Agua potable

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Estudio
de caso
A dos años del terremoto de Haití
Agua potable
Datos
• Antes del terremoto, solo el 63%
de haitianos tenía acceso regular al
agua potable.
• En el momento álgido de la
operación, la Cruz Roja y la Media
Luna Roja abastecían a diario a
más de 30.000 personas
distribuyendo 2,5 millones de litros
de agua potable.
• En Haití, el agua potable no
es gratuita y la mayoría de la
gente solía pagarla. En una
encuesta llevada a cabo por la
Cruz Roja en 2011, casi el
70% de residentes en
campamentos dijo que si
bien el agua gratuita era una
verdadera ayuda, en el
futuro podrían
arreglárselas sin ella.
Antes del terremoto de 2010, el acceso al agua
potable en Haití ya era uno de los más bajos de
América Latina y el Caribe. Esa situación fue
gravemente exacerbada por el seísmo del 12 de
enero, pues la infraestructura y los proveedores
de agua sufrieron daños y más de 1.000.000 de
damnificados se tuvieron que desplazar a
campamentos de fortuna con pocos servicios de
agua y saneamiento o ninguno.
Inmediatamente después del terremoto, en la
masiva respuesta humanitaria se obró por evitar
grandes brotes de enfermedades suministrando
agua potable y construyendo letrinas, además de
impartir nociones de higiene. Por desgracia, el
brote de cólera de octubre de 2010 empeoró
la situación y las actividades de agua y
saneamiento tuvieron que prolongarse más
allá de los seis a 12 meses de la fase de
emergencia.
Ahora, 18 meses después del terremoto y la
disminución global de casos de cólera, se pone
el énfasis en la recuperación.
www.ifrc.org
Salvar vidas, cambiar mentalidades.
Los esfuerzos para volver a poner los
servicios de agua en manos de autoridades,
comunidades y el sector privado están bien
encaminados, lo que permite a los haitianos
tomar las riendas y gestionar su propio
suministro de agua y ofrecer un acceso
sostenible para el futuro.
Comités de campamentos
toman el control del agua
Jean Juslene, de 47 años, está sentada en el
punto de agua del campamento La Piste y
sostiene firmemente el tarro que contiene la
recaudación de una larga mañana de trabajo,
pues se ocupa de supervisar la venta de agua a
los residentes en este campamento de
desplazados.
“Paso sentada aquí toda la mañana y cuando
termino, redacto un informe y lo entrego al
comité”, explica. El comité al que se refiere, es
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
A dos años del terremoto de Haití – Estudio de caso: Agua potable
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El dinero de la venta de agua se vuelve a invertir en la
comunidad de La Piste.
“Si hay algún problema con una canilla o hay que
tenemos que arreglar una cañería tenemos dinero
para hacerlo. El dinero del agua ayuda, podemos
ahorrar y si alguien del campamento tiene algún
problema, podemos ayudarle”, concluye Jean.
Quioscos de agua al servicio
de comunidades locales
Un gran número de personas se congrega en torno
al quiosco de agua de Impasse Vanneau en
Delmas 19.
“Atiendo de 30 a 40 personas por día”, comenta
Yolande Thomas, de 42 años, encargada
del punto de agua.
Este quiosco fue construido por equipos de la Cruz
Roja, así como un tanque con capacidad para más de
100.000 litros de agua, que ahora gestionan Yolanda y
la comunidad local.
uno de esos comités de agua de los campamentos que
se ocupan de la supervisión de la venta y la gestión
de las ganancias. En estas últimas semanas, el
campamento recibía agua gratuitamente, pero con
el dinero que ahorraron pronto empezarán a
comprarla.
Vive aquí con su esposo y sus tres hijos,
pero su casa fue gravemente dañada por
el terremoto.
“Cuando terminamos de vender el agua, un
miembro del comité va al banco a depositar
el dinero.
Entonces, una vez que dejemos de recibir
agua gratis, iremos al banco a retirar ese
dinero para comprar más”, explica Jean.
El barrio está cerca de un gran campamento de
familias desplazadas y, antes, muchos vecinos se
abastecían en el punto de agua del mismo. Asegurar
que los barrios tengan acceso al agua y puedan tomar
el control del suministro de sus comunidades es un
elemento esencial de la estrategia de recuperación que
aplica la Cruz Roja.
Hace seis meses que vive en el campamento
con sus nueve hijos y conoce el nombre de
todos sus clientes.
Yolande vende un cubo de agua a cuatro gourdes o
tres cubos a 10 gourdes (unos 0,25 dólares) y el dinero
que gana es crucial para su sustento.
“Siento como que ayudo a esta comunidad, pues
me sé el nombre de todas las personas a las que le
vendo agua. No es problemático que ya no sea
gratuita. Muchos vienen a comprarla aquí y si no tienen lo
suficiente, se las vendo más barata”, añade.
“Las paredes de una parte de la casa se agrietaron,
pero igual nos quedamos viviendo aquí”, cuenta.
“Las primeras semanas, la Cruz Roja me dio el agua
gratis, pero ahora se la compro a un vendedor privado.
Después de pagarla, tengo una ganancia de alrededor
de 20 dólares haitianos”, explica (esa divisa está
prácticamente a la par del dólar estadounidense).
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
A dos años del terremoto de Haití – Estudio de caso: Agua potable
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“Llevo casi dos meses vendiendo agua y
me compra mucha gente. Estoy contenta
porque presto un servicio a la población”.
De guardián de agua
a vendedor
Jean-Norbert Printemps observa a trabajadores
de la Cruz Roja que instalan un tanque de
11.000 litros de agua en su propiedad de
Cazeau, un barrio periférico de Puerto Príncipe.
Vive allí desde que el terremoto destruyera
su casa. “Después del terremoto, en esta
zona no había agua potable, entonces, me
puse en contacto con la Cruz Roja para
que los vecinos la tuvieran”, cuenta.
La Cruz Roja dio curso a su solicitud instalando
un tanque flexible de 10.000 litros en su propiedad
y suministraba agua a diario; Jean-Norbert servía
de guardián para supervisar la distribución.
“Fui guardián del agua que la Cruz Roja
suministraba gratuitamente a esta comunidad y
esa labor me gustaba. Los vecinos dependían de
mí para el agua potable. Me sentía responsable de
ayudarles y quiero seguir haciéndolo”, indica.
de construir para que los vendedores de
agua de la comunidad tengan tiempo de
establecerse y contar con los fondos que
necesitan para iniciar y sacar adelante el
negocio.
“Yo bebo esta agua, así que ahora no tengo
ningún problema en venderla. En función de lo
que me cueste el acarreo, podré vender el cubo a
tres gourdes; normalmente, cuesta cinco gourdes,
pero como la Cruz Roja me construyó el tanque
no tengo que sufragar ese gasto.”
Los vecinos dependían
de mí para el agua
potable. Me sentía
responsable de
ayudarles y quiero
seguir haciéndolo.
Jean-Norbert Printemps,
Cazeau, un barrio periférico
de Puerto Príncipe
Para más información sobre la operación en Haití, diríjase a:
Becky Webb, Coordinadora de Comunicaciones, FICR
Campamento de Base, Croix-Rouge Haïtienne
Tel. +509 34919813
Correo-e: [email protected]
www.ifrc.org
Salvar vidas, cambiar mentalidades.
1212100 12/2011 E – Fotos de la FICR, SALVO INDICACIÓN CONTRARIA.
Ahora que dispone de un tanque permanente,
Jean-Norbert seguirá supervisando las necesidades
de agua de su comunidad, pero comprará y
venderá el agua que suministre. En el período de
transición, la Cruz Roja distribuirá agua gratis
durante una semana a los quioscos que se acaban
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