OFICIO 220-086518 DEL 04 DE JUNIO DE 2014 ASUNTO

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OFICIO 220-086518 DEL 04 DE JUNIO DE 2014
ASUNTO: REUNIONES DE SEGUNDA CONVOCATORIA (ARTÍCULO 429 DEL
CÓDIGO DE COMERCIO) – MAYORÍAS ESPECIALES SE MANTIENEN.
Me refiero a su comunicación radicada en esta entidad con el número 2014-01-199921,
por la cual realiza la siguiente consulta:
“Quisiera consultar sobre un tema específico para nuestra empresa, nos encontramos
constituidos como sociedad por acciones simplificada, para realizar reforma estatutaria
nuestros Estatutos consignan en su artículo 18 que se requerirá el voto favorable del
setenta por ciento (70%) de las acciones suscritas, en nuestro caso son seiscientas (600)
acciones suscritas, lo que representa que para una reforma estatutaria asistan a una
reunión de accionistas 420 socios, durante el tiempo que llevamos constituidos a parte de
la primera reunión ordinaria de accionistas no se ha vuelto a reunir más de 400 socios lo
que ha dificultado llevar a cabo la reforma estatutaria que se ha planteado.
De acuerdo al régimen de convocatorias aplicable a este tipo de sociedades, existe
alguna posibilidad de que al citar a una reunión extraordinaria de reforma estatutaria que
no cumpla con el quórum y se fije la segunda reunión con una fecha no menos de 10 días
hábiles siguientes a la fecha de la primera reunión, con los accionistas asistentes a esa
reunión se fije el quórum para realizar la reunión y sea posible la reforma estatutaria”.
Sobre el particular, me permito manifestarle que las consultas me permito retomar lo
expuesto por esta entidad en materia de reuniones por derecho propio y de segunda
convocatoria a la luz de la regulación para sociedades por acciones simplificadas así:
REUNION POR DERECHO PROPIO.
La ley 1258 no se ocupa de regular específicamente este tipo de reunión, que como es
sabido, se lleva a cabo en virtud de una convocatoria de origen legal que tiene como
propósito suplir la falta de convocatoria a reunión ordinaria. Con fundamento en las reglas
de remisión legalmente establecidas, la ausencia de regulación frente a las SAS podrá dar
lugar a uno de los siguientes eventos.
(i) Si en los estatutos nada se ha estipulado al respecto, dicha reunión procederá cuando
quiera que no se haya convocado a reunión ordinaria, siempre y cuando ésta deba
realizarse dentro de los primeros tres meses del año. Ello considerando que la
convocatoria para la reunión por derecho propio es de carácter legal y por ende, a los
términos de la norma que la consagra ha de ceñirse la misma.
(ii) Es posible que en los estatutos se estipule la reunión por derecho propio en los
mismos términos que la consagra el artículo 422 del Código de Comercio, en cuyo caso
no es indiscutible su aplicación.
(iii) También es posible estipular en los estatutos una reunión por derecho propio en
condiciones distintas a las que prevé la disposición legal invocada, es decir para una
fecha diferente, para hora o sitios distintos, o incluso con un quórum especial diferente.
Sin embargo, ésta no será en sentido estricto “reunión por derecho propio”, dada la fuerza
vinculante que tienen las condiciones de origen legal previstas para ellas, origen que no
tendría en el supuesto descrito.
Se trataría en tal caso de una reunión de convocatoria estatutaria, a las que se ha referido
la doctrina para identificar las reuniones que tienen unos elementos de convocatoria
preestablecidos en el contrato social.
(iv) Por último, es perfectamente viable establecer expresamente en los estatutos que no
habrá lugar en ningún caso la reunión por derecho propio.
REUNION DE SEGUNDA CONVOCATORIA.
Anotado lo anterior, debemos tener en cuenta que en la sociedad por acciones
simplificada, regulada por la Ley 1258 de 2008, a diferencia de lo que sucede con la
reunión por derecho propio, la ley de SAS aunque no regula propiamente la reunión de
segunda convocatoria, sí hace alusión a ella al señalar en el parágrafo del artículo 20, que
en las convocatorias de la Asamblea puede incluirse de una vez la citación a la reunión de
segunda convocatoria cuando quiera que para la primera oportunidad no se conforme el
quórum pactado en los estatutos.
No obstante esta circunstancia, el tratamiento de este tipo de reuniones, en lo que a su
procedencia se refiere, no es distinto del que corresponde en el caso de la reunión por
derecho propio, teniendo en cuenta que dicha alusión no es imperativa en el sentido de
que toda convocatoria deba imponer necesariamente la inclusión de la segunda, amén de
la flexibilidad que caracteriza a este nuevo tipo societario. Por tanto, como fue advertido
en el punto anterior, es viable que en los estatutos de la SAS se excluya expresamente la
verificación de las mismas.
Así las cosas, los demás aspectos considerados para la reunión por derecho propio, son
predicables en relación con las reuniones de segunda convocatoria, consecuente con lo
cual es dable concluir que éstas procederán bien cuando no se haga ninguna mención a
ella en los estatutos, o cuando expresamente sea objeto de consagración estatutaria.
Sin embargo, en lo que se diferencia con el tratamiento de la reunión por derecho propio,
es que no podrían regularse de manera distinta los elementos que la caracterizan,
particularmente la época en que se debe realizar y el supuesto que determina su
procedencia, en la medida en que la ley 1258 aunque no es imperativa en lo relativo a su
realización, sí lo es en cuanto a que la misma no se debe efectuar antes de los diez días
hábiles siguientes a la fecha de la primera reunión, ni después de los treinta días hábiles
siguientes, como también en que la falta de quórum en la primera reunión es el
presupuesto que determina su realización.
El Quórum en estas reuniones: Como es sabido, característica especial tanto de la
reunión por derecho propio como de la de segunda convocatoria es que en ellas no opera
el quórum ordinario estipulado en los estatutos o en su defecto en la ley, sino el quórum
especial conformado por un número plural de asociados, abstracción hecha del número
de cuotas o acciones representadas.
De ahí la inquietud que surge en torno a la aplicación de este quórum en el caso de las
SAS, teniendo en cuenta que para éstas es posible integrar el quórum con la presencia de
un solo accionista, sin que sea necesario, salvo estipulación en contrario, el requisito de la
pluralidad. Conservando el criterio en que se sustentan las apreciaciones anteriores, es
dable colegir que si en los estatutos se prevé la realización de una cualquiera de
estas reuniones con un solo accionista, éstas serían procedentes en tales
circunstancias; pero si por el contrario, no existe estipulación estatutaria al respecto,
tendría que cumplirse necesariamente el requisito de la pluralidad, pues en este caso el
sustento normativo que le serviría de soporte sería la norma legal y no una estatutaria,
razón por la cual la reunión de que se trate, tendría que ajustarse en un todo a la
disposición legal, aun si el quórum ordinario para la respectiva sociedad se hubiere
pactado sobre la base de la concurrencia de un solo accionista.
En los anteriores términos se ha dado contestación a su consulta, no sin antes anotarle
que los efectos del presente pronunciamiento son los descritos en el artículo 28 del
Contencioso Administrativo.
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