10 - Universidad de León

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Universidad de León
Facultad de Derecho
PROPUESTA DE REFORMA AL ARTÍCULO 5 FRACCIÓN III, INCISO
B DE LA LEY DE AMPARO PARA BRINDARLE AL OFENDIDO O
VÍCTIMA DEL DELITO EL CARÁCTER DE PARTE EN EL JUICIO DE
AMPARO A EFECTO DE QUE PUEDA EJERCER LA ACCIÓN DE
AMPARO CONCRETAMENTE CUANDO EL ACTO RECLAMADO
CONSISTA EN LA NEGATIVA A LA ORDEN DE APREHENSIÓN O EN
UN AUTO DE LIBERTAD Y NO SOLO PARA EFECTOS
PATRIMONIALES; EN EL MÉXICO DEL SIGLO XXI EN MATERIA
PENAL.
TESIS
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO
DE LICENCIADO EN DERECHO
PRESENTA
STEFANIE VARGAS RUEDA
MOROLEÓN, GTO.
AGOSTO 2012
ÍNDICE
Pág.
INTRODUCCIÓN ............................................................................................... iv
CAPÍTULO 1. LA ORDEN DE APREHENSIÓN Y SUS CONSECUENCIAS
JURÍDICAS .................................................................................................... 1
1.1. Breves antecedentes históricos .............................................................. 1
1.1.1. Regulaciones federales y locales ..................................................... 3
1.2. Conceptos de orden de aprehensión .................................................... 11
1.2.1 Objeto de la orden de aprehensión ................................................. 12
1.2.2. Diferencia entre orden de aprehensión y otras órdenes que afectan
provisionalmente la libertad física de la persona ................................. 13
1.2.3. Orden de comparecencia ............................................................... 14
1.3. Requisitos para el libramiento de la orden de aprehensión exigidos en
preceptos constitucionales distintos al artículo 16 CPEUM ...................... 15
1.4. Requisitos de la orden de aprehensión ................................................. 22
1.4.1. Excepciones .................................................................................. 31
1.4.1.1. Aprehensión en flagrancia .......................................................... 31
1.4.1.2. Caso urgente .......................................................................... 33
1.4.1.3. Radicación con detenido y sin detenido .................................. 35
1.4.1.4. Aprehensión del fugado .......................................................... 36
1.4.1.5. Aprehensión por procedencia de la prisión preventiva ............ 37
1.4.1.6. Aprensión en delitos de acción pública a instancia privada ..... 38
CAPÍTULO 2. INCIDENTES DE LIBERTAD .................................................... 39
2.1. Incidente de libertad bajo protesta ........................................................ 40
2.1.1. Requisitos ...................................................................................... 40
2.1.2. Tramitación .................................................................................... 41
2.1.3. Causas de revocación ................................................................... 42
2.2. Incidente de libertad por desvanecimiento de datos .............................. 42
2.2.1. Requisitos ...................................................................................... 43
2.2.2. Tramitación .................................................................................... 43
2.3. Incidente de libertad provisional bajo caución ....................................... 45
2.3.1. Requisitos ...................................................................................... 47
2.3.2. Tramitación .................................................................................... 48
CAPÍTULO 3.PROPUESTA. REFORMAR EL ARTÍCULO 5 FRACCIÓN III DE LA
LEY DE AMPARO PARA OTORGAR EL CARÁCTER DE PARTE AL OFENDIDO
O VÍCTIMA DEL DELITO. ............................................................................ 50
3.1. Juicio de amparo en materia penal ...................................................... 50
3.1.1. Concepto de autoridad responsable, acto de autoridad y acto reclamado
............................................................................................................ 52
3.1.2. Competencia en el amparo indirecto en materia penal .................. 54
3.1.2.1. Actos que dan procedencia al amparo indirecto penal ............ 58
3.1.2.2. Sentencia de amparo indirecto ............................................... 59
3.2. Partes del juicio de amparo ................................................................... 64
3.2.1. El quejoso ...................................................................................... 66
3.2.2. La autoridades responsables ......................................................... 69
3.2.2.1. Actos de autoridad .................................................................. 71
3.2.3. Ministerio público como parte en el juicio de amparo ..................... 72
3.2.4. Tercero perjudicado ....................................................................... 74
3.2.4.1. Tercero perjudicado en el amparo penal ................................. 77
CONCLUSIONES ............................................................................................ 79
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................ 81
ANEXOS .......................................................................................................... 82
ANEXO 1. Abreviaturas ............................................................................... 84
INTRODUCCIÓN
La principal finalidad para la realización de la presente investigación consiste en
analizar la necesidad de que la legislación actual en materia de amparo prevea
medios de defensa más amplios en materia penal para los ofendidos y víctimas del
delito.
Actualmente la acción de amparo solo la puede ejercer el ofendido o víctima del
delito cuando el acto reclamado afecte sus derechos patrimoniales, no así en el caso
de que el mismo afecte derechos personales o inclusive restrinja su derecho a una
adecuada defensa por todos los medios legales que el sistema jurídico mexicano
prevé.
Por lo anterior y teniendo en cuenta a naturaleza del juico de garantías en
materia penal se propone que el ofendido o víctima del delito pueda ser titular de la
acción de amparo cuando el acto reclamado consista en la negativa a la orden de
aprehensión o en un auto de libertad dictado por la autoridad penal y no únicamente
cuando el acto reclamado afecte sus derechos patrimoniales como la actual ley
consigna. De esta manera no solamente podrá reclamar sus derechos patrimoniales,
sino aquellos derechos que el juicio de garantías en México otorga al tercero
perjudicado.
Por mucho tiempo se ha observado que la víctima u ofendido del delito ha sido
relegada y desplazada a segundo término, en la actualidad este panorama se ha
transformado debido a la legislación que, aunque escasa, ha logrado un avance
sustancial en el reconocimiento de derechos como sistema de garantía en el proceso
penal.
Sin embargo, aun queda mucho por hacer y especialmente en materia de
amparo, ya que la Ley de Amparo no contempla la posibilidad de suplir la deficiencia
de la queja ante la ausencia de conceptos de violación o agravios a la victima u
ofendido en materia penal, lo anterior solo se contempla para el reo tal y como lo
consigna el artículo 76 Bis fracción II de la Ley de Amparo.
Es necesario que toda resolución que se dicte en el país pueda ser sujeta al
máximo medio de defensa constitucional con el que contamos, y de tal manera sea
conocido por los tribunales federales logrando con ello la equidad y defensa de las
garantías individuales que se protegen en este país.
De ahí la importancia de otorgarle el carácter de parte al ofendido o víctima del
delito con la intención de que se brinde verdadera justicia ya que no la habrá
mientras los ofendidos sean a la vez victimas de la inercia del juzgador que por
capricho, compromiso político, error o malicia dicta fallos favorables al reo, dejando
en estado de indefensión al ofendido que no cuenta con otras instancia para
reclamar su derecho por provenir de actos e autoridad de autoridad que esta fuera de
los controles de legalidad y constitucionalidad.
El juicio de amparo constituye uno de los medios de defensa constitucional más
importante en nuestro país, es la forma en la que se pretende evitar las
arbitrariedades del poder público y se puede lograr una verdadera equidad en la
impartición de justicia; es necesario ir avanzando en el reconocimiento de los
derechos mas fundamentales para los gobernados y no hacer distinción de raza,
sexo o condición al otorgar estos derechos, en tanto la norma se actualice conforme
a las necesidades de la sociedad es posible lograr una protección integral de los
derechos fundamentales cuya reconocimiento ha sido el resultado de múltiples
luchas de hombres y mujeres comprometidos con la igualdad, la justicia y la equidad.
Por lo que se propone una reforma legal al artículo 5 fracción III, inciso b de
la Ley de Amparo para brindar al ofendido o víctima del delito el carácter de parte
en el juicio de amparo
a efecto de que pueda ejercer la acción de amparo
concretamente cuando el acto reclamado consista en la negativa a la orden de
aprehensión o en un auto de libertad y no solo para efectos patrimoniales; en el
México del siglo XXI en materia penal.
Lo anterior se logrará definiendo qué es la orden de aprehensión y
analizando sus consecuencias jurídicas, definiendo qué es el auto de libertad y
analizando sus consecuencias jurídicas así como proponiendo que al ofendido o
víctima del delito se le otorgue el carácter de parte en el juicio de amparo cuando
el acto reclamado consista en la negativa a la orden de aprehensión o en un auto
de libertad.
Todo lo anterior para responder a la pregunta ¿Es posible y viable brindar al
ofendido o víctima del delito el carácter de parte en el juicio de amparo cuando el
acto reclamado consista en la negativa a la orden de aprehensión o en un auto de
libertad? Y la respuesta es que si se reformara el artículo 5 fracción III, inciso b de la
Ley de Amparo se brindaría al ofendido o víctima del delito el carácter de parte en el
juicio de amparo cuando el acto reclamado consista en la negativa a la orden de
aprehensión o en un auto de libertad y no solo para efectos patrimoniales.
La presente investigación está fundamentada y desarrollada en las áreas
pertenecientes al Derecho Constitucional, el Derecho de Amparo y el Derecho Penal,
en virtud de que las mencionadas ramas regulan la temática de la presente
investigación, con autores como Arilla Bas, Guillermo Colín Sánchez, Rafael Luviano
González, José de Jesús Gudiño Pelayo, Ignacio Burgoa Orihuela, Juventino V.
Castro y Genaro Góngora Pimentel, que son expertos doctrinarios de derecho que
definen y analizan los conceptos más básicos de las ramas del derecho antes
mencionadas.
La metodología usada consiste en el conocimiento histórico, analítico, sintético
y deductivo con la finalidad de adquirir toda la información adecuada y ya que en
base al análisis y a la reflexión del material bibliográfico, se podrá realizar una
adecuada síntesis y al partir de lo general se podrá llegar a la deducción, para
plasmar en esta investigación los resultados históricos y determinar mediante la
experiencia la situación actual del tema a tratar.
Respecto a las limitantes para la realización del presente la principal fue la
implementación de las recientes reformas a la Ley de Amparo, dichas reformas
superan el temas del carácter de parte en el juicio de amparo, pero lo amplían
demasiado, así que se considera que la aportación de esta investigación no está de
más ya que la presente pretende limitar el derecho mencionado. Así que si el lector
desea investigar acerca del tema planteado es preciso que conozca las reformas que
en el mes de junio del año dos mil once se comenzaron a discutir dentro del
Congreso de la Unión Mexicano.
Desde el punto de vista académico, resulta un gran reto confrontar las ideas
que vayan surgiendo con la realidad social, y no solamente hacer una investigación
completa en materia de amparo sino proponer una verdadera reforma viable con
objetivos específicos y que beneficiará en gran manera a la impartición de justicia y
sobre todo a los gobernados.
CAPÍTULO 1
LA O R D E N D E A P R E H E N S I Ó N Y S U S
CONSECUENCIAS JURÍDICAS
Previo al desarrollo de la presente investigación, es importante que se entre en
el conocimiento de los principales actos procesales en el Derecho Procesal Penal,
sus antecedentes, sus consecuencias jurídicas y los alcances que cada uno de ellos
tiene.
1.1. BREVES ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Los antecedentes históricos acerca de la orden de aprehensión, que van
desde la Constitución Política de la Monarquía Española, promulgada en Cádiz el
19 de Marzo de 1812, hasta los reconocidos y no suficientemente elogiados
Mensaje y Proyecto de la Constitución de Venustiano Carranza, fechados en
Querétaro, el primero de diciembre de 1916, que en su artículo 16 expresaba:
“No podrán librarse ordenes de arresto contra una persona, sino por la
autoridad judicial y siempre que se haya presentado acusación en su contra por un
hecho determinado que la ley castigue con pena corporal, y que este, además,
apoyada por declaración bajo protesta de persona digna de fe, o por otros datos
que hagan probable su responsabilidad, hecha excepción de los casos de
flagrante delito, en que cualquier persona puede aprehender al delincuente y a sus
cómplices, poniéndolos sin demora a disposición de la autoridad inmediata”.1
Casi todas las normas de más elevada jerarquía en nuestro país, se han
ocupado de regular esta institución procesal.
1
Hernández Pliego Julio A., Proceso Penal Mexicano, Editorial Porrúa, México, 2002 p. 48
El decreto Constitucional para la Libertad de América Mexicana, sancionado
en Apatzingán en 1814; el reglamento provisional político del imperio Mexicano,
suscrito en la Ciudad de México el 18 de diciembre de 1822.
La constitución de 1824, que en lo conducente estableció:
Artículo 112.- Las restricciones de las facultades del presidente (de la
republica), son las siguientes:
“II.- No podrá el presidente privar a ninguno de su libertad, ni imponerle pena
alguna; pero cuando lo exija el bien y la seguridad de la federación, podrá arrestar,
debiendo las personas arrestadas en el termino de cuarenta y ocho horas, a
disposición del tribunal o juez competente” 2.
Articulo 150.- Nadie podrá ser detenido sin que haya semiplena prueba, o
indicio de que es delincuente”. 3
La orden aprehensoria, aparece igualmente reglamentada en las bases
orgánicas de la Republica Mexicana, del 14 de junio de 1843.
La constitución de 1857, que decía:
Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papales y
posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente,
que funde y motive la causa legal del procedimiento”4.
El estatuto Provisional del Imperio Mexicano del 10 de Abril de 1865, que
textualmente indicaba:
2
Ídem. p. 47
Ídem. p. 48
4
Ídem.
3
“Ninguno será detenido sino por mandato de autoridad competente, dado por
escrito y firmado, y solo cuando obren contra él indicios suficientes para
presumirle autor de un delito. Se exceptúa el caso de delito in fraganti, en que
cualquiera puede aprehender al reo para conducirlo a la presencia judicial o de la
autoridad competente”. 5
1.1.1. REGULACIONES FEDERALES Y LOCALES
En nuestra actual Constitución Política de 1917, el artículo 16 fue
aprobado en su concepción original, en la parte que nos interesa, de la
siguiente manera:
“No podrá librarse ninguna orden de aprehensión o detención, a no ser por
la autoridad judicial sin que preceda denuncia, acusación o querella de un
hecho determinado que la ley castigue con pena corporal, y sin que estén
apoyadas aquellas por declaración, bajo protesta, de persona digna de fe o por
otros datos que hagan probable la responsabilidad del inculpado”.6
En el Diario Oficial de la Federación de fecha 3 de septiembre de 1993,
apareció publicada una trascendental reforma de esta disposición, para quedar
en los siguientes términos:
“No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin
que preceda denuncia, acusación o querella de un hecho determinado que la
ley señale como delito, sancionado cuando menos con pena privativa de
libertad y existan datos que acrediten los elementos que integran el tipo penal y
la probable responsabilidad del indiciado”7
Para el libramiento de la aprehensión se exigía el acreditamiento de la
probable responsabilidad del inculpado, pero a ese propósito podía llegarse con
5
Ídem. p. 49
Ídem.
7
Ídem.
6
la simple declaración, bajo protesta, de una persona digna de fe, o bien a través
de otros datos que tuvieran igual finalidad y, además, se aludía a la expresión
“detención”.
El precepto reformado, en su lugar, hace mención a la demostración,
además de la responsabilidad probable, de los elementos integrantes del tipo
penal del delito de que se trate, sin señalar, por otra parte, la clase de pruebas
por las que se llegue a esa finalidad y sin referirse ya a detención sino con
mayor propiedad, a aprehensión, para hacer la separación entre la privación de
libertad proveniente de una orden judicial – aprehensión -, con la decretada por
alguna otra autoridad (en referencia a la que puede decretar el Ministerio
Publico en los casos de flagrancia o urgencia).
Igualmente, en la reforma se sustituye la expresión “pena corporal” que
técnicamente está mal planteada, si se atiende a que esta clase de penas son
las que causan dolor físico al individuo por “pena de prisión”, cuyo empleo se
reserva a las penas privativas de la libertad y también la referencia al acusado
que corresponde a la denominación que recibe el inculpado en otro estadio
procesal, empleando en cambio la expresión indiciado.
Sin embargo, la verdadera importancia de la reforma es la que se suscita,
para decirlo en los términos de su exposición de motivos, la precisión de los
extremos de prueba que se tiene que acreditar para motivar la afectación de la
libertad de un gobernado, con el fin de someterlo a la jurisdicción penal.
En esa virtud se establece que deberán existir datos que acrediten los
elementos que integran el tipo penal y la responsabilidad probable del indiciado,
superando la ambigüedad del texto vigente que no señala con claridad la
obligación de probar el hecho penalmente relevante, ya que la mención de
pruebas se refiere solo al aspecto de la presunta responsabilidad.
El propio dictamen de la Cámara de Diputados, señala que con la reforma
al artículo 16, se equipara la orden de aprehensoria, los extremos exigidos para
el dictado del auto de formal prisión.
A pesar de todo el artículo constitucional fue reformado según
publicaciones del DOF de fecha 8 de marzo de 1999, para quedar, en lo que
mira a la orden de aprehensión, de la siguiente manera:
“No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin
que preceda denuncia y querella de un hecho que la ley señale como delito,
sancionado cuando menos con pena privativa de libertad y existan datos que
acrediten el cuerpo del delito y que hagan probable la responsabilidad del
indiciado.”8
Como los requisitos esénciales establecidos para la orden de aprehensión,
vuelven a ser los mismos que para la formal prisión, comprobación del cuerpo
del delito y de la probable responsabilidad.
La última reforma al artículo 16 de la CPEUM en cuanto a la orden de
aprehensión según publicaciones del Diario Oficial de la Federación de fecha
18 de Junio de 2008 quedo de la siguiente manera:
“No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin
que preceda denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito,
sancionado con pena privativa de libertad y obren datos que establezcan que se
ha cometido ese hecho y que exista la probabilidad de que el indiciado lo
cometió o participó en su comisión”. 9
Corolario de la señalada innovación Constitucional, fue la que se llevo a
cabo también, en relación con las leyes procesales penales secundarias, para
8
9
Ídem. p. 51
Ídem
adecuarlas y darles la necesaria congruencia con el nuevo perfil de la norma
suprema.
A ese respecto, el artículo 195 del CFPP, dispone:
“Cuando estén reunidos los requisitos del artículo 16 constitucional, el
tribunal librara orden de aprehensión, reaprehensión o comparecencia, según el
caso, contra el inculpado, a pedimento del Ministerio Publico”.
La resolución respectiva contendrá una relación sucinta de los hechos que
la motiven, sus fundamentos legales y la clasificación provisional que se haga
de los hechos delictuosos, y se transcribirá inmediatamente al Ministerio Publico
para que ordene a la policía su ejecución.
Por su parte el artículo 132 del CPPDF del 29 de Agosto de 1931,
haciendo una breve comparación con el CPPDF del 30 de Agosto de 1934 y el
del 30 de Noviembre de 2010 dice:
“Para que un juez pueda librar orden de aprehensión, se requiere:
I.- Que el Ministerio Publico la haya solicitado;
II.- Que se reúnan los requisitos fijados por el artículo 16 de la
Constitución Federal”. 10
La cual nuestra Carta magna en su artículo 102 párrafo segundo señala:
“ Incumbe al Ministerio Publico de la federación, la persecución, ante los
tribunales, de todos los delitos del orden federal; y, por lo mismo, a él le
corresponderá solicitar las ordenes de aprehensión contra
los inculpados;
buscar y presentar las pruebas que acrediten la responsabilidad de estos; hacer
que los juicios se sigan con toda regularidad para que la administración de
justicia sea pronta y expedita; pedir la aplicación de las penas e intervenir en
todos los negocios que la ley determiné”.11
10
11
Ídem
Artículo 102, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
La solicitud de la orden de aprehensión, incumbe hacerla al agente del
Ministerio Publico, por ser este, el que en razón de su competencia, conoce de
querellas o de la noticia criminis, para así avocarse a la investigación de
conductas o hechos delictivos, cuya consecuencia, en general, es que si están
satisfechos los requisitos indicados en dicho artículo 16, realice la instancia
respectiva ante el juez competente y, este valorando los elementos contenidos
en el acta de averiguación previa resuelva lo procedente: dictar la orden o en su
defecto negarla.12
Con base en el nuevo texto del artículo 16 constitucional, el juez al librar o
negar la orden de aprehensión, ya no razonara si la declaración es proveniente
de persona digna de fe y se concretara a resolver en lo concerniente al hecho
determinado que la ley señale como delito y a la probable responsabilidad del
indiciado.
Pues no es acertada la postura del legislador en cuanto a quela denuncia,
acusación o querella se le hayan suprimido que procedan de persona digan de
fe, por la trascendencia jurídica que ese requisito ha tenido desde siempre y
que entre otras razones, por las cuales en su tiempo se incluyo, fueron al contar
con una base más amplia que facilitase la credibilidad de los declarantes.
La orden de aprehensión, por regla general, es la condición indispensable
para que un individuo pueda ser sometido a prisión preventiva, con el propósito
de ser sujeto a proceso, habida consideración de que nuestra legislación no
autoriza la celebración de juicios penales en ausencia del inculpado, ello sin
excluir la posibilidad, iniciada ya la prisión preventiva, de que si fue procedente,
a continuación se le ponga en libertad provisional bajo caución.
Satisfechos los presupuestos generales de la acción señalados en el
artículo 16 de la CPEUM, la orden de aprehensión deberá ser dictada por la
12
Colín Sánchez, Guillermo; Derecho Mexicano de Procedimientos Penales, Editorial Porrúa, México,
2007 p.143
autoridad judicial competente, como consecuencia de la petición que formule el
Ministerio Publico en ese sentido, al ejercitar la acción penal de la que es titular.
Así mismo establece el artículo 16 de la CPEUM segundo párrafo,
establece respecto de la orden de aprehensión, entre otros requisitos, que debe
ser emitida por autoridad judicial; que a su vez, el primer párrafo del citado
precepto constitucional, garantiza la protección de la persona, al exigir que todo
acto que implique una afectación a esta, aquella que este facultada legalmente
para emitir el acto de que se trate.
Por ello si la orden de aprehensión, es un acto que afecta a la persona,
pues tiene por efecto restringir de manera provisional su libertad personal o
ambulatoria, con el objeto de sujetarla a un proceso penal, el juzgador que la
emita, también debe ser legalmente competente para conocer del proceso
penal que en su caso llegare a instruirse por el o los delitos por los que la libra,
atendiéndose desde luego, a los criterios para fijar la competencia esto es, por
territorio, materia, cuantía o conexidad.
No obstante, la autoridad judicial al dictar una resolución como la que nos
ocupa, que afecta la libertad personal de los individuos, no puede
circunscribirse a manifestar que existen méritos suficientes para emitirla, pues
tendrá obligación de acuerdo con el citado artículo 16 constitucional, de
motivarla invocando los hechos delictivos que la sustenten y fundarla en las
disposiciones legales conducentes.
A tal efecto el juez deberá proceder conforme a derecho, analizando y
valorando todas las constancias procesales que aporto el Ministerio Publico con
la consignación, pues solo de ese estudio podrá procurar la debida motivación y
fundamentación del mandamiento y determinar la legalidad o la ilegalidad de su
dictado, teniendo en consideración que para el libramiento de la aprehensión no
existe obligación de acreditar la plena responsabilidad penal del inculpado, sino
solo la existencia de datos que la hagan probable.
Los limitados alcances del momento procesal en que se dicta, y la
consideración de que encima de los intereses particulares, se encuentran los
fines sociales relativos a la realización de la justicia cuya acción no debe
entorpecer, autorizan a que previamente al dictado de la orden de aprehensión,
no se haga indispensable que se ha llamado a juicio al inculpado para que
responda de los cargos que se formulan en su contra, ante el riesgo de que, de
enterarse, pueda evadir los procedimiento legales iniciados.
Es evidente que la orden de aprehensión no tiene efectos concluyentes,
porque solo señala un periodo procesal transitorio, cuya existencia concluirá
cuando se dicte la resolución judicial posterior, es decir, el auto de plazo
constitucional que marcara otra etapa procesal distinta.
Esta es la razón, la precariedad de la resolución, por la que no hay
inconveniente legal para que después que la autoridad niegue el libramiento de
una orden de aprehensión, por no satisfacer los requisitos que para ello fijan la
norma constitucional, el Ministerio Publico practique otras diligencias,
desahogando diversas probanzas, y si de ellas resulta perfeccionada la
averiguación, insista en el dictado de la orden y el juez, en su caso, resuelva
obsequiando la nueva petición, por haberse llenado las exigencias del artículo
16 de la CPEUM, ello porque si puede hacerse respecto del auto de formal
prisión, con mayor razón tratándose de la orden aprehensoria.
1.2. CONCEPTOS DE ORDEN DE APREHENSIÓN
Para comprender esta orden debemos primero explicar que se entiende por
aprehensión : Aprehender
viene del latín prehencia, que denota actividad de
coger, de asir. En términos generales se debe entender por aprehensión el acto
material de apoderarse de una persona privándola de su libertad.13
El vocablo aprehensión deriva de prehendo, prehendere, prehendi, que
sisgnifica tomar, asir, coger. 14
En el caso del proceso penal, consiste en asir a una persona a un en contra
d esu voluntad, y llevarla ante el tribunal que lo reclame.
Orden de aprehensión es el acto autoritario por el cual, el órgano
jurisdiccional ordena la privación provisional de la libertad de un individuo,
inculpado de la comisión de un delito sancionado con pena privativa de la libertad,
para que sea puesto a disposición, con el fin de asegurar el normal desarrollo del
proceso y eventualmente la ejecución de la pena que en él se imponga.
15
Para el autor Guillermo Colín Sánchez la orden de aprehensión la define
desde dos puntos de vista uno dogmático que nos dice que es una situación
jurídica, un estado, un modo de lograr la presencia del imputado en el proceso.
Desde el punto de vista procesal, es una resolución judicial en la que, con
base en el pedimento del Ministerio Público y satisfechos los requisitos del artículo
16 Constitucional, se ordena la captura de un sujeto determinado, para que sea
puesto, de inmediato a disposición de la autoridad que lo requiere, con el fin de
que conozca todo lo referente a la conducta o hecho que se le atribuye.
1.2.1 OBJETO DE LA ORDEN DE APREHENSIÓN
La orden de aprehensión tiene por objeto poner a disposición d ela
autoridad judicial al indiciado, a fin de que sea sometido a su jurisdicción en
tanto se resuelve sus situación jurídica. En cambio la orden de arraigo tiene
13 García Ramírez, Sergio; Derecho Procesal Penal, Editorial Porrúa México 1983 p.87.
14
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
México,1968. p.63
15 Acero, Julio; Procedimiento Penal, Editorial Cajica; Puebla,
como fin el asegurar al indiciado durante la averiguación previa, facilitando la
integración de esta, su consignación, así como el libramiento y ejecución de la
orden de aprehensión que llegara a librarse.
A la figura del arraigo decretado por autoridad juridicial debe sumarse otro
arraigo que a diferencia de la orden de aprehensión es decretado por el
Ministerio Publico durante la indagatoria. En ella la detención en los lugares
ordinarios es substituida por el arraigo en el domicilio del indiciado, con la
facultad de este de trasladarse a su centro de trabajo. Aquí en el indiciado no
queda sujeto a una detención y retención ministerial.
La ley también regula otro supuesto de arraigo que a diferencia de la
orden de aprehensión es decretado por el juez, con el pedimento del Ministerio
Publico, pero durante el proceso: cuando el inculpado teniendo derecho a
disfrutar de su libertad, al no merecer la prisión preventiva, ante el riesgo de que
se sustraiga a la acción de la justicia es objeto de esa medida cautelar.
1.2.2. DIFERENCIA ENTRE ORDEN DE APREHENSIÓN Y OTRAS ORDENES
QUE
AFECTAN
PROVISIONALMENTE
LA LIBERTAD
FÍSICA
DE
LA
PERSONA
La orden de aprehensión constituye
un acto de afectación provisional
(acto de molestia) a la libertad de la persona. Como existen otras órdenes de
autoridad que producen esa misma afectación (ordenes de presentación,
detención, de retención, de arraigo, de comparecencia, de reaprehensión y de
detención con fines de extradición), es distinguirlas de la orden de captura, el
cual tiene el siguiente orden:
1. Órdenes ministeriales que se dictan dentro de la averiguación previa:
ordenes de detención y de retención.
2. Órdenes que provienen de autoridad judicial, pero que se dictan en la
etapa de averiguación previa: orden de arraigo y orden de prohibición de
abandonar una demarcación geográfica.
3. Ordenes que solo pueden provenir de la autoridad judicial,
pronunciadas
dentro
de
un
procedimiento
jurisdiccional:
orden
de
comparecencia, orden de reaprehensión, orden de detención con fines de
extradición.
4. Orden de búsqueda, localización y presentación que puede provenir
del Ministerio Publico o de un juez.
Sin excluir de este catalogo de medidas cautelares personales la orden de
presentación, a pesar que la primera sala de la SCJN ha sostenido el criterio
que esa orden no afecta la libertad del indiciado, puesto que no es compartido
ese criterio.
Para mí es obvio que cuando se ejecuta una orden de esa naturaleza se
limita, aunque de manera breve, la libertad del indiciado, el cual es trasladado
ante el Ministerio Publico permaneciendo ante él el tiempo suficiente para que
se reciba su comparecencia y, en su caso, su declaración ministerial, si es que
esta de acuerdo en rendirla; ese traslado y permanencia en un lugar no elegido
voluntariamente pone de evidencia esa limitación.
La orden de aprehensión y las órdenes de arraigo domiciliario y de no
abandonar una demarcación geográfica presentan las siguientes diferencias.
La orden de aprehensión es librada por autoridad judicial, después de que
se ejercito la acción penal. En cambio la orden de arraigo se decreta por un juez
durante la integración de la averiguación previa, en preparación del ejercicio de
la acción penal.
1.2.3. ORDEN DE COMPARECENCIA
Tratándose de infracciones penales que por su levedad se sancionen con
apercibimiento, caución de no ofender, multa o pena alternativa, el Ministerio
Público ejercitará la acción penal sin detenido ante el órgano jurisdiccional,
solicitándole se le cite para tomarle su declaración preparatoria, pues la
CPEUM prohíbe que en ese momento procedimental se restrinja la libertad
personal por delitos que tienen señalada pena no corporal o alternativa.
Si los requisitos legales del pedimento están satisfechos, el juez mandará
citar a comparecer al indiciado y de no comparecer será presentado por la
policía judicial. En caso de que al término constitucional se le considere
responsable, se le dictará auto de sujeción a proceso, nunca de formal prisión,
debido a las características del delito y en cumplimiento de los artículos 16 y 18
de nuestra CPEUM.
1.3. REQUISITOS PARA EL LIBRAMIENTO DE LA ORDEN DE APREHENSIÓN
EXIGIDOS EN PRECEPTOS CONSTITUCIONALES DISTINTOS AL ARTÍCULO 16
CPEUM
La orden de aprehensión afecta de manera provisional la libertad física de la
persona, como esa afectación lastima uno de los atributos mas preciados del ser
humano, este debe ser protegido constitucionalmente mediante la exigencia de
diversos requisitos para su libramiento.
Estos requisitos los podemos dividir en tres grupos:
1. Aquellos que están previstos en preceptos diferentes al artículo 16 de la
CPEUM.
2. Los comunes a todo acto de molestia (articulo 16 párrafos primero de la
CPEUM).
3. Los exigidos específicamente para ese mandato (articulo 16 párrafo
segundo de la CPEUM).
La primera sala de la SCJN y los TCC inicialmente sostuvieron criterios de
que la orden de aprehensión, al estar regulada en el artículo 16 de la CPEUM,
debía reunir los requisitos previstos en este concepto y no en el artículo 14 de la
CPEUM.
Este punto de vista fue modificado por la primera sala de la SCJN al afirmar
que la orden de aprehensión si se puede violar garantías tuteladas en artículos
constitucionales distintos al artículo 16 CPEUM, como cuando en la misma se
aplicara una ley retroactivamente en perjuicio del quejoso, o fuera librada sin
cumplir las formalidades esenciales del procedimiento, conforme a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho; también podría darse el caso que
autoridades jurisdiccionales del fuero común , decidieran sobre el libramiento de
una orden de aprehensión, respecto de un hecho en que estuviere involucrada
una persona perteneciente al ejercito y fuera menester examinar su conducta
desde el punto de vista de la legislación del fuero castrense, o que no estuviera
fundado y motivado dicho acto, así como de diversas hipótesis que pudieran
formularse respecto de la posible violación de garantías constitucionales
contenidas en preceptos diversos al 16 constitucional.
En la jurisprudencia se concluye diciendo que luego entonces, resulta
limitativo y equivoco concluir que para el libramiento de una orden de aprehensión,
solo deba cumplirse lo establecido en el mencionado artículo 16 constitucional; y
por ende, su emisión no puede ser violatoria de los artículos 14, 16 o cualquier
otro de la CPEUM, en virtud de que las garantías de seguridad jurídica que se
encuentran consagradas en la CPEUM, son la base sobre las cuales descansa el
sistema jurídico mexicano, por tal motivo, estas no pueden ser .limitadas porque
en su texto no se contengan expresamente los derechos fundamentales que
tutelan.
Por el contrario, las garantías de seguridad jurídica valen por si mismas, y
que ante la imposibilidad material de que en un artículo se contengan todos los
derechos públicos subjetivos del gobernado jamás se encuentre en una situación
de incertidumbre jurídica y por lo tanto, en estado de indefensión. De acuerdo a lo
anterior, cuando se libra orden de aprehensión, debe de cumplirse no únicamente
las formalidades establecidas por el 16 constitucional, párrafo segundo, sino que
para la aplicabilidad debe entenderse a lo preceptuado en los demás artículos que
tutelan la seguridad jurídica, con la finalidad de proteger de manera firme y eficaz
a los derechos fundamentales de la persona tutelados en la carta magna.
Con base en el criterio anterior procederé a la elaboración de un catalogo de
preceptos constitucionales, distintos al artículo 16 de la CPEUM, que puedan ser
violados al librarse la orden de captura:
El articulo 1 párrafo primero de la CPEUM dispone que en los Estados
Unidos Mexicanos todo individuo gozara de las garantías que otorga la
constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse sino en los casos y
con las condiciones que ella misma establece.
Conforme a este precepto una orden de aprehensión librada con base en
normas procesales que previeran menos requisitos para su libramiento que los
previstos en la Carta Magna seria constitucional.
El articulo 13 párrafo primero de la CPEUM establece que nadie puede ser
juzgado por leyes privativas ni por tribunales especiales.
Consecuentemente una orden de aprehensión librada con base en leyes
privativas o por tribunales especiales seria violatoria de esta garantía. En el
párrafo segundo de este precepto se reconoce el fuero de guerra para los delitos
contra la disciplina militar, prohibiendo que los tribunales militares extiendan su
jurisdicción sobre personas que no pertenezcan al ejército.
Si un juez civil librara una orden de aprehensión en contra de un militar al
que se le atribuye la comisión de un delito contra la disciplina militar, o si un juez
militar la librara en contra de una persona que no perteneciera al ejército, violaría
esta disposición constitucional.
El articulo 14 párrafo primero de la CPEUM dispone que a ninguna ley se le
dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.Si una orden de
aprehensión se aplicara retroactivamente y en perjuicio del indiciado una ley penal
ese acto de autoridad sería inconstitucional. Los TCC se han pronunciado en este
sentido.
El articulo 14 párrafo segundo de la CPEUM señala que nadie podrá ser
privado de la libertad sino ante los tribunales previamente establecidos en que se
cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho.
Si se librara una orden de aprehensión por un tribunal que no estuviera
previamente establecido en que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento, o conforme a las leyes que no fueron expedidas con anterioridad al
hecho, la misma sería inconstitucional como lo reconoció la primera sala de la
SCJN. Así por ejemplo, cuando en un código de procedimientos penales se prevé
una instancia de mediación durante la averiguación previa y el Ministerio Publico
no cumple con las formalidades que rigen esa instancia y ejercita acción penal
solicitando la orden de aprehensión, estaría violando las formalidades esenciales
del procedimiento, por lo que la orden de aprehensión que se librara sería
inconstitucional, como lo han señalado los TCC.
Un aspecto de interés que se vincula con las formalidades esenciales del
procedimiento consiste en precisar si para el libramiento de la orden de
aprehensión se requiere que haya respetado la garantía de audiencia del indiciado
durante la averiguación previa. Los TCC han sostenido que para el libramiento de
la orden de aprehensión no se requiere de la citación previa del probable
responsable.
Este criterio solo se aplicaba al proceso penal; esto es, el juez ante el que le
fue consignado el caso no tiene el deber de citar al indiciado previamente al
libramiento de la orden de captura para hacerle saber que se ejercito acción penal
en su contra. Pero lo anterior no implica que el Ministerio Publico durante al
averiguación previa no tenga el deber de respetar la garantía de audiencia del
indiciado, a fin de que esté en condiciones de rendir su declaración ministerial y
defenderse. Fundamos este punto de vista en lo siguiente:
El artículo 20 apartado A párrafo ultimo de la CPEUM le reconoce al
indiciado, durante la averiguación previa, los derechos se encuentran el de ofrecer
pruebas (fracción V), el de ser informado de los derechos que a su favor consigna
la norma suprema y el de tener una defensa adecuada (fracción IX).
Es presupuesto lógico de aplicación de estas garantías el que el indiciado
sea previamente citado para comparecer durante la investigación ministerial; de
otra forma no estaría en condiciones de que se le hagan saber sus derechos, de
nombrar abogado y de ofrecer pruebas. En consecuencia, si se libra una orden de
aprehensión sin que obre en la averiguación la constancia de que el indiciado fue
debidamente citado y buscando para comparecer a dar respuesta a los hechos
denunciados esa resolución judicial sería inconstitucional.
Por lo tanto, si el juez al estudiar el pliego de consignación se percata que el
indiciado no fue notificado debidamente de la existencia de la averiguación previa,
deberá abstenerse de analizar si se reúnen o no los requisitos para el libramiento
de la orden de aprehensión, procedimiento citado y oído en esa etapa del
procedimiento penal.
Esta no sería el único caso en el cual el juzgador estaría en condiciones de
estudiar la legalidad de los actos ministeriales.
El articulo 14 párrafo tercero de la CPEUM prohíbe la imposición de penas
por simple analogía y aun por mayoría de razón, así como pena alguna que no
esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata.
De acuerdo a este precepto si se libra una orden de aprehensión por un
delito que no prevea exactamente aplicable al caso, será inconstitucional, porque
en ella se estaría aplicando una norma penal sustantiva que contiene ese vicio.
Ejemplificando:
Con motivo de la reforma publicada en el diario Oficial de la Federación del
10 de enero de 1994 el artículo 247 de CFPP previo con relación a una de las
sanciones previstas para el delito de declaraciones falsas rendidas ante
autoridades distintas de la judicial que se impondrá de dos a seis años, pero sin
precisar la naturaleza de la pena. El pleno de SCJN declaro que ese párrafo era
inconstitucional por lo que respecta únicamente a la pena temporal aplicable, no
así el delito mismo o la pena de multa con la que se sancionaba.
Considero que si el artículo citado hubiera previsto una sola pena ese
precepto se habría declarado inconstitucional.
Si el legislador penal no precisa la naturaleza de la pena con la que se debe
sancionar la conducta esa laguna no se puede subsanar con una fe de erratas, por
que como lo preciso el pleno de la SCJN para determinar la autenticidad de un
texto legal debe atenderse al aprobado por las cámaras durante el proceso
legislativo.
El artículo 17 párrafo final
de la CPEUM prohíbe el aprisionamiento por
deudas de carácter puramente civil.
Si se libra una orden de aprehensión con motivo de una deuda de esa
naturaleza, ese acto sería inconstitucional.
Faculta al Ministerio Publico para investigar y perseguir los delitos.
Si se librara una orden de aprehensión sin que previamente se ejercitara la
acción penal y sin que la Representación social lo hiciera el pedimento especifico
esa resolución judicial seria violatoria de garantías, como los sostuvo el pleno de
la SCJN.
El articulo 22 párrafo primero de la CPEUM prohíbe la imposición de penas
inusitadas y trascendentales.
Si el legislador secundario previera como única consecuencia de algún delito
una pena de estas características, el precepto legal relativo seria inconstitucional.
Por ello una orden de aprehensión en que se aplicara esa disposición tendrá el
mismo vicio.
El artículo 23 de la CPEUM ordena que nadie puede ser juzgado dos veces
por el mismo delito, consagrando el principio con bis in idem.
Si se libra una orden de aprehensión cuando los hechos consignados ya
fueron sentenciados con efectos de cosa juzgada, aun cuando aquellos sean
materia de un procedimiento penal diverso, esa orden sería inconstitucional, como
lo han indicado los TCC.
Los artículos 5, 6, 7, 9 y 24 de la CPEUM reconoce diversos derechos
fundamentales de la persona (libertad de trabajo, libre manifestación de las ideas,
libertad de conciencia, derecho de asociarse y reunirse libremente y libertad
religiosa).
Si una norma penal sustantiva llegara a sancionar una conducta que
implicara el ejercicio de alguno de los derechos constitucionales citados seria
inconstitucional.
1.3. REQUISITOS DE LA ORDEN DE APREHENSIÓN
Según el artículo 197 del CPPEG, para que un juez pueda librar una orden
de aprehensión se requieren diversos presupuestos que a continuación se
expondrán.
En los casos en que el delito no merezca sanción privativa de libertad, o por
corresponderle sanción alternativa que incluya una no privativa de libertad, no dé
lugar a su aprehensión, el Ministerio Público, al ejercitar la acción penal solicitará
al Juez competente que libre orden de comparecencia, para que el inculpado rinda
su declaración preparatoria.16
Siempre que se lleve a cabo una aprehensión fundamentada en orden
judicial, quien la hubiere ejecutado deberá poner al aprehendido sin dilación a
disposición del juez respectivo, informando a éste acerca de la fecha, hora y lugar
en que se efectuó y dando a conocer al aprehendido el derecho que tiene para
designar defensor.
El principio fundamental del sistema establecido por el artículo 16
Constitucional se encuentra en las palabras: no podrá librarse orden de
aprehensión o detención, a no ser por la autoridad judicial.
Este concepto está contenido en el mencionado precepto en su sentido
formal, esto es, que por "autoridad judicial" debe entenderse aquel órgano estatal
que forma parte del poder judicial, ya sea local o federal. Ninguna otra autoridad,
militar o civil, federal o local, tiene semejantes facultades. Durante la averiguación
previa ni el Ministerio Público ni la Policía Ministerial tienen facultades para
ordenar la aprehensión.
Pero aun la autoridad judicial, única facultada para ordenar aprehensiones,
no puede hacerlo arbitrariamente. Debe dictar esa orden cuando se reúnan los
elementos enumerados en la CPEUM y el CPPEG, y por lo tanto, abstenerse de
hacerlo cuando falte alguno de dichos elementos.
El artículo 16 de la CPEUM establece que no podrá librarse orden de
aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que preceda denuncia o querella de
16
Artículo 290. Código de Procedimiento Penales para el Estado de Guanajuato.
un hecho que la ley señale como delito, sancionado cuando menos con pena
privativa de libertad y existan datos que acrediten el cuerpo del delito y que hagan
probable la responsabilidad del indiciado.
Por su parte, el numeral 21 del mismo ordenamiento fundamental dispone
que: La imposición de las penas es propia y exclusiva de la autoridad judicial. La
investigación y persecución de los delitos incumbe al ministerio público, el cual se
auxiliara con una policía que estará bajo su autoridad y mando inmediato.
No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin
que preceda denuncia o querella.
La denuncia es la noticia que da cualquier persona a la autoridad competente
sobre determinado hecho posiblemente constitutivo de un delito perseguible de
oficio.
La querella es la noticia que dan las personas limitativamente facultadas a la
autoridad competente, sobre determinado hecho posiblemente constitutivo de un
delito perseguible a petición de parte, expresando su voluntad de que se persiga
penalmente.
A diferencia de los delitos perseguibles de oficio, que pueden ser
denunciados por cualquiera, sólo ciertas personas pueden actuar en un
procedimiento a título de querellantes.
La querella tiene dos elementos, un primero que tiene en común con la
denuncia, y que consiste en el avisto, comunicación o noticia dado a la autoridad
competente, sobre determinado hecho posiblemente constitutivo de delito, y un
segundo que le es propio y reside en la manifestación de la voluntad del ofendido
por el delito de que se persiga penalmente al delincuente.
Algunos delitos perseguibles por querella son: Violencia familiar, Amenazas,
Injurias, Difamación, Abuso de confianza, Fraude, Chantaje, Administración
fraudulenta, Usura, entre otros.
La aprehensión de una persona tiene, como única finalidad, el ponerlo a
disposición del su juez para que éste, en su caso, pueda someterlo a prisión
preventiva mediante el auto de formal prisión.
Ahora bien, el artículo 18 de la CPEUM dispone que sólo por delito que
merezca penal corporal (pena de prisión) habrá lugar a prisión preventiva, luego
entonces, si un delito que se imputa no está sancionado con pena de prisión, el
inculpado no puede ser sometido a prisión preventiva, ni tampoco puede ser
privado de su libertad mediante orden de aprehensión.
La doctrina y la jurisprudencia están de acuerdo en afirmar que tampoco
debe dictarse orden de aprehensión si el delito es sancionado con pena alternativa
(prisión o multa), pues en esta hipótesis no se tiene la certeza de que, en caso de
ser declarado culpable el inculpado será sancionado con pena de prisión, y sólo
podemos saberlo cuando se dicte la sentencia.
El Ministerio Público debe solicitarlo y este elemento de la orden de
aprehensión resulta del monopolio de la acción penal que el artículo 21 de la
CPEUM otorga al Ministerio Público, diciendo que la investigación y persecución
de los delitos incumbe al Ministerio Público.
En ejercicio de la acción penal corresponde al Ministerio Público solicitar
orden de aprehensión o comparecencia, y el tribunal no puede librar orden si no se
ha formulado ese pedimento.
Cohonestando los artículos 16 y 21 de la CPEUM, es decir, patentizando la
vinculación lógico-normativa que entre ambos existe, las garantías de seguridad
jurídica que respectivamente prevén a favor de la libertad personal, se manifiestan
en las siguientes condicione para que ésta sea constitucionalmente afectable.
La formulación ante el Ministerio Público de una denuncia, acusación o
querella sobre un hecho que configure un delito castigable con pena corporal; la
aportación de los elementos o datos que hagan probable la responsabilidad del
inculpado; la consignación de las diligencias correspondientes a la autoridad
judicial con pedimento de orden de aprehensión (ejercicio de la acción penal);
Libramiento de esta orden por dicha autoridad, y que conste por escrito.
La orden de aprehensión, al igual que todo acto de molestia en la persona,
debe constar en mandamiento escrito, pues así lo ordena el artículo 16 de la
CPEUM
en su parte inicial. Entonces, es violatorio de esa norma todo
mandamiento u orden verbal mediante el cual pretenda privarse de su libertad a
una persona.
Esta garantía de seguridad jurídica, equivale a la forma del acto autoritario de
molestia, el cual debe derivarse siempre de un mandamiento u orden escritos.
Consiguientemente, cualquier mandamiento u orden verbales que originen el acto
perturbador o que en sí mismos contengan una molestia, son violatorias del
artículo 16 de la CPEUM.
Ahora bien, para que se satisfaga la garantía formal del mandamiento escrito,
no basta que éste se emita para realizar algún acto de molestia, sino que es
menester que al particular afectado se le comunique o se le dé a conocer. Esta
comunicación o conocimiento pueden ser anteriores o simultáneos a la ejecución
del acto de molestia, pues la exigencia de que éste conste en un mandamiento
escrito, sólo tiene como finalidad que el gobernado se entere de la
fundamentación y motivación legales del hecho autoritario que lo afecte, así como
de la autoridad de quien provenga.
El artículo 16 de la CPEUM establece que nadie puede ser molestado (…)
sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente y agrega que no
podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial.
La correcta interpretación de la norma nos obliga a concluir que sólo pueden
dictar órdenes de aprehensión los jueces competentes para ello, es decir los
jueces penales. En consecuencia son inconstitucionales las órdenes de
aprehensión dictadas por jueces civiles, familiares, etc., pues todos ellos son
incompetentes por la materia.
También es inconstitucional la orden de aprehensión dictada por un juez
incompetente por razón de territorio, o de fuero (federal o local), aun cuando se
trate de un juez penal, y el agraviado puede solicitar el amparo y protección de la
justicia federal en su contra, y dicho amparo debe serle concedido, siempre y
cuando la orden no haya sido aun cumplida.
La situación cambia si el inculpado es aprehendido, pues, en ese caso,
nuestros códigos procesales le ordenan al juez que practique las diligencias que
no admitan demora y dictado el auto de formal prisión o el de libertad, reservando
la substanciación de la competencia para un momento posterior.
Sólo la autoridad judicial puede ordenar la detención o aprehensión de un
sujeto, es decir, nunca ningún órgano del Estado, distinto de ella puede detener o
aprehender a persona alguna.
Para dictar una orden de aprehensión no es necesario que esté plenamente
comprobado el cuerpo del delito, tal comprobación necesaria, únicamente para
dictar el auto de formal prisión.
Conforme a lo dispuesto por el artículo 16 de la CPEUM, la orden de
aprehensión, como todo otro acto de molestia, debe ser fundada y motivada.
La exigencia de fundar legalmente todo acto de molestia impone a las
autoridades diversas obligaciones, que se traducen en las siguientes obligaciones:
La ejecución de la misma por la Policía Judicial es importante para que el
órgano del Estado del que tal acto provenga, esté investido con facultades
expresamente consignadas en la norma jurídica para emitirlo;
La fundamentación legal de todo acto autoritario que cause al gobernado una
molestia, no es sino una consecuencia del principio de legalidad que consiste en
que las autoridades sólo pueden hacer lo que la ley les permite.
El requisito de fundamentación que exige el artículo 16 de la CPEUM, no se
satisface con la citación de la ley de la materia, en que se ha apoyado la autoridad
responsable, sino que es indispensable, para que el acto pueda reputarse
fundado, que precise en concreto el precepto legal en que se pretenda
sustentarse.
La motivación de la causa legal del procedimiento implica que, existiendo una
norma jurídica, el caso o situación concretos respecto de los que se pretende
cometer el acto autoritario de molestia, sean de aquellos a que alude la
disposición legal fundatoria, esto es, el concepto de motivación empleado en el
artículo 16 de la CPEUM indica que las circunstancias y modalidades del caso
particular encuadren dentro del marco legal correspondiente establecido en la ley.
La motivación legal implica la necesaria adecuación que debe hacer la
autoridad entre la norma general fundatoria del acto de molestia y el caso
específico en el que éste va a operar o surtir sus efectos. Sin dicha adecuación, se
violaría, por ende, la citada garantía que, con la de fundamentación legal, integra
la de legalidad.
Para adecuar una norma jurídica legal o reglamentaria al caso concreto
donde vaya a operar el acto de molestia, la autoridad respectiva debe aducir los
motivos que justifiquen la aplicación correspondiente, motivos que deben
manifestarse en los hechos, circunstancias y modalidades objetivas de dicho caso
para que éste se encuadre dentro de los supuestamente abstractos previstos
normativamente.
Es indispensable la concurrencia de la fundamentación y motivación pues
ambas condiciones de validez constitucional del acto de molestia deben
necesariamente concurrir en el caso concreto para que aquél no implique una
violación a la garantía de legalidad consagrada por el artículo 16 de la CPEUM.
Es decir, no basta que haya una ley que autorice la orden o ejecución del o
de los actos autoritarios de perturbación, sino que es preciso inaplazablemente
que el caso concreto hacia el cual éstos vayan a surtir sus efectos esté
comprendido dentro de las disposiciones relativas a la norma invocadas por la
autoridad.
Por
consiguiente,
razonando
a
contrario
sensu,
se
configurará
la
contravención al artículo 16 de la CPEUM a través de dicha garantía, cuando el
acto de molestia no se apoye en ninguna ley (falta de fundamentación) o en el
caso de que, existiendo ésta, la situación concreta respecto a la que se realice
dicho acto de autoridad, no esté comprendida dentro de la disposición general
invocada (falta de motivación).
En materia de orden de aprehensión, la fundamentación se apoyará, entre
otros, en el artículo que establece el tipo, es decir, que describe en forma
abstracta un hecho atribuyéndole el carácter de delito, y la motivación consistirá
en los razonamientos que demuestren estar probado que los hechos por los
cuales ejerce acción penal el Ministerio Público son los mismos que tipifica la
hipótesis legal.
Ese juicio de tipicidad, que declara la correspondiente existencia entre los
hechos y el tipo, es la motivación exigida por el artículo 16 de la CPEUM, y supone
la comprobación previa del cuerpo del delito. Luego entonces, sin tal
comprobación, la orden de aprehensión no está motivada.
La orden de aprehensión se encuentra fundamentada en el numeral 16 de la
CPEUM.
De acuerdo con el artículo 16 constitucional, toda orden de aprehensión o
detención debe emanar de una autoridad judicial en el sentido formal del
concepto. Existen, no obstante dos excepciones constitucionales a esta garantía
de seguridad jurídica que son las siguientes:
1.4.1. EXCEPCIONES
1.4.1.1. APREHENSIÓN EN FLAGRANCIA.
El CFPP contempla no solo con respecto a delitos, sino también en lo
relativo a las contravenciones en el caso de flagrancia. La aprehensión en
flagrancia cumple con el requisito constitucional de la exigencia de indicios
comprobados de culpabilidad, puesto que, como se ha dicho por la doctrina
la flagrancia es la prueba más directa del delito.
Un sector de la doctrina al tratar el fundamento de la aprehensión en
flagrancia, indica que en esta se produce una inversión de la presunción de
inocencia, de modo que la detención (y hasta la prisión preventiva) se
justifican por cuanto es ilógico que alguien fue aprehendido en flagrancia siga
siendo presumido inocente.
La finalidad de la aprehensión en flagrancia, por un lado, es asegurar la
persona del imputado, ya sea para identificarlo o por temor de que pueda
darse a la fuga, por otro lado, asegurar los medios de prueba del hecho
desde el primer momento de investigación.
Además en el caso del que es aprehendido en el momento de cometer
el delito, la aprehensión en flagrancia realizada por la autoridad pública, es
un acto debido de la misma, destinado a evitar la consumación del mismo,
dentro de la función preventiva de delitos que debe cumplir la autoridad
pública, y con respecto al particular este inclusive íntimamente relacionada
con la causal de legítima defensa prevista en el CFPP.
Según el CFPP se entiende que hay delito flagrante cuando el indiciado
es detenido en el momento de estarlo cometiendo. También cuando
inmediatamente de ejecutado el hecho delictuoso:
En que el citado acto se contenga o derive de un mandamiento escrito,
en cuyo texto se expresen los preceptos específicos que lo apoyen.
El indiciado es perseguido materialmente; o alguien lo señala como
responsable; o se encuentre en su poder el objeto del delito o el instrumento
con que se hubiera cometido; o lo anterior siempre y cuando no haya
transcurrido un plazo de setenta y dos horas, desde la comisión de los
hechos delictuosos.17
El aprehensor tiene la obligación de entregar al detenido sin demora a
la autoridad inmediata, cualquiera que ésta sea, y ésta, con la misma
prontitud, a la del Ministerio Público, pues en caso contrario, su retención
puede implicar el delito de privación ilegal de la libertad.
Se dispone que en el caso de flagrancia el particular deba entregar a la
persona aprehendida a la autoridad más cercana. Esta puede ser autoridad
17
Artículo 134. Código de Procedimientos Penales para el Estado de Guanajuato.
policial, la que debe poner al detenido a la menor brevedad posible del
Ministerio Publico.
En lo relativo a la aprehensión practicada por la policía, esta debe poner
a la persona con prontitud a la orden del Ministerio Publico, para que sea
este el que solicite al juez la prisión preventiva de ser procedente, y en caso
contrario proceda a ordenar la libertad del sujeto aprehendido.
De todas maneras desde el momento de la aprehensión hasta que se
pone a la orden del tribunal de la investigación preparatoria al aprehendido,
para que resuelva sobre la prisión preventiva, no puede haber pasado más
de veinticuatro horas. De relevancia es que la sala constitucional ha sido
clara en cuanto a que le plazo de veinticuatro horas debe respetarse, no
siendo argumento válido para excederlo la presunta peligrosidad del sujeto,
ni la sede del tribunal competente se encuentre en lugar distinto al detenido.
1.4.1.2. CASO URGENTE
Sobre esto, el artículo 16 de la CPEUM dispone que: "Sólo en casos
urgentes, cuando se trate de delito grave así calificado por la ley y ante el
riesgo fundado de que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia,
siempre y cuando no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial por razón de
la
hora,
lugar
o
circunstancia el
Ministerio
Público podrá,
bajo
su
responsabilidad, ordenar su detención, fundando y expresando los indicios
que motiven su proceder.
Esta facultad está sometida a varias condiciones, sin cuya colmación no
debe operar. Así, sólo es ejercitable tratándose de delitos graves calificados
por la ley, exista el riesgo fundado de que el indiciado pueda sustraerse a la
acción de la justicia, y no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial por razón
de la hora, lugar o circunstancia.
Además, el Ministerio Público debe fundar y expresar los motivos
indiciarios que demuestren la urgencia. Estos motivos se traducen en las
exigencias que toda orden judicial de aprehensión debe satisfacer o sea, las
que de existan datos que acrediten los elementos que integran el cuerpo del
delito y que revelen la probable responsabilidad del indiciado.
El referido artículo 16 de la CPEUM dispone que no podrá librarse
orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que preceda
denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado
cuando menos con pena privativa de libertad y existan datos que acrediten el
cuerpo del delito y que hagan probable la responsabilidad del indiciado.
La responsabilidad del inculpado sólo puede serlo respecto al hecho
determinado que la ley castiga con pena corporal, es decir, respecto a un
delito. Un imperativo lógico nos obliga primero a demostrar el cuerpo del
delito, y solamente después podremos preguntarnos por el responsable.
El artículo 19 de la CPEUM dispone que el auto de formal prisión debe
apoyarse en datos bastantes para comprobar el cuerpo del delito y hacer
probable la responsabilidad del acusado. Pero renglones antes señala el
origen de estos datos, diciendo serán aquéllos que arroje la averiguación
previa. Esta es la única ocasión que el constituyente menciona a la
averiguación previa, y lo hace para designarla como la etapa procesal cuyo
fin es reunir las pruebas del cuerpo del delito y de la probable
responsabilidad del acusado.
El proceso penal se compone de una serie de etapas ordenadas
sucesivamente, cada una de las cuales tiene como finalidad ciertos actos
cuya realización constituye el presupuesto necesario para iniciar la etapa
siguiente.
Si la CPEUM y los ordenamientos procesales disponen que la
averiguación previa tiene como fin comprobar el cuerpo del delito, debemos
concluir que tal comprobación es un requisito necesario para que el juez
pueda dictar la orden de aprehensión.
1.4.1.3. RADICACIÓN CON DETENIDO Y SIN DETENIDO
Se plantea al respecto dos hipótesis:
a) Que la consignación se haya hecho, con detenido; y
b) Que se haya hecho sin el.
Las medidas limitativas de la libertad personal impuestas por el estado
al sujeto pasivo de la acción penal, responden a necesidades de diversa
índole. Tanto la de garantizar la efectividad de la sentencia, como la de
seguir el procedimiento hallándose aquel presente, obligan al aseguramiento
de una persona.
La detención son resultados de actos jurisdiccionales: el auto de
detención y el de formal prisión, respectivamente. Sin embargo, la primera de
ellas por necesidad del orden social, puede ser ordenada por autoridades
distintas de la judicial.
La aprehensión es, pues un simple acto material, que se ejecuta:
1) En caso de delito flagrante por cualquier persona, sea o no agente
de la autoridad. En efecto al artículo 16 Constitucional que, en tal caso,
cualquier persona puede detener al indiciado poniéndolo sin demora a
disposición de la autoridad inmediata y esta, con la misma prontitud, a la del
Ministerio Publico.
Se entiende al efecto, que el delincuente es aprehendido en
flagrante delito no solo cuando es detenido en el momento de estarlo
cometiendo, sino también cuando después de ejecutado el acto delictuoso el
inculpado es perseguido material e inmediatamente.
2)
En caso de delito no flagrante, la aprehensión requiere previo
auto de detención. Por regla general, este auto solamente puede ser dictado
por la autoridad judicial, a solicitud del ministerio público, previa
comprobación de los elementos exigidos por el artículo 16 Constitucional, es
decir, sin que preceda denuncia, acusación o querella de un hecho
determinado que la ley castigue con pena corporal (prisión o muerte) y sin
que estén apoyadas aquellas por detención, bajo protesta, de persona digna
de fe o por otros datos que hagan probable la responsabilidad del inculpado.
1.3.1.4. APREHENSIÓN DEL FUGADO
Se prevé que las autoridades de policía, no los particulares, puedan
aprehender al que se ha fugado de algún establecimiento penal o de
cualquier otro lugar de detención lo que está autorizado por la CPEUM, en
cuanto habla esta del reo prófugo.
1.4.1.5. APREHENSIÓN POR PROCEDENCIA DE LA PRISION PREVENTIVA
Se autoriza en el Código que la policía puede proceder a la aprehensión
de una persona, cuando existan indicios comprobados de su participación en
un hecho punible y se trate de un caso en que procede la prisión preventiva.
El código de 1973 contenía una regla similar, aun cuando erróneamente se
daba la posibilidad de que el particular procediera a la aprehensión en tal
supuesto, lo que es excluido por el Código de 1996.
En cuanto a que deban existir indicios comprobados de la participación
del sujeto aprehendido en un hecho punible, es de relevancia citar la
explicación de Claria Olmedo: “Ha de entenderse que la autoridad policial
debe haber recogido elementos probatorios suficientes para considerar que
quien ha de ser aprehendido puede ser responsable del hecho que se
investiga. No basta la simple imputación formulada en la denuncia o en la
parte de un empleado, ni los débiles y contradictorios datos de
comprobación.
La sala constitucional ha desautorizado los arrestos genéricos e
indiscriminados, ósea las llamadas redadas, tan comunes en un pasado,
indicando que con ello no se cumple la previa comprobación del indicio de la
comisión de un ilícito.
La constitucionalidad de este tipo de aprehensión, aunque debe
reconocerse que la CPEUM habla de mandato escrito de juez o de autoridad
en carga del orden público, concepto que comprende a la policía, a lo que ha
añadido la doctrina que dicha aprehensión se basa en su carácter de urgente
necesidad, que no hace posible desde el punto de vista práctico la orden
judicial.
1.3.1.6. APREHENSIÓN EN DELITOS DE ACCIÓN PÚBLICA A INSTANCIA
PRIVADA
Debe recordarse que con respecto a los delitos de acción publica
perseguibles a instancia privada, el Ministerio Publico solo puede iniciar la
investigación después de que la víctima, sus representantes legales o
guardador formulen la instancia la instancia respectiva. Se establece como
salvedad, que podrán realizarse actos urgentes que impidan continuar el
hecho a los imprescindibles para conservar los elementos de prueba,
siempre que no afecten la protección del interés de la víctima.
Una excepción a la prohibición de intervención estatal antes de que sea
formulada la instancia respectiva, es el que se dispone sobre la aprehensión.
Así el Código establece en forma expresa la posibilidad de aprehender al
imputado cuando se trate de un delito que requiera instancia privada, pero en
tal caso será informado inmediatamente quien pueda instar, y si este no
presenta la denuncia en el mismo acto, ósea en el momento en que es
informado de la comisión del delito, el aprehendido será puesto en libertad.
CAPÍTULO 2
INCIDENTES DE LIBERTAD
Durante el proceso surgen cuestiones que son ajenas al fondo del asunto y que
el órgano jurisdiccional debe resolver con el procedimiento establecido en las leyes
adjetivas. Se trata de los incidentes que sólo van a resolver la cuestión planteada.
Provienen del vocablo latino incidere, que se refiere a sobrevenir, acaecer,
ocurrir o a cortar, interrumpir, suspender, y del latin incido, incidens, concerniente a
su carácter accesorio.
Para muchos la etimología del incidente, INCIDERE, se refiere a cortar o
interrumpir, o en su caso suspender. Cada incidente plantea un objeto accesorio, lo
cual obliga a una tramitación especial.
Algunos procesalistas los definen como obstáculos que surgen durante el
procedimiento penal que impide su desarrollo. La cuestión incidental siempre puede
resolverse de plano, el incidente significa otra contienda en la contienda.
De acuerdo con el CFPP, se pueden clasificar como sigue:
1. Competencia.
2. Suspensión del procedimiento
3. Incidentes criminales en el juicio civil.
4. Acumulación de procesos.
5. Separación de procesos.
6. Impedimentos, excusas y recusaciones.
7. Reparación del daño exigible a terceros.
8. Incidentes de libertad como son: libertad bajo protesta, libertad por
desvanecimiento de datos y libertad bajo caución.
9. Incidentes no especificados.
2.1. INCIDENTE DE LIBERTAD BAJO PROTESTA
Este derecho, instituido por las leyes, es encomiable debido a que atiende,
entre otros factores, a la situación ruinosa que en el orden económico guardan
muchos procesados por delitos leves, quienes podrán gozar de este beneficio ante
la imposibilidad de cubrir garantías necesarias para ese objeto.
2.1.1. REQUISITOS
De acuerdo al CFPP18 la libertad bajo protesta podrá decretarse siempre
que concurran las circunstancias siguientes:
I.- Que se trate de delitos cuya pena máxima no exceda de tres años de
prisión. Tratándose de personas de escasos recursos, el juez podrá conceder
este beneficio cuando la pena privativa de libertad no exceda de cuatro años.
II.- Que el inculpado no haya sido condenado por delito intencional.
III.- Que éste tenga domicilio fijo y conocido en el lugar en donde se sigue
o deba seguirse el proceso, o dentro de la jurisdicción del tribunal respectivo;
IV.- Que la residencia del inculpado en dicho lugar sea de un año cuando
menos;
V.- Que el inculpado tenga profesión, oficio, ocupación o modo honesto de
vivir; y
VI.- Que a juicio de la autoridad que la conceda no haya temor de que el
inculpado se substraiga a la acción de la justicia.
18 Artículo 418, Código Federal de Procedimiento Penales.
2.1.2. TRAMITACIÓN
Hecha la petición por el interesado, el juez citará a una audiencia dentro
del término de cinco días. En dicha audiencia se oirá a las partes y sin más
trámite dictará resolución que proceda dentro de las setenta y dos horas.
Cuando en opinión del Ministerio Público se hayan desvanecido los datos
que sirvieron para dictar auto de formal prisión o de sujeción a proceso, no
podrá expresar opinión en la audiencia sin previa autorización del procurador,
quien deberá resolver dentro de cinco días de formulada la consulta. Pero si no
resuelve en ese plazo el Ministerio Público expresará libremente su opinión.
Se puede solicitar en cualquier etapa del proceso en que aparezca que se
han desvanecido los fundamentos que hayan servido para decretar la formal
prisión o sujeción a proceso, podrá decretarse a libertad del procesado, por el
juez a petición de parte con audiencia del Ministerio Público a la que éste no
podrá dejar de asistir.
2.1.3. CAUSAS DE REVOCACIÓN
Este derecho se revoca cuando se violan las disposiciones del artículo 421
del CFPP en los casos siguientes:
I.- Cuando el inculpado desobedeciere sin causa justa y probada la orden
de presentarse al tribunal que conozca de su proceso.
I.- Cuando cometiere un nuevo delito, antes de que el proceso en que sele
concedió la libertad esté concluido por sentencia ejecutoria.
III. Cuando por sí o por interpósita persona, amenazare o intimidare a la
víctima u ofendido o a algún testigo de los que hayan depuesto o tengan que
deponer en su proceso o tratare de cohechar o sobornar a alguno de estos
últimos, a algún funcionario del tribunal, o al Agente del Ministerio Público que
intervengan en su proceso;
IV.- Cuando en el curso del proceso apareciere que el delito merece una
pena mayor que la señalada en la fracción I del artículo 418 del CFPP.
V.- Cuando dejare de concurrir alguna de las condiciones expresadas en
las fracciones III, V y VI del artículo 418 del CFPP
VI.- Cuando recaiga sentencia condenatoria contra el inculpado y ésta
cause ejecutoria.
2.2. LIBERTAD DE DESVANECIMIENTO DE DATOS
En cualquier estado del proceso que aparezca que se han desvanecido los
fundamentos que hayan servido para decretar la formal prisión o la sujeción a
proceso, podrá decretarse la libertad del reo por el juez, a petición de parte, y con
audiencia del Ministerio Público.
La SCJN ha resuelto en jurisprudencia definida , que “por desvanecimiento
de datos no debe entenderse que se recaben pruebas que favorezcan más o
menos al inculpado, sino que aquellas que sirvieron para decretar la detención o
prisión preventiva, estén anuladas por otras posteriores, y si éstas no destruyen de
modo directo las que sirvieron de base para decretar la formal prisión, aunque
favorezcan al inculpado, deben ser materia de estudio en la sentencia definitiva y
no pueden servir para considerar desvanecidos los fundamentos de hecho de la
prisión motivada.”19
2.2.1. REQUISITOS
De acuerdo al CFPP20 la libertad por desvanecimiento de datos procede
en los siguientes casos:
I.- Cuando en cualquier estado de la instrucción y después de dictado el
auto de formal prisión aparezca plenamente desvanecidos los datos que
sirvieron para comprobar el cuerpo del delito, o
II.- Cuando en cualquier estado de la instrucción y sin que hubieren
aparecido datos posteriores de responsabilidad, se hayan desvanecido
plenamente los considerados en el auto de formal prisión para tener al detenido
como presunto responsable.
19 Tesis Aislada, Registro número 305613, Quinta Época, Semanario Judicial de la Federación, LXXXIII, Página 2512. Materia Penal.
20 Artículo 422, Código Federal de Procedimiento Penales.
2.2.2. TRAMITACIÓN
Se puede solicitar en cualquier etapa del proceso en que aparezca que se
han desvanecido los fundamentos que hayan servido para decretar la formal
prisión o sujeción a proceso, podrá decretarse a libertad del procesado, por el
juez a petición de parte con audiencia del Ministerio Público a la que éste no
podrá dejar de asistir.
Pueden solicitarla el procesado, el defensor y el Ministerio Público ante el
juez instructor de la causa.
La solicitud del Ministerio Público para que se conceda la libertad por
desvanecimiento de datos no implica el desistimiento de la acción penal. En
consecuencia, el tribunal puede negar dicha libertad a pesar de la petición
favorable del Ministerio Público, salvo que se esté en el caso previsto por el
artículo 138 del CFPP
La legislación solamente exige se desvanezcan plenamente los datos que
sirvieron para comprobar el tipo delictivo o la probable responsabilidad. Según
lo establece el artículo 422 del CFPP.
Hecha la petición por el interesado, el juez citará a una audiencia dentro
del término de cinco días. En dicha audiencia se oirá a las partes y sin más
trámite dictará resolución que proceda dentro de las setenta y dos horas.
Cuando en opinión del Ministerio Público se hayan desvanecido los datos
que sirvieron para dictar auto de formal prisión o de sujeción a proceso, no
podrá expresar opinión en la audiencia sin previa autorización del procurador,
quien deberá resolver dentro de cinco días de formulada la consulta. Pero si no
resuelve en ese plazo el Ministerio Público expresará libremente su opinión.
2.3. INCIDENTE DE LIBERTAD PROVISIONAL BAJO CAUCIÓN.
Recibe este nombre la libertad que con carácter temporal se concede
detenido por el tiempo que dure la tramitación del proceso, previa la satisfacción
de determinadas condiciones establecidas por la CPEUM y la ley adjetiva penal
correspondiente.
El fundamento doctrinario de este incidente se apoya en la necesidad de
conciliar dos intereses opuestos: el interés público de que el procesado
permanezca en prisión preventiva durante el proceso, con el fin de garantizar la
efectividad de la sentencia, y el interés público de garantizar la efectividad de la
sentencia admite una graduación de acuerdo con la gravedad objeto del delito
objeto del proceso, de manera que cuando el procesado es presuntamente
responsable de un delito de menor gravedad, la prisión preventiva puede ser
substituida por la cauciona.
Existe una colisión de intereseS tan respetables que las leyes no pueden
dejar pasar inadvertidos: el interés de la sociedad que persigue al delincuente de
acuerdo a las normas procesales, y el interés del inculpado, que como sujeto
procesal merece disfrutar de las garantías que la propia ley otorga. En la
conciliación es donde surgen las más delicadas cuestiones, porque no es posible
delimitar hasta donde llega el interés de la sociedad sin que se vulnere el interés
del individuo.
La regla consagrada en todo proceso para el otorgamiento de la libertad
provisional es la obligación impuesta al inculpado de no sustraerse a la acción de
la justicia y de atender a todas las órdenes de comparecencia emanadas de los
tribunales. Ello justifica que la ley imponga al inculpado el cumplimiento de
determinadas condiciones para que pueda disfrutar de libertad provisional, siendo
la principal la que se refiere al otorgamiento de la caución, como medida para
asegurar la permanencia del inculpado en el lugar del proceso.
El aseguramiento de la persona en quien recaen fundadas sospechas de que
ha cometido un delito, tiene lugar, por lo general, desde que el procedimiento se
inicia, como una medida de necesidad extrema para mantenerlo en prisión
preventiva y conseguir la marcha regular del proceso.
Este aseguramiento precautorio se justifica, tratándose de delitos de suma
gravedad, ante la evidencia de que toda persona que tiene conocimiento de que
se sigue una averiguación criminal en su contra, propenda a ocultarse o a huir
para que no se le detenga. Con el fin de evitar las demoras y posibles
contingencias en el curso del proceso, se le encarcela con carácter preventivo
hasta el pronunciamiento del fallo.
Como no se trata de prejuzgar sobre la responsabilidad penal que le
corresponde porque el análisis de la prueba es materia de la sentencia, lo
conveniente sería privarlo de su libertad hasta que la relación principal que
constituye el objeto fundamental del proceso quedase perfectamente establecida,
es decir, hasta el pronunciamiento del fallo en que se le declara culpable; pero si
así sucediera, sería en perjuicio del interés social, porque infinidad de procesos
quedarían detenidos y no podría lograrse el propósito que anima a la CPEUM;
para que la administración de justicia penal sea pronta y expedita.21
2.3.1. REQUISITOS
En relación a este tema García Ramírez opina que la libertad caucional
“arranca del supuesto de que el delincuente, habida cuenta de sus circunstancias
21 González Bustamante, José Antonio; Principios De Derecho Procesal Penal Mexicano, Edit. Porrúa. México 1971, p. 298-299
personales, de la gravedad del delito cometido, de la penalidad que a éste
convenga y del temor de perder la garantía, no se sustraerá a la acción de la
justicia. Ahora bien, la consideración de estos elementos puede quedar confiada al
juez, en mayor o menor medida, o vincularse a una valoración prejudicial,
legislativa, que se traduzca en norma de imperio para el juzgador, concediendo o
negando de plano la libertad caucional en presencia de determinados datos
objetivos. Este último es el criterio seguido por el Derecho mexicano.”22
Así, pues, en la libertad caucional se asegura la supeditación a la justicia
mediante el otorgamiento de una garantía con valor material. Julio Acero justifica
la existencia de esta garantía individual diciendo que, en este caso, “se ha
imaginado suplir las condiciones personales del inculpado por otras garantías
pecuniarias.
Constituye éste un depósito o hipoteca, u otra persona por él garantiza el
pago de determinada suma para asegurar que aunque se le excarcele, continuará
a disposición del juzgado presentándose cuando se le necesite, con sujeción a
otras restricciones. Se cree que en estos casos sería también difícil y remoto que
faltara a sus compromiso porque si él mismo proporcionó la cantidad
caucionadora, el temor de perderla lo retendrá si dada su cuantía se supone
igualmente que le será más gravosa su segura decomisación que el mismo
castigo no muy grave que como máximo. Puede esperarle y que no es un cambio
seguro, sino incierto y quizá improcedente. Si es un tercero el que garantizó la
caución fijada, tal fiador por su propio interés se constituirá en el mayor vigilante
del reo liberado para obligarle a permanecer y estar a derecho, comprendiéndose
por lo demás que aún de buen grado así lo hará éste puesto que hay quien confié
y responda por él.”23
La caución puede consistir:
22 García Ramírez, Sergio; Derecho Procesal Penal, Edit. Porrúa México 1983 p.407.
23 Acero, Julio; Procedimiento Penal, Edit. Cajica, Puebla, 1968, pp. 402-403.
En depósito en efectivo, hecho por el reo o por terceras personas, en el
Banco de México o en la institución de crédito autorizada para ello. El certificado
que en estos casos se expida se depositará en la caja de valores del tribunal o
juzgado, tomándose razón de ello en autos. Cuando por razón de la hora o por ser
día feriado, no pueda constituirse el depósito directamente en las instituciones
mencionadas, el juez recibirá la cantidad exhibida y la mandará a depositar en las
mismas el primer día hábil.
En hipoteca, otorgada por el reo o por terceras personas sobre inmuebles
que no tengan gravamen alguno y cuyo valor catastral sea, cuando menos de un
cincuenta por ciento más del monto de la suma fijada, y en fianza personal
bastantes, que podrá constituirse en el expediente.
Ahora bien, cuando la fianza sea personal, el fiador deberá comprobar que
tiene bienes raíces inscritos en el Registro Público de la Propiedad de la
jurisdicción del juez o tribunal, cuyo valor sea cuando menos el doble de la
cantidad señalada como garantía, salvo cuando se trate de empresas
afianzadoras legalmente constituidas y autorizadas.
2.3.2. TRAMITACIÓN
La tramitación de la libertad bajo caución se encuentra contemplada
constitucionalmente en el artículo 20 párrafo primero en donde dice que
inmediatamente que lo solicite, el juez deberá otorgarle la libertad provisional
bajo caución, siempre y cuando no se trate de delitos en que, por su gravedad,
la ley expresamente prohíba conceder este beneficio. En caso de delitos no
graves,
a solicitud del Ministerio Público, el juez podrá negar la libertad
provisional, cuando el inculpado haya sido condenado con anterioridad, por
algún delito calificado como grave por la ley o, cuando el Ministerio Público
aporte elementos al juez para establecer que la libertad del inculpado
representa,
por su conducta precedente o por las circunstancias y
características del delito cometido, un riesgo para el ofendido o para la
sociedad.
El monto y la forma de caución que se fije, deberán ser asequibles para el
inculpado. En circunstancias que la ley determine, la autoridad judicial podrá
modificar el monto de la caución. Para resolver sobre la forma y el monto de la
caución, el juez deberá tomar en cuenta la naturaleza, modalidades y
circunstancias del delito; las características del inculpado y la posibilidad de
cumplimiento de las obligaciones procésales a su cargo; los daños y perjuicios
causados al ofendido; así como la sanción pecuniaria que, en su caso, pueda
imponerse al inculpado. La ley determinará los casos graves en los cuales el
juez podrá revocar la libertad provisional.
CAPÍTULO 3
P R O P U E S T A. R E F O R M A R E L A R T Í C U L O 5
FRACCIÓN III DE LA LEY DE AMPARO PARA
OTORGAR EL CARÁCTER DE PARTE AL
OFENDIDO O VÍCTIMA DEL DELITO
3.1. JUICIO DE AMPARO EN MATERIA PENAL
Como se ha indicado con anterioridad es en nuestra CPEUM Política es
donde encontramos el nacimiento del Juicio de Amparo, pues el mismo se
encuentra regulado por los artículo 103 y 107 de nuestra ley Fundamental.
Es en el artículo 103 fracción I de la CPEUM donde encontramos la base de
la materia que nos interesa:
Articulo 103. Los tribunales de la federación resolverán toda controversia que
se suscite:
I. Por leyes o actos de la autoridad que viole las garantías individuales;
Articulo 107. Todas las controversias de que habla el artículo 103 se
sujetarán a los procedimientos y formas del orden jurídico que determine la ley, de
acuerdo a las bases siguientes:
I.- el juicio de amparo se seguirá siempre a instancia de parte agraviada;
II.- La sentencia será siempre tal, que solo se ocupe de individuos
particulares, limitándose a ampararlos y protegerlos en el caso especial sobre el
que verse la queja, sin hacer una declaración general respecto de la ley o acto que
la motivare.
En el juicio de amparo deberá suplirse la deficiencia de la queja de acuerdo
con lo que disponga la ley reglamentaria de los artículos 103 y 107 de esta
constitución....
VIII.- Contra las sentencias que pronuncien en amparo los jueces de distrito o
los tribunales unitarios de circuito procede revisión.
De ella conocerá la SCJN:
A) Cuando habiéndose impugnado en la demanda de amparo, por estimarlos
directamente violatorios de esta constitución, leyes federales o locales, tratados
internacionales, reglamentos expedidos por el presidente de la republica de
acuerdo con la fracción I del articulo 89 de esta constitución y reglamentos de
leyes locales expedidos por los gobernadores de los estados o por el jefe del
distrito federal, subsista en el recurso el problema de constitucionalidad;
X.- Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y
mediante las condiciones y garantías que determine la ley, para lo cual se tomara
en cuenta la naturaleza de la violación alegada, la dificultad de reparación de los
daños y perjuicios que pueda sufrir el agraviado con su ejecución, los que la
suspensión origine a terceros perjudicados y el interés publico. Dicha suspensión
deberá otorgarse respecto de las sentencias definitivas en materia penal al
comunicarse la interposición del amparo, y en materia civil, mediante fianza que
de el quejoso para responder de los daños y perjuicios que tal suspensión
ocasionare, la cual quedara sin efecto si la otra parte da confianza para asegurar
la reposición de las cosas al estado que guardaban si se concediese el amparo, y
a pagar los daños y perjuicios consiguientes.
3.1.1. CONCEPTO DE AUTORIDAD RESPONSABLE, ACTO DE AUTORIDAD Y
ACTO RECLAMADO
El concepto de autoridad responsable se refiere a aquel ente que va a
realizar / emitir un acto jurídico de aplicación para con un gobernado, por lo que
se va a llevar un acto de autoridad, que en si es: una actuación por parte de un
órgano del estado, la cual va a ser en cumplimiento a sus funciones “se va a
caracterizar por ser unilateral, imperativo y coercitivo24.
Se dice que es unilateral, puesto que no va a tomar en consideración al
gobernado a quien se le va afectar su esfera jurídica y si esta de acuerdo o no,
no se requiere su consentimiento, se va a llevar acabo a voluntad del órgano
emisor.
Es imperativo, por que es obligación de la persona a la que va dirigida la
emisión del acto que cumpla con dicha actuación ya que el Estado le impone la
obligación, y por último es coercitivo porque si el gobernado hace caso omiso
de su obligación de cumplimiento se podrá utilizar el uso de la fuerza publica ( si
la ley lo permite o lo establece) para que el gobernado lleve acabo el
cumplimiento de la actuación aunque que éste no quiera.
Articulo 11 Ley de Amparo.- Es autoridad responsable la que dicta,
promulga, publica, ordena, ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto reclamado.
Jorge Antonio Mirón Reyes 25 señala que el acto de autoridad es aquel
hecho voluntario e intencional proveniente de un órgano del Estado, consistente
en una decisión, ejecución o en ambas, a través del cual se crean, modifican o
extinguen situaciones jurídicas abstractas y generales o particulares y concretas
cuya emisión se produce de manera unilateral, imperativa y coercitiva.
Por consiguiente si existe un acto de autoridad que afecte, dañe o
menoscabe algún derecho del gobernado, el mismo podrá acudir a la protección
federal e impugnar dicho acto de autoridad por lo cual el gobernado invocará el
Amparo y la Protección de la Justicia Federal.
24
Del Castillo, Del Valle Alberto, Garantías Individuales y Amparo en Materia Penal, Editorial Oxford,
México, 2000, p. 23
25
Mirón Reyes Jorge A., El Juicio de Amparo en Materia Penal, Editorial Porrúa, México, 2001, p.p 48 y 49
El acto reclamado es una actuación de la autoridad señalada como
responsable, que se impugna a través de la demanda de garantías ya que el
quejoso la considera inconstitucional. Es un acto que deriva de una autoridad
estatal, es el origen del juicio, puesto que hasta que este acto surja podrá
entablarse la demanda de amparo, y se buscara la invalidación por virtud de la
sentencia concesoria del amparo y la protección de la Justicia Federal
3.1.2. COMPETENCIA EN EL AMPARO INDIRECTO EN MATERIA PENAL
La competencia en el Amparo Indirecto en materia Penal le corresponde a
los Jueces de Distrito, a Los tribunales Locales y a los Tribunales Unitarios de
Circuito.
La competencia para conocer del juicio de amparo indirecto por regla
general corresponde al juez de distrito, solo excepcionalmente al superior
jerárquico del tribunal que haya cometido la violación en los términos
establecidos por la fracción XII del artículo 107 constitucional y 37 de la Ley de
Amparo.
La materia del amparo indirecto son todos los actos de autoridad a que se
refiere el artículo 114 de la Ley de Amparo, actos de los que excluye las
sentencias definitivas y las resoluciones que ponen fin al juicio.
Todo acto que no sea sentencia definitiva ni resolución que ponga fin al
juicio debe impugnarse en amparo indirecto cuya competencia corresponde al
juez de distrito y de manera excepcional al superior jerárquico del tribunal a
quien se atribuye la violación.
Son competentes para conocer del Juicio de Amparo Indirecto los Jueces
de Distrito Basado en el siguiente articulado:
Artículo 107 CPEUM.- fracción VII.- El amparo contra actos en juicio, fuera
de juicio o después de concluido, o que afecten a personas extrañas al juicio,
contra leyes o contra actos de autoridad administrativa, se interpondrá ante el
juez de distrito bajo cuya jurisdicción se encuentre el lugar en que el acto
reclamado se ejecute o trate de ejecutarse, y su tramitación se limitara al
informe de la autoridad, a una audiencia para la que se citara en el mismo auto
en el que se mande pedir el informe y se recibirán las pruebas que las partes
interesadas ofrezcan y oirán los alegatos, pronunciándose en la misma
audiencia la sentencia.
Artículo 42 LA.- Es competente para conocer del que se promueva contra
actos de un juez de distrito, otro de la misma categoría dentro del mismo
distrito, si lo hubiere, o, en su defecto, el mas inmediato dentro de la jurisdicción
del tribunal colegiado de circuito a que pertenezca dicho juez.
Para conocer de los juicios de amparo que se promuevan contra actos de
un tribunal unitario de circuito, es competente el juez de distrito que, sin
pertenecer a su jurisdicción, este mas próximo a la residencia de aquel.
Según el artículo 51 de la LOPJF los jueces de distrito de amparo en
materia penal conocerán:
I. De los juicios de amparo que se promuevan contra resoluciones
judiciales del orden penal; contra actos de cualquier autoridad que afecten la
libertad personal, salvo que se trate de correcciones disciplinarias o de medios
de apremio impuestos fuera de procedimiento penal, y contra los actos que
importen peligro de privación de la vida, deportación, destierro o alguno de los
prohibidos por el articulo 22 de la CPEUM;
III. De los juicios de amparo que se promuevan contra leyes y demás
disposiciones de observancia general en materia penal, en los términos de la
ley de amparo.
Debido a la protección inmediata que se le debe de dar al gobernado
cuando dichos se puedan encontrar en peligro de ser afectados en su vida,
libertades, deportación o destierro o alguno de los prohibidos por el artículo 22
Constitucional es que se le faculta a los Tribunales Locales conocer del Amparo
Indirecto en materia penal, pues de esta manera no se violarán garantías y si
así fuera el quejoso podrá tener la opción ante quien interpondrá el amparo
teniendo la posibilidad de interponerlo ante un juez Federal o ante un juez local
(competencia concurrente) de esta forma los tribunales Locales actúan en
auxilio de la justicia federal en materia penal en los casos que establecen
expresamente los artículos 16, 19 y 20 constitucionales (fracciones I, VIII y X)
de la CEPEUM, por lo que en estos supuestos se podrá reclamar ante el Juez
de Distrito que corresponda o ante el superior del Tribunal que la cometa o ante
el Tribunal de Circuito competente.
Esto se funda en el siguiente articulado:
Artículo 107 CPEUM fracción XII: XII.- La violación de las garantías de los
artículos 16, en materia penal, 19 y 20 se reclamara ante el superior del tribunal
que la cometa, o ante el juez de distrito o tribunal unitario de circuito que
corresponda, pudiéndose recurrir, en uno y otro caso, las resoluciones que se
pronuncien, en los términos prescritos por la fracción VIII.
Si el juez de distrito o el tribunal unitario de circuito no residieren en el
mismo lugar en que reside la autoridad responsable, la ley determinara el juez o
tribunal ante el que se ha de presentar el escrito de amparo, el que podrá
suspender provisionalmente el acto reclamado, en los casos y términos que la
misma ley establezca;
Artículo 37 de la L.A. La violación de las garantías de los artículos 16, en
materia penal, 19 y 20 fracciones I, VIII y X, párrafos primero y segundo de la
CPEUM, podrá reclamarse ante el juez de distrito que corresponda o ante el
superior del tribunal que haya cometido la violación.
Son competentes para conocer de Amparo de manera excepcional los
Tribunales colegiados de Circuito cuando:
Artículo 107 CPEUM XII.- La violación de las garantías de los artículos 16,
en materia penal, 19 y 20 se reclamara ante el superior del tribunal que la
cometa, o ante el juez de distrito o tribunal unitario de circuito que corresponda,
pudiéndose recurrir, en uno y otro caso, las resoluciones que se pronuncien, en
los términos prescritos por la fracción
VIII. Si el juez de distrito o el tribunal unitario de circuito no residieren en el
mismo lugar en que reside la autoridad responsable, la ley determinara el juez o
tribunal ante el que se ha de presentar el escrito de amparo, el que podrá
suspender provisionalmente el acto reclamado, en los casos y términos que la
misma ley establezca.
Dice el artículo 29 de la LOPJF Los tribunales unitarios de circuito
conocerán:
I. De los juicios de amparo promovidos contra actos de otros tribunales
unitarios de circuito, que no constituyan sentencias definitivas, en términos de lo
previsto por la ley de amparo respecto de los juicios de amparo indirecto
promovidos ante juez de distrito. En estos casos, el tribunal unitario competente
será el mas próximo a la residencia de aquel que haya emitido el acto
impugnado;
II. De la apelación de los asuntos conocidos en primera instancia por los
juzgados de distrito;
III. Del recurso de denegada apelación;
VI. De los demás asuntos que les encomienden las leyes.
3.1.2.1. ACTOS QUE DAN PROCEDENCIA AL AMPARO INDIRECTO PENAL
El artículo 114 de la Ley de Amparo establece los casos de procedencia
del juicio de amparo indirecto:
Artículo 114.- El amparo se pedirá ante el juez de distrito:
I.-
contra
leyes
federales
o
locales,
tratados
internacionales,
reglamentos expedidos por el presidente de la republica de acuerdo con la
fracción I del articulo 89 constitucional, reglamentos de leyes locales
expedidos por los gobernadores de los estados, u otros reglamentos,
decretos o acuerdos de observancia general, que por su sola entrada en
vigor o con motivo del primer acto de aplicación, causen perjuicios al
quejoso.
El artículo justifica la interposición del amparo indirecto en contra de un
auto de Formal Prisión:
Articulo 117.Ley de Amparo - Cuando se trate de actos que importen
peligro de privación de la vida, ataques a la libertad personal fuera de
procedimiento judicial, deportación, destierro o alguno de los prohibidos por
el articulo 22 de la CPEUM, bastara, para la admisión de la demanda, que se
exprese en ella el acto reclamado; La autoridad que lo hubiese ordenado, si
fuere posible al promovente; El lugar en que se encuentre el agraviado, y la
autoridad o agente que ejecute o trate de ejecutar el acto. En estos casos la
demanda podrá formularse por comparecencia, levantándose al efecto acta
ante el juez.
De este artículo se desprende que cuando la demanda verse sobre
actos que importen peligro de privación de la vida, de la libertad personal
fuera de procedimiento legal la demanda contiene los requisitos siguientes,
englobados en el artículo en mención:
1. a) Autoridad ordenadora.- emite un acto de autoridad, de ella emana
el acto.
2. b) Autoridad ejecutora, quien pretende materializar el acto, quien lo
lleva acabo, cumple con lo ordenado
3. c) Acto reclamado
3.1.2.2. SENTENCIA DE AMPARO INDIRECTO
La ley de Amparo contempla diferentes tipos de resoluciones las cuales
pueden ser:
1) Conceder el amparo
2) Negar el amparo
3) Sobreseer el amparo
Entablándonos en el supuesto de que la demanda ha sido aceptada, el
Juez de Distrito hace un análisis, si cumple con todos los requisitos del 116
de la Ley de Amparo, se estudiará los conceptos de violación y si son
fundados por contener violaciones constitucionales en agravio del quejoso el
juez le otorgará al quejosos la protección de la justicia Federal de una
manera lisa y llana. Por lo que la sentencia del juez será la de conceder el
amparo.
Si aceptada la demanda el juez encontrara que no fueron fundados los
conceptos de violación, esto es, que las Garantías Individuales que
benefician al quejoso no fueron violentadas por el juez A Quo, la sentencia
emitida por la Autoridad será de negarle el amparo.
Aceptada la demanda, si durante el procedimiento respectivo se
demuestra la existencia de causales de improcedencia (dicho estudio es de
manera oficiosa) entonces se dictará una sentencia de sobreseimiento.
Según el articulo 74 L.A. procede el sobreseimiento:
III.- cuando durante el juicio apareciere o sobreviniese alguna de las
causas de improcedencia a que se refiere el capitulo anterior;
Articulo 73 Ley de Amparo.- el juicio de amparo es improcedente
I.- Contra actos de la suprema corte de justicia;
II.-.-Contra resoluciones dictadas en los juicios de amparo o en
ejecución de las mismas; Contra Resoluciones de Otro Amparo
III.-.-Contra leyes o actos que sean materia de otro juicio de amparo
que se encuentre pendiente de resolución, ya sea en primera o única
instancia, o en revisión, promovido por el mismo quejoso, contra las mismas
autoridades y por el propio acto reclamado, aunque las violaciones
constitucionales sean diversas;
IV.- Contra leyes o actos que hayan sido materia de una ejecutoria en
otro juicio de amparo, en los términos de la fracción anterior;
V.- Contra actos que no afecten los intereses jurídicos del quejoso;
VI.- Contra leyes, tratados y reglamentos que, por su sola vigencia, no
causen perjuicio al quejoso, sino que se necesite un acto posterior de
aplicación para que se origine tal perjuicio por impugnarse una ley
heteroaplicativa como autoaplicativa
VII.- Contra las resoluciones o declaraciones de los organismos y
autoridades en materia electoral;
VIII.- Contra las resoluciones o declaraciones del congreso federal o de
las cámaras que lo constituyen, de las legislaturas de los estados o de sus
respectivas comisiones o diputaciones permanentes, en elección, suspensión
o remoción de funcionarios, en los casos en que las constituciones
correspondientes les confieran la facultad de resolver soberana o
discrecionalmente;
IX.- Contra actos consumados de un modo irreparable;
X.- Contra actos emanados de un procedimiento judicial, o de un
procedimiento administrativo seguido en forma de juicio, cuando por virtud de
cambio de situación jurídica en el mismo deban considerarse consumadas
irreparablemente las violaciones reclamadas en el procedimiento respectivo,
por no poder decidirse en tal procedimiento sin afectar la nueva situación
jurídica.
Cuando por vía de amparo indirecto se reclamen violaciones a los
artículos 16, 19 o 20 de la CPEUM, solo la sentencia de primera instancia
hará que se consideren irreparablemente consumadas las violaciones para
los efectos de la improcedencia prevista en este precepto.
La autoridad judicial que conozca del proceso penal suspenderá en
estos casos el procedimiento en lo que corresponda al quejoso una vez
cerrada la instrucción, y hasta que sea notificada de la resolución que recaiga
en el juicio de amparo pendiente.
XI.- Contra actos consentidos expresamente o por manifestaciones de
voluntad que entrañen ese consentimiento; Por consentimiento expreso XII.Contra actos consentidos tácitamente, entendiéndose por tales aquellos
contra los que no se promueva el juicio de amparo dentro de los términos
que se señalan en los artículos 21, 22 y 218. Por consentimiento tácito No se
entenderá consentida tácitamente una ley, a pesar de que siendo
impugnable en amparo desde el momento de la iniciación de su vigencia, en
los términos de la fracción vi de este articulo, no se haya reclamado, sino
solo en el caso de que tampoco se haya promovido amparo contra el primer
acto de su aplicación en relación con el quejoso.
XIII.- Contra las resoluciones judiciales o de tribunales administrativos o
del trabajo respecto de las cuales conceda la ley algún recurso o medio de
defensa, dentro del procedimiento, por virtud del cual puedan ser
modificadas, revocadas o nulificadas, aun cuando la parte agraviada no lo
hubiese hecho valer oportunamente, salvo lo que la fracción vii del articulo
107 constitucional dispone para los terceros extraños. Por violación al
Principio de definitividad al amparo judicial.
Se exceptúan de la disposición anterior los casos en que el acto
reclamado importe peligro de privación de la vida, deportación o destierro, o
cualquiera de los actos prohibidos por el artículo 22 de la CPEUM.
XIV.- Cuando se esté tramitando ante los tribunales ordinarios algún
recurso o defensa legal propuesta por el quejoso que pueda tener por efecto
modificar, revocar o nulificar el acto reclamado;
XV.- Contra actos de autoridades distintas de los tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo, que deban ser revisados de oficio, conforme a
las leyes que los rijan, o proceda contra ellos algún recurso, juicio o medio de
defensa legal por virtud del cual puedan ser modificados, revocados o
nulificados, siempre que conforme a las mismas leyes se suspendan los
efectos de dichos actos mediante la interposición del recurso o medio de
defensa legal que haga valer el agraviado, sin exigir mayores requisitos que
los que la L.A. consigna para conceder la suspensión definitiva,
independientemente de que el acto en si mismo considerado sea o no
susceptible de ser suspendido de acuerdo con esta ley. Por violación al
principio de definitividad al amparo administrativo No existe obligación de
agotar tales recursos o medios de defensa, si el acto reclamado carece de
fundamentación;
XVI.- Cuando hayan cesado los efectos del acto reclamado;
XVII.- Cuando subsistiendo el acto reclamado no pueda surtir efecto
legal o material alguno por haber dejado de existir el objeto o la materia del
mismo;
XVIII - En los demás casos en que la improcedencia resulte de alguna
disposición de la ley.
Las causales de improcedencia, en su caso, deberán ser examinadas
de oficio.
3.2. PARTES EN EL JUICIO DE AMPARO
Parte, en general, es la persona que, teniendo intervención en un juicio,
ejercita en él una acción, opone una excepción o interpone un recurso.
Hay quienes intervienen, cuya intervención suele ser decisiva para el sentido
de la sentencia que se pronuncie, y que, a pesar de ello no son “Partes” como por
ejemplo: los peritos, testigos, etc.
Lo que caracteriza a la parte es el interés, es obtener una sentencia q
favorable; y los testigos y peritos deben, por el contrario, carecer de tal interés y
limitarse, los primeros a relatar, sin tomar partido y por lo mismo absteniéndose de
realizar apreciaciones de carácter subjetivo, los hechos que personalmente les
consten y acerca e los cuales sean interrogados; y los segundos a dictaminar, con
base a los conocimientos técnicos que posean, respecto de las cuestiones que le
sean planteadas, de la ley advertidos, que mentir en declaraciones judiciales
constituyen delito; y que los peritos deben a su vez, al aceptar el cargo, protestar
que dictaminaran según su leal saber y entender. Ambos deben, pues, conducirse
imparcialmente (los que literalmente los aleja del carácter de parte) y concretarse
a ser auxiliares de la administración de justicia.
Por el contrario, las partes consideran que les asiste un derecho que deben
defender en el juicio, y actuará en beneficio propio resulta consustancial a tal
carácter.
El artículo 5º de la L.A. precisa quienes son partes en el juicio constitucional.
Artículo 5o.- Son partes en el juicio de amparo:
I.- El agraviado o agraviados;
II.- La autoridad o autoridades responsables;
III.- El tercero o terceros perjudicados, pudiendo intervenir con ese carácter:
a).- La contraparte del agraviado cuando el acto reclamado emana de un
juicio o controversia que no sea del orden penal, o cualquiera de las partes en el
mismo juicio cuando el amparo sea promovido por persona extraña al
procedimiento;
b).- El ofendido o las personas que, conforme a la ley, tengan derecho a la
reparación del daño o a exigir la responsabilidad civil proveniente de la comisión
de un delito, en su caso, en los juicios de amparo promovidos contra actos
judiciales del orden penal, siempre que éstas afecten dicha reparación o
responsabilidad;
c).- La persona o personas que hayan gestionado en su favor el acto contra
el que se pide amparo, cuando se trate de providencias dictadas por autoridades
distintas de la judicial o del trabajo; o que, sin haberlo gestionado, tengan interés
directo en la subsistencia del acto reclamado.
IV.- El Ministerio Público Federal, quien podrá intervenir en todos los juicios e
interponer los recursos que señala esta Ley, inclusive para interponerlos en
amparos penales cuando se reclamen resoluciones de tribunales locales,
independientemente de las obligaciones que la misma Ley le precisa para procurar
la pronta y expedita administración de justicia. Sin embargo, tratándose de
amparos indirectos en materias civil y mercantil, en que sólo afecten intereses
particulares, excluyendo la materia familiar, el Ministerio Público Federal no podrá
interponer los recursos que esta ley señala.
3.2.1. EL QUEJOSO
El Quejoso o agraviado es el que ataca un acto de autoridad que
considera lesivo sus derechos, ya sea porque estime que viola en su detrimento
garantías individuales, este acto puede ser arremetido en contra de personas
físicas o morales, incluyendo menores de edad; o porque, proveniente de
autoridad federal, considera que vulnera o restringe la soberanía de los
Estados; o por el contrario, porque haya sido emitido por las autoridades de los
Estados con invasión de la esfera correspondientes a las autoridades federales.
Quejoso es el sujeto que teniendo la calidad de gobernado y que ha
resentido los efectos de un acto de autoridad en su esfera jurídica, insta a un
tribunal de la Federación para que entre al estudio de la constitucionalidad de
ese acto, y previa la substanciación del juicio, dicte sentencia en que lo anule,
restituyéndolo en el pleno goce de la garantía individual violada.
El quejoso es el titular de la acción de amparo, que al ejercitarla, hace
entrar en función al aparato jurisdiccional federal encargado de velar por el
respeto de la CPEUM. Se le ha otorgado esta acción, para poner un dique a los
abusos de autoridad, a través de la impugnación de sus actos cuando sean
contrarios a las garantías individuales.
El quejoso es un gobernado, teniendo la calidad de gobernado la persona
que puede ser agredida en su patrimonio por un acto de autoridad. El amparo
se ha creado a favor de los gobernados exclusivamente, sin que los órganos de
gobierno que actúen con la fuerza pública, puedan promover juicio de garantías
en defensa de los actos de autoridad que hayan emitido. El juicio de garantías
se ha regulado para nivelar a entes que se encuentran en distintos planos,
como son el gobernado y la autoridad u órgano de gobierno.
En el sistema jurídico nacional, existen las siguientes clases de
gobernados:
Personas físicas. Todo ser humano, sin importar el sexo, edad, condición
social, nacionalidad, capacidad económica, grado académico, ocupación,
estado civil, religión, etcétera, es gobernado, pues puede ser objeto de una
lesión en su patrimonio con motivo de la emisión de un acto de autoridad.
Personas morales de derecho privado. Las personas morales que se han
constituido al amparo de los Códigos Civiles o de Comercio, son gobernados,
ya que pueden resentir los efectos de un acto de autoridad en su patrimonio.
Así pues, las sociedades civiles, asociaciones civiles y sociedades mercantiles
(de cualquier índole o clase), son gobernadas.
Personas morales de derecho social. Las agrupaciones cuya integración y
conformación está prevista en las leyes agrarias y laborales (ejidos,
comunidades agrarias y sindicatos, sean de patrones o de trabajadores), tienen
también la calidad de gobernado, al poder ser agraviadas en su esfera jurídica
por actos de autoridad.
Personas morales de índole religiosa o Derecho Eclesiástico. Las Iglesias,
asociaciones y agrupaciones religiosas a que se contrae la Ley de Asociaciones
Religiosas y Culto Público y que tienen personalidad jurídica conforme al
artículo 130 constitucional, tienen un patrimonio, en el cual puede recaer y sufrir
sus efectos y consecuencias un acto de autoridad y, por tanto, adquieren la
condición de gobernados.
Personas morales de derecho político o electoral. En este grupo se incluye
a los partidos y agrupaciones políticas, ya que ambos tipos de entes pueden ser
afectados en su patrimonio con motivo de la emisión y/o ejecución de un acto
de autoridad, en la inteligencia de que el amparo no procede contra actos de
autoridad electorales (art. 41, 60 y 90 Const. y 73, frac. VII, L.A.), por lo que en
caso de que un acto de esa clase de autoridad se emita, no podrá ser
impugnado vía juicio de amparo.
Personas morales oficiales. Los antes públicos u oficiales pueden tener
ante un órgano de gobierno la calidad de gobernado, como sucede cuando se
promueve un juicio ordinario civil en contra de la Federación, la cual será
gobernada frente al Juez de Distrito, pudiendo impugnar las resoluciones que
éste emita ya a través del recurso ordinario procedente, ya por medio del juicio
de amparo en su caso. Son personas morales oficiales la Federación, las
entidades federativas (los Estados federados y el Distrito Federal) y los
Municipios.
Personas morales de la administración pública descentralizada. Las
empresas de participación estatal, los fideicomisos públicos y, en general,
cualquier ente que integre la administración pública descentralizada, federal o
local, es titular de garantías individuales o del gobernado frente a los órganos
de gobierno, pudiendo promover amparo contra los actos de dichos órganos
que contravengan alguna garantía en su contra.
3.2.2. LA AUTORIDADES RESPONSABLES
Para empezar debemos distinguir como debe ser el acto de autoridad que
agravie al quejoso, este acto de autoridad debe ser: Unilateral, Imperativo y
Coercitivo.
Es Unilateral porque para su existencia y eficacia no requiere del concurso o
colaboración del particular frente al cual se ejercita. Es Imperativo porque supedita
la voluntad de dicho particular, porque la voluntad de éste queda sometida. Y es
Coercitivo porque puede constreñir, forzar al gobernado para hacerse respetar.
La CPEUM Seguida por la L.A., establece los casos en los cuales pueden
promoverse un juicio de amparo. Los supuestos de procedencia son dos,
contenidas en tres fracciones: el primero de los supuestos, es aquel en que se
violen las autoridades federales o locales los Derechos fundamentales (Fracción
Primera del artículo 103 constitucional y artículo primero de la L.A.); y, el segundo,
cuando con afectación de una persona se altere el régimen federal de la República
de distribución de competencias, produciéndose invasión de soberanías entre las
autoridades y las autoridades locales.
El término “autoridades” para los efectos del amparo, comprende a todas
aquellas personas que disponen de la fuerza pública, en virtud de circunstancias,
ya legales, ya de hecho y que, por lo mismo, estén en posibilidad material de
obrar, no como simples particulares, sino como individuos que ejercen actos
públicos, por el hecho mismo de ser pública la fuerza de que disponen y que bajo
ese concepto, debe entenderse que el amparo procede, no solamente contra las
autoridades legítimamente constituidas, sino también contra meras autoridades de
facto, por más que se las suponga usurpadoras de atribuciones que legalmente no
les corresponde.
La autoridad responsable es un ente público (ya sea un órgano de gobierno,
un organismo público descentralizado o un órgano público autónomo), que ha
emitido y/o ejecutado un acto de autoridad que lesiona o agravia al gobernado que
promueve la demanda de amparo, reclamando la declaratoria de nulidad por
inconstitucionalidad del acto que señala en la demanda de amparo como
contraventor de sus garantías individuales o del gobernado. Este sujeto puede ser
considerado en el juicio de amparo como la parte demandada y es a quien se le
atribuye o imputa un acto de autoridad que lesiona al gobernado en su patrimonio.
Por acto de autoridad se entiende al acto que emana de un órgano de
gobierno y organismo público descentralizado en funciones de órgano de gobierno
(que cumple con las funciones propias del gobierno del Estado o actúa como ente
público), actuando frente a los gobernados. Esta clase de actos tiene como
característica la unilateralidad (no se requiere el consenso de voluntades entre el
gobernado y el órgano de gobierno) y generalmente la imperatividad (el acto por si
mismo obliga al gobernado a respetarlo y acatarlo, por estar respaldado por el
imperium estatal).
Atento a lo anterior, los actos de autoridad se presentan o actualizan
solamente dentro de las relaciones de supra a subordinación (relaciones entre
gobernantes y gobernados), sin que las relaciones de coordinación (ni las
públicas), ni las de supraordinación, puedan ser consideradas como aquellas que
nacen de actos de autoridad o dan nacimiento a los mismos.
3.2.2.1. ACTOS DE AUTORIDAD
a) Actos legislativos. Son los actos que regulan una determinada situación
jurídica, pero en forma general, impersonal y abstracta. Esta clase de actos los
emite preferentemente el Poder Legislativo, aún cuando los otros dos Poderes
pueden dar nacimiento a actos legislativos, como es el caso de los reglamentos
administrativos (emitidos por el Ejecutivo) o los acuerdos de observancia general
que emite la SCJN, merced a los cuales establece que determinados juicios
originariamente de su competencia, pero con relación a los actos en ellos
reclamados (leyes) ha formado jurisprudencia, sean resueltos por un Tribunal
Colegiado de Circuito (art. 94 CPEUM.).
b) Actos ejecutivos. Son actos de autoridad de aplicación de una ley a un
caso particular, pero sin dirimir una controversia. La generalidad de los actos
emitidos por autoridades administrativas (Presidente de la República, gobernador
de un Estado, Secretario de Estado, etcétera), son actos ejecutivos, aún cuando
los órganos legislativos, judiciales y electorales emiten actos ejecutivos,
verbigracia, el presupuesto de la SCJN.
c) Actos judiciales. También son actos de aplicación de una ley a un caso
particular, pero para solucionar o resolver un juicio, como sucede con todos los
actos emitidos por un Juzgado en un proceso contencioso, en la inteligencia de
que estos actos pueden emanar de autoridades legislativas, ejecutivas o
electorales, como en el caso del juicio político que resuelve el Congreso de la
Unión o el recurso de revisión de que conoce el Instituto Federal Electoral.
El juicio de amparo procede contra actos de autoridad de las clases que se
listaron en el apartado anterior, por lo que para los efectos del amparo son
autoridades responsables los órganos de gobierno y organismos públicos
descentralizados (e, incluso, de los órganos públicos autónomos) que emitan y/o
ejecuten cualesquiera de esos actos, aún cuando existen hipótesis de
improcedencia del amparo, a pesar de que esté propiamente en presencia de un
acto de autoridad.
De la anterior idea, se aprecia que en materia de juicio de amparo existen
dos clases de autoridades responsables, que son la autoridad ordenadora y la
autoridad ejecutora (art. 11, L.A.). La primera es la que da nacimiento al acto (lo
ordena), en tanto que la segunda lo materializa (lo ejecuta). No obstante esa
clasificación, una misma autoridad puede concurrir a un juicio de amparo con la
doble calidad de autoridad ordenadora y ejecutora, impugnándose todos los actos
que en torno a una misma controversia se presenten, en un solo escrito de
demanda de amparo.
3.2.3. MINISTERIO PÚBLICO COMO PARTE EN EL JUICIO DE AMPARO
El Ministerio Público Federal, quien intervendrá cuando el caso de que se
trate afecte, a su juicio, el interés público, supuesto en el que podrá interponer los
recursos relativos. Esta prevención contenida en la fracción IV del artículo 5º,
denota que el mencionado representante de la Sociedad siempre debe ser
llamado al juicio constitucional como parte, y que a él atañe la facultad de decidir
si interviene o no, según estime que el caso concreto afecta al interés público.
Es muy amplio el campo de acción del Ministerio Público Federal como parte
del juicio de amparo. Sin embargo, no siempre está legalmente en aptitud de
recurrir cuando el acto reclamado sea una ley y el juzgador de primera instancia
haya
sentenciado
resolviendo
acerca
de
su
constitucionalidad
o
inconstitucionalidad.
La flexibilidad del rango de acción del Ministerio Público también es notoria
en el caso de la materia penal, debido al hecho de que en un principio, en la etapa
de la averiguación previa, es autoridad y cuando pasa al Juicio de Amparo se
vuelve parte, quedando a su consideración actuar o no.
El Ministerio Público Federal es parte en el juicio de amparo, debido a que en
las primeras Leyes de Amparo, su antecesor, el Promotor Fiscal, era quien
defendía la constitucionalidad del acto de la autoridad responsable, sin que a éste
se le reconociera la calidad de parte. Posteriormente, se admitió como parte en el
juicio de garantías a la autoridad responsable, ejerciendo todos los derechos
procesales correspondientes y defendiendo por ella misma los actos que hubiera
emitido y que algún gobernado hubiese impugnado en amparo, sin que entonces
se retirara la condición de parte al Promotor Fiscal o Ministerio Público Federal.
Actualmente, el Ministerio Público Federal tiene la calidad de parte en el
juicio de amparo (art. 107, frac. XV, Const. y 5º frac. IV, .L.A.) y su función en este
proceso consiste en vigilar el respeto a los principios de constitucionalidad y de
legalidad (art. 4º, frac. II, inciso a, LOPGR).
Como parte procesal que es, el Ministerio Público Federal, participa en el
juicio de garantías, lo que hace a través de un escrito que se denomina
pedimento, en que expone sus consideraciones acerca de la litis planteada,
proponiendo la concesión o negativa del amparo o, en su caso, el sobreseimiento
del juicio; la estructura del pedimento no está prevista por la L.A., por lo que éste
puede
formularse
como
mejor
considere
el
Ministerio
Público,
siendo
generalmente elaborado con un preámbulo, seguido del cuerpo del mismo, en que
se esboza un razonamiento en que se señala por qué causas debe otorgarse o
negarse el amparo, o, en su caso, las causas por las cuales el Ministerio Público
considera que debe sobreseerse el juicio.
3.2.4. TERCERO PERJUDICADO
Un sujeto que tiene la calidad de parte procesal en el amparo, es el
tercero perjudicado (correctamente, tercero interesado) pudiendo llegar a no
existir este sujeto en un juicio de garantías. Pero cuando existe, debe ser
llamado a juicio para defender sus intereses, por lo que el quejoso debe
mencionar en la demanda quién es ese sujeto, pera que pueda ser emplazado
al juicio de garantías y en caso de que el quejoso no señale su domicilio, se le
emplazará por edictos a costa del mismo, previa búsqueda que en relación a
esa persona, el juez ordene hacer. (art. 30, frac. I. L.A.),
En vía de definición, señalo que el tercero perjudicado es la persona que
se ve favorecida con motivo de la emisión y/o ejecución del acto reclamado y
que, en esas condiciones, comparece al juicio de amparo en defensa de sus
derechos adquiridos con motivo del acto reclamado por el quejosos, procurando
que se dicte una sentencia en que se sobresea el juicio o se niegue la
protección de la justicia federal, por tener interés en la subsistencia del acto
reclamado. Es decir, el interés que tiene esta parte procesal, consiste en que no
se decrete la inconstitucionalidad del acto reclamado, permitiendo con ello su
subsistencia y el surtimiento de sus efectos, por lo que su interés es
diametralmente opuesto al del quejoso, a quien el acto de autoridad lesiona o
agravia; al tercero perjudicado (interesado), ese acto lo agracia.
En un juicio de amparo promovido en materia procesal o judicial (civil,
mercantil, familiar, administrativa, fiscal, agraria o laboral), siempre y cuando no
sea penal, la contraparte del quejoso tendrá la calidad de tercero perjudicado
(art. 5º, frac. III, inc. a, L.A.). Así, la demanda es promovida por el demandado,
el actor en el juicio de origen comparece al juicio de amparo como tercero
perjudicado.
Para el caso de que el amparo sea promovido por un tercero extraño o
ajeno al juicio de origen (persona que no teniendo un interés en juego dentro de
un juicio, se ve afectada por actos derivados de ese proceso) (quejoso en el
juicio de amparo), el tercero perjudicado será cualesquiera de las partes en ese
juicio o ambas partes (art. 5º, frac. III, inc. a, L.A.), aun cuando la SCJN ha
sentado jurisprudencia en el sentido de que solamente adquiere la calidad de
tercero perjudicado el actor, quien en realidad tiene interés en la substanciación
del juicio de amparo.
Según definición de Ley:
III.- El tercero o terceros perjudicados, pudiendo intervenir con ese
carácter:
a).- La contraparte del agraviado cuando el acto reclamado emana de un
juicio o controversia que no sea del orden penal, o cualquiera de las partes en
el mismo juicio cuando el amparo sea promovido por persona extraña al
procedimiento;
b).- El ofendido o las personas que, conforme a la ley, tengan derecho a la
reparación del daño o a exigir la responsabilidad civil proveniente de la comisión
de un delito, en su caso, en los juicios de amparo promovidos contra actos
judiciales del orden penal, siempre que éstas afecten dicha reparación o
responsabilidad;
c).- La persona o personas que hayan gestionado en su favor el acto
contra el que se pide amparo, cuando se trate de providencias dictadas por
autoridades distintas de la judicial o del trabajo; o que, sin haberlo gestionado,
tengan interés directo en la subsistencia del acto reclamado.
En cuando al inciso A), que antecede, tómese en cuenta que la actuación
del Tercero perjudicado en materia penal, el carácter que de él se da a la
victima u ofendido de un delito es limitado debido a que el Emporio de la ley y la
Representación Social están a cargo del Ministerio Público.
Al final, el tercero perjudicado viene siendo aquel individuo que fue
contraparte, del ahora Quejoso, en el juicio natural, no está demás escuchar lo
que la SCJN nos dice en lo que respecta al Tercero Perjudicado;
La Segunda Sala de la SCJN estima que el término "contraparte",
empleado por la fracción IV del artículo 11 de la L.A., debe interpretarse en el
sentido de que no sólo comprende al actor y al demandado en un juicio
contencioso, sino todo aquel que haya promovido la resolución contra la que se
le pide amparo.
Esta interpretación se corrobora si se tiene en cuenta que los negocios
judiciales no revisten exclusivamente la forma de juicios contenciosos, sino que,
en muchos casos, comprenden negocios de jurisdicción voluntaria, mixta o
tienen el carácter de diligencias preparatorias, y en otros, propiamente no hay ni
actor ni demandado; y no sería justo que en los juicios de amparo que surgieran
en esos procedimientos, se excluyera a los verdaderos interesados, que son
aquellos que han promovido la resolución que puede ser nulificada por medio
del juicio de garantías.
La jurisprudencia anterior de la SCJN, se pronunció en el sentido de tener
como parte en el amparo, a toda persona interesada en sostener el acto
reclamado, jurisprudencia que tiene su apoyo en el artículo 372 del Código
Federal de Procedimientos Civiles, que reputa tercero perjudicado, al que en un
procedimiento judicial, aunque no revista los caracteres de juicio, sostiene
pretensiones contrarias a las del quejoso.
Nótese que se hace hincapié en el hecho de que las pretensiones del
Tercero Perjudicado deben ser contrarias al Quejoso.
3.2.4.1. TERCERO PERJUDICADO EN EL AMPARO PENAL
La Primera Sala de la SCJN, ha fijado su criterio sosteniendo que el
auto de formal prisión sí afecta los intereses de la parte civil, pues
precisamente en dichas providencias se establecen los elementos en que
tienen que basarse la acción de responsabilidad civil, proveniente del delito;
por lo que debe aceptarse al acusador o denunciante como tercero
perjudicado en el amparo que contra la formal prisión se pida.
Para los efectos del Juicio de Amparo, la victima u ofendido solo podrá
ser parte como tercero perjudicado El ofendido o las personas que, conforme
a la ley, tengan derecho a la reparación del daño o a exigir la responsabilidad
civil proveniente de la comisión de un delito, en su caso, en los juicios de
amparo promovidos contra actos judiciales del orden penal, siempre que
éstas afecten dicha reparación o responsabilidad.
De acuerdo al párrafo anterior, el rango de acción, en el Juicio de
Amparo, de la Victima u Ofendido es muy limitado, no obstante las reformas
al artículo 20 y 21 de la CPEUM en donde se le da más potestades al sujeto
pasivo en la comisión de un delito.
CONCLUSIONES
PRIMERA. Dentro del proceso penal existe una serie de actos tendientes a
acreditar la culpabilidad del indiciado, estos actos inician desde la presentación de la
denuncia o del detenido, siguiendo en la mayoría de los casos por una orden de
aprehensión, hasta una sentencia ejecutoriada, ya sea absolutoria o condenatoria,
dentro del proceso mismo es posible la interposición de diversos incidentes, que
como una cuestión accesoria al juicio principal, tienen que se resueltos antes de que
éste concluya; dentro del proceso penal los incidentes más importantes y por ende
los más comunes son los de libertad, de esta manera es posible que el indiciado
lleve el proceso penal sin estar sujeto a prisión preventiva, evidentemente, para que
un incidente de libertad prospere tiene que reunir ciertos requisitos que la ley prevé
como esenciales para otorgar la libertad, materia del dichos incidentes.
SEGUNDA. Es un hecho que con la negativa a librar una orden de aprehensión
en contra de un presunto responsable o de conceder la libertad del mismo por medio
de un incidente de libertad, se favorece a un individuo; se le permite seguir
disfrutando de su libertad; pero también es un hecho que al ofendido o víctima del
delito le genera una consecuencia contraria, máxime en el caso de que aquella
negativa al libramiento de la orden de aprehensión del presunto responsable o la
resolución favorable de algún incidente de libertad se haya hecho de manera
corrupta o negligente.
TERCERA. El juicio de amparo, como el medio de control constitucional por
excelencia, considera a la victima u ofendido del delito como parte en el mismo sólo
en el caso de que se afecten sus derechos patrimoniales, tratándose del derecho a
exigir la reparación del daño proveniente del delito o de los efectos de la
responsabilidad civil, y deja fuera cualquier posibilidad de que se inconforme con la
concesión de la libertad o no aprehensión del indiciado por medio de la interposición
de un juicio de amparo.
CUARTA. El ofendido o víctima del delito se puede ver favorecido en gran
manera con el reconocimiento de parte en el juicio de amparo sin limitarlo a proteger
sus derechos patrimoniales, sino protegiendo su derecho ampliamente con la
posibilidad de interponer un juicio de amparo contra la negativa al libramiento de la
orden de aprehensión contra un presunto responsable o contra
la resolución
favorable al indiciado de un incidente de libertad.
QUINTA. Es necesario que dentro de la Ley de Amparo se le otorgue el
carácter de parte al ofendido o víctima del delito no sólo para efectos patrimoniales si
no en el caso de que quiera inconformarse con una negativa a la orden de
aprehensión o con la resolución favorable al indiciado de un incidente de libertad, a
través de una reforma al artículo 5 fracción III inciso B, estableciendo una amplia
protección a los derechos consignados dentro del artículo 21 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
BIBLIOGRAFÍA
Acero, Julio; Procedimiento Penal, Editorial Cajica; Puebla, México,1968.
Colín Sánchez, Guillermo; Derecho Mexicano de Procedimientos Penales, Editorial Porrúa, México, 2007.
Del Castillo, Del Valle Alberto, Garantías Individuales y Amparo en Materia Penal, Editorial Oxford, México,
2000.
García Ramírez, Sergio; Derecho Procesal Penal, Editorial Porrúa, México 1983.
González Bustamante, José Antonio; Principios De Derecho Procesal Penal Mexicano, Edit
orial Porrúa. México 1971.
Hernández Pliego Julio A., Proceso Penal Mexicano, Editorial Porrúa, México, 2002.
Mirón Reyes Jorge A., El Juicio de Amparo en Materia Penal, Editorial Porrúa, México, 2001.
ANEXOS
ANEXO 1
ABREVIATURAS
ABREVIATURA
SIGNIFICADO
CPEUM
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos
CPPEG
Código de Procedimientos Penales para el Estado
de Guanajuato
CFPP
Código Federal de Procedimientos Penales
LA
Ley de Amparo
SCJN
Suprema Corte de Justicia de la Nación
LOPJF
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación
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