¿Qué es el Conocimiento?

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¿Qué es el Conocimiento?
Santiago Salas
VER.09.03.16
El Artículo 64 de la Ley General de Educación vigente a la letra dice “La Secretaría
(de Educación), por acuerdo de su titular, podrá establecer procedimientos por
medio de los cuales se expidan certificados, constancias, diplomas o títulos a
quienes acrediten conocimientos parciales o terminales que correspondan a
cierto nivel educativo o grado escolar, adquiridos en forma autodidacta, de la
experiencia laboral o a través de otros procesos educativos”, en otras leyes
estatales y en numerosos acuerdos de la misma Secretaría encontramos con el
mismo espíritu la acreditación de conocimientos, pero ¿cómo deben acreditarse
los conocimientos adquiridos en forma autodidacta?, pero tal vez antes debemos
respondernos ¿qué es el conocimiento?, empecemos por esto último:
El análisis del origen y funciones del conocimiento han sido un problema histórico
que atañe a la reflexión filosófica y a la ciencia. La rama de la filosofía que estudia
el conocimiento es la epistemología o teoría del conocimiento, y en esta teoría se
estudian las posibles formas de relación entre el sujeto y el objeto.
Desde un punto de vista cotidiano podríamos decir que el conocimiento es la
facultad del ser humano para comprender por medio de la razón la naturaleza,
cualidades y relaciones de las cosas. Si profundizamos un poco más podremos
decir que el conocimiento es un conjunto de información almacenada mediante la
experiencia, el aprendizaje, la introspección o la comprensión teórica o práctica de
un asunto referente a la realidad. En el sentido más amplio del término, se trata de
la posesión de múltiples datos interrelacionados que, al ser tomados por sí solos,
poseen un menor valor cualitativo.
Para Platón, el conocimiento es aquello necesariamente verdadero (episteme). En
cambio, la creencia y la opinión ignoran la realidad de las cosas, por lo que forman
parte del ámbito de lo posible y de lo aparente1.
Para Mario Bunge el conocimiento es el resultado de la aplicación de un proceso
cognitivo, tal como la percepción, el experimento o la deducción, para calificar algo
de conocimiento es suficiente pero no necesario que sea verdadero, ya que el
conocimiento verdadero, para Bunge, es un caso especial de conocimiento: la
mayor parte de nuestro conocimiento es conjetural y solamente verdadero a
medias, Bunge distingue dos tipos de conocimiento el saber cómo-saber hacerknow-how, (conocimiento tácito, por familiaridad o conocimiento instrumental) y el
saber qué- know-that (o conocimiento explícito, por descripción o declarativo)2.
Como ejemplo del primer caso: sé andar en bicicleta pero ignoro los complicados
mecanismos (tanto los mecánicos como los neuromusculares) de esta acción. En
el
segundo
caso
podríamos
describir
exhaustivamente
los
mecanismos
neuromusculares y mecánicos del andar en bicicleta aun cuando no seamos
capaces de andar en ella.
Para Ferrater Mora la fenomenología del conocimiento (entendiendo el término
“fenomenología” en un sentido muy general, como "pura descripción de lo que
aparece") se propone describir el proceso del conocer como tal, es decir,
independientemente de, y previamente a, cualesquiera interpretaciones del
conocimiento y cualesquiera explicaciones que puedan darse de las causas del
conocer. Por tanto, la fenomenología del conocimiento no es una descripción
genética y de hecho, sino "pura".
Lo único que tal fenomenología aspira a poner en claro es lo que significa ser
objeto de conocimiento, ser sujeto cognoscente, aprehender el objeto, etc.
Un resultado de tal fenomenología parece obvio: conocer es lo que tiene lugar
cuando un sujeto (llamado "cognoscente") aprehende un objeto (llamado "objeto
de conocimiento" y, para abreviar, simplemente "objeto"). La pura descripción del
1
2
Platón, República VI, 511d 13-e 6
Bunge, Mario. Diccionario de Filosofía. Siglo XXI Editores. México- 2005
conocimiento o, si se quiere, del conocer, pone de relieve la indispensable coexistencia, copresencia y, en cierto modo, co-operación, de dos elementos que no
son admitidos, o no son admitidos con el mismo grado de necesidad, por todas las
filosofías. Algunas filosofías insisten en el primado del objeto (realismo en
general); otras, en el primado del sujeto (idealismo en general); otras, en la
equiparación "neutral" del sujeto y objeto. La fenomenología del conocimiento no
reduce ni tampoco equipara: reconoce la necesidad del sujeto y del objeto sin
precisar en qué consiste cada uno de ellos, es decir, sin detenerse en averiguar la
naturaleza de cada uno de ellos o de cualquier supuesta realidad previa a ellos o
consistente en la fusión de ellos.
Conocer es, pues, fenomenológicamente hablando, "aprehender", es decir, el acto
por el cual un sujeto aprehende un objeto. Al aprehender el objeto éste está de
alguna manera "en" el sujeto. No está en él, sin embargo, ni física ni
metafísicamente: está en él sólo “representativamente”.
Por eso, decir que el sujeto aprehende el objeto equivale a decir que lo
representa. Cuando lo representa tal como el objeto es, el sujeto tiene un
conocimiento verdadero (si bien posiblemente parcial) del objeto; cuando no lo
representa tal como es, el sujeto tiene un conocimiento falso del objeto3.
Por otra parte, Nicola Abbagnano en el artículo correspondiente al Conocimiento
en su Diccionario de Filosofía, nos dice: El "problema del conocimiento” y el
"problema de la realidad” formulados por la filosofía del siglo XIX, fueron
eliminados por Heidegger. Todas las manifestaciones o los grados del
conocimiento: el observar, el percibir, el determinar, el interpretar, el discutir y el
afirmar, presuponen la relación del hombre con el mundo y son posibles
solamente con base en esta relación.
Esta convicción es compartida hoy por filósofos de diversas tendencias, aun
cuando a menudo se la reviste con terminologías diferentes. El fundamento que la
sugiere es siempre el mismo: el abandono del supuesto de que los “estados
3
Ferrater Mora, José. Diccionario de filosofía, tomo 1, Editorial Sudamericana, Buenos Aires , 5ª edición., 1964, p. 339 ss.
internos” (ideas, representaciones, etcétera) sean los objetos primarios de
conocimiento y que sólo a partir de ellos puedan ser (si acaso) inferidos objetos de
otra naturaleza. Desde este punto de vista, el objeto del conocimiento no es una
entidad externa que deba lograrse o inferirse, sino es “aquel conjunto de
distinciones o características que emerge como constituyente definido de una
situación resuelta y es confirmado en la continuidad de la investigación”.
Estas ideas han influido y continúan influyendo mucho en la filosofía
contemporánea y están en la base de la disolución del problema del conocimiento
que es una de sus características. La disolución de este problema se ha producido
a favor, por un lado, de la lógica, por otro, de la metodología de las ciencias.
Especialmente esta última es heredera, en la filosofía contemporánea, de
problemas tratados por lo común por la teoría del conocimiento. El punto
fundamental, que constituye el objeto de la metodología de las ciencias, es
actualmente el carácter operativo y anticipador de los procedimientos de que se
vale la ciencia. La ciencia los reconoce sólo en la medida en que se reconoce que
su finalidad fundamental es la previsión y no la descripción. Ya Francis Bacon
había reconocido este fin a la ciencia, que en la filosofía moderna fue reafirmado
por Auguste Comte. Sin embargo, los hombres de ciencia mismos lo reconocieron
y adoptaron explícitamente sólo tiempo después.
Esto comenzó a verificarse al readoptar Mach la tesis de que el objeto del
conocimiento es un grupo de sensaciones. "Un color —dice Mach— es un objeto
físico hasta tanto no consideremos, por ejemplo, su dependencia de las fuentes
luminosas (otros colores, calor, espacio, etconocimiento), pero si lo consideramos
en su dependencia de la retina, es un objeto psicológico, una sensación. No es la
sustancia, sino la dirección de la búsqueda lo diferente en los dos campos”.
(Analyse der Empfindungen, 1900, 9· ed., 1922, p. 14; trad. esp.: Análisis de las
sensaciones, Madrid, 1925).
Desde este punto de vista no son los cuerpos los generadores de sensaciones,
sino que más bien son los conjuntos de sensaciones los que forman los cuerpos;
en efecto, éstos no son más que símbolos que indican tales conjuntos. Parecería
con esto que Mach se inclinara hacia una teoría representativa del conocimiento
Pero en realidad en su teoría del concepto se reconoce claramente el carácter
operativo del conocimiento. En efecto, el concepto científico es, según Mach, un
signo que reduce las reacciones posibles del organismo humano a un conjunto de
hechos. Así, por ejemplo, una ley natural es una restricción de las posibilidades de
expectativa, esto es, una determinación de la previsión (Erkenntniss und Irrtum,
1905, cap. XXIII; trad. esp.: Conocimiento y error, 1948).
Los mismos conceptos habían sido presentados por Hertz en sus Principios de la
mecánica (1894), asimismo sin el abandono total de la concepción pictórica del
conocimiento "El problema más directo, y en cierto modo el más importante, que
nuestro conocimiento de la naturaleza debe ser capaz de resolver —decía Hertz—
, es la anticipación de los acontecimientos futuros de manera que podamos
disponer nuestras cosas presentes de acuerdo con esta anticipación. Como base
para la solución de este problema, hacemos uso de nuestro conocimiento de los
hechos ya acaecidos, obtenido a través de la observación causal y del
experimento pre-ordenado. Al efectuar de esta manera inferencias del pasado al
futuro adoptamos constantemente el procedimiento siguiente; nos formamos
imágenes o símbolos de los objetos extremos y la forma que damos a tales
símbolos es la de necesarias consecuencias de la imagen pensada como las
imágenes de las necesarias consecuencias de la naturaleza de las cosas
representadas” (Principien der Mechanik, Intr.).
El desarrollo ulterior de la ciencia ha eliminado el residuo de concepción
representativa que aún permanecía en las doctrinas de Mach y de Hertz. Ya en el
año 1930, Dirac, uno de los fundadores de la mecánica cuántica, podía afirmar: "El
único objeto de la física teórica es calcular resultados que puedan ser
confrontados con el experimento y, por lo tanto, es inútil dar una descripción
satisfactoria de la totalidad del desarrollo del fenómeno” (The Principies of
Quantum Mechanics, 1930, p. 7).
Al llegar a este punto, la teoría del conocimiento se disuelve completamente en la
metodología de las ciencias. Esto significa que el problema del conocimiento como
problema de un objeto "externo", obtenido a partir de cualquier dato “interno”, se
ha ido disolviendo y en su lugar se ha propuesto el problema de la validez de los
procedimientos efectivos dirigidos a la comprobación y el examen de los objetos
en los diferentes campos de investigación4
Los aspirantes a certificar los conocimientos adquiridos de forma autodidacta o por
experiencia, deberán ser tratados de manera distinta que los aspirantes que
certifican los conocimientos adquiridos de manera escolarizada (ya sea presencial
o virtual), en razón simple de que los conocimientos escolarizados son, en
general, del tipo clasificado por Bunge conocimiento explícito por descripción o
declarativo y los formados de manera empírica y autodidacta corresponden al
conocimiento tácito por familiaridad o conocimiento instrumental, si bien a ambos
tipos de conocimiento se les exige la capacidad de resolver problemas y la
facultad de anticipación de los acontecimientos futuros de manera que sea posible
disponer los hechos presentes de acuerdo con esta anticipación.
4
Abbagnano, Nicola. Diccionario de filosofía, Fondo de Cultura Económica. México. Décima reimpresión,1993
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