Demostración de que Jesucristo es el Mesías esperado por los hebreos Tabla de contenido Capítulo 1 -Por qué escribí este libro.........................................1 -Cual es la razón de los números que hay a la izquierda de cada renglón en este libro...................4 -Resumen del capítulo 1...........................................5 Capítulo 2 -La profecía de Daniel de las 70 semanas de años nos dice la época en que vendría el Mesías...................................................6 -Resumen del capítulo 2.........................................17 Capítulo 3 -Isaías profetiza claramente el sacrificio de Jesucristo ........................................................18 -Alejandro, César, Napoleón y Cristo....................26 -Resumen del capítulo 3.........................................27 . Capítulo 4 El profeta Malaquías advirtió que el Mesías entraría en aquel Templo, y que tendría un precursor; lo mismo profetizó Haggeo................28 -Resumen del capítulo 4.........................................34 Capítulo 5 Varias otras profecías -El Mesías nacería en Belén. Jesucristo nació en Belén.....................................................35 -El salmo 22 profetiza sobre Jesucristo..................36 -Profecía de David sobre la resurrección de Jesucristo........................................................39 . -Veamos una profecía sobre los Reyes Magos.......39 -El Mesías cabalgando en un burro........................40 -El que derramó espíritu de gracia fue traspasado............................................................41 -El Mesías nacería de una virgen ...........................43 -Resumen del capítulo 5.........................................45 . . Capítulo 6 -¿Debe un sincero adorador de Dios cambiar Sus leyes sin autorización divina? La Pascua.....46 -Los pecados se limpiaban con corderos, ¿cómo se limpian ahora que no hay sacrificios?.............50 -Resumen del capítulo 6.........................................51 Capítulo 7 -La destrucción de las genealogías y el Mesías......52 -Hoy en día no existen genealogías. .......................58 -Resumen del capítulo 7.........................................59 Capítulo 8 Las genealogías y el sacerdocio.............................60 -El futuro sacerdocio judío va a ser espurio, por cuanto no se tienen las genealogías...............65 -La ausencia del Templo es aviso de que Dios se apartaba de ellos..............................................66 -Resumen del capítulo 8.........................................67 Capítulo 9 -¿Es Jesucristo el Hijo de Dios?.............................68 -Resumen del capítulo 9.........................................78 Capítulo 10 -Calumniar a Cristo es más fácil que leer la Escritura, pero más dañino para el calumniador....79 -Resumen del capítulo 10.......................................81 Capítulo 11 -Profecías del Antiguo y el Nuevo Testamento nos indican que los judíos se convertirían a Cristo al final de los tiempos............................82 -El Mesías vendría dos veces: una como Cordero de Dios y otra como Rey del Mundo.....84 -Resumen del capítulo 11.......................................88 1 2 3 Demostración de que Jesucristo es el Mesías esperado por los hebreos 4 5 Capítulo 1 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 Por qué escribí este libro Quien sea un creyente de buena fe, y considere que su creencia es la correcta, o que simplemente es la mejor, debe predicarla para beneficiar a otros. Debe ser un propagador de su fe. No debe “comérsela” él solo, sin importarle lo que le suceda eternamente a otros. Callar nuestra creencia es egoísmo cruel, pues al hacerlo condenamos por toda la eternidad a los que no tienen nuestra salvadora fe. El que no predica su fe es porque desprecia a los demás seres humanos, porque no le importa su eterno destino, o porque no está seguro de que la suya sea la verdadera o la mejor. Tan simple como eso. Por eso yo propago mi fe a todos, incluyendo a los judíos. El propósito de este libro es ayudar a todos los hebreos de buena fe a comprobar que Jesucristo es el Mesías. Lo hago, para que al comprobarlo, puedan obtener la salvación de su alma, aceptándolo como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Abraham, Isaac, Jacob, Moisés y los demás antecesores sacrificaban un cordero para limpiar sus pecados. Ellos lo hacían porque habían recibido el conocimiento de que Dios enviaría a su Mesías, que era el Verdadero Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Hoy en día algunos ignorantes 1 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 califican de salvajismo el sacrificio de corderos que para limpiar sus pecados hacían los judíos fieles en épocas anteriores a la destrucción del Templo por los romanos. Eso no era un salvajismo, era un simbolismo de lo que ellos sabían que ocurriría algún día. Ese Cordero de Dios era Jesucristo. Por eso después de su sacrificio Dios permitió que terminaran los sacrificios de corderos en el Templo. El motivo de este libro es demostrar a los judíos que creen en las Escrituras de Moisés y los profetas, que Jesús es el Mesías, el Verdadero Cordero de Dios. No me baso para afirmar esto, en libros escritos por “sabios”, sino en las Escrituras hebreas, es decir, en el Antiguo Testamento. No estoy aquí trayendo la opinión de curas, rabinos o pastores, a los que sus seguidores llaman “sabios”. El único Sabio es Nuestro Creador, que nos dio las Escrituras de los profetas, para que guiáramos por ellas nuestro comportamiento. Para que alcanzáramos el conocimiento de quién sería y cuándo vendría el deseado Mesías. Si leemos las Escrituras veremos que el Mesías iba a tener dos venidas a la Tierra. Una como cordero, a dejarse sacrificar por los pecados de los que aman a Dios. Otra como Rey del Mundo, para gobernar con vara de hierro. La Primera Venida ya fue llevada a cabo con el nacimiento, vida sin pecados, crucifixión, muerte y resurrección de Jesucristo. La Segunda Venida está por venir, y no se halla muy lejos en el tiempo. Cuando una persona cree de buena fe tener una verdad que pueda beneficiar a otros, su deber es compartirla. Eso es lo que estoy haciendo. Dios no nos da las Escrituras para que tengamos que depender de otros para entenderlas. El Creador da Su Palabra para que 2 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 102 103 104 105 cualquier ser humano pueda entenderla; lo mismo un sabio que un pescador. No obstante, como siempre ocurre, surgen unos aprovechados que pretenden hacernos creer que si no es a través de su personal “inteligencia genial”, o a través de su “divina unción”, nosotros, simples mortales, no podemos llegar a saber qué es lo que Dios quiere de nosotros. El día que nos enfrentemos al Juicio Final, no nos van a preguntar qué era lo que nos enseñaban nuestros pastores, rabinos o curas, sino, qué era lo que decía la Sagrada Escritura. Es por eso que en este libro no se va a mencionar la opinión de ningún rabino, cura, pastor o sabio teólogo, sino lo que dijeron los verdaderos profetas de Dios. El clero de todas las religiones por lo general “vive de su cuento” y nos cobra muy caro para “enseñarnos” lo que ellos dicen ser el producto de su “sabiduría” y de sus muchos estudios. Dios le da oportunidad a todos los humanos a buscar la verdad, no tenemos que depender de otros. Yo les aconsejo a los que lean este libro, que busquen un Antiguo Testamento, escrito en hebreo, impreso en una imprenta ortodoxa, para que comprueben la veracidad de los argumentos aquí esgrimidos. No usen traducciones a idiomas corrientes, porque cuando esos traductores llegan a aquellos pasajes que demuestran que Jesucristo es el Mesías, los intereses creados hacen que distorsionen la traducción. Lo escrito en hebreo no está distorsionado, sobre todo los ejemplares antiguos que se hallan en bibliotecas. Los ejemplares antiguos son confiables, por varias razones. Primero, los judíos que son verdaderos creyentes no han permitido que se distorsione la Palabra de Dios. Segundo, los que hacen 3 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 118 119 120 121 122 123 124 125 126 127 128 129 130 131 132 133 traducciones del hebreo al inglés, al español o a cualquier otro idioma, no tienen temor de que los descubran, porque los que saben hebreo no leen esas alteradas traducciones, y los que no saben hebreo no pueden impugnar la traducción. Donde yo trabajaba laboraba también un hebreo sabra, es decir, nacido y criado en Israel, razón por la cual él leía y entendía perfectamente el hebreo. El hombre no era religioso, ni se interesaba en estas cuestiones, por lo cual no tenía opinión prejuiciada. Como que ambos hablábamos inglés, él me traducía al inglés lo que yo le preguntaba. Yo tengo un Antiguo Testamento escrito en hebreo, que me fue regalado por un amigo judío ya fallecido, el cuál me lo trajo de Israel. Cuando yo quería comprobar si lo que decía un pasaje del Antiguo Testamento traducido por Reina-Valera, concordaba con lo escrito en hebreo, yo fotocopiaba el lugar y se lo llevaba a mi compañero de trabajo y le pedía que me lo tradujera al inglés. Siempre que lo hice, lo dicho por ese judío sabra concordaba con la traducción Reina-Valera al español, y disentía de traducciones rabínicas hechas en Argentina. Por eso es que les aconsejo usar Escrituras antiguas en hebreo, si es que ustedes saben el hebreo, o usar el método que yo usé: utilizar a un sabra que no sea religioso, a fin de que traduzca sin prejuicios. * 134 135 136 137 138 139 140 141 Cual es la razón de los números que hay a la izquierda de cada renglón en este libro. A mi modo de ver, todo escritor debe estar accesible a la discusión sana y edificante; no encerrarse en su “torre de marfil” sin permitirle a nadie que discuta su teoría. Por eso yo doy acceso a 4 142 143 144 145 146 147 148 149 150 151 152 153 154 155 156 157 que me impugnen lo que digo, porque considero que de la sana discusión sale la luz. De esa manera, me beneficio yo, porque me sacan de mis errores, si es que los tengo, y se benefician mis interlocutores, porque salen de los errores suyos si es que los tienen. De los autores que he conocido ninguno ha deseado jamás discutir por escrito y públicamente sus doctrinas, o sus interpretaciones de la Escritura. Dicen las cosas para que uno se las crea dogmáticamente, por aquello de “magister dixit”. Y si uno intenta impugnar con razones y argumentos, por escrito, lo que ellos enseñan, contestan que no desean “perder el tiempo” porque están “muy ocupados”. De esa manera evitan que les demuestren que están errados. * 158 159 160 161 162 163 164 165 166 167 168 169 170 171 172 173 174 Resumen del capítulo 1. Quien sea un creyente de buena fe, y considere que su religión es la correcta, o que es la mejor, debe predicarla para beneficiar a otros. El propósito de este libro es ayudar a todos los hebreos de buena fe a comprobar que Jesucristo es el Mesías, el Cordero de Dios. De esa manera alcanzan la salvación de sus almas. El día que nos enfrentemos al Juicio Final, no nos van a preguntar qué era lo que nos enseñaban nuestros pastores, rabinos o curas, sino, qué era lo que decía la Sagrada Escritura. Como que yo no sé el idioma hebreo, me valía de un judío sabra que trabajaba conmigo, el cual por no ser religioso me traducía sin prejuicios. Les recomiendo que hagan algo parecido, 175 176 *** 177 5 178 179 180 181 Capítulo 2 182 183 184 185 186 187 188 189 190 191 192 193 194 195 196 197 198 199 200 201 202 203 204 205 206 207 208 209 La profecía de Daniel de las 70 semanas de años nos dice la época en que vendría el Mesías Una de las profecías que con más exactitud nos muestra que Jesucristo es el Mesías, es la de las setenta semanas de años. Esta profecía nos indica el tiempo que iba a transcurrir desde que Artajerjes dio a Nehemías el permiso para la reconstrucción de Jerusalem, hasta la venida del Mesías. Eso es lo que vamos a tratar en este capítulo. Como que la palabra “semana” actualmente se usa solamente para nombrar un lapso de siete días, es imprescindible demostrar primero que en los días de Moisés y los profetas, la palabra también se utilizaba para nombrar un lapso de siete años. Si vamos a leer Gn 29:27-28 veremos que en este pasaje se comprueba que, desde tiempos inmemoriales, uno de los significados bíblicos de la palabra “semana” era el de un período de siete años. Aquí se relaciona directamente, la palabra “semana” con un período de siete años. Es importante puntualizar esto, porque el significado este de la palabra “semana” es la clave para la interpretación de la profecía de las Setenta Semanas. Después que Jacob fue engañado por su suegro cuando éste le dio por mujer a Lea en lugar de a Rachel, Labán le propuso a su yerno que trabajara “otra semana”, para darle también a Rachel. 210 211 212 213 “27 Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hicieres conmigo otros siete años. 28 E hizo Jacob así, 6 214 215 y cumplió la semana de aquélla, y él le dio a Rachel su hija por mujer.” (Gn 29:27-28) 216 217 218 219 220 221 222 223 224 Como vimos en el pasaje anterior, se le llama “semana” a un lapso de siete años. También en Levítico 25:8 vemos que se le llama “semana” a un período de siete años. Los que no han leído la Escritura ignoran que en ella se habla también de “semanas de años”. En el siguiente versículo vemos claramente que en ocasiones se llamaban “semanas” a períodos de siete años. 225 226 227 228 229 “Y te has de contar siete semanas de años, siete veces siete años; de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años.” (Lev 25:8) 230 231 232 233 234 235 236 237 238 239 240 241 242 243 244 Vemos de nuevo en el recién leído versículo, que la palabra “semana” se usaba también para indicar un período de siete años. Sabido ya el antiguo uso de la palabra “semana” para indicar un período de siete años, vamos a leer la profecía contenida en el libro del profeta Daniel, capítulo nueve. Al comenzar el capítulo vemos que Daniel está en busca de la voluntad de Dios, por lo cual oraba. De eso nos enteramos al leer el capítulo nueve, desde el versículo uno hasta el veintitrés, en el cual nos dice que se le apareció un ángel que le hizo la siguiente revelación. Analicen concienzudamente esta revelación, para que vean que solamente concuerda con Jesucristo. 245 246 247 248 249 “24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la 7 250 251 252 253 254 255 256 257 258 259 260 261 262 263 264 265 266 267 268 269 270 justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 25 Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas. Se tornará a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá la ciudad y el santuario. Con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra será talada con asolamientos. 27 Y en otra semana confirmará el pacto a muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda; después, con la muchedumbre de las abominaciones será el desolar, y esto hasta una entera consumación; y se derramará la ya determinada sobre el pueblo asolado.” (Dn 9:24-27) 271 272 273 274 275 276 277 278 279 280 281 282 283 284 285 De este importantísimo pasaje de la profecía de Daniel sacamos en conclusión que Dios le estaba revelando al profeta, que el pueblo judío pasaría por tres períodos distintos. El primer período era de siete semanas, o sea, 49 años, durante el cual se tornaría a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Esto ocurrió en época de Nehemías; basta leer este libro para comprobarlo. El segundo período era de sesenta y dos semanas, o sea, 434 años, que sumado con el primer período formaban 483 años (49+434=483). Después de esos 483 años vendría el Mesías como dice el versículo 25, y después de su venida se le 8 286 287 288 289 290 291 292 293 294 295 296 297 298 299 300 301 302 303 304 305 306 307 308 309 310 311 312 313 314 315 316 317 318 319 320 quitaría la vida, como dice el versículo 26, en forma clarísima, y luego de eso la ciudad de Jerusalem y su Templo serían destruidos. De la lectura de esta profecía de Daniel sacamos en consecuencia que: a) Dios tenía determinado un período de 70 semanas de años para el pueblo de Israel. b) El Mesías llegaría 483 años después de que se diera la orden de restaurar a Jerusalem. c) Al Mesías lo matarían después de ese período de tiempo, es decir, después de los 483 años posteriores a la orden de restaurar a Jerusalem. d) Después de que se le quitara la vida al Mesías, la ciudad de Jerusalem y el Templo, serían destruidos, como ocurrió con Tito Flavio, hijo del emperador Vespasiano. e) Luego de estos dos períodos que suman 69 semanas de años, todavía quedaría un futuro período de una semana de años, en el que Israel volvería a ser parte de la profecía de Dios. Esos son los siete años finales de la historia del mundo. Los primeros tres años y seis meses de ese período final de siete años, se distinguirán por la aparición de lo que la profecía del Apocalipsis, (en el Nuevo Testamento), denomina “los dos testigos”. Estos dos testigos son dos profetas de Dios que harán maravillas, al igual que en los tiempos antiguos hacía Elías. Luego de estos primeros tres años y medio, surgirá el antiCristo, durante los cuarenta y dos meses restantes (tres años y medio). Este personaje matará a los dos testigos de Dios, y hará creer que él es el mesías, para luego exigir que lo adoren, porque él es dios, y exigirá que se marquen con el número 666, lo cual muchos aceptarán. 9 321 322 323 324 325 326 327 328 329 330 331 332 333 334 335 336 337 338 339 340 341 342 343 344 345 346 347 348 349 350 351 352 353 354 355 ¿Cuándo comienzan a contarse los 483 años? Sabido ya en resumen qué es lo que la profecía de Daniel dice, vamos a demostrar ahora cómo esta profecía del Mesías se cumple en Jesucristo. Para saber cuándo se cumplen los 483 años, tenemos primero que saber cuando comienza ese período. Según la propia profecía de Daniel, desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habría siete semanas, y sesenta y dos semanas, que hacen un total de 69 semanas de años. Por lo tanto, vayamos a enterarnos en la misma Escritura, cuándo fue dada esa orden. Este pasaje de Neh 2:1-6 es uno de los más importantes en las profecías sobre el Mesías. En la fecha dada en él se basa el comienzo del cómputo de la profecía de las setenta semanas de años que se hace en Dn 9:24-27. Ambos pasajes unidos son un magnífico argumento para probar a los judíos que Cristo es el Mesías en su Primera Venida; y a los ateos, que la Biblia es un libro de Dios. Veamos. Al comenzar este capítulo dos de Nehemías, vemos que este personaje se halla en el año 20 del reinado de Artajerjes. En ese momento aún Jerusalem estaba destruida a consecuencia del sitio que a ella puso Nabucodonosor en época de Sedequías rey de Judá. Esto lo sabemos por lo dicho en Neh 1:3 y lo pormenorizado por Nehemías al rey Artajerjes en 2:3-5. En estos versículos se evidencia que: a) la gente que vivía en Jerusalem estaba en gran mal y afrenta, debido a que los muros de la ciudad estaban derribados y sus puertas quemadas; b) la ciudad estaba desierta, es decir poca gente habitaba en ella, esto se confirma en Neh 11:1-2 10 356 357 358 359 360 361 362 363 364 365 366 367 368 donde vemos una especie de leva compulsoria para reclutar habitantes para Jerusalem; c) Nehemías pide al rey directamente, que lo envíe a reedificar a Jerusalem, lo cual es señal cierta de que aún no estaba reedificada. Además, comprobamos allí, que en ese momento se estaba dando a Nehemías, por parte del rey Artajerjes, la orden de reedificarla así como la autoridad y los medios para hacerlo. Por todo lo anteriormente dicho, no cabe la más mínima duda de que “la salida de la palabra para restaurar y reedificar a Jerusalem” tuvo lugar el año 20 del rey Artajerjes. 369 370 371 372 373 374 375 376 377 378 379 380 381 “1 Palabras de Nehemías, hijo de Hachalías. Y acaeció en el mes de Chisleu, en el año veinte, estando yo en Susán, capital del reino, 2 que vino Hanani, uno de mis hermanos, él y ciertos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalem. 3 Y me dijeron: El residuo, los que quedaron de la cautividad allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalem derribado, y sus puertas quemadas a fuego.” (Neh 1:1-3) 382 383 384 385 386 387 388 El pasaje recién leído nos demuestra que en el año 20 del rey Artajerjes, todavía Jerusalem estaba destruida, sin muros ni puertas para defenderse. Veamos ahora cómo fue en este año 20 de Artajerjes, que éste da la orden de restaurar a Jerusalem. 389 390 391 “1 Y fue en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino 11 392 393 394 395 396 397 398 399 400 401 402 403 404 405 406 407 408 409 410 delante de él, tomé el vino, y dilo al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, 2 díjome el rey: ¿Por qué está triste tu rostro, pues no estás enfermo? No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera. 3 Y dije al rey: El rey viva para siempre. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas del fuego? 4 Y me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los Cielos, 5 y dije al rey: Si al rey place, y si agrada tu siervo delante de ti, que me envíes a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré. 6 Entonces el rey me dijo, (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Hasta cuándo será tu viaje, y cuándo volverás? Y plugo al rey enviarme, después que yo le señalé tiempo. ” (Neh 2:1-6) 411 412 413 414 415 Pero no solamente el rey Artajerjes da la orden, sino que también da autoridad a Nehemías, soldados y recursos para llevar a cabo la obra, como podemos leer en el libro de Nehemías. 416 417 418 419 420 421 422 423 424 425 426 427 “7 Además dije al rey: Si al rey place, dénseme cartas para los gobernadores de la otra parte del río, que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá; 8 y carta para Asaf, guarda del bosque del rey, a fin que me dé madera para enmaderar los portales del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa donde entraré. Y me lo otorgó el rey, según la benéfica mano de Dios sobre mí. 9 Y vine luego a los gobernadores de la otra parte del río, y les dí las cartas del 12 428 429 rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo.” (Neh 2:7-9) 430 431 432 433 434 435 436 437 438 Como hemos visto, la orden para la restauración de Jerusalem fue dada el año 20 del rey Artajerjes. Por otra parte Dn 9:25-26 dice claramente que desde la salida de la palabra para restaurar a Jerusalem hasta el Mesías, transcurrirían dos períodos, uno de 7 semanas y otro de 62 semanas, o sea, 69 semanas de años, lo cual representaba 483 años. 439 440 441 442 443 444 445 446 447 448 449 450 451 “25 Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se tornará a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá a la ciudad y el santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra será talada con asolamientos.” (Dn 9:25-26) 452 453 454 455 456 457 458 459 460 461 462 Si ahora vamos a la Enciclopedia británica, XV Edición 1977, Micropaedia, volumen I, página 549, veremos que el rey Artajerjes I que aquí se menciona como dando la “palabra para restaurar y edificar a Jerusalem”, reinó desde el año 465 al 425 a.C. Si este monarca comenzó a reinar en el año 465 a.C., el año veinte de su reinado sería el 445 a.C. Ya sabemos que la cronología, tanto la bíblica como la histórica, no es muy exacta, pero aún así podemos basarnos en ella para encontrar la verdad. 13 463 464 465 466 467 468 469 470 471 472 473 474 475 476 477 478 479 480 481 482 483 484 485 486 487 488 489 490 491 492 493 494 495 496 497 498 Pues bien, si desde el año 20 de Artajerjes (445 a.C.) hasta el Mesías, iban a transcurrir 483 años, hagamos los cálculos y veremos que venimos a caer en el año 38 después de Cristo. Es decir que aún con la inexactitud de la cronología, el cómputo nos hace llegar a la época de Jesucristo. Pudiera algún aferrado alegar que el cómputo cae en el año 38 y no en el 33, cuando Cristo fue crucificado; ni en el año cero, cuando nació Jesús. Pero eso es irrelevante por dos razones: a) porque por ser inexacta la cronología, esos 5 años no son gran diferencia; incluso la cronología actual tiene 4 años de error y, b) en toda aquella época no surgió otro ser de estatura mesiánica, aparte de Jesucristo. Es decir, que nuestro problema no es tratar de ver a cual de tres o cuatro personajes contemporáneos unos de otros en aquella época, le sienta mejor la cronología profética. Si hubiera habido otro “mesías” con la estatura religiosa de Cristo, pudiera haber dudas; pero no, él fue el único en todo aquel período. Es lógico pues que el plazo se cumplía en él aunque a esta distancia en el tiempo, exista una pequeña inexactitud en el cómputo. Es decir, que los creyentes en las Escrituras Hebreas tienen dos alternativas: a) o Cristo es el Mesías en su Primera Venida, o b) el profeta Daniel falló miserablemente en su predicción, cosa que un creyente consideraría blasfema. Una vez visto todo esto, podemos decir que cualquier ateo honesto que quiera razonar sobre el asunto, que tenga interés en investigar la verdad, tiene que darse cuenta de que ahí tiene una prueba del origen divino de la Biblia. Los dos pasajes que prueban que Jesús cumple la profecía hecha sobre el Mesías, pertenecen al Antiguo Testamento, o sea, 14 499 500 501 502 503 504 505 506 507 508 509 510 511 512 513 514 515 516 517 518 519 520 521 522 523 524 525 526 527 528 529 530 531 532 533 pertenecen a lo que los judíos admiten y administran. No puede existir en un ateo la sospecha de que esos dos pasajes fueron “arreglados” para que concordaran con Jesucristo, puesto que: 1) los judíos ortodoxos no “arreglan” la Escritura; y 2) porque aún en el caso de “arreglarla”, jamás la arreglarían para demostrar que Jesucristo es el Mesías. Por lo tanto, si las pruebas de que el advenimiento de Cristo estaba profetizado con exactitud, descansan en pasajes que no pueden haber sido arreglados, es justo pensar que la profecía esa se cumplió. Y si a 483 años vista se profetiza un evento singular, y más bien único, hay que llegar a la conclusión de que el libro que lo contiene no es, y no puede ser, de inspiración humana. Si un ateo desea más pruebas de que la Biblia es el Libro de Dios, puede leer mi libro “Las Cuatro Últimas Potencias Mundiales” que se halla en mi website www.bibleserralta.com. En él se demuestra con pruebas ajenas a la Biblia, que la profecía del capítulo 7 del libro bíblico de Daniel Profeta se está cumpliendo actualmente. En esa profecía, hecha hace casi 3,000 años se dice que las últimas cuatro potencias del mundo serían Inglaterra, Rusia, China y la Unión Europea. Volvamos al tema. Recuérdese que lo de Artajerjes fue un permiso oficial respaldado por fuerzas del ejército (Neh 2:9), para reedificar a Jerusalem, y no para reedificar el Templo, que ya había sido mandado a reedificar por Ciro mucho antes (Esd 1:1-4). Además, fue Artajerjes el que, además de permiso y tropas, dio materiales de construcción para reedificar la ciudad y la muralla como ya vimos en Neh 2:8-9. 15 534 535 536 537 538 539 540 541 Como para confirmarnos el doble uso de la palabra “semana”, vemos que un poquito más adelante en el mismo libro de Daniel, éste aclara que las otras semanas de las que allí él habla, son semanas de días. Tal vez, sabiendo que antes había hablado de semanas de años, se cree obligado aquí a aclarar que son semanas de días, para evitar confusiones. Veamos. 542 543 544 545 546 “No comí pan delicado, ni entró carne ni vino en mi boca, ni me unté con ungüento, hasta que se cumplieron tres semanas de días.” (Dn 10:3) 547 548 549 550 551 552 553 554 555 556 557 558 559 560 561 562 563 564 565 566 567 568 569 Además de todos estos obvios datos y razonamientos que nos demuestran que era costumbre hablar de semanas de años, podemos darnos cuenta de que cualquier judío que crea en el Antiguo Testamento como palabra de Dios, tiene que concluir que si en la profecía de las 70 semanas se refiriera a semanas de días, entonces la profecía no se hubiera cumplido. Digo esto, porque año y pico (setenta semanas) después de comenzada la reedificación de Jerusalem no la volvieron a destruir. Como que cualquier creyente verdadero sabe que las profecías de Dios no fallan, es necesario aceptar que se tiene que estar refiriendo a semanas de años. Efectivamente, más de 483 años después de su reconstrucción fue destruida la ciudad y el santuario; prueba de que se trataba de semanas de años. Para resumir, vamos a situarnos mentalmente en aquel período de la historia hebrea que se vivió 483 años después del día en que fue dada la orden de reedificar y restaurar a Jerusalem. Durante todo ese período no se levantó otro ser de estatura mesiánica 16 570 571 572 573 574 575 576 577 578 579 580 aparte de Jesucristo. Nadie puede mostrar un profeta, un sumo sacerdote, un caudillo, ni ningún otro personaje que cumpla la profecía de las setenta semanas, como la cumplió Jesús. ¿Por qué pues no aceptar a Cristo como Mesías? ¿Por lo que puedan decir o pensar tus amigos? Lo malo es lo que pueda pensar Dios cuando te presentes ante Él y te pregunte que por qué no creíste a Su palabra, y por qué amaste más la aprobación de tus amigos, que la aprobación de tu Padre Dios. * 581 582 583 584 585 586 587 588 589 590 591 592 593 594 595 596 597 598 599 600 601 602 603 604 605 Resumen del capítulo 2. La profecía de las setenta semanas de años, en el libro de Daniel, capítulo 9, nos muestra certeramente cuándo había de venir el Mesías. Los dos pasajes de Gn 29:27-28 y Lv 25:8 nos muestran cómo en la época bíblica la palabra semana se usaba también para indicar un lapso de siete años. Luego, en Dn 9:24-27 vemos cómo el profeta Daniel anunció que el Mesías vendría 69 semanas de años, o sea, 483 años después que saliera la orden de restaurar a Jerusalem. Luego de este lapso matarían al Mesías, y luego el Templo sería destruido, y también la ciudad de Jerusalem. Sin embargo, quedaba una semana de años para el futuro, en la que Dios volvería a manifestarse a Israel. De los 7 años de la última semana, los primeros 3½ años Dios se manifestaría por medio de los dos testigos que describe en el Nuevo Testamento en el libro Apocalipsis. Uno de esos dos profetas pudiera ser Elías. No hay que olvidar que según el profeta Malaquías, al final de los tiempos volvería Elías. Durante la segunda mitad de esa semana (3½ años) reinará el antiCristo, que impondrá su número 666, 17 606 607 608 609 610 611 612 613 614 615 616 617 618 y que será aceptado por muchos y rechazado por otros, Vimos después en Neh 2:1-6 que el rey Artajerjes, en el año 20 de su reinado, dio la orden de restaurar a Jerusalem y le dio a Nehemías la autoridad y los medios para hacerlo. Sabiendo que según la Enciclopedia el año 29 de este rey es aproximadamente el año 445 antes de Cristo, es fácil darnos cuenta de que 483 años después viene a caer en el año 38 de nuestra era cristiana. El único ser de estatura mesiánica que se levantó durante ese lapso, fue Jesucristo. Hay que tener ganas de no creer, para no aceptar esta prueba, 619 620 *** 621 622 623 624 625 Capítulo 3 626 627 628 629 630 631 632 633 634 635 Isaías profetiza claramente el sacrificio de Jesucristo La última parte del capítulo 52 de Isaías forma parte del mismo tema que se trata en todo el capítulo 53, que es lo que en ese entonces era el futuro sacrificio expiatorio de Jesucristo, el verdadero Cordero de Dios. A partir del versículo 13 del capítulo 52, se ve que se está hablando del Escogido de Dios. 636 637 638 639 640 641 “13 He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y ensalzado, y será muy sublimado. 14 Cómo se pasmaron de ti muchos, en tanta manera fue desfigurado de los hombres su parecer; y su hermosura más 18 642 643 644 645 646 que la de los hijos de los hombres. 15 Empero él rociará muchas gentes; los reyes cerrarán sobre él sus bocas; porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído.” (Isa 52:13-15) 647 648 649 650 651 652 653 654 655 656 657 658 659 660 661 662 663 664 665 666 667 668 669 670 671 672 En el versículo 52:14 se comprende que no se debía esperar que el Mesías fuera un gran general, un caudillo u hombrazo al estilo humano, porque dice la profecía: “en tanta manera fue desfigurado de los hombres su parecer”. Esa fue la razón por la que Jesús fue rechazado por muchos de los judíos de aquella época: ellos querían un caudillo anonadante, un general victorioso, no un simple carpintero que viniera a rociar con su sangre expiatoria a muchas gentes, como se ve en 52:15. Y cuando en ese versículo dice “gentes” incluye a los gentiles, es decir, a los no judíos. Lo escrito en 53:1-3 donde dice que sería despreciado y desechado por el pueblo de Israel, el cual escondió de Jesús su rostro, se cumplió perfectamente en Jesús. Claro que no todo el pueblo de Israel rechazó a Cristo. Hay que recordar que en su principio, la Iglesia Cristiana estaba formada por judíos solamente, judíos que fueron perseguidos y asesinados por otros judíos que no querían admitir que Jesucristo era el Cordero Pascual, el Cordero de Dios, que como en los sacrificios del Templo, quitaba el pecado de aquellos que tenían fe en su sacrificio. Judíos que no querían admitir a Cristo como Mesías. 673 674 675 676 677 “1 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo de Dios? 2 Y subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en 19 678 679 680 681 682 683 684 él, ni hermosura; verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.” (Isa 53:1-3) 685 686 687 688 689 690 691 692 693 694 695 696 697 698 699 700 701 702 703 704 705 706 707 708 709 710 711 Como se ve por lo hasta aquí dicho, estaba profetizado que el Escogido de Dios, o sea, el Mesías, sería despreciado por el pueblo de Israel. ¿Qué otra persona de estatura mesiánica ha sido despreciada y desechada tan unánimemente por el pueblo de Israel? ¿No nos indica ese mismo desprecio y rechazamiento general, que Jesús es el Mesías, el cual cumplió esta profecía de Isaías en su Primera Venida? ¿Qué otro ser ha cumplido todo lo que dice el pasaje leído? Si sólo Jesús cumplió todo esto, ¿no indica ello que sólo Jesús es el Mesías anunciado por Isaías? ¿Por qué pues rechazarlo ahora que a posteriori pueden darse cuenta de la realidad del cumplimiento de tal profecía? Los versículos 4-6 indican claramente cuál iba a ser la función del Mesías: ser herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados, y aclara luego que el mismo Dios cargó en él, (como se cargaba en los corderos del sacrificio) , el pecado de todos nosotros. ¿Qué más claramente puede profetizarse que el Escogido de Dios, el Mesías, venía a sufrir en su Primera Venida para llevar el pecado de todos nosotros? ¿Qué otro ser de estatura mesiánica puede uno pensar que cumplió esto, sino sólo Jesús? 712 20 713 714 715 716 717 718 719 720 721 722 723 724 725 726 727 “4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino, mas Dios cargó en él el pecado de todos nosotros. 7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca: como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca .” (Isa 53:4-7) 728 729 730 731 732 733 734 735 736 737 738 739 740 741 742 743 744 745 746 El versículo 8, hablando todavía del Escogido de Dios dice bien claramente que sería muerto, cortado de la tierra de los vivientes. Con esto concuerda también la profecía de las setenta semanas que dice claramente que el Mesías sería muerto (Dn 9:26). Por lo tanto, si declara que sería muerto, ¿por qué esperar que él venía a establecer el Reino Eterno desde su Primera Venida? ¿Por qué no darnos cuenta de que sobre el Mesías hay dos tipos de profecías? Una en la que se habla de que viene a morir, a sufrir, a ser despreciado, a redimir al mundo; y otra en la que se habla de que viene a reinar, a ser respetado, a castigar, a poner las cosas en orden? ¿No es cierto? ¿Y no es Jesús, en su pasada Primera Venida y su futura Segunda Venida, el único que cumple esas profecías? ¿Por qué, pues, no aceptar a Jesús como Mesías y salvador? 747 21 748 749 750 751 752 “De la cárcel y del juicio fue quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fue de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fue herido.” (Isa 53:8) 753 754 755 756 757 758 759 760 “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá a la ciudad y el santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra será talada con asolamientos.” (Dn 9:26) 761 762 763 764 765 766 767 768 769 ¿No está bien claro también en el versículo 9 del capítulo 53 de Isaías, que el Mesías moriría? El que lea el evangelio verá cómo a pesar de haberse dispuesto con los impíos (dos ladrones) su sepultura, un senador de Israel, José de Arimatea, hombre rico, pidió su cadáver a Pilato, cumpliendo así lo que aquí dice “...mas con los ricos fue en su muerte”. 770 771 772 773 774 “Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca.” (Isa 53:9) 775 776 777 778 779 780 781 782 783 El versículo 10 habla claramente de la resurrección del Escogido de Dios, del Mesías, después de su muerte, cuando dice que: después que hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días. ¿Qué otro ser de estatura mesiánica puede alegar que murió por los pecados del mundo y resucitó, sino solamente Jesucristo? ¿Por qué pues no aceptarlo? Los 22 784 785 786 787 788 789 790 sacrificios de corderos que la religión israelí efectuaba, no eran el reflejo de su supuesto “salvajismo”, como muchos calumniadores tratan de hacer ver. Esos sacrificios eran un simbolismo del sacrificio que por nuestros pecados iba a hacer Jesucristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. 791 792 793 794 795 796 797 “Con todo eso Dios quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Dios será en su mano prosperada.” (Isa 53:10) 798 799 800 801 802 803 804 805 806 807 808 Por último, en el versículo 11 vemos cómo de nuevo se aclara que se está hablando del Mesías, cuando Dios lo llama “mi siervo justo”. O sea, que no hay duda de que lo que se va a decir se refiere al Mesías. Entonces dice que el Mesías llevará las iniquidades del pueblo en sí mismo, para terminar en el versículo 12 ratificando una vez más que ese Mesías de quien se habla, moriría. Si el Mesías moriría, ¿por qué decir que Jesús no era el Mesías por el hecho de que murió? 809 810 811 812 813 814 815 816 817 818 819 “11 Del trabajo de su alma verá y será saciado; con su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y él llevará las iniquidades de ellos. 12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los perversos, habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores.” (Isa 53:11-12) 23 820 821 822 Leamos ahora de corrido toda la Escritura que antes leímos fraccionadamente. 823 824 825 826 827 828 829 830 831 832 833 834 835 836 837 838 839 840 841 842 843 844 845 846 847 848 849 850 851 852 853 854 (Isaías 52:13) He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y ensalzado, y será muy sublimado. 14 ¡Cómo se pasmaron de ti muchos!, en tanta manera fue desfigurado de los hombres su parecer; y su hermosura más que la de los hijos de los hombres. 15 Empero él rociará muchas gentes; los reyes cerrarán sobre él sus bocas; porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído. (Isaías 53:1) ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Dios? 2 Y subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca, no hay parecer en él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. 24 855 856 857 858 859 860 861 862 863 864 865 866 867 868 869 870 871 872 873 874 875 876 877 878 879 880 881 882 883 884 885 886 887 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino, mas Dios cargó en él el pecado de todos nosotros. 7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca, como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8 De la cárcel y del juicio fue quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fue de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca. 10 Con todo eso Dios quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Dios será en su mano prosperada. 11 Del trabajo de su alma verá y será saciado; con su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y él llevará las iniquidades de ellos. 12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los perversos, habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores.” (Isa 52:13-15 hasta 53:1-12) * 6 888 889 890 25 891 892 893 894 895 896 897 898 899 900 901 902 903 904 905 906 907 908 909 910 911 912 913 914 915 916 917 918 919 920 921 922 923 924 925 926 Alejandro, César, Napoleón y Cristo Los griegos viven orgullosos de Alejandro Magno y sus sangrientas batallas para conquistar el mundo. Los italianos veneran a Julio César a pesar de las sangrientas guerras que llevó a cabo. Los franceses se ufanan de Napoleón Bonaparte, porque conquistó un efímero imperio desangrando a Francia y a toda Europa. Sin embargo, los judíos están abochornados del judío Jesucristo, lo desprecian, lo rechazan y algunos hasta lo odian, y todo esto a pesar de que fue con su propia sangre y no con sangre ajena, con su propio sufrimiento y no con sufrimiento ajeno, con lo que nos redimió de pecados y conquistó un duradero imperio de miles de millones de súbditos voluntarios. ¿Tienen ustedes razón hijos de Israel, para estar abochornados de Jesucristo en vez de estar orgullosos de él? ¿Tienen ustedes razón para despreciarlo, rechazarlo y … hasta odiarlo? ¿Qué cosa mala hizo Jesús contra su pueblo? Si luego Roma, falseando las enseñanzas de Cristo, le ha hecho daño a los judíos invocando hipócritamente su nombre, ¿es por eso Jesús digno de desprecio y odio? Eso es tan injusto como si los japoneses odiaran a los judíos porque Albert Einstein, un judío genial, inventó la teoría de la bomba atómica que los americanos lanzaron en Hiroshima y Nagasaki. O como si el mundo entero, ante el temor de un holocausto nuclear, decidiera acabar con los judíos , o decidiera odiar a Moisés, David o Salomón, porque Albert Einstein fue el que dio lugar a la bomba atómica. Jesucristo nunca hizo nada en contra de los judíos. Odiar a Jesucristo, porque Roma usando su 26 927 928 929 930 931 932 933 934 935 936 937 938 939 940 941 nombre persiguió a los judíos, es absolutamente injusto. El Antiguo Testamento, aprobado por los judíos, habla cien veces más mal de los mismos judíos, que el Nuevo Testamento. Éste, aunque rechazado por los judíos, contiene sólo unos pocos reproches, y sin embargo, está lleno de palabras de buena voluntad hacia los judíos. Examinen hijos de Israel la posición que contra Jesucristo tienen muchos de ustedes, porque les va a ser muy dificultoso mantenerla y defenderla cuando, como todos los seres humanos, cada uno tenga que comparecer ante el juicio de Dios en presencia de Su Mesías. * 942 943 944 945 946 947 948 949 950 951 952 953 954 955 956 957 958 959 960 961 962 Resumen del capítulo 3. En el Antiguo Testamento hay dos tipos de profecías sobre la venida del Mesías. Un tipo de profecía es sobre la Primera Venida de Cristo, cuando vino como Cordero de Dios a sufrir por nuestros pecados, como vimos en la profecía de Isaías, capítulos 52 y 53. En esta profecía se anuncia que sería rechazado por el pueblo de Israel. También en Isaías 7:14 donde se anuncia que nacería de una virgen. El otro tipo de profecía es el que anuncia la Segunda Venida cuando vendrá a reinar y poner el mundo en orden y justicia, El Catolicismo Romano, falseando las enseñanzas de Cristo, le ha hecho daño a los judíos invocando hipócritamente su nombre. No es lógico ni justo que por ello los judíos le tengan mala voluntad al judío Jesucristo. Ese judío conquistó y puso bajo sus pies a millones de goim, usando su propia sangre, y no sangre ajena como Alejandro 27 963 964 965 Magno, Julio César y Napoleón Bonaparte. Los pueblos de esos líderes viven orgullosos de ellos, el pueblo judío detesta a Jesús. 966 967 *** 968 969 970 971 972 Capítulo 4 973 974 975 976 977 978 979 980 981 El profeta Malaquías advirtió que el Mesías entraría en aquel Templo, y que tendría un precursor; lo mismo profetizó Haggeo El siguiente versículo anunciaba que Dios enviaría un mensajero a preparar el camino, y que luego de eso vendría a su Templo, (aquel mismo Templo) el Señor a quien buscaban los judíos, el ángel del pacto, a quien ellos deseaban. Veamos. 982 983 984 985 986 987 988 “He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y luego vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho el Dios de los ejércitos.” (Mlq 3:1) 989 990 991 992 993 994 995 996 997 998 A juzgar por lo aquí profetizado se enviaría un mensajero previo, y luego el Mesías entraría personalmente en aquel Templo, no en otro. Todos sabemos que Juan el Bautista, con el espíritu y la virtud de Elías, precedió a Jesús, preparando a las masas, que por siglos no habían visto un profeta, para el advenimiento de Jesús. ¿Qué otro ser de estatura mesiánica entró en aquel Templo y fue precedido por un potente 28 999 1000 1001 1002 1003 1004 1005 1006 1007 1008 1009 1010 1011 mensajero como Juan el Bautista? Ningún otro. Por lo tanto, si Jesús no es el Mesías como opina la mayoría de los judíos hoy en día, entonces esta profecía falló miserablemente, cosa ridícula, absurda e increíble para un judío creyente. ¿Qué otro personaje de estatura mesiánica, fuera de Cristo, penetró en aquel Templo, cuál otro ha sido precedido en su ministerio por un mensajero precursor de la talla de Juan Bautista, y quién otro, además reúne en su persona las características y circunstancias que según se anuncia en Daniel 9 e Isaías 52-53, iban a acompañar al Mesías? 1012 1013 1014 1015 1016 1017 1018 1019 1020 1021 1022 1023 1024 1025 1026 1027 1028 1029 1030 1031 1032 1033 1034 Todo esto concuerda con lo dicho por el profeta Haggeo en Hg 2:6-9. También este profeta vaticinó que el Mesías iba a entrar en aquel Templo, por lo cual la gloria de ese Templo iba a ser mayor que la del primero (el de Salomón), a pesar de que primero tuvo más riquezas. Siendo como fue el Segundo Templo, de menos importancia desde el punto de vista humano y con menos riquezas que el anterior, solamente se le puede atribuir mayor gloria (como dice Hg 2:6-9), porque lo visite “el Deseado de todas las gentes” y “el Señor a quien vosotros buscáis”. Por eso Dios dice en Hg 2:8 “Mía es la plata, y mío el oro”, como diciendo: si quisiera llenar de oro y plata este Segundo Templo no me costaría trabajo alguno; pero no será así, su mayor gloria consistirá en recibir al Mesías. A pesar de todas estas pruebas y toda esta claridad, hay ahora una serie de “sabios lingüistas” con muy sospechosas ínfulas de traductores “sinceros” y “objetivos”, que dicen que la palabra “Deseado” que apareció por siglos en todas las 29 1035 1036 1037 1038 1039 1040 1041 1042 1043 1044 1045 1046 1047 1048 traducciones, es incorrecta. Según ellos en su lugar debe aparecer la palabra “riquezas”. Es decir, que en este pasaje en vez de decir “…el Deseado de todas las gentes…” debe decir “…las riquezas de todas las gentes…”. En su afán de “ecumenizar” la Biblia, están tratando de hacer ver que en vez de venir al Segundo Templo “el Deseado de todas las gentes”, que es lo que siempre ha dicho ese pasaje, y lo que dice en hebreo, lo que iba a venir a ese Segundo Templo serían “las riquezas de todas las gentes.” Se ve que quieren anular una profecía que demuestra fehacientemente que Jesucristo es el Mesías. Veamos. 1049 1050 1051 1052 1053 1054 1055 1056 1057 1058 1059 1060 1061 “6 Porque así dice el Dios de los ejércitos: De aquí a poco aun haré yo temblar los Cielos y la Tierra, y la mar y la seca; 7 y haré temblar a todas las gentes, y vendrá el Deseado de todas las gentes; y henchiré esta casa de gloria, ha dicho el Dios de los ejércitos. 8 Mía es la plata, y mío el oro, dice el Dios de los ejércitos. 9 La gloria de aquesta casa postrera será mayor que la de la primera, ha dicho el Dios de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice el Dios de los ejércitos.” (Hg 2:6-9) 1062 1063 1064 1065 1066 1067 1068 1069 Lean este pasaje en una versión ortodoxa antigua, escrita en hebreo y verán que es “el Deseado” y no “las riquezas”, lo que se menciona en la profecía. Pero aún sin tener que ir a comprobarlo en una versión arcaica ortodoxa, usando el más simple razonamiento, también podemos ver quién tiene la razón. 30 1070 1071 1072 1073 1074 1075 1076 1077 1078 1079 1080 1081 1082 1083 1084 1085 1086 1087 1088 1089 1090 1091 1092 1093 1094 1095 1096 1097 1098 1099 1100 1101 1102 1103 1104 1105 Primero que todo hay que razonar que “el Deseado” podía venir al Templo por sí mismo; pero “las riquezas” no podían venir por sí mismas, las tenían que traer. Parece que a los que pretenden alterar la palabra “Deseado” se les olvidó cambiar el verbo “venir” por el verbo “traer”. Segundo, si Haggeo, que vivió antes del nacimiento Cristo, se refería a Jesús cuando dijo que el “Deseado” vendría al Templo, acertó con su profecía; porque efectivamente, el Mesías vino al Templo, y con su venida, hinchió de gloria el Segundo Templo. Sin embargo, si como quieren hacer ver modernamente estos sospechosos “lingüistas”, la profecía de Haggeo se refería a las riquezas de las gentes, entonces el profeta falló miserablemente; porque las “riquezas de las gentes” ni fueron traídas, ni vinieron, ni hinchieron de gloria aquella casa, ni el mundo se conmovió por las riquezas del Templo. Fue Roma la que se llevó las riquezas de las gentes de aquella época. Ese Templo fue destruido en el año 70 D.C., y jamás fueron traídas a ese Templo las riquezas de las gentes. Por tanto, si nos guiamos por esos sospechosos traductores y “expertos” en el idioma hebreo, tenemos que llegar a pensar que Haggeo falló, y también quien lo inspiró, lo cual es absurdo para cualquier creyente verdadero. Sin embargo, si nos guiamos por los traductores anteriores al moderno ecumenismo, los que siempre tradujeron “el Deseado”, comprobaremos que la profecía se cumplió, porque: a) Vino el Deseado, es decir el Mesías, a ese Templo, antes de que lo destruyeran. b) El mundo se conmovió con la venida de Cristo; c) Con su venida se hinchió de gloria aquel 31 1106 1107 1108 1109 1110 1111 1112 1113 1114 1115 1116 1117 1118 1119 1120 1121 Templo que se estaba construyendo en el momento de la profecía, y al cual se refería el vaticinio de Haggeo, y d) Mayor fue la gloria del Segundo Templo que la del primero, porque a ese Templo vino el Mesías y al primero no. Y si no fue por la venida del Mesías al Segundo Templo, ¿en qué otra cosa fue la gloria del segundo mayor que la del primero, que fue construido por el gran rey Salomón, lleno de riquezas? Tercero, vemos que si este pasaje se traduce con la palabra “Deseado” (como siempre se tradujo), concuerda con Malaquías 3:1, que anuncia lo mismo. Sin embargo, traducido con la palabra “riquezas” no concuerda con ningún otro pasaje de la Biblia; resulta único e inconexo. 1122 1123 1124 1125 1126 1127 1128 1129 “He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y luego vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho El Dios de los ejércitos.” (Mlq 3:1) 1130 1131 1132 1133 1134 1135 1136 1137 1138 1139 1140 Siendo como fue el Segundo Templo, de menos importancia desde el punto de vista humano, y con menos riquezas que el Primer Templo, solamente se le puede atribuir mayor gloria, como dice el profeta Haggeo, porque lo visitara “el Deseado de todas las gentes” (Hg 2:7) y “el Señor a quien vosotros buscáis”, (Mlq 3:1). Por eso Dios dice en Hg 2:8 “Mía es la plata, y mío el oro”; como diciendo: si quisiera llenar de oro y plata este Segundo Templo no me costaría 32 1141 1142 1143 1144 1145 1146 1147 1148 1149 1150 1151 1152 1153 1154 1155 1156 1157 1158 1159 1160 1161 1162 1163 1164 1165 1166 1167 1168 1169 1170 1171 1172 1173 1174 1175 trabajo alguno; pero no será así, su mayor gloria consistirá en recibir dentro de él al Mesías. Cuarto, el motivo de la fabricación de ese cuento de hadas es quitarle fuerzas a la profecía del Mesías. Ese cuento de hadas dice que el Segundo Templo fue construido por Herodes, o al menos que fue engrandecido por él, hasta el punto que lo hizo mayor y mejor que el de Salomón. Inventan este cuento de hadas para poder “demostrar” que el Segundo Templo fue mayor y más rico que el primero. Así tratan de lograr que la torsión de la profecía de Haggeo, concuerde con una inexistente “realidad”. Es absurdo pensar que Herodes iba a poder gastar más en el Templo, y ponerle más riquezas, que un rey independiente y poderoso como Salomón. Herodes no podía dotar al Templo de más riquezas que Salomón, porque: a) era un reyezuelo de tercera categoría que sólo gobernaba sobre una pequeña sección de Judea, b) era un vasallo de Roma, un reyezuelo que además tenía que enviar a Roma las recaudaciones, c) por el lado opuesto, Salomón poseía enormes riquezas, gobernaba todo el territorio de Israel y naciones aledañas, y tenía varios reyes vasallos que le pagaban tributos. Ese cuento de hadas que dice que Herodes puso en ese Templo más riquezas que Salomón en el primero, sólo lo traga quien no razone. Además de todo eso, hay que recordar que Dios vetó a David para que no construyera el Primer Templo, porque David había derramado mucha sangre. Y David sufrió ese veto a pesar de que esas sangres por él derramadas fueron por lo general en guerras justas. Con todo y eso, Dios vetó a David para que no construyera el Primer Templo. 33 1176 1177 1178 1179 1180 1181 1182 1183 1184 1185 1186 1187 1188 1189 1190 1191 1192 1193 1194 ¿Podrían ustedes creer que Dios vetó a David, pero premió a Herodes, asesino de niños y adultos, profetizando Haggeo que él iba a construir un Templo más glorioso, más grande y mejor que el de Salomón? ¿Creen ustedes que Dios iba a basar la gloria del Segundo Templo en las riquezas y construcciones que hiciera un consumado asesino de hebreos? ¿Va Dios a vetar a David, un hebreo, pero va a aprobar a Herodes, que además de asesino era edomita y no hebreo? Desgraciadamente hay muchos que son confundidos por estos “expertos” y les creen sus cuentos de hadas. Es mentira que las riquezas de las naciones fueran a parar al Segundo Templo. Al contrario, fueron las riquezas del Segundo Templo las que fueron a parar a las naciones: especialmente a Roma, bajo el mando del general romano Tito Flavio Vespasiano. * 1195 1196 1197 1198 1199 1200 1201 1202 1203 1204 1205 1206 1207 1208 1209 1210 1211 Resumen del capítulo 4. Los profetas Malaquías y Haggeo vaticinaron que el Mesías entraría en el Segundo Templo. El único ser de estatura mesiánica que entró en aquel Templo fue Jesucristo, por lo tanto es lógico pensar que él es el Mesías, Incluso Malaquías dijo que antes del Mesías vendría un mensajero de Dios, lo cual se cumplió con Juan el Bautista. En cuanto a Haggeo, él dijo que la gloria de aquel segundo Templo que entonces se estaba construyendo, sería mayor que la del primero, porque allí entraría el Deseado de todas las gentes, o sea, el Mesías. Sólo a Jesucristo le viene bien esa profecía, En cuanto a Herodes, un asesino, un reyezuelo vasallo de Roma, no podría construir un Templo 34 1212 1213 1214 1215 1216 1217 mejor que el del gran rey Salomón. Si Dios le negó a David la construcción del Primer Templo, por las sangres que había derramado, no iba a concederle a un vil asesino como Herodes, la construcción de un templo mejor que el de Salomón, ni decirle a Haggeo que profetizara tal cosa. 1218 1219 *** 1220 1221 1222 1223 1224 Capítulo 5 1225 Varias otras profecías 1226 1227 1228 1229 1230 1231 1232 1233 1234 1235 1236 El Mesías nacería en Belén. Jesucristo nació en Belén. Si alguien no quiere aceptar que el hecho de que Jesús naciera en Belén prueba que es el Mesías, por lo menos tiene que aceptar que el día que venga otro que se quiera endilgar el apelativo de “mesías” tiene que probar que nació en Belén. El único que hasta ahora ha cumplido esto y todas las demás condiciones, ha sido Jesús. Además, ¿qué otro ser de estatura mesiánica ha nacido en Belén? 1237 1238 1239 1240 1241 1242 “Mas tú, Beth-lehem Efrata, pequeña para ser en los millares de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días del siglo.” (Miq 5:2) 1243 1244 1245 Muchas otras pruebas hay, como esta, que algunos prefieren llamarlas pequeñas “coinciden- 35 1246 1247 1248 cias”, las cuales prueban que Jesucristo es el Mesías. Veamos otras. * 1249 1250 1251 1252 1253 1254 1255 El salmo 22 profetiza sobre Jesucristo A través de la lectura del salmo 22 se pueden notar muchas similitudes con las cosas que acontecieron a Jesús; de donde se deduce que es una profecía sobre él. 1256 1257 1258 1259 La primera es el versículo uno, que es semejante a la exclamación que ya crucificado, hace Jesucristo, como se ve en Mt 27:46. 1260 1261 1262 1263 “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor?” (Sal 22:1) 1264 1265 1266 1267 1268 1269 “Y cerca de la hora de nona, Jesús exclamó con grande voz, diciendo: Eli, Eli, ¿lama sabachtani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mt 27:46) 1270 1271 1272 1273 1274 1275 1276 1277 Estando Jesucristo en la cruz, habiendo cargado en sí mismo el pecado de todos nosotros, se convirtió en el ser más pecaminoso del universo. Por eso fue abandonado por Dios, que no soporta el pecado. De esa manera, al morir como el cordero del sacrificio, pagó los pecados de todos aquellos que acepten la redención que nos regala. 1278 1279 1280 1281 La segunda similitud está en el versículo 8, que recuerda la burla que los príncipes de los sacerdotes, los escribas y los fariseos, hacían de 36 1282 1283 1284 Jesús en la cruz. Ellos le decían que si era verdad que Dios se complacía en él, que lo salvara ahora del tormento en que se veía (Mt 27:43). 1285 1286 1287 “Se remite a Dios, líbrelo; sálvele, puesto que en él se complacía.” (Sal 22:8) 1288 1289 1290 1291 “Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.” (Mt 27:43) 1292 1293 1294 1295 1296 1297 Si Dios lo libraba de la cruz, entonces él no moriría por nuestros pecados, y nosotros seguiríamos siendo condenados eternamente. Por eso Dios no lo libraba. Eso no lo entendían, o no lo querían entender sus enemigos. 1298 1299 1300 1301 1302 1303 1304 1305 1306 1307 1308 1309 1310 1311 1312 1313 1314 1315 1316 1317 La tercera similitud se halla en el versículo 16 de este salmo, donde se dice que horadaron sus manos y sus pies, lo cual es público y notorio que sucedió a Jesús. Ahora bien, la actual edición judía en castellano, de León Dujovne y Manasés y Moisés Konstantynowski, impresa por la Editorial S. Sigal, Corrientes 2854, Buenos Aires, República Argentina, no usa al traducir, la palabra “horadar”, sino que le añaden la palabra “atándome” que evidentemente no se halla en el original. Para esto también hay que buscar un judío sabra para que traduzca, y demostrar quién es el que tiene la razón. Pero sin llegar a buscar ayuda, basta darnos cuenta de que en dicha traducción amañada la palabra “atándome” se halla dentro de paréntesis, con lo cual nos indican que esa palabra no existía en el hebreo, sino que fue añadida por los traductores. En la versión antes mencionada el versículo 16 tiene el número 17. 37 1318 1319 1320 1321 1322 1323 La cuarta similitud se haya en el versículo 18, (19 en dicha versión), donde dice que se repartieron su ropa, echando suertes sobre ella. Eso se cumplió en Jesús según lo narra Mt 27:35 y otros evangelios. 1324 1325 1326 “Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.” (Sal 22:18) 1327 1328 1329 1330 1331 1332 “Y después que le hubieron crucificado, repartieron sus vestidos, echando suertes; para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta: Se repartieron mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.” (Mt 27:35) 1333 1334 1335 1336 1337 1338 1339 1340 1341 1342 1343 1344 1345 1346 1347 En resumen, los siguientes versículo de este salmo concuerdan con lo sucedido a Cristo: -Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? (versículo 1) -Todos los que me ven, escarnecen de mí, estiran los labios, menean la cabeza, diciendo: Se remite a Dios, líbrelo; sálvele, puesto que en él se complacía. (7 y 8) -Porque perros me han rodeado, me ha cercado cuadrilla de malignos: Horadaron mis manos y mis pies. (16) -Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. (18) * 1348 1349 1350 1351 1352 1353 Profecía de David sobre la resurrección de Jesucristo Veamos una profecía de David sobre la resurrección de Cristo, el Mesías, el Santo de Dios. 38 1354 1355 1356 1357 1358 1359 1360 1361 1362 1363 1364 1365 1366 Dado que David era profeta, y dado que el cuerpo de David se corrompió en su sepulcro, este pasaje del salmo 16 tiene que ser una profecía del Mesías, pues no puede David estar hablando sobre sí mismo. Lo que aquí se dice no puede referirse a David, pues su cuerpo se corrompió y quedó en el sepulcro. Sin embargo, el de Jesucristo no. Si leemos la historia de Jesús, veremos que resucitó al tercer día; no vio corrupción ni quedó en el sepulcro, pues subió al Cielo. Por lo tanto, esta es una profecía de la resurrección de Jesús. ¿Con los hechos de quién otro coincide tan perfectamente esta profecía? 1367 1368 1369 1370 1371 “Porque no dejarás mi alma en el sepulcro; ni permitirás que tu santo vea corrupción.” (Sal 16:10) * 1372 1373 1374 1375 1376 1377 1378 1379 1380 1381 1382 1383 1384 1385 1386 1387 1388 Veamos una profecía sobre los Reyes Magos Hay aquí dos referencias que bien claramente señalan al nacimiento de Cristo. En el versículo 2 dice “la gloria de Dios nacerá en ti”. ¿Quién es la gloria de Dios, sino su Mesías? Después, en el mismo versículo 2, para que se vea que no es una metáfora dice: “sobre ti nacerá Dios y sobre ti será vista su gloria.” Por último, recuerda a los Reyes Magos, que eran príncipes gentiles, cuando dice: “andarán las gentes a tu luz y reyes al resplandor de tu nacimiento”. Efectivamente, aquellos príncipes gentiles siguieron la estrella de Belén, la luz que los guío a Jesús. ¿Quién otro que no sea Jesús, ha cumplido estas profecías? 1389 39 1390 1391 1392 1393 1394 1395 1396 1397 “1 Levántate, resplandece; que ha venido tu lumbre, y la gloria de Dios ha nacido sobre ti. 2 Porque he aquí que tinieblas cubrirán la Tierra, y oscuridad los pueblos, mas sobre ti nacerá Dios, y sobre ti será vista su gloria. 3 Y andarán las gentes a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.” (Isa 60:1-3) * 1398 1399 1400 1401 1402 1403 1404 1405 1406 1407 1408 1409 1410 1411 El Mesías cabalgando en un burro Otra profecía es la del Rey que viene a Jerusalem, cabalgando en un burro, en vez de en un brioso caballo blanco, como dice la errada tradición. Al leer el versículo 9 vemos que quien cabalga sobre el burro es el Rey de Sión en su Primera Venida. En el 10 se ve también que de quien se está hablando es del Mesías, por cuanto se dice que su señorío será de mar a mar y hasta los fines de la Tierra, refiriéndose a su Segunda Venida. Por lo tanto es evidente que el Mesías vendría a Jerusalem cabalgando en un asno. Veamos. 1412 1413 1414 1415 1416 1417 1418 1419 1420 1421 1422 “9 Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalem, he aquí, tu Rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, así sobre un pollino hijo de asna. 10 Y de Efraím destruiré los carros, y los caballos de Jerusalem; y los arcos de guerra serán quebrados; y hablará paz a las gentes; y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la Tierra.” (Zc 9:9-10) 1423 1424 1425 Esto de que el Rey de Sión o Mesías vendría cabalgando en un asno, lo cumplió Jesucristo el día 40 1426 1427 1428 1429 1430 1431 1432 1433 1434 1435 1436 1437 1438 1439 1440 1441 1442 1443 1444 1445 de su entrada en Jerusalem, el Domingo de Ramos, como se puede ver en Mt 21:1-5. Con esto debía bastar para demostrar que Cristo es el Mesías. Pero por si alguno quiere alegar que eso lo hizo Cristo precisamente para hacer ver que él era el Mesías, se le puede responder lo siguiente: No es lógico que hiciera eso para fingir ser el Mesías, porque todos sabemos que una errada tradición judía dice que el Mesías vendría en un caballo blanco, no en un burrito. Aunque las Sagradas Escrituras dicen claramente lo del asno, no obstante, lo que creyera el pueblo y los líderes religiosos era lo que contaba. Si Cristo hubiera querido hacer ver que él era el Mesías, hubiera entrado en Jerusalem cabalgando un caballo blanco. Sin embargo, vino montado en un burrito, porque no estaba buscando la manera de hacer creer tal cosa a los que creían en la tradición y no en la Escritura. * 1446 1447 1448 1449 1450 1451 1452 1453 1454 1455 El que derramó espíritu de gracia fue traspasado Otra profecía que concuerda con Jesucristo es la que dice que, el que el mismo que derramó el espíritu de gracia, fue el traspasado. Son muchas las pistas que en el Antiguo Testamento se dieron para que el Mesías fuera reconocido cuando viniera, por todo aquel que quisiera reconocerlo. Entre esas pistas está este pasaje. 1456 1457 1458 1459 1460 1461 “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalem, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y harán llanto sobre él, como llanto sobre unigénito, afligiéndose sobre él 41 1462 1463 como quien se aflige sobre primogénito” (Zc 12:10) 1464 1465 1466 1467 1468 1469 1470 1471 1472 1473 1474 1475 1476 1477 1478 1479 1480 1481 1482 1483 1484 1485 1486 1487 1488 Es evidente que quien mismo iba a derramar sobre la casa de David y sobre los moradores de Jerusalem “espíritu de gracia”, iba además, a ser traspasado. ¿No fue Jesucristo, traspasado en la cruz? ¿Es que las “cuarenta” “coincidencias” de este tipo que aparecen en el Antiguo Testamento, las cuales señalan a Jesús como Mesías son “pura coincidencia”? No importa que a pesar de las pruebas que te presentan no quieras reconocer la existencia de la electricidad; tócala y el efecto será el mismo, ora creas en la electricidad o no. Jesús vendrá de nuevo y será en esta ocasión cuando establecerá su reino, creas en ello o no; y te dejará en tu perdición si no has querido rogarle que te salve. Él no te obligará a ser salvo, él hizo todo lo que pudo por regalarte la salvación. Él fue el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, él es aquella persona simbolizada por los corderos que se sacrificaban en el Templo. Él te hace el regalo de limpiarte tus pecados, pero no te obligará a aceptarlo si tu deseas rechazarlo. Para que un regalo sea regalo, tiene dos fases: alguien lo da, y otro lo acepta. * 1489 1490 1491 1492 1493 1494 1495 1496 1497 El Mesías nacería de una virgen Veamos la profecía de Isaías 7:14 donde dice que el Mesías nacería de una virgen, es decir, de una mujer que nunca ha tenido relaciones con un hombre. Esta profecía es una clarísima señal para todo aquel que quiera examinarlo con sinceridad, de 42 1498 1499 que Jesucristo es el Mesías, igual que la profecía de las setenta semanas. 1500 1501 1502 1503 1504 “Por tanto el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y parirá hijo, y llamará su nombre Emmanuel. (Isa 7:14) 1505 1506 1507 1508 1509 1510 1511 1512 1513 1514 1515 1516 1517 1518 1519 1520 1521 1522 1523 1524 1525 1526 1527 1528 1529 1530 1531 1532 1533 Hay quienes impugnan esto diciendo que la palabra hebrea de la que se traduce “virgen”, significa lo mismo una virgen que una mujer joven. Si efectivamente, la palabra utilizada en hebreo tiene dos acepciones, y puede significar lo mismo “virgen” que “mujer joven”, es evidente a cualquiera, que la acepción correcta a escoger para la traducción es la de “virgen”. ¿Por qué? El versículo 14 dice que Dios nos dará una señal, o sea, algo no usual, algo milagroso. ¿Quién pensaría que sería una señal milagrosa de parte de Dios el que una mujer joven tuviera un hijo? ¿No es eso usual? Sin embargo, sí es una gran señal el que una virgen tenga un hijo. Por lo tanto, es más que razonable que, dado el contexto, de los dos significados que dicen tener la palabra, se escoja, para traducirla, el significado de “virgen”. Es más que razonable darnos cuenta de que lo que dice el versículo 14 es que una virgen va a dar a luz a un niño, y que ese niño es Emmanuel (Dios con nosotros). No hace falta nada más para darnos cuenta de que ese niño que iba a nacer de una virgen, era el Mesías. Hay quienes impugnan el pasaje, diciendo que lo dicho en los versículos mencionados (Isa 7:14-16) se refiere al hijo de Isaías, del que se habla en el siguiente capítulo, en 8:3-4, y no al Mesías. Si lo de la frase “la virgen concebirá un hijo” se refiere a la 43 1534 1535 1536 1537 esposa e hijo de Isaías, entonces tenemos que llegar a la conclusión de que aceptan para Isaías, su esposa y su hijo, el milagro de concepción virginal que se niegan a aceptar para José, María y Jesús. 1538 1539 1540 1541 1542 1543 1544 1545 “3Y me junté con la profetisa, la cual concibió, y parió un hijo. Y me dijo Dios: Ponle por nombre Maher-Salal-hash-baz. 4 Porque antes que el niño sepa decir, Padre mío, y Madre mía, será quitada la fuerza de Damasco y los despojos de Samaria, en la presencia del rey de Asiria.” (Isa 8:3-4) 1546 1547 1548 1549 1550 1551 1552 1553 1554 1555 1556 1557 1558 1559 1560 1561 1562 1563 1564 1565 1566 1567 1568 Además de esto hay que fijarse en que, aunque en ambos pasajes pareciera estarse hablando de la misma cosa, en realidad se habla de dos cosas diferentes. En el primero (capítulo 7) dice que el niño se llamará Emmanuel, y en el segundo (capítulo 8) dice que se llamará Maher-Salal-hashbaz. También ambos nombres tienen significados diferentes: el primero significa “Dios con nosotros,” lo cual concuerda con lo que Jesucristo proclamara de sí mismo: que él es Hijo de Dios. El segundo significa “el despojo se apresura, la presa se precipita”. En el primero dice “antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno”; en el segundo dice “antes que el niño sepa decir padre mío y madre mía. Además, el espíritu de lo que se dice para el primero, es de paz, el espíritu de lo que se dice para el segundo es de castigo. Se ve que no se trata del mismo asunto, sino de dos cosas diferentes con algo de semejanza. Es interesante pensar que a pesar de que ni el judaísmo ni el islamismo quieren admitir que esta profecía se refiere al Mesías, no obstante, basado en 44 1569 1570 1571 esta profecía se ha formado una de las mayores religiones del mundo: la cristiana. * 1572 1573 1574 1575 1576 1577 1578 1579 1580 1581 1582 1583 1584 1585 1586 1587 1588 1589 Resumen del capítulo 5. Hay varias profecías en el Antiguo Testamento, que señalan a Jesucristo como el Mesías. Una de ellas es la de Miq 5:2, que dice que el Mesías nacería en Belén. Otra es el salmo 22 donde se describe los acontecimientos ocurridos a Cristo en la cruz. También tenemos el Sal 16:10, donde David anuncia que el cuerpo del Mesías no vería corrupción. Otra profecía es la de Isa 60:1-3 sobre el nacimiento del Mesías y los Reyes Magos. Otra es la del Mesías viniendo a Jerusalem cabalgando en un burro, como anuncia Zc 9:9-10. Igualmente podemos constatar cómo en Zc 12:10 se dice que al Mesías lo iban a traspasar, como le sucedió a Jesucristo en la cruz. Como vemos, son varias las profecías que apuntan hacia Jesucristo como el Mesías. 1590 1591 *** 1592 1593 1594 1595 1596 1597 1598 1599 Capítulo 6 1600 1601 1602 1603 1604 ¿Debe un sincero adorador de Dios cambiar sus leyes sin autorización divina? La Pascua A través de todo el Antiguo y el Nuevo Testamento Dios advierte muy seriamente que no se 45 1605 1606 1607 1608 1609 1610 1611 1612 1613 1614 1615 pueden cambiar sus mandamientos. Desgraciadamente, la inmensa mayoría de los creyentes en Dios hacen caso omiso de esa advertencia y cambian los mandamientos. Uno de esos cambios hechos sin autorización divina es el de descansar el domingo en vez del sábado, que es una herejía de casi todas las religiones cristianas. Otro de esos cambios es la adoración de la Virgen María y de las imágenes de los santos, a quienes han dado categoría de semi dioses, como el catolicismo y otras religiones llamadas cristianas. Veamos lo que advierte Dios. 1616 1617 1618 1619 1620 1621 1622 1623 1624 “1 Ahora pues, oh Israel, oye los estatutos y derechos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis, y poseáis la tierra que Dios, el Dios de vuestros padres te da. 2 No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos del Señor vuestro Dios que yo os ordeno.” (Dt 4:1-2) 1625 1626 1627 1628 “Cuidaréis de hacer todo lo que yo os mando; no añadirás a ello, ni quitarás de ello.” (Dt 12:32) 1629 1630 1631 1632 1633 “5 Toda palabra de Dios es limpia, es escudo a los que en él esperan. 6 No añadas a sus palabras, porque no te reprenda, y seas hallado mentiroso.” (Prv 30:6) 1634 1635 1636 1637 1638 1639 1640 “18 Porque yo protesto a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su 46 1641 1642 1643 parte del Libro de la Vida, y de la Santa Ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.” (Apocalipsis 22:18-19) 1644 1645 1646 1647 1648 1649 1650 1651 1652 1653 1654 1655 1656 1657 1658 1659 1660 1661 Como antes dije, la casi totalidad de los creyentes en Dios desestiman o cambian los mandamientos de Dios, y los judíos no son una excepción. Moisés estatuyó, por mandato de Dios, leyes y ordenanzas que el judaísmo ha menospreciado o cambiado. Una de esas es la celebración de la Pascua. Veamos qué estatuyó Dios y qué hace el judaísmo. La Pascua que hoy celebran los judíos es una pésima caricatura de la que Dios les ordenó a través de Moisés. En general igual sucede con su religión: está compuesta por una partida de supersticiones sin base bíblica, sin base en Moisés, sino basados en mandamientos rabínicos. En el pasaje que más abajo presento vemos la forma en que hay que guardar la Pascua; y....¿qué hace el judaísmo en la actualidad? ¿cumplirlo? Nada de eso. Veamos: 1662 1663 1664 1665 1666 1667 1668 1669 1670 1671 1672 1673 1674 1675 1676 a) No comienzan el año con el mes de la Pascua, (alrededor de marzo-abril), sino con Rosh Hashanah en septiembre (versículo 2) b) No apartan un cordero por familia, desde el día 10 del mes correspondiente (versículo 3) c) No utilizan un cordero de un año (versículo 5). d) No lo matan el día 14 al atardecer, para comerlo esa misma noche (versículo 6). e) No untan la sangre en el dintel de la puerta, etc.. (versículo 7) f) No todos comen cordero, sino por ejemplo, pavo. g) No asan el cordero entero, ni comen la carne con hierbas amargas (versículos 8-9) 47 1677 1678 1679 1680 1681 1682 1683 h) No queman las sobras (versículo 10) i) No la comen apresuradamente, como quien tiene que partir para un viaje, sino que hacen fiesta y la comen reposadamente (versículo 11). j) Y sobre todo, comen la pascua fuera de Jerusalem, cosa que está expresamente prohibida por Dios. (Dt 16:5-6) Veamos. 1684 1685 1686 1687 1688 1689 1690 1691 1692 1693 1694 1695 1696 1697 1698 1699 1700 1701 1702 1703 1704 1705 1706 1707 1708 1709 1710 1711 1712 “1 Y habló Dios a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: 2 Este mes os será principio de los meses; será este para vosotros el primero en los meses del año. 3 Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de aqueste mes tómese cada uno un cordero por las familias de los padres, un cordero por familia. 4 Mas si la familia fuere pequeña que no baste a comer el cordero, entonces tomará a su vecino inmediato a su casa, y según el número de las personas, cada uno conforme a su comer, echaréis la cuenta sobre el cordero. 5 El cordero será sin defecto, macho de un año, lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. 6 Y habéis de guardarlo hasta el día catorce de este mes; y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. 7 Y tomarán de la sangre, y pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. 8 Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura, con hierbas amargas lo comerán. 9 Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus intestinos. 10 Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que habrá quedado hasta la mañana, habéis de quemarlo en el 48 1713 1714 1715 1716 1717 fuego. 11 Y así habéis de comerlo: ceñidos vuestros lomos, vuestros zapatos en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente, es la Pascua del Señor.” (Ex 12:1-11) 1718 1719 1720 1721 1722 1723 1724 1725 “5 No podrás sacrificar la Pascua en ninguna de tus ciudades, que el Señor tu Dios te da, 6 sino en el lugar que el Señor tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre, sacrificarás la Pascua por la tarde a puesta del sol, al tiempo que saliste de Egipto” (Dt 16:5-6) 1726 1727 1728 1729 1730 1731 1732 1733 1734 1735 1736 1737 Como vemos, la Pascua actual del judaísmo es una pésima caricatura de la que Moisés estatuyó por mandato de Dios. Casi todo lo que hoy se hace en ella es lo inventado por el rabinato, no lo estatuido por Dios a Moisés. ¿Puede ser eso una religión de Dios? ¿Quién les dio permiso a los líderes o rabinos para modificar el mandamiento de Dios? ¿Por qué hacen ellos lo mismo que el Papa: inventar una religión e imponerla dogmáticamente, sin apoyo en las Escrituras? * 1738 1739 1740 1741 1742 1743 1744 1745 1746 1747 1748 Los pecados se limpiaban con corderos, ¿cómo se limpian ahora que no hay sacrificios? Otro tanto sucede con el resto de la religión judía. Moisés estatuyó de parte de Dios, que los pecados se limpiaban con sacrificios de corderos, que era un simbolismo de lo que había de venir. Pero ahora la religión judía ni sacrifica corderos ni acepta al 49 1749 1750 1751 1752 1753 1754 1755 1756 1757 1758 1759 1760 1761 1762 1763 1764 1765 1766 1767 1768 1769 1770 1771 1772 1773 1774 1775 1776 1777 1778 1779 1780 1781 1782 1783 1784 Cordero de Dios. Por lo tanto, o ya no se limpian los pecados de los creyentes, o fingen “limpiar” los pecados de alguna forma que no estatuyó Dios a través de Moisés, sino que inventó algún rabino o grupo de ellos, sin autoridad, divina. ¿A quién le fue dado o quién usurpó la autoridad divina de cambiar lo que Dios dispuso? Hacen lo mismo que los papas, que modifican lo estatuido por Dios a su capricho. Jesucristo fue muerto a la hora en que se mataba el cordero Pascual, en la tarde anterior a la noche en que se comía la Pascua aquella. Como que la verdadera Pascua fue Jesucristo, la parte ritual de este evento ha caído en desuso. Dios es todopoderoso. Si Jesucristo no hubiera sido la verdadera Pascua, si él no hubiera sido el verdadero Cordero de Dios que limpió de una vez por todas los pecados de todos los que aceptamos su perdón, Dios no hubiera permitido que los sacrificios del Templo hubieran dejado de hacerse. Si la única forma que Dios estableció para limpiar pecados fue el sacrificio de corderos en el Templo y ya no hay Templo ni se sacrifican corderos, ¿cómo se limpiaron los pecados de los judíos que han muerto desde que el Templo se destruyó hasta hoy? ¿Y cómo se limpian los pecados hoy en día? ¿Han establecido una nueva forma de limpiar pecados? ¿Con qué autoridad se ha establecido esa nueva forma de limpieza de pecados, si es que se ha establecido alguna? Y si no se ha establecido ninguna, entonces, ¿cuál es el destino de los judíos pecadores? Todo esto le está gritando en los oídos a todo judío que no quiera tapárselos, que los sacrificios del Templo eran un simple simbolismo del futuro 50 1785 1786 1787 1788 1789 1790 1791 1792 1793 1794 1795 1796 sacrificio de Jesucristo en la cruz. Por eso una vez realizado este verdadero sacrificio del verdadero Cordero de Dios, ya no hace falta Templo ni sacrificios de corderos. Por eso el Templo fue destruido y no ha sido reedificado en estos casi 2000 años. En Levítico capítulo 16, vemos que en Yom Kipur había que hacer sacrificios, según lo ordenó Moisés por mandato de Dios, para obtener el perdón. ¿Quién autorizó a no hacerlos ahora, pero seguir diciendo que es el día del perdón? * 1797 1800 La religión judía actual no es una religión mosaica, sino una religión rabínica. 1801 * 1798 1799 1802 1803 1804 1805 1806 1807 1808 1809 1810 1811 1812 1813 1814 1815 1816 1817 1818 1819 Resumen del capítulo 6. ¿Debe un sincero adorador de Dios cambiar Sus leyes sin autorización divina? Claro que no. Eso es lo que ha hecho el judaísmo con las leyes que estableció Dios a través de Moisés. La inmensa mayoría de los creyentes en Dios, incluyendo el cristianismo hacen caso omiso de las leyes de Dios y cambian los mandamientos. Ejemplos del cristianismo son el sábado y la adoración de imágenes; ejemplos del judaísmo es la pascua, que la celebran fuera de Jerusalem, y el perdón de los pecados, sin tener sacrificios de corderos en el Templo, Jesucristo tenía que morir al mismo día que se mataba el cordero pascual. Si Jesucristo no hubiera sido la verdadera Pascua, si él no hubiera sido el verdadero cordero de Dios que limpió de una vez 51 1820 1821 1822 1823 1824 por todas los pecados de todos los que aceptamos su perdón, Dios no hubiera permitido que los sacrificios del Templo hubieran dejado de hacerse. Eso grita en el oído de cualquiera que no quiera tapárselo, que Jesucristo es el Mesías. 1825 1826 *** 1827 1828 1829 1830 1831 Capítulo 7 1832 1833 1834 1835 1836 1837 La destrucción de las genealogías y el Mesías Está bien claramente establecido que el Mesías tenía que ser de la tribu de Judá, y específicamente, descendiente de David, como se colige de varios pasajes de los profetas. 1838 1839 1840 1841 1842 1843 1844 1845 “5 He aquí que vienen los días, dice Dios, y despertaré a David renuevo justo, y reinará Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la Tierra. 6 En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre que le llamarán: Dios Justicia Nuestra.” (Jer 23:5-6) 1846 1847 1848 1849 1850 1851 1852 1853 1854 1855 “15 En aquellos días y en aquel tiempo haré producir a David Pimpollo de justicia, y hará juicio y justicia en la Tierra. 16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalem habitará seguramente, y esto es lo que le llamarán: Dios, Justicia Nuestra. 17 Porque así ha dicho Dios: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel” (Jer 33:15-17) 52 1856 1857 1858 1859 1860 1861 1862 1863 1864 1865 1866 1867 1868 Estas profecías están siendo dadas en época de Jeremías. Después de él se acabaron los reyes de Israel. Por lo tanto, ese vaticinio no se refiere a ninguno de los reyes que reinaron en Israel. En varias profecías se nos muestra que una de las condiciones a cumplir por el Mesías es que fuera descendiente de David. El pasaje que más abajo presento nos lo muestra, dado que la descripción que hace solamente puede referirse al Mesías, y después de eso, nos lo relaciona con el trono de David. Lógico es pues, que el Mesías tiene que ser un probado descendiente de David. 1869 1870 1871 1872 1873 1874 1875 1876 1877 1878 1879 “6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. 7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán término, sobre el trono de David, y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora para siempre. El celo del Dios de los ejércitos hará esto.” (Isa 9:6-7) 1880 1881 1882 1883 En el siguiente pasaje volvemos a ver cómo los profetas aseguraban que el Mesías sería un descendiente de David. 1884 1885 1886 1887 1888 “He aquí que vienen los días, dice Dios, y despertaré a David renuevo justo, y reinará Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la Tierra.” (Jer 23:5) 1889 1890 1891 Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, salieron junto con ellos en el éxodo, mucha gente 53 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 1899 1900 1901 1902 1903 1904 1905 1906 1907 1908 1909 1910 1911 1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920 1921 1922 1923 1924 1925 1926 que no eran hebreos, sino que se juntaron con ellos; supongo que para salir de la esclavitud. Esto lo vemos claramente en Ex 12:38. Dado que esta gente que subió con ellos no eran hebreos, por lo tanto, sus descendientes, aunque eran israelitas desde el punto de vista político, no eran hebreos desde el punto de vista mesiánico, no eran hijos de Abraham, Isaac ni Jacob. De los descendientes de ellos no podía salir el Mesías. Otra gente que se mezcló con los hebreos, y que no pueden ser detectados a menos que se tengan genealogías, son los siervos comprados que se circuncidaban y los extranjeros peregrinos, que para poder comer la pascua también los circuncidaban, como dicen Ex 12:44 y 48. Al mezclarse éstos con los hebreos, sólo las genealogías podían detectarlos para prohibirles ser levitas, sacerdotes o mesías, puesto que no eran hijos de Abraham, Isaac, Jacob y David. También los descendientes del suegro de Moisés (cineo), que no eran hebreos, se israelizaron, al igual que multitud de los otros extranjeros que subieron de Egipto durante el éxodo, como dice en el pasaje que más abajo presento. Asimismo leemos en Dt 23:7-8 que los descendientes de los egipcios y los idumeos, después de la tercera generación, podían pasar a formar parte de la “congregación de Dios”. Es decir, eran israelitas desde el punto de vista político, pero no eran hebreos, no eran hijos de Abraham; de sus descendientes no podría surgir el Mesías. Por eso fue que los israelitas llevaron en forma tan meticulosa los registros de las genealogías. Lo hacían con objeto de asegurarse que el Mesías era descendiente de Abraham, Isaac, Jacob y David; y 54 1927 1928 también para cerciorarse de que los sacerdotes eran hijos de Aarón. 1929 1930 1931 1932 “Y también subió con ellos grande multitud de diversa suerte de gentes; y ovejas, y ganados muy muchos.” (Ex 12:38) 1933 1934 1935 1936 1937 1938 1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 1946 1947 “44 Mas todo siervo humano comprado por dinero, comerá de ella después que lo hubieres circuncidado. 45 El extranjero y el asalariado no comerán de ella. 46 En una casa se comerá, y no llevarás de aquella carne fuera de casa, ni quebraréis hueso suyo. 47 Toda la congregación de Israel le sacrificará. 48 Mas si algún extranjero peregrinare contigo, y quisiere hacer la pascua á Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces se llegará á hacerla, y será como el natural de la tierra; pero ningún incircunciso comerá de ella.” (Ex 12:44-48) 1948 1949 1950 1951 1952 1953 “Y los hijos de Cineo, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmas con los hijos de Judá al desierto de Judá, que está al mediodía de Arad; y fueron y habitaron con el pueblo.” (Jue 1:16) 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 “7 No abominarás al Idumeo, que tu hermano es; no abominarás al egipcio, que extranjero fuiste en su tierra. 8 Los hijos que nacieren de ellos, a la tercera generación entrarán en la congregación de Dios.” (Dt 23:7-8) 1961 55 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 Ellos todos se mezclaron con el pueblo, pero los hebreos, que siempre habían guardado celosamente sus genealogías, sabían quiénes de ellos eran descendientes de Abraham y quienes pertenecían a la gente que se unió a ellos. El Mesías tenía que descender tanto de Abraham como de David. Dos casos evidentes en los que un egipcio tuvo descendencia israelita, se halla en Lev 24:10 y I Cr 2:35. Si se sigue leyendo este último versículo desde este pasaje en adelante, se verá cuántos descendientes de este egipcio fueron anotados en estas genealogías. Ese tipo de mezclas fue la razón para que los israelitas llevaran tan perfectamente los libros de las genealogías. No podía ocurrir que alguien que no fuera descendiente de Abraham y David, se declarara Mesías, ni tampoco que alguien que no fuera descendiente de Aarón, fuera a convertirse en sacerdote del Templo. 1980 1981 1982 1983 1984 1985 “En aquella sazón el hijo de una mujer Israelita, el cual era hijo de un Egipcio, salió entre los hijos de Israel; y el hijo de la Israelita y un hombre de Israel riñeron en el real.” (Lev 24:10) 1986 1987 1988 1989 1990 “34 Y Sesán no tuvo hijos, sino hijas. 35 Y tuvo Sesán un siervo egipcio, llamado Jarha, al cual dio Sesán por mujer a su hija, y ella le parió a Athai.” (I Cr 2:35) 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 Cuando el reino del norte, el reino de Israel, fue destruido y su pueblo fue llevado en cautiverio, se mezclaron con los habitantes de Asiria y sus alrededores y se perdieron entre las gentes del mundo. No obstante, quedó el reino del sur, Judá, que estaba compuesto por gente de todas las tribus 56 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022 2023 2024 2025 2026 2027 2028 2029 2030 2031 2032 de Israel, aunque la mayoría eran descendientes de la tribu de Judá. No obstante, como que en el Templo y en Judá se seguían llevando las genealogías, ellos sabían quiénes eran israelitas por naturalización, quienes eran hebreos descendientes de Abraham. De entre éstos, ellos sabían quiénes eran de la tribu de Judá, y de entre estos últimos, quiénes eran descendientes de David. Los descendientes de David eran los únicos que podían dar lugar al Mesías. Los descendientes de Aarón eran los únicos con derecho al sacerdocio. También sabían quiénes eran simplemente levitas, sin derecho al sacerdocio. Para constatar que los componentes de las diversas tribus de Israel estaban mezclados con los habitantes de la tribu de Judá basta leer los pasajes que más abajo presento. A esto se le puede añadir el hecho de que desde siempre, la posesión de la tribu de Simeón, se hallaba en el territorio de la tribu de Judá, por lo cual sus componentes se mezclaban con los de la tribu de Judá. No todos los que en la actualidad se llaman judíos son descendientes de la tribu de Judá. Después de la trasmigración, los israelitas no siguieron viviendo cada tribu en su región, sino que se mezclaron todas. En Jerusalem habitaron gente de las tribus de Simeón, Benjamín, Efraím, Manasés y Judá, además de los netineos y los levitas. La misma mezcla de tribus se ve en Neh 11:4. En aquella época ellos sabían de qué tribu eran, porque todavía se conservaban los libros de las genealogías. Después de la destrucción de Jerusalem y el Templo por Roma todo eso se perdió. Hoy en día ningún judío sabe de qué tribu él es descendiente. 57 2033 2034 2035 2036 Hoy no se sabría si uno que se proclama a sí mismo ser el Mesías, es o no de la tribu de Judá y sobre todo, de la descendencia de David, como se supone que sea según la profecía. 2037 2038 2039 2040 2041 2042 2043 “2 Los primeros moradores que entraron en sus posesiones en sus ciudades, fueron así de Israel, como de los sacerdotes, levitas, y netineos. 3 Y habitaron en Jerusalem de los hijos de Judá, de los hijos de Benjamín, de los hijos de Efraím y Manasés.” (I Cr 9:2-3) 2044 2045 2046 2047 2048 2049 2050 2051 “Después hizo juntar a todo Judá y Benjamín, y con ellos, los extranjeros de Efraím, y de Manasés, y de Simeón, porque muchos de Israel se habían pasado a él, viendo que el Señor su Dios era con él.” (II Cr 15:9) * 2052 2053 2054 2055 2056 2057 2058 2059 2060 2061 2062 2063 2064 2065 2066 2067 2068 Hoy en día no existen genealogías Cualquier israelita, que sea llamado judío puede ser descendiente de un egipcio, un idumeo, un cineo o cualquier otro extranjero, lo mismo que descendientes de Jacob o Aarón. Nadie puede estar seguro de su ascendencia. Por lo tanto, hoy en día no se podría garantizar si uno que dice ser el Mesías es hijo de David o descendiente de un egipcio. Tampoco podría saber si es descendiente de Aarón con derecho al sacerdocio, o si es descendiente de un idumeo, o simplemente un levita. Esto debía ser suficiente prueba como para que cualquier judío sincero, que no quiera cerrar sus ojos a la verdad, se dé cuenta de que la religión 58 2069 2070 2071 2072 2073 2074 2075 2076 2077 2078 2079 2080 2081 2082 2083 2084 2085 judía finalizó con la destrucción total del Templo y la pérdida de las genealogías. Ésto ocurrió después de la venida, crucifixión, muerte y resurrección de Jesucristo. Eso debía ser indicio suficiente como para que comprendieran que si no puede haber más religión judía, ni más sacerdocio, ni más Templo, ni más Mesías, Jesús tuvo que ser el Mesías. Las profecías de Dios respecto a la venida del Mesías no pueden fracasar, por lo tanto no hay otra posibilidad. Eso le debía hacer razonar a los judíos, que si ya no se puede saber cuál es el árbol genealógico de ningún israelita, y si Dios permitió que tal cosa sucediera, es porque ya vino el Mesías, y por lo tanto, no es necesario que se conozca la ascendencia de ningún otro supuesto “mesías”. * 2086 2087 2088 2089 2090 2091 2092 2093 2094 2095 2096 2097 2098 2099 2100 2101 2102 2103 2104 Resumen del capítulo 7. Los judíos llevaban muy meticulosamente los libros de sus genealogías. Una de las razones era que el Mesías tenía que ser un descendiente de Abraham y de David. Otra razón era saber quién podía ser sacerdote por descender de Aarón. Sin las genealogías, nadie podía garantizar que era descendiente de esos patriarcas. Dado que cuando los israelitas subieron de Egipto, se les unieron muchos que no eran descendientes de Abraham, y dado que durante la época de los jueces y los reyes también hubo mucha mezcla, las genealogías eran indispensables. No todos los que en la actualidad se llaman judíos son descendientes de la tribu de Judá. En Jerusalem habitaron gente de las tribus de Simeón, Benjamín, Efraím, Manasés y Judá, además de los netineos y los levitas. 59 2105 2106 2107 2108 2109 2110 2111 2112 2113 En aquella época ellos sabían de qué tribu eran, porque todavía se conservaban los libros de las genealogías. Después de la destrucción de Jerusalem y el Templo por Roma todo eso se perdió, y hoy en día ningún judío sabe de qué tribu él es descendiente. Por lo tanto, nadie puede probar que él es el Mesías hijo de Abraham y de David. Eso demuestra que Jesucristo es el Mesías, porque ya otro no puede ser, 2114 2115 *** 2116 2117 2118 2119 2120 Capítulo 8 2121 2122 2123 2124 2125 2126 2127 2128 2129 2130 2131 2132 2133 2134 2135 2136 2137 2138 2139 Las genealogías y el sacerdocio En la ley de Dios era muy riguroso el mandato de que solamente los hijos de Aarón fueran sacerdotes en el Templo. Nadie que no fuera del linaje de Aarón podía oficiar de sacerdote, so pena de muerte. Incluso veremos en el libro de Esdras cómo en una ocasión, al no haber pruebas genealógicas de la descendencia aarónica de ciertos sacerdotes, éstos fueron echados del sacerdocio. Sin pruebas genealógicas fehacientes, ni sacerdotes ni levitas podían oficiar. Aún en el caso de que por tradición se supusiera que ellos eran de correcta descendencia, se exigía prueba genealógica. Veamos las exigencias de la ley de Dios dada por Moisés, para el sacerdocio. Fíjense específicamente en que era absolutamente prohibido que alguien ejerciera el sacerdocio si no era de la descendencia de Aarón. 2140 60 2141 2142 2143 2144 2145 “Y cuando el tabernáculo partiere, los levitas lo desarmarán; y cuando el tabernáculo parare, los levitas lo armarán; y el extraño que se llegare, morirá.” (Nm 1:51) 2146 2147 2148 2149 2150 2151 2152 “Mas Nadab y Abiú murieron delante de Dios, cuando ofrecieron fuego extraño delante de Dios, en el desierto de Sinaí; y no tuvieron hijos; y Eleazar e Ithamar ejercieron el sacerdocio delante de Aarón su padre.” (Nm 3:4) 2153 2154 2155 2156 “Y constituirás a Aarón y a sus hijos, para que ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se llegare, morirá.” (Nm 3:10) 2157 2158 2159 2160 2161 2162 2163 2164 “Y los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del tabernáculo del testimonio al levante, serán Moisés, y Aarón y sus hijos, teniendo la guarda del santuario en lugar de los hijos de Israel; y el extraño que se acercare, morirá.” (Nm 3:38) 2165 2166 2167 2168 2169 2170 2171 2172 2173 2174 2175 2176 “35 Y salió fuego de Dios, y consumió los doscientos y cincuenta hombres que ofrecían el sahumerio. 36 Entonces Dios habló a Moisés, diciendo: 37 Di a Eleazar, hijo de Aarón sacerdote, que tome los incensarios de en medio del incendio, y derrame más allá el fuego; porque son santificados. 38 Los incensarios de estos pecadores contra sus almas. Y harán de ellos planchas extendidas para cubrir el altar. Por cuanto ofrecieron con ellos delante de Dios, son santificados; y 61 2177 2178 2179 2180 2181 2182 2183 2184 2185 2186 serán por señal a los hijos de Israel. 39 Y el sacerdote Eleazar tomó los incensarios de metal con que los quemados habían ofrecido; y extendiéronlos para cubrir el altar, 40 en recuerdo a los hijos de Israel que ningún extraño que no sea de la simiente de Aarón, llegue a ofrecer sahumerio delante de Dios, porque no sea como Coré, y como su séquito; según se lo dijo Dios por mano de Moisés.” (Nm 16:35-40) 2187 2188 2189 2190 2191 2192 2193 2194 2195 2196 2197 2198 2199 2200 2201 2202 2203 2204 2205 2206 2207 2208 2209 2210 2211 2212 “1 Y Dios dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, llevaréis el pecado del santuario; y tú y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro sacerdocio. 2 Y a tus hermanos también, la tribu de Leví, la tribu de tu padre, hazlos llegar a ti, y júntense contigo, y servirte han; y tú y tus hijos contigo serviréis delante del tabernáculo del testimonio. 3 Y guardarán lo que tú ordenares, y el cargo de todo el tabernáculo, mas no llegarán a los vasos santos ni al altar, porque no mueran ellos y vosotros. 4 Se juntarán, pues, contigo, y tendrán el cargo del tabernáculo del testimonio en todo el servicio del tabernáculo; ningún extraño se ha de llegar a vosotros. 5 Y tendréis la guarda del santuario, y la guarda del altar, para que no sea más la ira sobre los hijos de Israel. 6 Porque he aquí yo he tomado a vuestros hermanos los levitas de entre los hijos de Israel, dados a vosotros en don de Dios, para que sirvan en el ministerio del tabernáculo del testimonio. 7 Mas tú y tus hijos contigo guardaréis vuestro sacerdocio en todo negocio del altar, y del velo adentro, y 62 2213 2214 2215 ministraréis. Yo os he dado en don el servicio de vuestro sacerdocio; y el extraño que se llegare, morirá.” (Nm 18:1-7) 2216 2217 2218 2219 2220 2221 2222 2223 2224 2225 2226 2227 2228 2229 2230 2231 2232 2233 2234 2235 2236 2237 2238 2239 2240 Habrán notado ustedes que con el mandamiento de Dios no se jugaba al jueguito de ver si yo soy o no descendiente de Aarón. El que se atreviera a usurpar ese ministerio, era castigado con la pena capital. Ese fue el motivo por el cual vemos en el libro de Esdras que en una ocasión, debido a que no había pruebas genealógicas, varios individuos fueron echados del sacerdocio. De la lectura del pasaje que más abajo presento, se da uno cuenta de cuan estricta era la cuestión de ser descendientes probados de Aarón para poder ejercer el sacerdocio. Aquí se ve que no era permitido a nadie ser sacerdote si no podía probar sin lugar a dudas su genealogía aarónica. No se admitía como “prueba” el simple testimonio de los conocidos, o el nombre que pudieran tener. Tanto la gente relacionada en el versículo 60 como los sacerdotes relacionados en el versículo 61 tenían problemas de genealogías. Los sacerdotes del versículo 61 sin embargo, tenían mayores problemas, porque por no encontrar las genealogías que probaran que eran de la descendencia de Aarón, fueron echados del sacerdocio, como se ve en el versículo 62. 2241 2242 2243 2244 2245 2246 2247 2248 “59 Y estos fueron los que subieron de Telmela, Tel-harsa, Cherub, Addan, e Immer, los cuales no pudieron mostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel. 60 Los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos. 61 Y de los hijos de los sacerdotes: los hijos de 63 2249 2250 2251 2252 2253 2254 Abaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzillai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzillai Galaadita, y fue llamado del nombre de ellas. 62 Estos buscaron su registro de genealogías, y no fue hallado; y fueron echados del sacerdocio.” (Esd 2:59-62) 2255 2256 2257 2258 2259 2260 2261 2262 2263 2264 2265 2266 2267 2268 2269 2270 2271 2272 2273 2274 2275 2276 2277 2278 2279 2280 2281 2282 2283 2284 Como vemos, por no tener un registro de genealogías fueron echados del sacerdocio gente que según la tradición eran hijos de sacerdotes. Esta gente que tenían testigos vivos de ser hijos de Aarón, pero que no tenían la genealogía, gente que de buena fe creían que eran de la familia sacerdotal, no fueron admitidos. Es bueno hacer notar que estos que fueron echados del sacerdocio por no tener genealogías no eran gente cuyos antepasados se perdían en una lejana época, sino que eran gente cuyos padres y abuelos vivieron unos 70 años antes, cuando fue destruido el primer Templo. Sin embargo, ni aún así les permitieron ser sacerdotes, y a los que ya lo eran, los echaron del sacerdocio. Pues bien, el Segundo Templo fue destruido por los ejércitos romanos hace casi dos mil años, y con él todas las genealogías y la nación. Nunca más hubo genealogías en Israel. Habiendo pasado casi dos mil años, no setenta años, es más que evidente que hoy en día nadie tiene pruebas de ser de la descendencia de Aarón. Los aspirantes a sacerdotes del futuro tercer templo no sólo no tienen genealogías demostrativas de la autenticidad de su descendencia de Aarón, sino que ni siquiera pueden demostrar si son o no de Israel, pues su tradición se pierde en la niebla de los siglos. La gente que en el pasado se ha mezclado con el pueblo de Israel no se pueden detectar, sobre todo israelitas de las tribus de Simeón, Benjamín, 64 2285 2286 2287 2288 2289 2290 2291 2292 2293 2294 2295 2296 2297 2298 2299 Efraím, Manasés, etc., pero además egipcios, edomitas, romanos, sin olvidar los europeos en general que se han mezclado, a través de los siglos, con los judíos de hoy en día. Es decir, que no solamente hoy en día ningún judío sabe de que tribu él desciende, sino que ni siquiera sabe si desciende de alguno de los extranjeros que hace mil o dos mil años se mezclaron con los judíos. Siendo esto así, menos aún va a saber un judío de hoy en día si él es descendiente de Aarón. Y si nadie puede probar que desciende de Aarón, nadie puede ser sacerdote en un futuro tercer templo inventado por ellos, pero que no tiene respaldo divino como los otros dos anteriores. * 2300 2301 2302 2303 2304 2305 2306 2307 2308 2309 2310 2311 2312 2313 2314 2315 2316 2317 2318 2319 El futuro sacerdocio judío va a ser espurio, por cuanto no se tienen las genealogías Aún los que se apellidan “Cohen”, no pueden demostrar por medio de genealogías, que ellos de verdad son descendientes de Leví. Esos nombres pueden haber sido adoptados en siglos pasados, por mera conveniencia personal, por cualquier judío que fuera de cualquier otra tribu, o por cualquiera que, sin ser judío, hubiera podido infiltrarse entre ellos. Como antes vimos, los que tenían el nombre de Barzillai galaadita, y los otros, fueron echados del sacerdocio. Es evidente que todas estas contradicciones están gritándole al oído a cada judío que no quiera tapárselos, que el Mesías, el Verdadero Cordero, ya vino. Esas contradicciones están demostrándoles que Jesucristo era el cordero simbolizado por los corderos de los diferentes ritos 65 2320 2321 2322 y ceremonias. Que él era el Mesías, y que rechazarlo es una afrenta a Dios. * 2323 2324 2325 2326 2327 2328 2329 2330 2331 La ausencia del Templo es aviso de que Dios se apartaba de ellos En el pasaje que más abajo presento Dios advierte a la nación de Israel que si ellos se apartaban de Él, el Templo sería destruido. Por lo tanto, la ausencia del Templo indica que se apartaron de Dios. 2332 2333 2334 2335 2336 2337 2338 2339 2340 2341 “19 Mas si vosotros os volviereis, y dejareis mis estatutos y mis preceptos que os he propuesto, y fuereis y sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis, 20 yo los arrancaré de mi tierra que les he dado; y esta casa que he santificado a mi nombre, yo la echaré de delante de mí, y la pondré por proverbio y fábula en todos los pueblos.” (II Cr 7:19-20) 2342 2343 2344 2345 2346 2347 2348 2349 2350 2351 2352 2353 2354 2355 El Primer Templo fue destruido por Nabucodonosor rey de Babilonia, porque Israel se apartó de Dios. ¿Cómo se apartó de Dios Israel? Se apartó de Dios adorando imágenes. Los judíos volvieron del cautiverio babilónico, y por mandato de Dios construyeron el Segundo Templo. Como es lógico, para ese Segundo Templo también era válida la advertencia que se hace en el pasaje recién leído: si se volvían a apartar de Dios, también sería destruido ese Segundo Templo. Efectivamente, el Segundo Templo fue también destruido, esta vez por Roma, una segunda Babilonia, porque los judíos se volvieron apartar de 66 2356 2357 2358 2359 2360 2361 2362 2363 2364 2365 2366 2367 2368 2369 2370 2371 2372 2373 Dios. ¿Qué hicieron esta vez para apartarse de Dios? Dios envió a Su Mesías, pero los judíos lo rechazaron apartándose así de Dios. En consecuencia, el Segundo Templo también fue destruido, y los judíos volvieron a ser llevados cautivos, igual que cuando se apartaron de Dios cuando la destrucción del Primer Templo. Si el apartarse de Dios no hubiera sido motivado por rechazar a Jesucristo como Mesías, entonces, ¿qué otro gran pecado cometió el pueblo judío, que Dios los castigó tan duramente, destruyendo el Segundo Templo y lanzándolos a una diáspora mucho mayor que la de los 70 años babilónicos? La ausencia del Templo y la prolongada diáspora, declaran sin palabras, pero muy seria y elocuentemente, que Jesucristo es el Mesías, el Hijo de Dios. * 2374 2375 2376 2377 2378 2379 2380 2381 2382 2383 2384 2385 2386 2387 2388 2389 2390 2391 Resumen del capítulo 8. Por la misma razón de mezcla de otros pueblos con el pueblo de Israel, y por la ausencia de las genealogías, cosa que vimos en el capítulo anterior, es que hoy no puede saberse si uno que dice ser descendiente de Aarón, lo es en realidad. La ley de Moisés era sumamente estricta en lo que a no permitir que ejercieran de sacerdotes hombres que no pudieran probar por medio de las genealogías, que ellos descendían de Aarón. Por eso, como vimos anteriormente en Esd 2:59-62, fueron echados del sacerdocio gente que hacía solamente 70 años que habían perdido sus genealogías, aunque ellos alegaban ser descendientes de Aarón. Cuanto menos autorizados estarán para desempeñar el cargo de sacerdotes, gente que han perdido sus genealogías hace casi 67 2392 2393 2394 2395 2396 2397 2398 2399 2400 2401 2402 2403 2404 2405 2406 2407 2408 2409 2410 2411 2412 2000 años, aunque hayan adoptado el nombre de Cohen. Todas estas contradicciones están gritándole al oído a todo el que no quiera tapárselos, que ya vino el Mesías, ya se sacrificó el Verdadero Cordero de Dios, que era simbolizado por los sacrificios del Templo, y por lo tanto, ya no hace falta Templo ni sacrificios ni sacerdotes. Cualquier templo o sacrificio que se establezca en Jerusalem será espurio y no gozará de las bendiciones de Dios, sino de la usurpación del antiCristo, Como antes vimos, la ausencia del Templo era una señal de que el pueblo judío se había apartado de Dios. El primer apartamiento de Dios fue castigado con la destrucción del Primer Templo por Nabucodonosor y la expulsión de su tierra por 70 años, y su causa fue la idolatría. El segundo apartamiento de Dios ocurrió por haber rechazado al Mesías, al escogido de Dios, y fue castigado con la destrucción del Templo por los romanos y la expulsión de su tierra por casi 2000 años, 2413 2414 *** 2415 2416 2417 2418 2419 Capítulo 9 2420 2421 2422 2423 2424 2425 2426 2427 ¿Es Jesucristo el Hijo de Dios? Todo el salmo 2 nos convence, sin lugar a dudas, de que se describe al Mesías. Entre otras cosas porque los versículos 8 y 9 dan a entender que su reino se extiende a todas las gentes y no sólo a Sión. Este salmo enseña que Dios tiene un hijo (versículos 7 y 12); que ese hijo es el Mesías, el 68 2428 2429 2430 que ha de reinar en Sión (versículos 6-9); y que hay que servir tanto a Dios como a Su Hijo (versículos 11 y 12). Veamos. 2431 2432 2433 2434 2435 2436 2437 2438 2439 2440 2441 2442 2443 2444 2445 2446 2447 2448 2449 2450 2451 2452 2453 2454 “1 ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan vanidad? 2 Estarán los reyes de la Tierra, y príncipes consultarán unidos contra Dios, y contra su ungido, diciendo: 3 Rompamos sus coyundas, y echemos de nosotros sus cuerdas. 4 El que mora en los Cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. 5 Entonces hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. 6 Yo empero he puesto mi rey sobre Sión, monte de mi santidad. 7 Yo publicaré el decreto: Dios me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. 8 Pídeme, y te daré por heredad las gentes, y por posesión tuya los términos de la Tierra. 9 Quebrantarlos has con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás. 10 Y ahora, reyes, entended; admitid corrección, jueces de la Tierra. 11 Servid a Dios con temor, y alegraos con temblor. 12 Besad al Hijo, porque no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.” (Sal 2:1-12) 2455 2456 2457 2458 2459 2460 2461 2462 2463 Como se ve, desde la remota antigüedad, antes del Nuevo Testamento, ya se sabía que existía un Hijo de Dios, cosa que niegan los musulmanes. En el versículo 2 del pasaje recién leído vemos que se está hablando del Mesías, y en el versículo 7, a ese Mesías Dios le dice “mi Hijo eres tú”. En el 8 y el 9 le promete que le va a dar el poder sobre toda la Tierra, para terminar en el versículo 12 diciendo 69 2464 2465 2466 2467 2468 2469 2470 2471 2472 2473 2474 2475 2476 2477 2478 2479 2480 2481 2482 2483 2484 2485 2486 2487 2488 2489 2490 2491 2492 2493 2494 2495 2496 2497 2498 2499 que besen al Hijo. Se hace evidente que desde la más remota antigüedad del Antiguo Testamento, se sabe que Dios tiene un Hijo, un ser especial que tiene todas las características de un Hijo Unigénito. Algo parecido a esto puede sacarse en consecuencia cuando refiriéndose a Dios dice en Proverbios 30:4 “....¿Cual es su nombre y el nombre de su hijo, si sabes?” Esto de Prv 30:4 concuerda con Sal 2:7 donde dice: “El Señor me dijo: mi hijo eres tú”. Aquí se declara que el Creador tiene un hijo, un particular y especial hijo; no una cualquiera de sus criaturas a la que pudiera llamársele hijo. Es bueno también notar que en el versículo uno de este capítulo de Proverbios se nos dice que esto es una profecía, o sea, algo inspirado por Dios. Yo nunca me he conformado con leer toda la Biblia muchas veces, sino que además, en esas muchas veces que la he leído he tratado de leer el mayor número de traducciones diferentes. Así he leído la versión antigua de Reina-Valera, (que es la mejor); he leído la de Scío de San Miguel (que de las católicas es la mejor); he leído la de NácarColunga; la copia fotográfica de la traducción de Casiodoro de Reina solo, antes de la revisión de Cipriano Valera, que fue impresa en 1573; la traducción de Torres Amat; la copia fotográfica del original de la versión de Cipriano de Valera impresa en 1602; he leído la de Reina-Valera impresa en 1855; la versión de los ruselistas; la New American Standard, en inglés; la traducción de King James, también en inglés, que es la mejor de las de habla inglesa; la New King James Versión; la llamada versión moderna; el Antiguo Testamento judío traducido al español por rabinos; la versión del 60 de Reina-Valera; la 70 2500 2501 2502 2503 2504 2505 2506 2507 2508 2509 2510 2511 2512 2513 2514 2515 2516 2517 2518 2519 2520 2521 2522 2523 2524 2525 2526 2527 2528 2529 2530 2531 2532 2533 2534 Chronological Bible; y no recuerdo ahora cuantas otras versiones, sin contar las veces que he repetido la lectura de las versiones antes mencionadas. Y cuando digo que leí esas versiones estoy diciendo que las leí como siempre hago, desde Génesis hasta Apocalipsis, sin saltar nada. Esto sin contar los libros “sagrados” del adventismo, los mormones, la World Wide Church de Armstrong, los de los ruselistas, el Corán, etc.. Lo que quiero decir al mencionar todo esto, es que no soy una persona de perspectiva estrecha. No soy de aquellos que todo lo ven a través de la hendija por la que les permite atisbar su secta. Yo no pertenezco a ninguna secta, ni soy una persona que sólo sabe lo que leyó en la traducción de la Biblia que autoriza su secta, por cuanto he leído las traducciones de la Biblia de todas. Precisamente por haberlo hecho es por lo que tengo conocimiento y fuerza moral para recomendarles la Antigua versión de Reina-Valera como la mejor que existe. Por haber leído todas esas versiones es que puedo decir que en ellas hay errores; pocos en unas y muchos en otras, y que hay hasta alteraciones voluntarias. Ese es el caso de la versión judía al español de León Dujovne, Manasés y Moisés Konstantynowski, impresa por la Editorial S. Sigal, Corrientes 2854, Buenos Aires, República Argentina. Como todos los sectarios deshonestos, la versión judía al castellano mantiene la pureza de la Biblia en todo aquello que no sea una franca contradicción a sus dogmas. Pero cuando llega a aquellos pasajes que clara e inequívocamente señalan a Jesucristo como el Mesías, los distorsionan, omiten o “explican”. 71 2535 2536 2537 2538 2539 2540 2541 2542 2543 2544 2545 2546 2547 2548 2549 2550 2551 2552 2553 2554 2555 2556 2557 2558 2559 2560 2561 2562 2563 2564 2565 2566 2567 2568 2569 2570 Tal es el caso con Sal 2:12. En el versículo once de la versión Reina-Valera, hablando de Dios dice: “Servid a Dios con temor y alegraos con temblor. Besad al Hijo (dice el comienzo del doce) porque no se enoje....”. Como vemos, esta es una clara y abierta referencia al Hijo de Dios; un respaldo absoluto y total al concepto de que Dios tiene un hijo. Este es un concepto que los judíos y los musulmanes niegan tozudamente. Para no dar su “brazo a torcer”, en la traducción judía al castellano antes mencionada, ellos omiten la frase “Besad al Hijo”, y la sustituyen por la espuria frase “Armaos de pureza”. Esta falsificación de las Sagradas Escrituras ellos la hacen a sabiendas, no es un error. Son falsarios que engañan a aquellos que confían en ellos como traductores, y por cuya canallada tendrán que dar cuenta el día del juicio. Pero ahora cabría preguntarme a mí: “Y cómo tú, que no sabes hebreo, puedes saber cuál de los dos traductores tiene la razón? ¿Cómo te atreves a ‘juzgar’ a tu prójimo?” Cuando yo llego a una conclusión en contra de lo sostenido por “A”, no lo hago basado en lo que me dice “B” que es antagonista de “A”, sino en lo mismo que dice “A”. Dios es muy grande y poderoso y no se ha dejado sin testimonio de la verdad ni aún en las Biblias arregladas y amañadas. ¡¡Hasta la Biblia traducida por los ruselistas, que está alterada desde el Génesis hasta el Apocalipsis, da testimonio contra ellos mismos, contra sus propias doctrinas!! Como que en el caso de la traducción judía, yo no sabía hebreo, tuve que elaborar una solución. Yo tenía una edición del Antiguo Testamento en hebreo, (la versión impresa en Israel por la editorial “Sinaí Publishing”, de Tel Aviv) así que tomé una 72 2571 2572 2573 2574 2575 2576 2577 2578 2579 2580 2581 2582 2583 2584 2585 2586 2587 2588 2589 2590 2591 2592 2593 2594 2595 2596 2597 2598 2599 2600 2601 2602 2603 2604 2605 2606 fotocopia de ese salmo de una página del libro. Esa copia la llevé a un amigo hebreo, un científico especializado en biofísica, un judío sabra, nacido y criado en Israel, que trabajaba conmigo, y le pedí que me tradujera aquellas palabras del versículo 12. Mi amigo hebreo, que hablaba y leía el idioma hebreo como su lengua materna, y el inglés como el idioma adquirido, me contestó en este último, que era el idioma común en que nos comunicábamos nosotros: “Here says: Kiss the son”. O sea, que traducido al español lo que me dijo fue: “Aquí dice: besad al hijo”. Lo que estos traductores habían modificado para traducirlo al español, el rabinato no se había atrevido a modificarlo en el hebreo. ¿Por qué? El alto clero de todas la sectas, los directores de las sectas erradas, no están dispuestos a decir la verdad a las ovejas de las que trasquilan la lana. Por otra parte, el creyente en general es moroso para leer la Biblia, lo mismo el cristiano que el judío. Pero menos aún la va a leer en un idioma que él no conoce. Por eso al traducirlo al idioma corriente del país en que viven, lo modifican, pero en el idioma desconocido, en el idioma que sólo conocen los rabinos y el alto clero del país en cuestión, en el idioma que sólo leen los que tienen intereses sectarios y económicos en su religión, no es necesario modificarlo. Ellos aunque lean la verdad y la palpen no van a creer, porque no la quieren creer. Cuando Jesús una vez más demostró su divinidad resucitando a Lázaro, los judíos sinceros lo aceptaron como una prueba de que Jesús era el Mesías. No obstante, los insinceros, los prejuiciados, los pertenecientes a la clerigalla farisea, determinaron que había que matar a Lázaro, para que no hubiera prueba de su resurrección, (Jn 73 2607 2608 2609 2610 2611 2612 2613 2614 2615 2616 2617 2618 2619 2620 2621 2622 2623 2624 2625 2626 2627 2628 2629 2630 2631 12:9-10). Todo esto habrá de pagarse el día del juicio. Por otro lado, la multitud de creyentes judíos sinceros, que están sinceramente equivocados, que nacieron en Israel y conocen el hebreo, no van a permitir que se les modifique la Sagrada Escritura en un idioma que ellos entienden: el hebreo, y del que tienen cientos de copias ortodoxas. Los rabinos sinceros de todos los países, tampoco van a permitir que se les modifiquen las Escrituras. Por eso estos traductores sólo pueden hacer estas alteraciones muy parcialmente, y sólo en idiomas en los que las falsificaciones no produzcan mucho antagonismo o problemas entre su propia gente. También en el libro del profeta Ezequiel, como ya he señalado en otros lugares, se evidencia que Dios tiene un hijo; no una criatura cualquiera, sino un ser especial al que Él considera Su hijo. En la Biblia judía en español, aunque esta vez no se ha alterado la traducción, sí difiere en el número de los versículos, pues lo que aquí nosotros tenemos en Ezq 21:10, ellos lo tienen en Ezq 21:15. Esta diferencia de numeración ocurre frecuentemente en esta traducción. 2632 2633 2634 2635 2636 2637 2638 2639 2640 2641 2642 “8 Y fue a mí palabra de Dios, diciendo: 9 Hijo del hombre, profetiza, y di: Así ha dicho el Señor Dios: Di: La espada, la espada está afilada, y aun acicalada; 10 para degollar víctimas está afilada, acicalada está para que relumbre. ¿Hemos de alegrarnos? A la vara de mi hijo viene menospreciando todo árbol. 11 Y la dio a acicalar para tenerla a mano, la espada está afilada, y acicalada está ella, para entregarla en mano del matador. 12 74 2643 2644 2645 2646 2647 Clama y aúlla, oh hijo del hombre; porque ésta será sobre mi pueblo, será ella sobre todos los príncipes de Israel. Temores de espada serán a mi pueblo: por tanto, hiere el muslo.” (Ezq 21:8-12) 2648 2649 2650 2651 2652 2653 2654 2655 2656 2657 2658 2659 2660 2661 2662 2663 2664 2665 2666 2667 2668 2669 2670 2671 2672 2673 2674 2675 2676 2677 Es bueno recordar al leer el versículo 10, lo que más adelante dice el versículo 12. Allí podemos constatar que la espada que se anuncia, iba a ser enviada contra el pueblo de Israel y contra sus príncipes. También vemos allí que se especifica que los temores de espada serían “a mi pueblo”. Eso nos indica que la palabra “hijo”, que existe en la frase “a la vara de mi hijo viene menospreciando todo árbol”, no puede estarse refiriendo al pueblo de Israel como algunos quieren hacer ver. No puede estarse refiriendo al pueblo de Israel, porque lo que están diciendo del “hijo” es una queja porque lo menosprecian, mientras que lo que están diciendo de Israel es que va a ser castigado con espada. Es decir, por un lado Dios se queja de que a Su hijo lo menosprecian, mientras que por el otro lado Dios dice que va a castigar a Israel con espada. No es lógico pensar que Dios va a castigar a Israel porque ese pueblo (Israel) sea menospreciado. Lo lógico es pensar que Cristo Su Hijo, es el menospreciado, y de eso es de lo que Dios se queja, mientras que Israel es castigado con espada, y eso es lo que Dios anuncia en este pasaje (8-32). Algunos estarían dispuestos a creer que Jesucristo es el Mesías, pero les cuesta trabajo aceptar que es un ser divino. El gran rey David consideraba que el Mesías era su Señor. Siendo el Mesías un descendiente de David desde el punto de vista carnal, no es lógico que él le llame Señor. Sin 75 2678 2679 2680 2681 2682 2683 2684 2685 2686 2687 2688 2689 2690 embargo, David le llama Señor tanto a Dios como al Mesías. En este caso al decir David la frase “Dios dijo a mi Señor”, se ve que él llama Dios al Padre Dios, y que el personaje a quien él llama “mi Señor”, (o sea, el Señor de David), es el que se sienta a la diestra de Dios. Por lógica, este que se sienta a la diestra de Dios no puede ser otro que el Mesías, y para sentarse a la diestra de Dios, tienen que ser de su misma estirpe. El hecho de que David le llame “Señor” al Mesías, nos indica claramente que ese Mesías no iba a ser un humano, sino alguien de superior jerarquía, alguien divino. 2691 2692 2693 2694 “Salmo de David. Dios dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, en tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies.”(Sal 110:1) 2695 2696 2697 2698 2699 2700 2701 2702 2703 2704 2705 2706 2707 2708 2709 2710 2711 2712 2713 Si el Mesías que aquí se anuncia, fuera un ser humano, el gran rey David no lo hubiera llamado “mi Señor” por dos razones. La primera, porque el fundador de la dinastía era David, y el Mesías sería meramente un descendiente del fundador, por lo cual el superior era el fundador, por ser fundador y por ser un antecesor. La segunda, porque nunca jamás, pero muchísimo menos en aquella época, le iba alguien a llamar “mi señor” a un descendiente. Eran los descendientes los que trataban con ese respeto a sus antecesores. Por lo tanto, si David trata de “mi Señor” al Mesías, se evidencia que éste no iba ser humano, sino divino. De otra manera no tenía David que llamarle “mi Señor”. En resumen, David, que fue un hombre tan considerado en el judaísmo, y que además fue profeta, al llamar al Mesías su Señor, nos hace ver que él no lo consideraba humano. Si lo hubiera 76 2714 2715 2716 2717 2718 2719 2720 2721 2722 2723 2724 2725 2726 2727 2728 2729 2730 2731 2732 considerado humano, no tenía que llamarle su Señor, por cuanto iba a ser descendiente suyo. Esa veneración que manifiesta David hacia el Mesías nos indica que éste era algo más que un humano elegido por Dios para rey de Israel, proveniente de la descendencia de David. Este pensamiento sobre la divinidad de Jesucristo, concuerda con lo dicho en Sal 45:6-7. Al decir en el versículo seis “tu Trono oh Dios…”, se ve que le está hablando a un ser divino. Al continuar en el versículo siete hablándole a esa persona y decirle “por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo”, nos está haciendo ver que ese ser a quien le estaba hablando primero, no era Dios Padre, sino uno que había sido ungido por Dios. Es decir, se trataba de uno que tenía a Dios por superior a él, o sea, el Mesías. Al ver que antes trató al Mesías como a un ser divino nos hace ver que el verdadero Mesías es un ser divino. 2733 2734 2735 2736 2737 2738 2739 “6 Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre; vara de justicia la vara de tu reino. 7 Amaste la justicia y aborreciste la maldad; por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de gozo sobre tus compañeros.” (Sal 45:6-7) 2740 2741 2742 2743 2744 2745 2746 2747 2748 2749 La traducción judía al español de Dujovne y Konstantynowski, en vez de tener este pasaje en los versículos antes mencionados, los tiene en el 7 y el 8. Además, tuerce el primer versículo traduciéndolo de la siguiente manera: “tu trono será establecido por Dios….”, con lo cual pretenden quitarle la connotación de divinidad al Mesías. Sin embargo, la mejor manera de saber quien tiene la razón es tomar una Biblia en hebreo, fotocopiar ese pasaje, recortar 77 2750 2751 2752 2753 2754 2755 2756 2757 2758 2759 2760 2761 2762 2763 esos dos versículos, el 7 y el 8 y dárselos a leer a un judío nacido en Israel, que no sea religioso, para que así lo lea sin saber de qué se trata, y sea honesto al traducirlo. También el hecho de que en Isa 7:14, que ya leímos, se le llame Emmanuel al hijo que la virgen habría de dar a luz, nos está diciendo que el ser del cual se estaba hablando era un ser divino. La palabra “Emmanuel” significa “Dios con nosotros”. Si por el examen de las profecías llegamos a la conclusión de que Cristo es el Mesías, y él dice que es Hijo de Dios y que es de naturaleza divina, es lógico que le creamos, el Mesías no miente. * 2764 2765 2766 2767 2768 2769 2770 2771 2772 2773 2774 2775 2776 2777 2778 2779 2780 2781 2782 2783 2784 2785 Resumen del capítulo 9. Otra cosa que le causa dificultad a los que leen escritos rabínicos, pero no el Antiguo Testamento, es la afirmación de que Cristo es el Hijo de Dios. Sin embargo, vimos claramente en el Salmo 2 que se habla sobre el Mesías, y en ese contexto se dice que Dios tiene un hijo, especialmente en el versículo 12. Lo mismo se puede decir de Prv 30:4, donde se habla del Hijo de Dios, y en Ezq 21:8-12. También vemos que David, en el Sal 110:1, le llama Señor al Mesías, señal de que era un ser superior al ser humano, porque si no, el gran rey David no lo hubiera llamado “mi Señor” por dos razones: una, porque el fundador de la dinastía era David, y el Mesías sería meramente un descendiente del fundador; y segunda, porque nunca jamás, pero muchísimo menos en aquella época, le iba alguien a llamar “mi señor” a un descendiente. Este pensamiento sobre la divinidad del Mesías, concuerda con lo dicho en Sal 45:6-7, donde el contexto nos dice que se está hablando del 78 2786 2787 2788 2789 2790 Mesías. Al decir en el versículo seis “tu Trono oh Dios…”, se ve que le está hablando a un ser divino. Todas estas citas, sacadas del Antiguo Testamento, nos hablan de la divinidad del Mesías, como Hijo de Dios. 2791 2792 *** 2793 2794 2795 2796 2797 Capítulo 10 2798 2799 2800 2801 2802 2803 2804 2805 2806 2807 2808 2809 2810 2811 2812 2813 2814 2815 2816 2817 2818 2819 Calumniar a Cristo es más fácil que leer la Escritura, pero más dañino para el calumniador He discutido a menudo con amigos míos judíos, que por estar educados bajo la influencia rabínica, me han asegurado que Jesús decía ser hijo de Dios, porque él no tenía padre reconocido, y entre los judíos ser bastardo es muy grave mancha. Por eso, según ellos, su defensa era decir, cuando le preguntaban por su padre, que él era hijo de Dios, uno de los hijos, como cualquier humano. Sin embargo, eso es falso, porque todo el pueblo lo tenía por hijo del carpintero. Además, la más elemental lógica nos dice que si hubiera habido la más mínima sospecha de que Cristo era bastardo, sus correligionarios, y sobre todo sus enemigos de la élite religiosa, no le hubieran permitido pertenecer a la sinagoga, lo hubieran expulsado, y no le hubieran permitido enseñar en la sinagoga. La ley de Dios prohibía a los hijos bastardos pertenecer a la congregación, como se ve en Dt 23:2. 2820 79 2821 2822 2823 2824 “No entrará bastardo en la congregación de Dios; ni aún en la décima generación entrará en la congregación de Dios.” (Dt 23:2) 2825 2826 2827 2828 2829 2830 2831 2832 2833 2834 2835 2836 2837 “54 Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que ellos estaban atónitos, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría, y estas maravillas. 55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿no se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo y José, y Simón, y Judas. 56 ¿Y no están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas? 57 Y se escandalizaban en él. Mas Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su tierra y en su casa.” (Mt 13:54-57) 2838 2839 2840 2841 2842 2843 2844 2845 2846 2847 2848 2849 2850 2851 2852 2853 2854 2855 2856 Como se ve en este pasaje todo el pueblo lo tenía por hijo del carpintero y conocían además a toda su parentela. Por lo tanto, Jesús no confrontaba el problema social de ser un hijo sin padre, un bastardo, como calumnian algunos rabinos. Como se ve, calumniar es más fácil que usar su raciocinio en Isa 7:14; Isa 53; Dn 9 :24-27; etc. No me vaya nadie a replicar que el versículo 55 de Mateo 13 es una mentira puesta ahí para desvirtuar lo de su bastardía, porque si mentir hubieran querido los evangelistas, no tenían que haber escrito que Jesús no era hijo directo de José. Podían haber dicho que era su hijo carnal, pero con la intervención del Espíritu de Dios. Cuando se dicen todas las cosas que se han dicho en el evangelio, sin quitar una, es porque, primero, están diciendo la verdad, y segundo, porque no les importa lo que los demás digan o piensen. 80 2857 2858 2859 2860 2861 2862 2863 2864 2865 2866 2867 2868 2869 2870 2871 2872 2873 2874 2875 2876 2877 2878 2879 2880 2881 2882 2883 2884 A esos amigos judíos yo los he tratado de sacar de su error con este razonamiento por un lado, y por el otro, mostrándoles las muchas profecías que sobre Cristo como Mesías hay en el Antiguo Testamento. El problema es que los rabinos, al igual que los jerarcas católicos y de muchas otras sectas no católicas, hacen mucho énfasis en que sus feligreses vayan a la sinagoga y dejen la plata; pero muy poco en que lean las Escrituras. La mayoría de los más religiosos lo único que leen es un pedazo de la Torá (Pentateuco) cada sábado en la sinagoga... y ya. Jamás leen los profetas, salmos, etc. Lo ignoran casi todo. En vez del Viejo Testamento, les leen el Talmud y una serie de libros rabínicos. Estos libros, como los de todas las élites religiosas, no pretenden enseñar de Dios, sino que con ellos sólo aspiran a mantenerse en su posición de influencia y hegemonía. Busquen en cada sinagoga, a ver si hallan un judío que haya leído el Viejo Testamento completo aunque sea veinte veces en su vida. La inmensa mayoría no la ha leído completo ni siquiera una sola vez. Si no te interesa la palabra de Dios, ¿cómo vas a alcanzar la verdad? Esos que se atreven a calumniar al Mesías están jugando con fuego, porque a sabiendas están transgrediendo el noveno mandamiento, y lo están transgrediendo contra Dios y su Mesías. 2885 2886 2887 2888 “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.” (Ex 20:16) * 2889 2890 2891 2892 Resumen del capítulo 10. Hay judíos que calumnian a Cristo diciendo que era un hijo 81 2893 2894 2895 2896 2897 2898 2899 2900 2901 2902 2903 2904 2905 bastardo. La ley de Dios prohibía que un hijo bastardo perteneciera a la sinagoga. Si hubiera habido la más mínima sospecha de que Cristo era bastardo, sus correligionarios, y sobre todo sus enemigos de la élite religiosa no le hubieran permitido pertenecer a la sinagoga, y mucho menos enseñar en ella o entrar en el Templo. Todo el pueblo tenía a Cristo por hijo del carpintero, Esos que se atreven a calumniar al Mesías están jugando con el fuego del Infierno, porque a sabiendas están transgrediendo el noveno mandamiento, y lo están transgrediendo contra Dios y su Mesías. 2906 2907 *** 2908 2909 2910 2911 2912 Capítulo 11 2913 2914 2915 2916 2917 2918 2919 2920 2921 2922 2923 2924 2925 2926 Profecías del Antiguo y el Nuevo Testamento nos indican que los judíos se convertirían a Cristo al final de los tiempos Cuando el profeta Oseas dice: “Muchos días estará Israel sin rey....etc.”, se refiere indudablemente al período de la diáspora y no al del cautiverio de Babilonia, porque habla del fin de los días. Además, durante el período babilónico siguió habiendo sacerdotes y príncipes. Solamente la diáspora concuerda con esta descripción del profeta Oseas, porque durante los siglos de la diáspora nunca tuvieron sacerdotes ni adoraron ídolos. 2927 82 2928 2929 2930 2931 2932 2933 2934 “4 Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, y sin príncipe, y sin sacrificio, y sin estatua, y sin efod, y sin terafim. 5 Después volverán los hijos de Israel, y buscarán al Señor su Dios, y a David su rey; y temerán a Dios y a su bondad en el fin de los días.” (Os 3:4-5) 2935 2936 2937 2938 2939 2940 2941 2942 2943 2944 2945 2946 2947 2948 2949 2950 2951 Es de notarse que se dice que después del período ese en el cual se hallarían sin sacerdotes, sin sacrificios, etc., se añade que buscarán a Dios su Dios y a David su rey. De lo aquí dicho se da uno cuenta de que están hablando del Mesías; porque el verdadero rey David ya había muerto, no había manera de buscarlo. Es además de notarse que dice que eso ocurrirá “en el fin de los días”. De ahí podemos concluir una vez más que los judíos, al final de los tiempos, se convertirán a Cristo. También en el Nuevo Testamento hay profecías que señalan la futura conversión de los judíos a Cristo. Una de ellas es la de San Pablo en la que él simboliza a los judíos como el árbol de la oliva, y a los gentiles (goim) como el acebuche, que es un olivo silvestre. Veamos. 2952 2953 2954 2955 2956 2957 2958 2959 2960 2961 2962 2963 “17 Que si algunas de las ramas fueron quebradas, y tú, siendo acebuche, has sido ingerido en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la grosura de la oliva, 18 no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. 19 Pues las ramas, dirás, fueron quebradas para que yo fuese ingerido. 20 Bien: por su incredulidad fueron quebradas, mas tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, antes teme. 21 Que si Dios no 83 2964 2965 2966 2967 2968 2969 2970 2971 2972 2973 2974 2975 2976 2977 2978 2979 2980 2981 2982 2983 2984 2985 perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco no perdone. 22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: la severidad ciertamente en los que cayeron; mas la bondad para contigo, si permanecieres en la bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. 23 Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán ingeridos; que poderoso es Dios para volverlos a ingerir. 24 Porque si tú eres cortado del natural acebuche, y contra natura fuiste ingerido en la buena oliva, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán ingeridos en su oliva? 25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis acerca de vosotros mismos arrogantes: que el endurecimiento en parte ha acontecido en Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; 26 y luego todo Israel será salvo; como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que quitará de Jacob la impiedad.” (Ro 11:17-26) 2986 2987 2988 2989 2990 2991 2992 2993 Como vemos, tanto en las profecías del Antiguo como del Nuevo Testamento se anuncia que al final de los tiempos los judíos se convertirán a Jesucristo, como su salvador personal. El Cordero de Dios que limpia el pecado, simbolizado por los corderos sacrificados en el Templo. * 2994 2995 2996 2997 2998 2999 El Mesías vendría dos veces: una como Cordero de Dios y otra como Rey del Mundo Leyendo las profecías tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento, nos 84 3000 3001 3002 3003 3004 3005 3006 3007 3008 enteramos de que el Mesías iba a tener dos venidas: la primera, cuando venía a sufrir por nuestros pecados, y la segunda venida, cuando venía para reinar con vara de hierro. La primera venida, la de sufrir por nuestros pecados, está profetizada en Isaías capítulos 52 y 53. La segunda venida, cuando va dominar sobre el mundo, está profetizada en varios pasajes, de los cuales escogí Sal 2:8-9 y 110:1-2. Veamos. 3009 3010 3011 3012 3013 3014 3015 3016 3017 3018 3019 3020 3021 3022 3023 3024 3025 3026 3027 3028 3029 3030 3031 3032 3033 3034 (Isaías 52:13) He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y ensalzado, y será muy sublimado. 14 ¡Cómo se pasmaron de ti muchos!, en tanta manera fue desfigurado de los hombres su parecer; y su hermosura más que la de los hijos de los hombres. 15 Empero él rociará muchas gentes; los reyes cerrarán sobre él sus bocas; porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído. (Isaías 53:1) ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Dios? 2 Y subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca, no hay parecer en él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros 85 3035 3036 3037 3038 3039 3040 3041 3042 3043 3044 3045 3046 3047 3048 3049 3050 3051 3052 3053 3054 3055 3056 3057 3058 3059 3060 3061 3062 3063 3064 3065 3066 3067 3068 3069 3070 le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino, mas Dios cargó en él el pecado de todos nosotros. 7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca, como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8 De la cárcel y del juicio fue quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fue de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca. 10 Con todo eso Dios quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Dios será en su mano prosperada. 11 Del trabajo de su alma verá y será saciado; con su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y él llevará las iniquidades de ellos. 12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los perversos, habiendo él 86 3071 3072 llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores.”(Isa 52:13-15 hasta 53:1-12) 3073 3074 3075 3076 3077 3078 3079 3080 3081 3082 3083 Hasta aquí, vemos profetizada su Primera Venida. Veamos ahora el salmo 2 en el que vemos que se está hablando sobre el Mesías. En ese contexto dice que regirá a las gentes con vara de hierro, es decir, no viene como la primera vez a dejarse crucificar, escupir, golpear, etc., por nuestros pecados. Dado que ya nuestros pecados están limpiados por la aceptación de su sacrificio, él no tiene que venir de nuevo a sufrir, sino a gobernar. Por eso la profecía dice: 3084 3085 3086 3087 3088 3089 “8 Pídeme y te daré por heredad las gentes, y por posesión tuya los términos de la Tierra. 9 Quebrantarlos has con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás.” (Sal 2:8-9) 3090 3091 3092 También tenemos este otro salmo de David y un pasaje del profeta Zacarías: 3093 3094 3095 3096 3097 3098 “1 Dios dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, en tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies. 2 La vara de tu fortaleza enviará Dios desde Sión: Domina en medio de tus enemigos.” (Sal 110:1-2) 3099 3100 3101 3102 3103 3104 3105 3106 “8 En aquel día Dios defenderá al morador de Jerusalem, y el que entre ellos fuere flaco, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como ángeles, como el ángel de Dios delante de ellos. 9 Y será que en aquel día yo procuraré quebrantar todas las gentes que vinieren contra Jerusalem. 10 Y 87 3107 3108 3109 3110 3111 3112 3113 derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalem, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y harán llanto sobre él, como llanto sobre unigénito, afligiéndose sobre él como quien se aflige sobre primogénito.” (Zc 12:8-10) 3114 3115 3116 3117 3118 3119 3120 3121 3122 3123 3124 3125 3126 3127 3128 3129 3130 3131 3132 3133 3134 3135 3136 3137 3138 3139 3140 Como hemos visto, hay dos tipos de claras referencias a la venida del Mesías. El primer tipo de referencias, como Cordero de Dios a quitar el pecado de los que lo acepten. El segundo tipo de referencias, como rey del mundo a imponer justicia. Querido lector, no seas tú de los que rechazan la salvación que te brinda Jesucristo, el Cordero enviado por Dios. No te dejes impresionar por el hecho de que si te conviertes a Jesucristo tus correligionarios te van a llamar “marrano”, o te van a borrar del libro de sus amistades. Peor es que Dios te borre del Libro de la Vida. Las religiones que se imponen con presiones, venganzas o con la fuerza bruta no son de Dios Si por “quedar bien” con ellos vas a perdición, cuando estés en el Infierno ninguno de esos “amigos” que ahora te rinden loas por no convertirte a Cristo, va a poder ayudarte en nada. Acepta a Jesucristo, el Cordero de Dios, que es aquel cuya sangre limpia tus pecados, y por ello te libra del Infierno, como se simbolizaba con los corderos que se sacrificaban en el Templo. Si al fin de los tiempos muchos judíos se han de convertir a Jesucristo, sé tú de los primeros, no de los últimos. * 3141 3142 88 3143 3144 3145 3146 3147 3148 3149 3150 3151 3152 3153 3154 3155 3156 3157 3158 3159 3160 Resumen del capítulo 11. Varias profecías del Antiguo y Nuevo Testamento, indican que los judíos se convertirán a Cristo al final de los tiempos. Tal vez durante la última de las setenta semanas del profeta Daniel. En el Antiguo Testamento, Os 3:4-5, vemos tal cosa, y luego en el Nuevo Testamento, en Ro 11:17-26, Recordemos el salmo 2 en el que vemos que se está hablando sobre el Mesías. En ese contexto dice que regirá a las gentes con vara de hierro. Es decir, no viene como la primera vez a dejarse crucificar, escupir, golpear, etc., por nuestros pecados. Esta segunda vez viene a reinar, a poner en orden el mundo, a impartir verdadera justicia. Esa será la Segunda Venida de Cristo, esta vez en las nubes. Recuerda esto que te voy a decir, porque es cuestión de vida o muerte: si no viene en las nubes no es el verdadero Mesías. 3161 3162 3163 3164 *** ** * 89