado con las cabezas (por las nuestras) que esto debe hacer daño”
(refiriéndose por las barras de soporte de la caseta)
Bueno en fin que al final todo salio bien, mas que bien, súper bien.
Os agradezco a todos el apoyo. Todos sois parte del éxito del otro día, porque todos habéis contribuido de una manera
u otra en que tengamos un crono que hemos hecho funcionar y hayamos cronometrado una carrera solitos.
A todos agradezco el apoyo que me habéis prestado en la derrota del otro día, porque esa sí, fue solo mía. Gracias de
corazón.
Miguel Ángel
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