1 LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y OBJETIVA DEL ESTADO Karla

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LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y OBJETIVA DEL ESTADO
Karla Judith López Villegas.
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Introducción.
Estado de derecho es un concepto con dos componentes; por un lado el Estado
como poder político concentrado, y por otro el derecho como conjunto de normas,
lo que nos señala que el Estado de Derecho es un poder limitado por el derecho.
Asimismo, todo poder conlleva una responsabilidad en virtud que a cada acción
corresponde una reacción que no siempre resulta ser la que uno espera, por lo
que se debe asumir las responsabilidades de nuestros actos.
De lo anterior, se desprende que el Estado, como ente jurídico, también es sujeto
de derechos y obligaciones que se desprenden de su actuar diario, y las relativas
a la responsabilidad civil y objetiva son las que nos traen a discutir el tema relativo
a la Responsabilidad patrimonial del mismo.
El Derecho Comparado actual tiende abiertamente a reconocer la responsabilidad
patrimonial del Estado tanto en el ámbito administrativo, como en el judicial y
legislativo. El fundamento actual de la responsabilidad estatal, es el Estado de
Derecho y sus presupuestos, cuya finalidad última es proteger a los gobernados
en sus derechos. La responsabilidad del Estado, en sus facetas como Estado
Legislador, Estado Juzgador y Estado Administrador, viene a constituir un principio
rector y por lo tanto, parte integrante del su sistema de garantías sociales y
políticas.1
1 G. Jellinek, “Teoría General del Estado”, México: Fondo de Cultura Económica, nov. 2000. -- 687 p.
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RESPONSABILIDAD DEL ESTAD0
Etimológicamente la palabra responsabilidad, es decir, responsum (responsable)
significa el obligado a responder de algo o de alguien.
Cuando hay una agresión a cualquier ciudadano, tiene la facultad de ir ante la
autoridad a denunciar, a efecto de que, si se configura la comisión de un delito, el
daño sea reparado y el responsable sancionado, pero. . .
¿Cuándo los
responsables de vigilar el orden público son el que lo alteran? ¿Cuándo los
responsables del cumplimiento de la ley atropellan los derechos fundamentales de
la ciudadanía? Que se hace al respecto. . . .
Cuando el estado no respeta ni garantiza los derechos fundamentales de sus
ciudadanos, se convierte en un Estado sin Estado de derecho porque no se sujeta
a las disposiciones legales que lo rigen, ¿Cuál es el fundamento para atribuir al
estado la responsabilidad por los hechos de sus empleados? La imputación de
responsabilidad al estado encuentra soporte en la idea de que quien contrata a su
servicio a otra persona o delega en ella facultades para realizar determinadas
funciones que le competen únicamente a la primera, debe atribuirse tanto los
beneficios como los perjuicios derivados del actuar de su dependiente, empleado
o funcionario.
El término “responsabilidad” indica la obligación de aquél a quien corresponden las
consecuencias de un hecho que lesiona un interés o voluntad protegidos. La
responsabilidad y el control del poder público son reglas básicas de todo Estado
de Derecho, constituyéndose la primera en concepto correlativo del mismo.
La responsabilidad del Estado es un principio rector y parte integrante de su
sistema de garantías, ya que el término “responsabilidad” es, innegablemente el
concepto correlativo a todo Estado de Derecho, cuya finalidad última es proteger a
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los gobernados en sus derechos. Se trata, pues de un principio fundamental del
Derecho y, en especial, del Derecho Público, por cuanto se desarrolla en todo su
espectro y, substancialmente, en la cotidianidad de los individuos regulados por el
ordenamiento jurídico.
Existe por parte del Estado la obligación de restituir a los gobernados por los
daños que les cause, y en numerosos países ya ha sido incorporada y regulada
sistemáticamente, otros se regulan por sus Instituciones ya que poseen la
tradición administrativa consistente en la convicción de que los particulares no
deben estar obligados a soportar ciertos sacrificios patrimoniales.
Lo anterior se inspira en el principio romano contenido en la Lex Aquilia, que
establecía que quien produce un daño está obligado a repararlo, de ahí se afirma
que el Estado como persona sometida al Derecho, no se le debe exceptuar de
esta obligación.
Sin duda, la responsabilidad patrimonial del Estado se hizo patente hasta la
Revolución Francesa y con el advenimiento de la monarquía constitucional
empezaron a surgir los principios cuyo desarrollo llevó a que posteriormente
pudiera actuarse contra el Estado ante los tribunales de justicia.
Este
progreso
se debió además a la aparición del concepto de igualdad ante la ley, que implicaba
la sujeción de los órganos del Estado a las mismas normas que los ciudadanos.
Para algunos estudiosos del derecho la responsabilidad civil se considera como la
obligación que tiene una persona de indemnizar los daños y perjuicios que le han
causado. Encontrando como fundamento de la responsabilidad civil el principio
general de derecho “el que cause un daño a otro tiene la obligación de repararlo”.
En reconocimiento a la importancia de establecer un sistema de responsabilidad
patrimonial del Estado, en México el Estado de Derecho se fortalece al incorporar
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esta garantía en su derecho positivo con la reforma al artículo 113 de la
Constitución Política federal, que reconoce la existencia de la responsabilidad
patrimonial del Estado y el correlativo derecho de los particulares a ser
indemnizados cuando sufran un daño o lesión por causa de la actividad pública del
mismo.
Sobre
estos
presupuestos,
la
responsabilidad
del
Estado
por
actos
administrativos, trata, en principio, de restablecer el equilibrio económico roto por
hechos o actos del poder público en detrimento de un particular, por medio de la
indemnización y de este modo, el Estado mexicano cumple con los fallos de la
Corte Interamericana de Derechos humanos, así como las recomendaciones de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Al instaurarse la responsabilidad patrimonial del Estado en el rango constitucional
ésta adquiere un carácter público, y en la consecuente adecuación del marco
normativo local, las entidades federativas deben reconocerse como los únicos
responsables de los actos de sus servidores públicos, sin menoscabo de la acción
o vía de regreso que proceda internamente contra el servidor que haya incurrido
en la actividad administrativa irregular causante de daño patrimonial al aquel que
no tenga la obligación jurídica de soportarlo.
El daño, para tener la condición de lesión indemnizable, ha de ser efectivo,
evaluable económicamente e individualizado con relación a una persona o grupo
de personas. De este modo, el gobernado demostrará el daño causado en sus
bienes o derechos y la relación causal entre el daño y la actividad pública del
Estado, conforme a las normas y procedimientos para hacer efectiva la
responsabilidad directa y objetiva del Estado en los casos que, para resarcirlo
conforme a los principios del derecho público y en especial, del derecho
administrativo.
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La responsabilidad del Estado al causar daños y perjuicios a los particulares se ha
fundamentado en la culpa civil, pero a partir de la reforma, adquiere un carácter
público siendo el estado el único responsable de los actos de sus servidores
públicos, sin menoscabo de la acción o vía de regreso que proceda internamente
contra el servidor responsable.
Por lo tanto, la reforma permite al gobernado demostrar únicamente:
1. El daño causado.
2. La relación causal entre el daño y la actividad del Estado.
Para que pueda exigir la reparación de los daños y perjuicios causados, por lo que
nos encontramos en el proceso de establecer las normas y procedimientos para
hacer efectiva la responsabilidad directa y objetiva del Estado en los casos que,
por la actividad pública se causen daños a los particulares en sus bienes o
derechos, conforme a las normas establecidas como son la Ley Federal de
Responsabilidad Patrimonial del Estado, la Ley de justicia administrativa del
Estado de Sinaloa a nivel estatal, entre otras.
En términos globales, “la responsabilidad del Estado por actos administrativos,
trata, esencialmente, de restituir el equilibrio económico roto por hechos o actos
del poder público en detrimento de un particular, por medio del resarcimiento de
los daños y perjuicios ocasionados.”.2 Por lo tanto, el Estado tiene la obligación de
reparar pecuniariamente a modo de restablecer la situación patrimonial que con
anterioridad al hecho o acto ilícito, tenía el damnificado, o sea, que haga
desaparecer los efectos de la lesión sufrida por alguien en su patrimonio.
Asimismo, Habrá también responsabilidad del Estado siempre que éste, por
disposición legal expresa, deba indemnizar el daño que haya causado
2 Emilio Fernández: “Diccionario de Derecho Público”; Ed. Astrea, Buenos Aires, 1981, pág. 665.
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directamente a un particular con motivo del ejercicio de la potestad administrativa
lícita.
Por lo que existen dos tipos de obligaciones del estado:
1. La obligación solidaria da la posibilidad de exigir su cumplimiento a
cualquiera de los deudores: el servidor público o el estado.
2. La subsidiaria, el cumplimiento de la obligación debe ser exigido en
primer término al servidor público, y conforme a la prescripción legal,
sólo podrá hacerse efectiva contra el estado o municipios, cuando el
servidor publico no tuviere bienes o los que tuviere no fueren suficientes
para responder del daño causado.
Lo anterior se basa en principios como el de equidad y legalidad que dan paso a
“Los órganos de gobierno los cuales solo pueden hacer aquello que la ley les
autoriza”. Y es la Constitución el ordenamiento supremo en el que la mayoría de
los sistemas jurídicos se apoyan para fundamentar la responsabilidad del Estado,
ya que se plasman tanto los derechos y obligaciones de los habitantes como la
estructura y funcionamiento de los órganos de gobierno.
Derivado de esto, una gran cantidad de estados han consagrado el llamado
derecho a la reparación, ó conocido como derecho de daños, y que dentro de
nuestra legislación es conocido simplemente como “responsabilidad civil”.
En nuestro país, no se observaba realmente lo que pudiéramos denominar
derecho a la reparación por parte del Estado, hasta antes de la reforma al artículo
113 de la constitución federal. Hoy existen diversos códigos civiles, en ocasiones
los penales, que establecen en el régimen jurídico mexicano la responsabilidad del
Estado.
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Es determinante establecer la efectividad de la responsabilidad patrimonial del
Estado, la norma jurídica prevee una acción de responsabilidad de éste; determina
el plazo para ejercer la acción; garantiza un procedimiento administrativo sencillo
sin embrago no puede iniciarse de oficio, sino únicamente a instancia de parte
afectada. Por lo que es importante resaltar que la reforma constitucional y la
expedición de las leyes secundarias, sobre la responsabilidad patrimonial del
Estado, no se puede tener la capacidad de garantizar la reparación total del daño,
por lo que establece mecanismos complicados para el ciudadano afectado puede
ejercer su derecho, lo que resulta ineficiente, ya que si los simplifica “La
administración pública, no puede amparar sus omisiones dañosas en la
insuficiencia de recursos financieros, ni excusar el incumplimiento de sus deberes
mediante la imputación de los daños a imaginarias negligencias de las personas
víctimas”.
El vinculo existente entre el servidor publico y el estado, acorde al sistema
constitucional y legal que lo rige, involucra una diversidad de aspectos jurídicos en
sus relaciones, entre los que destacan ámbitos legales de naturaleza distinta,
como son el laboral, en su carácter de trabajador, dado que efectúa una especial
prestación de servicios de forma subordinada, el administrativo, en cuanto a que el
desarrollo de su labor implica el de una función pública, ocasionalmente el político
cuando así está previsto acorde a la investidura, y además el penal y el civil, pues
como ente (persona), sujeto de derechos y obligaciones debe responder de las
conductas que le son atribuibles, de manera que al servidor público le pueda
resultar responsabilidad desde el punto de vista administrativo, penal, civil e
inclusive político en los supuestos que establece la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, o la Constitución Local correspondiente y así mismo la
laboral, y por lo tanto, no se incurre en la imposición de una doble sanción cuando
éstas, aunque tienen su origen en una misma conducta.
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La
reforma
aludida
es
extraordinariamente
significativa
en
materia
de
responsabilidad patrimonial del estado, pues eleva a rango constitucional la
obligación de los tres niveles de poder para resarcir los daños originados a los
particulares por una irregular actividad administrativa, lo que debe llevar al Estado
a responder de manera objetiva y directa, pagando al afectado y en todo caso
repetirá contra el servidor público responsable.
Lo anterior, obliga a redimensionar los alcances y efectos de las legislaciones
aplicables a las responsabilidades de los servidores públicos de los tres niveles de
gobierno, así como a legislar tanto a la federación como a las distintas entidades
federativas y al Distrito Federal, en la materia relativa a la responsabilidad del
Estado por los daños que con motivo de su actividad administrativa irregular,
cause en los bienes o derechos a los particulares.
Como dice Allan Brewer Carías, "…el tema del Estado ha sido, sin duda, el tema
medular de la ciencia política de todos los tiempos. Las reflexiones y estudios
sobre el Estado van desde su magnificación hegeliana, al plantear que todo lo que
el hombre es y se lo debe al Estado, hasta la consideración marxista como un
mero y simple instrumento de dominio de una clase sobre otra, pasando por la
concepción liberal de la consagración de derechos individuales frente al Estado, a
quien se consideraba un ente separado de la sociedad".
Si esto es así, es indudable que los trabajadores al servicio del Estado (los
servidores o empleados públicos y los obreros) tienen que conocer su naturaleza y
fines, su evolución histórica y, sobre todo, que tipo de Estado requieren para sí
mismos (como patrono) y para la clase trabajadora y la sociedad en su conjunto.
Ese es el propósito de este documento.
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Recomendaciones
México está constituido como un Estado democrático, que propugna valores
superiores basados en su ordenamiento jurídico y su actuación, que buscar
proteger la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la
responsabilidad social, y, en general, la preeminencia de los derechos humanos,
la ética y el pluralismo político.
Por lo anterior recomendamos que la Administración Pública, las instituciones
educativos y los medios de comunicación sean los precursores de la difusión de
los derechos y obligaciones a los que estamos sujetos como ciudadanos
mexicanos, ya sea persona física o moral, para que a la brevedad posible se
fomente una cultura de respeto a las normas jurídicas en razón de las posibles
consecuencias que puede generar el transgredirlas.
Asimismo, se realice un estudio de los posibles riesgos que los servidores públicos
pueden tener por carecer de preparación académica y nivel de estudios actuales,
para desempeñar sus funciones, con el fin de que el Estado tenga trabajadores
públicos de alta eficiencia y con sentido de colaboración al servicio del país. De
igual forma crear mecanismos que permitan incentivar a los mismos a superarse
profesionalmente e ideológicamente acerca de la situación actual que esta
viviendo el país. Por cual motivo cito a que los diputados realicen un estudio a
fondo sobre el problema de la Administración Pública y que busquen las
soluciones más seguras para garantizar que los mismos sean funcionarios
preparados, honestos y responsables al servicio de su pueblo.
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