De error de salto a salto mortal - Grant Thornton Cheng y Asociados

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Contadores Públicos
Autorizados y Consultores
Miembro en Panamá de
Grant Thornton International
De error de salto a
salto mortal
Durante el mes de diciembre,
después de la última reforma
fiscal, puede ser que una bonificación especial a un trabajador
le resulte negativa en su flujo de
efectivo.
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Pedro Rodríguez Lee es un
trabajador puntual de una
empresa en la localidad en
donde ha prestado sus servicios por más de 25 años
consecutivos. Actualmente
devenga un salario mensual
de B/.800, o sea, su salario
anual total, incluyendo el
décimo tercer mes, es de
B/.10,400. Por lo anterior, y
de acuerdo con la norma
fiscal del impuesto sobre la
renta, Pedro no es cotizante
de este impuesto porque
está exactamente en la raya
de la exención.
Durante estas fiestas de fin
de año, su empleador, con
ánimo de incentivarlo para
que siga siendo un trabajador modelo, ha decidido
compensarlo con una bonificación
navideña
por
B/.1,000 y así procedió a girar las correspondientes instrucciones al departamento
de contabilidad, donde se
cumplió la orden al pié de la
letra, enviándole a Pedro
Rodríguez Lee un cheque
neto por la suma de B/.39.
Ésta es la suma neta de la
bonificación, porque ahora
Pedro Rodríguez Lee se
convirtió en contizante del
impuesto sobre la renta sobre todo lo que devengó durante el año en curso.
Como podrá notar el lector
en el caso hipotético que
planteamos, el único realmente beneficiado por la
bonificación en este caso,
fue el Fisco porque a Pedro
Rodríguez Lee se le aplicó
el salto mortal mediante el
cual, se le cambió su status
de contribuyente exento a
cotizante del impuesto sobre la renta y en ese momento se le exigió el cumplimiento de todos los impuestos sobre las remuneraciones recibidas durante
el año y que hasta ese momento no eran sujetas al
impuesto sobre la renta. Esto es lo que en la jerga tributaria se ha denominado
error de salto, que los padres de la última reforma tributaria quisieron arreglar
pero no pudieron en estos
casos extremos.
Para los efectos del trabajador, le hubiera sido mejor
no haber recibido la bonificación de la empresa.
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Al respecto, según se ha
discutido entre varios tributaristas del Colegio de Contadores Públicos Autorizados de Panamá, el problema que resulta de esta
anomalía va más allá del
Código Fiscal porque conforme al numeral 13 del artículo 161 del Código de
Trabajo, del total de las deducciones o retenciones
que autoriza este artículo en
ningún caso excederá del
50 por ciento del salario en
dinero, salvo que se trate de
pensiones alimenticias. Obviamente en el caso planteado, el descuento del impuesto sobre la renta es
mayor que el 50% de la bonificación recibida y, por lo
tanto, existe en la práctica,
un problema conflictivo entre las dos normas aquí citadas.
Si bien es cierto que el
cómputo del impuesto sobre
la renta se hace a base de
los ingresos anualizados,
pero no es menos cierto,
que por efecto del error de
salto, la incidencia del impuesto se produce en un
solo mes como resultado
del exceso de los ingresos
sobre el límite bajo de los
B/.10,400 anuales y por lo
tanto el empleador está en
la obligación de retener al
trabajador el valor del impuesto producido.
El consenso de los profesionales consultados es que
el descuento por parte de la
empresa al trabajador deberá diferirse en varios meses
a futuro, advirtiendo de que
existe una contingencia de
recuperación de la cuenta
del trabajador, por efecto de
una posible terminación de
la relación laboral.
Este fenómeno, es una de
las tantas inconveniencias y
traumas que nos ha dejado
la reforma tributaria anterior
y que en su oportunidad un
grupo de profesionales representativos de todas las
distintas
disciplinas,
la
Coordinadora por la Reactivación Económica y Equidad Tributaria (CONRET),
advirtió a los asesores del
MEF, infructíferamente.
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