Medios de subsistencia

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 Estudio
de caso
A dos años del terremoto de Haití
Medios de subsistencia
Dado que casi 70% de la población vivía por
debajo de la línea de pobreza, el terremoto de
enero de 2010 fue un revés masivo para la
frágil economía haitiana. Empresas, equipos,
materiales y existencias fueron destruidos, los
hogares perdieron a quien les procuraba el
sustento, así como ahorros y viviendas, por lo
cual, se quedaron sin fuentes de ingresos.
Datos
• Haití ocupa el puesto145 de
los 169 países del índice
de desarrollo humano que
mide la esperanza de vida,
la alfabetización, la
educación y el nivel de
vida.1
• Más del 69% de la población
vive por debajo de la línea de
pobreza.
1. http://hdrstats.undp.org/es/paises/
perfiles/HTI.html
Las evaluaciones mostraron que hoy, los
niveles de ingresos son entre 10 y 50%
inferiores a los de antes del terremoto y
que, sistemáticamente, los haitianos dan
prioridad a la chance de ganar ingresos
respecto a necesidades más inmediatas
como la comida y el dinero. Quieren
ayuda para volver a abrir negocios y
encontrar empleo, antes bien que la
caridad de los organismos de ayuda y la
creación de empleo es un elemento
prominente de los planes del gobierno
haitiano.
Ahora bien, reconstruir la economía de
un país lleva años y mientras eso ocurre,
la Cruz Roja apoyará a miles de familias
para que recuperen los ingresos de su
propio hogar mediante la creación de
puestos de trabajo, subvenciones en efectivo
y oportunidades de formación.
Campamento conectado
Mackenson St Louis tiene 26 años y vive
en La Piste, campamento que aloja a
docenes de familias de la comunidad
de sordos de Haití.
Con una subvención para medios de
subsistencia que le otorgó la FICR,
transformó la mitad de su refugio
transitorio en un próspero cibercafé.
“Puse un cibercafé porque en la escuela había
estudiado informática e Internet me gusta de
verdad, ya que puedo estar en contacto con el
mundo entero y expresarme como quiero”,
explica.
Le bastaron dos ordenadores portátiles y
un generador para hacerse un nombre en la
comunidad.
“Abrí en marzo, preparé volantes y los
coloqué por todo el campamento. Eso dio
resultado, pues aquí, todo el mundo sabe
del cibercafé. Vienen de 20 a 30 clientes
por día, pero como solo dispongo de dos
ordenadores, deben hacer cola y esperar.”
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
A dos años del terremoto de Haití – Estudio de caso: Medios de subsistencia
Puedo estar en
contacto con el
mundo entero y
expresarme como
quiero.
Mackenson St Louis,
La Piste, campamento
transitorio
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Los clientes pagan 20 gourdes, unos 50 centavos
de dólar, por 30 minutos de acceso a Internet o 35
gourdes por una hora. La mayor parte del dinero
del cibercafé, lo invierte en el negocio para pagar
el combustible del generador y el abono mensual
a Internet. Las limitaciones de su empresa frustran
a Mackenson que considera que el café
tiene gran potencial.
Tienen que dactilografiar su CV y documentos
importantes, porque de lo contrario, no podrán
conseguir trabajo.”
“Marcharía mejor con más ordenadores y la
electricidad es un problema. Quiero ampliarlo para
que la gente haga llamadas internacionales desde
aquí, pero no es posible. Internet es grande en Haití,
pero el sistema es lento.”
Semillas para el futuro
El cibercafé es importante en la comunidad de La
Piste, pues ofrece servicios muy necesarios
para los residentes sordos del campamento.
“Es mi trabajo, pero el café Internet es para el
campamento”, indica Mackenson.
“Ayudo a otros colegas sordos porque para ir al
más cercano tenían que cruzar una carretera
peligrosa para quienes no oyen. Es importante que
la gente de aquí también tenga acceso a las
comunicaciones.
“Siempre había tenido esta idea, pero sin la
subvención de la Cruz Roja no hubiera podido
concretarla.”
Anne Dite Lina Pierre Louis tiene 55 años,
vive en Port-à-Piment, hace poco recibió la
segunda de dos subvenciones por valor de
250 dólares y explica: “Antes teníamos
tantos problema que no podía siquiera
vislumbrar cómo resolverlos. Entonces,
llegó la Cruz Roja y nos dio este dinero
que cambió mi vida porque de pronto
todo se volvió más fácil.
Utilizamos la primera subvención para
cosas que necesitábamos de inmediato,
como alimentos y ropa, porque era un
momento difícil para nosotros. Con el
resto compramos tres cabras y el dinero
de la segunda subvención lo invertimos
en agricultura.”
Antes de recibir esa segunda subvención,
Anne hizo un curso de formación.
Siempre trabajé en agricultura, pero en el
curso aprendí cosas nuevas; por ejemplo,
cómo iniciar un huerto y la segunda
subvención me sirvió para eso. Alquilé un
terreno para aumentar el rendimiento,
además de plantar verduras en mi propio
huerto”
Cuándo se le pregunta sobre el futuro,
Anne responde: “Con los cultivos podré
obtener alguna ganancia en diciembre y
con ese dinero quisiera reparar mi casa y
mandar a los niños a la escuela. Siete de
ellos están en edad escolar, por lo cual, el
gasto es grande. Poco a poco nos iremos
abriendo camino.”
Alzarse de los escombros
Es una hermosa mañana soleada y Felisma Exil
tiene las manos cubiertas de cemento: eso forma
parte de un plan. La idea es simple: reciclar los
montones de escombros que se alzan por todo
Puerto Príncipe y zonas aledañas en materiales de
construcción para volver a levantar la ciudad.
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
A dos años del terremoto de Haití – Estudio de caso: Medios de subsistencia
“Es una de las mejores ideas”, sostiene Felisma
con una enorme sonrisa.
Su equipo se ocupa de colocar los coloridos
ladrillos del pavimento del campamento de
base de la Federación Internacional de
Sociedades de la Cruz Roja y de la Media
Luna Roja en Puerto Príncipe. “Este es el
piso más lucido del terreno”, comenta otro
miembro del personal de la Cruz Roja
Felisma era conductor de camión antes
del terremoto que recuerda como si fuera
ayer: “Mi casa se cayó a pedazos, pero mi
familia estaba bien. Mis padres, mi mujer,
todos están bien”, añade aliviado.
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de familias. Gracias a su experiencia, no tardó en
encabezar un equipo grande del que forman parte
muchos otros damnificados que perdieron
familiares y viviendas en el seísmo. Ahora que se
terminó de construir gran parte de esos refugios,
fabrican una gama de productos de construcción.
Felisma añade que sus ingresos le permiten
tener un techo sobre la cabeza. “Por lo general,
en este país resulta bastante difícil encontrar
empleo. Como ve, aquí los muchachos están
realmente contentos de tener trabajo para ganar
dinero y poder comer. Hoy en día nos sentimos
bien”, comenta Felisma con otra gran sonrisa y
concluye: “No tengo palabras para agradecer.”
Para más información sobre la operación en Haití, diríjase a:
Becky Webb, Coordinadora de Comunicaciones, FICR
Campamento de Base, Croix-Rouge Haïtienne
Tel. +509 34919813
Correo-e: [email protected]
www.ifrc.org
Salvar vidas, cambiar mentalidades.
1212100 12/2011 E – Fotos de la FICR, SALVO INDICACIÓN CONTRARIA.
Después de vivir meses en un campamento,
aprovechó la oportunidad que le ofrecía la
Cruz Roja de trabajar en la construcción de
refugios transitorios de madera para miles
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