5 RlSVlSTA DEL CENTRO DE LECTURA d e collar remeda el canto de una multitud d e pájaros, que solo pudo oir durante el invierno, y 10s canta con la m:iyor precisión e n verano para su placer. Los pinzones de Bengala se reunen para cantar: pero solo son aficionados al solo ; así es q u e no canta más q u e tino; y los otros le están escuchando atentos; pero luego van alternando; como es justo. El esmerejón tiene tanta m ~ í i aen remedar la voz de otros pájarris, q u e engaña á los más inteligentes. Sin embargo, solo va aprendiendo muy despacio; pero es tan malicioso, q u e remeits coi1 preferencia a1 canto de los pájaros reclamos. Muchos pájaros no aprenden á cantar más q u e e n la juveiitud, pues esta edad tiene un temperamento más apto para aprender y remedar. r Con q u é facilidad no aprende el tordo músico y el mirlo d e rocas! C o n individuos viejos no hay nad a q u e hacer. S u disposición imitativa es verdaderamente extraordinaria. N o se le silba cosa alguna q u e no lo ensaye. Pero e n esta parte descuella d e Lin modo q u e parece increible el tordo poliglota. Aficionados hay q u e colocan este pájaro encima del ruiseíior; mas a u n cuando iio merezca tanto, es innegable que, como artista, pone la raya mucho mas alta. T a m b i í n tiene u n canto q u e le es propio ; pero por más iiermoso que sea, no es en él más que q u e un accesorio. La prenda más reparable de este pájaro es la sunia facilidad con q u e quiere y sabe remedar to~iaslas voces y tonos. Decirnos todos, puesto q u e nos da r l canto del ruiseñor y de la alondra, lo mismo q u e el del pinzón y del verdecillo, y el arrtillo de las palomas, así coiiio el coiito d e la silvia y del tordo. Repite las palabras del hombre, y cuanto más melodiosas, m i s faciliiiente las aprende. Maya como u n gato, ladra como u n perrillo faldero, y remeda las voces de los amoladores que andan gritando por las calles; hasta remeda el chirrido d e los carros, grazna como las picazas y el cuervo, canta como el ruiseñor y trina como el tordo. Cuando canta, se menea á veces y gesticula como muchos míisicos. También el pájaro hormiguero canta, según dicen, más alto y más tiernamente que el ruisehor, y recorre toda la escala diaiónica, subiendo desde abajo. Sabe silbar t.'im b"ien como un hombre, por donde eiigaiía á los q u e andan estraviados-por las selvas. Los pájaros de S u r tienen vestidos más hermosos, pero los del Norte cantan meior q u e aquellos. El continente americano tien e pocos cantores; hasta los perros se olvidan de ladrar. Cabalmente el tordo, q u e más gusta d e cantar de noche á la luz artificial q u e d e dia, es el q u e más se acerca al ruise15or. E l estornino aprende motivos del organillo: pues lo que es el canto d e los pájaros, lo aprende por si mismo. E l pitirojo aprende con facilidad; pero lo que es el gorrion, n o es posible enseñarle á cantar. porque dirige toda su atención á otras cosas. T o d a la clase de los pajaros cantores tiene la iniquidad, la vanidad, la envidia y el enojo de muchos aficionados y artistas. ¡ C u á n vanos no son los r~iiseñores!gritan a poi-fía u n o de otro hasta ponerse roncos; algunos de ellos se matan literalmente en el certamen. Ya dijo Plinio, iiablando de ellos, que viene á faltarles el aliento antes q u e el canto. Algunos se revientan los vasos sanguíneos y caen muertos; E l reyezuelo no es arisco; hasta se deja cogerá veces con la mano y toma d e la misma mano el alimento q u e se da. E l piñonero edifica e n comunidad con otros. Las orugas hilas en común, las visperas edifican en común, las cornejas construyen un tejado común para nidos particiiiarcs ; el piñonero se constiiuye, juntamente con otros, un techo de yerba á manera de paraguas, donde no puede penetrar la lluvia; y enseguida cada pareja se fabrica u n nidito debajo de aquel abrigo. Cada nido tiene su entrada particular. U n estado asi constituido, puede tener hasta trescientas veinte vivieniias particulares. M ~ i c h o spájaros cantores sor1 frugívoros y otros insectívoros. i21guiios animales comen plantas e n la jiiventud y carne e n la veiez. Pero entre estos pájaros sucede lo contrario. Eii los paises cálidos, doncie todo sabe iilejor, hay algunos q u e comen yemas y flores. De:graciadamente, esián siijetos estos pájaros á varias enfermedaiies. á las viruelas, á la diarrea y á la epilepsia; la simierite de cáñamo ciega á los gorriones; el pico cruzado iiiuere de un ataque apoplético e n comiendo demasiado de dicha simierite. Muchos pijaros ciintores mueren con gran sosiego y digniiiad. A veces, momentos a n t e d e &orir, prorumpen e n una melodía, se encogen, meten la cabeza debajo de una ala y se caen muertos. SCHEITLIN. BALADA D E J U D I T D E W E L P 1 de W e l p hi d u '1 sol damunt sas galtas de nina ; d' or y d' argent te '1 bressnl, los volquers de seda fina. E n sent jorn avora d' ella trohadors pólsan llauts, y li donan la mamella J UDIT 6 REVISTA DEL CENTRO DE LECTCRA VI damas de nobles esciits : mes sent nit, quan tor reposa, l o diable als llábis li posa sos mogrons escorregLirs. J u d i t d e W e l p ja es al clos. N o hi hk e n sa llosa '1 saiit arbre; tant sols la vetlla e n repós de dia u n ángel de marbre. Mes d e nit, quan lo judici ja apar la ternpesta al Iluny, 1' ángel S' acota ab desfici y peis monts sa veu retruny : -Deixóndat, ja es temps, m a esposa.Y e n vá al marbre d e la llosa l o diable hi truca ab l o priny. ANGELGUIKERÁ. 11 Judir de W e l p ha somniat que al front garlanda cenyía ; lo compte 1' ha despertat : -Munta á cabsll, filla mia ; quinz' anys ha fet ta hermosura y Ludovich vol muller; sols d e véuret sa ventura Iligarás á ton valer.Y ja la pols los amaga ; y callar, á rerassaga l o diable hi va d' escuder. J u d i t de W e l p es la flor q u e al ve11 emperant agrada ; avuy al donarli '1 cor, la garlanda li ha donada. Per la má la conduhía dintre '1 palau imperial ; los caballers obren vía fins á la cambra nupcial. C a u despres la nit obscura, y envolt e n negra armadura l o diable veilla al portal. N - IV Judit de W e l p á u n galan dona u n bes q u e la encadena ; á la guerra es 1' einperant ; una llontia '1s enllumena. Diu ella á un Crist enguniosa : -i Trayeume est amor del pit !S' o u e n lo ifam q u e reposa d' u n briimarot l o brunzit. i J a '1 llunr ha mort d ' u n cop d' ala ! y brilla a l fons de la sala 1' esguart del diable enrogit. v Judit de W e l p te al front lo cort y la cleresia : groch Ludovich del afront los Evangelis obría : -3urau aquí q u e sou pura ! q u e son crims eixos mormulls !Si ardida sa boca ho jura, sa destra no, y tanca '1s ulls. Q u e un bras resol 1' ha apartada ; y ha vist a b horror posada 1' urpa del diable en sos fulls. u n o d e los dias de carnaval se habian reunido á comer unos cunntos distinguidos estranjeros en los salones de u n rico literato portugués, q u e no ha ganado su fortuna con la literatura. L o raro y curioso d e este banquete cosmopolita consisiia particularmente e n esa originalidad hault en goirst; como diria Rabelais, por la q u e cada convidado había hecho llevtii. tres botellas de vino de su pais, entendiéndose q u e cada uno procitró q u e fueran del más exquisito de sus mejores \'inas. '. U n convidado griego se había hecho preceder de tres frascos de Chipre, capaces de 11accr bailar de alegría á u n cenobita del monte Arhos; un baniluero espaílol de tres botellas d e vino de Canarias; u n caballero irlandés de tres botellas de vino de Constanza, conservado en tina barrica protegida por otras tres como una ciudadela encierra u n Suerte q u e á su vez contiene una doble línea de miirallas ; u n oficial alemán de tres botellas de vino del Rhin, con tapón de oro, comprad o e n Francfo~-t-sur-Mei~z; un francés de tres botellas d e Larose-Sarget, y de otras tres del famoso En71itnse Ber-giel-, llamado así por su propietario, que, aunque es abogado; no necesita defender su excelente vino. Después q u e se rindieron los honores militares á estos vinos ilustres e n la tierra como los que mas, y á otros muchos n o menos fanrosos, el ducho de la casa mandó traer no tres botellas, sino una sola. (Mas de quevino? Después lo sabremos. ( E r a aquello una botella? N o lo podenros decir e n este momento, Era difícil, e n efecto, determinar desde luego si el objeto en cuestión era una botella. Veíase una masa informe, enlodada, erizada de excrecencias y ennegrecida con ese color de h u m o , propio d e las momias, y como ellas se encontraba varias veces envuelta e n u n li,ennz. Este, con el tiempo se había adherido tan estrechamente a l cuerpo vítreo d e l o q u e era botella 6 parecía ser- E 111 i