Corren nuevos tiempos para seguir pensando en viejos proyectos

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RECURSOS TECNOLOGICOS PARA LOS PROCESOS DE ENSEÑANZA Y
APRENDIZAJE
CORREN NUEVOS TIEMPOS PARA SEGUIR PENSANDO EN
VIEJOS PROYECTOS. EL PAPEL DE LAS NUEVAS
TECNOLOGÍAS EN EL CAMBIO Y LA INNOVACIÓN
EDUCATIVA: SUS POSIBILIDADES Y LIMITACIONES
Julio Cabero Almenara
Universidad de Sevilla
Pág. 132-146
Los que me conocen, personal o de forma mediática, saben que no soy un
mesiánico ni de los medios audiovisuales e informáticos, ni de las nuevas tecnologías de
la información y comunicación, y menos aún cuando éstos son aplicados al proceso de
enseñanza-aprendizaje. Desde mi punto de vista los medios, cualquier tipo de medio,
desde las tecnologías que han sido llamadas por su temporalidad como tradicionales
hasta los considerados por oposición como nuevas o avanzadas, cuando se aplican a la
educación y formación, son simplemente unos instrumentos curriculares más, que deben
de ser movilizados por el profesor cuando el alcance de los objetivos o los problemas de
comunicación a resolver, lo justifique desde una perspectiva teórica y práctica, y no
desde perspectivas tecnológicas-instrumentales y estéticas.
Por otra parte, soy de los que creo que el aprendizaje que se consiga con un
medio no dependerá tanto del medio en si, sino de la estrategia instruccional que
apliquemos sobre el mismo, y el contexto físico, cultural y organizativo en el cual lo
introduzcamos. Sin olvidar que tan importante puede ser lo que el medio hace sobre
el sujeto, como lo que el sujeto es capaz de hacer cognitivamente con él.
He querido comenzar con estas matizaciones, para que no se realice una
interpretación errónea de los comentarios que voy a realizar en el presente capítulo
respecto a las posibilidades que las nuevas tecnologías de la información pueden
aportar a los problemas que está teniendo la educación, y las medidas que deben
de adoptarse para ello.
Cualquier momento histórico ha sido para el que ha vivido en él, o mejor dicho
para el que ha pretendido evolucionar en él, limitador frente a los nuevos vientos que se
respiraban. Ello pasó en los momentos en que los dogmatismos religiosos se ofrecían
como el centro del Universo, y frente a los cuales el espíritu del Renacimiento pretendía
ubicar al hombre como elemento determinante de la historia y el pensamiento.
O también como en nuestra reciente historia, nos hemos encontrado que frente a los
dogmatismos de la dictadura cultural y política se ofrecían los pensamientos de Lorca,
Miró, Neruda, Machado, o Picasso.
Julio Cabero Almenara
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Como tantas veces, y como afortunadamente deberá seguir pasando, nos
encontramos en un nuevo tránsito y evolución hacia un nuevo milenio, que no sólo
implica un cambio cronológico, sino lo que es más importante un cambio radical en los
modelos de sociedad soportados en nuestro siglo, de manera que frente a las
sociedades agrícolas e industriales en las cuales actualmente mayoritariamente nos
desenvolvemos, se nos presenta una nueva configuración en lo que se está viniendo a
denominar como sociedad de la información. Sociedad, que frente a las anteriores y
como indica Castells (1997), se diferencia radicalmente de aquéllas, ya que si las
primeras se difundieron exclusivamente en áreas geográficas relativamente limitadas,
viviendo durante un tiempo aisladas del resto del planeta y con un tiempo de distribución
e implantación lento; caso de la revolución industrial en la Europa occidental y
fundamentalmente en Gran Bretaña, en los momentos actuales
"... las nuevas tecnologías de la información se han extendido por el globo con
velocidad relampagueante en menos de dos décadas, de mediados de la década de
1970 a medidos de la de 1990, exhibiendo una lógica que propongo como característica
de esta revolución: la aplicación inmediata para su propio desarrollo de las tecnologías
que genera, enlazando el mundo mediante la tecnologías de la información" (Castells,
1997, 60).
Esta sociedad viene caracterizada por una serie de especificidades que van, desde
hacer girar todos los procesos productivos en torno a la materia inmaterial de la
información; la evolución como consecuencia de lo anterior de los sectores laborales
dedicados a la información de manera que los trabajos manuales ceden a los
intelectuales; la interactividad de espacios, medios, recursos y personas; su complejidad;
la tendencia progresiva a la automatización; la globalización; la potenciación del ritmo del
cambio como elemento y valor en sí mismo; y la inmediatez de los productos y
resultados.
Además de las características apuntadas no debemos olvidar que giran como
elemento nuclear en torno a las denominadas nuevas tecnologías de la información
y comunicación, que corno ya indicamos en otro trabajo (Cabero, 1994, 15):
"...giran en torno a la información y los nuevos descubrimientos que sobre la
misma se vayan originando; y que pretenden tener un sentido aplicativo y práctico".
Las características básicas que las definen las podemos concretar en las
siguientes: la inmaterialidad, la interactividad e interconexión, la instantaneidad, la
innovación, los elevados parámetros de calidad de imagen y sonido que poseen, su
digitalización, su influencia más sobre los procesos que sobre los productos, su
tendencia hacia automatización y la diversidad (Cabero, 1994).
No debemos tampoco olvidarnos de la fuerte capacidad de penetración que
tienen en todos los sectores culturales, económicos, educativos e industriales de la
sociedad. Penetración que es de tal forma que nos lleva a que lo nuevo y último
está adquiriendo valor y sentido en sí mismo, sin saber su utilidad y desconocer, y
lo que es peor no planteárnoslo, si justifica las mejoras que ofrece el cambio de la
tecnología anterior. Un ejemplo de lo que decirnos nos lo encontrarnos en el cambio
que se realiza de los ordenadores, siguiendo siendo utilizados meramente como
procesadores de texto.
Julio Cabero Almenara
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Por hacer algunas referencias a las tecnologías de la comunicación que se
encuentran detrás, o delante, según queramos verlo, de la sociedad de la
información, podemos indicar que giran en torno a tres medios básicos: la
informática, la microelectrónica y las telecomunicaciones. Medios que no sólo
funcionan de forma aislada, sino lo que es más significativo de manera interactiva e
interconexionadas, de forma que con ello dan lugar a una nueva configuración,
amplificando las posibilidades comunicativas, expresivas y rompiendo las barreas
del espacio y el tiempo que de forma aislada tienen. Sería como la aplicación de
uno de los principios de la psicología de la Gestalt: "el todo no es igual a la suma de
las partes".
El problema actual con que nos enfrentamos, apuntémoslo ya aunque
posteriormente cuando nos centremos en el terreno educativo lo retomaremos, no
es de tecnología, como afirmaba Negroponte (1995, 20):
"La informática ya no se ocupa de los ordenadores sino de la vida misma".
Dicho en otros términos, tenemos disponible tecnología razonable que nos
permite, como a comienzos de la década no podíamos imaginar, comunicarnos de
forma fiable y rápida y con costos notablemente más reducidos que en las décadas
anteriores, con personas situadas en el polo terráqueo opuesto al nuestro.
Realizar transacciones comerciales sin entrar en los bancos y cajas de ahorros, o
efectuar el trabajo desde nuestro propio domicilio. A ello podemos incorporarle el
acceder a bases de datos que hasta hace relativamente poco tiempo estaban
limitadas a un círculo reducido de personas, conversar con personas desconocidas
de forma sincrónica y asincrónica, la visita a versiones virtuales de los museos de
mayor prestigio y reconocimiento mundial, o la utilización de estas tecnologías
para múltiples fines, que van, desde la educación y formación, hasta la industria,
la investigación, o la medicina.
Estas posibilidades se verán notablemente incrementadas en los próximos
años, gracias a los avances que está adquiriendo la comprensión y digitalización
de las señales y la evolución de las tecnologías de transmisión y transferencia,
con la utilización progresiva de los satélites DBS o el reemplazo de la fibra óptica
por ATM. Lo que repercutirá para que su utilización abandone los círculos
privilegiados y de investigación y se acerque a costos más asequibles al espacio
doméstico y escolar no universitario.
Con estos comentarios no quiero decir que la posibilidad de utilizar y acceder
a estas tecnologías esté bien repartida y sea fácil para una gran mayoría de las
personas del planeta. Si elaboráramos un nuevo mapamundi, pero tendiendo en
cuenta exclusivamente para la distribución de los países la utilización que hacen
de las tecnologías de la información y comunicación y la posibilidad de acceso que
tienen hacia las mismas, el mapa que formaríamos sería diametralmente opuesto
al que conocemos, de manera que zonas que ocupan gran espacio geográfico
como África, Asia y algunas naciones de la comunidad Latinoamericana, ocuparían
la menor distribución en la nueva configuración espacial; es más, algunas de ellas
no estarían representadas en el nuevo mapamundi.
Ello posiblemente nos lleve a asumir que, aunque una de las características
de la sociedad de la información sea la globalización y la tendencia a la
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multiculturalidad, aquellos países en vías de desarrollo pueden estar quedando al
margen de este nuevo entramado social y cultural que se está generando a partir
de la utilización combinada e interactiva de las tecnologías de la informática y las
telecomunicaciones, lo cual repercutirá para que la separación que en la
actualidad se está dando entre los países desarrollados y en vías de desarrollo, en
vez de reducirse se afiancen, y se hagan con el tiempo más amplias e insalvables.
Los últimos comentarios realizados pueden llegar a ser más preocupantes si
además tenemos en cuenta que el tiempo de desarrollo y evolución de esta nueva
sociedad resultante de la utilización de las nuevas tecnologías de la información y
comunicación es más corto que sus predecesoras, como indica Terceiro (1996, 29):
"La humanidad ha venido midiendo su progreso históricamente, en términos de
tecnología, con el resultado de que cada era ha sobrepasado más rápidamente que
las anteriores. La edad de piedra duró millones de años, pero la siguiente, la del
metal, sólo cinco mil años. La revolución industrial (de primeros del siglo XVIII a
últimos del siglo XIX), doscientos años. La era eléctrica (de comienzos de siglo a la
II Guerra Mundial), cuarenta años. La era electrónica duró veinticinco años y la era
de la información ya tiene veinte, evolucionando rápidamente desde lo que
podríamos llamar Infolítico Inferior al Infolítico Superior o Información hipermedia".
Esto nos lleva a pensar que los pueblos y naciones que no se incorporen a la
sociedad de la información desde el principio se puedan ver notablemente
marginados, y relegados en el proceso de evolución y desarrollo. Baste como
ejemplo de lo que queremos indicar, que aquellos países que utilizan e incorporan
estas tecnologías y aun reconociendo las limitaciones culturales, políticas y sociales
de sus modos de vida, son los que poseen mayores niveles de calidad de vida,
mayor igualdad entre las hombres y las mujeres, menor mortalidad infantil, mayor
número de niños escolarizados, menor desempleo y tendencia hacia regímenes
democráticos.
Es cierto que algunas indican que, frente a la situación de marginación en la
utilización de las nuevas tecnologías en la cual pueden encontrarse los países en
vía de desarrollo, tienen la ventaja de que pueden aprender en su incorporación de
los errores cometidos por las implantaciones iniciales. Desde mi punto de vista esto
es un error ya que las equivocaciones también debe hacerlas uno, sin olvidarnos
que de los errores también se aprende.
Retomando el tema de la tecnología que tenemos ya a nuestra disposición, lo
que me quiero referir con las declaraciones realizadas anteriormente, es que en la
actualidad tenemos ya tecnologías razonables que nos pueden permitir realizar un
cúmulo de actividades que afiancen nuestras posibilidades comunicativas y
expresivas, industriales, culturales, lúdicas y de comunicación; y por tanto, ya no es
el momento de seguir diciendo que todavía la tecnología no tiene capacidad para
realizar un cúmulo de actividades y que debemos de seguir esperando a la
tecnología óptima. Coincido con Negroponte (1995, 97) cuando señala que:
"Aunque la velocidad del cambio es más rápida que nunca la innovación la
determina no tanto los avances científicos (el transistor, el microprocesador o la
fibra óptica) como las nuevas aplicaciones: la informática móvil, las redes globales y
los multimedias".
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En otros términos, el problema posiblemente ya no sea de tecnología, sino de lo
que nosotros somos capaces de hacer con ellas. Y hasta la fecha las aplicaciones
realizadas, y sobre todo en lo que respecta a la enseñanza, ha sido más bien
marginales y ocasionales.
En este sentido de su aplicación al terreno de la educación y formación, las
tecnologías de la información y comunicación utilizadas hasta el momento, cine,
televisión, vídeo...; no se han mostrado con fuerte oposición al sistema educativo
tradicional apoyado normalmente en el sistema de aula regidas por las variables del
espacio y el tiempo. En oposición los nuevos desarrollos que se están presentando
apoyados en las nuevas tecnologías, se presentan como verdaderas opositoras a la
misma, al fomentar la interacción y el aprendizaje fuera de las barreras usuales del
espacio y el tiempo y produciéndose la enseñanza y el aprendizaje en un no lugar
denominado ciberespacio (Cabero, 1996). Como indican Tiffin y Rajasingham (1997,
119):
"Se han realizado muchos intentos por solucionar los problemas de la
educación con las tecnologías de la comunicación. Durante los años cuarenta y
cincuenta se produjo la introducción del cine y la radio, y en los sesenta y setenta,
el auge, decadencia y el nuevo auge de la televisión educativa. Los ochenta
constituyeron la década de los ordenadores personales en las escuelas. Los
noventa parecen resueltos a ser una época de experimentación de las
telecomunicaciones en la educación. Hasta ahora, sin embargo, ninguna de dichas
iniciativas tecnológicas ha planteado una amenaza seria a la tecnología dominante
en la educación, el aula".
Realizados estos comentarios generales respecto a la sociedad en la cual nos
vamos a desenvolver, pasaremos a presentar algunas ideas referidas a los impactos
que la misma puede tener en el terreno de la formación y la educación, así como
también las posibilidades que nos ofrecen y las limitaciones que debemos de
superar para su incorporación y desarrollo.
LAS TRANSFORMACIONES DEL MUNDO EDUCATIVO Y LAS POSIBILIDADES QUE
PUEDEN OFRECER LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
Como se ha venido a indicar por diferentes autores (Martínez, 1994; Tiffin y
Rajasingham, 1997), la educación de la sociedad industrial se caracteriza, entre
otras variables, por realizarse básicamente en el aula, y con la coincidencia de las
variables espacio y tiempo, entre la persona que aprende y la que enseña.
Los últimos autores citados han realizado una síntesis de las características
fundamentales de la educación según tres modelos diferentes de sociedad:
preindustrial, industrial y de la información; que presentamos a continuación.
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PREINDUSTRIAL
Latín y griego
INDUSTRIAL
Idiomas
nacionales
Alumnos
Jóvenes de élite
Jóvenes
Todos
Edad
alumnos
Pago
6-20 años
6-16 años
Cualquier edad
Idiomas
Proveedor
Dónde
Cuándo
Sistema
económico
Fuente de
currículum
Padres
Iglesia
Lugar de
conocimiento
Tiempo
comentado
Tradicionalismo
INFORMACIÓN
Inglés
Por los
impuestos
Estado
Pueblos y
ciudades
Tiempo
establecido
Corporaciones
En cualquier
lugar
Cualquier
momento
Taylorismo
Neoliberalismo
Estado
Necesidades
del
alumno
Profesor
El usuario
Sin entrar en la valoración de los comentarios realizados en el cuadro,
respecto al cual no comparto algunas afirmaciones, la realidad es que se expresa
claramente en él cómo cada modelo de sociedad ha tendido a potenciar un modelo
de instancia educativa. No olvidemos que nuestra instancia educativa por
antonomasia, la escuela, nace en el siglo pasado y que posiblemente como tal no
aguante en el siglo que viene.
Si bien es cierto que la combinación de las variables espacio/temporales a las
que hacíamos referencia anteriormente dieron lugar a otras modalidades de
enseñanza diferentes a la tradicional, como son la enseñanza por correspondencia
y la educación a distancia en sus diferentes modalidades. El gran desafío se está
presentando en la actualidad con la utilización de las nuevas tecnologías, ya que
nos permiten romper las situaciones espacio-temporales de forma definitiva y
concretar nuevas modalidades de enseñanza en lo que se está viniendo a llamar
como enseñanza virtual y teleenseñanza.
Sin querer decir que estas modalidades pueden ser la panacea que resuelva
todos los problemas educativos, lo que sí es cierto es que pueden ayudar a
solucionar algunas de las limitaciones que posee la educación y formación actual,
sobre todo en sus niveles superiores, en los de formación continua y en los no
reglados.
Pero antes, y para que se comprenda mejor la exposición que realizaremos
posteriormente, queremos comentar dos aspectos. En primer lugar, que para
nosotros el mejor enfoque de la enseñanza es el multimedia, es decir, aquel que
se apoya en diferentes canales y sistemas simbólicos para presentar la
información al estudiante y estructurar las actividades y que, al mismo tiempo, le
ofrece a éste la posibilidad, para que seleccione en función de sus actitudes y
predisposiciones, el medio con el cual prefiere interaccionar para adquirir los
conocimientos y habilidades.
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No podemos tampoco olvidar que la elección de una tecnología concreta y las
funciones que queramos asignarle vendrá también marcada por el nivel
cronológico y de formación de sus usuarios, así como los objetivos generales que
se pretendan conseguir en el proceso de formación.
Al analizar el papel que las nuevas tecnologías de la información y
comunicación pueden jugar en el nuevo entramado educativo de la sociedad de la
información, debemos tener presente, como se viene indicando desde diferentes
posiciones, que la escuela como institución formativa por excelencia está entrando
en crisis; en este sentido, Tiffin y Rajasingham (1997, 101) nos llaman la atención
respecto a que:
"Los sistemas educativos están preparando a las personas para el pasado,
para las ideas, actitudes y valores de una forma de vida que se está
desvaneciendo y para el trabajo en áreas donde la demanda de mano de obra es
cada vez menor. Sin olvidar, que han tendido a que el período de formación de las
personas se centre, no sólo en habilidades y destrezas de formación como las
apuntadas anteriormente sino también, en períodos concretos de la vida del
individuo".
En oposición a esta institución escolar, independientemente del nivel
educativo al que nos estemos refiriendo, la sociedad de la información está
potenciando el aprendizaje a lo largo de toda la vida y no centrado exclusivamente
a un período concreto cronológico, y la posibilidad de romper las variables
espacio-temporales en las cuales tiende a desenvolverse la formación tradicional
escolar del aula, sea esta de primaria, secundaria o universitaria.
Respecto a la primera de las ideas, cada vez es más usual la necesidad de
poder contar con una formación no limitada a un período de la vida, en la cual se
aprenden las destrezas elementales necesarias para desenvolvernos durante toda
vida en el terreno social y laboral. El mundo cambiante en el cual nos introduce la
sociedad de la información hace necesario una constante actualización en el
dominio de conocimientos y habilidades.
En aquellos países que son la punta de este nuevo modelo de sociedad nos
estamos encontrando que las nuevas tecnologías de la información y
comunicación influyen en su entramado sociolaboral de tres formas fundamentales
y estrechamente relacionadas: la creación de nuevas ocupaciones y profesiones,
la potenciación de entornos laborales novedosos, y nuevas formas de atender de
formación laboral y ocupacional de los individuos. En este sentido que
comentarnos, es de señalar como en un informe de la OCDE (1992), se llamaba la
atención respecto a como en las sociedades post-industriales más de un 60% de
los trabajadores se ocuparían directa o indirectamente de tareas relacionadas con
la creación o tratamiento de la información.
Por otra parte, la formación individualizada y flexible realizada fuera del
contexto tradicional va adquiriendo mayor trascendencia como no había ocurrido
anteriormente, entre otros motivos por asumir como principio operativo que cada
persona tiene sus propias posibilidades y características de aprendizaje, unos
ritmos y estilos de aprendizaje específicos y una disponibilidad horaria concreta.
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Nosotros ya en otro trabajo (Cabero y Barroso, 1996) indicarnos que la
formación en un futuro vendrá determinada por diferentes características, como
son: más individualizada, más flexible, basada en los recursos, accesible, a
distancia e interactiva.
Individualizada, ya que la educación tenderá progresivamente a responder a
las necesidades concretas de los individuos, en lo que se está llamando como
educación bajo demanda; es decir, respuestas educativas directas ante las
solicitudes de formación realizadas expresamente por los estudiantes. Ello nos
llevará a darle más significado a las características individuales de los sujetos y
adaptar los procesos de formación a sus ritmos de aprendizaje y disponibilidad
horaria. Este espíritu de formación nos llevará a la potenciación no de la
enseñanza basada en el profesor, sino por el contrario en el estudiante, en torno a
él girará el sistema educativo de la enseñanza.
Por otra parte, nos encontramos que la formación tenderá a ser más flexible,
ya que las ofertas y posibilidades educativas que se le ofrezcan a los ciudadanos
no se limitarán únicamente a las instancias regladas y tradicionales del
aprendizaje de su entorno cercano, sino que se abrirá un nuevo campo de
posibilidades; de manera que podrá elegir cursos y propuestas de formación
impartidas por instancias de formación diferentes del espacio en el cual él se
encuentre. Esto permitirá que la formación de los individuos no se vea mediatizada
por la calidad de los centros que tenga alrededor, sin olvidarnos de la posibilidad
de solucionar uno de los problemas de las instituciones escolares, y es la lenta
introducción con que los nuevos descubrimientos e ideas van llegando para su
puesta a disposición de la comunidad de los que allí participan.
Al mismo tiempo esta flexibilidad debe de ser comprendida también desde la
posibilidad de que se amplían los medios con los cuales puede interaccionar para
el aprendizaje, teniendo a su disposición desde los tradicionales como la televisión
y el libro de texto, hasta los más novedosos como los hipertextos o multimedias
distribuidos.
Si hasta fechas recientes la escuela cumplía una clara función de
almacenamiento de la información y ello también es una notable limitación para las
instancias menos pudientes y rurales, en la actualidad las nuevas tecnologías nos
van a permitir que el estudiante, independientemente del lugar en el que se
encuentre, pueda acceder a grandes bases y fuentes informativas.
Tales posibilidades de acceso a la información, traerán un nuevo problema
para los objetivos que debe de abarcar la formación de los individuos, ya que el
problema de la educación no será la localización y búsqueda de información, sino
más bien en su selección e interpretación. Y para ello se requieren habilidades y
destrezas específicas.
Esta posibilidad de ofrecer un gran campo de información, nos lleva también a
una de las características anteriormente mencionadas: basada en los recursos; ya
que la formación del futuro tendrá progresivamente que ir cada vez más
apoyándose en la utilización que las nuevas tecnologías desempeñarán para
propiciar y facilitar nuevos contextos y experiencias de aprendizaje.
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Realizados estos comentarios, tal vez sea el momento de adentrarnos en la
problemática de las posibilidades que las nuevas tecnologías pueden tener para el
terreno educativo, y las limitaciones y precauciones que deben de adoptarse para
una incorporación significativa de las mismas.
Entrando en las posibilidades que pueden aportar a la enseñanza y la
formación e independientemente de la ya citada de la ruptura de las relaciones
espacio-temporales, tenemos que destacar desde el principio que una de las
grandes posibilidades, como ya hemos mencionado, radica en el incremento de la
información que puede ser puesta a disposición de los estudiantes y de los
profesores. Por medio de ellos podremos acceder a bases de datos de diferentes
tipos de contenidos y estructura, desde las que podríamos considerar como
fuentes documentales de información, hasta las de ejemplificación y ejercitación
de los contenidos sobre los que los estudiantes tienen que interaccionar. Ahora
bien, tal incremento no es sólo cuantitativo sino también cualitativo, ya que la
información que podemos recibir no es sólo textual, sino también visual y
auditiva, y no solo estática sino también dinámica.
Ahora bien, no tenemos que perder de vista que lo significativo de estos
canales de comunicación no es sólo que podamos acceder a un gran volumen de
información, alguna de ella difícil de obtener por otros procedimientos, sino,
como ya hemos dicho anteriormente, la posibilidad de poder adaptar las mismas
a las necesidades y características de los usuarios, tanto por los niveles de
formación que puedan tener como por sus preferencias respecto al canal por el
cual quieren interaccionar.
Estos nuevos canales a los que nos estamos refiriendo tienden a favorecer
independientemente, tanto el aprendizaje cooperativo como el auto aprendiz aje.
Frente a las personas que comentan que estas nuevas tecnologías introducirán
una excesiva tecnificación en la enseñanza, la realidad es que por medio de ellos
se puede favorecer y posibilitar formas más creativas de aprendizaje permitiendo
la interacción entre sus usuarios independientemente del espacio y el tiempo en
el que sitúen. Por otra parte, no debemos olvidar que para algunas personas y
para algunos dominios, no será necesario el encuentro social necesario en
diferentes niveles iniciales educativos; imaginémonos, por ejemplo, a un médico
que desea conocer los nuevos adelantos producidos en una técnica quirúrgica.
Con su introducción en la formación se introduce un nuevo elemento para el
debate, y es que la calidad del aprendizaje va a depender de la calidad de la
interacción que se establezca entre el alumno y otros alumnos, o el alumno y el
tutor, sea éste personal o mediático. Bajo esta nueva perspectiva, la calidad de
la interacción se convertirá en el elemento motor de la calidad del aprendizaje
que se consiga.
Modelo de educación como el que nos referimos, tienden a romper uno
unidirectional de la enseñanza, y la concepción bancaria de la educación, que
supone que el conocimiento está depositado en una persona, que es el profesor,
y hay otra, el estudiante, que debe de procurar almacenarlo. Asemejándose la
calidad de la enseñanza, con la fidelidad con que el alumno repite la información
presentada por el profesor. Por el contrario, propuestas como las apuntadas
anteriormente por nosotros tienden a favorecer la autoinstrucción por parte del
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estudiante y el trabajo cooperativo entre ellos, en la búsqueda constructivista, y
no memorística, de los contenidos y habilidades.
Respecto a estas posibilidades del auto aprendiz aje, no podemos olvidarnos
las aportaciones que se están realizando a la educación desde la perspectiva
constructivista, desde la cual se asume que el estudiante no es sólo un procesador
activo de información, sino también un constructor significativo de la misma, en
función de su experiencia y conocimientos previos, y de las actitudes y creencias
que tenga hacia los contenidos, medios y materiales, y mensajes con los que
interaccione.
Ni que decir tiene que la incorporación de estas nuevas tecnologías en los
terrenos educativos, va a llevar la modificación de los roles tradicionales que el
profesor desempeña en la instrucción, de manera que tenderán a desvanecerse
algunos, como el de transmisor de información, y potenciarse otros, como el de
evaluador y diseñador de situaciones mediadas de aprendizaje.
Como puede desprenderse de los aspectos que estamos comentando, estos
nuevos canales permiten la realización de diferentes tipos de funciones, que van
desde el acceso e intercambio de información, hasta la creación de entornos
simulados que faciliten la realización de prácticas de fácil control y preparación para
los profesores. Sin olvidar su carácter flexible y abierto, que hacen que puedan ser
utilizados por los profesores en diferentes contextos y situaciones diseñadas de
aprendizaje, desde la transmisión de información, hasta la simulación de fenómenos
y la realización de ejercicios. Sin olvidarnos de la evaluación de los conocimientos y
habilidades.
Entrando ahora en las exigencias que deben de plantearse para que estos
nuevos canales de la información y la comunicación puedan ser significativas en los
contextos formativos, creemos que la más obvia y que no necesita que dediquemos
bastantes comentarios, es que existan en los centros y se encuentren a disposición
de los profesores y los estudiantes.
La segunda exigencia debe de referirse a la formación y perfeccionamiento del
profesorado para la incorporación de estas NN.TT. en el currículum. Ahora bien, es
importante, que esta formación no se centre exclusivamente en su capacitación
técnica, sino que alcance la dimensión didáctica educativa.
Debemos ser conscientes, y afortunadamente cada vez lo somos más, que
introducir estos nuevos canales en los procesos de enseñanza-aprendizaje, y no
cambiar otros elementos instruccionales y organizativos del sistema educativo,
posiblemente haga que no nos sirvan para mucho, en este sentido puede ser
interesante la revisión del trabajo de Salinas (1995) sobre la organización escolar en
los nuevos contextos formativos de las redes.
Uno de estos cambios debe de darse en las creencias que solemos tener de cómo el
aprendizaje se produce, seguimos pensado que si el profesor no se encuentran enfrente
del estudiante el aprendizaje no se produce. En oposición los nuevos medios nos ofrecen
la posibilidad de crear entornos más flexibles y abiertos para el aprendizaje, que faciliten
que el alumno pueda ser un constructor activo de la información y adquirir aprendizajes
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significativos por sí mismo. Dicho en otros términos, es necesario un cambio radical en
las actitudes de los profesores hacia el aprendizaje.
Otro cambio debe de plantearse en las estrategias que movilicemos para
diseñar situaciones de aprendizaje, en los cuales deben asumirse algunos
principios como son: 1) estar basados en la participación y la responsabilidad
directa del alumno en su propio proceso de formación; 2) favorecer el diseño de
modelos de trabajos independientes y autónomos; 3) permitir formas de
presentación de la información adaptadas a las necesidades y características
particulares de cada receptor; 4) favorecer por los medios la interacción entre
usuarios junto a la interacción con los medios, y 5) asumir como valor significativo
una perspectiva procesual de la enseñanza por encima de una perspectiva
centrada exclusivamente en los productos que se alcancen, y concederle la máxima significación a los contextos y ambientes donde el aprendizaje se produce.
Si hemos estado abogando por la necesidad de contar con nuevos modelos de
enseñanza donde se incorporen profesores con el dominio de nuevas habilidades
y estrategias, es también necesario reclamar un nuevo modelo de estudiante.
Estudiante que deberá estar preparado, por una parte, para el autoaprendizaje
mediante la toma de decisiones, y por otra, para la elección de medios y rutas de
aprendizaje, y la búsqueda significativa de conocimientos. Sin olvidar su actitud
positiva hacia el aprendizaje cooperativo y el intercambio de la información.
Algunos de los comentarios realizados hasta el momento nos llevan a 'indicar
que si queremos romper un modelo de formación bancaria, éste debe ser roto
desde diferentes frentes: profesores, alumnos, medios, propuestas organizativas,
etc.
Para finalizar, recordar de nuevo algo ya apuntado y es que el centro escolar
no puede estar ajeno a los recursos tecnológicos, y debe empezar a plantearse
cómo incorporarlos en su práctica cotidiana. El reto es claro: o se empiezan a
introducir ahora con un sentido formativo y crítico teniendo en cuenta que su
presencia todavía no es masiva en el contexto social; o como ya ha pasado con
diferentes medios se introducirán en el mundo del estudiante con una perspectiva
claramente irregular y desorganizada.
Julio Cabero Almenara
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Julio Cabero Almenara
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